Deci

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Cuando murió Gardel, el hombre ya trabajaba en la chacarita.
A la familia le parecía que su valentía como ex boxeador y haber estado preso en el penal de olmos, por lo que en el ambiente del hampa se llama ladrón de gallinas.
Le robaron tres años de su vida, fue un robo a mano armada en una mueblería por un dato que le tiró un boxeador amigo, tenía que hacer de campana “no tenes que disparar ni un tiro te paras en la puerta y si ves algo raro nos gritas yo salgo con el narigón con el botín y nos vamos los 3 lo más campantes le había dicho y salimos con el cholo que nos va esperar en el Chevrolet cerca de la esquina, le adelantó unos pesos en el momento para comprar una mezcladora y quedó enganchado. Había sido una batida y la cana estaba adentro del negocio y cayeron los tres como pajaritos al cholo lo detuvieron a la semana en un aguantadero de mataderos. Se morfo 1093 días, a la sombra el después me dijo que las recupero, pensando cómo iba a mejorar el taller de goma, que era su especialidad y su oficio. Como era boxeador en la cárcel se cuidó el culo propio y a algunos de otros compañeros, me lo contó una tarde tomando mate en el patio de su casa.Era un muy talentoso en lograr en las mezclas de caucho la consistencia que necesitaba, cada producto. Empezó con las mezclas para los juguetes dura Vit , de goma y encontró un caucho muy elástico para hacer las matrices y la venta de muñecas y muñecos para varones me aseveró los nenes pueden jugar con muñecos y por eso no van a ser invertidos me llamó la atención la palabra que uso cuando me regalo a julito que lo tuve hasta los 12 años, Él siempre relató, que no vio la llegada del plástico y los juguetes de goma se fueron a la mierda, por moda, por costos o porque todo evoluciona en la vida, cómo me aseguró, Carlos Aureliano que era su nombre . Se quedó sin laburo y empezó a trabajar como albañil de noche en el cementerio, arreglando los nichos, panteones, cercas y algunos laburos dentro del crematorio. Una noche que lo fui a visitar le dije no tenés miedo de trabajar con los muertos y me tiró la famosa frase “hay que tenerles miedo a los vivos”.
Todas las madrugadas cuando terminaba el laburo le gustaba pasar a saludar al zorzal criollo que era su ídolo de toda la vida. Tenía las llaves del mausoleo y pasaba cada 2 o 3 días y se quedaba hablando solo frente al cajón y por ahí llevaba alguna letra de tango que él decía que la inspiración de estar cerca del ídolo aumentaba su creatividad. El cuidador del mausoleo le dejo una copia cuando se rajó el mármol que estaba encima del cajón y el le pidió permiso para hacer una copia de la llave y hacer un pequeño mantenimiento del lugar. Sabía mucho de la vida de Gardel sus tangos sus viajes y me dijo que mientras estuvo en “naca” como él llamaba cuando estuvo preso o también decía cuando me fui de gira, lo salvo el boxeo y escuchar en una spika el programa de julio Jorge nelson, en radio buenos aires el programa “escuche esta noche a Gardel”. Un día dentro del mausoleo se quedó como hipnotizado mirando la típica foto del zorzal parado vestido de blanco como gaucho apoyado apoyado en una guitarra criolla sonriendo. Después me contó no se si fue la emoción, una comunicación telepática, un embrujo o rapto de inspiración que se le ocurrió la frase “el bronce que sonríe” le escribió un tango con ese título y la letra terminaba con un final que después de muerto cada día canta mejor. No sabía que hacer con el tango, la letra, trató vagamente de hacerse acompañar con un guitarrista amigo Villaplana que era segunda guitarra de grela. Tenía el tango, tenía la música grabada en un geloso que se había comprado para grabarlo me dijo una noche de vino y tristeza. Solo le faltaba la guita para grabarlo con la voz de un cantante gardeliano. Y en ese momento cometió el tercer error de su vida: Hacer de campana, no ver que venía el plástico y darle a julio Jorge nelson la letra que se la robó se la contó como propia y nunca acepto que esa letra pertenecía a Carlos Aureliano Lencina que fue mi tio.