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Jonathan Safran, un rígido judío, se define a si mismo como un coleccionista de objetos, según sus propias palabras, por que tiene miedo a olvidar. Así que, por medio de los mas disimbolos objetos contenidos en bolsitas ziplock pegadas a las paredes elabora mapas de las personas que le rodean. Pero hay un mapa que aún tiene en blanco; su abuelo, con tan solo un par de objetos de él, aun tiene indefinida una gran parte de su vida. Cuando su abuela muere, recibe de ella una fotografía donde su abuelo, siendo muy joven posa con una mujer que según se cuenta le salvo la vida, allá en Ucrania, durante la invasión nazi a aquel lugar.Jonathan decidido a descubrir el pasado de su abuelo y a encontrar a la mujer de la fotografíase embarca en un viaje a un lugar lejano y extraño, con la ayuda de un viejo que cree estar ciego, su nieto, que cree saber todo lo que es América y un sicótico perro llamado Samy Davis Jr. Jr., quienes lo acompañan buscando un pueblo del que nadie a escuchado hablar y una mujer a la que nadie conoce, sin imaginarse que, en aquel accidentado viaje, encontraran mucho más de lo que esperaban.Liev Schreiber, un eterno actor secundario, más recordado por la trilogía de Scream y El Embajador del miedo, adapta y dirige, por primera vez, la celebre homónima novela de Jonathan Safran Foer, la excéntrica historia que se convierte en una divertida y por momentos conmovedora road movie, estelarizada por un estoico Elijah wood, que hace creíble un personaje que no necesita de grandes discursos para hacerse escuchar y que por el contrario, al igual que la cinta, se vuelve mas disfrutable por sus largas secuencias exentas de dialogo. Y aunque tiene algunos problemas con el ritmo y las partes dramáticas fueron hasta cierto punto desaprovechadas, esta pequeña cinta es una excelente opción para ver cine en casa.
Excéntrica historia que se convierte en una divertida y por momentos conmovedora road movie
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Una de las cintas que más ganas tenía de ver en este año 2006 (y más cuando su estreno fue post-puesto de noviembre del 2005 a Marzo del 2006). Dirigida por James McTeigue el encargado de segunda unidad de la saga "Matrix" asi como de "Star Wars", la cinta, producida por Joel Silver y con el beneplácito (en forma de guión) de los hermanos Wachosky es un alegato a la libertad, en un futuro que puede recordar tanto a "1984" como a "Fahrenheit 451" (no confundir con la película de Michael Moore), de las que también sacó ideas similares Kurt Wimmer para su aún no estrenada en España "Equilibrium".Pues bien, no me pierdo en datos, que sino uno no se entera, y vayamos pues al "meollo" de la cuestión, la cinta, como bien he dicho rebosa libertad, y diré más, tenía mis serias dudas sobre como Hugo Weaving (que jamás muestra su rostro) iba a aportar el dramatismo/locura que V necesita, pues bien, no solo lo aporta [he tenido la suerte de ver la cinta en V.O.S] sino que además no hace falta que veamos su cara, puesto que con el tono de voz imaginamos claramente que hay tras la máscara del justiciero enmascarado. Natalie Portman, siempre ha sido santo de mi devoción, asi que no puedo ser objetivo ante su interpretación (en un par de escenas se me han saltado las lágrimas), haciéndo de Evey con absoluta vehemencia, bastante distinta a su personaje en el comic (me atrevería a decir que mucho más madura esta que la de "papel"). John Hurt consigue lo que se pretende y es que el público le coja un odio tremendo (como Sutler, el dictador), asi que si hace creíble su papel ¿Qué más le podemos pedir?
Alegato a la libertad, en un futuro que puede recordar tanto a "1984" como a "Fahrenheit 451" (no confundir con la película de Michael Moore), de las que también sacó ideas similares Kurt Wimmer para su aún no estrenada en España "Equilibrium".
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"8 Millas" de Curtis Hanson abrió una "nueva moda" en el cine, "las películas de raperos", cintas en las que nos cuentan los avatares, aventuras y/o desventuras de tipos que no son "hermanitas de la caridad" y que intentando escapar de sus miserias se meten en esto del Rap donde cualquier niño malo, con su gorra de "hiphopper" y sus pantalones anchos, armado con una "pipa" puede armar una "masacre del cagalse" y donde los aprendices del "GTA S.Andreas" imperan a su "bola" provocando una extraña ley de la selva donde gana el "negrata" con peor cara de animal.En fin, creo que en párrafo anterior he batido mi própio record de palabras "entrecomilladas", vamos a la película, una más, protagonizada por "50 cent" que en algunas partes pone cara de circustancias, otras cara de malo y otras cara de pena, lo peor es que este chico (al igual que Eminem en "8 millas") tiene la misma expresividad que un ladrillo y donde casi importa más vender la BSO de la película que la de recaudar más o menos en taquilla.Y es que estas cintas, al igual que las comedias románticas o las cintas de Terror están siempre cortadas por el mismo patrón, vaya que parecen "primas" de las de Fernando León de Aranoa pero en plan "Americanitos de A pie".En fin, que no he descubierto nada nuevo y el que tenga pensado verla, que se atenga a lo que hay (ni más, ni menos, ni trampa, ni cartón).
Estas cintas, al igual que las comedias románticas o las cintas de Terror están siempre cortadas por el mismo patrón, vaya que parecen "primas" de las de Fernando León de Aranoa pero en plan "Americanitos de A pie".
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De nuevo una película en la que Charlize Theron estuvo nominada al Oscar, aunque luego fuera Resse Witherspoon la que se llevara el gato al agua por la insoportable "En la cuerda floja", parece que tras su éxito en "Monster" donde gano peso e interpretó a Aileen Wournos (una asesina real, que murió ajusticiada en USA), esta se ha empezado a interesar por papeles más serios, mención aparte su aparición en la más que olvidable "Æon Flux" que abría que hacerle un hueco en lo peor de este año 2006; pero bueno, noe stamos aqui para comentar la carrera de Theron, sino para hablar de la película, que empieza de manera sorprendente y termina casi en un "Increscendo" final que a uno, harto de devorar cintas "chorras" le ha parecido magistral; de nuevo estamos ante la Charlize de "Monster", acompañada de secundarios de lujo, Sean Bean (el mítico Boromir de "El señor de los anillos"), Frances McDormand (que repite ese extraño gesto que hacía en la excelente "Fargo" de los hermanos Cohen), o Woody Harrelson, completamente desmarcado de sus típicos papeles de vididor.Niki Caro, compone aqui una película (basada en hechos reales), única, conmovedora y aunque en algunos momentos parece "tocada" por el espíritu Disney (donde triunfa el bien y todo termina yendo a pedir de boda), la cinta, y una vez más me sujeto en una de esas frases que decía mi padre, deja poso.Vaya, que tal vez hubiera merecido Theron el Oscar, y no el de "Monster" que tampoco fue para tanto.
Niki Caro, compone aqui una película (basada en hechos reales), única, conmovedora y aunque en algunos momentos parece "tocada" por el espíritu Disney.
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Dificil sin duda es que Christopher Nolan con películas como "Memento" a sus espaldas y "Insomnio" ambas dos obras maestras del cine actual, hiciera de la nueva entrega (la 5ª ya) del hombre murciélago una película simplona y mediocre (miresen los antecedentes de Daredevil, Elektra, The punisher o la peor de todas. CATWOMAN).Nolan compone una buena película que ahonda en la juventud del héroe de Gotham, una ciudad menos gotica que la que nos propuso Burton en los dos primeros Batman (a las de Schumacher paso de referirme !Hala!), con un excelente plantel del actores, aunque Bale lleve la voz cantante y esté "que se sale" en el papel de Bruce Wayne/ Batman.En dos horas y pico de proyección da tiempo a todo, a ver los motivos por los que el joven Wayne construye su vida en camino a la venganza de la muerte de sus padres y sus verdaderas motivaciones, y como pasa de ser victima a verdugo de todos aquellos que incumplen la ley en Gotham, su ciudad.Aunque, claro, no es Oro todo lo que reluce y sin embargo, hay alguna que otra parte negativa, por ejemplo el montaje rapido de las escenas de acción, mal coordinadas y bastante mal enfocadas, no hay detalle y en la oscuridad se intentan ocultar las carencias de estas, tal vez la única nota negativa.En resumidas cuentas, una película muy recomendable para todos los fans del hombre murciélago, eso si, no recomendada a menores.
Película muy recomendable para todos los fans del hombre murciélago, eso si, no recomendada a menores...
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Llega a las pantallas españolas Bobby, película que se coló por sorpresa en las nominaciones de los Globos de Oro, y que en Estados Unidos ha levantado no pocas ampollas en los sectores más conservadores de la sociedad. Con las recientes, polémicas y muy desafortunadas, declaraciones de cierto político patrio sobre la Unión de Actores y su derecho a manifestarse, es más fácil imaginar el tipo de reacciones que habrá suscitado Bobby en Estados Unidos. Aunque el título parezca anunciarlo, no se trata de un biopic de Robert Fitzgerald Kennedy, ni de una crónica de su asesinato e investigación posterior, como JFK de Oliver Stone. La cinta sigue a 22 personajes muy diferentes, que lo único que tienen en común es su presencia en el hotel el día que fue asesinado Robert Kenndy.Se trata obviamente de una historia muy política, con una clara ideología, en la que Emilio Estévez emplea a esos personajes ficticios para trazar una radiografía muy precisa de la sociedad norteamericana, de los problemas y malestares que sufría en 1969. Bobby se sirve de todos esos elementos no ya para contar la situación de Estados Unidos hace cuarenta años, sino para denunciar la actual situación del país. No hace falta una gran visión para detectar que casi cuarenta años después, esos problemas sociales y económicos no han disminuido, sino que han aumentado. El pais vuelve a vivir una guerra impopular que deja como saldo miles de muertos, mientras que las desigualdades sociales van en aumento, al igual que el desempleo y la pobreza. Estévez realiza esa denuncia a través del espíritu de un gran estadista, como ya lo fuera su hermano (casualmente, también asesinado), o Marthin Luther King, Robert Kenndy representaba la esperanza de un mundo mejor, dejando a un lado guerras fútiles y absurdas, y preocupándose por el bienestar del pueblo. Unos personajes bien construidos, un sólido guión lleno de intensidad y unas interpretaciones fabulosas hacen de Bobby uno de los films que cualquier espectador inquieto no debe perderse. Y si no, como muestra ahí queda la escena final de la película.
Unos personajes bien construidos, un sólido guión lleno de intensidad y unas interpretaciones fabulosas hacen de Bobby uno de los films que cualquier espectador inquieto no debe perderse.
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Espéctaculo cinéfilo protagonizado por Kevin Costner, Ashton Kutcher y el televisivo secundario habitual ultimamente en todo el cine Neal McDonough, el argumento bebe de infinidad de películas del género, y es fácil reconocer en ella parte de "Top Gun", partes de "Oficial y caballero", e incluso cosas que nos recuerdan a "Los vigilantes de la playa", este "batido" de películas resultan atractivas, a la par que espectacularmente previsibles en algunos momentos de la misma.Tanto Costner, como Kutcher estan correctos, ambos en su faceta de profesor y alumno aventajado, aunque me estoy empezando a hartar de este tipo de finales en la filmografía de Costner, y es que ser el héroe y el martir empieza a ser algo habitual en la filmografía del autor de "El Guardaespaldas".Quiero imaginar que Andrew Davis (sinónimo de cine de entretenimiento), ha realizado la película como homenaje a los guardacostas y a sus buceadores, que por supuesto lo merecen; pero el recortar y pegar secciones de otras películas, aun a riesgo de entretener no siempre resulta; mención aparte de una oscura fotografía donde en algunos momentos hay que intuir más que ver lo que aparece en pantalla.Por último, y no por ello menos importante, no quería terminar sin destacar el score de Trevor Rabin clásico en la manera más amplia de la palabra, donde acompañando la película con un sonido que recuerda al cine épico, consigue en algunos momentos dotar a la película de una entidad más alta de lo que merece.En fin, cine para comer palomitas y poco más.
Espéctaculo cinéfilo protagonizado por Kevin Costner, Ashton Kutcher y el televisivo secundario habitual ultimamente en todo el cine Neal McDonough. Cine para comer palomitas y poco más...
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Amparada en una más que repetitiva banda sonora, tenemos este último episodio (que llega a recordar a los últimos capítulos de una serie televisiva) de la saga "Rocky" protagonizada por Stallone, aqui más como un viejo decrépito y rechoncho, que por la sombra del que fue en su momento uno de los actores más famosos del género de acción.Una historia que no lleva a ningún lado, y es que, ni me ha interesado, ni emocionado, ni me ha importado lo más minimo este, forzado regreso de Balboa a la gran pantalla, donde hay que esperar más de 30 min. para que ocurra algo memorable y donde la acción se lleva unicamente a las escenas pugilísticas.Tengo claro que ni Stallone es Eastwood, ni la 6ª entrega de Rocky es "Million Dollar Baby", pero es que en esta cinta ni siquiera Sly llega a ser sombra de la oscarizada Hillary Swank; por hablar de la película de boxeo que tengo en mente más fresca.Por otra parte, hay que destacar las escenas pugilísticas, que hacen que uno empiece a dar puñetazos a la butaca, asi como la presentación, con el amparo de la cadena norteamericana HBO (a saber la pasta que se habrá dejado por su presencia en pantalla), en un film que nunca se tendría que haber realizado.Para los fans del pugil más famoso del cine, al resto, exceptuando lo que he citado, de lo más olvidable.
Si no hubiera vuelto, tampoco hubiera pasado nada. Para los fans del pugil más famoso del cine, al resto, exceptuando lo que he citado, de lo más olvidable.
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Empezamos con un plano en travelling que nos acerca a la naturaleza salvaje del mundo físico en el que transcurrirá la historia. La caza y captura del jabalí que termina en muerte sangrienta en la trampa de los aborígenes viene a anunciarnos lo que vendrá. El plano que cierra la narración, nos muestra a una familia de supervivientes que se adentran en la profundidad selvática. Apocalypto es una película sobre la supervivencia y la violencia en un medio salvaje y sobre los miedos y esperanzas de un individuo y de una colectividad aborigen. La presencia de los Mayas no juega ningún papel esencial. Lo que aquí se cuenta es una historia que pudo haber sucedido en distintos tiempos y lugares.Por tanto, lo interesante y lo que merece ser subrayado es el medio físico y geográfico que Mel Gibson utiliza para desarrollar una historia de acción, la cual, siempre que la clasifiquemos bajo la etiqueta de "película de acción", funciona muy bien. Y funciona gracias al pulso brioso y a menudo impactante de la cámara y de los planos ralentizados que, en este caso, para la acción violenta pura y dura, surten un gran efecto para un espectáculo memorable. El manejo del ritmo también es más que correcto y estamos ante una filmación que poco o nada tiene que envidiar a los autores más consolidados en la materia. Gibson, qué duda cabe, se lo ha pasado en grande filmando esta historia que encandilará a un amplio sector del público.En su tramo inicial, la historia tiene toda la pinta de ser una película de aventuras, sin más, con el eterno tema de la venganza dando alas a un argumento muy tópico: invasión-agresión-secuestro-huida-venganza-nuevo comienzo. Si se tratase de una película de aventuras sin otras pretensiones, lo exigible no sería la originalidad en la historia, sino el cómo dicha historia queda expresada en imágenes. Muchos acusarán a Gibson de darle un trato estereotipado a los distintos grupos enfrentados. Pero, insisto y no nos engañemos, Apocalypto es (?) una película de aventuras, no es una "revisión histórica sobre los Mayas" o burradas por el estilo que se pueden escuchar o leer estos días en diferentes medios de comunicación. Es una película - de partida, hagamos esa suposición- sobre "buenos contra malos" y, en tal caso, sí es lícito caracterizar a los personajes deacuerdo con una representación dualista y maniquea. La relación emocional humana queda comprimida en unas ideas esenciales: el amor de las familias, fundamentalmente. Claro, situar la aventura en un marco aborigen con su correspondiente régimen tribal -organizado mediante relaciones de parentesco- no da pie a hacer demasiadas piruetas.Estemos atentos, no obstante, Apocalypto tiene más de un nivel de comprensión. Ya hemos dicho que si nos quedamos en ése orden de cosas en el cual es puro espectáculo manejado con estilo y contundencia, poco habría que reprocharle. Pero sería ingenuo negar que las pretensiones van más allá de eso. En "Apocalypto" subyace un discurso sobre la supervivencia, el dominio y el poder entre civilizaciones, y los conflictos entre los distintos colectivos humanos que aparecen en pantalla: los guerreros-sacerdotes que ostentan el poder de la influencia en la cultura Maya, un colectivo minoritario representado en la sometida tribu aborigen que se alza en protagonista de la moraleja final (un nuevo comienzo) y los conquistadores europeos que se acercan a la orilla del nuevo mundo con sus amenazantes buques, armaduras y símbolos religiosos. Las civilizaciones "superiores" someten y esclavizan a las "inferiores". Dicho discurso carece de profundidad u originalidad, se reduce a un mero esquema. Poco importa ya que tampoco, en ese nivel temático, pretende ofrecer otra cosa.Pero el contenido de la película no se circunscribe al plano humano: la fauna animal se integra en esa cadena de lucha por sobrevivir. Lo hemos señalado al principio: el plano inicial (en el cual de súbito aparece un jabalí surgido de la espesura de la selva) abre el círculo que se cierra con el plano final (una familia de aborígenes adentrándose en la misma espesura). Así pues, lo que tenemos es una aventura que se despliega en luchas por sobrevivir o dominar ya sea en un sentido natural o cultural. Diríase que la humanidad entera, despojada de los artificios modernos e inserida en un peligroso mundo salvaje, esta representada en la película usando una estructura y una organización de los temas bastante coherente y cohesionada en algunos de ellos, no en todo el espectro de estilos y temas, como de inmediato explicaremos. Con esto, concluimos que Apocalypto nos ofrece un rato no solo de gran espectáculo, sino también de buen cine. Dejando aparte a "Braveheart" (muy superior al resto), la mejor película de Mel Gibson hasta la fecha.Ahora bien, sus defectos son los mismos que los habituales en la filmografía del cineasta australiano; La caprichosa utilización de elementos perturbadores y argumentales. El caso del eclipse que salva in extremis la vida del héroe crea una confusión de géneros y de coherencia en el estilo: ¿estamos ante una película realista (sometida a las leyes de lo real) o ante una fábula fantástica? . Sépase que un eclipse nunca se desarrolla de la forma mostrada en la película y es una escena que parece sacada de un tebeo o de una película animada. En dicha escena, clave en el aspecto argumental, Gibson no se respeta ni a sí mismo ni a su obra al romper caprichosamente la coherencia lógica del mundo representado. Utiliza una excusa argumental inspirada en la profecía promulgada por una niña aborigen para conducir la trama por donde le conviene pero violando las leyes del mundo representado. En esa mixtura de elementos (elementos realistas frente a elementos fantásticos) existe una confusión no justificada.Da la sensación de que el guionista hace las cosas "porque sí", con lo que el entramado argumental se resiente de manera considerable. No se pueden introducir variables en la historia sin crear unos cauces (unas leyes implícitas o explícitas) para que dichas variables no deformen los contenidos, los tonos y el estilo. No es más que un capricho efectista, igual que muchas otras escenas de índole onírico que, a trompicones, van llenando la pantalla a modo de truco barato para impresionar a espectadores impresionables pero sin herramientas para el juicio crítico.
Apocalypto nos ofrece un rato no solo de gran espectáculo, sino también de buen cine. Dejando aparte a ?Braveheart?, es la mejor película de Mel Gibson hasta la fecha.
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Banderas de Nuestros Padres relata la historia de la famosa foto obtenida y usada como propaganda en la II Guerra Mundial por los Estados Unidos frente a los japoneses en la isla de Iwo Jima.Vaya por delante que es una buena película. La parte bélica está muy bien rodada, al estilo de la gran secuencia inicial de Spielberg (productor de la cinta) en Salvar Al Soldado Ryan. A la misma vez se va contando la parte en que 3 de aquellos soldados que lograron poner la bandera en lo alto de la cima son llevados de gira para recaudar fondos. A mi estos flashbacks no me funcionaron del todo. Creo que algunos de los personajesno se los introdujo bien cuando después son mencionados y no te acuerdas de a quién se está nombrado.Con Eastwood siempre tengo la sensación de que se queda a medias. A medias de tener brillantes diálogos. A medias en la crítica que inicia pero que no rompe del todo. A medias en las emociones. Y en este caso se pasa de metraje, volviéndose aburrida por momentos.Por supuesto, tiene cosas destacables, que resumo en el apartado, lo mejor.Gustará a muchos, pero a mí no me acaba de convencer.
Con Eastwood siempre tengo la sensación de que se queda a medias. A medias de tener brillantes diálogos. A medias en la crítica que inicia pero que no rompe del todo. A medias en las emociones.
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Supongo que ya habréis oido algunas cosas de esta peli, que si es muy violenta, poco rigurosa históricamente. nada. Lo mejor es olvidarse de todo y lo único que si os digo es que no esperéis una historia épica, sino más bien un argumento menor. Una tribu atacada y una posterior persecución - caza que ocupa la mayor parte de la cinta.Tampoco voy a entrar en la presentación histórica de la civilización. No tengo suficientes conocimientos, si bien, el director ya nos avisa que se desarrolla en el declive de la civilización maya y por tanto, sus innegables virtudes y legados no se tratan en la misma. Además, no deja de ser una peli de acción, violenta (hay excesos en algunas imágenes de sangre), pero que en el contexto en el que se desarrolla, no es una violencia que extremezca. Más me impresionó algunas escenas de El Laberinto del Fauno que éstas. Por lo demás, el ritmo es trepidante. Hay momentos para alguna sonrisa fácil, sobre todo al principio, y me quedo también con los miradas y caractetizaciones de los personajes.Aunque de forma algo exagerada, no está mal que en tiempos nefastos donde se cree que todo puede solucionarse dialogando, recordemos que el hombre ha sido siempre cazador y guerrero, y que a veces no hay más remedio que luchar.
No está mal que en estos tiempos nefastos donde se cree que todo puede solucionarse dialogando, recordemos que el hombre ha sido siempre cazador y guerrero, y que a veces no hay más remedio que luchar...
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Yo creía que iba a ver algo nuevo de Tim Burton, pero me he encontrado con una película que es entretenida ,pero que se parece bastante a su predecesora Pesadilla antes de Navidad. De todas maneras la película como indicaba anteriormente esta bien, tiene ese ambiente gótico tan característico de Burton, cabe destacar el juego de luces y algunos encuadres que la hacen parecer una película de actores de carne y hueso, la historia es original y tiene bastantes toques de humor, pero lo que no me gusta y me pasa también con las películas de Disney es que canten, por este tipo de formula y la caracterización de los personajes sigo afirmando y concluyo aquí, que La Novia Cadáver parece la segunda parte de pesadilla antes de navidad.
Un calco de Pesadilla antes de Navidad.
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Si estuviera obligada a fozar una moraleja de esta pelìcula sería la siguiente: el descontrol usualmente sale caro. Por supuesto que los estadounidenses Paxton y Josh (Jay Hernandez y Derek Richardson) y el finlandés Oli, no imaginaban que el precio sería tan alto. Recorriendo Europa llegan a Amsterdam donde, después de días de drogas y noches de sexo, conocen a otro turista, quien les muestra unas fotos que tomó con su móvil, donde se lo ve en la cama rodeado de mujeres de Eslovaquia, quienes, según el, son todas hermosas y fáciles, especialmente cuando se trata de turistas norteamericanos.Con esta referencia no lo piensan ni un segundo, toman un tren al dìa siguiente y se alojan en un hostel que el mismo chico les recomendó. Allí conocen a dos chicas (una rusa, otra checa) que están dispuestas a todo y a mas. El "todo" es obvio pero al "mas" corresponde revelarlo en la peíìcula y no en una reseña de la misma. Solo me veo obligada a prevenir a los impresionables que deberían abstenerse de someterse a este film. Porque eso es lo que el relato hace: somete al espectador, quien no quiere y a la vez no puede evitar mirar algunas de las mas violentas escenas que alguna vez haya visto, y no me refiero a violencia psicológica sino a la violencia que salpica sangre fuera de la pantalla.Eli Roth (director nuevo por estos pagos), con una pequeña ayudita de Tarantino, me sometieron a mi también y me dejaron aún con nauseas, dos horas después de salir de la sala. ¿Esto la hace una buena película? No necesariamente, pero sin duda es muy efectiva y cumple con su propósito. Recomendable.
Me dejó con nauseas dos horas después de salir de la sala, ¿esto la hace una buena película?
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Desde que quedé gratamente sorprendido con Tiempo de Valientes (cuya crítica también se puede leer en esta web), tuve curiosidad por ver El Fondo del Mar, obra anterior del propio Daniel Szifron y que la propia productora encuadra dentro del género de suspense o thriller. No pienso yo que se pueda encuadrar exactamente en ninguno de estas categorías; más bien es una especie de drama con tintes levemente angustiosos, como si pretendiera crear la atmósfera hitchcockiana tan perseguida en muchas ocasiones.Todo ello sin dejar de reconocerle cierto mérito en la cohesión del guión, bastante coherente y bien ensamblado, así como en la interpretación sobria y correcta de todo su reparto, con la curiosa aparición testimonial, a modo de caneo, de un entonces semidesconocido Diego Peretti, actual figura indiscutible del cine argentino por méritos propios.En cualquier caso, la película es predecible y decepciona no encontrarse con ninguna sorpresa ni giro argumental. El filme es por tanto excesivamente plano, lo que lo hace un poco aburrido por momentos, porque adopta un tempo excesivamente lento para la historia que quiere contar. Y mucho más si encima se pretende calificar de Thriller. Estrenada en el año 2003, no hace ninguna alusión a la situación político económica del país en ese momento, ya que se centra en unos pocos personajes de nivel económico, cuanto menos, medio alto, que aunque parezca mentira, todavía existen en el expoliado país que un día fue una potencia económica que acudió en ayuda de España cuando más falta le hacía.En general, un poco decepcionante después de las altas expectativas que me había creado con Tiempo de Valientes. Aunque quizás la culpa sea mía por ver primero la película más actual y dejar para después la más antigua, cuando su director era mucho menos experto.
Fallido intento de emular una atmósfera de inquietud que en ningún momento está a la altura de lo que su director ha demostrado que es capaz de hacer.
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De nuevo tenemos a Gibson contándo en pantalla una historia de redención, la verdad es que no entiendo a este hombre, esa manía de hacer las películas en idiomas que no hay quien entienda, pero en fin, el queda bien, y nosotros nos las vemos y deseamos para entender algo en pantalla, benditos subtítulos.Hay que agradecerle por lo menos una fotografía perfecta, llena de paisajes preciosos, y una historia simple, demasiado para mi gusto, cargada nuevamente, de momentos emotivos (como en su anterior película) que dificilmente podemos borrar de nuestra retina, un argumento lineal, que aboga por la acción, la aventura y el espectáculo.Más de una polémica a avivado la dureza de sus imágenes, algunas cámara en mano para darle un aire de realidad documental, acompañada de una banda sonora plaga de ritmos aztecas (ese sonido de tubo sonando una y otra vez).No quería terminar sin destacar el parecido del protagonista con cierta estrella brasileña del Barça. En fin, esperaba menos y he visto algo más, no sé, no decepciona y cumple, no se puede decir más.
En fin, esperaba menos y he visto algo más, no sé, no decepciona y cumple, no se puede decir más.
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Intrascendente película infantiloide que amparada en la más pura "moralina Disney" pretender sumar cintas "superheróicas", y es que la cinta recuerda, entre otras a: "Los 4 fantásticos","X-Men", "Sky High" e incluso a "Los increíbles" de Pixar.Es una lástima que unos vistosos decorados hayan sido acompañados de unos efectos especiales (CGI más que nada) bastante simplones, por otra parte, la originalidad del guión cae por su propio peso, (o tal vez es que todo esta ya creado), incluso los ridículos nombres de los superhéroes que forman ese grupo ZP (¿Tengrá algo que ver el presidente con la película? jeje).Los personajes parecen realizados pensando en el merchandising, una venta de muñequitos, tazas, camisetas, etc. Lo siento por Tim Allen, pero un tipo que me caía bien, empieza resultarme cansino por cintas como estas, acompañado una vez más de Spencer Breslin, al que parece que le gusta hacer una y otra vez el mismo papel; por cierto, he descubierto a Kate Mara que me ha gustado bastante más que el resto del casting, una lástima que Chevy Chase haya retornado al cine con esta película, por cierto ¿Courtney Cox se ha operado el pecho?En fin, una cinta tan floja e intrascendente, que te hará bostezar aunque hayas dormido 15 horas.
Una cinta tan floja e intrascendente, que te hará bostezar aunque hayas dormido 15 horas
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Uno de los cómicos más prometedores de la cantera del Saturday Night Live americano, Steve Carell (visto en la primera parte de "Cómo Dios" y futuro protagonista de su secuela, "Embrujada" y "melinda y melinda").Estamos sin duda ante una de las comedias del año, no sólo por los golpes de humor, que los tiene y además geniales, sino porque creo que por primera vez después de mucho tiempo podemos disfrutar de una comedia que además de tener humor tiene un buen guión, y es que con esta película no sólo disfrutas con el típico chiste, sino que disfrutas durante la hora y 50 minutos que dura el film.Y es que películas de estas salen de cuando en cuando. Podría incluso compararla con grandes comedias que todos conocemos como "Despedida de soltero" o "Gigolo", porque esta comedia es sincera, hay situaciones con las que cualquier chico se siente identificado, porque tiene elegancia, porque es sofisticada, y porque está hecha con un gusto exquisito, ya que a pesar de tratar un tema como el sexo, os aseguro que en ningún momento hay grosería ni tosquedad.
Está hecha con un gusto exquisito, ya que a pesar de tratar un tema como el sexo, os aseguro que en ningún momento hay grosería ni tosquedad.
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Chris Columbus aportó a las dos primeras entregas de "Harry Potter" un halo mágico, de libros infantiles (no podía ser para menos, ya que los dos primeros libros asi eran), luego vino Alfonso Cuarón y transformó la saga de Potter en una cinta oscura y plagada de claroscuros, sin embargo Mike Newell transforma la saga en una mera comedieta romántica (no podía ser para menos, el director británico es el "autor" de películas como "4 Bodas y un funeral" o "La sonrisa de Mona Lisa").No puedo negar que la película me ha gustado, bastante, para que engañarnos, y sin embargo, esperaba algo más, un gran libro del que no han sabido plasmar ni la mitad, se comen cosas que serán importantes e intentan meter con calzador otras que son carne del quinto libro (también quinta película), los interpretes, como siempre, al trío protagonista ya se les nota cómodos en sus respectivos papeles y tal vez, habría que centrar la atención a los debutantes que aunque lo hacen bastante bien no están a la altura de sus compañeros de reparto.Los dos mejores de la película, sin duda, son Brendan Gleeson (como "Ojoloco Moody") y Ralph Fiennes ("Como Voldemort") aunque tal vez a este último me le imaginaba bastante más peligroso que como nos lo muestran en pantalla.Resumiendo; si bien la película es bastante buena, no consigue plasmar al 100 % uno de los libros más largos y con más "miga" de la saga de Potter, recomiendo no ir con todas las esperanzas puestas en la película o la decepción podría ser enorme.
Si bien la película es bastante buena, no consigue plasmar al 100 % uno de los libros más largos y con más "miga" de la saga de Potter.
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Interesante pseudo-documental dirigido por Michael Winterbottom, que tras la excelente "Codigo 46" y la mediocre pseudo-película porno "9 songs", ahonda en la situación de los presos islámicos en la base norteamericana de guantanamo.La película, o documental (no sé muy bien como llamarla), es dura, cruel y bastante cruda, y finalmente tras hora y media de metraje, cuando llegas al final respiras, acompañado por un sentimiento de dolor, culpabilidad y deseo de que aquello que has visto en pantalla quede ahí y no vuelva a ocurrir.Me ha llamado la atención, algo que ya vi en la página de cine "Las horas perdidas" y es que ellos también comentaban, que los protagonistas tras el lamentable suceso no se sentían mal, que va, al revés, sentía que esa experiencia había ayudado en sus vidas; no me gustaría ponerme en su piel, pero creo que si me viera en esa tesitura, no sé si me sentiría como ellos, probablemente no querría ver una bandera americana en mi puñetera vida.En fin, al igual que la cinta de la que puse ayer mi opinión/critica, una película que merece la pena ver, aunque durante esa hora y media suframos casi como los que están en pantalla.
Cruel y bastante cruda. Tras hora y media de metraje, cuando llegas al final respiras, acompañado por un sentimiento de dolor, culpabilidad y deseo de que aquello que has visto en pantalla quede ahí y no vuelva a ocurrir.
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Todas las artes han estado siempre interrelacionadas, siempre han bebido unas de otras para beneficio mutuo. Desde que apareció el séptimo arte, éste ha mantenido una estrecha relación con la literatura, ya no sólo por la cantidad de novelas u obras de teatro llevadas a la gran pantalla, sino también por el buen hacer de muchos guionistas, creadores de auténticas joyas, deseosos de ser considerados como algó mas, de ser reconocidos como puros escritores.Charlie Kaufman es, y esto no hay quien pueda discutirlo, uno de los mejores escritores de guiones que hay en el panorama cinematográfico mundial. De su imaginación han salido verdaderas obras maestras, y a la espera de su debut como director, aquí nos llega Más Extraño que la Ficción. Que pese a no figurar su nombre en ninguna parte, la idea original de la película es suya, idea desarrollada por Zach Helm. Harold Crick (Will Ferrell) es un hombre anodino, que lleva una existencia gris, hasta que un día empieza a escuchar una voz que narra su vida. Se trata de Karen Eiffel (Emma Thompson), una autora que está escribiendo su próxima novela, en la que planea matar a Harold Crick? Así comienza la nueva cinta de Marc Forster, con aires y aspiraciones muy literarias, lo cual no tiene que ser un defecto necesariamente, como muchos opinan. Desde luego, el desarrollar la idea inicial, que podía haber dado como resultado una historia brillante, era una tarea árdua, y desgraciadamente el novel Zach Helm no está a la altura. Firma un guión grandilocuente, con aspiraciones de pequeño gran autor, repleto de incongruencias y fallos argumentales que asoman por doquier. Los personajes, desdibujados, perdidos y estereotipados hasta el extremo, son más planos que el encefalograma de un silbido. Pretende ser tanto una comedia de altura como un drama acerca de los sentimientos humanos, aunque el producto resultante se acerca más al patetismo puro y duro que a otra cosa. La trama sufre varias misteriosas e inexplicables mutaciones, ya que empieza como una comedia para luego pasar a la tragedia, para transformarse finalmente en un indigesto pastel. Por si fuera poco el suplicio, el peso de la cinta recae en Will Ferrel, un actor lleno de matices, concretamente dos: del hieratismo personificado puede transformarse en la mejor aproximación posible del muñeco diabólico. Emma Thompson y Dustin Hoffman cumplen en sus papeles sin despeinarse, mientras que Maggie Gyllenhaal, único punto positivo del film, realiza una buena interpretación, comiéndose en cada plano a Ferrell.Más Extraño que la Ficción es, sin duda, una película de grandes contrastes, que no dejará indiferente a nadie: o te encanta o la aborreces, no hay término medio. Y por si aún dudaban de por qué opción nos decantamos, lo hacemos profundamente por la segunda.
Pretende ser tanto una comedia de altura como un drama acerca de los sentimientos humanos, aunque el producto resultante se acerca más al patetismo puro y duro que a otra cosa.
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Lamentablemente, Fuego en el cuerpo no es una película erótica aderezada con una historia de serie negra, como en principió se publicitó en un alarde especulación informativa interesada: es una excelente película de serie negra que se afilia al sexo - y a su aureola clásica de fatalismos y reversos - como motor apostólico de toda la urdimbre narrativa. Que la tragedia arrope el final del metraje no sorprende: agrada, es marca de género, al que no aporta nada nuevo. Kasdan, muy inteligente director y finísimo estilista del mercado publicitario, toma de aquí y de allí los sketches que le apetecen, los tópicos, los lugares comunes del inventario accesible, y filma con desparpajo, con absoluto conocimiento del medio cinematográfico una obra personal, hermosa.Pese a que la Turner nunca fue santa de mi devocionario, aquí seduce, como el conciso y prudente personaje de William Hurt en el papel de abogado en connivencia con el pecado ( la carne de la femme fatal tan querida en el cine negro ) para acabar perpretando el previsible crimen.Uno recuerda al Jack Nicholson comido de harina en El cartero siempre llama dos veces de Bob Rafelson o al Garfield de la primera versión de Garnett o al hueco Don Johnson de Labios ardientes para encontrar un antecedente, pero es Hurt, a mi modo, quien se lleva esta palma, quizá porque él quien más fiablemente representa el rol de sexo y no cae, como Johnson, como el mismo Nicholson, sálvense las distancias actorales, en esa gratuidad de gestos del primero y en ese divismo estridente y patético del segundo. Muy recientemente me viene Ed Harris, que tiene en Luna de porcelana un papel parecido y cumple, sin más.En el lado femenino, Jessica Lange, Lana Turner, Virginia Madsen, Madeleine Stowe, Veronica Lake, nombrando mujeres de entonces y de ahora. Kathleen Turner lo tiene infinitamente más fácil que ellas: debe ser por la tolerancia de estos tiempos frívolos en los que el cine no sólo no se cubre sus intimidades ( genitales) sino que las airea: con todo conocimiento de lo que esa exposición va a traer a taquilla. Somos todos buenos voyeurs cuando hace falta. Y eso que Fuego en el cuerpo, como digo, no abusa de lo erótico facilón, sino que prefiere merodear el turbio mundo de los sentimientos, de las trampas de la moral, aportando al género un más que nunca detenido estudio de las compensaciones y de los arrepentimientos del crimen.Cuando otras películas hermanas arañan superficialmente, sin ahondar, aquí tenemos cine colorista, de ambientación folclórica ( el sur, la noche, el sudor, el tópido derramado como gasolina en una hoguera en la oscuridad ) donde Kasdan, que es zorro viejo en estas lides, une thriller clásico y melodrama criminalista.
Es una excelente película de serie negra que se afilia al sexo - y a su aureola clásica de fatalismos y reversos - como motor apostólico de toda la urdimbre narrativa.
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El goloso filón victoriano regentado por Ivory en el cine y por la BBC en la televisión depara un subgénero autónomo, untado de las mismas excelencias, adornado por el mismo exquisito mobiliario, embutido en el mismo cliché engolado y cursi, refinado y estricto, de convenciones morales feroces. Un abril encantado no es Regreso a Howard's End o Una habitación con vistas o, mucho menos, la fantástica Los dublineses, pero exhibe parecidos patrones estéticos y formales, y bucea, como las citadas, en el alma más etiquetablemente británica, encorsetada en sus veleidades coloniales y su imperialismo de té a las cinco y mesa camilla musicada por gratos giros sintácticos: los ingleses, cuando hablan, son muy suyos y elevan el adverbio a cotas de histerismo fonético como nadie en el planeta.Un abril encantado huele a BBC por todos los costados: es un hijo menor, que ha echado vuelo por la sala grande. Nada más arrancar ya sabemos que va a tener un acabado limpio, sobrio, un plantel de actores de primer orden y un guión novelístico regado por unos diálogos ágiles y formidablemente cuidados.Un abril encantado es también una reflexión sobre el mito del viaje. Mito, por otra parte, inherente a la Inglaterra de finales del siglo XIX y los arranques del XX. En plena Primera Guerra Mundial, cuatro mujeres, tocadas por diferentes dolencias, necesitadas de parecias terapias, deciden alquilar el Castillo de San Salvatore, en la costa italiana. Huyen de sus maridos, aunque huyen de Inglaterra, que es un esposo más castigador y férreo: escapan del clima y de las formas y del manido escaparate de protocolos y de figuramientos. El Londres pomposo y refinado, cotilla, maledicente, hace que esas damas de alcurnia tomen el paraíso del castillo italiano como baluarte de sus sueños y de sus esperanzas y recompesa final por todo el tiempo (perdido, miserablemente ) en imaginarlo.En estas estancias viven estas cuatro señoras su abril maravilloso, su primavera encantada, abriéndose, cómo no, al amor, a la salubridad del mar y su efectos milagroso en unos pulmones quemados por la niebla. Los papeles son románticos: búsquese la acepción más estándar y encontraremos el romanticismo que puebla todo el film: en cada pequeño destello. La maldad, empero, no existe. Cada cosa en el sitio en el que debe estar: en el sitio al que propenden. Todo conducente al hallazgo repentino de la felicidad y la conciencia (inmediata) de su pérdida.No hace falta ser Ivory, que ya va renqueando, para hacer un producto digno en este género tan británico: Newell cumple con creces. La BBC da hijos formidables, curte actores de valía e impregna con su sello escenas, olores, sensaciones que se quedan, indeblemente, en la memoria del espectador, sea o no sea hijo de la pérfida Albion.Estas pequeñas películas son trampolines a la fama: suaves entretenimientos sin pretensiones trascendentes para un público harto ya quizá de la bizarra maquinaria argumental de E.M. Foster o para un público ajeno, por completo, a ella.
Huele a bbc por los cuatro costados. Estas pequeñas películas son trampolines a la fama: suaves entretenimientos sin pretensiones trascendentes para un público harto ya quizá de la bizarra maquinaria argumental de E.M. Foster o para un público ajeno, por completo, a ella.
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Si yo fuera la mujer o uno de los hijos de Mel Gibson, no dormiría nada tranquilo por las noches. Este tipo hace ya algún tiempo ha cruzado una línea interna que probablemente no se apreciará en el día a día tanto como en el cine que dirige. Porque si el cine es el espejo psicológico de un director, 'La pasión de Cristo' deja entrever el fundamentalismo de un fanático, y 'Apocalypto' nos devuelve la imagen de un alucinado salvaje dominado por sus instintos primarios. Y todavía le piden que sea políticamente correcto.'Apocalypto' narra el viaje iniciático de Garra de Jaguar, un joven cazador que vive en una pequeña aldea en un momento indeterminado del período precolombino. Los poderosos guerreros mayas irrumpen en su vida, arrasando todo a su paso y capturándole como esclavo. Garra de Jaguar deberá enfrentarse a mil peligros y a su propio miedo para ganarse el derecho a volver a su bosque.Y con una premisa en principio tan endeble y tan manida, lo que consigue Mel Gibson es sumergirnos de lleno, como pocas veces se ha hecho antes, en una frenética lucha por la supervivencia. La palabra que mejor define el espíritu de la película es furiosa, y no lo disimula, al contrario. La coartada del primitivismo de la época le permite a Gibson sacar lo peor de sí mismo como persona, probablemente, pero muy por encima de eso lo mejor de sí mismo como cineasta: Gibson convierte lo que podía haber sido otra 'La selva esmeralda' o 'En busca del fuego' (estimables pero demasiado bienintencionadas) en un violentísimo relato que parece contado por un chamán a la luz del fuego en una caverna.Además, las virtudes narrativas se ven multiplicadas por la nerviosa fotografía digital de Dean Semler (no por casualidad responsable también de 'Mad Max 2' y 'Mad Max 3') y el arrollador montaje de Kevin Stitt y John Wright, mientras que los tan criticados anacronismos quedan minimizados por el increíble diseño de producción de Tom Sanders. Todos los aspectos técnicos rayan a un nivel altísimo, más teniendo en cuenta que 'Apocalypto' fue rodada en escenarios naturales en México, con las dificultades que eso supone.Y la gran duda que tenía sobre la película era las interpretaciones. Gibson se decidió al final por actores amateur que respondieran al tipo que necesitaba cada uno, y hay que felicitarle por ello. Lo define perfectamente Max Renn en su acertado análisis en Videodrome, "[.] unos actores tan reales que parecen fundidos en sus personajes [.]". Por si fuera poco, no se limita a esbozar un enfrentamiento "salvajes buenos vs. salvajes malos", sino que se pueden incluso encontrar matices en uno y otro bando, siempre dentro de los límites de lo que es, una película de acción.Como únicos fallos posibles, la inexactitud histórica, que puede resultar ofensiva a los defensores del academicismo más rancio, y la simpleza de la trama, que es a su vez una de sus grandes bazas: cuando un jaguar y una docena de cazadores de cabezas te persiguen por la selva, queda poco espacio para las exquisiteces filosóficas.Más allá de las interpretaciones que pueda haber (y las que los de siempre se inventen), 'Apocalypto' es la magnífica y desquiciada prueba de que Mel Gibson está a punto de convertirse en un personaje de los que le gustan a Werner Herzog. Un 9.
Apocalypto es la magnífica y desquiciada prueba de que Mel Gibson está a punto de convertirse en un personaje de los que le gustan a Werner Herzog.
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Pocas veces un título tan conciso resume tantas cosas. Almodóvar es muy grande. Sabe rehacerse, reformarse, transformarse, mejorar y atreverse a volver al camino al que, él mismo, se ve predestinado a recorrer; el camino de un gran director de cine, el de un guionista redondo, intuitivo, preciso y consecuente. Los grandes hombres solo huyen de sus propios fantasmas dando un nuevo recital y volviendo a demostrar maestría y genialidad. "Volver", significa, entre otras muchas cosas, recuperar a su público español, y no seguir enfocando sus historias, sobretodo, al gusto de la crítica americana y extranjera. "Volver" significa huir en parte de sus propios histrionismos y clichés y de la formula que le encumbró en lo más alto de Hollywood. Es arriesgar sabiendo que él es capaz de dar con la formula adecuada. Y es que,"Volver", mezcla el drama con la comedia, algo muy complicado de llevar a cabo con garantías de éxito. Toca temas diversos, escenas complicadas, y se atreve a navegar en la actualidad e incluso a tratar la critica social en las dosis exactas. Almodóvar, en esta, su última película, no se olvida de nadie y consigue no saturar, no exagerar. Podemos degustar su estilo visual, su control de los giros dramáticos, su gran dirección. Consigue estar presente, insinuar, dejar su olor, desplazarse como un fantasma sin remarcar en demasía ni forzar sus intenciones personales y artísticas.Almodóvar vuelve a trabajar desde la humildad y la honestidad. Hila una historia redonda, un guión potente y muy bien lubricado. Engrandece a un magnífico elenco de actrices y las dirige como el bien sabe. No entiendo a quienes se empeñan en criticar a Penélope Cruz, quien aquí carga con casi todo el protagonismo y vuelve, para demostrarle al mundo que ella es, no únicamente una actriz bellísima y de una presencia apabullante, sino una actriz capaz de bordar los papeles importantes. Carmen Maura vuelve también, sin complejos, para reencontrarse así misma. Carmen consigue emocionar, es real y magnífica, como siempre. Y el resto de las actrices, todas ellas, se suman al carro de las actuaciones brillantes. Lola Dueñas, Chus Lampreave, Blanca Portillo, Yohana Cobo y todos los demás.Los hombres, son todos malos, malísimos, y de presencia insignificante, esto sí que también como siempre, en cada uno de los cuentos feministas de Almodóvar.El director manchego, retrata además el pueblo de sus orígenes y ese ir y venir a la capital que le vio crecer. Hay mucho de autobiográfico, de homenaje y de melancolía. Y como el cine es romanticismo, en la Mancha hay molinos, viento, superstición, tradiciones y la locura que el Quijote supo promocionar al mundo. Almodóvar, sabe que el cine es contar cosas sencillas, retratar lugares austeros, gentes del mundo real, pero con historias y dramas universales, con poesía en todos los idiomas. Almodóvar narra al mundo y lo sumerge, una vez más, en su propio universo, un universo lleno de intenciones, detalles, subtextos y mensajes. Almodóvar vuelve, para demostrar que es uno de los mejores directores en la actualidad, un verdadero amante del cine y, muy posiblemente, uno de los autores más sobrios e inteligentes que nuestro país haya conocido.
Volver significa huir de sus propios histrionismos y clichés y de la formula que le encumbró en lo más alto de Hollywood
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Es como si lo estuviera viendo. La joven, rica y hastiada-de-tanto-lujo Sofía se termina de leer 'Maria Antonieta: el viaje' de Antonia Fraser, se echa en la cama con aire soñador, suspira y dice "¡Aish! Me siento tan desgraciada e incomprendida como María Antonieta. Voy a llevar al cine su triste vida". Y va a casa de Francis Ford y le dice: "Papá, este año para mi cumple quiero que me regales financiación para un proyecto muy personal". Y Francis se estremece al acordarse de 'Corazonada', pero cuando cuando su hija le dice "pooorfaaaa", no se puede negar y le produce la película. "Pero con una condición, Sofía: haz algo que dé dinero".Y así (me imagino), Sofía se inspira en el libro de Antonia Fraser para contar el lado más humano y superficial de la última reina de Francia en 'Maria Antonieta', su última película. La historia de una niña de quince años que aterriza en la corte de Versalles en todo su decadente esplendor contra su voluntad, convirtiéndose primero en blanco de todos los cuchicheos y después en cabeza de turco (nunca mejor dicho) de la sangrienta revolución francesa.Pero claro, esto último no es lo que Sofía quiere contarnos. Lo que a ella le interesa de María Antonieta (Kirsten Dunst en una interpretación que confirma la leyenda sobre las rubias) es que era joven, guapa, no le gustaban los protocolos, le encantaba ir de compras y a la pelu, salir de fiesta, comer pasteles y flirtear con jóvenes militares. Ah, y que se aburría mucho, la pobre. Tanto se aburría que la Coppola nos tortura con una hora y cuarto de "adaptación de María Antonieta a la corte" en la que pasa lo mismo una y otra y otra vez: me levanto, voy a misa, cotilleo, veo al embajador, ceno, intento que mi marido cumpla en la cama, me duermo. Y vuelta a empezar. Su marido no le hace ni caso. Sus únicas salidas para la depre son comer pasteles, comprar zapatos y cambiar su peinado (un discurso algo dado al cliché el suyo, srta. Coppola). Lujo y bostezos, todo es uno en esta parte de la película. Sólo un par de escenas de esas de parranda y el personaje de Asia Argento se salvan del sinsentido.Después de esa hora y cuarto es cuando Sofía se decide a mostrarnos la evolución del personaje: de princesita campechana y desubicada (muy a lo 'Sissi emperatriz', tampoco es nada original) pasa a ser reina de Francia y madre casi a la vez, sufre un repentino ataque de madurez y se retira a una casita de campo con su hija, a jugar a los granjeros, provocando aún más bostezos entre el público. Destaca el plano en el que ella y sus amigos nobles (su marido no, claro) pasean en una barquita por un hermoso lago con una expresión de aburrimiento sólo comparable a la mía en ese momento. Es la etapa "soy una mujer complicada" de María Antonieta, ya que tan pronto está jugando con su niña como se está tirando a un oficial sueco. Su marido sigue pasando de ella.Y para el tramo final, Sofía Coppola ya ha contado todo lo que a ella le interesa del personaje, que ya es madre y ya no gasta tanto en fiestas y champagne. así que recurre (ahora sí) a los hechos históricos para finiquitar la monarquía y todo lo que representa. Ésta es la parte más ágil, quizá porque dura unos cinco minutos. A la hora de la verdad, Sofía no se atreve a rebajar a su heroína hasta el extremo de la decapitación, ni se abstiene de insertar un plano de una habitación del Versalles destrozado, para que todo el mundo vea lo que se perdió con la Revolución. Malditos pobres, cargarse a un lugar y una gente tan "cool".Al margen de tan lamentable visión de un personaje, Sofía Coppola cuenta con un primer operador competente como Lance Acord, y un diseñador de producción, K. K. Barrett, que recrea a lo bestia la jaula de oro que era Versalles (con especial detalle en la comida). Los actores representan unos muñequitos snob, decadentes y sin preocupaciones con similar fortuna (destacan Asia Argento, la única plebeya de la función, Jason Schwartzman como el Borbón pasmado de turno y Kirsten Dunst por su personaje de encefalograma cuasiplano y porque sale más mona de lo normal). Y ya.Y al final uno se acuerda del trailer ése en plan poppy con canciones ochenteras y ritmo acelerado y se da cuenta de que esa intención corresponde a unos 10 minutos del total de la proyección, ya que el estilo es pomposo y desmayado en la mayor parte del film. Pero la Coppola ha hecho caso a su padre y ha sabido vender su visión del ocaso de Versalles como un clip fashion para nostálgicos del sintetizador. Al menos, 'María Antonieta' no será lo que 'Corazonada' fue para su padre, y Sofía podrá seguir comiendo pasteles durante una buena temporada.En fin, nunca tan poca chicha dio para escribir tanto. La película que revela que sí, que es verdad, que Sofía Coppola se aburre mucho. Un 3,5.
La película revela que sí, que es verdad, que Sofía Coppola se aburre mucho.
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Muchos de los errores que vemos actualmente en cine, tienen un denominador común: la falsa consideración de que un buen contenido es suficiente, olvidando algo que, incluso, puede ser más interesante: un cuidado y atractivo continente. Porque señores si puedo elegir entre un hombre listo y otro que además de ser inteligente tiene el aspecto de Eric Bana, pues para que nos vamos a engañar, va a ser que el me quedo con el segundo.Bromas aparte, cuando un espectador va al cine no sólo quiere que una historia le resulte atractiva por el motivo que sea sino que, además, desea que se la sepan contar (no olviden que hasta el mejor chiste puede ser estropeado por un insulso patán). Todo este prólogo viene al caso para hablar de la película "Atrapa el fuego", en la que se nos relata las penurias que cualquier persona puede sufrir en un estado dictatorial, en este caso, se trata de un humilde trabajador negro durante el apartheid. Patrick Chamusso, nuestro protagonista, no es fruto de la ficción, sino que el largometraje está basado en la vida real de este sudafricano que se convirtió en un héroe tras su ingreso en el Congreso Nacional Africano (entonces movimiento de resistencia, ahora partido político).Hasta aquí, la cosa podría parecer interesante, sin embargo, el mal uso de los tiempos en la narración, así como la aportación de información innecesaria y pesada, convierte una biografía cuasi-interesante en un auténtico folletín con cierto regusto a culebrón. Para empezar, sobra demasiado material en el que se nos enseña que Patrick era una bellísima persona, con la mitad de imágenes me lo hubiera creído. Otro tanto de imágenes de torturas de sobra y en el que no se nos informa del tiempo que estuvo encerrado (un día, una semana, un mes?) Por el contrario, apenas contaremos con material sobre el ingreso de Patrick en el CNA (y no es éste un aspecto como para resumirlo en alguna cancioncilla militar). En resumen, demasiado acento melodramático y poco orden en la estructura narrativa. Y que conste que no he hablado sobre las fotografías de los créditos finales (el actor y el personaje real unidos en un abrazo? Sin comentarios).En cuanto a los actores, destaca la aparición de uno de los iluminados de este siglo (y mira que hay unos cuantos: Bono, Susan Sarandon, Angelina Jolie, Pilar Bardem, Joaquín Sabina). Hablamos del bien pensante Tim Robbins, un personaje que ha hecho historia en la pasada celebración del Festival Internacional de Cine Solidario de Madrid con frases tan profundas como "Mi intención era apoyar el festival, no salir en fotos con políticos de derecha. Siento que me han utilizado". Con barbaridades como ésta, sobran las palabras. Por cierto, Sr. Robbins cuando venga a mi país a hablar sobre asuntos de política debería documentarse un poco más, sobre todo, si va a hablar de un asunto tan delicado como el terrorismo. En fin, ¡cómo me encantan estos iluminados autodenominados de izquierdas que se limpian el culo con papel de seda!
El mal uso de los tiempos en la narración, así como la aportación de información innecesaria y pesada, convierte una biografía cuasi-interesante en un auténtico folletín.
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Un arreglatejados, pobre como una rata, descubre el cofre del pirata muerto con el plano de la isla que tiene el tesoro fabuloso. No se corta un pelo y zarpa al infierno: eso es 13 Tzamenti, un viaje a las profundidades del horror del alma humano. Paranoia, locura, estremecimiento, un Hostel a lo bruto: la película que aúna el espíritu de moda Saw en cualquiera de sus entregas y un punto a lo Polanski del principio cuando rodaba sin escrúpulos y hacía retratos perversos de las ambiciones y del estricto código deontológico del mal en estado puro ( Cul-de-Sac y luego, menos sonoramente Chinatown ).Hay un tono crudo, intimista, pero también están los patrones del thriller: todo muy bien sazonado de argumentos convincentes como el guión ( irreprochable, novedoso dentro de lo trillado que está todo en esto de escribir cosas para el cine ) o la actuación de Sebastian, el protagonista, un estupendo y, por mí, desconocido George Babluani, que habla en un gesto o en un silencio entre una frase y otro que otros actores de valía con un parlamento de tres minutos.El blanco y negro conviene a estos sentimientos turbios, manejados con frío desperpajo por un director novel que promete ( y mucho ). ( Ojo a su nuevo, anunciada, L'Heritage ). Recomendable para quien desee asistir a una sesión de adrenalina bien escrita, de poderosa escritura de cine negro clásico, pero transmutado ( a pesar de la apariencia a la antigua ) en modernidad absoluta. Un descubrimiento avalado por una ristra enorme de premios.
Recomendable para quien desee asistir a una sesión de adrenalina bien escrita, de poderosa escritura de cine negro clásico, pero transmutado ( a pesar de la apariencia a la antigua ) en modernidad absoluta.
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Mel Gibson lleva a rajatabla uno de los primeros principios del buen guión: al heroe hay que maltratarlo. De Gibson deberían aprender otros como los "Harry Potter" o la serie Bond, con la excepción del último "Casino Royale". Lo que el abc del buen guión no pide es llevar el sufrimiento hasta semejante desmelene. Eso ya es un deje, un mal hábito que cada cual le aguanta mejor o peor al australiano.Cuando uno ve una película de Tarzan, le chirría a primera vista los escenarios de cartón piedra, los elefantes de zoo, las plantas de plástico y los estanques que querían imitar ríos africanos. El espectador de los treinta se conformaba con esa dosis de parecido; el espectador de hoy pide más, pero ni uno ni otro reclama la realidad. El cine abastece gustos y añade algún detalle realista cuando nota la demanda. Pienso que Gibson procede de otro modo. Trata de aproximarse al mundo de Jesús, o al de los antiguos aztecas quitando de en medio los hábitos del cine, dejando sola la que él cree que pudo ser la realidad. Por eso no dobla las películas, o por eso la ciudad azteca no parece una ciudad, y el camino no parece un camino. Gibson intenta, a primera vista, no darle facilidades al espectador.Pero sólo lo intenta en la primera mitad. Cuando habla de la impotencia dentro del clan que es vivida como algo colectivo, de la narración frente a la hoguera, de la lucha entre los guerreros y los nativos, del viaje, los ojos de la gente que miran a los prisioneros, de la crueldad de los sacrificios.La segunda mitad prescinde del contraste cultural y nos mete de lleno en una narración de siempre. La huida está llena de pruebas que hablan poco de otra época, y mucho de los lugares comunes del cine de aventuras. Supongo que los productores estaban dispuestos a arriesgar sólo hasta cierto límite. O bien hasta cierto momento del metraje.Conociendo al integrista católico de Gibson yo apostaría que no eligió la america precolombina al azar. El mensaje que ha querido colarnos es, lo sospecho: un mundo sin dios es inhabitable. Y como esta es mi página y todavía no tengo censura, me tomo la libertad de responderle. No creo que los aztecas carecieran de la humanidad o de la compasión de los cristianos. Ellos tenían sus sacrificios humanos para deshacerse de sus excedentes de población, y nosotros, los europeos, teníamos nuestras guerras y nuestras cruzadas para acabar haciendo, con hipocresía eso sí, lo mismo.
Conociendo al integrista católico de Gibson yo apostaría que no eligió la america precolombina al azar. El mensaje que ha querido colarnos es, lo sospecho: un mundo sin dios es inhabitable.
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Antes de nada, me disculpo por lo extenso de esta crítica y recomiendo a quien aún no haya visto alguna de las películas, incluidas la última, que no continue leyendo, porque desvelo la trama de gran parte de la saga. Esta es una de las sagas más exitosas y más famosas de la historia del cine, con todos mis respetos a Bond, James Bond, quien si el destino no lo remedia pronto, algún día me regalará un record Guinnes por conseguir ser el único occidental que aún no ha visto ninguno de sus numerosos títulos. Todos mis respetos desde aquí a sus seguidores, también a Sean Connery y al resto, pero lo mío ya es algo así como una paradoja del azar, una avalancha extraña de circunstancias y, últimamente, reconozco que también existe algo de orgullo personal ante un indudable sabor a arroz quemado. He llegado muy tarde y las increíbles piruetas del afamado gentleman ingles no consiguen captar realmente mi interés. La saga de Rocky abarca tres décadas desde la primera película hasta la última y más reciente entrega. Permítanme que comience por el principio:En 1976, un desconocido actor, Sylvester Stallone, escribió un guión llamado Paradise Alley (La calle del paraíso), inspirado en un combate entre Muhammad Ali y Chuck Wepner. El guión cayó en las manos de los productores Irwin Winkler y Robert Chartoff quienes, en un principio, se mostraron contrarios al empeño y la voluntad de Stallone de encarnar al boxeador protagonista. Pero este fue realmente el primer combate ganado por Stallone, quien consiguió el papel y la producción de su sueño cinematográfico. Y aunque en la película pierde a los puntos contra el poderoso Apollo Creed, este ganó, sin embargo, por K.O y en el primer asalto, contra Scorsese, quien vio como Rocky se llevaba ese año el Oscar a la mejor película por encima de su magnífica "Taxi Driver". Stallone se guardó el título de su guión y lo reservó para otra película que el mismo rodó e interpretó dos años más tarde y que, en nuestro país, se dio a conocer como "La cocina del infierno". El guión y la película sobre el boxeador de Philadelphia pasaron a llamarse "Rocky".La película de Stallone fue rodada en menos de un mes y con un presupuesto modesto de poco más de 1 millón de dólares y recaudó más de 115 millones tan solo en los Estados Unidos. Público y crítica, aturdidos por el júbilo, se aunaron a su favor y la cinta se hizo, además, con otros dos Oscars, el de mejor montaje y el de mejor director, de un total de 10 nominaciones y tras haber recibido otras 6 nominaciones y el Golden Globe también a la mejor película.Si me preguntan a mí, les diría que "Rocky" es un estupendo drama, muy bien construido, lleno de corazón y de épica y que narra, a la perfección, una historia sobre la superación personal y la búsqueda de uno mismo. Es la historia de un boxeador italo-americano de talento, pero sin fe ni oportunidades, Rocky Balboa, quien vive y se gana la vida en un barrio bajo y deprimido de Philadelphia. Trabaja como pluriempleado, boxeando por cuatro perras y amenazando a morosos como ayudante de un matón de poca monta. Está enamorado de Adrian, hermana de su amigo Poli. Adrian es una mujer muy tímida que trabaja en una pequeña tienda de animales con quien, Rocky, intentará establecer una relación amorosa. Gracias al destino, a la suerte y en parte a su llamativo apodo, "El potro italiano" se le brinda, de la noche a la mañana, la oportunidad de su vida. Podrá enfrentarse al actual campeón de los pesos pesados y soñar con el título. "Rocky" narra una historia honesta, universal, de esas que los americanos, en su nacional egocentrismo y adueñándose descaradamente del término, denominan como "El sueño americano". Lo cierto es que Rocky es una buena película, pero también es una película bastante sobrevalorada, y lo demuestra el mismo Stallone con la secuela Rocky II, donde consigue romper el mito de "La segundas partes nunca fueron buenas" calcando la estructura y la formula mágica de la primera parte con admirable respeto e inteligencia. Mimando el desarrollo de los personajes y su mundo y llegando, incluso, algo más allá en cada una de las virtudes de su predecesora. Esta segunda parte supera o, como mínimo, consigue alcanzar la calidad cinematográfica de la primera pero, sin embargo, esta vez no consiguió todo el favor de la crítica. El público, sin embargo, la recibió con bastante entusiasmo y recaudó 85 millones de dólares en los Estados Unidos. Yo opino que, ni la primera era tan buena, ni la segunda era tan mala. Pienso que ambas alcanzan un nivel muy notable y que, realmente, además de repetir en las labores de guionista, sorprende muy positivamente el trabajo del propio Stallone en la dirección, ya que lo cierto es que, durante los 119 minutos que dura esta secuela, nunca llegamos a echar de menos al director de la primera parte, John G. Avildsen. Avildsen es un director irregular, para muchos mediocre, que en la actualidad está prácticamente retirado, pero que, sin embargo, ha conseguido reunir dos títulos que han cambiado la vida de millones de espectadores de distintas generaciones: "Rocky" y "Karate Kid". Con ambas, no solo ha conseguido llenar las salas de cine, sino que ha conseguido motivar y volver a llenar de vida los gimnasios deportivos de medio mundo. Debo de reconocer que hasta yo mismo llegué a cinturón verde de karate (¿o era azul? Buff, ni lo recuerdo ya) gracias a ese hombre. Volviendo a Rocky, no podemos obviar a uno de los pilares fuertes y a uno de los culpables del éxito de la cinta y de que esta, treinta años más tarde, sea considerada como un clásico o como película de culto, la magistral banda sonora de Bill Conti. El tema principal, la canción "Gonna Fly Now" es un icono cultural unido de por vida a la figura del mito "Rocky". Conti realizó las bandas sonoras de toda la saga exceptuando la de la cuarta entrega, que por otro lado, y bajo mi opinión, era una de las mejores, influenciada sin duda por los gustos musicales y los ritmos de la década de los 80, y que exaltaban y complementaban la épica y toda la trepidante acción de aquella secuela.En Rocky II, película que llegó tres años más tarde, ya en el 79 y con un Stallone, al igual que su personaje, encumbrado en el éxito y la fama, se justifica eficazmente los conflictos de la trama. La cinta comienza donde acaba la primera parte y podemos ver a un Apollo Creed insatisfecho con su revalidación del título mundial (por los puntos y por los pelos) ante, el hasta entonces, completo desconocido "Potro Italiano". Interiormente, Apollo sabe que es muy posible que haya alguien mejor, un verdadero campeón, y la sombra y la creciente fama de Rocky lo torturan interiormente. El personaje de Apollo es encarnado de nuevo por el actor Carl Weathers quien, merecidamente, se hace un destacado hueco en esta saga pugilística y siempre será recordado como tal. En esta segunda entrega se desarrolla gran parte de la sincera y bonita relación de amor entre Adrian y Rocky, quien tras el combate le pide matrimonio y terminan casándose felizmente y por la iglesia, como un buen creyente italiano. Uno de los aciertos de la saga, es la de otorgar un trasfondo dramático ferreo a los guiones y ofrecer conflictos personales a cada uno de los personajes. Stallone, como guionista, entiende que el antagonista de Rocky, en cada uno de sus retos, es prácticamente un personaje tan importante como el del boxeador mismo. Entendemos las motivaciones y los conflictos de Apollo, también las de Rocky y, además, se dibujan con esmero los personajes de Adrian, quien en esta segunda entrega se opone al combate tratando de salvaguardar la salud de su marido. El personaje de Poli, ese pobre diablo que además es su cuñado, o el de Mickey, el siempre entrañable y cascarrabias entrenador de Rocky.La mujer de Rocky se queda embarazada y Rocky está dispuesto a dejar el boxeo y trabajar en lo que pueda para mantener a su familia. Pero Rocky, aunque es una persona muy noble, también es una persona muy básica e inculta, y esto se transforma en un problema a la hora de administrar el dinero ganado o de intentar trabajar de cualquier otra cosa. Desde el entorno de Apollo se le presiona para volver a combatir, pero ni su mujer, ni su entrenador parecen apoyar la idea.Uno de los mejores momentos de la saga es la escena en el rellano de la casa de Mickey. Rocky le pide que por favor le vuelva a entrenar y su entrenador le demuestra, dándole una bofetada por sorpresa, que físicamente ya no esta apto para combatir.-¿Lo ves?, Ni siquiera lo has visto venir, ¿verdad? Y eso que te lo ha dado un viejo anciano, ¿Qué pasaría si Apollo te cazara varias veces? -Supongo que me noquearía. -No, te lesionaría, para siempre. Uno de los ojos de Rocky ha perdido visión. La escena es simplemente antológica, junto a otras con algunas frases como:"Adrian, yo? nunca te he pedido que dejes de ser una mujer, por favor? por favor te lo pido, no me pidas a mi que deje de ser un hombre"Mientras Apollo lo ridiculiza sin piedad en los medios de comunicación, Rocky se humilla ante los ojos de su entrenador trabajando de cualquier cosa en el gimnasio de este. La situación es dolorosa y las provocaciones excesivas, lo que provoca que Mickey cambie de opinión y decida apoyarlo y volver a entrenarlo. Somos testigos entonces de cómo Rocky le dice "Lo siento" a su esposa y de como comienza el duro entrenamiento. Sin embargo, Adrian llegará a sufrir graves problemas de salud que harán peligrar su vida y la del hijo de ambos. La tensión y la emoción se incrementan, con una narración que transcurre equilibrada y firme y que llega y se transmite perfectamente al espectador. Apollo quiere venganza, saldrá para machacarlo, humillarlo y vencer así a sus propios demonios. Mientras Apollo se entrena muy duro, vemos a un Rocky desmotivado y sin ánimos para poder entrenar dignamente, muy afectado por la situación crítica de su mujer. Podemos sentir con angustia como pasan las horas, los días y como se acaba el tiempo. Sufrimos junto a Rocky, porque no esta preparado y sus oportunidades en el ring se van mermando en la silla del hospital. Pero esta entrega tiene además uno de los momentos más emocionantes, arrebatadores y potentes que yo he podido encontrar en una película. Adrian vuelve en sí, ha nacido el hijo y, ambos, parecen estar finalmente fuera de peligro. Rocky esta cansado, pero feliz, es padre por primera vez y esta dispuesto a no volver a contrariar a su mujer. Propone retirase, dar el combate por perdido, como parece ser el deseo de su mujer, pero ella, entendiendo que su marido tiene el corazón de un verdadero boxeador y que necesita cumplir su sueño, le pide que haga algo por ella:-Quiero que hagas algo por mí. Acércate.-Qué.-Que ganes. ¡Véncele!Entonces comienza la música y el entrenamiento contra reloj, y los pelos se le ponen a uno como escarpias. Llega el gran momento y Stallone ha mentalizado a sus espectadores con una precisión milimétrica. El combate está fotografiado con una agilidad y una puesta en escena asombrosa y resulta vibrante y lleno de épica y emoción. Ëpica es una palabra que no puede dejarse de mencionar cuando uno hace referencia a esta saga. Rocky II gana por K.O, y para quien escribe esta crítica es, sin ninguna duda, la mejor película de toda ella.Llegan los años ochenta y Stallone, en su plenitud física y profesional, está a punto de vivir su década de oro. En 1982 volverá a ponerse los guantes y de nuevo, escribe y dirige una tercera entrega de la saga. En el mismo año, nace otro icono del cine de acción, John Rambo en "Acorralado", basada en el best seller de David Morrel "First Blood" y que dará pie a otra saga millonaria.Rocky III es, de las seis partes, sin duda la más divertida y una de las más entretenidas. El mayor acierto, una vez más, es la elección de su contrincante, en este caso, un asombroso Mr. T (Aquí más conocido como M.A en la serie "El Equipo A"), quien se toma muy en serio su papel y consigue crear la figura de Clubber Lang, un despiadado, temible y brutal púgil lleno de odio. Stallone parece ser consciente de que la crítica, tratandose de una tercera parte, no va a estar de ninguna de las formas a su favor, pero continúa moviendo las fichas con mucha destreza. No esta dispuesto a abandonar la formula secreta y decide volver a mezclar los géneros de acción y drama. Para compensarlos, sabe que necesita sacrificar alguna de sus fichas. Y si en la segunda parte la salud de Adrian y la de su hijo servían para manipular los corazones, en esta, utiliza la muerte del viejo entrenador como revulsivo. La película comienza con una simpática y casi disparatada dosis de humor en la que se muestra como la vida del campeón se ha vuelto un circo mediático. Se incluye un combate de exhibición con el, entonces, aún no tan conocido luchador de lucha libre Hulk Hogan que por momentos resulta no menos que surrealista. Este principio, a veces, casi jocoso, esta calculado y medido, para contrastar con la parte dramática aún con mucho más impacto. En los momentos antes del combate y durante una discusión acalorada con Clubber Lang, Mickey sufre un ataque al corazón, y aunque Rocky quiere suspender el combate, su entrenador se niega y le pide que combata. En semejante situación, Rocky es brutalmente noqueado y terminado el combate, en los vestuarios Mickey muere en sus brazos creyendo que este ha vencido la contienda.El boxeo es un deporte respetuoso, noble y de hombres y en Rocky III, será Apollo, gracias a la sana admiración por quien supo ganarlo con el corazón y de forma honesta y justa, quien, junto a Adrian y Poli, se aliará a Rocky en los momentos difíciles. Las escenas de entrenamiento y los dos combates contra Clubber Lang, vuelven a estar a una gran altura, y esta tercera entrega vuelve a satisfacer al gran público. Rocky III se convierte en la película más taquillera de las tres, superando los 125 millones de dólares en los Estados Unidos. Esta tercera entrega, y contrariamente a lo que muchos piensan, es para mí una admirable secuela, emocionante, vibrante, entretenida, con escenas realmente inolvidables y con nuevos temas musicales como "Eye of the tiger", que quedarán para siempre en la historia del cine y que participan importantemente en la grandeza de la leyenda del púgil de Philadelphia. Llegamos a 1985. Stallone acaba de estrenar la segunda película más taquillera del año en Estados Unidos (tras "Regreso al futuro" de Robert Zemeckis), "Rambo, Acorralado II" que, por otro lado y gracias a sus dosis de violencia gratuita, consigue arrasar en los premios Razzie a las peores películas en casi todos sus apartados, incluyendo peor película, peor actor y peor guión. Algo, bajo mi humilde opinión, ciertamente injusto si tenemos en cuenta que es una bastante más que correcta cinta de acción bélica.Los tiempos cambian y el prototipo de héroes y villanos también. Son los años ochenta y la testosterona y la violencia fascistoide vende y funciona. Stallone no puede evitar cierta mutación entre sus dos personajes más famosos. Al igual que hace en Rambo II, en Rocky IV decide obviar en gran medida la parte social y dramática en el hilo argumental a favor de la acción pura y dura. Y de nuevo como guionista y en las labores de dirección, consigue superarse de nuevo batiendo el record de taquilla de la tercera parte. Rocky IV se alza con el título de "La película deportiva más taquillera de la historia".De nuevo consigue afinar las notas correctas y esto es gracias en gran parte a que encuentra un antagonista atractivo y a la altura de sus predecesores. Iván Drago, protagonizado por Dolph Lundgren, es un boxeador de la antigua Unión Soviética entrenado en instalaciones futuristas de última generación y con la ayuda de sustancias anabólicas prohibidas, que le otorgan cualidades casi sobrehumanas. Un deportista perfecto y programado con la única intención de humillar al campeón americano en mitad de la denominada Guerra Fría. Esta vez, Stallone sacrifica una nueva pieza, Drago fulmina y provoca la muerte en el ring a un desprevenido Apollo quien, por nostalgia, decide volver al ring. Con un estilo algo más videoclipero que las anteriores, siguiendo en parte la moda de los 80, (mítica la escena con Apollo Creed vestido de "Tio Sam" y bailando con el "Living in America" de James Brown) y prescindiendo de los acostumbrados diálogos y de los momentos moralizantes de las anteriores, Rocky IV es sin duda una de las películas deportivas de acción más efectivas y adrenalíticas de la historia del cine, y me consta que ha sido utilizada, más de una vez, para motivar a deportistas de muchas partes antes de sus enfrenamientos deportivos. Rocky IV, aunque se aleje del estilo y de las pretensiones mucho más artísticas y sobrias de la original, es una joya del entretenimiento y de la acción y un autentico clásico de los años 80. Le pese a quien le pese.A Stallone, sin embargo, le entraron las dudas con la década de los noventa. Parecía ser consciente, junto a otros actores como Arnold Schwarchenegger, de que los espectadores poco a poco comenzaban a reclamar un cambio y nuevas formulas. Heroes más sofisticados y algo menos planos. La saga de Rocky ya había dado todo de sí y Stallone sentía que lo mejor era dar un giro en su carrera. Poco antes de fracasar en una nueva faceta como actor cómico con dos despropósitos como "Oscar" y " Alto o mi madre dispara", Stallone decide culminar la saga de Rocky en el 90 con una última entrega en la que, incluso, estuvo seriamente tentado de dejar morir al héroe. Para ello, devuelve el mando en la dirección a Avildsen, el director de la original, e intenta rescatar los derroteros dramáticos de las primeras entregas. Pero esta vez, por una total falta de claridad en sus propósitos y por intentar modernizar la formula, esta falla completamente. Rocky V no solo es la peor película de la saga, a años luz de todas las anteriores, sino que no aporta absolutamente nada nuevo y únicamente consigue denigrar de un plumazo el fantástico personaje que le encumbró en la fama. Con una dirección inexistente, un guión lamentable, aburrido, absurdo y hasta en más de un momento grotesco y con unos diálogos ridículos, Stallone, sacrifica a Rocky apuntillándolo además con la peor y más desafortunada interpretación de toda su carrera. Esta vez, la figura de Rocky resulta insoportable. Deambula sin sentido como un memo tarado de verborrea incontenible, que consigue caer mal por primera vez y sacar de quicio a cualquiera. Y de esta manera, una saga que había resistido con dignidad los gustos y preferencias de prácticamente dos décadas enteras, se estrellaba estrepitosamente en los 90, cosechando las peores criticas posibles, defraudando por completo a sus seguidores y dándose un más que sonoro batacazo en taquilla. Este desproposito, por la falta de fe y de decisión, y sin pretenderlo, parecía ser el peor final que el mito de Rocky se merecía.Pero en este 2007 se ha estrenado Rocky Balboa, esta vez sí el capitulo final de la saga. Han tenido que pasar 17 años, 30 años desde el primer Rocky, para que un Stallone con 60 años cumplidos, vuelva a intentar rescatar del pozo la saga y tratar de culminarla como esta se merece. Stallone ha salido muy tocado de la década de los noventa, años que únicamente han evidenciado su creciente decadencia profesional, fracaso tras fracaso, con películas como "Driven", "D-Tox", "Avengin Angelo", Taxi 3, Spy-Kids 3D y un largo número de títulos mediocres que lo han apartado del éxito. Rocky Balboa vuelve a beber directamente de la misma fuente que las primeras entregas, y si en aquellas teníamos a un solitario treintañero que soñaba con salir del anonimato y triunfar a contra reloj como boxeador, en esta tenemos a un Rocky ya retirado, un viejo veterano que se enfrenta al último cuarto de su vida como famoso ex boxeador y como viudo. Adrian ha muerto de un cáncer y Rocky dirige un restaurante con su nombre en donde entretiene a la clientela con sus viejas batallitas. Es muy comentado el extraño y lamentable aspecto que ofrece Stallone en esta última entrega, debido a las numerosas operaciones de cirugía estética y al abuso de esteroides y anabolizantes en su afán de conservar la musculatura para poder continuar, a su edad, impresionando a sus seguidores. Lo cierto es que no podemos dejar de comparar su vida personal con la del propio personaje y, en este caso, su aspecto físico y su situación profesional actual, juegan a favor y apoyan en parte la credibilidad de lo que se expone en esta última película. Digo en parte, porque también tenemos que creernos que un hombre de sesenta años recibe la oportunidad de volver a luchar contra el campeón de los pesos pesados. Aunque bien es cierto que esto ya era prácticamente igual de improbable en aquella primera película en los años 70. Stallone es consciente de que, a pesar de todos sus esfuerzos, su poderío físico ha dejado de ser un arma eficaz y creíble como lo era antaño para conseguir ofrecer generosas dosis de espectáculo. Por ello, decide mejor concentrarse seriamente en la parte dramática y emocional a la que otorga la mayor parte del metraje. Esta vez, utiliza a la perfección una nueva y contundente arma, la nostalgia. Stallone vuelve a escribir un guión con oficio, mimo y honestidad y nos muestra a un Rocky en su etapa decadente, solitario, envejecido y melancólico. Rocky sobrevive agarrado al recuerdo de su mujer y al recuerdo de los tiempos pasados, que como bien se sabe, siempre fueron mejores. Stallone, muy consciente del caracter tan personal de este proyecto y de lo arriesgado que resultaba la idea de volver a encarnar a Rocky por última vez y tras 17 largos años de ausencia, decide controlar de nuevo el producto muy de cerca y, una vez más, es él mismo quien vuelve a realizar las labores de dirección. Esto resulta un verdadero acierto. Además, también decide volver a trabajar como antaño, con un presupuesto bastante modesto, esta vez de 24 millones de dólares. Las subtramas y los conflictos de los personajes que rodean a Rocky en esta entrega son excesivamente esquemáticos y están sujetas un poco con alfileres, pero cumplen con su función y no llegan a entorpecer la historia.Yo, ante todo, destacaría la escena de Rocky y Poli en la fábrica de carne, donde Rocky abre de forma "descarnada" su corazón, con lágrimas en los ojos, en un monólogo auténtico y realmente emocionante.No tan afortunada es la parte final, con un entrenamiento rodado con el oficio de la experiencia, pero extremadamente fugaz. Se echa en falta el poder observar como un hombre de su edad, lucha por volver a coger la forma. Las agujetas, los mareos, esa mencionada calcificación de las articulaciones. Sentir la cuenta atrás, el miedo a hacer el ridículo, a no estar a la altura, el miedo al bochorno de ofrecer un show lamentable o de resultar gravemente lesionado. Hay una inexistente tensión dramática y, de un plumazo, nos encontramos a Rocky ya en el ring. Además, Mason Dixon es el antagonista peor dibujado y más flojo de toda la saga. Parece no fomentarse el poderío de este, en parte para ayudar a la credibilidad de todo el asunto o quizás, porque ya no es necesaria ninguna continuidad o profundidad excesiva del personaje al tratarse del último capítulo. Por todas estas razones, no llegamos al combate tan motivados como nos tenían acostumbrados en los enfrentamientos anteriores, y esto resulta un lastre demasiado pesado. El combate, por otro lado, tampoco consigue llegar a la espectacularidad deseada y es, con diferencia, y sin contar la grotesca escaramuza callejera con Tommi Gunn en la olvidable quinta entrega, el peor realizado de todos. Se intuyen algunas buenas intenciones, pero la puesta en escena es bastante mediocre y tanto el montaje, como la realización, son bastante desafortunadas. Los guiños modernos y el pretendido estilo más cool de los tiempos que corren, con una edición videoclipera y confusa, empobrecen considerablemente el espectáculo. Y si no, revisen cualquiera de los brutales enfrentamientos de cualquiera de las películas anteriores. Supongo que los planos abiertos y el montaje más clásico de las décadas anteriores, evidenciaban en demasía las carencias físicas de la puesta en escena del Sylvester Stallone de hoy en día. Una verdadera lástima y una gran oportunidad perdida, la última, para, tras una fantástica primera parte de película, haber podido ofrecernos la mejor entrega de toda la saga.Sin embargo, y en líneas generales, Stallone recrea un honesto, justo y emocionante capitulo final, con un carácter inequívocamente circular, para reforzar la sensación de redondez de una saga que ha significado todo en su vida. Y si la fortuna y una rotura de mano (la del aspirante al título que iba a enfrentarse hace 30 años a Apollo) le otorgaron entonces la oportunidad de su vida y el principio de todo un sueño, el final esperado se lo brinda ahora otra rotura de mano. En Rocky Balboa, durante el combate, a las primera de cambio, Dixon se parte la mano con un desafortunado golpe a la cadera de Rocky, con lo que se ven de esta forma mermadas sus habituales habilidades en el ring, y lo que brinda, por otro lado, la oportunidad a un valiente veterano como Rocky, de igualar la desventaja y ofrecer el espectáculo de volver a aguantar estoicamente y con honor todos los asaltos al joven campeón. Rocky perderá a los puntos, como ya lo hiciera aquella primera vez contra Apollo, pero moralmente, volverá a ganar como ya lo hiciera entonces. Todo termina como empezó y generaciones enteras de espectadores hemos podido crecer y madurar siendo testigos directos de la vida de un hombre bueno, un verdadero héroe hecho así mismo. Rocky Balboa es una película de notable calidad que cierra con gran dignidad la saga y es también un acertado y merecido homenaje a la figura de Rocky y a su creador. Stallone ha conseguido, treinta años más tarde, volver a reencontrarse de nuevo con gran parte de la crítica. Mientras, el público está respondiendo como casi siempre, de forma fiel y apasionada y Rocky Balboa esta siendo un verdadero éxito de taquilla.Gracias Stallone y gracias Rocky, gracias a ambos, por regalarnos, nada más y nada menos, que toda una vida plasmada en celuloide. Una vida llena de buenos valores, de penas y de alegrías, de momentos verdaderos y, sobretodo, de tantas, tantísimas emociones. Yo, a cambio, no puedo menos que escribir mí, hasta el momento, más extensa y detallada crítica, escrita desde el respeto, la admiración y desde el corazón de quien, como otros tantos millones de espectadores de todo el mundo, ha reído, llorado y gritado durante tantos años a vuestro lado.
Gracias Stallone y gracias Rocky, gracias a ambos, por regalarnos, nada más y nada menos, que toda una vida plasmada en celuloide. Una vida llena de buenos valores, de penas y de alegrías, de momentos verdaderos y, sobretodo, de tantas, tantísimas emociones.
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Que conste que le dije a más de uno que esta película me daba mala espina desde que vi el trailer. Suelo equivocarme, pero en este caso no fallé.Clint Eastwood vuelve a la carga con 2 películas sobre un mismo hecho histórico, a la manera de marketing de Quentin Tarantino y su Bodrio-Bill, pero con muchísimo más atractivo, obviamente. Y sin embargo con esta primera película ha tenido uno de sus mayores tropiezos cinematográficos. No sólo parece invadido por un sentido nostálgico de tiempos pasados, sino que además presenta un hecho histórico de una forma nada atractiva cuando podría haberla explotado de forma magistral, como lo suele hacer.El alarmante aburrimiento impropio de este director se mezcla con unas pueriles intenciones críticas que enlazan directamente con esa "nana" que utiliza como tema principal de la banda sonora que él mismo compone.Una historia de soldados idolatrados durante la batalla de Iwo Jima podría haber sido un retrato ejemplar de una situación incómoda pero necesaria para mucha gente por distintos motivos. Sin embargo en esta película se queda con 3 personajes con los que poco se empatiza y con una estructura de flashbacks tan infantiles como manidos.La sombra de Spielberg es alargada, y en este film por dos motivos. El primero porque le ha brindado a Eastwood una oportunidad con gran presupuesto que pocas veces ha tenido, y la segunda porque tras el desembarco de Normandía en Salvar al soldado Ryan, todas las secuencias de guerra parece que se cortan por ese patrón. Y este es otro caso. Pero con mejor tecnología, claro. Y otros detallitos que Spielberg no incluyó. Pero parece que Clint se lo pasó chupi calabaza rodándolo.En resumidas cuentas, una grandísima decepción de alguien que dirige obras maestras con una extrema sencillez pero grandioso buen gusto y talento. Espero la segunda parte con más recelo que a esta primera.
El alarmante aburrimiento impropio de este director se mezcla con unas pueriles intenciones críticas.
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Decían que esta película era de lo mejorcito del año. Y la publicidad en medios también. Y como buena peli supuestamente independiente, tiene que vender el típico esquema de familia rara, con personajes estereotipados envueltos en una situación sencillita que supone para todos un reto personal y una lección vital.Se podría resumir la peli en que una niña quiere ir a un concurso de talentos y le acompañan en una furgoneta destartalada su abuelo, coreógrafo y drogata, su protectora madre, su hermano adolescente que odia a todo el mundo, su tío homosexual y suicida y al volante, un padre ridículo obsesionado con el éxito.Este pequeño cuento a lo O.T. forma parte de esas películas independientes que ya tufan, que ya no son tan indies, que mejor deberían llamarse de "bajo presupuesto", que ya cuentan con actores comerciales y conocidos intentando probar cosas nuevas para ganar renombre pero que resulta que sólo hacen personajes antipáticos o exagerados para que se fijen en ellos. De lo poco sobresaliente, Steve Carell, que es el reto interpretativo de la peli que más se agradece, además de ser uno de los personajes mejor definidos. El resto de roles no son más que el típico esquema de peli independiente que quiera ser apreciada como tal. Como en una historia de Brooklyn.Aún así, la moralina y moraleja que desprende esta película es tan descarada y tan poco trabajada que si fuera cualquier otra película con marketing a lo bestia sería calificada de americanada, reaccionaria o incluso facha.Vamos, que esta película, para mi, es una perfecta prueba de que cómo el marketing de lo "indie", marketing al final, consigue que cierto sector de público, pretendidamente indie, se deshaga en elogios, cuando no es más que una interesante comedia con tres buenos momentos, algún que otro diálogo chispeante y un par de detalles notables.
Forma parte de esas películas independientes que ya atufan, que ya no son tan indies, que mejor deberían llamarse de ?bajo presupuesto?.
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¿Quién me iba a decir (no, Bisbal no tiene la patente) que mi abuela podría descubrirme una peli "bien guapa"?Pues en una tienda perdida, en esa sección de dvd que nadie quiere y que hasta pagarían porque se los llevaran, encuentro "El derecho de nacer", de 1952. En ese momento sale un pequeño aviso del Outlook en mi cabeza diciendo "película para regalar".Me puse a investigar un poco antes de verla y descubro que esta película está basada en un radioculebrón cubano que conmocionó al país y le enganchó en la historia de María Elena y la familia Del Junco.Más adelante, los mejicanos rodaron una película con el Clark Gable de aquella época, Jorge Mistral, junto a Gloria Marín y un elenco de actores que incluye una chacha negra (de mentira, claro).La sinopsis no deja de ser delirante. Atención, algún spoiler: María Elena queda embarazada de un chulo que no quiere responsabilizarse de la criatura. En aquella época, tener hijos de soltera suponía una deshonra para la familia y obviamente para ella misma, así que el cabeza de familia, Rafael del Junco, decide tener a Alberto pero luego intenta asesinarla. María Elena confía en su chacha, Mamá Dolores, una criada negra que se lleva a la criatura en secreto y la cría como si fuera suya. Cuando el bebé crece, se convierte en Alberto Limonta, un prestigioso médico que socialmente está mal visto por tener una madre negra. También le reconcomen las dudas de saber quiénes son sus verdaderos padres.Y a partir de ahí se suceden casualidades y dramas variados que convierten a la película en un retrato histórico interesantísimo y obviamente sorprendente para los tiempos en los que estamos. Un culebrón hecho peli que se sigue con mucho interés y que está hecho con pasión.Eso si, este film junto a la Pasión de Cristo, puede convertirse en una sesión doble perfecta para cierto tipo de personas :P
Un culebrón hecho peli que se sigue con mucho interés y que está hecho con pasión.
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Las "óperas primas" son una prueba de fuego. Los directores son "sentenciados" según su primera obra. Más curiosidad despiertan si son actores metidos a realizadores. Y pueden ser calificados dentro de un amplio abanico de adjetivos: prometedor, soso, genial? Sin embargo yo añadiría otro adjetivo más que define ésta y otras dos películas como Un franco, 14 pesetas o la segunda peli de Zambrano, Habana Blues: SENTIDA.Las historias que tienen un toque autobiográfico, escritas y rodadas con el talento suficiente, son capaces de tocar la sensibilidad del espectador y darle la sensación de que todo eso que se cuenta, aunque no lo ha vivido, ha sido real.Andy García, nacido en Cuba y exiliado cuando Castro llegó al poder, ha querido hacer su particular homenaje a su añorada tierra a través de la historia de una familia que bien podría ser la suya. Y contó con un guionista de excepción: el ya fallecido Guillermo Cabrera Infante. Es una lástima que esta película haya tardado tanto en llegar en nuestro país.Relata la historia de la familia Fellove, adinerada y con negocios en una Cuba gobernada por el también dictador Batista. Dentro de la propia familia hay hijos rebeldes que quieren un cambio en el país y abogan por el golpismo de Fidel Castro y muchos otros grupúsculos "revolucionarios". Sin embargo Fico (García), siempre estará del lado de su familia, para bien o para mal. Y la familia, en cuanto Batista abandona el país, comienza a destruirse como Cuba. El personaje de García recuerda un poco al de Rick en Casablanca. Y no es una comparación que le reste puntos, desde luego.Aunque la sinopsis suene un poco tópica y sosa, esconde una película apasionante y apasionada. Tiene un elenco envidiable en el que sobra Inés (de)Sastre, que despega al espectador de la historia. Cabe destacar que García e Infante han brindado a Bill Murray uno de los mejores personajes de su carrera y de la película. Sin duda. Es el contrapunto humorístico y casi "irreal" en esta historia. Pero es genial y consigue elevar el listón de la película.Hacer una película sentida también consiste en mojarse históricamente, como es el caso. La película emana calor tropical, ritmos pegadizos y unas recreaciones de personajes y situaciones históricas muy logradas. Tampoco deja pasar una figura como el Ché, el otro Fidel Castro frustrado. Tal vez sea ese retrato nada progre e idolatrado de ese "libertador" (jua) eche para atrás a algunos. Ya sabemos a cuáles.Una película más que notable y un debut sobresaliente que desgraciadamente ha pasado inadvertida por la cartelera. De lo mejorcito del año.
Una película más que notable y un debut sobresaliente que desgraciadamente ha pasado inadvertida por la cartelera. De lo mejorcito del año.
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Ya me han vuelto a engañar, yo que me esperaba una película de sexo espacial y resulta que es un thriller. Y es que no te puedes fiar sólo de los títulos. Por lo demás, el cartel nos hace ver que nos enfrentamos a un título carne de estantería de videoclub de barrio. Por cierto, el título muy acertado, dado que está referido a un momento puntual de la película que bien se podría haber pasado por alto, en mi humilde opinión.La película trata de una pareja con hija que son tentados por un gordo para que compren una parcela. Entre medias, matan a un señor que tiene relación con el gobierno, y al necesitar a un cabeza de turco, cojen a esta pareja. Total, que sin comérselo ni bebérselo se meten en una trama tremenda sobre la corrupción en México y lo que se puede hacer para conservar el poder.Divisón de opiniones en el seno familiar, dado que a mi medio kiwi le pareció horrible y a mí no me disgustó. Como película de intriga está bien, dado que mantiene la tensión hasta el final. Es más, cuando acaba no terminas de estar muy convecido que ese fuese el final y te esperas que aún suceda algo más. El argumento no es original, pero sin efectos especiales te pega a la butaca, aunque dejándote un poco chafado. En el tema de actores, tenemos de todo. Casi todos son muy creíbles, salvo el personaje principal, que no se si fué porque me recordaba a un amigo, pero no me creía demasiado lo que hacía. Lo malo es que es muy triste y cruda.Resumiendo, una película de mal rollo bastante bien ejecutada, pero para ver con moral. Después de esto, dudo que ninguna familia con bebes se le ocurra ir a Mexico de vacaciones.
El argumento no es original, pero sin efectos especiales te pega a la butaca
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Este Mel Gibson hace unas cosas muy raras. Primero nos hace Braveheart y nos hiela la sangre a golpe de libeeeertaaaad. Más tarde, nos cuenta el final de la Biblia, en los idiomas originales y con más sangre que en Kill Bill. Y ahora nos viene a contar cosas de los mayas, y como le gusta complicar el tema, nos hace la película en maya auténtico. Por suerte hablan poco.La película trata sobre una aldea maya que vive feliz sin saber la que se les va a caer encima. Total, que un mal día descubren a los habitantes de otra aldea, la cual ha sido destruida por no saben quien. Al poco, a estos también les destruyen, siendo capturados como esclavos. Desde ese momento, toda la obsesión de Garra de Jaguar es escapar de su cautiverio para volver con su familia.Haciendo el resumen de la película me he dado cuenta que no pasa casi nada en las dos horas bien largas que dura. Para empezar, la película está grabada en Maya original. Si, de verdad, en maya. Lo que ya tira para atrás. El guión está bien, pero es que no pasa nada. Cogen a los de la aldea y se tratan de escapar, eso sí, con poco entusiasmo. Y cuando ya parece que te vas a dormir, termina. Siendo justo, tengo que decir que la acción se vuelve por momentos trepidante y que te produce mucha curiosidad ver si se salva o no. Los paisajes son increibles, y la ambientación está muy lograda. Eso sí, sobre los mayas se aprende poco, que no se explica como se ha dicho después que eran tan avanzados. Ah, y que se ponen nombres raros.Resumiendo, épica película sobre la cultura maya, grabada en maya con la intención de desviar la atención de que no pasa casi nada. Interesante, a ratos trepidante, a ratos soporífera, que seguro que no deja a nadie indiferente.
Épica película sobre la cultura maya, grabada en maya con la intención de desviar la atención de que no pasa casi nada. Interesante, a ratos trepidante, a ratos soporífera, que seguro que no deja a nadie indiferente.
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Lo bueno de conocer a gente del audiovisual y seguir en contacto con ellos es que pueden darte gratas sorpresas. Una, porque te invitan al estreno de una película en la que son coproductores con una empresa madrileña compuesta por Eduardo Campoy y José Manuel Lorenzo. La segunda, porque hay ocasiones en las que no tienes que mentir y merecen darles en persona tu enhorabuena.Es el caso de mis antiguos compañeros de Adivina Producciones, de La Coruña. La productora, liderada por Jorge Algora y Susana Maceiras, lleva años dedicada al audiovisual encargándose de spots, videos institucionales, ofreciendo servicios de HD y postproducción de alta gama? entre muchas otras cosas. Ahora se han metido de lleno en la producción de películas, empezando hace un par de añitos con Camino de Santiago, El Origen, largometraje documental en el que pude participar durante el rodaje y la postproducción. Fue una apuesta muy fuerte que tuvo un digno resultado, sobre todo por la magnífica fotografía, de Suso Bello. Posteriormente le tocó a la ficción, empezando con la tvmovie Mintiendo a la vida y ahora con el debut de Carlos Iglesias en la dirección de largometrajes: Un franco, 14 pesetas.La historia es bien sencilla: Martín y Pilar son un matrimonio que viven en un sótano de Argüelles en la España de los 60. Pero un par de sucesos harán que Martin emigre a Suiza para poder ganar dinero y enviarlo a su familia en España. Irá con su amigo Marcos y juntos verán que en Suiza no sólo encuentran trabajo: también encuentran otra forma de vida que contrasta muchísimo con la "spanish way of life" que había en la época de los Alcántara.Lo primero que transmite esta película durante su visionado es autenticidad. En la misma línea que Habana Blues, película que da la impresión de ser un retrato muy acertado de Cuba. De hecho muchos que son cubanos o han vivido allí dicen que se aproxima mucho. Pues lo mismo sucede con ésta película. Nunca he estado en Suiza, pero parece que está tan bien retratada que el poder de real y verosimil se juntan para hacer un relato más que interesante.Por otro lado hay que remarcar problemillas de ritmo que alargan innecesariamente la película. No se hace larga, pero da la sensación de que el montaje podría haber sido más ágil. El trabajo de los actores es estupendo, la puesta en escena es trabajada y la ambientación está muy lograda. Mario de Benito compone una música amable y melancólica que tal vez tenga demasiada presencia en el film, pero no deja de ser un trabajo interesante. Mención especial a Isabel Blanco, actriz que personalmente conoce las circunstancias en las que se basa el guión de la película y que compone el personaje más agradecido y mejor compuesto de todos. Un auténtico regalo para la actriz y un personaje totalmente adorable para el espectador. Merece nominaciones.Otro de los aspectos más interesantes de la película es que presenta una emigración en circunstancias poco "actuales". Es el caso de la gente que no encuentra trabajo y no le queda más remedio que irse al extranjero a buscarse la vida, pero para nada tiene que ver con la emigración que vemos y que muchos tratan de vender como la única: la que surge de la pobreza más absoluta y cuya tabla de salvación es irse a otro pais sin nada. En el caso de esta película son unos personajes que se quedan sin trabajo y conocen la posibilidad de seguir haciendo lo que saben pero en otro país. Pero el aspecto menos visto y más "educativo" de la película es la forma de vida del pais de acogida y el respeto que "impone" y que también hay que profesar. Es muy significativo el momento en el que la anciana que recoge unos papeles que han tirado los protagonistas al suelo para tirarlos ella a la basura. Si algo hay que agradecer a esta película, más que los aspectos puramente cinematográficos, es el bofetón que muchos sentimos al vernos identificados con los protagonistas y con la forma de vida que se encuentran: totalmente amable, ordenada, lógica y (esto ya es más personal) plena. Lo mejor de la película es que todos los que no hemos estado en Suiza nos sentimos emigrantes e ignorantes en muchas secuencias.En definitiva, una película muy decente y un debut muy interesante y personal, que es lo que le da originalidad y solidez a este film. Yo por lo menos ya tengo unas ganas locas de irme a visitar Suiza? espero que no en las circunstancias de los protagonistas.
Una película muy decente y un debut muy interesante y personal, que es lo que le da originalidad y solidez a este film.
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Este documental está dirigido por José Luis López - Linares (ganador del Goya el año pasado a la mejor fotografía) y Arantxa Aguirre. Durante 80 minutos se hace un repaso a lo que significa ser actor para los propios actores. Anécdotas, verdades como templos y contradicciones son el ingrediente de este documental, cuyo nombre adopta de la mitología griega.Maribel Verdú, Enriqueta Carballeira, Marta Fernández Muro, Carmen Maura, Berta Riaza, Carlos Hipólito, Javier y Pilar Bardem, y mi adorada Pilar López de Ayala, etc? componen el grupo de entrevistados que cuentan sus sensaciones en sus inicios, cómo se "contagiaron" con el virus de la interpretación y cómo viven cada día una profesión cuya dificultad poco se puede exteriorizar hasta que te pones en su pellejo.Aunque el documental sabe a poco y tiene un buen ritmo, echo de menos testimonios de otra gente que trabaja con actores. Como bien dicen ellos, necesitan de otros profesionales (guionista, director) más para poder desarrollar su profesión, por lo que estaría bien haber entrevistado a algún realizador que se vuelque especialmente con los actores como podría ser Almodóvar, por poner un ejemplo.Especialmente divertido es ese contraste de opiniones sobre la vanidad, pecado que únicamente niega Maribel Verdú del gremio de los actores; lo mismo sucede con las escuelas de interpretación, que unos defienden que sirven para mucho y otros todo lo contrario.Uno de los reproches que hacen los actores de este documental al público, es decir, a todos nosotros, es que nos olvidamos muy pronto de ellos. Y especial mención a aquellos actores que llevan en el mundo de la interpretación desde hace años y que ahora apenas tienen oportunidades. Y si las tienen, no son por haber sido grandes estrellas y currantes en su momento de gloria.Sin embargo los directores de este documental no han tenido la idea de poner nombres y apellidos a las múltiples fotografías de actores que nos insertan, así como titular algunas de las secuencias cinematográficas que vemos.Un documental más orientado a los mitómanos y gente que cree que ha sido infectada con el virus de la interpretación que a personas cercanas al audiovisual, que verán, en cualquier caso, con sumo agrado la colección de testimonios.
Un documental más orientado a mitómanos que se ve con sumo agrado.
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A pesar de que muchísimo cine español es pasto del fast-forward (en caso de que lo veas en dvd), hay excepciones que valen por todos los bodrios vistos hasta la fecha. Sobre todo porque sobresalir un poquito de la media ya es una proeza.En La noche de los girasoles vemos una historia desde varios puntos de vista con protagonistas de lo más variado y con una ambientación geográfica cuanto menos "exótica" para un thriller. Carmelo Gómez, Judith Diakhate, Celso Bugallo, Vicente Romero, Manuel Morón y Cesáreo Estébanez son el sólido conjunto interpretativo que da cara a un relato de desgracias con efecto dominó. De cómo enfrentarse al miedo, a la venganza y a la apatía. Y el precio que cuesta hacerlo.Una muy interesante propuesta que tal vez peque de lentitud en algunos momentos, pero que sirve para ver un interesante guión de complejidad interpretativa, argumental y que se ve con una agradable facilidad.Una de las mejores que he visto durante este año y que participará en una de las secciones más reñidas de los premios Goya. No por ello el premio estará menos cantado, claro. Aunque yo tengo mi favorita: Un franco 14 pesetas.
Una de las mejores que he visto durante este año y que participará en una de las secciones más reñidas de los premios Goya.
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En el combate de Fauno contra los Borgia, Telecinco contra Antena 3, he podido comprobar la calidad del segundo púgil. Y la verdad, no hacía falta dos horas y cuarto de película para constatar el aburrimiento de la nueva película de Antonio Hernández.La verdad, espero que En la ciudad sin límites no haya sido un cúmulo de grandes casualidades, porque una superproducción de este calibre podría haber sido una "consagración" para un director. Sin embargo Los Borgia es un producto televisivo readaptado pésimamente al cine.Aunque la pomposidad de los decorados nos siga diciendo que la factura artística casi siempre sale bien, los diálogos y el montaje no ayuda en absoluto a crear un producto épico, como debería haber sido.Para empezar con los aspectos "chocantes", Sergio Peris Mencheta, que tiene un serio dilema entre su apariencia de macarra con su dicción a ratos incomprensible, a ratos definida por unos alaridos casi cómicos; María Valverde, que puede ser todo lo "revelación" que quieran, pero que ha sido una pésima elección para interpretar a una mujer con supuesto carácter; los diálogos, totalmente cursis y mal interpretados. Por muchos "¿quiénes sois vos?" que se escriban, no se pueden decir como si se estuviera en la academia de Un paso adelante. Bueno, y como último punto en contra, la duración y el ritmo. Obviamente, si estamos hablando de un producto televisivo, la digestión tiene que ser faaaaaaaaaaaaaaaaaaacil, por lo que los personajes tienen que explicar absolutamente todo (asóciese con lo anteriormente dicho de los diálogos) y todo tiene que ser poco sutil.Pero de las cosas que se agradece ver en este film es el talento de Lluis Homar, la maestría de Ángel Illarramendi y el buen hacer de Javier Salmones. Pero desde luego no son virtudes que me hagan recomendar ver esta película. Lo siento.
Los Borgia es un producto televisivo readaptado pésimamente al cine.
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Recientemente, en el ya clausurado Daily Prices de La Coruña, tuve la oportunidad de adquirir este film en su única edición en dvd. La había alquilado en su momento y había resultado ser una de las peores ediciones en dvd que había visto. Sería injusto si no dijera que tiene pinta de ser una de las primeras películas en ese formato. Por eso no tiene ni subtítulos en castellano (aunque sí el audio en inglés) ni extras ni (asombroso) la función de saltar capítulos durante la película. Aún así, por el precio por el que la adquirí mereció la pena.James Foley tuvo de mano a un elenco sorprendente y muy jovencito. Obviamente estamos hablando de una película de 1992: Jack Lemmon aún estaba en una segunda madurez, Ed Harris tenía pelo, Al Pacino parecía un dandy recién licenciado, Kevin Spacey un adolescente "trepa", Alec Baldwin había recibido los primeros fascículos de "cómo hacer de cabronazo en el cine"?Pero no podemos olvidar el gurú que seguramente les reunió a todos: David Mamet.El gran dramaturgo y autor de emblemáticas obras teatrales y admirables obras cinematográficas (muchas basadas en esos libretos) es el gran protagonista. Tanto la construcción como los diálogos son un vehículo magistralmente estructurado para darnos una visión nada dogmática pero si cruel y opresiva de lo absorbente y despiadado que puede ser vivir para trabajar. Las grandes obras se distinguen por la sencillez, ver cómo algo humilde puede ser grandioso y parecer que no ha costado trabajo llevarlo a cabo. Ése es Mamet. En esta película las sentencias de todos los personajes, incluso su verborrea, no son más que una metáfora. Hay un gran vendedor que parece que no vende, otros que en vez de vender a clientes se venden grandes tratos entre ellos para poder conseguir lo que deberían hacer en base a "incautos" y unas malditas fichas con datos de posibles compradores que ponen en jaque los valores de unos "galgos" que deben alcanzar la meta antes de que su tercer puesto les haga perder el trabajo.Una magnífica película y una gran obra original que deja al descubierto todas las manipulaciones habidas y por haber, todos los trucos sucios que podemos llegar a usar en momentos de desesperación.Con Foley colaboraron Juan Ruiz Anchía, ese gran director de fotografía patrio asentado plenamente en USA que aporta las luces y sombras de esta obra y un discreto James Newton Howard.Una obra maestra para aquellos que quieran conocer más sobre cómo hacer diálogos, una biblia de la interpretación y una película sobresaliente que a algunos nos deja con la boca abierta y una sonrisa de "joder, vaya peliculón".
Una biblia de la interpretación y una película sobresaliente que a algunos nos deja con la boca abierta.
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Quiso la casualidad que esta "Hollywoodland" se estrenara en el Festival de Cine de Venecia, a la chita callando, justo después de la muy publicitada "La dalia negra", que resultó un chasco y una decepción para la mayoría de críticos y espectadores.Sin embargo, la película de Allen Coulter fue excelentemente recibida por los Boyero y compañía, que la pusieron por las nubes, alabando su realismo, la excelencia de las interpretaciones y las bondades de un guión que en una sola película cuenta dos historias, en presente y en pasado, al estilo clásico de "Laura" o "Forajidos", en que los muertos cobran vida gracias a la investigación de, en este caso, un detective privado.Dos películas, por tanto, en que las historias se superponen, resultando ambas igualmente atractivas e interesantes. Por un lado, la tragicómica biografía de George Reeves, uno de esos actores de serie Z que apareció en "Lo que el viento se llevó" y que pegó un braguetazo con la mujer de un capitoste de la MGM, a través de la que consiguió el papel de "Supermán" en una popular teleserie. y nada más. Porque entre que el tipo no tenía demasiado talento y el hombre de acero encasilla un montón, pocas más oportunidades tuvo de lucir su talento.Ben Affleck representa dignamente el papel de patético actor-gigoló con ínfulas artísticas que, en los momentos más bajos de su no-carrera cinematográfica, decidió pegarse un tiro y acabar con todo. ¿O no?Porque su madre tiende a pensar, más bien, que su niño fue suicidado. Y es ahí cuando entra en escena el cadavérico, feo, atractivo, alcoholizado, acomplejado y complejo Louis Simo, un detective de medio pelo al que le cae en suerte el caso y que, utilizando para su causa a la prensa sensacionalista, empieza a tocar las narices de unos y otros, a diestro y siniestro. hasta quedarse solo.Simo, impecablemente interpretado por un Adrien Brody al que le pesa el mundo, que parece llevarlo cargado a sus espaldas, es el prototipo de detective incómodo e hinchapelotas que se obsesiona con el descubrimiento de la verdad, pese a quien pese. ¿Y cuál es la verdad? ¿Suicidio? ¿Asesinato? Esa es la cuestión. O no. Porque lo realmente interesante es el Hollywood que nos cuenta su director, debutante en cine, pero veterano por cuanto a contar el reverso oscuro del sueño americano, merced a su reconocida labor como director de muchos capítulos de los Soprano, entre otras series."Hollywoodland" sería un perfecto ejemplo de ese bulevar de los sueños rotos en que tantas aspiraciones terminan reventándose y haciéndose polvo. Y la referencia musical no es gratuita, dado que buena parte de la atmósfera de la película está conseguida gracias a una banda sonora que reproduce fielmente cómo sonaba la California de aquella época, con sus bandas de jazz y su música melancólica, aún lejos del rock de los sesenta.La sordidez y la tristeza de los bajos fondos y los tugurios, la pesadumbre del detective y la desolación del actor de medio pelo son resaltadas por medio de una banda sonora en clave de jazz, con mucho metal de viento en que las trompetas lucen especialmente, acordes de piano y hasta un arpa susurrante.Todo ello contrasta con el jazz alegre y festivo que tocaban las grandes bandas en las lujosas fiestas hollywoodienses en que se daba cita lo más granado de la meca del cine. Un contrapunto musical que viene a poner de manifiesto las pocas luces y las mucho más numerosas sombras en que miles de personas vivieron el sueño de Hollywood.
Hollywoodland sería un perfecto ejemplo de ese bulevar de los sueños rotos en que tantas aspiraciones terminan reventándose y haciéndose polvo.
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Razones por las que "Banderas de nuestros padres" ha terminado decepcionándonos a Jorge y a mí, aún siendo una buena película y partiendo de la base de que íbamos cargados de ilusión, ganas y buenas vibraciones:Primero.- Porque no es lo que nos habían prometido. Y es que desde hace tiempo, nos vienen diciendo que ésta era la película sobre lo que pasó en Iwo Jima. Y que, después, Clint Eastwood nos iba a contar la misma historia, sólo que desde el punto de vista japonés. Y ello no es así. Porque en "Banderas de nuestros padres", Iwo Jima no es sino el escenario, el Mc Guffin, que diría Hitchcock, que sirve como punto de partida para contar otra historia, que realmente es la de la famosa foto de los soldados alzando la bandera americana y, sobre todo, la del regreso a casa de los héroes, convertidos en cracks mediáticos, utilizados por el gobierno para recaudar fondos con que sostener los esfuerzos de guerra.Segundo.- Porque la película se dispersa en diversos hilos argumentales.Y, por tanto, la película no tiene la cochura, solvencia y solidez de "Mystic river", "M$B" o "Sin perdón", por ejemplo. Tenemos, por un lado, los recuerdos de guerra, excelentemente filmados, como era de suponer con un director del oficio de Clint, que bebe directamente del estilo de Spielberg en su "Salvar al soldado Ryan", pasado por el tamiz de fotografía quemada de "Jarhead".Por otro lado tenemos todo el episodio del alzamiento de la bandera, la fotografía, etc. En tercer lugar, lo mediático del asunto, la relación de los tres supervivientes que volvieron a casa convertidos en héroes por el Departamento de Estado y su gira por todo el país recogiendo dinero. Y, por último, el resto de la vida de los tres personajes, sus relaciones familiares, sus éxitos y, mayormente, sus fracasos vitales.Tercero.- Por los personajes.Sinceramente, Clint y su estupendo guionista se podrían haber quedado con el personaje del indio-americano, que es el mejor ejemplo de lo que la película quiere transmitir. Un tipo corriente que, muy a su pesar, fue convertido en héroe y puesto como modelo de mil ideales distintos, cuando él sólo quería ser un tipo anónimo. Y toda la pulsión autodestructiva que le acompaña. Los otros dos personajes son más insulsos y, sinceramente, llegan a aburrir un poco. O, cuando menos, te dejan totalmente indiferente.Cuarto.- Por la confusión de intenciones (y, por ende, de resultados)¿Querían una película antibelicista, que echara pestes sobre la guerra? ¿Querían una película que denunciara esta sociedad de la imagen en que vivimos? ¿Querían una película que hablara sobre la utilización que hace el poder de los ciudadanos cuando les resultan útiles para luego olvidarse de ellos y dejarlos en la estacada? De todo ello hay en "Banderas de nuestros padres", pero nada de ello queda bien resuelto.Dicho lo cuál, Jorge y yo salimos un tanto fríos del cine, aún a sabiendas y en el convencimiento de que habíamos visto una buena película, rodada con oficio y con secuencias magistrales. Salimos un tanto decepcionados porque, sinceramente, esperábamos más de Clint, el último clásico del cine americano, cuya "Cartas desde Iwo Jima" ya ansiamos, en la confianza de que, esta vez sí, dará la verdadera medida de lo que él es capaz. Es decir, otra obra maestra incontestable. Quedamos citados.
Salimos un tanto decepcionados porque, sinceramente, esperábamos más de Clint, el último clásico del cine americano, cuya ?Cartas desde Iwo Jima? ya ansiamos, en la confianza de que, esta vez sí, dará la verdadera medida de lo que él es capaz.
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Las pelis discretas, cuando lo son en cine, lo son en casi todos los medios. Y yo encontré esta en Digital Plus.Dark Blue, de Ron Shelton con Kurt Russell es un thriller policíaco metido en los oscuros negocios y corruptelas del cuerpo de uniforme azul. El personaje de Russell, Eldon Perry, tiene a su cargo a un nuevo "cachorro" de policía, Bobby (Scott Speedman). Éste descubrirá los métodos que sigue su "maestro" para resolver ciertos problemas o para impartir la seguridad que ellos representan.Sin embargo todo tiene una estructura mucho más visible. Y su máxima autoridad la protagoniza el siempre inquietante Brendan Gleeson. La aparición de este personaje mafioso nos cambia la visión que tenemos del Eldon. El buen hacer de Russell nos deja claro que muchos de estos matones policiales (en Los Ángeles del 1992, en el momento del linchamiento racial), no lo son en realidad. Son meros peleles que bajan la mirada ante sus jefes y obedecen sin rechistar. Pero llegan a creerse tanto lo que hacen que pierden el sentido de lo que hacen. Claro, lo pierden hasta que ellos mismos suponen un problema. Así que cuando te ves en peligro, absolutamente todo cambia.También está el factor familia en la vida de estos agentes. De cómo algunos llevan sus miserias a casa o simplemente no las llevan, teniendo a una mujer y un hijo totalmente desatendidos.Un thriller bien rodado que pierde su fuelle en la parte final con una secuencia absolutamente ingenua e imposible. Pero que sirve para la redención del personaje, obviamente. No olvidemos que tras estos personajes tan corruptos siempre habrán otros honrados que querrán hacer su trabajo. Y querrán hacerlo bien.Interesante.
Un thriller bien rodado que pierde su fuelle en la parte final.
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Lady in the water en pocas palabras, es un cuento a lo Tim Burton con grandes dosis de esperanza y buenas intenciones a lo Frank Capra. A pesar de que el marketing que rodea a la película vende el film como de terror, el nuevo Shyamalan es un cuento en toda regla, un cuento para adultos que quieren ser niños de nuevo y que encuentran una oportunidad con una hechizante Bryce Dallas Howard. Paul Giamatti, un actor de lujo tras unos cuantos papeles memorables en Entre copas, Cinderella man o American Splendor, es el desencantado y humilde protagonista que actúa de forma incrédula pero que luego se convierte en uno de los luchadores más incansables por "la causa".Con inevitables referencias a la guerra de Irak, el film de Shyamalan es el menos Shyamalan de su carrera (a falta de ver El protegido). Lo bueno/malo de los directores es que tienen señas de identidad o tics argumentales que suelen repetir a lo largo de su filmografía, y en este caso resulta agradable que casi todo lo que temes a lo largo de la película (las típicas preguntas de si estará muerto, si habrá habido un salto en el tiempo, etc?) no se cumple: "lo que ves es lo que es". Además existe una feroz crítica hacia los críticos de cine, a los que retrata como destructivos pesimistas a los que les persiguen sus prejuicios.Ya es imprescindible, después de El bosque, hablar de James Newton Howard cuando trabaja con éste director. Cada vez le doy más vueltas y creo que, a pesar de que Descubriendo Nunca Jamás es una partitura fabulosa, el trabajo de Howard debió ganar la estatuilla. Sin duda es su mejor trabajo, pero con Lady in water parece que quiere recuperar o aprovechar ese magistral derroche creativo para este film. Obviamente no "se alcanza", pero consigue emocionar. Cabe señalar el momento que creo más emotivo de la película que en el disco es titulado como The Healing. Tomad nota.Para que os hagáis una idea de por dónde va el director, os reproduzco la frase que aparece al final del rodillo de créditos finales: "Para mis hijas. Os contaré esta historia una vez más. Pero después iros a la cama." Un cuento delicioso con muy pocos "peros".
Un cuento con grandes dosis de esperanza y buenas intenciones.
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Acabo de llegar a casita tras ver, invitado por McAfee, "Firewall", la nueva peli de Harrison Ford en la que el prota hace de experto en seguridad informática. El pobre Harrison no da demasiado el pego como friqui, pero es que la mayoría de los personajes son bastante cutres. Tenemos al inolvidable Robert Patrick (T1000) que parece haber envejecido 50 años, a un Paul Bettany de malo malísimo que no pega ni con cola (en cualquier momento parece que va a decir "¡Soy un fantasma! ¡Soy un fantasma!" como si Russell estuviera delante) y un reparto que no convence. El resto de la panda de malos son unos flojeras, y que un tío de 60 años pueda con uno con la mitad de edad en un enfrentamiento físico (de hecho, con dos) no es demasiado creíble. La verdad es que el argumento no está mal, pero la peli es un poco truño de la vida. Quería dejar para el final un par de momentos culminantes: para "hackear" el sistema (por llamarlo de algún modo), Indiana (digo? McGyver? digo? Harrison) se monta un escáner de última generación con la barra lectora de un fax/multifunción y con un iPod mini. No tengo ni idea de cómo coño conecta una cosa a la otra (el puerto de los cascos del iPod no es un puerto de entrada, y no se le ve soldar nada al conector propietario de Apple) pero la cosa tira de forma increíble: recoge los 10000 números de cuenta del banco (que pasan a una velocidad increíble por la pantalla a la que está pegado la barra lectora del escáner) y los almacena en el disco duro del iPod en forma de imágenes. Luego los pasa por una aplicación OCR y listo, ya tenemos los números de cuenta perfectamente registrados en nuestro portátil. Eso, y el collar GPS del perro (que haberlos haylos, ojo) son dos de los pilares técnicos del argumento de la peli. Sin comentarios. Buf. Por cierto, en la peli sale Windows XP por todas partes, excepto (creo) en un pequeño instante en el que Harrison de repente introduce un par de líneas a través de un intérprete de comandos para presumir de cómo controla configurando routers que me pareció, así, a primera vista, Linux, aunque igual me equivoco. ¿Dónde han ido a parar las pelis como "Juegos de guerra", que me impulsaron a meterme en esto?
¿Dónde han ido a parar las pelis como ?Juegos de guerra?, que me impulsaron a meterme en esto?
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Existen muchos conceptos de héroes en el cine. Están los superhombres con disfraces y héroes reales con uniformes, sin antifaces ni super-nombres. Es el caso de los bomberos.Su dedicación y entrega es encomiable, ya que su trabajo es arriesgar su vida por salvar otras y realizar tareas, algunas veces, de extrema peligrosidad. Por eso es siempre de agradecer películas "gremiales" como éstas, en las que reflejan a héroes cotidianos con cierta cercanía.Brigada 49 es una película homenaje; mucho más "profunda" que Llamaradas. Aunque ambas son ficción, el film de Jay Russell es mucho más "biográfico" y realista que el de Ron Howard, que se basa en el gremio de bomberos pero introduce una trama de investigación algo forzada pero no por ello menos interesante.Esta película, narra la trayectoria de un bombero novato (Joaquin Phoenix) en la brigada comandada por John Travolta. A su lado, compañeros como Robert Patrick, etc? toda una pandilla de dedicados bomberos que arriesgan sus vidas en incendios y otras situaciones catastróficas. El film se centra en un accidente que sufre el personaje de Phoenix durante un incendio y nos narra sus progresos profesionales y personales a modo de flashback.A pesar de algunas bromas que hay en la película, momentos amables y emocionantes, el film es soso. Cumple con la cuota de homenaje y reivindicación profesional de una gente que con su trabajo corre más riesgos que los de ser despedidos, pero le falta pasión cinematográfica, estar a la altura de estos héroes.Por eso la película no deja de ser un entretenimiento decentillo pero muy soso.
Le falta pasión cinematográfica, estar a la altura de estos héroes. A pesar de algunas bromas que hay en la película, momentos amables y emocionantes, el film es soso.
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Algunos actores tienen la sana costumbre de invertir sus megasueldos como estrellas en miniproducciones (de allá, claro) en películas que creen más interesantes y que les aportarán más satisfacción profesional.Un ejemplo es Kevin Bacon, productor ejecutivo de The Woodsman (aquí El leñador :P ), que dirige otra directora, en este caso debutante, con gran tacto y sensibilidad, Nicole Kasell.El argumento, de lo más espinoso: un pederasta trata de reintegrarse en la sociedad.Desde luego Bacon podría haberse escogido un papel y un tema algo menos polémico, pero eso le añade un punto de interés y un montón de incomodidad por lo que puede contener la película. Sin embargo el buen tacto de la directora, como el de Niki Karo en su Tierra de hombres, en este caso no consigue cargar las tintas pero tampoco redime al personaje. Eso si, sabe crear una tensión sin una descripción explícita que hará que el espectador se tema lo peor. Ni qué decir que Bacon, acompañado de su esposa en la vida real, Kyra Sedgwick, es lo mejor de la película. Todo su trabajo es el epicentro de una historia bien llevada y de algunos momentos muy incómodos, emotivos e incluso llenos de rabia e ira. También tienen curiosas apariciones Mos Def (el de 16 calles) y Benjamin Bratt como un pariente cercano.La película también retrata cómo puede ser la "reinserción" de un sujeto como el de este film, que ya no sólo intenta ser invisible para el resto del mundo por su propia culpabilidad y remordimientos, sino para que algunas personas le dejen en paz y no le hagan más difícil su existencia con contínuos rumores y habladurías. Punto aparte es reconstruir una vida, sobre todo si ha tenido familia. Y, tal vez lo peor de todo, comprobar si es capaz de hacer de nuevo algo tan terrible a un niño o una niña. Ninguno de estos elementos es obviado en la película, lo cual puede calificarse de valiente.Sorprendente debut y una grandísima ocasión para premiar a Bacon con el Oscar, pero si ya no premian a una transexual, imagináos nominar a un pederasta.
Sorprendente debut y una grandísima ocasión para premiar a Bacon con el Oscar, pero si ya no premian a una transexual, imagináos nominar a un pederasta.
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El viernes por la noche veo en buena compañía Rumor has it (Dicen por ahí), con Jennifer Aniston, Kevin Costner, Mark Ruffalo, Shirley MacLaine, Mena Suvari, Richard Jenkins? es que cada vez que lo pienso? ¡vaya reparto!Pues bien, tomando como premisa los rumores de que parte de la familia de Sarah (Aniston) es la retratada en el libro y película titulados El graduado, la protagonista tratará por todos los medios encontrar respuesta a una duda que pone la puntilla a muchas sospechas sobre su familia.Jennifer, como bien definió uno de mis co-visionadores del film, en esta película se parece mucho a los personajes que Meg Ryan tenía en ciertas comedias como French Kiss, es decir, algo histérica pero nada cargante, sino más bien graciosa. No cae en absoluto en la sobreactuación. De hecho se confirma como una maravillosa actriz. Y ella es el mejor reclamo de esta película. Al final de este post encontraréis enlaces a otras actrices que han hecho de sus films un auténtico vehículo para lucimiento personal :) y profesional.Luego aparece, para sorpresa de muchos, Shirley MacLaine, estirada y medianamente reconocible pero haciendo un papel muy a su medida y, cómo no, con gran talento. Kevin Costner repite en un papel algo parecido a Más allá del odio. Está "renaciendo" y ganando enteros para volver con un gran producto dentro de poco (y no me refiero a esa de helicópteros de la que puedes ver el trailer) :P . Su personaje, aparte de ser el típico adorable para el público femenino, es el más maltratado por el guión y por los personajes, dejándolo con una fama y una situación totalmente injusta para él, pero eso lo malo de un guión flojo? dejas cabos sueltos.Rob Reiner hace de un guión flojo una buena dirección, imprime buen ritmo y sabe llevar buenos gags a la pantalla. También cuenta con ese increíble reparto y alguna que otra frase memorable del siempre memorable Richard Jenkins.Entretenida y decente.
Rob Reiner hace de un guión flojo una buena dirección, imprime buen ritmo y sabe llevar buenos gags a la pantalla.
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Ya me imagino a Paul Weitz, analizando la actualidad de su país y pensando para si mismo: "tengo que hacer algo al respecto. Tengo que contarle al mundo lo que veo pero haciendo sonreir."Un propósito muy loable en todos aquellos guionistas y directores que quieren hacer cine social. Si, si, cine social, como ésta película.Por un lado tenemos una base actual y real como la de USA: un presidente tonto, unos terroristas que no son tan malos e incluso puede ser simpáticos, unos valores sociales totalmente superficiales reflejados en una televisión con y para imbéciles? vaya, igualito que en España :DPor otro lado tenemos la clara intención cómica del director a la hora de escribir el guión: en él quiere dejar patente una crítica clara pero también una declaración de intenciones que aporte algo positivo o una solución a esos problemas. Y para eso busca la redención para todos esos personajes reales. Y claro, el que mucho abarca poco aprieta. Sólo consigue hacer unas cosquillitas, un descafeinado de conflictos internacionales, una calcomanía en el retrato de algunos personajes?American Dreamz es una película tan amable, tópica y pretendidamente crítica que a ratos se parece a una mala serie española de comedia (como si hubiera alguna buena) y en otras un divertido retrato de "el mundo al revés". Sin embargo la fórmula "real 2 comedy" en tono hilarante aquí no cuaja y, aparte de no provocar la carcajada, se queda en un alegato tan pro-americano que cualquiera con dos dedos de frente verá lo siguiente: el presidente de USA, que seguro que mucho esperarían verlo en la película más tonto, queda como un auténtico héroe y una gran persona que sólo es manipulada, que una sociedad idiotizada por un programa de tv tiene su relevo generacional, que la superficialidad que proporciona entretenimiento a esa sociedad idiota (Grant y Moore) puede encontrar su alma gemela y, para terminar, que todos los personajes de la película triunfan a su manera.De hecho Weitz es un perfecto ejemplo de alguien que triunfa gracias al sueño americano ya que ha podido hacer esta película. De los panfletos pro-americanos más descarados (e involuntarios por un flojo guión con ingredientes que se suponen incómodos) que se han visto en mucho tiempo. Aún así sonríes un par de veces.¡Ah! Y es una gozada ver a Dennis Quaid. El resto de actores, flojillos, aunque sorprende ver a un Willem Dafoe tan camaleónico.
Weitz es un perfecto ejemplo de alguien que triunfa gracias al sueño americano ya que ha podido hacer esta película.
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Dawn of the dead es un producto más que decente y entretenido y que nos sorprendió a muchos por su lograda tensión y abundante sangre y humor negro. Y claro, si llegan las parodias de este tipo de películas muchos creemos que tienen que ser en plan Scary movie (por cierto, que no tienen pinta de parar nunca? mientras haya películas que parodiar).Sin embargo los ingleses consiguen siempre sacar un as de la manga. Cogen un éxito como el de los zombies, lo adaptan y le añaden mucho más humor negro pero elaborado. Mucho humor inglés bien escrito y guionizado. Y el resultado es Shaun of the dead, título con mucho más juego que el "españolizado" Zombies party.Shaun es un treintañero con una vida aburrida y monótona. Vive con un amigo de la infancia que sólo juega a la consola, tiene una novia que le reclama más compromiso, una madre adorable y un padrastro odioso. Pero cierto día, la gente empieza a hacer cosas raras. Parece que están todos enfermos, se les vuelven los ojos blancos y andan de forma torpe. Hasta que Shaun y su amigo se dan cuenta de que están rodeados de zombies pasa una media hora bastante normalita con alguna que otra sonrisa y destello ingenioso. A partir de "la chica en el jardín", el protagonista apático se torna en alguien decidido, un héroe que quiere rescatar a su madre, salvar a su novia y llevarlos a todos a un sitio seguro hasta? hasta no se sabe qué.Sin dejar de lado el aspecto gore de las películas de zombies (hay alguna que otra secuencia bastante explícita y asquerosilla), esta película es estupenda por el humor negro que desprende. Si Starship Troopers era otra obra de un gran sarcasmo (confundido con un tono fascistoide) en la que podíamos ver a jovencitos prototípicos y guapos metidos a carne de cañón de bichos asqueroso y sanguinarios, esta película divierte por ver personajes tan cercanos y vagos metidos a héroes de medio pelo. El guión es una gran comedia que explota al máximo los tópicos de los zombies; eso si, los lleva a su extremo más sarcástico sin perder el respeto por el género que trata.De hecho hay algún que otro momento dramático (demasiado dramático pero insalvable) que hace caer mucho el ritmo. Pero este día del apocalipsis hace terminar el visionado con una sonrisa y un sketch final que te deja con la idea de que algunas parodias pueden convertirse en buenas comedias.
Es un producto más que decente y entretenido y que sorprende por su lograda tensión y abundante sangre y humor negro.
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Delirio:1. m. Perturbación y excitación mental, causada por una enfermedad o fuerte pasión: la alucinación es una de las señales claras de delirio.2. Estado de excitación que no obedece a razón ni a la propia voluntad: este enamoramiento es un delirio.3. Despropósito, disparate: esta película es el delirio de un necio.Bueno, creo que nunca había empezado con una definición de diccionario, pero es que lo que mejor puede definir la última película de Tony Scott: DOMINO. La estaba esperando con muchas ganas y expectación tras la excelente Fuego de la venganza. En ella ya adelantaba mucho de un nuevo estilo más extremista, si cabe, en el uso de los efectos visuales. Esta película es sólo una burda copia de su anterior film pero multiplicando el vértigo efectista por 1000. Y es una lástima, porque durante la primera hora le puse mucho cariño y tenía un cierto pase, pero luego cae. Cae de una forma tan insultante y desvergonzada que ya no sabes dónde meterte. Me da igual que salgan dos de los chicos de 90210 como elemento cómico y autoparódico, que haya un cameo de Tom Waits, que Christopher Walken haga de histérico gracioso, que Mena Suvari reaparezca en pantalla para alegría de muchos, que haya terroristas suicidas buenos y tramas calcadas de su peli anterior, que Keira Knightley lo haga medianamente bien, que Mickey Rourke esté bien en su papel, que Gregson Williams copie y pegue frases de sus propios trabajos, que el director tenga un buen gusto musical? es un truño efectista, videoclipero y lo peor de todo: no hay quien lo vea. No porque sea muy mala (hay momentos incorrectos bastante atractivos) sino porque si la vais a ver al cine tendrán que incluir en las butacas una bolsita contra el mareo. Puede ser mortal. Una película no recomendada, no además porque sea mala, sino porque no se deja ver.Pero me ha gustado :PEs una desvergüenza tal que me ha hecho reír, cabrearme y emocionarme en algunos momentos. Qué le voy a hacer? para una historia que podría ser interesante la escriben mal y lo poco atractivo lo tiran por la borda con un estilo fuera de lugar que le resta seriedad.Señor Scott, recupérese?Tal vez vuelva a ver esta película, pero más que nada como referente de efectos visuales y de postproducción. Vamos, para inspiración profesional
Es una desvergüenza tal que me ha hecho reír, cabrearme y emocionarme en algunos momentos.
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A primera vista y según otras críticas, la película parecía beber de Heat, esa magistral película de Michael Mann que (cómo pasa el tiempo) ya tiene 11 añitos. Algunos parecidos son ciertos, pero sólo en su concepción estilística y comercial.Esta película cuenta con dos pesos pesados del cine francés (Daniel Auteuil y Gérard Depardieu), unas secuencias de tiroteos decentes pero que ni de lejos llegan a las del film de Mann y una ambientación fría, azul. Y ahí terminan los símiles. El guión es muy original y presumo que tienen una carga autobiográfica y una aportación personal del director muy fuerte. Muy parecidos a los casos de Habana Blues y Un franco 14 pesetas. No en vano Olivier Marchal fue policía mientras estudiaba interpretación y hacía tareas de guionista, y seguramente sus experiencias se reflejan en varios momentos del film, totalmente originales (el robo de la placa, el repudio en un acto oficial, etc?).La historia va sobre dos agentes de polícia de distintas brigadas que se llevan mal. Aunque el macguffin de la película sea el atrapar a unos ladrones de furgones blindados, la trama gira en torno a las envidias y malas jugadas que ciertos policías hacen por motivos pasados que se dejan ver pero no se explican, lo cual es que agradecer. Ninguno de los personajes es un santo, pero existe un auténtico cabronazo en la historia. Los asuntos pendientes a los que hace referencia la película quedan bien claros a medida que avanza el metraje. Y con él aumenta la incredulidad por una crueldad sin límites y una corrupcion y miseria moral sin precedentes. El punto fuerte es un guión muy duro, tremendamente verosímil.Por otro lado parece que el esfuerzo en escribir una historia dura ha dejado un poco de lado el aspecto de la dirección de actores, ya que dos monstruos como los de este film están bastante sosos. Cierta parte del metraje pide que la seriedad e incluso la apatía de un trabajo absorbente y duro sea la protagonista, pero a medida que los personajes van cayendo en una espiral de violencia, las interpretaciones requieren mucho más pulso del que el director ha usado. Por otro lado, tal vez le sobren unos minutos, que quitados de la media hora final podría acelerar y hacer mucho más interesante el film.Una más que decente película que puede verse con pasión, como ha sido mi caso, y que revela un nuevo giro en las tramas policíacas modernas.
Una película que revela un nuevo giro en las tramas policíacas modernas.
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Firewall no es la última película de Richard Loncraine, sino la última aventura de Harrison Ford. Y es lo que vende. Y vaya si vende. Alguien como Ford tiene garantizado un mínimo de público que quiere verle en plena forma y haciendo lo que sabe hacer a la perfección: interpretar.En este caso es un experto informático responsable de los sistemas de seguridad de un banco que está a punto de fusionarse con otra gran empresa.Los problemas comienzan cuando un malo maloso encarnado por un estupendo Paul Bettany, estudia la vida de él y su familia para poder secuestrarles y controlarles mejor y así poder sacar partido de los conocimientos de Stanfield (Ford).La película se basa en el secuestro y el chantaje a un protagonista principal que está dispuesto a hacer lo que sea para proteger a su familia. Sin embargo, la paciencia del protagonista llega a un límite y la misma razón por la que se convierte en víctima se convierte en su baza para ganar. Tiene cierto parecido con Rescate, vamos. Y es ahí cuando vemos al Harrison que queríamos y que andábamos esperando. Le acompaña Virginia Madsen haciendo de esposa; desde Entre copas parece que ya está solicitada. Y con razón. El guión también está plagado de ciertas situaciones medianamente ingeniosas y con una crueldad algo más refinada pero efectiva que llevan con suma credibilidad unos buenos actores.Aunque seguramente el aspecto técnico de la película será inverosímil (Malaciencia puede tener para un post), el mensaje de la película es bien claro: el firewall sin control humano no sirve de nada. La tecnología puede ser usada de miles de formas y puede ayudarnos a conseguir miles de cosas, pero siempre acaban en las manos de los humanos. A menos que se cumpla la profecía de Terminator.
Firewall no es la última película de Richard Loncraine, sino la última aventura de Harrison Ford.
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King Vidor dirigió en 1949 esta magnífica película protagonizada por Gary Cooper y Patricia Neal. Está basada en una novela que se adaptó a guión cinematográfico por su misma autora, Ayn Rand.Howard Roark es un arquitecto modernista y totalmente rompedor. Pero lo realmente moderno y rompedor de este hombre es su integridad y honor. Tras pasar mucho tiempo siendo rechazado por sus ideas totalmente "revolucionarias" sobre la arquitectura, pasa a otro tipo de trabajos que le destinarán a lo que siempre ha tratado de conseguir: su libertad creativa.Una de las cosas que más puede echar para atrás a los espectadores con prejuicios son los diálogos excesivamente directos, demasiado poéticos y con sentencias casi filosóficas que hoy por hoy precisamente no abundan. Sin embargo son diálogos chispeantes, magníficamente escritos y que otorga al personaje de Cooper una entidad tan valiosa y maravillosa como el mensaje de la propia película. Para dar un referente de la calidad de los diálogos podría dar el ejemplo de Eva al desnudo. Otro punto importante de los grandes diálogos es que potencian mucho los momentos en los que no se usan, en los que se juegan con miradas y sentencias indirectas, como es el caso del romance con Dominique Francon (Neal)El film es un completo alegato a favor del individualismo. Tan completo y directo como lo puede ser Vive como quieras a favor del comunismo. Sin embargo el guión se apoya en una realidad palpable: el hombre que se mantiene incorruptible y aferrado a sus principios tiene todas las de ganar? a su manera. Puede sonar demasiado ingenuo, pero la historia de Roark, el arquitecto que no se plegaba a los mandatos y gusto de la mayoría, consigue realizar su sueño sin renunciar a sus convicciones. Pero para ello sabe que tiene que pagar un precio "social": quedarse sin trabajo, aguantar la crítica de necios que no piensan por si mismos, soportar la caridad de aquellos que triunfan sin méritos propios y lo peor de todo, ver como otros que le admiran y confían en él dejen de aguantar y cedan a los mandatos de la mayoría.El gran Gary Cooper otorga al personaje de Howard Roark una serenidad y entereza envidiable, con una actitud vital tan clara y coherente como sencilla de entender: los logros de una sociedad se consiguen en base a ideas que las personas pueden vislumbrar. Por ello es imprescindible garantizar la libertad individual para poder garantizar que todos podremos disfrutar de aquellos frutos de la gente con iniciativa y amor por lo que hacen.Un personaje íntegro y honesto como Roark no sólo provoca rechazo en aquellos borregos que siguen las pautas establecidas por una mayoría manipulada y manipulable. También es un faro para aquellos que han renegado de todo lo que consideran correcto, como Dominique Francon, crítica de arquitectura de The Banner, periódico dirigido por el cínico Gail Wynand (Raymond Massey). Ellos dos serán los personajes que más aprendan en esta historia, ya que el talento incorruptible de Roark será para ellos el ideal del que renegaron y la valentía que suponían inexistente.Una gran película con un gran colofón y con gran valor actual. Muy indicada para aquellos que saben que no se pliegan a las modas, ni a las mayoritarias ni a las minoritarias que presumen de alternativas contando con que el tiempo diga que estaban en lo correcto. Lo bueno del individualismo retratado en esta película es que si dejas prosperar a alguien en lo que realmente le apasiona, todos ganamos. Y no es algo que el socialismo defienda.
Una gran película con un gran colofón y con gran valor actual. El hombre que se mantiene incorruptible y aferrado a sus principios tiene todas las de ganar? a su manera.
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Los que sentimos la pasión del cine a veces optamos por dar un paso más allá y tratamos de hacer algo. Y como en cualquier otra disciplina, la ilusión de comenzar un proyecto te sobrepasa y te crea un estado de euforia totalmente indescriptible. Y más aún si es una "ópera prima". Es el caso de esta película.Este film está basado en un artículo de Steve Fishman titulado What´s wrong with this picture? Al parecer el FBI disimuló producir una película para atrapar a un mafioso. Y tal como suena así es el argumento. Alec Baldwin (Joe Devine) es un agente muy implicado con su trabajo y que tiene que atrapar a un mafioso que controla a los camioneros. Matthew Broderick (Steven Chats) es un ingenuo amante del cine que está moviendo desde hace siglos su guión. El agente del FBI deduce que en los rodajes se usan muchos camiones y por lo tanto, si se hacen pasar por productores y simulan que van a hacer una película le atraparán con las manos en la masa. Y en ese momento Chats y Devine se conocen.El aliciente de esta película, al igual que muchas otras que retrata el mundo del cine, es que muchos lo miramos con más cariño y vemos reflejadas experiencias que muchos otros espectadores deducen como ciertas: las excentricidades del mundo del cine, de los actores, de las actrices, de las pegas de los productores a lo directores, etc? Lo más "romántico" de la película es la adicción que sienten todos al crear algo tan grande como un largometraje. Incluso cuando los condicionantes de producción hacen rodar una secuencia de un desierto en un parking, todo el mundo siente esa sensación de estar gestando algo que unirá a todo un equipo. Y la magia del cine no sólo atrapará al acomodador de un cine que se estrena como director, sino también a un agente del FBI que ve en el fruto de sus decisiones el poder de embaucar e involucrar.Es muy divertido comprobar lo marciano de muchos trabajadores del cine. Para ello la película se apoya en una actriz tan polivalente y estupenda como Joan Cusack (no acreditada) o Toni Collette, además de otros secundarios que no lo hacen nada mal como Calista "McBeal" Flockart, James Rebhorn o Tony Shalhoub. Y como una buena fórmula de crear humor por "contraste", el director (y guionista de La terminal y Atrápame si puedes) escoge a mi admirado Glenn Morshower como jefe jefazo del FBI encargado de supervisar a un desmadrado Baldwin. Ray Liotta y su rostro aterrador hará de "pinchador de globos".Por eso, al final esta entretenida comedia queda en un producto más paladeable para unos cuantos que saben de qué se habla que para otros no legos en la materia. E incluso se les puede perdonar esa licencia final de poder proyectar un negativo sin revelar, verlo como positivo y disfrutarlo en una pantalla grande con su sonido y todo. :P
Esta entretenida comedia es más paladeable para unos cuantos que saben del tema que para otros no legos en la materia.
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De vez en cuando hay películas que pasan desapercibidas con tanto blockbuster veraniego. Entre misiones imposibles y códigos cansinos, entre mutantes y superhombres, hay lugar para películas pequeñitas y deliciosas como en su momento fue Un franco 14 pesetas.Es el caso también de Burt Munro: un sueño, una leyenda, una traducción medianamente correcta pero menos apasionada que su título original: The world´s fastest Indian. El film, dirigido por un Roger Donaldson en plan "indie", como en su momento quiso serlo Philip Noyce, se convierte en una delicia nostálgica, otoñal pero llena de energía con un monstruo de la interpretación como es Anthony Hopkins.Como en muchos productos que dependen de un protagonista total y absoluto, se corre el riesgo de caer en el regodeo y el exceso de protagonismo, valga la redundancia. Un caso no demasiado grave fue la magnífica Cast away (Náufrago), con un Tom Hanks colosal pero con la estupenda excusa de estar en una isla desierta. ¿Quién le podría hacer de antagonista? :)El sueño de Burt Munro es muy sencillo: quiere correr con su Indian de 1920 en Bonnieville, USA, un paraíso para todos aquellos que quieren batir récords de velocidad. No olvidemos que estamos en los 60 y que el protagonista vive en Nueva Zelanda. Lo único que tiene claro Burt es que quiere correr y hará lo necesario para llegar a la carrera. Pero lo que tiene más claro aún es que debe vivir su vida y sus pasiones. La película se convierte en un viaje plagado de personajes de lo más variopinto y situaciones cómicas, emotivas e incluso delirantes. Tan atractivo es el viaje que el objetivo del film pasa a un segundo plano y lo que sentimos muchos es una verdadera envidia de la vitalidad que le imprime Hopkins a Burt mediante su poderío interpretativo.Es una película para sonreir y para deleitarnos con un personaje lleno de vida que corre hacia su sueño. Una gran lección de cine alegre sin ñoñerías. Una gran lección vital en la que podemos cambiar la variable de las motos por cualquier otra que llene nuestras vidas.
Es una película para sonreir y para deleitarnos con un personaje lleno de vida que corre hacia su sueño.
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Algunos remakes suenan muy mal nada más mencionarlos, otros despiertan interés dependiendo de quién lo realice y otros se molestan al llamarlos remake y no "homenaje".En el caso de King Kong, era muy difícil superar al original, pero la fama que precedía a Peter Jackson y su amor por el film podían sospechar una vuelta de tuerca hecha con amor y gran respeto.Pero sólo conociendo las tres horas y algo de la película pasa de sonar interesante a provocar serias sospechas e incluso cierto miedo. ¿Qué puede haber añadido Jackson en la versión de una película que dura aproximadamente la mitad? Pues el "relleno" no vale mucho.Uno de los aspectos más cuidados de la película es la recreación histórica, muy bien realizada y apoyada por una dirección artística sobresaliente; la animación del Kong está muy lograda y muy humanizada (con razón algunos iluminados apoyan ciertas propuestas :P ), los actores que están medianamente decentes? pero sin duda lo mejor de la película es Naomi Watts, Naomi Watts y Naomi Watts.Ahora relato los contras: la duración, la pomposidad cansina de Jackson reflejada en innumerables y repetitivos planos imposibles (y muchos de ellos aéreos), unas secuencias de acción sorprendentemente aburridas y tópicas y con unos efectos digitales que a ratos resultan desastrosos y vergonzosos. Y no enumero todos los detalles inexplicablemente estúpidos como darle codazos a dinosaurios, que la chica ni se maree con tanto meneo en la mano del Kong, etc? Eso si, tiene grandes momentos entre la octava maravilla del mundo y Watts que son realmente sugerentes, pero que no compensan una película innecesaria, ostentosa y que se queda en un ridículo intento de proseguir con la fama y el prestigio que le dio la trilogía de los anillos.
Una película innecesaria, ostentosa y que se queda en un ridículo intento de proseguir con la fama y el prestigio que le dio la trilogía de los anillos.
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Quitarse el estigma de unos de los agentes secretos más populares de la historia del cine es difícil, pero como otros buenos profesionales que no quieren estancarse, Pierce Brosnan ha sabido escoger un proyecto algo menos comercial que los de costumbre.Matador (prescindible copia del título de la película de Almodóvar) es como Una terapia peligrosa pero algo más "indie". Suena algo superficial, pero era el referente que me venía constantemente a la cabeza mientras la veía en buena compañía (incluida una poco habitual de las salas de cine) ;)Sin embargo, la película de Richard Shepard mezcla elementos algo más "profundos" e interesantes que los del film de Ramis.Julian es un asesino a sueldo que está un poco cansado de su vida nómada. Su aburrimiento lo resuelve con bebida y mujeres. Sin embargo, cierto día alguien se acuerda de algo que él había pasado por alto: su propio cumpleaños. Eso le hace recapacitar. Y la casualidad le hace conocer a Danny, un vendedor con muy mala suerte y una tragedia reciente. Ese encuentro en un bar de Méjico cambiará su vida.Lo mejor de la película es sin duda los actores. Y lo exótico del guión, ya que se mueve por muchos países representando el desarraigo de una vida nómada y, lo peor de todo, el aislamiento contra el que hay que luchar cuando nos absorbe el trabajo. Partiendo de esa base "seria" se nos sirve un divertimento a veces incorrecto y a ratos original.Sorprende mucho lo "grosero" del personaje de Brosnan en un papel más que interesante. Y Greg Kinnear, que da el pego como el típico currante pardillo con mala suerte. Hope Davis, aunque sale poco, es siempre de agradecer, y otros secundarios que le dan cierta entidad a la película.En definitiva, una película bastante divertida. No esperéis un guión muy trabajado, pero está escrito de forma muy original y provoca unas risas con fundamento y sin muchos de los tópicos de uso común.
En definitiva, una película bastante divertida. No esperéis un guión muy trabajado, pero está escrito de forma muy original y provoca unas risas con fundamento y sin muchos de los tópicos de uso común.
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La V no sólo es la inicial de Vendetta.También lo es de??Vigoroso: la película está realizada con una gran factura técnica. Aunque la película dure cerca de dos horas y quince minutos, no se hace larga. Las secuencias de acción son espectaculares, las peleas están bien realizadas. Es un entretenimiento digno, por encima del estándar, que cuenta con un elenco sorprendente. Para empezar, Hugo Weaving en un papel poco agradecido para el actor, pero interesante como composición de un personaje mediante expresión corporal. Eso si, los que hemos visto la versión doblada no hemos tenido ocasión de ver su trabajo en realidad. También es un placer contemplar la belleza y gran talento de Natalie Portman.?Vacuo: a priori, el elemento más polémico de la película era el guión. El discurso ideológico-político es un aliciente publicitario que puede predisponer a los más reacios o más "revolucionarios". Sin embargo el film mezcla tantos conceptos, los representa con tanto maniqueísmo y los resuelve con una fantasía tan propia de un cómic que resulta tan sustancioso como las palomitas que se consumirán viendo esta película. El totalitarismo, fascismo, libertad, terrorismo, justicia, venganza y miedo se representan con una profundidad adecuada a una sociedad "botellonera", por lo que cualquiera que no esté acostumbrado a plantearse diariamente por esos temas la película le parecerá una enciclopedia llena de valores. De hecho, la crítica más incisiva y dura que podría hacer el guión es la gran olvidada, pero se le otorga un final tan condescendiente que no deja de parecer un cómodo panfleto a lo Eisenstein, eso si, con un acompañamiento musical magníficamente escogido y tremendamente emotivo y efectista. Por no olvidar ese gran truco de guión que beneficia al protagonista al unir su venganza con su particular revolución.Los personajes principales, tanto el terrorista culto, refinado, generoso, amable y que no mata inocentes como la chica que aprende a perder el miedo para al final accionar una palanca, realizan un viaje en nombre de la justicia que en realidad es para ajustar cuentas con el pasado. A ese viaje nos invita su director, con gran gusto musical y buen oficio en la puesta en escena. No olvidemos que detrás están los herman@s (un hermano y una hermana) "Guachosqui", los que quisieron empezar un movimiento filosófico-virtual y acabaron con sucursales de chucherías digitales intragables. ¿Tal vez por ésto corre el rumor de que Alan Moore no quiso saber nada del proyecto en cuanto leyó el guión?
Un entretenimiento digno y políticamente oportunista pero ?inocuo?.
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Hay algunos ejercicios que son un perfecto ejemplo de ingenio y creatividad contra economía. Y cuando los ves sabes que se puede decir "con maña consigues hacer algo sin apenas dinero".Brian Herzlinger es un joven de 27 años que no encuentra trabajo y desde pequeño es fan de Drew Barrymore. Fue miembro de su club de fans, siempre ha seguido su carrera? y gracias a su nombre y una frase que ella dijo se anima a realizar y documentar en vídeo, junto a dos amigos, un aparente imposible: quedar con ella. De ahí el título de éste documental: My date with Drew.Pues bien, en 30 días y con 1100 dólares (tenéis que ver el documental para conocer las razones de estos curiosos condicionantes de "producción") tratará de conseguir quedar con ella, por lo que irá preguntando a gente que conoce a gente de la industria para ponerse en contacto con ella. ¿El resultado? Como en la vida, el trayecto es lo interesante, lo divertido, lo gratificante?El documental está plagado de humor, admiración y un ritmo envidiables. Es real como la vida misma y es un maravilloso viaje y reflejo de lo que muchos ilusionamos y algunos llegamos a conseguir con ciertas iniciativas. También navega entre las aguas del "fanatismo", de la "idealización" de gente que se dedica a trabajos vistosos y socialmente conocidos como pueden ser los actores. En algunos momentos es inevitable sentir vergüenza ajena del protagonista, que llega a deprimirse por los resultados que está obteniendo y que permite que algo como conocer a una actriz interfiere en su vida.Aún así, es un documental lleno de vida, de ilusión pero no de la que puede quedarse en buenas intenciones. Es un reflejo de cómo con poco dinero, buenos amigos y mucha ilusión puedes conseguir cosas como ésta, que pueden ser cuestionables, pero que son tan personales como intransferibles.Yo en parte me siento identificado porque, aunque he tenido la suerte de conocer a profesionales que admiro, nunca se me ocurrió el documentarlo como Brian. Y eso que hay muchas, muchas y muchas razones para hacer aquí algo parecido a lo que ha hecho él.En su web podéis ver más material. De momento no está editado en nuestro país, pero si lo buscáis bien por el ciberespacio os lo podéis encontrar.
El documental está plagado de humor, admiración y un ritmo envidiables.
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Yo tenía más de un aliciente para ver ésta película: Pilar López de Ayala era el primero de ellos. Y era ineludible, lo vería de todas formas. Luego estaba el buen oficio de David Trueba como guionista y un elenco que prometía. Así que, ¿por qué no verla? Creo que son razones más que suficientes y para muchos, bastante poderosas.Haciendo caso de la frase del director "Últimamente nos acercamos al cine con demasiados datos, con la película vista de antemano, y nos falta eliminar el valor de los nombres, acercarse a las películas con los sentidos y no con la trayectoria de la gente, y juzgar más la película que los títulos de crédito", lo que escribiré sobre la película será esto: el film es una comedia urbana, laboral y filosófica. Es un retrato generacional, un relato sobre la transición al mundo adulto: las responsabilidades, las amistades, la vida en pareja, etc? y de cómo vemos la vida en esos momentos. El humor es un elemento muy presente, además de ser el más logrado y el más agradecido. La parte filosófico-poético-pesimista es la parte más floja de una película, pero no rebaja la calidad ni el buen rato que te hace pasar. Un film más que recomendable.Bienvenido a casa es un gran título muy bien usado en este largometraje, pero mucho mejor aplicado a la vida real, en la que muchos le damos la bienvenida a buenas películas como ésta.
Yo tenía más de un aliciente para ver ésta película: Pilar López de Ayala era el primero de ellos.
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Cuando ves que el tema de una película como ésta se puede resumir en "la lucha de una mujer por su dignidad en un ambiente machista", muchos pensamos, y yo el primero, que nos vamos a encontrar con insultos a la inteligencia y al cine como el de Te doy mis ojos, de Icíar Bollain, que no duda en explicar la inspiración de sus películas.Sin embargo, Niki Caro, con éste film le da una colleja a todos y todas aquellas que hacen retratos victimistas y simplones de situaciones como la que refleja ésta película. A mediados de los 80, una mujer entra a trabajar en unas minas de Wisconsin. Pero no son las minas que podemos encontrarnos en Asturias, bajo tierra, en las que también trabajaron mujeres y cuyas condiciones son más duras que las de la película. El caso es que Josie Aimes (Charlize Theron), que huye a casa de sus padres escapando de un marido que la maltrata, no es la primera mujer que entra a trabajar en esa mina donde el número de hombres es mayor. Su amiga Glory (Frances McDormand), que además está en el sindicato representando a las mujeres, le advierte lo duro que puede ser ese trabajo.En cuanto Josie entra allí, no sólo no encuentra el apoyo de su padre (Richard Jenkins) que también trabaja allí, sino que comienza a padecer los abusos y vejaciones de otros compañeros y que otras compañeras ven como algo normal y asumido. Sin embargo Josie, con fama de chica "ligera de cascos" y madre jovencísima de dos críos, intentará luchar para que nadie vuelva a hacerle el trabajo imposible con humillaciones. No sólo se va a encontrar con prejuicios machistas de una buena parte de los trabajadores de la mina, sino también verá cómo sus compañeras esconden la cabeza ante esa denuncia, temiendo que sus trabajos corran peligro.No hay palizas explícitas, no hay violencia física. Si, de esa que solemos ver en los telediarios y programas carroñeros de "periodistas" basura. Aquí los abusos son más "realistas" y verosímiles. Y os aseguro que provocaron en mi (y seguro que en más de uno) una rabia más encendida que en cualquier secuencia de apaleamiento de Te doy mis ojos, troglodita (esto de troglodita es lo único que le faltaba al título, pero seguro que no se lo recomendaron).Decentes contra cabrones, justos contra miserables, osados contra cobardes. Ése es el tema del film. El buen pulso de la directora, un reparto maravillosamente escogido y excelentemente dirigido (ojo a la secuencia de apenas 2 minutos de Richard Jenkins ante los miembros del sindicato), unos personajes impactantes y momentos musicales usados con gran tino (Santaolalla en su línea y una canción nueva de Bob Dylan que podéis escuchar en Radio Katana) son los ingredientes a destacar de una buena película que creo que está siendo infravalorada.Yo por lo menos la disfruté y la disfrutaré en cuanto salga en dvd.
Niki Caro le da una colleja a todos aquellos que hacen retratos victimistas y simplones.
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De Broken Flowers había leído críticas buenísimas y malísimas. Bueno, pues vayamos por partes.A nadie sorprenderá que escriba que Jim Jarmusch hace cine independiente. Por lo tanto, muchos que saben eso ya saben a lo que se enfrentan. Sobre todo aquellos que se dejan cegar por las etiquetas. Para bien o para mal. Para considerarla un bodrio o una obra maestra. Pues me alegra poder decir que me encuentro en un terreno medio? tirando a bueno.Don Johnston es un adinerado donjuan en horas bajas que recibe una misteriosa carta anónima en la que le comunican que es padre desde hace 19 años y que posiblemente ese hijo le esté buscando. Él, tan apático como lo puede interpretar un muy bien utilizado Bill Murray, decide pasar del tema hasta que su amigo y vecino, Winston (Jeffrey Wright) investiga por él y le da la idea de que vaya a visitar a las cinco mujeres que posiblemente hayan escrito esa carta. Cinco mujeres con las que tuvo una relación en el pasado.Para empezar, el personaje de Murray es tan pelele que te cabrea. Es tan inútil que no sabes cómo reaccionar. Parece dificil ver a un donjuan en su época moza. Su vida es un sinsentido. Un sinsentido centrado en un sofá delante de un impresionante televisor de plasma donde ve películas y dibujos animados. Pero cuando su amigo Winston le organiza todo un viaje programado, Don quiere resistirse? al 20%. Al final hace el viaje. Al final visita a Sharon Stone, a Frances Conroy, a una casi irreconocible Jessica Lange y a la maravillosa Tilda Swinton? y a una quinta que hace de colofón de un viaje divertido pero cruel y ácido, como la vida misma.La película tiene sus momentos "BMW" al ritmo de la maravillosa música de Mulatu Astakte (como lo usó Woody Allen en "La maldición del escorpión de Jade"), pero desde luego es un viaje muy interesante, lleno de sarcasmo y personajes tan variopintos, por no decir freakis, que el personaje de Murray parece el más normal de todos. Cabe destacar el personaje de Jeffrey Wright, un maravilloso secundario que se merecería todos los premios habidos y por haber. Un contrapunto magistral al personaje de Murray: es un hombre generoso, trabajador, tiene 5 críos y en sus ratos libres juega a investigar en internet.Una buena película con buenas dosis de humor del que luego te planteas "de qué coño me río, si esto es bien triste". Una anécdota curiosa es, en la parte final de la película, en la que parece que todo se va a resolver, hay un cameo del hijo real de Bill Murray, Homer Murray. El nombre es una buena broma, ¿eh?Una película no indicada para quien no le gustó Escondido (Caché).
Una buena película con buenas dosis de humor del que luego te planteas ?de qué coño me río, si esto es bien triste?.
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Hace poco podíamos leer que la nueva película de Spike Lee había sido número uno en la taquilla americana. El primer taquillazo de este director "independiente". Pues bien, ayer pude asistir al preestreno de este film, con invitación mediante y que agradezco en sobremanera a mi amigo de Vigo ;)Inside Man (aquí horrorosamente titulado Plan oculto) podría calificarse como uno de estos giros de algunos directores tan personales como Woody Allen con su Match Point o Cronenberg con Una historia de violencia. Son directores (o autores, para los que prefieran un toque "europeo") que aportaron su estilo y demostraron su talento en películas que podríamos denominar de género y que resultan tremendamente atractivas. Además, son una confirmación de la versatilidad de estos realizadores.Pues el nuevo film de Spike Lee es del genéro policíaco. Y la verdad, siempre se agradece la mano de alguien que tiene estilo para este tipo de historias. La trama comienza cuando el personaje de Clive Owen planea un atraco a un banco. Pero es un plan perfecto. Obviamente no sabemos nada de ése plan. Denzel Washington es un inspector que le toca lidiar con la situación, ya que el atracador tiene rehenes. Willem Dafoe es el jefe de las fuerzas especiales y trabaja estrechamente con él. Sin embargo el dueño del banco, Christopher Plummer, quiere recuperar algo de esa sucursal y para ello envía a una misteriosa y atractiva Jodie Foster.La película es una divertida y emocionante historia de atracadores y policías. ¿Por qué divertida? Porque hay momentos de auténtico humor que tristemente puede ser real. Da la sensación. Por otro lado se basa en estereotipos del atracador calculador pero no del todo malo y los policías honrados, ingenuos y algo tontines. Las interpretaciones son más que correctas, aunque el personaje de Owen debe ser de lo más frustrante porque apenas se le ve la cara durante la película. ¿Una seña de cine de autor?Pero de una situación interesante y emocionante como el atraco de un banco con rehenes, la película pasa a tener momentos de ritmo irregular. Por otro lado, tampoco puede faltar la crítica social de Lee con minifrases y minipersonajes reivindicativos, pero bueno, ya se sabe que con dinero se puede adoptar cualquier discurso e irse de cualquier cosa.Para no desvelar nada importante, el film, que dura dos horas y poco, da un giro en la media hora final que pretende dar sentido a todo lo sucedido. El final es "medianamente" sorprendente, correcto y a la altura de este tipo de films que pretende dar una sorpresa argumental. En ésta lo consigue? con algún que otro pero. Quedan muchas interrogantes y dudas, sobre todo del personaje de Owen, pero en realidad da un poco igual porque el guionista prefiere retratar a los verdaderos malos de esta historia de forma poco sutil pero clara para el espectador. Alguno podrá terminar el film un poco mosca e insatisfecho, pero el balance será positivo porque lo que ha visto tiene la mano de Lee y ha firmado un más que decente entretenimiento.Una película muy recomendable para pasar un buen rato de calidad. Ojo a la música de Terence Blanchard (el John Williams de Spike Lee): muy en su línea pero muy interesante.
La película es una divertida y emocionante historia de atracadores y policías. Muy recomendable para pasar un buen rato de calidad.
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Hay algunas películas que por motivos desconocidos o poco publicitados, nunca llegan a estrenarse en nuestro país en dvd. Una de tantas es Bulworth, la última película dirigida por Warren Beatty en 1998. Es una sátira política que tuvo su estreno en salas, en canal de pago? y ahí se acabó. De hecho le tengo un especial cariño a esta película porque fue la primera que vi en Madrid hace unos 6 años en los ya cerrados cines Luna.Y nunca he vuelto a tener noticias de ella, salvo por internet, claro, maravillosa fuente de información y otras cosas que no llegan a comercializarse ;)El senador Jay Bulworth está en horas bajas. Cuando decide encargar su propio asesinato (bien podría ser una defensa de la eutanasia :P ) empieza a descubrir lo maravilloso que es vivir la vida sin ataduras, divirtiéndose y diciendo la verdad: vive saltándose toda la agenda de discursos y actos de campaña, se divierte con rap y Halle Berry y dice la verdad a la manera de Michael Moore, Clooney, Penn y todo ese discurso que, con este film, se demuestra que no es nuevo pero si repetitivo e hipócrita.Warren Beatty reunió para este film a talentos como Storaro en la fotografía, Morricone en la música (que combina con buenos temas rap) y con actores como Paul Sorvino, el eterno secundario Oliver Platt, la preciosa Halle Berry, Don Cheadle? Es una película divertida por lo original de la situación, el ver a un "abuelete" como Beatty dando saltos y bailando a toda marcha y por el buen oficio del director, que consigue hacer una crítica de la política en su país, aunque siempre en la misma dirección.Una película muy interesante y que le da una vuelta de tuerca más a la sátira política.
Una película divertida por lo original de la situación, el ver a un ?abuelete? como Beatty dando saltos y bailando a toda marcha.
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Cuando uno paga una entrada para el cine (con todo lo que conlleva hoy en día), al menos espera encontrarse con un mínimo entretenimiento. Por muy superfluo y banal que resulte. Pero hay ocasiones, los últimos años demasiadas, en las que uno recibe la bofetada de la realidad más triste e hiperbólica. "Destino Final 3" es uno de los productos que con mayor facilidad nos acerca a la definición más exacta de "bodrio". Lo que se le roba al cine al menos nos ayuda a recrear gráficamente las definiciones de la Real Academia Española.Aquí, hasta el divertimento esconde su cabeza por vergüenza a ser reconocido. No se puede realizar una crítica extensa sobre este film, ya que no hay nada que reseñar, y mucho menos positivo. Salvo el aspecto puramente estético y efectista, en el que se evidencia su elevado presupuesto (¿qué cerebro ególatra podría malgastar tanto dinero privándonos injustamente de la posibilidad de invertirlo en proyectos mucho más interesantes y, sobre todo, inteligentes?), el resto es absolutamente anodino y rayano con la estupidez.Tenemos al grupito de adolescentes (a veces no tanto) estadounidenses tópicamente contemporáneos, los hormonados y guaperas que vemos en todas las películas de esta calaña. Eso sí, ahora con un poco más de variedad, ciertamente divididos entre "pijos" adinerados, porción selecta de la sociedad más puramente elitista, y "macarras". O, mejor dicho, "macarras pijos".Cogemos una batidora, unimos a los protagonistas del accidente de avión con los del accidente de la autopista, aderezamos las ideas de los primeros con la brutalidad de los segundos, y obtenemos los rompedores personajes de la montaña rusa. Sólo que aquí se estrujan menos la sesera y no construyen las teorías ultra-inteligentes y elaboradas que realizaban sus compañeros de anteriores entregas para burlar a la muerte (¡quién fuera muerte para pasar un rato tan tronchante a costa de esa gentecilla!).Parece que la película quería ser más realista y retratar con mayor veracidad la sociedad llana y sencilla del país. La película es una vuelta de tuerca y una copia de todos los elementos de las dos entregas anteriores. Y si éstas eran ya prescindibles, la tercera se queda en algo puramente absurdo e irrelevante. No posee el aliciente "novedoso" (si a eso se le podía denominar así) de la primera, ni la brutalidad salvaje y "gore" de los accidentes de la segunda, que contentaba a los fans más acérrimos de la galería más morbosa y violentamente atrayente.Es, para más inri, un compendio suavizado de ambas y nada arriesgado.Eso sí, algunos accidentes, sin ser tan espectaculares ni salvajes como los de la segunda entrega, sí que contentarán a los seguidores de lo gratuito. Pero en este film hasta eso se ve reducido a momentos. Y nos conduce, como su ansiado final, a una nueva situación de "déjà vu" e intuición de lo que va a suceder. La única escena que puede definirse como "idea".Uno se plantea si, ante películas como ésta y por cómo está degenerando el cine, debería retirársele al mismo la definición de "séptimo arte". Al menos películas como "Destino Final 3" no deberían englobarse en dicho concepto. Por fortuna, aún tenemos soplos de aire que nos permiten respirar y disfrutar del verdadero sentido del celuloide. Aunque cada vez se vayan diluyendo más y más. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, por muy desoladora que sea la situación. Esperemos que no haya que declarar todavía el estado de alarma.Tampoco es necesaria una crítica aclaratoria en relación a lo que te atienes al ver una película de tales características. Creo que los buenos entendedores (vamos, los que saben simplemente leer) al ver el cartel ya saben lo que hay en su interior. Eso sí, nunca vendría mal un aviso de que, como el tabaco y drogas similares, perjudica seriamente nuestra salud. Pero cada cual es responsable de sus actos, y si se desea entrar al cine dejando la masa encefálica en la cola de la taquilla, lo cierto es que está en su perfecto derecho. Su médico, posteriormente, opinará al respecto.Su recaudación en nuestro país, casi análoga al taquillazo del otro lado del charco, deja en entredicho nuestro supuesto avance en determinados aspectos y evidencia el gran parecido que tenemos con los citados compañeros ancestrales cuadrúpedos.Es, evitando generalizar (si a estas alturas eso es posible en el mundo del cine, por los derroteros que ha tomado y porcentajes mayoritarios que ha adquirido), lo que nos ofrece el paso del tiempo y la instauración de nuevas generaciones. No perdamos más el tiempo. No lo merece. Simplemente demos las gracias a James Wong por retomar la dirección de la primera entrega y aclararnos que lo suyo no es una casualidad y que es todo un experto en las definiciones gráficas.Definición de "bodrio" por parte de la RAE: "Cosa mal hecha, desordenada o de mal gusto". Vamos a ir colocando otra imagen de una película a su lado.
¿El desatino final?
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Me habían dicho que si no consideraba Brokeback Mountain una historia de amor, no me gustaría Deseando amar. Antes de esta sentencia categórica y agorera, alguien con quien coincido (sorprendentemente) en gustos cinematográficos, me recomendó esta película fervientemente. Ya tenía en mente ver alguna del tan venerado Wong Kar Wai, pero su entusiasmo (y porque me suelo fiar de su opinión) consiguió que le diera cierta preferencia.Pues ni para uno ni para otro.Deseando amar es un juego del director. En un principio, la precisión de la puesta en escena, la presentación de personajes y las bases sobre las que va a hacer girar la historia son puestas sobre la mesa de forma ejemplar, pero hasta el minuto 28 la película es confusa y da muchas vueltas sin dar pistas. A partir de una cena, el film se vuelve sutil y de gran emoción: jugar a amar, reconstruir un amor, interpretar secuencias de una relación de la que no se avisó y en la que hubo dos víctimas que se han unido. Ambos viven un amor provocado por una infidelidad. Pero tienen en mente no ser como los adúlteros que les han unido. Eso será un problema. Tan grande como el amor que se profesan.Puedo entender que esta película sea de esos films que odies o adores. Y de los que convierten a un director en uno de culto o un autor en toda regla. Yo me quedo en el medio y no pretendo ensalzar ni hundir ni a la película ni al director con permiso de ambas recomendaciones (a las que les encantó el film). No me gustaron nada los tics del director, metiendo fundidos a negro cada dos por tres, realizando barridos en una secuencia íntima, metiendo momentos musicales algunas veces sin sentido y que recordaban a momentos "El Corte Inglés"? Tics de estilo que me despegaron mucho de lo que narraba.¿A su favor? Es una historia de amor tardía, accidental y prohibida. Mejor dicho, autoprohibida, que puede ser la mayor dificultad a la que te puedes encontrar.Si me tengo que quedar con algo del film es la frase del personaje femenino: "Prestando atención te das cuenta de las cosas." Por eso algunos no notamos muchas, aunque llevemos gafas.
Una historia de amor tardía, accidental y prohibida. Mejor dicho, autoprohibida, que puede ser la mayor dificultad a la que te puedes encontrar.
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Venía precedida de muchísimo bombo y platillo, de buenísima publicidad y de comentarios alabando la capacidad crítica y el valor que ha tenido el actor para hacer una película sobre la caza de brujas y un alegato a favor de la libertad.Pues lamento decir que no ha hecho una película, ha intentado hacer dos y se ha quedado con un "especímen" de film. Y claro, al decantarse por ser un trovador ha descuidado por completo el guión, el cual nos presenta a unos personajes que nacen desde el primer fotograma como héroes, defensores de la verdad y honrados cuando no son más que periodistas. Conviene aclarar que el sentimiento patriótico americano es generalizado. No sólo son periodistas, primero son patriotas.En Europa se tienen como ídolos a "rebeldes" como Sarandon o Robbins que critican a Bush y su política, al igual que Clooney, pero nunca dejan de decir que son patriotas (aunque diciéndolo sólo con determinados presidentes ya hacen cantar su ideología). Patriota es una palabra en nuestro país es una apestada y tiene connotaciones de tiempos pasados y se supone que superados.Por eso los protagonistas de esta historia son antes americanos que periodistas? ¡y vaya patriotas y periodistas!Pero Clooney ha querido resaltar eso y ha optado por tirar de hemeroteca y videoteca para ilustrar su fábula sobre el poder desmedido del Estado, descuidando por completo el guión sin dar vida a los personajes e ignorando la dramaturgia de la situación para que el espectador pudiera sentir lo terrible de aquel momento.Es un documental ficcionado hecho con una gran fotografía, un David Strathairn poderosísimo pero sin vida ni emoción, algo muy decepcionante para los que esperábamos algo parecido a El Dilema, otro posible ejemplo de cómo el poder puede aplastar a las personas.A falta de ver la peli de Ang Lee y la de Truman Capote, es de las nominaciones más injustas a Mejor Película y Mejor Guión Original. Una pena de película para aquellos que esperábamos una fábula por la libertad, que por cierto, podría aplicarse en nuestro país. Adivinad quién tiene el poder y quién la verdad (algo muy pretencioso de responder pero es lo que vende el poster del film).
Una pena de película para aquellos que esperábamos una fábula por la libertad, que por cierto, podría aplicarse en nuestro país.
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Tuve la oportunidad de ver Manuale d?amore, una comedia italiana que está triunfando a pesar de ser un film modestito y muy sencillo. Y no podría ser más predecible: las fases del amor representadas en varias historias.1.- El enamoramientoTal vez la más complicada de narrar, desarrollar y tratar porque existen tantas maneras y razones de enamorarse como personas; tantas formas de reaccionar como formas de ser. En este caso opta por el flechazo. Un chico que no tiene suerte en la vida conoce de casualidad a Giulia, una hermosa chica. Irá tras ella, intentará conocerla y en ese intento muchas cosas cambian en su vida, pero no por casualidad. Una bonita historia, la más idílica. Y tal vez la más difícil de creer.2.- La crisisPero ¿qué pasa cuando la pareja ha decidido dar el paso y casarse? ¿Qué sigue a la bonita fase del enamoramiento? Aunque no sea un momento deseable, el siguiente paso es la crisis, en la que los defectos ya empiezan a superar a las virtudes. El amor comienza a vestirse de afecto o incluso un mínimo respeto y se puede considerar que comienza el ocaso de la pareja. ¿Maneras de resolverla? Dos muy sencillas: seguir adelante e intentar arreglar la cosa (con tantas soluciones como maneras de enamorarse) o cortar por lo sano. Si se opta por la primera, lo más lógico es que llegue a cometer?3.- La traiciónMuchas parejas optan por seguir adelante, pero no precisamente arreglando su situación, sino por inercia hacen como que no pasa nada. Pero llega un momento en el que alguien busca algo fuera del matrimonio. Y cuando se descubre, llega?4.-El abandonoAunque no tiene por qué ser necesariamente por traición o infidelidad. Puede ser que te enamores más de otro o de otro más. ¿Y qué haces? ¿Te suicidas? ¿Sigues adelante?Cuando te das cuenta ya has comenzado de nuevo el capítulo 1.Obviamente el film es mil veces mejor, está narrado con muchísima más gracia y es un perfecto ejemplo de cómo hacer una buena comedia romántica con economía excepto para el guión.Lástima que el título no sea más que un título. Sería un best-seller. Pero sería uno más, porque para esto, como para muchas otras cosas, no existen ni fórmulas ni manuales que valgan. ¿Una pena?
Lástima que el título no sea más que un título. Sería un best-seller.
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No todos los biopics son iguales. Nos podemos temer que tengan moralina y narren el típico ocaso de una estrella, normalmente en las drogas o en vicios varios para que luego haya algo, normalmente el amor y el apoyo de alguien, que redima todo el mal hecho, tanto a ti mismo como a otros.Este film también va de eso. Sin embargo el oficio de James Mangold es sobresaliente y consigue no sólo acertar con Joaquin Phoenix y Reese Witherspoon, sino que además consigue pasar un poco por encima de lo anecdótico, como puede ser el hacer música country, para centrarse en una vida con ciertos traumas, que bien podría ser la de cualquiera, y cómo puede mezclarse de mala manera con un cambio de hábitos como puede ser el estrellato repentino.Otro punto a favor de este film es que refleja no sólo el carácter de un personaje, sino que además predica con acierto que no importa tanto la destreza interpretativa si se sabe explotar en tu favor. Y además más mérito tiene si de paso creas con ello un estilo.Otro de los aciertos es la elección y la dirección de los actores, premiados ambos en los últimos Globos de Oro. El duelo interpretativo tiene altibajos, pero las zonas bajas son muy altas. Hay momentos iniciales en los que el personaje de Cash es infantil, sin demasiados rasgos (al menos de lo que yo conocía a este cantante) reconocibles. Luego aparece Reese Witherspoon (June Carter) y literalmente eclipsa la pantalla a Phoenix, habiendo entre los dos una química impresionante. Pero luego el ocaso de Cash es magistralmente interpretado y supone la consagración definitiva del malvado Comodo como rey de la peli. Mención especial a Robert Patrick como el despótico padre de Cash: éste será su año, no sé por qué me da a mi.Tal vez sea pecar de cursi, pero contiene momentos emocionantes como el trato de la familia de Carter a Cash en el que un camello se acerca a su casa, o una declaración de matrimonio de lo más previsible pero musicalmente conmovedora.Yo me quedo con el buen recuerdo del arranque, con esa música contenida en los muros de la prisión de Folsom, que en un principio creí de la sala de al lado, pero que resultaban ser los tambores de guerra de una batalla que tendría a diestros soldados armados con una guitarra y mucho country.
No todos los biopics son iguales. El oficio de James Mangold es sobresaliente y consigue no sólo acertar con Joaquin Phoenix y Reese Witherspoon sino pasar un poco por encima de lo anecdótico.
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Asistí temeroso pero en muy buena compañía a ver la nueva película de Spielberg. Los Renoir Princesa estaban a rebosar. Veo aterrorizado en la ficha de la película que dura 2 horas y 44 minutos. Madre mía, la que me espera.Para empezar, Spielberg es un grandísimo director, pero como ya he afirmado en varias ocasiones, sus films siempre tienen su sello característico basado en ciertos momentos edulcorados por no decir ñoños, tomados directamente de la filosofía vital del gran Capra.Desde que se anunció el rodaje de este film estuve deseoso de ver cómo trataría el rey Midas un tema tan escabroso como actual inspirándose en un hecho trágico sucedido en los 70 y basado en una novela. De todos es conocido la nueva trayectoria de madurez del genio judío. Habla de temas universales desde múltiples géneros como la ciencia ficción (en el bodrio de A.I. como en la interesante Minority Report) o retoma su estupenda vena de entretenimiento con films de pura evasión y emoción como Atrápame si puedes y La guerra de los mundos.En Munich el señor Spielberg ha conseguido llegar a la corrección política sin descuidar la necesaria incorrección formal. Y como todo buen film no sólo habla de la respuesta judía al asesinato de sus deportistas, sino del infierno interior de un hombre que es capaz de ejecutar órdenes sin problemas morales hasta que se encuentra en un ciclo de violencia y paranoia sin final. Y obviamente empieza a cuestionarse lo que hace. Todo esto sobre los hombros de un estupendo Eric Bana.Una película maravillosa con unas interpretaciones de premio pero algo larga. Su mejor virtud es que ha destapado de Spielberg una nueva veta creativa en la que sabe renunciar, al igual que mencioné con Cronenberg y Allen, a sus señas y guiños para dar paso a una crueldad y realismo pocas veces visto en su cine.Cabe señalar que John Williams, maestro prolífico donde los haya, ha conseguido doble nominación en la inminente ceremonia de los Oscar, algo excesivo que elimina la posibilidad de que otros buenos compositores como mi admirado Harry Gregson Williams, se haga un hueco.
Spielberg ha conseguido llegar a la corrección política sin descuidar la necesaria incorrección formal.
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Para ponerme al día con clásicos este fin de semana me lancé a por Freaks, de Tod Browning.Algo que anima a verla es su duración, apenas llega a la hora.La historia es sencilla pero está relatada con gran maestría y sencillez (tal vez las dos cosas vayan juntas). La edición en dvd contiene una introducción especial del director en el que pone en conocimiento del espectador la naturaleza del término freak y de su mundo como un colectivo que se apoya mutuamente y que se siente ofendido en su conjunto cuando uno es despreciado.Precisamente sobre eso versa la historia: en un circo repleto de atracciones, en especial llaman la atención los que se denominan freaks o aquellos que tiene deformidades físicas poco habituales.La historia se centra en Hans y Frieda, una pareja de enanos que se comprometen para casarse, pero se cruza en medio la belleza de Cleopatra, una bella trapecista que enloquece a Hans y le convierte en una marioneta. Todo desemboca en una historia cruel de manipulación, desprecio y venganza.Lo mejor del film, y tal vez lo más apabullante, es el desfile de personas mutiladas y deformes. Pero lo más impresionante es que sean capaces de integrarse de forma magistral en un argumento de ficción como éste.Es inevitable comparar los denominados "freaks" de aquella época con los actuales. Hoy por hoy los personajes presentados en la película serían minusválidos o disminuidos psíquicos o físicos y sería de muy mal gusto hacer de ellos un reclamo comercial. Hoy ya somos más sofisticados y los "freaks" de hoy son los que más tonterías hacen, bien sea porque son como Forrest Gump o quieren serlo; existen (o existían) tribunas públicas como El Semáforo o Crónicas Marcianas que se suponía que daban a conocer, en un pretendido ambiente de igualdad, a toda esa gente rara con problemas mentales o ganas de triunfar a base de cualquier barbaridad. Pero nada más lejos de la realidad, ya que eran circos no confesos para el escarnio y la burla pública. Incluso "freak" es utilizado como elemento distintivo y con orgullo para aquellos que quieren distinguirse del resto de los mortales en costumbres, hábitos, aficiones o supuestos conocimientos y experiencias.Tal vez, y si no fuera una conclusión demasiado fácil, el señor Browning nos da a entender que muchas veces los verdaderos monstruos no son esos freaks, sino los ¿normales?.
El señor Browning nos da a entender que muchas veces los verdaderos monstruos no son esos freaks, sino los ¿normales?.
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Dennis Quaid, un buen actor tan desaprovechado como Kurt Russell, protagoniza esta historia de segundas oportunidades dirigida perfectamente por John Lee Hancock (en su haber el maravilloso guión de Un Mundo Perfecto) y magistralmente escrita por Mike Rich, aparentemente experto en historias de la misma índole.La historia de The Rookie (El novato) no puede ser más sencilla y más trillada: Jimmy Morris es un niño cuyo padre militar no hace más que cambiar de residencia por motivos de trabajo, pero llegan a Texas para quedarse. Jimmy es un apasionado del béisbol y allí apenas hay interés por ese deporte. Sin embargo él sigue practicando y con el tiempo se convierte en un profesor de ciencias y entrena el equipo de béisbol del instituto. Pero un buen día llega a un acuerdo con sus alumnos para que ganen una liga menor. Y eso cambiará su vida y le dará una segunda oportunidad que nunca pudo esperar.Muchos verán la típica historia yanqui "bigger than life", ya que está basada en hechos reales. Pero el guión, los diálogos y las interpretaciones son de lo mejorcito y hacen que una realidad pueda parecer incluso una gran obra de ficción. Una gran joya de la que me adueñaré en cuanto encuentre un dvd.¿Million Dollar Baby era una película sobre boxeo? Lo mismo pasa con ésta y el béisbol. Muy recomendable. A destacar la música de Carter Burwell, que en más de una ocasión se luce (Fargo, Conspiración) y sobre el que haré un pequeño post para añadir un par de temas maravillosos.
¿Million Dollar Baby era una película sobre boxeo? Lo mismo pasa con ésta y el béisbol.
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Michael Haneke, desde que hizo Funny Games se convirtió en uno de los directores europeos que sigo con más interés y dicha película pasó a ser mi película de terror predilecta. Con este currículum no se me ocurre otra cosa que ir a ver este sábado en los míticos Alphaville su nuevo film. Faltaban 5 minutos para la sesión y mis amigos de 8 y medio no habían abierto todavía, así que preferí pagar 6 euros y luego comentarles la peli.Dicho y hecho. La sala estaba al 50% de su capacidad, algo que me sorprendió gratamente. Y no había sólo gente con gafas de pasta. Comienza la película y lo hace con un plano que si cualquier otro director utiliza podría tentar al insulto instantáneo. Es un plano fijo. Los títulos de crédito van apareciendo como quien escribe un post como éste en el ordenador (de los más originales que he visto: rápidos, sencillos y cumpliendo su misión). Y luego ya empieza el festín Haneke.Daniel Auteuil y Juliette Binoche, dos pesos pesados del cine europeo, sacan sus mejores armas para complacer a Haneke y al espectador en una nueva historia de remordimientos y del miedo que flota en el aire y se puede reproducir en VHS (y no es como en "The Ring"). ¿Qué harías si recibes cintas que graban desde el exterior de tu casa y te enseñan cómo sales y entras de ella, cómo subes al coche, etc?? ¿Supone eso una amenaza? Y lo que es peor ¿quién hace eso? La incertidumbre nos puede volver locos.Se suele decir que el miedo proviene de lo que no conocemos, pero tal vez deberíamos tener miedo de lo que tratamos de confirmar o saber. Nuestros mecanismos para rebuscar en nuestro pasado y buscar una lógica perfectamente asumible puede tener consecuencias terribles (parece una frase para el gran Hal Douglas, pero tiene su intríngulis)Un film ideal para aquellos que saben que Haneke no tiene límites. Un film ideal para aquellos que quieran verse sorprendidos por la falta de condicionantes de los films que terminan bien. O simplemente que terminan.Muy recomendable para quitarse algunas telarañas del cine demasiado correcto del que sólo nos damos cuenta que vemos cuando paladeamos películas como ésta.
Muy recomendable para quitarse algunas telarañas del cine demasiado correcto del que sólo nos damos cuenta que vemos cuando paladeamos películas como ésta.
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Uno de los documentales españoles que más ganas tenía de ver era el de Cineastas contra magnates, cuya web de nombre inmemorizable, nos descubre que es una parte de 2 documentales sobre el mismo tema. El otro: Cineastas en acción.El "ensayo" versa sobre el trato que reciben las películas una vez terminadas. Una lección estupendamente documentada sobre los distintos formatos de imagen, las barrabasadas que se hacen en proyección tanto en cine como en televisión, algunas costumbres técnicas perjudiciales para la salud artística del film como los films coloreados, etc? En ese apartado no tiene ninguna pega, y resulta muy instructivo para aquellos que quieran saber algo más del aspecto técnico del cine.Sin embargo la torpeza supina del director convierte un documental con un tema muy interesante en una colección de anédoctas unidas contadas a cachos, como si escribiera en su blog cada 15 días y luego pusiera todos los post seguidos para hacer un libro. De repente, salta al meollo del documental: la falta de respeto al trabajo del director en un film. Y a partir de ahí es cuando se convierte en un pastiche aburrido, redundante y radical. Y eso que sólo dura y media, pero aburre hasta las piedras.Este documental sectario hasta la médula no sólo se centra en el director como Dios único y todopoderoso de la película, sino que los productores no existen, y si existen son americanos, con mucho dinero y muchas ganas de destrozar películas de la forma más ruin posible. La impresionante colección de testimonios y entrevistas que reúne este largo (Stanley Donen, Berlanga, Woody Allen, John Houston, Burt Lancaster?) no sólo no es un atractivo, sino que el director, Carlos Benpar, consigue convertirlos en una losa: no sabe editar lo sustancial del discurso de ninguno. Parece que quiere presumir de haber conseguido grabar a tan ilustres invitados, pero sólo revela su torpeza como director al no saber escoger fragmentos. Eso sí, el más delirante de todos es José María Nunes, un auténtico loco radical.También tiene "parches" de ficción que tratan de ilustrar el concepto de "El artista lo es todo y todo lo que hace es intocable". En resumen, un alegato en contra de la industria, a favor del cine de autor, de la conservación de la pureza creativa pero es un producto deshonesto e incoherente al 100%, ya que si vamos a hablar de pureza, no entiendo por qué a la guapísima narradora, Marta Belmonte (lo mejor del film), la dobla tan horrorosamente cuando al resto de bustos parlantes los subtitula. Infumable. El director de "esto" lo tiene claro: el director es Dios.Y ya sólo el título delata su intención: Cineastas (intención de magnificencia) contra Magnates (malos malos malos).Sin embargo yo me (os) pregunto: ¿Quién necesita más a quién: el cineasta al magnate o el magnate al cineasta?
El director convierte un documental con un tema muy interesante en una colección de anédoctas unidas contadas a cachos.
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El título de la ópera prima de Santiago Tabernero (director del popular programa Versión Española y coguionista del bodrio titulado Asfalto) hace referencia a una colección de cromos de los años 70 sobre animales, lugares exóticos, anatomía, etc? Ese recurso narrativo trata de enlazar directamente con Fede (Junio Valverde), joven protagonista que vivirá en la España del 75 la aparición de la tele en color, la muerte de Franco y las consecuencias de un terrible suceso en su barrio.Este film se estrena el día 5 y pretende ser (oh sorpresa) una nueva película retrospectiva sobre una etapa histórica nunca tratada por nuestro cine. Lo más novedoso es que se relata a través de los ojos de un preadolescente.El director pretende combinar varias historias sin demasiado acierto. Todas son interesantes: mientras en una se divierte haciendo propaganda ideológica descarada en la otra se reserva los mejores cartuchos para acometer momentos muy incómodos y desagradables, eso si, a costa de una historia enfermiza pero de ambientación poco conseguida y artificiosa.El mejor punto del film es sin duda los actores, empezando por el debutante protagonista, Junio Valverde. Carmen Machi nos sorprende gratamente con un papel dramático; Nadia de Santiago, la niña de Javier ya no vive solo, apunta maneras; Silvia Abascal, que está muy creíble, está acompañada de su hermana en la vida real, Natalia Abascal (en la foto inferior entre el director y su hermana), como hija de un desiquilibrado Andrés Lima.A nivel técnico el director se ha cubierto bien las espaldas y encarga la fotografía al mítico José Luis Alcaine y el montaje al excelente José Salcedo.Un decepcionante debut que intenta recrear una historia grandiosa y se queda en un mero puzzle de situaciones sueltas, sin importancia alguna para el espectador y con un final cuanto menos insultante. Se deja ver, pero no es desde luego recomendable. Bueno, excepto para aquellos que se emocionen al ver personajes envueltos en banderas republicanas.No me gusta ser destructivo en las críticas, pero la película habla por si sola.
Se deja ver, pero no es desde luego recomendable. Bueno, excepto para aquellos que se emocionen al ver personajes envueltos en banderas republicanas.
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Salvaje es una pelicula híbrida entre dos ya conocidas, me refiero a Madagascar y Buscando a Nemo, y es que la influencia de Madagascar esta bien clara, unos animales que se escapan del zoo de Nueva York. Y en cuanto al porqué de Buscando a Nemo, esta tambien muy claro, es la historia de un padre buscando a su hijo, y aunque esta vez no sean peces y sean leones, está claro que nos estan contando la misma historia. Y la verdad, es muy patético que Disney vaya copiando a PDI e incluso algo más sorprendente, que se copien a si mismos, dado que aunque "Buscando a Nemo" sea de Pixar estos actuan bajo el sello Disney. Además, puestos a copiar tambien deciden copiar el gran fallo de Madagascar que es no desarrollar la historia en Nueva York, sino en la selva y por ello se repite el mismo error de que la parte en la gran ciudad sea mucho más interesante y breve que el resto de la pelicula. Pero bueno, olvidémonos de que Salvaje es una copia y fijémonos en el resto, ¿Qué encontramos? Pues muy poco la verdad, los personajes son bastante sosos y cuesta creer que Kiefer Sutherland le ponga la voz al león protagonista dado que habitualmente los personajes de animación tienen una personalidad y aspecto similar al de la persona que los dobla, en Salvaje no sucede esto ni de lejos. Los sucesos que van ocurriendo en la historia son tambien muy repetitivos de otras peliculas, creo que desde que a C-3PO lo confundieron los Ewoks con un dios se ha repetido esto cientos de veces, de hecho es curioso ver como hace tan solo dos dias vi algo similar en Ice Age 2 y hoy vuelvo a verlo en Salvaje. Salvaje pone de manifiesto el gran problema que hay hoy en dia en la industria de la animación y es que solo Pixar y PDI saben hacer buenas peliculas y el resto de estudios de animación intentan solo seguir a estos lideres haciendo peliculas similares pero que resultan sosas, aburridas y en algunos momentos insufribles como ya ha sucedido con Valiant, Ice Age 2, Chicken Little y ahora esto. Y la realidad es que cada uno ha de encontrar la originalidad y su propio camino, no limitarse a copiar a los grandes. La pelicula no es mala, pero tampoco es buena, simplemente es hora y media de situaciones donde no pasa nada y solo hechas para que los niños compren peluches de los personajes de la pelicula. E incluso la pelicula acaba un poco de forma inconclusa y con un final no muy cerrado, espero que no planeen hacer secuela. Y no se engañen, si llevan a un niño a ver esta pelicula se divertira probablemente, pero esa generación no disfrutará de una gran pelicula de animación como tantas otras generaciones lo han hecho. Y es que eso niño no llorara con Bambi, ni se emocionará con La Bella y la Bestia, ni siquiera se lo pasará en grande con Toy Story, simplemente verá una pelicula que al día siguiente habrá olvidado y que cuando sea mayor será incapaz de recordar si realmente la vio. El único detalle positivo y destacable de la pelicula es la elección de algunas canciones muy buenas (aunque pocas) para la banda sonora de la pelicula entre las que figuran temas de Coldplay o Lifehouse.
Salvaje pone de manifiesto el gran problema que hay hoy en dia en la industria de la animación
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Poquitas veces doy 5 estrellas a una película y en esta ocasión lo voy a hacer. Estamos ante un talento nato para la dirección. ¡Oops Mel lo ha vuelto a hacer! Ha bordado el proyecto. Es todo un ejemplo a seguir por aquellos actores que se introducen en el mundo de la dirección. Mel ha sobrepasado los límites de lo que se llama "Hacer cine". Sus últimos trabajos, se fusionan con un fondo documental que hacen únicas sus cintas.Contar lo que es contar, no cuenta mucho, pero dios mío, como lo cuenta es abismal, con una producción de titanes y una dirección artística de Oscar, Mel nos muestra la caída de un imperio a través de una historia familiar, de amor, de lucha y perseverancia por las creencias.Ver Apocalipyto no es recomendable, sino imprescindible. El 90% del reparto es de orígen indígena y además debutante, y creedme que no ha debido resultar nada fácil.El hecho de que esté rodada en Maya, es un atractivo más pero no esperéis parrafadas filosóficas en este idioma por que las conversaciones son "muy elementales".Me han encantado las Escarificaciones (Relieves) y los implantes indígenas, "Tan de moda actualmente". Están muy conseguidos, en algunos casos tengo mis dudas de que sean parte del atrezzo de maquillaje, para mí que había mas de uno y mas de dos reales.Mi descubrimiento en este fiel es Rudy Youngblood, el actor que interpreta al ágil e inteligente "Garra de Jaguar" al que sólo se le conoce "Spirit: The Seventh Fire" (de Madre Afroamericana y padre Indígena Norteamericano) va a dar mucho que hablar, su interpretación es totalmente orgánica, no dudas ni por un momento de la imagen que te está vendiendo y la forma física (ausente de esteroides) es de una naturalidad y perfección que solo Mel podía conseguir. Hay directores a los que les importa un rábano si la musculatura es creíble o no, les trae al fresco mostrarnos un indígena con musculatura que apesta a ciclos pero Mel, no, el cuida, mima cada detalle. Las dentaduras podridas son geniales, sin idénticas a cómo eran y son en la realidad (para el que haya visto alguna en vivo y en directo alguna vez). Todo esto es más que admirable sobre todo teniendo en cuenta que este chico logró superar un cáncer en su infancia. Se graduó en el Belton High School en 2000 y cambió su apellido "Gonzalez" por el actual (más artístico).Otro de los descubrimientos es la bellísima Dalia Hernandez (La esposa de Garra de Jaguar, que espera ser rescatada en el pozo de la aldea) quién debuta en este film (por la puerta grande) y se deja crecer las cejas para encarnar más acertadamente su papel, estoy segura de que la veremos más de una vez?Destacar también la aparición de María Isabel Díaz (Masala) a la que hemos visto recientemente en "Volver" de Almodóvar en dónde interpretaba a Regina, una vecina del personaje que interpreta la actriz Penélope Cruz. Además la hemos visto en Series como Hospital Central y bodrios como "Locos por el Sexo" en cualquier caso esta Cubana es una excelente actriz y prueba de ello es que ha trabajado con los mejores.En conclusión una de las grandes películas de este año 2007 (Retraso de meses Made in Spain) un resultado sobresaliente que solo puede conseguir un director visionario y sobresaliente como Mel. Nos rendimos a tus pies maestro, Ole tus Cojo?s.
Una de las grandes películas de este año 2007 un resultado sobresaliente que solo puede conseguir un director visionario y sobresaliente como Mel. Nos rendimos a tus pies maestro.
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Hay películas que parecen buenas películas y en realidad son malas o no tan buenas como pretenden. Recuerdo que cuando vi este film por primera vez pensé que era una muy mala película, absolutamente bochornosa. Ahora, tras una concienzuda revisión, puedo decir que no es tan mala como parecía, y que es un perfecto ejemplo de lo fácil que puede llegar a ser engañar y manipular al espectador. Es indiscutible que "La Pasión de Cristo" tiene varios puntos a favor: una soberbia y enérgica puesta en escena, buena fotografía, buen sentido del ritmo y algunos momentos dotados de inspiración dramática, sin excesivas cursilerías. Resulta memorable esa cámara subjetiva puesta en el altar y los ojos del dios que derrama su primera lágrima por la muerte de su hijo encarnado (excelente muestra de lirismo) o la escalofriante muerte del traidor Judas, a cuyos pies vemos el cadáver putrefacto de un asno, precedida por una serie de visiones perturbadoras que le dan a la película un aire de pesadilla onírica. Algunos críticos apelan a este tipo de trucos efectistas para soltar la burrada de que Mel Gibson ofrece "una visión personal" del texto neotestamentario. Vade retro, Satanás¡Empecemos por ahí. La película que nos ocupa es -y pretende ser- una representación visual del contenido exacto y fundamental escrito en el nuevo testamento referente a las últimas horas de la vida de uno de los mitos más trascendentes de la historia de las religiones: Jesucristo. Por tanto, el material del que parte es sobradamente conocido por todos y el personaje central tiene un rol y unas características que han sido asumidas por cada individuo inserido en la cultura occidental, ya sea creyente o ateo. En base a esto, y teniendo en cuenta que el cine no sólo es representación visual sino formas del contenido y del punto de vista de la cámara, hago notar que esta película es absolutamente plana, vacía, poco valiente.Porque fijémonos en lo que hace Gibson: en ningún momento representa la tragedia de cristo ofreciendo su punto de vista personal, simplemente coloca la cámara de forma que nos enseña el cuadro típico de Jesús de Nazaret soltando sus prédicas, o del grupo de sacerdotes del sanedrín mostrando la mala leche y la mala baba que tienen, o lo supermalos que son los romanos o el bienintencionado gesto final de Pilatos y que ya hemos visto a lo largo de la historia del cine en reiteradas ocasiones. Por tanto, el lenguaje visual cinematográfico de Gibson es absolutamente convencional y no explota ni siquiera una mínima parte de la enorme cantidad de sugerencias que puede llegar a inspirar un personaje como Jesús, desde distintos puntos de vista: como arquetipo de espiritualidad o heroísmo, como modelo de rebeldía, etc. No existe un solo plano o encuadre que nos diga nada especial y que demuestre que tras la cámara hay un cineasta creativo, valiente y hasta genial, según dicen algunos incautos. En cine, la recreación personal de la historia representada se hace usando el punto de vista de la cámara, entre otras cosas. Mel Gibson no va más allá de ser un mero ilustrador del texto sagrado. Así pues, ¿dónde está el mérito?.Y aquí viene la trampa de Gibson, como todo buen engañabobos: si no tienes la imaginación y el talento creador como para exprimir la historia neotestamentaria de una forma genuina, la mejor opción (la más fácil) para poder hacerse el interesante y quedar bien, es recurrir al morbo y a la manipulación emocional del espectador: haces un montaje paralelo enseñando el careto de un tío hablando de amor y fraternidad universal para ver cómo ese mismo personaje es víctima de una violencia atroz, mostrada sin tapujos, con sufrimiento en una carne viva desgarrada y escandalosos chorros de sangre salpicando a la cámara. Para adornar un poco más la cosa, se recurre otra vez a la cámara subjetiva mientras el pobre Jesús pierde las fuerzas y el equilibrio al no poder sujetar la cruz.para que el espectador sienta el dolor de cristo y se ponga en sus carnes. Seamos francos; lo que hizo Gibson es una versión "heavy" del martirio de cristo, un morboso espectáculo, recreado con mucho sentido del efectismo, pero aquí los valores intelectuales o artísticos brillan por su ausencia. Y, en cierto modo, es una lamentable manipulación emocional del espectador, utilizando a una de las figuras religiosas que más significaciones espirituales y pasiones irracionales genera en nuestra sociedad."La pasión de cristo" es una película efectista, sin más. Artísticamente hablando es un trabajo vago y vacuo, Gibson ha ido a lo fácil. Ésta es una película clamorosamente pretenciosa, fruto de una mente cuadriculada como la de Mel Gibson, cineasta contra el que no tengo nada, pero de todos es conocido la chabacanería y la vulgaridad de sus diferentes declaraciones o actos públicos. Aquí pretende ofrecer una obra de arte con motivos religiosos y humanistas, pero, sinceramente, no está dotado para esos ámbitos. Poner a un Satanás tísico, con capucha negra y sosteniendo a un bebé con cara de hombre que vigila la agonía de cristo no es ofrecer una visión personal (valga decir que ese grito-aullido satánico final tras la agonía y muerte de Jesús en la cruz es de lo más hortera que he visto en cine, ridículo hasta dar arcadas), sino recurrir a elementos perturbadores copiados de otros autores (o de la rica escatología católica) que los hicieron suyos, como por ejemplo Ingmar Bergman. Es la diferencia entre la apropiación legítima y genuina de elementos y trucos que otros han utilizado y el batiburrillo impersonal y torpe en el que cae Gibson. La utilización por parte de Gibson de ciertos elementos oníricos no es genuina, sino que apesta a pretenciosidad, algo muy difícil de demostrar objetivamente, pero al menos así es para quien esto escribe. No pongo en duda ni niego la capacidad de Gibson para estimular la sensibilidad de algunos espectadores, pero vamos, ni punto de comparación con Bergman o David Lynch.En suma, y teniendo en cuenta la subjetividad y las diversas sensibilidades, diré que no es una mala película, es una interesante - llamativa a ráfagas - representación de la pasión y muerte de cristo, ideal para ponerla en clase de religión o para católicos con ganas de afirmar su fe acompañándola con buenas dosis de morbo. Pero esto no es una buena película, porque pretende mucho más de lo que es.
Y aquí viene la trampa de Gibson, como todo buen engañabobos: si no tienes la imaginación y el talento creador como para exprimir la historia neotestamentaria de una forma genuina, la mejor opción (la más fácil) para poder hacerse el interesante y quedar bien, es recurrir al morbo y a la manipulación emocional del espectador.
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La llamada trilogía del dolor nacida de la fructífera colaboración entre González Iñárritu y Guillermo Arriaga se cierra con Babel. Ésta ha sido su propuesta más ambiciosa y, sin embargo, quizá sea la menos redonda de todas. Las tres películas rastrean sentimientos humanos a través de historias y vidas cruzadas ensartadas por el dolor. Pero cada una, según mi particular interpretación, pone el acento en asuntos concretos como la necesidad de amar y ser amado (en Amores perros), el enfrentamiento con el abismo de la muerte y la pérdida (en 21 gramos) y los problemas de comunicación y empatía social de nuestros días (ahora en Babel). El afán globalizador de Babel, lejos de ser un punto fuerte, termina por lastrar al conjunto de un relato, por momentos, desmadejado. Sólo en secuencias aisladas de cada historia asoma el arte y el buen cine, como en el epílogo de la historia nipona, menos atractiva de partida, pero la más poética y potente del filme a la postre.Babel teje tres historias sucedidas a distancias muy remotas entre sí unidas por el frágil engarce de un arma de fuego. El filme comienza con la historia de Afganistán, detonante de los sucesos que desencadenarán consecuencias de dispar calibre en las ocurridas en EE.UU. y Japón. Un padre les regala a sus hijos un rifle para abatir a los coyotes que acechan al rebaño de ovejas que ambos pastorean por la laderas de su casa. El arma, antigua propiedad de un turista japonés que regaló a su guía afgano tras su última cacería, será usada imprudentemente por los niños. Un matrimonio norteamericano de vacaciones por Afganistán se halla en plena crisis tras la muerte de uno de sus hijos. La negligencia de los niños les afectará directamente a ellos e, indirectamente, a sus hijos dejados en EE.UU. al cargo de su niñera mexicana, al propietario del arma en Japón y, sobre todo, a la hija sordomuda de éste.La cinta aborda cuestiones como los prejuicios étnicos de los que derivan las sensaciones de inseguridad y miedo recíprocos tan incardinadas en las sociedades multiétnicas de hoy día. Pero también los problemas de marginación o de ausencia de solidaridad entre quienes no responden a ciertos cánones o exigencias sociales. El panorama descrito en las tres historias ofrece conclusiones desoladoras, pero también indicia ciertas claves para la esperanza. De nuevo, como en las otras dos cintas de esta trilogía, la sutil guitarra de Gustavo Santaolalla acentúa las secuencias más emotivas y las interpretaciones vuelve a jugar un papel fundamental. En este caso sorprende el gran trabajo de los rostros más desconocidos del reparto, como el de la japonesa Kôji Yakusho o el de Adriana Barraza como niñera mexicana, y rallan a una estimable altura actores de más cartel como Brad Pitt, Cate Blanchett o Gael García Bernal. No diría que la trilogía del dolor se cierra en falso con esta Babel, pero sí que este corolario no está a la altura de la magnífica 21 gramos. No obstante, estas tres película del tándem Iñárritu-Arragia dan para mucha conversación cinéfila y, en especial, para mucha reflexión interior. Hemos de agradecerle a los dos el que estos tres trabajos alienten ambas circunstancias.
El afán globalizador de Babel, lejos de ser un punto fuerte, termina por lastrar al conjunto de un relato, por momentos, desmadejado.
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Que mala que tengo la vista, que pensaba que era Will Smith el del cartel, y es un tipo que de nada conozco. Bueno, por lo menos ese error me llevó a cumplir mi cupo de dramas mensuales sin mucha lágrima y moqueo nasal.La película trata sobre Patrick Chamusso, un señor negro que vive en Sudáfrica durante el apartheid. Trabaja en una refinería y ha conseguido llegar a ser capataz, además de tener una mujer que le quiere y dos hijas preciosas. Incluso dedica su tiempo libre a entrenar a unos chavales al futbol. Este hobby, unido a otro que no viene al caso, le llevan a ser sospechoso de terrorismo por lo que es tratado como tal. Tamaña fue la que se lió que llegó a convertirse en un icono de la liberación de Sudáfrica, no os digo más.Bueno, bueno, un dramita para comenzar la semana. Tengo que decir que, a pesar de ser un drama, me ha gustado la película. No tiene escenas excesivamente duras y no deja una sensación demasiado mala. No es que sea floja la cosa, si no que está tratada con menos crudeza de la que podría ser. A destacar la labor de Tim Robins, que le viene el papel de malo como anillo al dedo. Y, como siempre, me encanta que sea un caso real y que al final salga el señor (ya sabeis que no muere) real junto al actor. Podriamos decir que es un canto a la libertad.Resumiendo, drama sobre el apartheid basado en la vida de un personaje real. No es de llorar, ni de herir gravemente el alma, si no una biografía que nos muestra como puede transformarse el ser humano.
Drama sobre el apartheid basado en la vida de un personaje real. No es de llorar, ni de herir gravemente el alma, si no una biografía que nos muestra como puede transformarse el ser humano.
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Es cierto. Las cosas no debieron ser como cuenta Mel Gibson en su fantástica e impresionante película. Hay inconsistencias históricas, temporales, culturales y geográficas. Pero, personalmente, me da igual, que yo no voy al cine a recibir lecciones de historia. Para eso están las revistas especializadas, los suplementos dominicales de los periódicos y, mejor aún, ¡los profesores!, que en el cine tienen una inmejorable herramienta con que sustentar, completar e ilustrar sus clases teóricas.A mí, cuando voy al cine, lo que me gusta es meterme de lleno en la historia y que ésta me enganche, me emocione y me haga pasar un buen rato, embebido en lo que me cuentan desde la pantalla. Y "Apocalypto", desde luego, lo cumple sobradamente desde el primer hasta el último fotograma.La capacidad visual de Mel Gibson es portentosa. El tipo lleva el cine metido en vena, tal es su capacidad de transmitir sensaciones a través de sus películas. Y como ha encontrado un filón en eso de hablar de culturas perdidas, movimientos levantiscos reprimidos a sangre y fuego, heroicidades personales y amor por la familia, idiomas perdidos y olvidados. pues lo está explotando a base de bien. Y lo está haciendo magníficamente.Ritmo. Ésa sería la expresión que mejor definiría a este "Apocalypto", cuya historia se desarrolla en un espectro temporal tan concentrado, apenas un par de días, que te deja sin aliento. Es como aquel "El último mohicano", con el que la película de Gibson tiene multitud de paralelismos, que terminabas exhausto viendo todo lo que corrían Daniel Day Lewis and Co. En "Apocalypto", los personajes corren y saltan todo el tiempo, una moda que, a la vista del arranque del último 007, parece que marcará tendencia en los próximos meses.Más referencias cinematográficas en este "Apocalypto": Tarzán y los porteadores africanos que caían por los precipicios y, por supuesto, "El planeta de los simios" original. Y "Mad Max", claro, con su mensaje apocalíptico, nunca mejor dicho. Asistimos a un brutal choque de culturas en que el buen salvaje se enfrenta a unos temibles guerreros, perfecta alegoría de lo que está pasando hoy en día en tantos conflictos bélicos que sería ocioso desgranar. Y asistimos a una recreación hiperrealista de lo que pudieron ser las grandes urbes mayas (¿o aztecas?), con sus pirámides y sus sangrientos rituales, desmembramientos y decapitaciones incluidas.Todo ello, insisto, contado con un ritmo y a una velocidad de vértigo. Me gustaron los actores, protagonistas y secundarios. Me gustó la puesta en escena, los trajes, los tocados de plumas y los abalorios. Me gustó cómo se resuelven los duelos. Me encantó la fuga, jaguar incluido. Me impactó el primer encuentro premonitorio, en el bosque y disfruté con la cacería, con las risas, con los cuentos y con la noche en la aldea.Vamos, que me gustó todo, de principio a fin. Entiendo que los excesos de violencia puedan empachar a los paladares más sensibles, pero, por desgracia, la historia de la humanidad está teñida de sangre. Los especialistas en Mesoamérica se han cabreado y critican una cierta falta de rigor histórico. Las asociaciones indígenas están mosqueadas porque la visión de los nativos es negativa. Sin embargo, los cinéfilos estamos de enhorabuena porque "Apocalypto" es, sencillamente, un peliculón.
Las cosas no debieron ser como cuenta Mel Gibson en su fantástica e impresionante película. Hay inconsistencias históricas, temporales, culturales y geográficas. Pero, personalmente, me da igual, que yo no voy al cine a recibir lecciones de historia.
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Aún me estoy sacudiendo los hierbajos, limpiándome el barro, quitándome alguna que otra salpicadura de sangre y, sobre todo, el olor a carne (humana) en descomposición.He visto "Apocalypto" y es que Mel Gibson es así de bestia. Además creo que este tipo acaba de inventar un nuevo (sub) género: el gore-histórico.Con "Braveheart" ya advirtió en su momento que las escenas de batalla contendrían planos durillos, y es que en esa época eran muy brutos; y en "La pasión de Cristo" dio definitivamente rienda suelta a su lado más desatado. ¡Tanto Mad Max se le ha metido en la cabeza y el cuerpo!Y ha creado un (sub) género nuevo con un par de co?.! Primero haciendo que sus personajes hablen en algun dialecto antiguo tipo maya (que te mete te lleno en el tiempo y lugar); y luego mostrando la violencia, sin recrearse en ella, en su forma más primitiva y real, que nos recuerda que los humanos somos así de animales, y que nuestros antepasados, sea aquí, en Escocia o la América precolombina, lo eran aún más porque sus armas eran tal vez menos sofisdicadas.Y ello sin contar que con un presupuesto de unos 50 millones de dólares recrea todo un mundo de a finales del siglo XV, cuando otros directores, por ejemplo, Nancy Meyers, necesitan el doble sólo para amueblar las confortables casas de sus dos protagonistas en "Vacaciones". Cabezas rodando.El resultado haría las delicias de Truffaut en "El buen salvaje" (1969), y de Terrence Malick, por su visión idílica de la comunidad primitiva, ingenua, pura y en perfecta harmonía con la naturaleza; y todo este mundo utópico arrasado por guerras en nombre del progreso y la civilización.También lograría poner de acuerdo incluso a los mismísimos Stallone y Schwarzenegger, porque tanto al Dutch de "Depredador" (1987) como al Johnny Rambo de "Acorralado" (1982) les saltaría una lagrimilla de emoción al ver a este intrépido "Garra de jaguar" tan convincentemente interpretado por Rudy Youngblood.Y es de esperar que entusiasme igualmente a los seguidores de la aventura y la acción, y del buen cine, porque "Apocalypto" es una estupenda película que engancha de principio a fin. Rodada de manera admirable, apoyándose sobre todo en la imagen y sacando partido de la plasticidad incluso con el color de las pinturas que cubren los cuerpos de los esclavos: blancos para el trabajo, azules para el sacrificio.No les voy a desvelar nada, ni siquiera el tipo de grapas que se gastan los aborígenes para coser las heridas. Mejor lo descubran por ustedes mismos, pero sí les dejo con ese sabor a carne (humana) en descomposición que tan bien se corresponde con la visión de un imperio en decadencia, el instinto de supervivencia y también con la esperanza como una ilusión que jamás puede ser derrotada.Será un bocazas y un alcohólico, pero por muchas cabezas que rueden, que no sea la suya. ¡Cómo filma este tío!
Creo que este tipo acaba de inventar un nuevo (sub) género: el gore-histórico. Será un bocazas y un alcohólico, pero por muchas cabezas que rueden, que no sea la suya. ¡Cómo filma este tío!
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Alargada es la sombra de "El Padrino", o de su padre, Francis Ford Coppola; que ha inoculado en Sofia la pasión por el arte audiovisual, a la vez que le ha generado cantidad de detractores y admiradores. "Lost in Versalles", Sofia Coppola nos transporta a la Francia pre y revolucionaria para mostrarnos otra pasión, la de una niña de 14 años obligada a dejar atrás todos los objetos de su Austria natal para erigirse en esposa de Luis XVI y futura reina de la nación gala."Si no tienen pan, que coman pasteles", rezaba una frase popular de la época, forjada por un pueblo hambriento (que también la denominó Madame Guillotine) y que atribuía estas palabras a los labios de una reina a quien consideraban frívola, malgastadora, nimfómana y ruin. Por ello, la Coppola dirige su mirada humana, teñida de ingenuidad, a un mito histórico tratado con poco mimo por la Historia, y cerrando, de paso, una especie de trilogía sobre muchachas que se convierten en mujeres. Y con los ojos puestos en "Barry Lyndon", una de sus películas preferidas, también amplia su trayectoría curtida en videoclips con la rompedora idea de incluir canciones actuales, de The Strokes, New Order o Siouxie and Banshees entre tanta encorsetada y pasada de moda melodía de la corte del Rey Luis XV y Luis XVI.Sensibilidad Sofia.La lástima es que profundidad, modernez y pasión, en manos de Sofia, se limiten a un fastuoso catálogo de vestidos y zapatillas del siglo XVIII, de fiestas y dulces. A contemplar una Kirsten Dunst paseándose por Versalles más perdida que Scarlett Johansson en Tokio, y a dotar, o más bien, quitar del guión y personajes la más minima relevancia, cubriendo el vacío por un esteticismo de postal."Lost in Versalles", digo, "María Antonieta", es una propuesta ociosa que no entretiene, un ejercicio de memoria histórica escasamente memorable y una visión de unos seres humanos relegados a meras comparsas por su escasa entidad física o psicológica.Pero confirma el principal talento de Sofia Coppola: que es una directora de detalles, atenta a miradas y gestos. En "Lost in Versalles", la mayoría son banales, pero alguno hay de excelente como la ocurrencia de María Antonieta de aplaudir sin haber terminado una ópera, saltándose así una vida llena de engorrosos protocolos y ceremonias (y que le valdrá la primera mirada de admiración y ¿lujuría? de su impotente marido).O el gesto desde el versallesco balcón real al hacer una reverencia a su revolucionado pueblo, signo de la madurez de un personaje que, a sus 30 años, acaba de darse de bruces con la realidad.La virtud de Sofia es la sensibilidad, pero si su intención era hacernos ver que María Antonieta no era tan superficial, ¡menudo batacazo!.
La lástima es que profundidad, modernez y pasión, en manos de Sofia, se limiten a un fastuoso catálogo de vestidos y zapatillas del siglo XVIII.
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Acabamos de iniciar el año y ya tenemos en cartelera una de las películas que a finales de año, y si mi memoria me lo permite, acabara copando mi top ten de mejores películas del año. The Prestige, titulada aquí desastrosamente con el nombre de El truco final (El Prestigio), es el jueguecito que Christopher Nolan nos regala antes de embarcarse otra vez en las aventuras del Señor de la Noche. Para esta arriesgada película, Nolan adapta una novela de Christopher Priest en la que se cuenta la rivalidad de dos magos, que por vicisitudes de la vida, pasan de ser dos amigos a enfrentarse encarnizadamente tanto por el público como por su propia vida. Explicar cualquier parte del argumento de esta película puede ser muy difícil sin llegar a destripar partes muy importantes de la película, haciéndole perder todo su encanto, como si de verdad se tratara de un buen espectáculo de magia en el que asistimos atónitos como el mago juega con nosotros hasta que al final nos deja con la boca abierta pensando para nosotros mismos como pudo haber realizado eso delante de nuestras propias narices. Este mago no es otro que su director, que como bien explica en la película nos plantea un genial truco de magia global, en el que después de habernos presentado a los personajes, nos va contando una historia que nos sirve de engaño para finalmente y con un giro muchísimo más elaborado que cualquiera de estas películas que nos llegan de Hollywood con el típico cartelito de final sorprendente y que se deja adivinar ya hacia mediados del film, contarnos un final que hace repasar mentalmente los recovecos de la película para comprobar cómo toda la película estaba trenzada realmente para sorprendernos. Desde la primera imagen del film, sin aparente relación con el resto hasta que nos damos cuenta de que si es algo importante allá por la mitad del film, hasta ese final en el que claramente Nolan busca, al igual que sus protagonistas, el prestigio de haber conseguido jugar con nosotros durante cerca de 2 horas y poder salir airoso de tan difícil "truco". Al principio la narración puede resultar un poco liosa, ya que usa un estilo narrativo que vagamente me recordó a otro gran trabajo suyo, Memento, y sin llegar al nivel de esta, si que realiza constantes saltos hacia atrás y adelante en el tiempo, cosa que sirve para enganchar más si cabe al espectador, que espera ansioso por otro trozo del puzle para intentar completar el rompecabezas que conforma la película en su conjunto.En cuanto a los actores de la película, no creo que haya acertado mejor con la elección de Christian Bale y Hugh Jackman para interpretar a los dos magos rivales. Bale poco a poco se va revelando como un actor muy a tener en cuenta, tanto por su calidad en las ultimas interpretaciones realizadas, como por conseguir llenar la pantalla y hacer sombra a su partenaire, un Hugh Jackman en estado de gracia que encadena una buena película tras otra, y que tiempo al tiempo, nos encontramos con dos de los actores con mejor proyección de aquí a un futuro no muy lejano. Como secundarios, Scarlett Johansson, en un papel demasiado encorsetado ( en todos los aspectos, el que haya visto la película me entenderá?), y perdónenme el facilísimo juego de palabras a raíz de su vestuario en la película, pero quitando alguna escena en la que luce tipazo (y menudo tipazo.), su papel podría haber sido interpretado por cualquier otra actriz, ya que al igual que su personaje en la película, simplemente está en la película para poder ayudar a los dos magos en la realización de ese gran truco final por el que todos estamos esperando. Michael Caine como siempre, enorme, muy acertado su papel y su interpretación, algo que también le ocurre a un irreconocible a primera vista David Bowie (sus ojos le delatan?), muy comedido en su papel del científico Nikola Tesla, y parte importante en el desarrollo de la trama, con el que la película llega a tomar en algunos momentos un giro hacia el cine de ciencia-ficción que puede llegar a descolocar al espectador, no esperándose una incursión en ese género a raíz de la historia que nos va contando.En definitiva, y como ya decía al principio, sin duda una de las grandes películas del año, que juega con nosotros impunemente mientras nosotros asistimos atónitos al espectáculo, y como bien dice Caine a lo largo de la película, "al final lo que realmente nos gusta es que nos engañen", y mejor manera de ello es ver esta película.
Una de las grandes películas del año, que juega con nosotros impunemente mientras nosotros asistimos atónitos al espectáculo, y como bien dice Caine a lo largo de la película, "al final lo que realmente nos gusta es que nos engañen", y mejor manera de ello es ver esta película.
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Cuanto menos, es curiosa la lucha de algunos estudios cinematográficos por un nuevo éxito en taquilla y por lo que yo llamo en el cine "etapas", para que me entendáis: se estrena una película que bate todos los récords, se convierte en un clásico de la historia del séptimo arte y marca a una generación. Acto seguido, salen 800 filmes en la misma línea y con las mismas premisas argumentales y/o técnicas. Pasó con Star Wars.Pasó con Matrix. Pasó con La Noche de Los Muertos Vivientes.Pasó con Seven.Pasó con Terminator.Pasó con Alien. y por supuesto, pasó con El Señor de los Anillos. En cierto modo, se trata de la ya vieja historia de la oferta y la demanda. A veces salen cosas dignas, otras puros bodrios y otras productos que te dejan totalmente indiferente. En este caso, y según mi opinión, nos encontramos en un producto que, aunque para nada es un subproducto, es la típica película "bluff": adornada en la promoción hasta la saciedad y que en el visionado se queda símplemente en una cinta entretenida para pasar un rato ameno.Adaptada desde la obra homónima de Christopher Paolini, escrita en la adolescencia, la película aborda la historia de los Jinetes de Dragón, formados para hacer el bien y para proteger al pueblo. Los hombres prosperaban y las ciudades crecían.hasta que un día nació un niño llamado Galbatorix. Los Jinetes lo aceptaron como uno más y superó a todos en habilidad y destreza. Dotado de una mente superior y de un cuerpo fuerte, destacó entre todos los Jinetes. Un día, en la oscuridad de la noche, robó un huevo de dragón y convenció a Morzan, otro Jinete, a que se unieran en el estudio de la magia negra y prohibida. Más adelante, en una batalla sangrienta, Galbatorix consiguió dominar a todos y se proclamó rey de toda Alagaesia.y aquí comienza nuestra historia. Eragon, un simple campesino adolescente, encuentra una piedra azul en el bosque y, pensando que es un guiño de buena suerte, se la lleva a su granja. De repente, un dragón nace de la "piedra" y lo marca como su Jinete: desde ese momento, Eragon hace que el mito de los Jinetes de Dragón reviva y se convierte en una esperanza contra la tiranía de Galbatorix.Marcada por una inestabilidad constante en su guión, parece que siempre falta algo y que los hechos presentados han sido construidos a la ligera sobre el papel y sobre la pantalla. No creo que Eragon tenga ese mal que muchas adaptaciones sufren en su paso al celuloide, donde muchas veces se transforma a un libro de tropecientas páginas en un guioncito que apenas cubre dos horas de proyección.pienso que el error ya viene del libro, que adolece de una falta de originalidad demasiado alarmante: es una historia que, aunque manida, promete y que llevada por otros derroteros no habría llevado al espectador a ver algo tan típico, a veces demasiado típico. Pudiendo llegar a mucho más, el filme se queda en esa estela de películas que siguen a otras -como menciono más arriba-.De todos modos, también tiene sus puntos positivos o al menos salvables. El joven Edward Speleers tiene una buena presencia escénica ante las cámaras y parece desenvolverse bien ante éstas. Jeremy Irons, Sienna Guillory y Robert Carlyle no lo hacen mal y dan clase a esta producción. También Saphira (el dragón femenino de Eragon) está magníficamente construida e interpretada por los dobladores (en la versión original, le presta la voz Rachel Weisz). Los efectos especiales son interesantes y con una banda sonora competente.Espero que la segunda entrega de la saga consiga remendar los errores de la primera y que demuestre que es más que otra de esas franquicias de usar y tirar, a pesar de dar indicios de una historia totalmente plana (me temo).
Marcada por una inestabilidad constante en su guión, parece que siempre falta algo y que los hechos presentados han sido construidos a la ligera sobre el papel y sobre la pantalla.
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Nos encontramos ante una película sublime, arrebatadora, a ratos sensíble y a ratos memorable, merecedora de ser considerada una de las mejores producciones de todos los tiempos, te conquista con una simplicidad que reina desde el principio hasta el fin. Adaptación de la novela homónima de Harper Lee, nos cuenta un drama sobre lo mejor y lo peor del ser humano y de las crueldades muchas veces somos capaces de cometer.Con un comienzo muy diferente, intrigante y original para la época, paso a contar algo del argumento: todo comienza en la pequeña ciudad sureña de Maycomb, en plena época de la depresión. Atticus Finch(Gregory Peck en el que fue el papel de su vida), es un abogado humilde que vive con sus dos hijos y con su empleada de hogar sin muchos lujos, pero con mucha dignidad. Los hijos de Atticus son obedientes, responsables y educados: desde pequeños, aprendieron con su padre los principios de la justicia, del respeto hacia los demás y de la igualdad?la relación padre e hijos es por lo tanto sólida y fuerte, también porque Finch hace de madre y de padre a la vez.Pero todo esto se rompe cuando nuestro protagonista acepta defender al negro Tom Robinson(Brock Peters), acusado de violar a una joven blanca. Atticus se convierte entonces en el objeto del odio y del racismo de algunos habitantes de la ciudad, enfadados porque Finch defienda a una persona de color. Por otro lado, al mismo tiempo que intenta ganar el caso, intenta proteger a sus hijos de esos sentimientos de odio del que él es víctima. El día del juicio, Atticus prueba la inocencia del reo, evidenciando ante todos la hipocresía y el cinismo de tal acusación, símplemente por el color de la piel de la persona. Aun así el veredicto es de culpabilidad para Tom Robinson.Hay al menos cuatro grandes momentos a destacar en todo el metraje: 1) Cuando la hija de Atticus, Scout (Mary Badham), en una escena en el que su padre es acorralado por varios habitantes del pueblo, los aleja simplemente teniendo una inocente conversación con uno de ellos -al preguntarle por su hijo, compañero en la escuela de Scout- y donde podemos observar la inocencia de una niña sin maldad enfrentada a una persona llena de odio y de prejuicios. 2) Cuando Finch les cuenta a sus hijos la historia que da título a la película y que sólo comprenden al final de ésta. 3) La advertencia del Sheriff de Maycomb a Atticus de que "van a por él" y 4) La escena de la salida del tribunal de Atticus, después de defender a Tom Robinson, cuando todos los negros presentes en la sala se ponen de pie y lo saludan con orgullo.Recordemos también que el veterano actor Robert Duvall hace en esta película su primera aparición en la pantalla grande, en el papel de Boo Radley, un joven con algo de retraso mental y con un pasado misterioso que es motivo de admiración, miedo y fascinación por parte de los hijos de Finch, que coleccionan los pequeños objetos de madera y jabón que Boo les talla y que deposita en el agujero de un árbol frente a la casa.En cuanto al gran protagonista de la cinta, Gregory Peck, hay que decir a su favor que se entrega totalmente al personaje, con un corazón y una sinceridad fuera de toda duda, haciendo -como menciono en una frase anterior- el papel de su carrera. Es muy difícil imaginarse a otro actor haciendo el papel de Atticus Finch, al que deberíamos considerar un verdadero héroe, una persona íntegra, justa y tolerante, un abogado de provincias con unos ideales por encima de todo tipo de mezquindad. Como no podía ser menos, consiguió por dicho papel el Oscar al mejor actor. Mencionar que la película también ganó la estatuilla a la mejor dirección artística, todo un mérito en la historia, ya que realmente los espectadores se sienten inmersos en la época retratada en todos sus detalles. El estupendo guión adaptado de Horton Foote también se llevó la estatuilla."Matar a un ruiseñor" fue una de las primeras películas en tratar el tema de la discriminación y la intolerancia racial, sin presunciones y sin "ñoñerías", una cinta en el que un hombre blanco educa a sus hijos enseñándoles a respetar a las personas, sean quienes sean, mientras se enfrenta a los obstáculos de una sociedad mezquina y reticente a aceptar las diferencias. En definitiva, una buena historia, un buen director, un excelentísimo actor y una fotografía en blanco y negro cuidadísima ? estaba cantado que tenía que salir una obra maestra.
Fue una de las primeras películas en tratar el tema de la discriminación y la intolerancia racial, sin presunciones y sin ?ñoñerías?, una cinta en el que un hombre blanco educa a sus hijos enseñándoles a respetar a las personas, sean quienes sean, mientras se enfrenta a los obstáculos de una sociedad mezquina y reticente a aceptar las diferencias.
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Ice Age fue un gran éxito de taquilla y creo un gran grupo de fans en torno a esta saga, y digo saga porque Ice Age 2 no sera la última. Sin embargo, no pertenezco a este grupo de fans y me cuesta entender el éxito de estas peliculas. Ice Age 2 es una pelicula simplona, con chistes muy suaves e incluso algunas veces muy malos y con una carga argumental muy baja. El mayor problema de la película es que funciona como varias historietas unidas sin mucha relación entre ellas, da la impresión como que que en los estudios de esta pelicula dijeran "Vamos a hacer una peli sobre el deshielo, que cada uno haga un corto sobre el tema y luego los unimos" y es que esta es la impresión que da, porque muchas de las escenas son totalmente ajenas a la trama de la pelicula. Otro gran problema de Ice Age 2 es que han vuelto a caer otra vez en la misma piedra que con la uno, lo mejor de la pelicula es la ardilla (o vete a saber que es ese bicho) que va buscando su bellota, su aparición en la pelicula será de unas seis o siete veces como entreactos del resto del film, y curiosamente las dos mejores de estas escenas han sido elegidas como trailers para promocionarla. En la saga Ice Age en vez de recurrir a imagenes rápidas para los trailers como hacen en la mayoria de películas, cogen una escena por completo, le meten los creditos al principio y al final y ya tenemos trailer. Esto hace que empiece la pelicula y digas "Esto ya lo he visto" y la verdad, no me agrada mucho esta técnica de marketing que usan para Ice Age. Y de nuevo tambien otro error que se repite, es que la pelicula es totalmente superficial, no toca apenas ninguna historia dramática como hacen habitualmente en otras producciones de animación, vease Shrek o Buscando a Nemo. Al igual que esto pasaba en la uno, ahora en la dos se ignora practicamente por completo la historia de una mamut hembra abandonada que se une al equipo y de la que obviamente se intenta introducir una historia de amor que realmente nos da absolutamente igual, nos da igual que ella haya sido abandona o que se tenga que separar del grupo o lo que sea, y es que la pelicula como digo es totalmente plana, no tiene ese toque sentimental que tienen la mayoria de peliculas de animación. De todas formas en Ice Age 2 tambien se hace visible que estos estudios solo intentan imitar a los grandes y no desarrollar un estilo propio como ya hicieron PDI o Pixar, y es por ello que muchos personajes o situaciones recuerdan a otras producciones ya vistas. Incluso han intentado introducir un número músical que resulta ser desastroso por lo menos tras el doblaje, habría que verlo en versión original para comprobarlo, pero lo más probable es que resultara igual de malo, como insisto parece que uno de los animadores haya dicho que iba a hacer un corto musical y lo hayan metido en la pelicula, asi funciona Ice Age 2. En cuanto a animación las cosas no han cambiado mucho, ya que los personajes estan bien hechos pero los fondos son tremendamente feos, de hecho esto fue muy criticable en la uno, pero como esta va sobre el deshielo pues lo más probable es que pudieran crear paisajes más verdes y espectaculares que tan planos y blancos como en la primera entrega y en efecto esto hacen en una de las primeras escenas que se ve cuando comienza el deshielo. Sin embargo luego parece que los animadores se cansaron de trabajar y todo los escenarios son tierra, es decir, poco mas que pintar el hielo de marrón. En resumidas cuentas, Ice Age 2 es a mi parecer una película plana, sosa, sin apenas argumento y con chistes malos, pero sin duda va a ser un éxito de taquilla por segunda vez. Si te gustó la primera, te gustará la segunda, sino ni te molestes en ir a verla, porque ambas son iguales y cometen los mismos fallos.
Película plana, sosa, sin apenas argumento y con chistes malos
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María Antonieta es realmente sensual. Puede que no sea históricamente correcta pero así es en la versión de Sofía Coppola. Es un festín para los sentidos. La banda sonora acierta el tono, contrapuesto irónicamente rodaje en Versalles, que es espectacular. Logra un trance de falsa autenticidad. De lo que quizás nunca haya sido pero de alguna forma podemos imaginar. La exhuberancia, los trajes, los pasteles.Esta película es una especie de trance que te absorbe. Seduce más de lo que convence. Al mismo tiempo te acerca y te aleja de lo real y lo imaginado. Solo te deja escuchar de lejos lo que se cuenta por los pasillos. Frases sueltas en una narración indirecta que es más atmósfera que los zapatos y los encajes. Permite entre ver a esta corte que aislada del mundo y al mismo tiempo la privacidad no existe ni siquiera en la alcoba.Navega entre compromiso y el placer. Es una experiencia en la que podrías sumergirte. Lírica sin ser sentimentalista. Exuberante si exagerar. Gustosa para mi paladar.
María Antonieta es realmente sensual. Esta película es una especie de trance que te absorbe. Seduce más de lo que convence. Al mismo tiempo te acerca y te aleja de lo real y lo imaginado.
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Ver un musical en el cine me parece una idea muy arriesgada si la producción es española. Nunca recuperaré, para mi desgracia, la gran cantidad de circuitos neuronales que perdí tras ver una de las películas más taquilleras del cine español, así como una de las más malas: El otro lado de la cama. Otra cosa muy distinta es ver un musical norteamericano ya que, señores, pese a quien le pese, ellos saben hacer un buen espectáculo y eso es, ante todo, lo que deber ser un musical.Basado en una obra que triunfó durante la década de los ochenta en los escenarios de Broadway, el largometraje nos narra la trayectoria profesional y sentimental de un trío de chicas que aspiran a triunfar en el mundo de la música.De todos es conocido el papel interpretado por la famosa Beyoncé, sin embargo, destaca, por encima de todos, la voz de una desconocida en nuestro país, Jennifer Hudson, que fue dada a conocer en un exitoso programa de la cadena Fox: American Idol (una especie de OT pero a lo grande). Por su gran labor, está nominada a los Oscars como mejor actriz secundaria (aunque lo tiene complicado porque compite con la impresionante Abigail Breslin)Debemos mencionar, también, un importante trabajo de vestuario, maquillaje y peluquería (un estilismo que ha sabido mostrarnos lo más innovador de los sesenta y setenta, trabajo que también le ha merecido una nominación). Los numeros musicales destacan por un gran conjunto de voces que vibran con distintos ritmos (rock, blues, jazz o gospel) y que están acompañadas por sencillas coreografías, a las que se les podía haber sacado más provecho.Dicho lo bueno de DreamGirls, queda por analizar lo que le ha faltado o sobrado para que el resultado final no haya sido tan espectacular como hubiera podido ser, algo, que podría esbozar en nueve palabras: le sobran veinte minutos y le falta más "prosa". El primero de los problemas es común a la mayoría de las películas que se realizan desde hace varios años: no sé a quién se le ocurrió la idea de que los largometrajes deben durar más de dos horas pero, en ocasiones, lo único que se percibe es un mal concepto del montaje. En cuanto al segundo de los problemas, se puede describir de forma muy sencilla. Piensen en un cantante o grupo musical que haga de sus delicias. ¿Lo tienen? Ahora imagínense disfrutar de la música que les gusta durante un concierto de dos horas. Perfecto, ¿verdad? Ahora disfruten de ese mismo concierto pero en DVD, nuestro artista ya no tiene la magia del directo y, por lo tanto, es posible que se nos haga más pesado. En otras palabras, no es lo mismo ver el directo de un musical en un teatro que verlo en el cine. El primero cuenta con la magia de sentir la actuación en vivo, por lo que, agradeceremos una orgía de música y canciones. El segundo, ya no cuenta con esa gracia, por lo que, deberemos incorporarle más diálogos que ayudarán al público a digerir la ambigüedad de una actuación grabada.Y ya para terminar, sólo me quedaría apuntillar una aclaración: si usted disfrutó viendo cacarear a Paz Vega, olvídese del párrafo anterior y vaya a ver la película, quizás descubra lo que es un auténtico musical.
Si usted disfrutó viendo cacarear a Paz Vega, olvídese del párrafo anterior y vaya a ver la película, quizás descubra lo que es un auténtico musical.
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Mi incultura en materia zoológica no reparó en que los lemmings son un roedores que habitan en las tundras árticas. Tampoco que llevan a su pequeña espalda la leyenda de que se suicidaban en masa. La película que toma como título el nombre de este animal, del que oímos que está en una tubería, es una comedia con ribetes dramáticos ( cuál no lo es ) o un drama con tintes cómicos. El lemming invasor es la metáfora de la compleja red de relaciones que mantiene un matrimonio estable y normal que asiste, entre el estupor y la indignación, a las refriegas de otra pareja, sus jefes, que se autoinvitan a una cena. El planteamiento, en el cine francés, no es novedoso: se trata de la interrupción de un modo de vida y la tenue aunque dolorosa evidencia de que otro modo, menos agradable, necesariamente más acre y hostil, anida en cualquier rincón, agazapado, como a la espera de ocupar el espacio en el que antes, ni por asomo, se imaginaba estar. La teatralidad está muy forzada, muy a la francesa, coligiendo que vamos a asistir a la pompa del declive de una burguesía desasosegada, proclive siempre a una tensión que, en ocasiones, genera una violencia enorme. El guión se desajusta de los tópicos cuando abraza, sin rubor, la fantasía, la imaginación espoleada por ese lemming fantasma que ha venido de la tundra y que se ha instalado en las conversaciones, en los postres, en toda la maquinaria bizarra de este artefacto de cruda digestión, pero interesante y valioso para apuntalar la idea de que el cine europeo es estupendo y que puede alejarse de las facturas americanas, sin renunciar a un brioso espectáculo cinematográfico. Hay en algunas escenas verdadera acción: más acción que en muchos mamporros del inasible Van Damme.Moll, este director alemán del que conocíamos Harry, un amigo que os quiere, no es Claude Chabrol. Tampoco el ahora relevante Haneke. Moll es el lemming oculto en la cañería: acecha en el alambicado mundo de los tubos que comparten con nosotros una casa y escupe ( el verbo está ácida y meditadamente pensado ) una comedia gansa, deslumbrante a veces, arquetípica en su resolución, desconcertante en todo el largo metraje que nos ofrece.La negritud de la trama, el acendrado thriller que va por debajo y la pesadilla metafísica que suspende toda la acción en una idea rocambolesca de sueño o de ficción se convierte en una autoindulgente propuesta de estilo, nunca cándida, que va adoptando a medida que crece un retorcimiento cada vez mayor, una escabrosa superposición de capas bajo las cuales anida, inalterable, la semilla de la enfermedad que está destruyendo la civilizada tradición de la familia europea. Cenas enrarecidas como ésta hubiesen dado en un Woody Allen en estado de gracia una comedia igual de gansa, pero aditamentada con un humor igual de corrosivo, pero más accesible. Todo queda, en demérito de esta muy decente obra de Moll, en un artificio vacuo, en una impostada locura entre lo onírico y lo real, a caballo de la fábula y el ensayo social a lo burro.
Brioso espectáculo cinematográfico de cruda digestión. Todo queda, en demérito de esta muy decente obra de Moll, en un artificio vacuo, en una impostada locura entre lo onírico y lo real, a caballo de la fábula y el ensayo social a lo burro.
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Un ladrón de joyas más bien desalmado y duro esconde el diamante de su último robo en el bolso de una pareja sin que ellos se enteren. Para recuperarla tiene que meterse en la familia feliz. El ladrón mide menos de un metro y se disfraza de bebé. La pareja lo adopta todo el fin de semana.Una escena clave de "Sabotaje" de Hitchcock sucede en el palacio de una dama de sociedad que, en realidad, es una espía nazi. En la escena se mezclan dos niveles. Por un lado el héroe quiere salvar a su novia de los espías nazis. Por otro lado el héroe está en un baile de sociedad con todo su protocolo que no puede ser alterado. El nazi, para atrapar a la novia, le pide un baile. El héroe no puede negarse porque rompería con las buenas formas de la etiqueta. Cuando consigue a la chica se une a otra pareja inocente y sale del palacio. El nazi no puede usar la fuerza, porque rompería la misma etiqueta, y así sucesivamente.Algo parecido ocurre en "La carta robada" de Poe. El ministro le roba a la reina la carta delante del rey, pero ella no puede decir nada, porque el rey no debe saber de la carta incriminatoria. ?i?ek llama a este juego "la mirada impotente". En medio de este tipo de acción hay siempre un tercer elemento. En "Sabotaje" es la buena sociedad del palacio, en "La carta robada" es el rey. Hay personas que no deben enterarse de lo que pasa. «El otro, dice ?i?ek, no debe saberlo todo».Me gusta citar a Hitchcock para hablar de una película tan mala porque en el fondo me gusta darle algun que otro coscorrón de vez en cuando. El cine de bajo presupuesto intelectual puede lucir los mismos trucos que el de Hitchcock. El matón disfrazado de bebé está dispuesto a usar la fuerza y las armas, pero cuando aparece la "mamá" vuelve a los balbuceos: «ella no debe saberlo todo». Cada vez que tiene el diamante en sus manos tiene que volver a la farsa de que es un bebé y lo pierde ¿por qué? Porque ella está delante.Hay una escena famosa de "Encadenados" en la que Cary Grant e Ingrid Bergman están a punto de ser descubiertos por el malvado Sebastian. Para ocultar que han ido a la bodega a investigar el uranio nazi, los dos fingen que son amantes y se abrazan. Engañan a sebastian haciéndole creer que se quieren. Pero lo curioso es que en realidad los dos se quieren. ?i?ek dice que es típico del cine de Hitchcock el movimiento "de fuera adentro". Los personajes fingen que son algo hasta que descubren que son ese algo. Al fingir que somos algo ocupamos un lugar en la red intersubjetiva, y al final ese lugar se convierte en nuestra posición verdadera."Pequeño pero matón", hace el mismo movimiento de un modo intuitivo. El novio de la pareja quiere tener un hijo pero ella quiere esperar. Cuando el novio ve el bebé a la puerta de su casa se ilusiona con hacer de padre durante dos días. El ladrón ocupa el lugar de hijo, para conseguir el diamante. Cada uno representa un papel, pero lo que la película trata de demostrar es que al final se necesitan el uno al otro. Han creado una red simbólica padre-hijo en la que se sienten demasiado a gusto. Así que se van de juerga los dos juntos para celebrarlo.Lo que los hermanos Wayans añaden a Hitchcock es un elemento freudiano que al británico y a algún otro le pondría los pelos de punta. El bebé tiene que dormir con la pareja la primera noche así que les mira con avidez cuando empiezan sus preliminares sexuales. Por la mañana ella recuerda dos aventuras, el novio sólo una: el bebé se ha divertido. Pero ¿en cual de sus dos facetas? ¿Es el ladrón carcelario que se ha aprovechado del equívoco y se ha colado en la cama de la novia? ¿O lo ha hecho simbólicamente? ¿Ha sido el bebé el que se ha divertido con mamá? El espectador tiene la posibilidad de hacer una segunda lectura escandalosa, un edipo lujurioso completamente satisfecho.
Lo que los hermanos Wayans añaden a Hitchcock es un elemento freudiano que al británico y a algún otro le pondría los pelos de punta.
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La figura de Jesucristo tiene ese poder de fascinación que transciende generaciones y culturas y es como un objeto de veneración o reflexión filosófica que se presta a muchas lecturas, revisiones o manipulaciones según las creencias o esquemas mentales de cada individuo o sociedad. Ese valor transcultural no es algo exclusivo del Galileo nacido en Belén, sino que es un rasgo de los arquetipos del saber y la aventura humana, desde los grandes fundadores de religiones hasta los héroes que han protagonizado y motivado el rico bagaje mitológico de la humanidad. Jesucristo es un mito -con una supuesta base histórica, sobre ese tema existe y siempre existirá gran controversia - cuyas características evocan tanto lo humano como lo divino en un entorno social de cambios, incertidumbre ante el futuro, crisis y revolución en el apogeo del imperio romano. Y de ahí una riqueza de matices que, bien aprovechada, puede ser un buen material para hacer cine mayúsculo, pues permite enfocar la historia sagrada desde distintos puntos de vista: Jesús el hombre, Jesús el dios, Jesús el revolucionario, el profeta, el reformador religioso, el loco que grita en el desierto, el ajusticiado. Ya vimos como Mel Gibson desaprovechaba su ocasión limitándose a elaborar una mera ilustración visual del texto bíblico pero añadiéndole un montaje con el único propósito de manipular emocionalmente al espectador y perpetrar trucos para el morbo gratuito y así hacerse el interesante con el fin de que todo el mundo hable de su película.En el caso de "La última tentación de Cristo", nos encontramos con una de las revisiones sobre el susodicho mito más sorprendentes y originales que se puedan ver ya que ésta hurga en las distintas dimensiones del mito con una loable intención regeneradora e introspectiva, poniendo en tela de juicio muchos dogmas y caracteres propios de una doctrina y un esquema teológico que rige las conciencias de millones de creyentes.Creyentes, pero ha de quedar muy claro que un objeto artístico no tiene más o menos valor en función de su naturaleza contestataria o su mensaje transgresor según ideologías y demás fobias y filias colectivas. Si alguien estima o valora la película de Scorsese por considerarla una obra "anticatólica" estará en un error, ya que su función como pieza del arte cinematográfico es la de jugar y hurgar en todas las posibilidades metafóricas o interpretativas que se desprenden del mito crístico, proponiendo un planteamiento en el que la figura de Jesús se desdobla en dos alternativas que son dos modos de interpretar (o de situar) su condición arquetípica, contraponiéndolas para configurar su perfil de arquetipo multidimensional, lo cual viene a ser una espléndida metáfora que disecciona la eterna lucha interior, la lucha entre lo carnal y lo espiritual, lo terrenal y lo celestial.Por tanto, la película se centra más en desarrollar los aspectos filosóficos que en mostrar un Jesús de Nazaret "hijo de dios" al uso. Es una película de una gran densidad, muy alejada de las exigencias y necesidades comerciales. En lo político-social vemos a un Jesús de Nazaret carpintero constructor de las cruces que servirán para crucificar judíos, situando al personaje en una posición controvertida en el plano social, de lo cual se deriva una mirada exenta de todo convencionalismo ante la idea tradicional de Jesús como fiel seguidor de la tradición y la identidad colectiva de los israelíes. En ése orden de cosas, aquí el nazareno no es un mero reformador de la tradición, sino también un "outsider" que bajo un perfil de espíritu inquieto se plantea dudas sobre su propia identidad y la identidad de la cultura a la que pertenece. El significado y la naturaleza de conceptos tales como el de mesías, reino de dios, liberación de Israel, espíritu y cuerpo son abordados mediante un discurso dinámico, en el que cada personaje representa un prisma distinto o una reinterpretación crítica del significado, finalidad y valor esencial de la figura del mesías, el enviado de dios o lo que sea.Nos cuenta, de paso, el viaje iniciático de un guerrero en permanente lucha consigo mismo y con los demás. Jesucristo ama a Magdalena pero rechaza la vida conyugal en pos de una misión trascendente. Es la misma imagen del héroe que rompe todas las ataduras para centrar su vida en un objetivo mayor. Lo punzante del caso es que aquí la familia se nos muestra como un lastre en ese camino hacia lo superior, contradiciendo la tradición cristiana y católica que sitúa a la familia en un podio ineludible para la correcta vertebración de la sociedad y el bien moral. Véase cómo el cristo engañado por el demonio disfrazado de angel es el que simboliza la pasividad y estancamiento de la vejez; la familia es el lastre que arruina toda pretensión de llegar a Dios y de mover los cimientos de la humanidad. Ése es uno de sus aspectos más provocadores y un tema que remite al héroe que destruye las ligaduras que lo atan a la tierra en el sentido de la estabilidad y el conservadurismo de la vida en familia. Los grandes hombres, los que de verdad consiguen aportar algo a la civilización, sacrifican muchas cosas para poder llegar al cielo de los mitos.La complejidad del discurso da para mucho más, lo dejamos aquí. El resto es pura artesanía cinematográfica, el habitual pulso sobrio y brioso de Martin Scorsese (que no genial, todo hay que decirlo) al servicio de una visión reflexiva y autocrítica. En ese desdoblamiento de Jesús, subyace un diálogo autorecriminativo entre la convención social y la libertad salvaje del extranjero en su tierra y disidente de todos y de todo: el Jesús que vence a la muerte (aunque solo sea en el ámbito de la creencia popular) le otorga a la humanidad una esperanza y un sentido. El Jesús que se queda en el hogar con la mujer y los niños, envejece, simboliza la senectud derrotada y alienada de los problemas del mundo, el olvido de los sueños e ideales. Cielo y tierra, cuerpo y alma, y un Jesucristo autocrítico en medio de la encrucijada, aprovechando de esta manera su inmenso caudal arquetípico para mostrarnos varias aristas acerca de los problemas del humán, la religión y la filosofía, y ese es un gran logro artístico. Veamos las palabras de Nikos Kazantzakis, autor del libro en el cual se basa la película:"La doble personalidad de Cristo, el sufrimiento, tanto humano como sobrehumano, de un hombre para alcanzar a dios, ha sido siempre un profundo misterio para mí. Mi principal anhelo y la fuente de mis venturas y desventuras desde la niñez, ha sido una incesante y cruel batalla entre el espíritu y la carne.y mi alma es el campo de pelea donde esos dos ejércitos se han encontrado y luchado "
Una de las revisiones sobre el susodicho mito más sorprendentes y originales que se puedan ver ya que ésta hurga en las distintas dimensiones del mito con una loable intención regeneradora e introspectiva, poniendo en tela de juicio muchos dogmas y caracteres propios de una doctrina y un esquema teológico que rige las conciencias de millones de creyentes.
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Lejos de ser un retrato ácido de la prostitución al que muchos habrían querido poner la firma del guionista y director Fernando León de Aranoa, Princesas es un sencillo inventario de las rutinas que pueblan la vida de gente normal, que esconde sus pecados y abre su corazón a los demás cuando las circunstancias así lo mandan. No se complica León de Aranoa en alambiques narrativos que restarían protagonismo a lo que él verdaderamente considera esencia de su film: la amistad sin ambages, lenta, primorosa, de dos prostitutas que se alían contra la miseria de la gente y contra la dureza del mundo que tienen enfrente. Caye ( Candela Peña ) y Zulema ( Micaela Nevárez ) soportan estupendamente el peso del film, que es mucho y poco, que se resume en tres pinceladas, pero que lastra un universo amplio de sentimientos universalmente entendibles, de gestos perfectos y de miradas sinceras.La melancolía, la ternura, la tristeza: aspectos que nunca han abandonado del todo el cine de este forense de la sociedad, que vivisecciona el cuerpo recién abatido de una ciudad que respira rutina, incomunicación y desasosiego en todas sus calles.Guión, a decir verdad, hay poco: no se precisa. Ese reivindicación del cine pseudocumentalista, lírico a la manera en que León de Aranoa entiende la belleza, da un film pausado en exceso, sobrecargado en los hombros de dos actrices en estado de gracia, que parecen no actuar y que llevan con estimable dignidad la carga poética de la historia.No es Los lunes al sol ni Barrio ni la esplendorosa ópera prima Familia: Princesas es cine de menor entidad. Es más un capricho de un guionista inquieto, y arriesgado, que una propuesta con alcance comercial y miras artísticas como las que la preceden. Diríase que todo se ha dejado llevar por las ganas de ofrecer una visión distinta del hecho físico y social de la prostitución. Hay demasiado costumbrismo: un atiborramiento innecesario de silencios, de complicidades que ya sabemos y que sobran. Endulzado como no hacía falta, el resultado es decepcionante, habida cuenta ( será al final eso ) de las expectativas creadas con esas cintas antes citadas y que abrieron la ilusión de que Fernando León de Aranoa tenía una voz singular y un universo de sentimientos de largo recorrido. No se ha fallado a sí mismo, en mi modesta opinión, pero ha dejado pasar la oportunidad de continuar arriesgando y ganando. Princesas arriesga, aunque pierde: se deshace en la comicidad impostada, en cierta desgana en darle un mayor fondo argumental. Sin un guión en el que pasen cosas, el cine pierde bazas irrecuperables. El cine desguionizado, si lo hay, será cine, pero lindando ya con otros territorios que, en ocasiones, proporciona mejores resultados con otras armas como la música ( el arte inefable por excelencia ) o la literatura ( el arte absoluto por antonomasia ).Addenda: el final es ambiguo, algo cobarde: quizá el único posible, lo cual es una pena que yo no sufro.
Princesas arriesga, aunque pierde: se deshace en la comicidad impostada, en cierta desgana en darle un mayor fondo argumental. Sin un guión en el que pasen cosas, el cine pierde bazas irrecuperables. Cine desguionizado.
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Sylvester Stallone vuelve a ponerse detrás de las cámaras, para ofrecernos una nueva visión del potro italiano, una vez que ya han pasado sus tiempos de gloria, para mostrarnos a la persona, a ese ex boxeador que rememora con nostalgia sus días como campeón.Por supuesto que Sly vuelve a enfundarse los guantes, y pese a sus años, se conserva en plena forma. En esta sexta y última parte de las andanzas de Rocky Balboa, Stallone nos muestra la vida que tiene el que fuese bicampeón de los pesos pesados. Viudo y dirigiendo su restaurante italiano "Adrian´s", también nos muestran a Rocky como un padre preocupado, que tiene una seria incomunicación con su hijo, ya que éste se avergüenza de los éxitos de su padre, al tener que soportar una dura losa, la que supone ser el hijo de una celebridad. Como no, los problemas entre ellos se solventarán a la vez que la película llega al punto que nos interesa, cuando Rocky por casualidad, acaba aceptando pelear con el campeón de los pesos pesados Mason Dixon.Todo esto viene precedido de que a Balboa le entra el gusanillo de volver a pelear, cosas pequeñas para sentirse vivo, y como él mismo dice ? Creo que todavía tengo algunas cosas en el sótano ? así que tras ese punto de partida, y gracias a un combate virtual que dan por televisión enfrentando a Rocky y a Mason Dixon, los promotores deciden hacerlo real. Toda una puesta a punto para ambos púgiles.En este momento, es cuando las nostalgias se hacen más evidentes, y cuando se nos enternece el corazón, observando al potro italiano salir por el tunel de vestuarios y escuchar y ver a la multitud congregada gritando el nombre del campeón. Un punto muy interesante, es que la imagen cambia pasando a alta definición, de modo que se nos muestra como la típica retransmisión deportiva, dando así un toque más verídico. El primer round es lo mejor de la película, y es donde afloran todos nuestros sentimientos hacia este personaje que llevamos viendo en tantas películas. A continuación, se nos muestra el resto del combate a modo de videoclip, con un ritmo endiablado que nos traslada hasta el último asalto. En definitiva "Rocky Balboa" es un producto digno, para terminar una saga que ha enamorado a millones de espectadores, y que de esta manera se ve recompensada. En ningún momento se nos pretende engañar, ya que todos sabemos lo que nos vamos a encontrar en esta película, y la verdad es que se agradece este gesto.Hasta siempre Rocky.
Es un producto digno, para terminar una saga que ha enamorado a millones de espectadores, y que de esta manera se ve recompensada. En ningún momento se nos pretende engañar, ya que todos sabemos lo que nos vamos a encontrar, y la verdad es que se agradece este gesto.
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Hace tiempo tenía ganas de enamorarme de un personaje de ficción y gracias a El Ilusionista (2006), ayer me pasó. Es decir, siempre me paro enamorando de personajes de ficción, el último fue del nuevo-viejo James Bond, que estuvo re-hot, pero con él, fue ese tipo de enamoramiento para un choque y fuga nomás, como es usual. En cambio, esta vez sí es un enamoramiento tipo "quiero tener todos sus hijitos". Ayer el personaje de Edward Norton, el mago Eisenheim, realmente me hipnotizó. Y es que Edward Norton no es guapo, nooo, pero es demasiado atractivo, siempre lo he pensado, tiene una mezcla de bien masculino con bien inteligente, lo máximo. Y en El Ilusionista está más atractivo que nunca.A pesar de que esta película salió casi simultáneamente con otra muy buena película de magos (El Gran Truco), no se parecen en mucho.Esta historia está narrada por el inspector Uhl interpretado por Paul Giamatti quien ya nos demostrara su calidad interpretativa en otra película recomendada por EBC, Esplendor Americano. Uhl trabaja bajo las órdenes directas del futuro emperador de Viena, el maldito príncipe Leopold que tiene una muy buena caracterización de Rufus Sewell, uno lo llega a odiar.La rivalidad entre Eisenheim y Leopold se da porque el príncipe está comprometido con la condesa Sophie (Jessica Biel), el amor de infancia de Eisenheim, entonces simplemente Edward. Él era hijo de un capintero, por lo cual debieron verse a escondidas a lo largo de toda su infancia y adolescencia, hasta que fueron definitivamente separados por la familia de ella. Entonces Edward decide conocer el mundo y su magia y parte de Viena, regresando 15 años más tarde convertido en un gran ilusionista.El espectáculo de Eisenheim se hace tan famoso que una noche el príncipe y su séquito asisten a verlo y cuando el mago solicita un voluntario "sin miedo a la muerte" el príncipe se pone en pie, más voluntaría "valientemente" a su novia, la condesa. Es recién sobre el escenario que Edward y Sophie se reconocen.Pero la rivalidad entre Eisenheim y Leopold va más allá de Sophie. El pueblo odia y teme al abusivo Leopold, a la vez que ama a Eisenheim, porque en verdad creen que todas sus ilusiones son magia verdadera.En este punto en el que Sophie y Edward se han encontrado y el amor a renacido, deberán ver como poder escapar con éxito, esta vez juntos. Y paro de contar para evitar mayores spoilers. Véanla ustedes mismos, vale la pena. ¡Y mucho cuidado con enamorarse!Datos:-La película está basada en la historia corta "Eisenheim, el ilusionista" del escritor norteamericano Steven Millhauser.-La historia es ficción, sin embargo el personaje del príncipe Leopold estuvo inspirado en el verdadero príncipe de Viena, Rudolph, hijo del Emperador Francisco José I.-El personaje de Eisenheim se basó en el mago Erik Jan Hanussen, quien fuera famoso en Viena a inicios del siglo XX. Murió asesinado por los nazis en 1933.
Hace tiempo tenía ganas de enamorarme de un personaje de ficción y gracias a El Ilusionista (2006), ayer me pasó. Mi ilusionista...
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Déjà vu (2006) es una película que pueden obviar. La historia es un sinsentido con viajes en el tiempo imposibles. La película inicia con un ferry abarrotado de marinos que celebran con sus familias el Mardi Gras. De pronto, boom, explota y mueren casi todos (otra excelente idea para los terroristas). Denzel Washington interpreta al agente asignado al caso. En el proceso de investigación, descubre el cadáver de una mujer quemada, sin embargo, no pertenece a la explosión. Mas o menos que se enamora del cadáver, extraño como suena, todo por supuesto se puede atribuir al título del film. En fin, también de casualidad descubre que otro equipo de agentes, liderado por un cachetonízimooo Val Kilmer, tiene una máquina del tiempo, que puede registrar en video el pasado, exactamente 4 días y 6 horas atrás, no más, no menos y sólo eso. Y así comienza a ponerse cada vez más pastrula la historia, porque por supuesto Denzel quiere detener al terrorista (sólo es uno, no una organización, simplemente un loco "patriota" interpretado por James Caviezel) y salvar a la chica, cambiando el destino y el presente. Sí aún están interesados en ver la película háganlo, pero que no se diga que en EBC no fueron advertidos de una historia floja por donde se la mire.Extraño que buenos actores hayan aceptado participar en el proyecto. Denzel, ¿por qué lo hiciste?Ah, a todo esto, el escenario usado es Nueva Orleans, como una suerte de homenaje a las víctimas del huracán Katrina, incluso muchos de los sobrevivientes del desastre, participaron en la producción como extras.El graciosito director, Tony Scott, se mandó a hacer un polo que rezaba: "Malcolm X, Jesus Christ, and Jim Morrison: Deja Vu. How Can We Fail?"Mi opinión: Still, you failed :(
Déjà vu es una película que pueden obviar. La historia es un sinsentido con viajes en el tiempo imposibles.
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Una de las mejores cosas que hizo por mí la educación universitaria es haberme puesto en la currícula de un curso, el libro "El Perfume" de Patrick Süskind como texto obligatorio. Disfrute y olí cada página de esa maravillosa historia.Por ello, me emocioné hasta el tuétano cuando me enteré que estaban pasando uno de mis libros favoritos a la pantalla grande. Sé que he dicho lo mismo en mis reseñas de Memorias de una Geisha y Orgullo and Prejuicio, pero tengo muchos libros favoritos, ¡no los estoy engañando!Comencé a ver El Perfume, la historia de un asesino (2006) con cierto recelo porque muchas veces el cine destruye a la literatura, pero debo contarles que terminé la película bastante satisfecha con la buenísima adaptación de la novela bestseller.Hace un tiempo leí que el uraño Süskind había rechazado la proposición de adaptar su mejor obra al cine, millones de veces y a los nombres más sonados del séptimo arte (Stanley Kubrick, Tim Burton, Milos Forman, Ridley Scott y Martin Scorsese). Sin embargo, un buen día aceptó que Tom Tykwer, el director alemán de Corre Lola Corre, la dirigiera, claro, por la bicoca de 10 millones de euros a cambio de los derechos.El perfume es la historia de Jean Baptiste Grenouille, nacido en el lugar más pestífero del planeta, entre las vísceras de los pescados que su desnaturalizada madre vendía en un mercado del antiguo París. Jean Baptiste (Ben Wishaw) tiene dos características que lo hacen "especial": no tiene olor y puede distinguir todos y cada uno de los olores del mundo con total precisión. Este último don lo lleva a ser el protegido de un famoso creador de perfumes (Dustin Hoffman) quien recupera la gloria perdida gracias a la excelente nariz de Jean Baptiste. A cambio, él le enseña todos los secretos del negocio, pues Jean Baptiste está buscando desarrollar un perfume en especial, con el que vive obsesionado. El perfume de la belleza e inocencia. Y este perfume tiene un altísimo costo.Actúa también Alan Rickman, conocido por su personificación del profesor Snape en la serie de películas de Harry Potter.Recomiendo con confianza esta película que está llena de hermosas fotografías y sí, también de poderosos olores. En resumen, un film muy sensual.
Recomiendo con confianza esta película que está llena de hermosas fotografías y sí, también de poderosos olores. En resumen, un film muy sensual.
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Vuelve el tirano. Vuelve el ególatra. Pero también vuelve su genialidad, su gran acierto y su capacidad reflexiva. Vuelve Lars Von Trier. Y vuelve a atacarnos con sus salvajes mensajes morales.Tras la primera y controvertida entrega de su trilogía sobre Estados Unidos ("USA, Tierra de Oportunidades"), "Dogville", el carismático director danés vuelve a la gran pantalla con "Manderlay".La película fue presentada en el pasado Festival de Cannes, y a partir de ahí ha comenzado su periplo de presentación a lo largo de Europa, logrando muy buena acogida en determinados lugares. y un cierto temor y rechazo en otros (¿adivináis cuáles?).Lars Von Trier, en su afán por sembrar la polémica allá donde sea necesario y sin atender a ningún tipo de clemencia, continúa su particular "moraleja" en el punto en el que terminó la primera "Dogville". Pero desde entonces muchas cosas han cambiado. Nicole Kidman ya no es Grace, ahora ocupa dicho puesto Bryce Dallas Howard. Y tampoco James Caan es su padre, ahora lo es el polifacético Willem Dafoe. Es harto complicado que algún actor soporte dos películas seguidas con Von Trier, de lo contrario que se lo pregunten a Björk.Pero la historia sigue su curso. Grace (con la compañía de su padre y sus "gángsters"), tras mostrar su verdadera cara en Dogville, prosigue su iniciático y supuestamente inocente andar hasta toparse con Manderlay, un lugar en el que, a pesar de los pesares, la esclavitud aún impera presidida por la estricta Ley de Mam. Y, cómo no, nuestra protagonista se establece allí con el desinteresado deseo de arreglarlo todo y de que las injusticias y opresiones dejen de hacer gala. Pero, a lo largo del tiempo, se verá que los resultados son totalmente opuestos a los que ella esperaba.Poco más de dos horas harán que nuestra querida Grace, su ego, su conciencia y su deseo intrínseco de autoridad, se den cuenta de que no es suficiente con querer suplantar toda una cultura y querer imponer la de uno mismo para cuestionar el buen estado de una población. Así, en esta ocasión, Grace se presenta mucho más como una especie de líder, pero, al contrario que en "Dogville", es ella misma quien trata de forzar su poder, no trata de ganárselo como lo hizo en el primer capítulo. Da la sensación de que el pueblo no ve en Grace a aquélla inocente que apareció, tratando de escaparse, en Dogville. Ahora cree mucho más en sí misma y sus convicciones (sean reales, fingidas o simplemente autocomplacientes), logrando que el desarrollo de la historia, en ese sentido, sea totalmente inverso al de su antecesora.Por ello, se puede ver cómo desde casi un primer instante (a partir del momento en que se siente cómoda e integrada en la población), nuestra protagonista trata de "abrir los ojos" a una gente que estaba totalmente sometida y no se veía capaz de evolucionar en su estado de falta de libertad y desprovistos de todo tipo de amparo o licencia. Grace y su condición ética y humana se ven en el deber de ayudar a esa pobre masa inculta, de educarles, redescubrirles y hacerles probar el verdadero sentido de la democracia. Seguro que ellos están preparados. Y si no es así, mano dura.Lo cierto es que en "Manderlay" a Trier se le ve mucho más el plumero que en "Dogville". Mientras ésta última era totalmente universal, ciertamente ambigua y nos sometía a una reflexión personal moralmente brutal (sobre todo por su muy polémico final desde el punto de vista ético), "Manderlay" está encerrada en un círculo netamente menor. Se ve reducida a un entorno que huele a podrido hasta decir basta (refiriéndome con esto a EEUU, por supuesto) y en el que toda crítica tiene cabida. Y es que el director acusa una cierta falta de tino al abordar el tema con una mayor objetividad y dejándonos a nosotros todo ese trabajo. Da la sensación de que quiere posicionar de su lado demasiado descaradamente al espectador (aunque en el fondo sabemos que su carácter ególatra está deseándolo cada instante), cosa que no sucedía en "Dogville". Parece que su postura crítica le ha perdido un pelín, y lo que gana siendo directo lo pierde en sutilidad.A pesar de esos pequeños errores (muchos de ellos debidos a la personalidad del propio director), la encarnizada, audaz e irónica crítica esconde un mensaje que todos nosotros deberíamos comprender y tratar de aprender.La postura ideológica de Trier posee una lucidez que hoy en día apenas se ve en el cine. Tendríamos que mirar hacia la Europa de unos años atrás para establecer comparaciones al respecto.El controvertido autor (junto a otros nombres) del movimiento "Dogma 95" (que ya de por sí era polémico) ataca sin contemplaciones a un país que define como falso, hipócrita y desconsiderado. Lo que en "Dogville" era más global, aquí es un ataque central (y frontal) contra la falacia de U.S.A. Contra esos líderes que crean una democracia personalizada e interesada, robando su verdadero significado y reduciéndolo al de una especie de dictadura silenciosa. Contra ese sistema de votos cuyo valor se ve en entredicho en cuanto se atisba la diferencia entre la verdad y el número de votaciones, simple resultado de una condición humana egoísta, manipuladora y destructiva que, ante una complicación o diferencia ideológica, establece la más cruenta condena o la más rápida y sencilla pena de muerte.De esa forma, Grace representa el verdadero ejemplo del héroe americano que acude, a pesar de que nadie le de vela en ese entierro, a salvar a la gente sumida en la totalidad de la pobreza y gobernada por tiranos que despojan su condición humana con actos atroces y vejatorios. Tratan de imponer sus normas sociales y políticas de convivencia sin atender a su cultura anterior ni a los comportamientos o tradiciones, ni preocuparse por el pueblo ni preguntar si realmente querían cambiar su estilo de vida o era el que deseaban y se veían incapaces de afrontar un cambio tan brusco.Así, el poblado, impotente frente a algo que no lograba comprender y viendo cómo el cambio se le escapaba de las manos y le resultaba imposible asimilar en tan poco tiempo, termina aseverando que todo pasado fue mejor y que más vale malo conocido que bueno por conocer.Por una vez en las últimas obras de Trier, la personaje protagonista no sufre lo indecible para llegar a su ansiada meta, al menos en el aspecto físico, ya que en el mental sí que se vislumbra un sufrimiento más contenido, detonante de la decepción interesada para con su persona.Al respecto, cabe decir que la sombra de Nicole Kidman es relativamente alargada. Su garra y potencial en "Dogville" era mucho mayor que el de la frágil Howard (pese a que los papeles requieran o no una actuación u otra), que dentro de una contención oportuna las mata callando. Desde luego, no se puede negar que la hija del inefable Ron Howard (al igual que el resto del reparto) raya a gran nivel.El esquema del film es exactamente igual al de su antecesora en el aspecto formal y estructural. Una fábula, con narrador incluido, que se nos cuenta de una forma amena y dividida en capítulos. En una "moraleja" envuelta de sarcasmo e ironía, Lars Von Trier traza la historia de Grace, su llegada, el establecimiento, la convivencia y su posterior marcha de Manderlay como si una obra de teatro se tratase, con el ya conocido y polémico escenario básico dibujado (aunque no obtenga el protagonismo de la primera entrega), sus juegos luminosos y su música de Vivaldi (saltándose a la torera, como es habitual en él y según le convenga, sus propias reglas establecidas para el movimiento "Dogma 95"), que lo impregna todo de un ambiente engañosamente tranquilizador. Para el espectador virgen en materia supondrá una apuesta chocante, pero para los conocedores de su anterior entrega, en ese aspecto, no supone ninguna novedad.En definitiva, una obra que, sin llegar a la genialidad de su antecesora, sí que resulta interesante a modo de reflexión obligada a la hora de plantearnos nuestras actuaciones morales y condiciones democráticas. La claridad de Trier es aplastante al respecto, y su discurso moral intachable. Todo eso, junto con su ironía pasada totalmente de rosca (atentos a los créditos finales con "Young Americans" como fondo. vaya mala uva que se gasta el muy cabrón), logran esbozarnos una sonrisa, amén de profundizar en nuestro foro humano, social y político más interno.Podríamos decir, por tanto, que a su favor posee el tratamiento de un tema tan controvertido de una forma bastante inteligente, sin resultar pedante, ágil, reflexiva y lúcida. Nos obliga realmente a aprender. Y, pese a su duración, sin ser tan extensa como la de "Dogville", se digiere con suma facilidad. Y un dato muy interesante. No trata el racismo como tal, ni por diferencia de raza, color o similares, sino que se abre más a las condiciones humanas de la democracia y su límite de alcance y credibilidad. Es algo que realmente se agradece con lo que nos viene últimamente.Sin embargo, también se le puede achacar una cierta y evidente parcialidad que estropea un poco la austeridad de su mensaje, y una apariencia centrada y cerrada únicamente en la crítica a EEUU que hace que no podamos universalizar tanto como "Dogville" su intención. Y, por supuesto, su puesta en escena y su estética es poco original y rompedora, ya que lo hemos visto ya con anterioridad, pero, siendo uno realista, no resulta casi relevante, ya que los personajes están lo suficientemente perfilados como para que nos olvidemos del resto. De hecho, ésta era la idea "ahorradora de atrezzo" del director danés.A lo mejor a muchos les resulta insoportablemente pretenciosa. Qué se le va a hacer. Es lo mínimo que podemos esperar de un tipo como Trier. a lo mejor el director más pretencioso y ególatra del momento. Pero sus resultados logran que nos olvidemos y podamos perdonárselo (casi) todo.Un auténtico manotazo a lo que algunos países denominan democracia. Todo un ejemplo de ironía, lucidez e imágenes que superan el sarcasmo dentro de una temática muy controvertida y, por tanto, para muchos será motivo, por ello, de rechazo y malestar. Hay que reconocer que el bueno de Lars se ha pasado en determinados momentos.Por si acaso, y para no agobiarnos con tanto tratamiento político que ha inundado últimamente el cine, Lars Von Trier ha decidido retrasar el rodaje de "Wasington" (sin "h"), la última entrega de la trilogía. Y creo que ha sido una idea acertada.
¿Quién da valor y sentido a la democracia?
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Si pueden evitar Un Buen Año (2006), evítenla. Es una película romántica absolutamente plana y llena de estereotipos, increíblemente dirigida por el renombrado Ridley Scott y protagonizada por el buen actor Russell Crowe. En pocas palabras, una estafa.Crowe es Max Skinner, un frío y calculador agente de bolsa de Londres que de pronto ve interrumpida su vida por la súbita muerte de su tío Henry, quien le ha heredado un viñedo en Francia. Esta propiedad representa para Max, todos los recuerdos de una niñez feliz. Decide ir por un día a arreglar los papeles y dejar la casa lista para la compra, pero por cosas de la vida, termina quedándose más de un día, involucrándose con los sencillos seres de alrededor y enamorándose de la francesa más guapa del pueblo y de la vida simple en la campiña. Colorín colorado. Así de simple señores.Scott y Crowe ya habían trabajado juntos anteriormente, con mucho mejores resultados: El Gladiador (2000). Tiempos aquellos.
Si pueden evitar Un buen año, evítenla. Es una película romántica absolutamente plana y llena de estereotipos. Un buen año, pero una mala película.
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