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Soneto
Pere Juan de Stornell
15-17
El hijo del gran Turia se ha mostrado en nuestra noble patria valentina muy caballero en su arte y disciplina, de rosas y de lirios coronado Virgilio es en verso delicado, este el amor afina, y lo refina; porque su vena es una gran mina donde todas las ciencias se han juntado Es un Salustio, o Plauto muy famoso, es Lucio, y Terencio el delicado, es un Quintilio, Quidio en prudencia; Horacio y Estatio sentencioso; Tito Liuio, Melambro elevado, Anfión en su tragedia y sentencia.
Soneto
Marqués del Aula
15-17
Profundo lecho, que de mármol duro me guardas el descanso postrimero, abre tus senos, que, según espero, en breve ocuparé tu sitio oscuro. Si en parte alguna puedo estar seguro, en ti no me hallará daño tan fiero, o no vere quizá el mal de que muero, faltándome la luz de este aire puro. Y rota la cadena que detiene en esta y miserable y triste vida el alma, a su pesar aberrojada, descansará del mal que en ella tiene el agua del olvido, ya bebida, en los elíseos campos olvidada
A los envidiosos del doctor Juan Pérez Montalbán
Lorenzo de Urnieta y Aguirre
15-17
No se permite al ignorar violento de la vista más tierna de envidiosa caudal ilustremente ingeniosa, si calza todo un monte por cimiento Tan alto avala el culto entendimiento del esplendor la llama generosa, que aun la ceniza que desata ociosa en cuidado le pone al firmamento Ya Montalbán seguro, ya dichoso pluma será de tu inmortal historia, cincel de las edades ambicioso Que al ingenio emulado, que en su gloria compararse dejó dificultoso, sólo es vida sin riesgo la memoria
Soneto
Manuel Salinas y Lizana
15-17
Venció el joven Peleo a los persianos, mas no pasó de allí su monarquía, y aunque hijo del Jove se mentía, apenas llegó a ver a los brazmanos. La cabeza del mundo a los britanos, rindió, con su valor y su porfía; y aunque el valor de un César asistía, no hicieron más progresos los romanos. Tú, Felipe Segundo, sin segundo sol de España, corriste tu carrera desde el de un polo hasta el del nuevo mundo ¡Oh, ilustre Casa de Austria! a quien venera ya en su cenit esté, ya en el profundo, Febo luciente al torno de su esfera; porque no se atreviera la noche oscura a tu luciente Imperio Busque ya el hemisferio, ensanche el mar y tierra, en todas partes, donde puedas fijar tus estandartes
A la rosa
Francisco de Satas
15-17
Estas exhalaciones peregrinas, que en ámbar embriagan la mañana, más que de la pureza de su grana, son efecto esencial de sus espinas. O Rosa, noblemente determinas el valor de las penas, pues lozana, y fraganciosa majestad humana, crédito las adquieres de divina. No quiso la sagaz Naturaleza, que luciese tu honor, sin tus cuidados, y tu benignidad, sin su aspereza. O voz triste legión de desdichados, venerad la paciencia en su belleza, cogedla heridos, gozaréis premiados.
Sonetos en su honor – Juan Hurtado de Guevara y Mendoza
Cristóbal de Virués
15-17
Sin duda que lleváis triunfante el punto a todos los que Apolo inflama el pecho pues vemos en el libro que habéis hecho, lo dulce y útil dulcemente junto, con cuanto aplauso y cuanto amor, barrunto lo recibirá el mundo, satisfecho que ha de salir para el común provecho su deseado altísimo trasunto Vive dichoso alumno de Elicona con cuyas vivas obras no sujetas al vulgo, a la virtud llamas y atizas, vive, que en vida el Cielo a tu persona guarda el honor que muy raros Poetas alcanzaron después de sus cenizas
Al doctor Juan Pérez de Montalbán
Antonio Pellicer de Tovar
15-17
Espíritu gentil, que ya en el Cielo luceros pisas de esplendor vestido, y en el Orbe Español anochecido, a mejor llama amaneciste el vuelo Vive feliz la patria del consuelo, donde el dolor se ignora, y el olvido, vuelve, empero los ojos al ruido que hace tu ausencia triste acá en el suelo Los Cisnes de Madrid oye dolientes, que a tu nombre consagran generoso, epitafios de estrellas elocuentes. Y en perdurable Mármol estudioso, en vez de estatua labran reverentes, este a los siglos vividor Coloso.
Soneto
Adán Centurión Córdoba
15-17
Profundo lecho que de mármol duro me guardará el descanso postrimero, abre tus senos, que según espero, en breve ocuparé tu sitio oscuro. Si en parte alguna puedo estar seguro en ti no me hallará daño tan fiero, o no veré quizá el mal de que muero faltándome la luz deste aire puro Y rota la cadena que detiene en esta miserable y triste vida, el alma, a sus pesares aherrojada, descansará del mal que en ella tiene el agua del olvido, ya bebida, en los Elíseos Campos olvidada
A la muerte del excelentísimo señor Almirante de Castilla
Jerónimo Cáncer y Velasco
15-17
Esta corona de triunfante grama, que adorno fue del Héroe más valiente, y ya funesto ciñe dignamente las invisibles sienes de su fama Este solio, que en sombras se derrama, y en dos imperios se miró luciente Esta fe que se arroja irreverente sobre la muerte religiosa llama; glorias fueron de aquel a quien amaste, España, y en su pecho le tuviste, y aquí yace su luz sin ejercicio. ¿O muerte, para qué lo ejecutaste? ¿O cielo, para qué lo permitiste? O amor, llora no más, que este es tu oficio.
Soneto a la muerte del emperador Carlos V
Isabel de Vega
15-17
¡Oh muerte! cuánta gloria has alcanzado triunfando del que triunfos par no tiene; que triunfes más de nadie no conviene, pues no hay plus ultra adonde has llegado Sosiéguese de hoy más tu pecado airado, que el daño que por ti cruel nos viene ni el nombre del que en tal dolor nos tiene no temas que jamás será olvidado ¡Oh César y Alejandro! que ganaste tan clara fama por los hechos raros y con ellos triunfáis en el abismo ¡Oh Carlos! clara luz, que vos volaste al sumo cielo con triunfos claros después de haber triunfado de vos mismo
Sonetos – - II -
Fray Luis de León
15-17
Alargo enfermo el paso, y vuelvo, cuanto alargo el paso, atrás el pensamiento No vuelvo, que antes miro siempre atento la causa de mi gozo y de mi llanto Allí estoy firme y quedo, mas en tanto llevado del contrario movimiento, cual hace el extendido en el tormento, padezco fiero mal, fiero quebranto En partes, pues, diversas dividida el alma, por huir tan cruda pena quisiera dar ya al suelo estos despojos Gime, suspira y llora desvalida y en medio del llorar sólo esto suena, ¡cuándo volveré, Nise, a ver tus ojos!
Andrómeda y Perseo
Francisco Pacheco
15-17
La virgen del color patrio teñida en duro lazo aguarda en alta roca, por la voraz armada horrible boca el triste fin de su fatal partida Por azabache y perlas conocida pluvia y cabello que le cubre y toca fue del joven vendido, a quien provoca, por no morir, a darle dulce vida Y mi parte inmortal por culpa oscura del dragón ya casi en la boca fiera, aun a su libertad niega el deseo; y aunque fuerza del cielo la asegura, ni el daño teme ni el remedio espera; ¡tanto es ingrata al celestial Perseo!
A don Fernando Enríquez de Ribera, tercer duque de Alcalá
Francisco Pacheco
15-17
Osé dar vida al nuevo vuelo del que cayendo al piélago dio fama, Príncipe excelso, viendo que me llama el honor de volar por vuestro cielo Temo a mis alas, mi subir recelo ¡oh gran Febo! a la luz de vuestra llama; que tal vez en mi espíritu derrama esta imaginación un mortal hielo Mas promete al temor la confianza no del joven la muerte, antes la vida que se debe a una empresa gloriosa; y esta por acercarse a vos se alcanza; que no es tan temeraria mi subida, puesto que es vuestra luz más poderosa.
A Juan de Castellanos
Petri Verdugo
15-17
Fieras naciones, de quien no te espantas conquistaste por índicas regiones, y ahora con católicos sermones a conquista del cielo las levantas Iglesias sirves, y con obras santas las enriqueces, y con muchos dones, y en medio de cien mil ocupaciones heroicos hechos de varones cantas Siguiendo con valor al fiero Marte, alcanzaste favor del claro Febo, queriéndote probar en otra esgrima; y dióte de sus partes tanta parte, que tu vivir de viejo y de mancebo no pudo ser mejor medida rima.
Al doctor Juan Pérez de Montalbán
Luis de la Maestra y Barragán
15-17
De un Sol que al Cielo nace, al mudo espira, cuyos rayos deslumbran si le adoro, la Fama aplaude sus influjos de oro, y España reverente más le admira. Los Eruditos le construyen Pira donde siempre inmortal raya canoro el esplendor de su mayor decoro cuando eminente en sus escritos gira Si le lloran y cantan hoy las Musas, y manzanares con funesto enredo forma en los secos valles negros montes Sus ilustres virtudes deja infusas en el duro metal, libre de miedo, por mares, por diversos Horizontes.
Lo que ha de hacer el que ha poco es grandísimo caballero
Jerónimo Cáncer y Velasco
15-17
Hacer con un rocín mucho ruido, tenerle a ternas ferias vinculado, jurársela a diez damas en el prado, y no ser de ninguna conocido. Alabar un calor que aun no ha venido, decir mi mercader, y mi Letrado, mandadle muchas cosas a un criado, y las que importan menos al oído. Buscar quien sobre joyas de dinero, venir de oír a una mujer que canta, y haber estado siempre en cierta parte. Es lo que debe hacer el Caballero; y sobre todo la Semana Santa, sin que le llamen, siga su estandarte.
Soneto
Juan Lorenzo Romeo
15-17
Baga sin sujeción, con desvarío, la fantasía en todos imagina, sólo a la de Javier virtud divina dio elección discurso, y albedrío. Lasciva especie con tirano brío en sueños le acomete, y para ruina, del Templo de Javier, falsa maquina ídolo torpe en el letargo frío Mas como sobre el cuerpo el alma vela en éxtasis divino, a Dios unida, fuerte le opone al fácil movimiento Borra la imagen, y a su sangre apela, que por ser de su espíritu movida, purifica en su ardor, el pensamiento.
A la muerte de Lope de Vega
Fernando Cardoso
15-17
Este de quien el Lauro es corta gloria en copiosos conceptos que derrama, libra su excelso túmulo en su fama, y el trofeo inmortal en su memoria No el bronce le reserva eterna historia, en unos y otros números le aclama, y en vivos esplendores de su llama contra el olvida ilustra su victoria Milagroso prodigio en fértil pluma, admiración será de las edades, honor de lo ingenioso y lo fecundo. Mas porque nunca el tiempo le consuma, vota al cielo a su nombre eternidades, dolor España, y sentimiento el mundo.
Soneto
Jerónimo Matías Litala
15-17
Suene otra vez en plectro, si sagrado la voz que a tanta fama ha renacido, cante, que sólo porque se ha excedido, es tu Lira quien sólo le ha imitado No es de mi obligación afecto osado, aunque tuyo el mayor aplauso ha sido, que en el que tu Deidad ha merecido huye estas atenciones el cuidado Blasón del tiempo, de Caliope gloria, es todo, y cuanto Euterpe te asegura de la inmortalidad grave desvelo: Vencida, sino muda a tu memoria tiene en la envidia Urania, que en luz pura doctos prodigios te dictó del Cielo
Sonetos – - II -
Gregorio de Matos
15-17
Divina flor, si en esa pompa vana los martirios ostentas reverente, corona con los clavos a tu frente, pues brillas con las llagas tan lozana Venera esa corona altiva, ufana que en tus garbos te ostenta floreciente: los calvos enarbola eternamente, pues Dios con tus heridas se te hermana Si flor naciste para más pomposa desvanecer floridos crecimientos, ya, flor, te reconocen más dichosa. Que el cielo te ha grabado en dos tormentos: en clavos la corona más gloriosa y en llagas sublimados lucimientos.
De El trato muda costumbre
José Pacheco
15-17
Soberana virtud, sencilla, y pura de nuestra vida estimación primera, mi alma con rendido amor venera la gloriosa verdad de su hermosura Mas de ti, o venganza, o mal segura virtud bastarda fementida, y fiera, con destrozo fatal hallar quisiera la preciada traición de tu locura Con ira noble yo miré un tirano, esposo vil, que en ciego barbarismo, mi quietud alteró turbada en vano. Cielos, de mí que fuera en tanto abismo, si como mi desdicha está en su mano, no estuviera hoy en mí mi valor mismo!
Soneto
Diego de Silva y Mendoza
15-17
Este largo martirio de la vida, la fe tan viva y la esperanza muerta, el alma desvelada y tan despierta al dolor y al consuelo tan dormida; esta perpetua ausencia y despedida, entrar el mal, cerrar tras sí la puerta, con diligencia y gana descubierta de que el bien no halle entrada ni él salida; ser los alivios más sangrientos lazos y riendas libres de los desconciertos, efecto son, Señor, de mis pecados, de que me han de librar esos tus brazos que para recibirme están abiertos y para no castigarme están clavados
En nombre de la antártica academia de la ciudad de Lima en el Perú
Pedro de Oña
15-17
Hasta ahora tuvimos por muy cierto llevado (Delio) tras la simple gente que navegar el Sol del rojo Oriente adonde en lo cerúleo toma puerto Era guardando el orden, y el concierto de la naturaleza providente, que le manda asistir atentamente acá en el vtreo mar, y allá en el muerto Mas, ya que habemos visto el nuevo rayo del celestial ingenio, que os adorna, gloria de nuestra edad en las postreras Hallamos ser aquello un solo ensayo y una sombra de luz, que va, y que orna, imitando su burla a vuestras veras.
Soneto
Francisco de Juñent y de Vergos
15-17
Corre ligero a la Celeste Esfera, Amante girasol del ser Divino, Reina en Solio mejor, que se previno La constancia feliz de tu carrera; Oficioso el respeto te venera: Superior a los fueros del destino, Regentado del orbe cristalino Eclécticas de luz desde tu hoguera; Inalterable España en adorarte; Jurisdiciones busca que cederte, Viendo perdida en ti su mejor parte Solicita su Amor, eterno hacerte, Throno formando en sí, que dedicarte, O en la gloria otra España, que ofrecerte.
A las obras de don Agustín Salazar y Torres
Félix de Lucio Espinosa y Malo
15-17
Este docto Volumen, que hoy alcanza veneración, y envidia gloriosa, para la imitación más cuidadosa da el ejemplar, y quita la esperanza El pincel de su Autor la confianza sólo tendría, en línea tan dudosa, de pasar más sutil, más ingeniosa otra línea, entre asombro, y alabanza Tú nos muestras, don Juan, tú nos revelas (haciéndole inmortal con tus cinceles) la estatua, que a dejar labrada anhelas Y de este numeroso, y dulce Apeles serán más veneradas hoy sus telas, pues sepultó contigo sus pinceles
Soneto
Manuel Salinas y Lizana
15-17
¿Ves la inestabilidad de la Fortuna, o el animoso viento hoja ligera? ¿ves tierno junco en húmeda ribera, que obedece a las olas una en una? ¿Ves en la tempestad más importuna del orgulloso mar, veloz galera? ves en la celestial azul esfera el vario rostro de la blanca luna? Pues ten por cierto, que es Fortuna estable, la hoja al viento, el junco al agua fuentes, inmoble la galera al mar mudable. Los rostros de la Luna sosegados, sin crecer, ni menguar de varias suertes, si son contigo (Alcida) comparados.
Soneto
Manuel Salinas y Lizana
15-17
Después que oyó la desdichada suerte Porcia de Bruto, su querido esposo, desesperada en trance tan penoso, matarse intenta, valerosa y fuerte. Busca espada el dolor, y cuando advierte, que le impiden el hecho más famoso, ¿aun no sabéis, les dice, ¡oh, fin forzoso! que no se niega a tanto mal la muerte? Creía que os bastaban las lecciones de mi padre Catón, para dejarme, que en muerte a entrambos, y valor siguiera Dijo, y tragando ardientes los carbones, ahora sí, canalla, es el negarme el hierro, dijo, porque no me hiera
De la comedia El severo juez de amor
Mariano (Doctor) Seriol
15-17
Es amor un deseo interesado en quien ama, tan loco, y avariento, que sólo el interés es su contento, y sólo el tener más es su cuidado. El interés consiste, en que el amado, sin pagarle su amor no esté un momento; el tener más es su mayor tormento por temor de perder su noble estado Sólo para si todo lo apetece, sin permitir soberbio, y ambicioso, que el objeto, que adora, otro le quiera. Con esta ardiente sed su temor crece, nunca tiene consuelo, ni reposo, todo lo tiene, y siempre más espera.
A una hermosura que murió de repente teniendo un reloj en las manos
Jacinto Polo de Medina
15-17
Todo un reloj ocupa se destreza en avisarte, Atandra presumida, ser tu beldad eternidad mentida que de humana te estorba la certeza. Mas no logra el aviso su fineza, que su eficacia en parte resistida pudo desengañar toda una vida y persuadir no pudo una belleza Lo infalible parece que suspendes, pues un reloj la vida te profana y en las horas prosigues de tu engaño. De ti misma el ejemplo desatiendes y hermosa yaces en la edad, de vana; aun el tiempo es inútil desengaño.
Al aplaudido en Europa doctor Juan Pérez de Montalbán
Juan Herencia Pintado
15-17
Respete el paso aquesta Losa fría; no humano pie profane este Sagrado; depósito fiel del que ha dejado gloria a su Patria, y lástima en un día Fénix que con modesta valentía tanto sobre su pluma se ha elevado, que aqueste vuelo nadie le ha igualado, con que se hace eterno el que moría Sino está por la señas conocido infórmete esta Piedra de su nombre, que el de Montano en sí tiene grabado. Testigo contra el tiempo, y el olvido, que ya no pudo sepultar tal hombre, no puede sepultar tal nombre el Hado.
A la Virgen del Pilar
Diego (Padre) Murillo
15-17
Virgen gloriosa, que antes que cortase la parca el hilo de tu mortal velo, y que por tu alma santa allá en el cielo del Solio eterno posesión tomaste; para que tu Ciudad por ti quedase rica de gloria, y llena de consuelo, le concediste que en tu patrio suelo, de tu presencia corporal gozase. Mas ilustre la hace el trono sacro, dela columna, que dejaste en ella, que el nombre, con que Augusto quiso honrarla. Y más virtud tendrá tu simulacro; para ampararla, y para ennoblecerla, que sus castillos, torres, y muralla. De la que cupo a quien no cabe el cielo la inmensa alteza de virtud y gloria, quien sea digno de tratar la historia no se hallará en la redondez del suelo ¿Cuál águila se vio meterse a vuelo por mar que de su cabo no hay memoria? ¿quién flecha el arco, si es cosa notoria no llegar con mil leguas el señuelo? Y pues, Virgen gloriosa, no se espera dignamente decir cuanto subiste sobretodo lo que hay que Dios no ha sido, sólo diré que, si por vos no fuera, siendo Madre de Dios, como lo fuiste no fuera el mundo hoy día redimido; porque quede entendido la gran honra y amor que os debe el mundo, pues por vos goza un bien tan sin segundo
Soneto
Jorge de Montemayor
15-17
En ese claro sol, que resplandece, en esa perfección sobre natura, en esa alma gentil, esa figura, que alegra nuestra edad, y la enriquece, hay luz que ciega, rostro que enmudece, hay pequeña piedad, gran hermosura, palabras blandas, condición muy dura, mirar que alegra y vista que entristece. Por eso estoy, Pastora, retirado, por eso temo ver lo que deseo, por eso paso el tiempo en contemplarte ¡Extraño caso!; ¡efecto no pensado!; ¡qué vea el mayor bien cuando te veo y tema el mayor mal yendo a mirarte!
A la excelentísima señora Condesa de Olivares
Antonia de Nevares
15-17
Símbolo de la paz te cupo en suerte, ave de Venus celestial, no humana, que el verde ramo entre la viva grama sol muestra, nubes limpias flores vierte En la gloria mortal templanza advierte que a la vida inmortal el paso allana, que a la virtud, que no a la pompa vana, respeta el mármol, reino de la muerte Tú, pues, escucha en cítara sonante triunfos del Pan, que vencedor derriba, nuevo David, al Calidón gigante Debidas glorias a tu ilustre oliva, que con el manto militar delante dos reyes sirve y con entrambos priva
A la muerte del doctor Juan Pérez de Montalbán, insigne ingenio de España
Juan Delgado
15-17
Si saber, si acertar, si haber vivido, en la risa del Sol, no pertenece, que siglos se asegura el que merece vivir en la memoria del olvido? Si alcanzó Montalbán lo no aprendido del que más en las ciencias resplandece, como padece horror, y si padece que duración tendrá lo inadvertido? Planeta cuarto era en nuestro Polo, y siendo los demás estrellas bellas, el sólo fue lucero de si sólo. Y así como a su luz no alumbran ellas, fue menester que se pusiese Apolo para que respirasen las estrellas.
A la muerte de su amigo el doctor Juan Pérez de Montalbán
Luis Vélez de Guevara
15-17
O joven tantas veces mal logrado de tus floridos años, y el sentido; no a tu Posteridad venza el olvido, ni a tu fama inmortal se atreva el hado Y de laurel divino coronado Fénix rejuvenezcas renacido de tus mismas cenizas, y vestido rayos del Sol, te sirva el Sol de estrado Y cara a cara, en más luciente esfera, bebiendo mayor luz te envidie el día en el eterno, que morir no espera, haciendo de tus versos armonía, en aplausos de Dios, a quien venera tan numerosa Alada Monarquía
Soneto
Jacinto Polo de Medina
15-17
Veloz, si triste, rompe el aire vago, progre ya Tarcia, por España trueca cruzada el pecho de sangrienta beca, llorando canta el miserable estrago. Almas que escuchan el sonoro halago, riegan ya fuentes el arena seca O cielo dijo a quien tan fiero peca, mal se dilata su debido pago. El gran Tonante oyó tu oración breve, y un rayo arroja su furor divino, con que Aterco y su palacio abrasa. Pecador olvidado, no te mueve el duro caso? Pues de tu vecino un calegón ardiendo está la casa
Culto inmortal
Antonio de Maluenda
15-17
Bien como el can fiel que se ha perdido, solícito, continuo y anhelando, va con torcidos pasos rastreando el olor de su dueño conocido: que aunque esté con halagos detenido adonde le acogieron lisonjeando, sintió apenas la voz del amo, cuando sale a buscarle alegre y desvalido, así mi corazón que, enajenado de su bien, por industria o por engaño, hasta ahora moró en poder ajeno, en recibiendo del semblante amado un rayo que destierra el desengaño, adora el sol que enriqueció su seno
A Juan de Castellanos
Francisco Soler
15-17
De tales elegancias se matiza vuestra suave musa cuando canta, que a la de los antiguos se adelanta y por los que son hoy se solemniza Aliéntase la frígida ceniza que del sepulcro frío se levanta oyendo vuestra lira, que con tanta facundia sus hazañas eterniza Con gran razón, heroico Castellanos, indiano morador os quiere y ama, mediterráneos y marinos puertos, viendo que con labor de vuestras manos viven los vivos por eterna fama, y tienen vida hechos de los muertos.
A la sepultura de una señora viuda, de la orden tercera – Soneto IX
Esteban Manuel de Villegas
15-17
Ya con severidad, ya con halago estrecha cuenta al pensamiento pido, dulce despertador de mi sentido, si un año habéis servido, un año os pago Hoy que de la razón las partes hago volvedme el tiempo que me habéis perdido, no digo yo, que le volváis florido, pero no en su lugar tan feo estrago Para el continuo gasto de la vida horas presentes di, si son pasadas, volvédmelas a dar que siento engaño; Vuélvase a mi poder la edad perdida, mas ay de mí, que siento las pisadas de quien me debe la razón de un año
- XXIX -
Marqués de Santillana
15-17
Buscan los enfermos santuario con grand desseo e sedienta cura o por lenguas vías y caminos varios, temiendo el manto de la sepultura ¿Son, si pensades, menores contrarios los venéreos fuegos sin mesura, nin los mis males menos adversarios que la tisera d'Antropos escura? Pues, ¿quién podría o puede quietar mis graves cuytas, mis penas, mis males, sean por partes o siquiera en gros? Nin Esculapio podría curar los mis langores, tantos son e tales, nin otro alguno, sinon «Dios e vos»
- XXIII -
Marqués de Santillana
15-17
Traen los cazadores al marfil a padecer la muerte enamorado, con bulto e con aspecto femenil, claro e fermoso, compuesto e ornado. Pues si el ingenio humano es más sotil que otro alguno, ¿seré yo culpado si moriré por vos, dona gentil, non digo 'a fortiori', mas de grado? Serán algunos, si me culparan, que nunca vieron la vuestra figura, angélico viso e forma exçelente; nin sintieron amor nin amaran, nin los poderes de la fermosura e mando universal en toda gente.
Soneto
Pedro Téllez Girón
15-17
¡Oh si las horas de placer durasen como duran las horas del tormento! ¡Oh si, como se van las del contento, las de pesar tan presto se pasasen! ¡Oh si en algo los tiempos se mudasen, de mal en bien, siquiera algún momento, o, ya que no se muden en su intento, en aumentarnos el dolor cesasen! ¡Oh si el mal se midiese con la fuerza del que padece su trabajo fiero, o fuese el sufrimiento cual la pena! O, ya que no hay quien la desgracia tuerza, un daño no nos fuese mensajero de mil, a quien, viniendo, nos condena
- XXIV -
Marqués de Santillana
15-17
Si el pelo por ventura voy trocando, non el ánimo mío, nin se crea; nin puede ser, nin será fasta cuando integralmente muerte me possea Yo me vos di e, non punto dudando, vos me prendiste e soy vuestra pera; absoluto es a mí vuestro grand mando cuando vos veo o que non nos vea Bien merçedes vos ser mucho amada; mas yo non penas, por vos ser leal, cuantas padezco desde la jornada que me feriste de golpe mortal Sed el oliva, pues fuestes la espada; sed el bien mío, pues fuestes mi mal.
- XXX -
Marqués de Santillana
15-17
Venció Anibal al conflicto de canas e non dubdava Livio, si quisiera, qu'en pocos días o pocas semanas a Roma con Italia posseyera. Por çierto al universo la manera plugo, e se goza en grand cantidad de vuestra también fecha libertad onde la Astrea dominar espera La graçia leemos sea dada a muchos, e a pocos la perseverança, pues de los rayos sed vos, rey prudente; e non vos canse tan viril jornada, mas conseguidla tordiendo tardança cuanto es loable, bueno e diligente.
A la sepultura de una señora viuda, de la orden tercera – Soneto VIII
Esteban Manuel de Villegas
15-17
En este vaso, que forjó Vulcano, obra por cierto de mi buen deseo, brindis, Anacreón, que ya te veo abrir la boca y extender la mano Que mucho pues que del cabello cano trueques en rojo el venerable aseo, lozano viejo estás; sin duda creo, que sólo el brindis te volvió lozano Pues ola, en tanto que esta breve vida del carro imita las veloces ruedas tú de Bathylo; yo de Philigrave Al dulce dueño de esta vid florida encomendemos la pasión suave: que todo es sueño cuando amar no puedas.
Al doctor Juan Pérez Montalbán
Martín Angulo y Pulgar
15-17
DOCTO Monte de Musas, cuyo seno In auras miro ausentes, Peregrino! Verás, si, terminando su camino, Ahora paras en su valle ameno; No admires, no, si en tierra lo terreno PÉREZ es, que, en su cumbre, lo divino DE una bien , y de otra fama dino Mas que de flor, está de glorias lleno O tú! feliz le admira, en monumento Nunca oprimido, aunque de pesadumbre Tanta; y sus coros luego, que cantando Alegres, tejían siempre, en suave acento, Las Musas, que, variando ya costumbre, VAN al MONte, TAL vez (y VAN) llorando.
Soneto
Fray Jerónimo Vélez
15-17
Siete soles un rayo a tanta gloria, IGNACIO, cuya ley el orbe espera, en el Sinaí supremo reverbera con luz divina a la mortal notoria. Entre las armas goza la victoria, y resplandores de la inmensa esfera liba en Tabor eterno, que venera rendida a suspensiones la memoria En la de Dios su fábrica sublime consulta, obras quietud (idea clara del ocio santo y de la acción) medita Y en su pecho, no en mármoles imprime tablas de ley, que lo mortal repara, y en Dios vio confirmada, antes que escrita
De la comedia No guardas tú tu secreto
Luis Vélez de Guevara
15-17
Cuando de mi confuso pensamiento, necio amor, locos casos imagino, menos me atrevo, y más me determino, que sobra amor, y falta atrevimiento. Desconocido a mi valor intento, a un agravio remedio peregrino, y animándole, apenas adivino, verdugo de mi infamia el sentimiento. Olvido, ingrato agradecido adoro, aborrezco cobarde, amo atrevido, lamo, y huyo, quiero, y no deseo; canto mis penas, y mis glorias lloro, que mucho viva, o muera arrepentido, si he de perder la vida, o el deseo!
Elocuencia del llanto
Antonio de Maluenda
15-17
Estas lágrimas vivas que corriendo van publicando lo que el alma calla, es una diligencia sin pensalla que está el dolor de su favor haciendo Quien llora, está atreviéndose y temiendo, vencido de su pena, por no dalla; toma el llanto a su cargo el declaralla; nadie la dice y él la está diciendo. Vos podréis disfrutar algún suspiro, sin que yo pierda el nombre de callado, pues palabra no oiréis de mis enojos. Pero tendré por fuerza, cuando os miro, remitido el deciros mi cuidado, a la lengua del agua de mis ojos.
Soneto
Jacinto Polo de Medina
15-17
Repara cuerdo, si curiosos admiras máquina sola, contra el tiempo fuerte huésped errante, y lo primero advierte que tú eres tan mármol, sino suspiras Este milagro cuya alteza miras, que iguala el hombro a Atlante de esta suerte, es Alcázar funesto de la muerte, verdad universal de mil mentiras. Yace aquí Margarita, el celo santo, la joya de Filipo en más temida que el Orbe, que pacífico gobierna. En lágrimas rompiste, enfrena el llanto, sucedió a muerte breve larga vida, y a breve Majestad Corona eterna.
Soneto
Francisco de la Cueva
15-17
Porcia, después que del famoso Bruto supo y creyó la miserable suerte «No viva yo sin ti (con pecho fuerte dijo, llorando sobre el casto luto) «Ved que las armas me escondéis sin fruto, gente curiosa en impedir mi muerte; que amor me da con que a pagarle acierte de esta limpieza y de esta fe el tributo » Tragó las brasas, y aunque allá sintieron que las de amor, si amor lo permitiera, bastaran a vencer su fuerza esquiva, como todas a intento igual vinieron, concertáronse al fin de tal manera, que la mataron por dejarla viva.
Soneto
Diego (Padre) Murillo
15-17
El paso lento, ahora acelerado, de virginal vergüenza acompañada, la rubia crencha al tranzado echada busca la oveja al cordero amado. El rastro de la sangre que ha dejado, sigue la madre de su hijo amado, sin duda le hallará, porque bañada queda la calle, y lo demás bañado Cual va la cierva con ardor buscando, la clara fuente, donde bañe y riegue, de flechas cruel la peligrosa herida. Así corre la Virgen suspirando, y no la detendrán hasta que llegue al hijo, que es la fuente de su vida. Llega la Virgen donde el Hijo estaba; Ella le mira y El la mira a Ella; Ella llora por El y El por Ella, y por los dos la tierra se regaba Ambos se miran, mas ninguno hablaba; con los ojos publica su querella; El ve su muerte en los ojos de Ella y Ella en los ojos de El lo que mataba Mas el impío pueblo, que entendía que aliviaba su pena en tal jornada, ver a su madre en el dolor presente, al punto apartan al Hijo de María, del Hijo apartan a su Madre amada ¡Juzgue quién sabe quién más pena siente! El Verbo eterno al cielo el rostro alzado, estando ya en la cruz donde moría, al Padre ruega por la culpa impía del pueblo que le tiene allí enclavado Prométele al ladrón que está a su lado mucho mayor merced que le pedía, y a su Madre Santísima María le da por hijo a Juan amado Pregunta al Padre: «¿Qué ocasión ha habido para desampararme, Eterno Padre?» y vuelto al pueblo dice: «Sitio». Y viendo que lo escrito está cumplido, inclinando su rostro hacia su Madre, ofrece al Padre el alma en sacrificio.
Par el mismo tema
Juan Delgado
15-17
Este prodigio que con labios de oro cantó, estudió, enseñó doctos cuidados, mereciendo el decoro de los Hados le perdieron los Hados el decoro Cisne de amor, tan dulce, tan canoro tuvo estos once cielos elevados, que codiciosamente enamorados le usurparon la luz de su tesoro Siete lustros vivió y pasar pudiera más allá del Padrón de las edades, pues pareció Deidad, sino lo era Mas tanto compitió con las Deidades, que ya que fue su vida corta Esfera, sus conceptos serán eternidades.
A la muerte de Lope de Vega
Guterius Marquius de Careaga
15-17
Muerte cruel, nacida del pecado, vengadora de injurias y de afrentas, que sin ley y sin término violentas las leyes justas de cualquier estado Muerte, que en la corona y el arado igualmente los filos ensangrientas, y siendo nada, a pretender te alientas de todo el universo el magistrado Muerte, ocasión de bandos y cizañas, de inciertos fines, y de fines ciertos, que al Apolo Español la luz empañas. Ya que lograste tantos desaciertos, ponle como blasón de tus hazañas sobre el ribazo inmenso de tus muertos
Retablo de la vida de Cristo
Juan de Padilla
15-17
Por la caída del padre primero fueron sus hijos del todo caídos, y somos en tanta miseria venidos, que nunca sanar jamás por entero. ¡O malicioso diablo roncero, o Lucifer, que del Cielo caíste, mira que daño cruel nos hiciste, dañando los siervos de Dios verdadero! Dañaste la imagen de Dios figurada a la semejanza de su majestad, hicístela fea con tu falsedad, según que la tienes en ti dibujada Dejaste la tierra, cruel, derribada, y llena de pena y muchos dolores.
Soneto
Pedro Marañón
15-17
Del sol que ella vistió, toda vestida sube la Virgen Madre, acompañada; más que el Arca con himnos celebrada que en casa de David fue recibida De mil dones de gracia enriquecida para salvar al hombre fabricada, de mortíferas aguas apartada, y en los montes del cielo detenida Es la escala arrimada a las Estrellas, do se recoda el mismo autor del mundo; y serafines suben para arriba. Suben virtudes, pues subió por ellas, y por dar celestial favor al mundo, aunque en el cielo toca, en tierra estriba.
Soneto
Sancho Lariz Sarmiento
15-17
Pasó la tempestad: que al Sol hermoso, también suele atreverse el vapor vano; y el achaque mayor del ser humano, es el adolecer de Poderoso. O vivas con tu nombre generoso, hermosa Majestad, y el tiempo cano a lo perpetuo de, de tu Verano, renuevos mil del árbol glorioso Prosigue en repetirnos los favores, esclarecida Reina, y tu belleza multiplica con nueva maravilla Y no temas del hado los rigores que mal podrás caer de la grandeza, si es centro de los Reyes de Castilla
A una beata de la circunstancia del soneto
Gaspar de la Figuera
15-17
Por ser tan fea, a ser discreta vino Lilí, que al huso, y rueca dijo nones, Lilí, que nunca vio los Hilariones, ayunar, ni acordarse de San Lino Sólo anciano le agrada aquel Baquino, dulce licor que alegra corazones, fundando su salud en sus razones, y en sus arrobos todo lo divino. Lilí es en fin, la que de acompañante a toda ociosa Dama sirve, y pasa santamente su vida de vacante La aguja cuando pasa, no traspasa, porque tiene por vicio relevante, hilar, hacer labor, y estarse en casa.
Soneto
Juan Rodríguez y Martel
15-17
Don Alberto, la fama de hoy te llama, como a Lope, Quevedo, Garcilaso, para Timbre glorioso del Parnaso, componiendo en tu frente esquiva rama. Muestra tu ingenio tan altiva llama, que la célebre fuente del Pegaso, al Ibero se vino paso a paso, a los Ecos sonoros de su fama. Nuevo aplauso pretende, más ufanas, al plecto de tu voz siempre Española, por mirarse en ti, Diez, las nueve Hermanas. Y sin duda a tu lira, siempre sola, la dotaron de voces soberanas, porque tenga en ti el Ebro otro Argensola.
Soneto
Ginés Campillo
15-17
María, el grande amor que le ha tenido, paga a Javier con pecho generoso; dióle en satisfacción el niño hermoso, porque a un inmenso amor, un Dios Cupido. Río del mar del Padre el Niño ha sido, Javier ha de crecer árbol frondoso; salió de Madre el Río caudaloso, rebose, y en virtudes a crecido. Sabio, Amor, Salomón, como atendía al empeño del Niño, justiciero, entre cariños dos los dividía Pero como no admite compañero la entrañable pasión, dijo María, Javier se lleve el Niño todo entero
Soneto a la Virgen
Felipe Mey
15-17
Virgen bendita, que del alto cielo veis que tan grande número de errores cometemos los hombres por amores de las cosas más dulces de este suelo A vos, Señora, invoco por consuelo como el más malo de los pecadores, pues cuanto los pecados son mayores tanto es después mayor el desconsuelo Quitad toda pasión en mi arraigada con el hábito viejo revestida, y ruegos que por vos me sea alcanzada, con el hábito nuevo, nueva vida; y pues amé a María, derramada, que la ame más ahora convertida.
Al mismo tema
Lorenzo de Urnieta y Aguirre
15-17
Niegue culto licor la docta fuente en últimos suspiros retirado, lágrimas de cristal desaliñado, pródiga desperdicie torpemente. Llore sin ley, sin esplendor lamente el coro de las Musas destemplado Que su Aurora, su adorno, su cuidado los párpados levanta en otro Oriente La parte superior esclarecida le defraudó la industria del destino, para no deslumbrarse de la herida Que con la luz, que el cielo le previno nunca se desatara de la vida, ni novedad le hiciera lo divino
No ocasiones a que te digan lo que este soneto a u
Jacinto Polo de Medina
15-17
¿No eras tú la que quiso a la mañana imitarle las perlas engreída, y en flor de jaspe tiene prevenida por nieve mármol, pórfido por grana? Pues ese viento de tu pompa ufana, ese enjugó tu cristalina vida Que quien se puso tan envanecida fue providencia que quedase vana Que olorosa merced te debe el prado engañando de fuentes tantas flores que alistaron su vida a tu cuidado Mentiste la esperanza a sus verdores ¡Oh aviso superior de lo criado! ¡Oh propiamente imagen de señores!
Soneto
Manuel Salinas y Lizana
15-17
Rompiendo el arca, el oro que escondía podrá el ladrón robarte codicioso; y tu palacio grande y ostentoso postrará por el suelo llama impía La propiedad, y el logro que debía, te negará el deudor menesteroso, y tu colono, en vano cuidadoso al campo estéril la semilla fía Tu mayordomo engañará mujeres, y tus cargadas naves crespas olas sumergirán con todas sus grandezas Sólo en efecto, lo que a pobres dieres, libre verás de la fortuna, y solas las que dieres, tendrán siempre riquezas.
Soneto (Conde)
Antonio Coello y Ochoa
15-17
Dentro está del silencio y del respeto mi amor, y así, mi dicha está segura, presumiendo tal vez, (dulce locura) que es admitido del mayor sujeto Dejándome engañar de este concepto, dura mi bien porque mi engaño dura; necia será la lengua si aventura un bien que está seguro en el secreto. No a los labios se asome licencioso mi amor, que perderá, desengañado gloria que puede presumir dudoso No averigüe su mal, viva engañado; que es feliz, quien, no siendo venturoso, nunca llega a saber que es desdichado.
Sonetos encontrados en el libro de Baltasar Gracián, Agudeza y arte de ingenio
Manuel Salinas y Lizana
15-17
Pajes rodean tu carroza hermosos, al caballo africano veloz picas, termas de varias mesas de fabricas, que tiñen siempre ungüentos olorosos. En vasos de cristal vinos preciosos, de Setta a tu opulenta mesa aplicas: tu blanco lecho con cortinas ricas excede a los de Venus deliciosos De noche a la soberbia mujeril sordos riegan tus ojos su portal, ¿por qué suspiras siempre? ¡Oh Tucca! ¿quién tu pecho abrasa en llama juvenil? ¿Quieres que te lo diga? tanto mal procede de que tienes tanto bien
Al sepulcro y feliz memoria de don Juan Pérez de Montalbán
García de Cárdenas
15-17
O Caminante, en este mármol breve, urna funesta, sino excelsa Pira, cenizas de un Ingenio grande mira, que ni el olvido a despreciar se atreve. Más a su Pluma que a su Nido debe, pues inmortal la emulación le admira, y la que a lo viral opuesta tira hoy convencida aclamaciones mueve Si olvidado de ti su muerte lloras, imítale en el ser que ha merecido, repara en que renace a dos Auroras mírale a mejor luz, reconocido despreciarás del no vivir las horas, pues su durar consiste en no haber sido
En nombre de su claustro a don Diego Mejía por su Parnaso
Pedro de Soto
15-17
Clarísimo Mejía, en quien derrama el cielo, cuanto bien conoce el suelo, tanto alargáis con vuestra pluma el vuelo que al Orbe a dado vueltas vuestra fama Salió del Betis la eminente llama de vuestro resplandor, y sin recelo llega del Sur al Ártico, y el velo del olvido abrasando, a Febo inflama Las Musas del Parnaso, y de Helicona, hallando en vos su Ovidio transformado, del lauro os tejen inmortal corona. Y pues tal hijo al mundo nuevo has dado, (o gran Sevilla célebre matrona) mas le riqueza le das, que él te ha enviado.
A la muerte de Lope de Vega
Francisco Cascales
15-17
Morir es ley forzosa en el que nace, nazca plebeyo, o majestad suprema, para la muerte no hay estratagema, aunque espíritu angélico la trace. Aunque el hombre se mude, o se disfrace en formas mil, llega la hora extrema; romperse tiene nuestra humana nema, por más que el alma al cuerpo amigo abrace. Merced del cielo, que a los orbes once a LOPE trasladó, y en urna de oro conservar fénix, si inmortal aclama Imprimen Musas su memoria en bronce, y a un tiempo trina dulce, alto, sonoro, tu lira Orfeo, su clarín la fama.
A la victoria
Guillén de Castro
15-17
O Religiosa admiración, o pura fábrica, que piadosa y arrogante eres del cielo luminoso Atlante, su máquina en tus hombros más segura O montaña de luz, que al sol procura rayo a rayo usurpar la luz radiante, en láminas la fama de diamante de envidia, olvido y tiempo se asegura No humille pues el tiempo tu grandeza, y el olvido no oculte tu memoria, ni sepulte la envidia tu belleza. Que Mínimo poder con tanta gloria bien muestra en el laurel de su riqueza, que no puede rendirse la Victoria
Soneto
Diego de Silva y Mendoza
15-17
Cuantas fueron, serán y son ahora extremo de hermosura y fundamento, sólo el serviros de encarecimiento las honra, perfecciona y las mejora De verse muda el alabanza llora; tiembla de vos el mismo atrevimiento, donde para el mayor entendimiento aún no comienza lo que sois, Señora. Queda lo que más puede encareceros comparándose a vos encarecido; menos dice quien más os encarece; hablar para callar, es ofenderos, y aunque es hablar haber enmudecido, ¡alábeos el callar que no enmudece!
Sonetos – - III -
Gregorio de Matos
15-17
Nace el Sol de los astros presidente, príncipe en las esferas conocido, y aunque el día le mira el más lucido, la noche se le atreve irreverente. Sírvele de sepulcro transparente el mar, pensión fatal de haber nacido; pues el que en todo un cielo no ha cabido le viene a ser el mar urna decente. Sol fuiste, Conde ilustre, en la nobleza, a quien la triste noche se le atreve, que es el morir del Sol naturaleza; hallaste como el Sol tumba de nieve: pues siendo corto el Orbe a tu grandeza, sólo a tal Sol la urna se le debe.
Soneto
Jerónimo Cáncer y Velasco
15-17
Dulcísima tormenta del sosiego, enigma de los ojos ignorado, norte sin luz, que sigo derrotado, tomando las alturas por el fuego. Pues te permites a la voz, y al ruego, desemboza el misterio venerado: sin la duda mi amor es ya cuidado, y sin la sombra vivirá más ciego. Mas no, no se descifre tu belleza, beba el veneno yo por los oídos en esta inquieta procelosa calma Y aspire a ser eterna mi firmeza, que amor que se engendró sin los sentidos, ha de nacer muy parecido al alma.
A San Isidro
Antonio de Vargas Gentil
15-17
Los campos de Madrid, Isidro santo, labra con duro afán y corva reja, y cuando del labrar tal vez se aleja, no deja que su cuerpo huelgue en tanto. Ora, si ara Isidro, y entre tanto aran, que ora, y rigen su pareja Ángeles, que le sirven, porque deja obligados los cielos con su llanto Obras y mieses siembra con fe pura, de que en felices tiempos a su celo la tierra y cielo rinden su tributo. Colmo le da la tierra, gloria el cielo, con que de todo saca en paz segura, sembrando aquí sus lágrimas, el fruto.
A Cristo
Francisco Pacheco
15-17
Pudieron numerarse las señales que en vuestra carne delicada y pura ¡oh imagen de la eterna hermosura! el reparo imprimió de nuestros males; aunque fueron en sí tantas y tales, que el ingenio, no sólo a la pintura, vencen, y tú ¡oh sagrada vestidura! a trasladar en ti su gloria vales. Mas el amor que cela el rojo velo ¿quién lo podrá contar, si aun el efeto la arte noble a formarlo no es bastante? Fue sin principio, eterno será ¡Oh cielo! ¿cómo a tan grande amor no me sujeto? ¿qué hago, ¡oh piedra! en deuda semejante?
A la muerte de Lope de Vega
Francisco Saa de Meneses
15-17
Detén, verás, o caminante, en nada el bulto del gran Lope, alto recelo tu pecho ocupará, tus venas hielo, si eres hombre, sino eres piedra helada Mas advierte que ya se ve ilustrada la tierra, aun del caduco mortal velo, que el nombre llena al mundo, el alma al cielo, donde fue procedida, es trasladada Miras un dulce, aunque lloroso ejemplo, para los desengaños de la vida, que voces da sin voz a los mortales. Sus obras son imágenes en templo, que muestran llana la áspera subida, para escalar los muros celestiales.
A la muerte del doctor Juan Pérez de Montalbán
Isidro Suárez Tirado
15-17
Canoro Cisne, cuya Fénix pluma se la dio en sus escritos a la Fama, y a la envidia la voz con que te aclama: porque jamás el tiempo te consuma Muerte de quien tus máquinas presuma, alma del sentimiento que te llama, vida de la memoria que te ama, y de todos los méritos la suma. No puedo en tu alabanza tener parte, ni cuantos viven, aunque a darla prueben, con amor, con ingenio, estudio, y arte. Y pues que siendo tuya no se atreven resucita si quieres alabarte, que tú sólo sabrás la que te deben
Sonetos – - I -
Fray Luis de León
15-17
Amor casi de un vuelo me ha encumbrado a donde no llegó ni el pensamiento; mas toda esta grandeza de contento me turba y me entristece este cuidado Que temo que no venga derrocado al suelo por faltarle fundamento; que lo que en breve sube en alto asiento, suele desfallecer apresurado. Mas luego me consuela y me asegura al ver que soy, señora ilustre, obra de vuestra sola gracia, y en vos fío; porque conservaréis la vuestra hechura mis faltas supliréis con vuestra sobra, y vuestro bien hará durable el mío
A una rosa deshojada
Jerónimo Cáncer y Velasco
15-17
Esa mustia beldad, que enamorado tuvo al abril su verde lozanía, fragante joya, que al romper del día sacó al primavera en el tocado; Substituta del sol, astro esmaltado, que igualmente alumbraba e influía, y en su verde apacible tiranía, por reina se hizo coronar del prado; a mano descortés, segur villana Rinde cuanto esplendor y pompa adquiere, pagando como culpa el nacer rosa ¡Oh! no se fíe la belleza humana: que es breve flor, que cuando nace muere, mucho más que por frágil, por hermosa.
Al asistente de Sevilla, pidiendo el indulto del p
Juan de la Cueva
15-17
No des al fébeo Álvarez la muerte, ¡oh, gran don Bernardino! así te veas conseguir todo aquello que deseas en aumento y mejora de tu suerte Tus crueles ojos en piedad convierte que en usar de ellos tu nobleza afeas; el odio cierra, ciérrale, no creas al vano adulador que te divierte De ese que tienes preso, el Dios Apolo es su juez, no sufragáneo tuyo; ponle en su libertad; dale a su foro; pues que de hacerlo así, de polo a polo irá tu insigne nombre y en el suyo Hispalis te pondrá estatua de oro.
A don Agustín Salazar y Torres
Manuel Ordóñez de la Puente
15-17
Hojas Son de Laurel, que ciñe ahora, cuantas este Volumen docto incluye, cuerpo, que en caracteres sustituye el Alma, que en sus líneas atesora En el eterno vive el que mejora la suerte, que al morir feliz se arguye, que la felicidad sigue al que huye, cuanto al que la pretende le desdora Azar tuyo en su nombre, y en su suerte, pero Sal en su ingenio peregrino, Sal Azar de sagrada Primavera. Sal donde llegue el Mundo a conocerte, que Azar contra los soplos del destino, flor has de ser del Sol, que Sal te espera,
Soneto al príncipe don Carlos de España, sobre este verso de David: (Omnia excelsa tua et fluctus tui super me transierunt.)
Isabel de Vega
15-17
Divino ingenio, lengua casi muda, hermoso rostro, cuerpo desgraciado, valor inestimable no estimado, con mano larga y de poder desnuda. Virtud resplandeciente sin ayuda, rigor y ejecución bien empleado; benigno, afable, nunca espirmentado, palabra firme, fe que no se muda. Alto estrado, grandeza, abatimiento, prisión y libertad, poca salud con ánimo constante y sufrimiento Pasó sin hacer daño a su virtud el Príncipe don Carlos desdichado, a quien Fortuna rostro no ha mostrado
Sonetos – - V -
Fray Luis de León
15-17
Después que no descubren su lucero mis ojos lagrimosos noche y día, llevado del error, sin vela y guía, navego por un mar amargo y fiero El deseo, la ausencia, el carnicero recelo, y de la ciega fantasía las olas más furiosas a porfía me llevan al peligro postrimero Aquí una voz me dice: «Cobre aliento, señora, con la fe que me habéis dado, y en mil y mil maneras repetido.» «Mas ¿cuánto de esto allá llevado ha el viento?» respondo; y a las olas entregado, el puerto desespero, el hondo pido.
Soneto
Fray Damián de Vegas
15-17
Si está de sol vestida y adornada, porque al eterno sol vimos en Ella, si con sus plantas a la luna huella, de más vivos albores circundada: Y si también de estrellas cornada San Juan miró esta cándida Doncella; cuál será el cuerpo, cuál el alma de Ella, cosa es de los mortales no alcanzada. Si los Ángeles puros siempre han sido, y por Reina la adoran en profundo acatamiento, ¿quién de su grandeza, nunca manchada, dudará atrevido, cuando de polo a polo clama el mundo, que no hay bajo de Dios igual pureza?
A la muerte de Lope de Vega
Cristóbal de Salazar Mardones
15-17
De las plumas, o tú la más valiente, que canoro vistió cisne sagrado, émulo no de alguno, sí imitado del claro Orión al lúgubre occidente Cuya facundia a todas eminente, excedió tanto escrito del Tostado, dejó normas divinas al tablado, y coronada de laurel su frente. A la región asciende de zafiro; pues quedan tus conceptos, tus memorias siempre admiradas de uno y otro coro. Y en diáfana piel de terno giro describe, parcial ya de inmensas glorias del celeste cristal los ejes de oro
A Diego Velázquez Silva
Francisco Pacheco
15-17
Vuela, oh joven valiente, en la ventura de tu raro principio; la privanza honra la posesión, no la esperanza del lugar que alcanzaste en la pintura Anímete la augusta alta figura del Monarca mayor que el Orbe alcanza, en cuyo aspecto teme la mudanza aquel que tanta luz mirar procura Al calor de este sol templa tu vuelo y verás cuánto extiende tu memoria la fama, por tu ingenio y tus pinceles Que el planeta benigno a tanto cielo tu nombre ilustrará con nueva gloria, pues es más que Alejandro, y tú su Apeles
A don Vicencio Juan de Lastanosa
Juan Francisco Andrés
15-17
Cuanto a tu ingenio toda España deba, contarán tus Medallas conocidas, si antes la oscuridad desconocidas juzgó, hasta que tu pluma las resuelva. Nuevos aplausos a los doctos mueva la edición de las luces escondidas, a tus ansias debiendo esclarecidas el lucimiento que su autor reprueba A cuál debamos más no fácilmente se podrá discernir: aquél oculta su propio nombre artificiosamente; Tú, porque del retiro le resulta mayor gloria, divulgas diligente las sutilezas de su lima oculta.
Soneto
Juan de Moncayo
15-17
Cual Ícaro subiste, pensamiento, al bien mayor que idolatró el cuidado, y en el mar de tu llanto fulminado le da nombre tu mísero escarmiento. Fuiste incapaz, y penetrando el viento sólo las esperanzas te han dejado; padece tus fortunas, desdichado, porque en ellas conozcas lo que siento. Rompe las olas que, de engaños llenas, no templan los volcanes de mi pecho, aumentando tus penas con mis penas. Mi corazón atiende ya, deshecho entre la confusión de sus arenas, rigor en impiedades satisfecho.
Sonetos – - VII -
Gregorio de Matos
15-17
¡Qué presto el tiempo, Nise, se ha mostrado, en una queja sola, mil tormentos! Pues me vuelve en pesares los contentos, que siempre duplicó lo venerado. Decir, Nise, que falta mi cuidado, bien puede industria ser de tus intentos, que en mi celo acreditan sentimientos, y en ti lo verifica el retirado. Pero si en esa duda al tiempo dejas de mis verdades sólo las razones, de tus retiros tantas experiencias; calle mi queja la razón de quejas, y mi oblación repita obligaciones, que amor publicará las evidencias.
Al doctor Juan Pérez de Montalbán
Antonio Pellicer de Tovar
15-17
Espíritu gentil, que ya en el Cielo luceros pisas de esplendor vestido, y en el Orbe Español anochecido, a mejor llama amaneciste el vuelo Vive feliz la patria del consuelo, donde el dolor se ignora, y el olvido, vuelve, empero los ojos al ruido que hace tu ausencia triste acá en el suelo Los Cisnes de Madrid oye dolientes, que a tu nombre consagran generoso, epitafios de estrellas elocuentes. Y en perdurable Mármol estudioso, en vez de estatua labran reverentes, este a los siglos vividor Coloso.
Soneto
Antonio de Mohedano
15-17
En vano es resistir al mal que siento, si echada por el suelo mi esperanza, sujeta a mi razón con tal pujanza, que ni aun libre le deja el sentimiento. Así padece y calla el sufrimiento, sin esperar del tiempo la mudanza, ni en aquesta tormenta la bonanza; que siempre ha de soplar contrario el viento. Estoy a padecer el mal tan hecho, que en el mal estaré, si viene, extraño, porque el mal en sí propio me convierte. Y temo venga ya, porque sospecho que el bien ha de causar en mí más daño que causa el mal, pues no me da la muerte
Al túmulo de Lope de Vega, hablando con un peregrino
Manuel Gallegos
15-17
Deténte, espera, o peregrino para; que aquí para cuanto hubo peregrino desde que el sacro artífice divino ornó de luz la máquina preclara Si vas a ver el mundo, ¿dónde hallara tu deseo espectáculo más digno? ¿quién aquí no acabara su camino? ¿quién viendo al Fénix muerto no parara? Término pues de tu curiosa planta sea este insigne mausoleo, aprenda admiración en él tu fantasía Suspende el paso aquí, que en gloria tanta, en tanto asombro es bien que te suspenda muerto, quien vivo al mundo suspendía.
Luis Hurtado de Toledo a la Católica Señora Isabel Reina de España – - I -
Luis Hurtado de Toledo
15-17
Infancia juventud, claros varones, los que seguís las letras, y la espada, parad la nave, en vuestra mar airada, y tomen puerto, vuestras aficiones. El fabuloso ensayo, y las ficciones, de tanto encantamiento y cuchillada se acabó, porque el alma está informada y quiere ejercitar los altos dones. La madre santa Iglesia, con victoria, en lugar de las cañas, os ha dado, las lanzas con que halláis eterna gloria. Y así de su tesoro, os ha sacado, aquesta verdadera, y santa historia, del santo Luis en Francia coronado.
Preguntas y respuestas entre un monarca y un conse
Felipe IV
15-17
¿Qué es lo que hacéis? - En nada discurrimos ¿Pensáis en algún medio? - No sabemos ¿Buscáisle en la justicia? - No podemos ¿Esforzáis la milicia? - No la vimos. ¿Dónde está el bien común? - No lo sentimos Su honra ¿dónde está? - No la tenemos Habladme sin rebozo - No queremos Advertirme siquiera - No advertimos. ¿Qué consultáis ? - Los cuándos y los cómos ¿Y los motivos? - Eso no alcanzamos De guerra ¿qué sentís? Perdidos somos ¿Socorréis al Imperio? - No atinamos ¿Hay alguna esperanza? - Ni aun asomos ¿Y el caso de la copa? - En eso estamos.
Soneto y declaración
Luis Hurtado de Toledo
15-17
Como léyense las ardientes llamas María en el pequeño libro escritas y viera: tus mentiras infinitas en tus razones escritos derramas. Que ansina no te quemas y ansí amas ni soy yo tan hermosa cual recitas son estas cortes vanas y exquisitas para engañar con ellas a las damas Mas el cuaderno abierto que leyera tres veces en sus hojas se volviendo quiso por mí a la dama haber hablado Y visto que era en balde con María al cielo con suspiros fue gimiendo conmigo en vivas llamas abrasado.
Soneto
Jacinto Polo de Medina
15-17
Tan hecho tengo el gusto a lo que siento que como el alma merecer desea a la pena que en mí más furia emplea le agradece la furia al sufrimiento Cuando la fuerza de un mortal tormento por vencer mi constancia más pelea, lo templa otro mayor que me recrea, si con nuevo dolor, con nuevo aliento Todos tienen rigor, pero son tales que a aquel mitiga el que se sigue luego, tan fuerte y eficaz como importuno. Mas aunque son sin número mis males, suspendiéndose el uno al otro, llego a no sentir en mí tormento alguno
Soneto
Manuel Salinas y Lizana
15-17
Viendo la casta Arría condenado a muerte a Peto, su adorado esposo, por no hallarse con vida al riguroso trance fatal de verle degollado Con un puñal pasando su abrasado pecho el más fiel, más bello, y amoroso, sacándole después con prodigioso valor, le entrega a su consorte amado Pero, dice, no muero se esta herida, que por no ver tan cruda y triste suerte, mil vidas a mil golpes las rindiera. Sólo un dolor me quita cruel la vida: la herida con que te has de dar la muerte, esa es, Peto, la que hace que yo muera.
Soneto
Maestro Burguillos
15-17
¿Al cielo os vais, IGNACIO, en mortal vuelo, y volvéis a la tierra? error notable, debióseos de olvidar el miserable estado de las cosas de este suelo Si os aguardaba acá tanto desvelo, tanta envidia y trabajo incomportable, ¿no era mejor, o Patriarca amable, no tener que buscar después el cielo? Mas si los siete días que comprendo, sin duda que se truecan estos sietes del cielo al suelo para bien del suelo Y que estuviste con Jesús haciendo en siete días siete mil bonetes, que el suelo cubren, y honrarán el cielo
A la inmortal memoria del doctor Juan Pérez de Montalbán, apolo de las musas y benjamín de Madrid
Sebastián Herrera y Rojas
15-17
Si el Emporio has dudado Pasajero de la Casta elocuencia, y si olvidaste quien eminente le construye engaste al oro del saber más verdadero Si al que documentar pudiera Homero, y a Horacio dar preceptos, ignoraste, si del nuevo Demóstenes dudaste el fecundo decir docto y severo Si en fin no has admirado al que pudiera Salmantino obtener la Primacía, lauro eterno gozando inmortal nombre Repara en Montalbán, y considera cuan breve Mausoleo en tierra fría, Ángel terrestre hoy, ayer fue un Hombre
A Santa Cordula
Manuel Salinas y Lizana
15-17
Cordula, ¿qué es posible haber quedado entre tantos millares con la vida? Cordula, entre matanza tan crecida, tú sola con la vida has escapado. La espalda oprime al piélago esmaltado virgíneo mar de sangre esclarecida, ¿y tú vive aun, cuando rendida Ursula yace el cuerpo atravesado? De aquí el temor, de allí el amor combate sobre el amante corazón, adonde la lucha, astillas crespas multiplica. Vence al fin el amor en tal debate, porque la que el temor cobarde esconde, el amor atrevido la publica.