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A la muerte de Lope de Vega | Juan Astete de Monroy | 15-17 | El grande, el raro, el solo, el peregrino
admirado esplendor del suelo Hispano,
hoy a la muerte satisfizo humano
las sospechas que tuvo de divino
En sus obras la pira se previno,
que ofrecérsela digna fuera en vano,
cuanto excelsa Pirámide el Gitano
Nilo ostenta en espejo cristalino.
Emula de su fama, ¡o muerte fiera!
el vital tronco tu fatal guadaña
deshizo al golpe de mortal herida
Mas renaciendo a superior esfera
procedió del eclipse luz a España,
y de la muerte a su memoria vida
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Sonetos – - IV - | Pedro de Quirós | 15-17 | ¡Oh tú, cualquier que fueses, el primero
que a verdes canas el enrubio diste,
y rotos dientes con marfil supiste,
seas pasto infeliz del Cancerbero!
Por ti, a pesar de casi un siglo entero
de años que tiene doña Guzmía, insiste
en que es niña, y del malo se reviste
porque yo por sus rugas no me muero
Niña dentipostiza y trencicana,
no quieras que arrastrando el apetito,
por ti sea yo mártir del demonio
¡Ay! Olvídame; así, cuando mañana
rapagona te llame aquel bendito,
nadie diga: «¡Oh qué falso testimonio!»
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Al sepulcro del Ilustrísimo Cardenal de Trejo, obispo de Málaga y presidente de Castilla | Jacinto Polo de Medina | 15-17 | No pises, no, respete el pie la nieve
de ese mármol, de aquella aguja, aquella
pompa de luz con vanidad de estrella
que a los ojos del sol lágrimas bebe
Pira es de un Fénix que a su ser se debe,
urna es de un justo que renace en ella,
¡oh lo que el mármol de virtudes sella!
¡oh lo que el bronce a desengaños mueve!
Yace a España su púrpura, que triste
vio agonizar de tanto sol la llama,
muerta no, a su ser restituida
Ve en paz, oh peregrino, y di que viste
en breve vida eternidad de fama,
en breve muerte eternidad de vida
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Soneto | Luis Martín de la Plaza | 15-17 | Lidia, de tu avarienta hermosura
pide el tiempo enemigo amarga cuenta,
ya ni el crespo cabello al oro afrenta,
ni las mejillas a la nieve pura;
tu mentida belleza mal segura,
en vano reparar el daño intenta
de la edad que en tus ojos representa,
con tragedia mortal, la noche oscura
Ya, ya no me verás de noche al viento
bañar de infame llanto tus umbrales,
comparando a la suya tu dureza;
que el tiempo con efectos desiguales
me da venganza y roba tu belleza,
te da dolor, y cura mi tormento
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A nuestra madre Santa Teresa | Fray Jerónimo de San José | 15-17 | A sus hijuelos a volar provoca
el águila real, y al sol los lleva;
de la fineza de sus ojos prueba
mientras el rayo de su luz los toca
Ella después, bajando, en una roca,
para aguzarlo, el corvo pico ceba,
y en una fuente toda se renueva
prolongando la edad que el tiempo apoca
Así la caudal águila, Teresa,
aprueba la fineza de sus hijos
en la contemplación del sol que adora.
Y, ella en la piedra, Cristo, haciendo presa,
emplea el pico, en quien los ojos fijos,
bañándose en sus llagas se mejora.
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La muerte | Felipe IV | 15-17 | Es la muerte en efecto poderoso,
firme su proceder mal entendido,
amada de Mitrídates vencido,
temida de Pompeyo poderoso.
Es la muerte un antídoto dudoso
al veneno del mísero rendido,
que de propias desdichas sacudido,
libra en eterno sueño su reposo
Puerto donde la nave, combatida
de la saña del mar contrario y fuerte,
piensa tener propicia la acogida
Es un bien no estimado, de tal suerte,
que todo lo que vale nuestra vida
es porque tiene necesaria muerte
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A la princesa de Portugal doña Juana | Pedro Laynez | 15-17 | Altísima princesa en quien el cielo
con abundante mano ha derramado
la gloria y el valor tan extremado,
por quien se estima en alto precio el suelo;
cuyo saber, beldad y honesto celo,
digno de eternamente ser loado,
nos muestra claro ser claro traslado
de aquel que te levanta a tanto vuelo
Si en los altos oídos se consiente
llegar alguna vez al bajo canto,
disculpa hallará mi atrevimiento,
pues ver los claros ojos y alta frente
bañados con tan largo y alto llanto,
subió tan alto mi atrevido intento
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Luis Hurtado de Toledo en la nueva impresión y correción del Orlando Furioso | Luis Hurtado de Toledo | 15-17 | El furioso, ya manso y Cortesano,
se os presenta, de nuevo arnés vestido,
de sus furias y faltas corregido,
y de Francés tornado Castellano.
Pero López de Haro Toledano
en el palenque Hispano le ha metido,
con tanta discreción, que ha merecido,
ganar en triunfo a César el Romano
Si Ariosto el inventor merece gloria,
y mucha loa Urrea en referirla,
y Francia por dejarnos tal memoria.
Si el de Haro ilustró tanto a Castilla,
al de Haro Impresor se de victoria,
que sobre todos debe conseguirla.
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A la muerte del doctor Juan Pérez de Montalbán | Magdalena Pianeta | 15-17 | Canoro Cisne, que la Fama escriba
tus conceptos en mármoles de Paro,
moriste en Obras en Conceptos claro,
tu eternidad con ellos se deriva
En duración de siglos sucesiva
ha de resplandecer tu ejemplo raro,
porque contra la ley del tiempo avaro,
vive tu Nombre, aunque tu ardor no viva.
En tu divino Canto te eternizas,
aun venciendo los términos Fatales,
alternados por mano de la suerte.
Pues numerosamente tus cenizas
aun nos cantan tus triunfos inmortales,
en vencidos despojos de tu muerte
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Don Quijote a la defensa de la Inmaculada | Fray Bernardo de Cárdenas | 15-17 | Ensilla, Sancho amigo, a Rocinante,
dame la lanza y yelmo de Mambrino,
acomoda la alforja en el pollino,
y el bálsamo precioso por delante.
Pues Dios me hizo caballero andante,
hoy desfacer un tuerto determino
que face a una doncella un malandrino,
jayán desaforado y cruel gigante
Dice que fue su esclava esta doncella,
y miente Pues sé yo que cuando él dice
ella deshizo a coces su cabeza
A mí me toca, Sancho, el defendella,
pues soy su caballero, y voto hice
de defender su original pureza »
Subió con ligereza
y, tomando su yelmo, escudo y lanza,
le siguió su escudero Sancho Panza
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A un amante que deseaba olvidar mucho a una dama y | Jerónimo Cáncer y Velasco | 15-17 | Licio, no hay quien olvide de obstinado,
que aquel que se conoce bien rendido,
cuantas razones le buscó la olvido,
las encuentra de parte del cuidado.
De sanar le deseo porfiado
está llamando al mal adormecido,
y el que siempre recusa el pie oprimido,
no puede hallar el lazo descuidado
Aguarda a que el amor quiera librarte,
y pude ser que triunfes sin victoria,
sólo con que la fuerza no le impidas.
Tu yerras, Licio, el modo de curarte,
que para no inquietar a la memoria,
aun no te has de acordar de que te olvidas.
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Soneto | Juan de Moncayo | 15-17 | Cantas con primor, tanto soberano,
que logrando las dichas del acierto,
en la posteridad tomaste Puerto,
gloria mayor del Territorio Hispano.
No el Camoens en las veras Lusitano,
no el Píndaro Andaluz, en chanza experto,
consiguieron en Ritmos el concierto,
que hoy con la pluma nos dictó tu mano.
Canta, a pesar del odio, y de la envidia,
joven ilustre, cuya edad derrama,
celestes por las Zonas Esplendores.
Para triunfo mayor con todos lidia,
y verás con las manos de la fama,
tu Frente coronar de varias flores.
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A la grandeza del Duque de Béjar | Juan López del Valle | 15-17 | Recibid blandamente, oh luz de España,
las flores de las musas más perfectas
que han resonado en liras de poetas
en cuanto el sol alumbra y el mar baña;
que a vueltas de librarse de la saña
del tiempo, a cuya injuria están sujetas,
será con general aplauso acetas
si vuestro alto valor las acompaña
Que pues la clara fama, con las blancas
plumas de aquestes cisnes excelentes,
eterno monumento les levanta,
vos, rama al fin de majestades francas,
debéis, en honra de tan dignas frentes,
hacer sombra, si sombra hay en luz tanta.
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En loor a la obra de Francisco de Guzmán, publicada en 1565 | Simón de Ribera | 15-17 | Traten en amorosas niñerías
otros vanos ingenios y poetas,
blasonen del aljaba y las saetas
del ídolo de amor sus poesías
Describan fuentes claras, aguas frías,
a menos prados, frescas violetas,
que en fin obras son estas imperfectas
do de ceban las vanas fantasías
Muy al revés gastaste tu talento
que el cielo os concedió galán famoso
pues de estas vanidades no curaste
Antes con alto celo y fundamento
enseñando lo bueno y provechoso,
más que todos en todo os señalaste.
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Sonetos en su honor – Don Juan de Albión | Cristóbal de Virués | 15-17 | Aquel valor, Virués, que habéis mostrado
en el heroico proceder de Marte
siguiendo su honrosísimo Estandarte
con pecho de virtud y honor armado.
Aquel mismo mostráis en alto grado
siguiendo del divino Apolo el Arte
en su más bella y más excelsa parte
de sus dones altísimos dotado
Y así Palma de Marte a vuestra mano
dará, y Lauro de Apolo a vuestra frente
la piadosa de Dios potente diestra.7
|
Soneto | Luis Enríquez de Navarra | 15-17 | En turbulento mar, de horrores lleno,
y enmudecidas olas irritado,
Javier Sacro Neptuno venerado,
a su crespa cerviz impone freno.
Arroja el Celestial Tridente al seno
del ímpetu soberbio alborotado,
y al contacto de numen tan Sagrado,
su inquieto orgullo sosegó sereno
Su prenda amada suspiró perdida,
Javier sobre la arena en el reposo,
cuando (o maravilla nunca oída).
El Carnero del Zodíaco espumoso,
epiciclo se ve del Sol de vida,
y Ballena de Jonás más glorioso.
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Sonetos – Si para Dios... | Fray Luis de León | 15-17 | Si para Dios, con Dios nos disponemos,
hombres de Dios, sin Dios ¿qué imaginamos?;
y si la puerta es Dios y a Dios entramos,
a Dios, que es luz, sin Dios no atinaremos.
Si el medio es Dios y a Dios por fin tenemos,
y Dios es el camino y a Dios vamos,
decid: ¿por qué sin Dios a Dios buscamos?;
¿pensáis que a Dios, sin Dios, hallar podremos?
Henchid, pues, Dios de Dios, nuestras entrañas;
que, si las toca Dios, por Dios movidas,
harán, por Dios, a Dios cosas extrañas;
y si por Dios no van en Dios regidas,
serán, sin Dios, a Dios nuestras hazañas,
como fuera de Dios, aborrecidas.
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Soneto | Fray Damián de Vegas | 15-17 | En toda la extensión del bajo suelo,
¿quién será digno de ofrecer la historia
de la más alta en la virtud y gloria,
de la en que estuvo el Hacedor del Cielo?
¿Cuál águila se vio emprender su vuelo
por mar, de cuyo cabo no hay memoria?
¿Quién flecha el arco si es cosa notoria
no llegar con mil leguas al señuelo?
Y pues, Virgen dichosa, no se espera
con acierto decir cuánto subistes
sobre todo lo que hay, que Dios no ha sido;
Sólo diré, que si por Vos no fuera,
siendo Madre de Dios, como lo fuistes,
no se mirará el mundo redimido.
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Soneto | Francisco Crespi de Valldaura | 15-17 | Virgen y Madre, que de sol vestida,
cual la rosada Aurora te levantas,
y a todas las criaturas te adelantas
porque sin culpa fuiste concebida.
Hoy en tu muerte gozo sin medida
recibe tu alma, y tus benditas plantas
con las incorruptibles carnes santas
miden el Reino de la eterna vida
Allí santa, y gloriosa en cuerpo y alma,
del Padre, y del Espíritu gozando
asistes a la diestra de tu Hijo
Allí se están los santos alabando:
y allí con infinito regocijo
sobre lo que no es Dios tiene la palma.
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De El sol de la sierra | Juan Bautista Diamante | 15-17 | De cuerpo breve, hermoso, y fabricado,
de mano más divina que estudiosa,
atento a su hermosura milagrosa,
vi el Cielo en una piedra retratado.
De la propia materia era tallado
el vestido, con arte misteriosa,
que no buscó quien supo hacerla hermosa
para su perfección honor prestado
A un niño, que de Dios el ser encierra,
abrazaba con tierno amante celo,
haciendo a sus cariños dulce guerra.
Gozaba en Dios María su consuelo,
mas como con los dos se vio la tierra,
fue mientras los gozó la tierra Cielo.
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A las doctas cenizas del gran poeta Juan Pérez de Montalbán | Juan Antonio Deza y del Águila | 15-17 | En este Mausoleo un Fénix yace,
que nunca tanto ser lo ha parecido
Como ya que ha ceniza reducido
desde su Ocaso a nuevo Oriente nace.
Por más que lo voluble lo amenace
apostando a su crédito el olvido
el vuelo de su pluma esclarecido
a más glorioso, a su pesar le hace
Breves lustros gozó (¡desgracia nuestra!
que el destino a los méritos no mira)
si bien en la verdad vive infinitos.
Pues siéndolo sus números, bien muestra
no morir Montalbán, que si hoy espira
es para eternizarse en sus escritos
|
A un rayo, que abrasó el retrato de una dama, de quien su galán estaba celoso. En boca del galán | Jerónimo Cáncer y Velasco | 15-17 | Rayo veloz, que por naturaleza,
buscas la cumbre con ardiente saña,
sin duda hiciste paz con la montaña,
cuanto en Clori fulminas, es bajeza.
Si es blanco de tus iras la firmeza,
como en lo vario tu esplendor se empaña
firme te pareció, también se engaña,
la luz, si la divierte la belleza
Pues abrasó tu fuego tanta nieve,
que aun copiada no sé si la encendiste:
vengaras de una vez tantos recelos.
O abrasarás también su dueño aleve,
y si sólo a arruinar sombras naciste,
sombras mis celos son, veré en mis celos.
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Al retrato y escudo de armas de don Luis Carrillo | Doctor Romero | 15-17 | Gran Capitán segundo, renacido
de Córdoba, esperanza renovada,
invicto César, cuya ardiente espada
rinde al soberbio, ampara al ya vencido
Rayo de Marte en olas encendido,
espantoso terror de Turca armada,
defensa de la nuestra no domada,
a pesar de las ondas del olvido.
Si te llama, o clarísimo mancebo,
el valor de Alejandro fin segundo,
o esperanzas de César el Romano.
De ganar cuanto alumbra el claro Febo,
mira tu escudo, que es valor del mundo,
y veras otro Hércules Tebano.
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Soneto | Luis Enríquez de Navarra | 15-17 | En cristalinos páramos desiertos,
tropa de navegantes afligidos,
de la sed horrorosa comprimidos,
se consideran Tántalos más ciertos.
De Atropos despojos nada inciertos
se crecen ya, y en fúnebres gemidos,
los acentos que forman doloridos,
ecos repiten lánguidos, y yertos.
En tan grave conflicto, en pena tanta,
nuevo Moisés Javier, al daño atento,
el remedio previno, y en su planta
dulzuras, dando al salobre elemento,
vara fue, que arrojada al lago espanta,
la amargura, al dolor el sentimiento.
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A un álamo enfriado del invierno, motivo, la eternidad de las penas | Jerónimo Cáncer y Velasco | 15-17 | Álamo, Águila ojosa que volaste
al Sol, Ícaro ver de que caíste
al Prado, y a la Fuente en que naciste,
ya de tus plantas fugitivo engaste
Si a dar lisonja al viento levantaste
la pompa, en la lisonja la perdiste;
esperas, al Verano que te viste,
las galas que el Diciembre no lograste
Tronco eres hoy, y Adonis floreciente
serás de Abril, que en esta confianza
te pretende la Sombra, el Prado, y Fuente
Y sólo en mí es eterna la mudanza;
de un mal en otro sucesivamente,
que debo ser ejemplo, y no esperanza.
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Soneto | Juan Córdoba y Campofrío | 15-17 | Infame peste, estrago de la vida,
torpe peso de honrados pensamientos,
pecho de pedernales avarientos,
boca de bestia fiera mal herida.
Fueros y leyes quiebras, fementida,
montañas rompes, piélagos y vientos,
ni embotas tus hidrópicos alientos
con tanta sangre humana mal vertida
Tú armaste contra el padre más piadoso
del hijo vil, tal vez, la mano aleve,
y tal del impío padre la fiereza
Tú poblaste de sangre el golfo undoso,
tú de asombro y dolor el golfo leve,
de miedo el Sol, y el Cielo de tristeza.
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De El prado de Valencia | Francisco Agustín Talega | 15-17 | Esta ciudad, que el africano doma,
cuando más espantaban sus banderas,
y vio las armas y las huestes fieras
de Júpiter, de Cristo y de Mahoma;
esta muralla que en el monte asoma,
que ya sirve de nidos en canteras,
¿acabó? Sí; mas conservó de veras,
la consagrada fe que le dio Roma
¡Ah fe, sola entre piedras sostenida,
mal guardada en humanos corazones,
adonde mereciera estar tu punto!
Guarda esos muros donde estás asida,
que acabarán tu nombre y tus blasones
en acabando yo y faltar Sagunto
|
Soneto | Diego de Silva y Mendoza | 15-17 | Una, dos, tres estrellas, veinte, ciento,
mil, un millón, millares de millares;
¡válgame Dios, que tienen mis pesares
su retrato en el alto firmamento!
Tú, Norte, siempre firme en un asiento,
a mi fe será bien que te compares;
tú, Bocina, con vueltas circulares,
y todas a un nivel, con mi tormento.
Las estrellas errantes son mis dichas,
las siempre fijas son los males míos,
los luceros los ojos que yo adoro,
las, nubes, en su efecto, mis desdichas,
que lloviendo, crecer hasta los ríos,
como yo con las lágrimas que lloro.
|
Sonetos en su honor – El mismo | Cristóbal de Virués | 15-17 | Con llama viva del eterno Oriente
en cuyo origen nace, vive y dura
el hado, la Fortuna, arte y natura
lo esencial, sustancial y el accidente
Y como en un cristal claro y luciente
lo visible se forma y se figura,
así en la inmensa Idea eterna y pura,
del todo el todo está fijo y presente,
en esta prima causa y suma ciencia
estaba de Virués la excelsa Musa
para tal ministerio reservada.
Y de tanta virtud su mente infusa
nos canta de Garín la penitencia
digna de ser de todos imitada
|
Soneto | Diego de Silva y Mendoza | 15-17 | Juraré que os amé todos mis días
antes de ser posible conoceros;
cuanto bien quise hasta llegar a veros
sombras fueron de vos y profecías.
Pasé, buscándoos con las ansias mías,
ídolos que a vos sirven de luceros;
de fuego en fuego acrisolé el quereros,
y al fin hallé sin vida a mis porfías.
Podéis vos con vos misma persuadiros,
pues de las perfecciones, las más puras
hasta llegar a vos fueron ensayos;
a servir aprendí para serviros;
derívanse del sol las hermosuras;
sol adoraba el que adoró sus rayos.
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Soneto | Agustín Tejada Páez | 15-17 | Despoja el cierzo al erizado suelo
del verde y hermosísimo atavío;
detiene el curso el presuroso río,
porque a sus sueltas aguas prende el hielo
El cielo, vuelto en nubes, muestra el velo,
el viento sopla proceloso y frío,
el mar, bramando con hinchado brío,
corrientes montes de agua sube al cielo.
Asoma la florida primavera,
y el campo, antes desnudo, adorna y viste,
sueltas las aguas, da templanza al viento.
Aclara el cielo, aplaca la mar fiera;
que al fin tiene mudanza el tiempo triste,
y espero la tendrá mi gran tormento.
|
Sonetos – - IV - | Fray Arcángel de Alarcón | 15-17 | ¡Oh qué dulces saetas se tiraron
de amor el hijo y madre lastimada
cuando de lo buscar llegó cansada
al templo do sus ojos lo encontraron!
No disputando, o doctrinando, hallaron
la infinita Sapiencia disfrazada
con pueriles miembros y ocultada
a los que en sus respuestas se admiraron;
Mas con mucha humildad escucha el Niño,
y con prudencia, a veces, les pregunta
como quien doctrinado ser desea
¡Oh Cordero más blanco que el armiño!
la alta humildad, que ese silencio apunta,
dad, que mi alma siempre imite y lea.
|
Soneto | Juan de Mena | 15-17 | Lejos de vos, e cerca de cuidado,
pobre de gozo, e rico de tristeza,
fallido de reposo, e abastado
de mortal pena, congoja y graveza;
desnudo de esperanza, e abrigado
de inmensa cuita, e visto d' aspereza,
la mi vida me huye mal mi agrado,
la muerte me persigue sin pereza
Ni son bastantes a satisfacer
la sed ardiente de mi gran deseo
Tajo al presente, ni a me a socorrer
la enferma Guadiana, ni la creo
Sólo Guadalquivir tiene poder
de me sanar, e sólo aquel deseo
|
A la muerte de Lope de Vega | Jacinto Bocanegra y Guzmán | 15-17 | Hable el dolor, la lengua sustituya
en los ojos su acción, publique el llanto,
o prodigio Español, o LOPE, cuanto
debe el mundo sentir la muerte tuya
Suspenda triste la corriente suya
el por tu pluma célebre Amaranto,
y en su cristal tu nombre escriba en cuanto
a la inmortalidad le restituya.
Si las fertilidades de tu vega
tantos lustros al Tajo han coronado
de glorioso laurel la clara fuente
Hado infeliz este esplendor las niega,
bien que al sol de tu fama ha reservado
en triste ocaso, luminoso oriente.
|
A la muerte del capitán Esquerra de Rozas | Fray Jerónimo de San José | 15-17 | Al puerto de la vida (que es la muerte),
llegaste, ¡oh, dulce hermano! En Cartagena,
donde tu embarcación el cielo ordena
a mejor patria, a más felice suerte
Pasaste aquel estrecho, a todos fuerte,
desembarcando en la inmortal arena,
donde pagado el flete, breve pena
en gozo perdurable se convierte
Dichoso tú que libre ya y seguro
del último naufragio, alegre gozas
en un inmenso mar, inmenso puerto
Triste de mí que en este golfo escuro,
mientras en ese tú, la edad remozas,
navego del suceso siempre incierto.
|
A San Acacio | Cristóbal de Villarroel | 15-17 | De un golpe dio el amor diez mil heridas,
un solo arnés armó diez mil soldados,
hizo una cruz diez mil crucificados,
y produjo una muerte diez mil vidas;
un palio se cortó a diez mil medidas,
y un hábito a diez mil encomendados,
una venera honró diez mil cruzados,
y enriqueció un cruzado diez mil Midas;
juntó una adversidad diez mil amigos,
a una misa se cantan diez mil glorias,
y una gloria llevó diez mil espacios;
concordó una verdad diez mil testigos,
un testador dejó diez mil memorias
y un Acacio heredó diez mil Acacios.
|
A la muerte de Lope de Vega | Fernán Pereira de Castro | 15-17 | Este póstumo honor del ya segundo,
si primo Apolo no, pompa altanera,
dice la que hoy dejó noche postrera
a las Musas sin luz, sin sol al mundo.
Extinto aclama al héroe más fecundo
oráculo Español, a quien venera
España muerto, y de quien muerto espera
de tanta Vega fruto bien fecundo
Admira, o peregrino, o tú que errante
espectáculos buscas, tanta gloria,
fin tan lloroso a mente tan lucida
Contempla de esta pira lo elegante,
y erige eterno templo en la memoria
al que a las peñas con su voz dio vida.
|
Contra un ciprés que lo abrasó un rayo | Jacinto Polo de Medina | 15-17 | Es verdad, yo te vi ciprés frondoso
estrechar de los vientos la campaña,
yo vi ser la soberbia que te engaña
aguja verde en Menfis oloroso
Creíste que por grande y poderoso
no te alcanzase de un dolor la saña
Rodear sabe el mal, por senda extraña
vino el castigo en traje luminoso
Rigor tu vanidad llama a esta furia,
si fueran los castigos impiedades
no se quejen tus culpas tan a gritos
Nunca lo que es razón ha sido injuria,
ni por más que atormenten sus verdades
han de saber quejarse los delitos.
|
A la estampa del héroe Baltasar Gracián | Manuel Montez Freyre | 15-17 | Murió Gracián: oriente fue de enojos;
vive Lanier: ocaso es de gemidos;
Gracián cuanto hay que oír dio a los oídos,
Lanier cuanto hay que ver copia a los ojos.
Vaguen de tu valor ecos no flojos,
suenen de su saber cuantos no oídos
¡Oh victoria gentil de ambos sentidos!
¡Oh lisonja cortés de ambos despojos!
Todo ver que en Gracián quejoso aspira,
todo oír que en Lanier sentido lucha,
ya en dulce paz por ti, Lemos, respira.
Oh vivas, si en porción nos das no mucha:
Por éste, que advertir a cuanto mira,
por aquél, que admirar a cuanto escucha.
|
Lamento | Martín de Roa | 15-17 | De tan injusta culpa es justa pena,
y de tal deuda merecida paga,
a quien herir se deja, mortal llaga,
y a quien se entró en la cárcel, la cadena.
¿Qué fruto espera a quien sembró en la arena?
¿Qué bienes quien de tanto mal se paga?
Qué luz, quien de su sol la luz apaga?
¿Qué puerto, quien su nave al mar barrena?
Mas, ay, que en mis razones me condeno,
pues sigo tan a ciegas tal derrota,
y favor pido a quien mi mal no duda.
Yo soy el que camino tan sin freno,
herido, preso, ciego, en nave rota,
a vistas de quien puede y no me ayuda.
|
Yerros, culpas, fortuna... | Luis de Camoens | 15-17 | Yerros, culpas, fortuna, amor ardiente
para mi perdición se conjuraron
Yerros, culpa, fortuna, me sobraron;
me bastaba el amor tan solamente
Todo murió; mas tengo bien presente
el dolor de las cosas que pasaron,
pues sus hartas frecuencias me enseñaron
a renunciar a cuanto me contente
Erré todo el transcurso de mis años
e hice que la fortuna castigase
mis mal fundadas, locas esperanzas;
del amor sólo vi breves engaños;
¡ay quien tanto pudiera que quebrase
ese mi genio altivo de venganza!
|
Sonetos creados entre 1586-1587 – Al examen del licenciado Victoria | Juan de Salinas | 15-17 | Cual caballo ligero y animoso,
que apenas la afilada espuela siente,
cuando es ya menester que diestramente
la rienda enfrene el curso presuroso,
que volviendo del término glorioso
del rico palio, entre la alegre gente
se huella y encamina la alta frente
al son del instrumento belicoso,
y adornada de plumas la testera
mira al vistoso premio, y va lozano
dejando mil envidias de sus glorias,
tal tú, Victoria, en la veloz carrera
ganando el palio, tornas hoy ufano
añadiendo victoria a tus victorias
|
Soneto | Marqués de Tarifa | 15-17 | Tienen los garamantes una fuente
que, por oculta calidad del suelo,
el agua tiene fría como el hielo,
cuando la hiere el sol resplandeciente;
mas luego que en la mar moja la frente,
y el mundo se oscurece, y en el cielo
tiende la negra noche el rico velo,
hierve y abrasa como fuego ardiente.
Así yo triste, en fuente convertido
de llanto, estoy helado en la presencia
de los ojos, que son el sol que temo;
mas luego que oscurece mi sentido
la oscurísima noche de su ausencia,
en vivo fuego me consumo y quemo.
|
Sonetos creados entre 1586-1587 – A las pensiones de una prevacía religiosa | Juan de Salinas | 15-17 | ¡Oh carga de un Prelado religioso!
Si alivia es fácil, y si no pesado;
si duerme, en extremo es descuidado;
si vela, dicen peca de celoso.
Si reprende, es bravo y riguroso;
si disimula, de blando es muy sobrado;
si igualmente acudió, poco acertado,
y parcial, si acudió al menesteroso.
Si carece de amigos, es terrible,
y si los tiene, dicen, hace bando;
es pródigo si da, si guarda ofende.
No tiene gravedad si es apacible,
y si la tiene va menospreciando;
si le ven puntual, algo pretende.
Su mesurarse es malo,
a su necesidad llaman regalo,
y al cabo hay cuenta larga
¡Líbreme Dios de tan pesada carga!
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A Lope de Vega | Baltasar Luzón y Bobadilla | 15-17 | Decir, Lope, que el oro es como el oro,
y que es clara del sol la ardiente llama,
es llamaros famoso: sois la Fama;
¿qué os puede añadir gloria o dar decoro?
Vistió naturaleza al tigre, al toro
de piel, de pluma al ave, al pez de escama,
a vos de un vivo ingenio que derrama
por fértil vena celestial tesoro
Al palio de esta edad nadie ha corrido
con tal velocidad, aunque delante
la envidia ponga el pie, que os ha seguido:
ya la fama con pluma de diamante
vuestro nombre escribió contra el olvido
desde la blanca Aurora al negro Atlante
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Soneto | Francisco de Figueroa | 15-17 | Bendito seas, Amor, perpetuamente,
tu nombre, tu saeta, venda y fuego;
tu nombre, por quien vivo en tal sosiego
amado y conocido de la gente;
tu flecha, que me hizo así obediente
de aquella, por quien todo el mundo niego;
tu venda, con que me hiciste ciego,
y el fuego sea bendito, cuya llama
no toca al cuerpo, que es sutil y pura,
y el alma sola de su gloria siente
Y así el dichoso espíritu que ama
dirá, tu rostro viendo y tu figura:
«Bendito seas, Amor, perpetuamente »
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- XXXVIII - | Marqués de Santillana | 15-17 | Leño (felice) qu'el grant poderío
que todo el mundo no pudo ayubar,
en cuyo pomo iba el señorío
de çielos, tierra, arenas e mar;
sin alterçasiones e sin desvío,
mas (leda) e gratamente sin dubdar,
en el tu cuello le pasaste el río,
que non sin causa se debió negar.
Jaián entre los santos, admirable
por fuerça insigne e grant estatura,
de quien yo fago conmemoraçión,
faz, por tus ruegos, por el espantable
passo yo pase en nave segura,
libre del golfo de la dapnaçión.
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Soneto | Francisco de Figueroa | 15-17 | Quien ve las blancas y hermosas rosas
de mano virginal recién cogidas,
y con diversos tallos retejidas,
guirnaldas bellas hacen y olorosas;
quien gusta de las aves más preciosas
las tiernas pechuguillas convertidas
en líquidos manjares y comidas
süaves, odoríferas, sabrosas;
y quien panales albos destilando
la rubia miel de la amarilla cera,
a lo que al gusto y vista más provoca,
pues tal es de mi ninfa el rostro, cuando
mi vista de la suya reverbera
y bebo las palabras de su boca
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Epitafio a un gran músico | Ricardo de Turia | 15-17 | No pases sin dolor, oh Peregrino,
si ofendida virtud te ha de hacer duelo,
pues yace muerto el que juntó en el suelo
el corzo al tigre, al lobo el Vellocino
Un día (ved si el canto era divino)
tantas piedras atrajo (sin recelo
que vino se enterraba) que del cielo
a lamentarse en su destreza vino
Agora, por poder salir, ¿quién duda
que cantará también? pues no está muerto;
mas en vano tu canto al aire ofreces,
¡oh triste! pues quien te oye es piedra muda
para decir que aun vives, y así es cierto
que la sobrada gracia ofende a veces
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A San Isidro | Antonio López de Vega | 15-17 | Los campos de Madrid, Isidro santo,
santifica, llenándolos de cielo,
mientras subiendo con glorioso vuelo,
parece despreciar lo que ama tanto.
Sustitución, ¡o cuánto puede, o cuánto
más que la acción, contemplativo celo,
celeste baja y fertiliza el suelo,
que su ardor alentó, regó su llanto.
Activo humor y fervoroso olvido
no sólo fácil dejan al tributo,
mas al cielo la tierra semejante
Así, más labrador adormecido,
de gloria allá también coge abundante,
sembrando aquí sus lágrimas, el fruto.
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A doña Blanca Enríquez, marquesa de Villamanrique | Eugenio Salazar y Alarcón | 15-17 | Blanca sobre las blancas que por suerte
demás que felicísima ventura,
la Nueva España vino a tanta altura
que goza de tu ser sin merecerte
Si mi Musa pudiera engrandecerte
según tu merecer y virtud pura,
cantara en tu loor con tal dulzura
que se imprimiera el canto en mármol fuerte.
Mas pues no llega a tu valor mi canto,
y en él mi musa está suspensa y muda,
ni puede haber tal vez que suba tanto;
recibe, alta señora, de mi ruda
zampoña el rudo son, que llega cuanto
puede una humilde voluntad desnuda
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Al insigne Lope de Vega Carpio | Fray Hernando Camargo y Salgado | 15-17 | Ahora sí que hay fénix, que hasta ahora
se tuvo por fantástico y fingido,
pues Félix es ya el fénix renacido
de los que el orbe ingenios atesora
Rompiendo niebla amaneció su Aurora,
índice contra el tiempo y el olvido,
que de su fama y nombre esclarecido
fue, cual del sol el Alba precursora
¡O espíritu celeste en quien se apresta
de más que ilustre honor fecunda fama,
que de este al otro mundo manifiesta!
¡Elogios en el nombre de la fama!
pues me oprime sin ti noche funesta,
mi origen es tu luz, mi labio inflama.
Mas no, que en tanto abismo
tu ingenio es coronista de ti mismo
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- XIII - | Marqués de Santillana | 15-17 | Calla la pluma e luce la espada
en nuestra mano, rey muy virtuoso;
vuestra excelencia non es memorada
e Caliope fuelga e a reposo.
Yo plango e lloro non ser comendada
vuestra eminençia e nombre famoso,
e redarguyo la mente pesada
de los vivientes, non poco enojoso;
porque non canta los vuestros loores
e fortaleza de memoria digna,
a quien se humillan los grandes señores,
a quien la Italia soberbia se inclina
Dejen el carro los emperadores
a la vuestra virtud casi divina
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Soneto | Carlos de la Coba Machicao | 15-17 | Tan alto vuelas, pájaro canario,
que se pierde de vista ya tu vuelo,
cual águila caudal que sube al cielo
a buscar su remedio en su contrario.
Tú, que con su nuevo estilo extraordinario
tu fama extiendes por el ancho suelo,
cantando la prisión y desconsuelo
del divino Pastor, santo vicario;
baja del alto alcázar de Helicona
donde tu claro ingenio te ha subido
a esta fragilidad nuestra ordinaria:
y ceñirán tus sienes la corona
del lauro bello sin razón cogido,
que te ofrece tu madre Gran Canaria
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Soneto de disparates manejando una mujer a un homb | Antonio de Silva | 15-17 | Para pintarte, empiezo por la boca,
que es como de costal, más no tan seca;
porque de aficionada, y no a manteca
trae siempre tanto moño, que me coca
Tus vigores, y lados son de estopa,
a quien tu espalda le sirvió de rueca,
en tu pie miro el zacarrón de Meca,
y en tu nariz el Albañil de Moca.
Toda tu habilidad es mala cuca,
contigo la limpieza se salpica,
el talle es de babieca, el juicio de acá.
Es el pesebre quien te da en la nuca,
y este retrato mi pincel te aplica
en rueca, boca, Meca, cuca, y caca.
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- XIV - | Marqués de Santillana | 15-17 | Cuando yo so delante a aquella donna
a cuyo mando me sojuzgó amor
cuido ser uno de los que en Tabor
vieron la gran claror que se razona,
o aquella se a fija de latina
según su aspecto e grande resplandor;
así que punto yo non he vigor
de mirar fijo su real persona
El su grato favor dulce amoroso
es una maravilla ciertamente
e modo nuevo en humanidad:
el andar suyo es con tal reposo
honesto e manso e su continente
que, libre, vivo en cautividad
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A Joseph de Valdivieso | Antonio Martínez | 15-17 | De color diferente un rasgo tira
por otro de Prothógenes Apeles,
con que deja corridos los pinceles
del pintor más valiente que lo mira;
su belleza a la edad antigua admira
más que los Babilonios capiteles,
y está informada de testigos fieles
por la costosa pérdida suspira
Mas ya puede enjugar los tiernos ojos,
pues vos, Joseph, en lengua diferente
imitando a Merlín nos dais Mosquea;
que siendo de esos Délficos antojos
un rasgo indivisible solamente,
hacéis que eterna por el mundo sea.
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Soneto | Ricardo de Turia | 15-17 | Si Labán a Jacob no le da Lía
por premio y galardón de los siete años,
nunca Jacob llorando desengaños
vuelve a servir tan fiel como solía
Y no sirviendo más, ¿cómo podía
trocar en tanto bien tantos engaños?
Luego Labán por medios aunque extraños
a fin de dalle más, más le pedía
Si esto es así, Jacob, no formes queja
de tu suegro, que a más pena te obliga
para obligarse a darte mayor gloria
Fórmela el que sin premio está, y se queja
del rigor de su estrella, en tu fatiga,
y del de su fatiga, en tu memoria
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- XXXVII - | Marqués de Santillana | 15-17 | Adivinativos fueron los varones
de Galilea, cuando los dexó
nuestro Maestro, mas sus coraçones
non se turbaron punto más que yo
Por mí sabidas vuestras estaciones,
vuestro camino, el cual me mató;
e así non ca(n)san las mis afliciones,
aunque si vuestro era, vuestro só.
Faced agora como comedida,
non me matedes, mostrad(vos) piadosa;
façed agora como fizo Dios
e consoladme con vuestra venida;
cierto faredes obra virtuosa,
si me valedes con vuestro socós.
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- VIII - | Francisco de Figueroa | 15-17 | Fiero dolor, que alegre alma y segura
hacer pudieras triste y temerosa
¿cómo con mano larga y enojosa
derramas sobre mí tanta dulzura?
No siente otro descanso, ni procura
mayor deleite el alma congojosa,
que abrir la vena fértil y abundosa
al llanto que me da mi desventura
Por ti le alcanza, que tu sombra encubre
la causa de mis lágrimas apenas,
confiada a mi mismo pensamiento
Mas sólo he de llorar las que van ellas
del fuego que me abrasa, y se descubre
que nacen de más áspero tormento
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Blanco marfil, en ébano entallado | Francisco de Figueroa | 15-17 | Blanco marfil, en ébano entallado,
suave voz indignamente oída;
dulce mira - por quien larga herida
traigo en el corazón - mal ocupado
Blanco pie por ajeno pie guiado,
oreja sorda a remediar mi vida
y atenta al son de la razón perdida,
lado - no sé por qué - junto a tal lado:
raras, altas fortunas: ¿no me diera
la Fortuna cortés durar una hora
de alto bien que desde vos reparte,
o el sol, que cuanto mira, orna y colora
no me faltará aquí, porque no viera
un sol más claro en tan oscura parte?
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Sonetos creados entre 1586-1587 – A una contemplación amorosa que tenía y deseándola no la quería lograr | Juan de Salinas | 15-17 | Si desdicha en amor desdicha fuera,
yo fuera más que todos desdichado,
pues siempre pretendí desesperado,
porque nunca alcancé lo que quisiera.
Mas si dejar de amarte yo pudiera,
al punto diera fin a mi cuidado,
con la experiencia ya desengañado
de que mi amor su fruto en vano espera
Quisiera no quererte, no gozarte,
que ya es desdicha en mí haberte querido,
pues si te gozo tengo de perderte.
No quiero bien, si he de dejar de amarte,
que el amarte no más mi vida ha sido,
y no quiero gozarte, por quererte.
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A Fray Pedro de Padilla por su Tesoro de poesías publicado en 1587 | Fray Antonio Suárez | 15-17 | Las nueve hermanas con amargo llanto,
y cual las del Phaetón están en lloro,
por ver perdido aquel rico tesoro,
que a su sagrado monte honraba tanto.
Mas ya se quitó el luto, y negro manto,
ya no hay tristeza en todo el cato coro,
antes puestas las Ninfas coro a coro,
cantaron himnos en alegre canto.
Que si muerte hacerles pudo ofensa,
quitándoles un Mena, un Gracilazo,
de tanto lustre, y bien privando el suelo.
Dióles el cielo en larga recompensa
a vos Padilla gloria del Parnaso
y así mayor que el llanto, es el consuelo
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Remedio para ser caballeros los que no lo son | Juan del Valle y Caviedes | 15-17 | Para ser caballero, de accidentes
te has de vestir , en voces, y mesura
sacar pecho, derecha la estatura
hablando de hidalguías y parientes
Despreciando linajes entre dientes
andar despacio, grave y con tesura
y aunque venga o no venga a coyuntura,
usarás de las cláusulas siguientes:
El punto, el garbo, la razón de estado,
etiquetas, V S , obligaciones,
continencia, Vuecencia, mi criado,
mis méritos, mis tardas pretensiones;
y caballero quedas entablado
desde la coronilla a los talones.
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Sonetos creados entre 1586-1587 – Al Conde de la Puebla, que por omiso en el gobiern | Juan de Salinas | 15-17 | Contábame mi abuela, buen siglo haya,
que yendo a una misión un teatino,
caballero en un prójimo pollino,
se sentó el animal, como una maya,
y se sentó en medio de un pantano;
y que el Padre con mucha melodía:
Arre, Deo gratias, arre, le decía:
arre, arre, Deo gratias, oye hermano;
y el bellaco del asno, viendo el modo,
se estaba rellenando en medio el lodo
Pasó por allí acaso un arriero,
vio la flema del Padre misionero,
y llegando al hermano en el cogote
cuatro muertos le dio con un garrote.
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Amor es fuego | Luis de Camoens | 15-17 | Amor es fuego que arde sin arder;
una herida que duele, sin lamento;
un gran acontecimiento sin contento;
un dolor que maltrata sin dolor.
Es un querer tan sólo bien querer;
es andar solitario entre la gente;
es un no encontrar nada que contente;
es creer que se gana con perder.
Es estar prisionero a voluntad;
es servir a quien vence al vencedor;
tener con quien nos mata lealtad.
Mas, ¿cómo encontrar puede su favor
del muerto corazón conformidad
siendo en sí tan contrario al mismo amor?
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Soneto | Fray Pedro Gracián | 15-17 | Entre cenizas hoy nuevo renace
la Fénix de gran día, y el gusano,
que no en cuna de aromas sale ufano,
si en túmulo fatal pálido nace.
El ser le da, y al otro morir hace,
gusano roedor del pecho humano;
con nueva vida, nuevo cortesano
quiere ser de Señor que nunca yace
¡Oh, Fénix la más rara que produjo
brillante sol entre el incienso ardiente!
¡santa transformación no comprendida!
Sólo el rayo de luz, sólo el influjo,
te da el ser de aquel sol, que omnipotente
sacó de propia muerte ajena vida
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Soneto | Sebastián García | 15-17 | A todas gentes es cosa notoria
deberse galardón a hechos buenos;
e yo creo que no se debe menos
a quien los comunica por historia
Pues valen lo que vale la memoria
que luz sacó de los escuros senos;
luego quien ambos cursos hizo llenos
tendrá según razón doblada gloria
Tener en escribir ingenio y arte,
y en las conquistas hechos no livianos
parte son en quien pocos tienen parte
Mas abrazólas ambas Castellanos,
pues sabemos que en uno y otro Marte
ha meneado bien entrambas manos
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A la muerte del segundo apolo de España, Juan Pérez de Montalbán | Luis de Quintanilla | 15-17 | O suceso común en los mortales
pues en su ejemplo claro nos avisa
de que tanto lucir fue darse prisa
para acabar temprano con sus males
No te lloro, Montano, en los umbrales
de la Muerte, pues siéndote precisa
admira en tu sepulcro quien le pisa,
que muriendo a lograr la vida sales
Tus Obras eternizan tu Memoria,
tu Muerte a terna vida se encamina,
no a lástima, si a envidia de tu suerte.
Ya las plumas escriban en tu historia,
que si a morir la vida nos destina,
tú lograste dos vidas con tu Muerte.
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No imites a tu amigo Lauro cuya rebeldía mereció este soneto | Jacinto Polo de Medina | 15-17 | ¿No escuchas Con tu ingenio aquella fría
fuente, Lauro, que hermosa se dilata?
¿Ves cómo vuela pájaro de plata?
Sagrada es, a mi ver, filosofía
Líquida erudición tanta armonía
tu estudio sea, pues tu ser retrata;
una onda a otra onda lo desata,
así impele él un día al otro día.
Mas si de avisos no te persuades
y te ofende escuchada y no temida
la culpa de tus locas vanidades,
bien de avisarte temerá mi vida,
que es siempre lo que informa las verdades
una salud muy mal agradecida
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Soneto | Joaquín Romero de Cepeda | 15-17 | Estábase «Morfida» contemplando
en su pecho al pastor por quien moría;
ella misma le hablaba y respondía,
que lo tiene delante imaginando
Por sus hermosos ojos destilando
lo que orientales perlas parecía,
con un ¡ay! que del alma le salía
estas palabras dice lamentando:
«No viva yo sin tu dulce amor mío,
de mí me olvide yo, si te olvidase;
pues no tengo otro bien, ni otra esperanza.
Solamente en tu fe, pastor, confío;
y si esta en algún tiempo me faltase
mi muerte me dará de ti venganza »
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Soneto | Cristóbal de Villarroel | 15-17 | Al árbol de la vida está fijada
la arpa de David, que no de Apolo,
resonando del uno al otro polo,
con tres clavijas de dolor templada
Haciendo estaba música acordada,
de siete voces, que las canta el solo,
y oyéndolas Neptuno, el fuego, Eolo,
y la tierra tembló, de alborotada.
El lamentable acento llegó al cielo,
y donde no se vio dolor ni llanto,
señales vimos de tristeza y duelo.
Oyó una Virgen el lloroso canto,
que es Madre del dolor y del consuelo,
y en lágrimas bañó su rostro santo.
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Sonetos – - I - | Pedro de Quirós | 15-17 | Itálica, ¿do estás? Tu lozanía
tendida yace al peso de los años
¿Quién a la luz que dan tus desengaños
en la sombra veloz del tiempo fía?
Cedió tu pompa a la fatal porfía
de tirana ambición de los extraños;
mas hízote el ejemplo de tus daños
libro de sabios, de ignorantes guía
Mal dije; no humilló tus torres claras
tiempo ni emulación con manos fieras;
que, a resistirte, de las dos triunfaras
Tu morir fue deber; que si hoy vivieras,
ni a tus héroes más triunfos les hallaras,
ni del mundo en el ámbito cupieras.
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Soneto | Fray Jerónimo de San José | 15-17 | Al trasmontar del sol, su luz dorada,
cogió de unos fantásticos bosquejos
la tabla, y al matiz de sus reflejos,
dejóla de colores variada
Aquí sobre morado cairelada
arden las fimbras de oro en varios lejos,
acullá reverbera en sus espejos
la nube de los rayos retocada;
suben por otra parte, en penachera
de oro, verde y azul, volantes puros,
tornasolando visos y arreboles;
mas, ¡oh breve y fantástica quimera!,
pónese el sol, y quedan luego oscuros
los vaporcillos, que eran otros soles
|
Soneto | Conde del Basto | 15-17 | Piadoso de Artemisa afecto caro
a cenizas de amor el Mausoleo,
dio maravilla al mundo, que el deseo
de eternidad formó de mármol Paro
Calle el milagro bárbaro, que raro
lustre inmortal propuso al regio empleo,
pues hoy le gana el árbol de Peneo,
preciosa pira de esplendor más claro
Primero en majestad, aunque segundo,
de que eres cielo tu valor informa
de ISIDRO en cuanta gloria tiene el suelo
O sepulcro de sol, milagro al mundo
por arte, por piedad, materia y forma,
pues dividís imperio con el cielo
|
Soneto | Diego de Silva y Mendoza | 15-17 | Ni el corazón, ni el alma, ni la vida
os entregué, Señora, enteramente,
lo que de esto padece y lo que siente
quiso dejar conmigo la partida
Parte es del fuego a vos restituida
lo tímido, lo hermoso y lo luciente;
lo claro, vivo, puro y más ardiente,
¡no hay partir que del alma lo divida!
Los asombros, congojas y cuidados,
ardientes ansias y encogidos hechos
con que continuamente me persigo,
esto no va con vos, en mí ha quedado;
lágrimas tristes que penetran cielos,
éstas corren tras vos, de mí y conmigo.
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De Las suertes trucadas y torneo venturoso | Francisco Agustín Talega | 15-17 | Amor acobardado y sin firmeza,
pesado en tus engaños, alevoso,
de enredos fabricante y marañoso,
denotas y demuestras tu bajeza.
Tu vil infame trato nunca cesa
de dar al triste pena y mal dañoso;
rapaz, mudable, ciego, mentiroso,
pues causan tus traiciones gran flaqueza
¿Qué procuras? Responde, fementido
¿Qué ordenas contra mí y qué vas trazando?
¿Despierto a mi dolor y me condenas?
Cual loco sin sosiego y atrevido
mis gustos y contentos vas borrando,
y mudas lo que quise, en duras penas
|
Sonetos en su honor – Fadrique de Villagrasa | Cristóbal de Virués | 15-17 | Si Francia está gloriosa y arrogante
por tener doce pares de la Fama,
si Aníbal a Cartago la encarama
pues dio en guerras de sí prueba bastante,
si África con Cipion está pujante
pues en las arma su valor derrama,
hoy noble Capitán la misma fama
y el enemigo triste quien sois cante
Si Parnaso es tenido y reputado
por ser morada de las musa nueve,
por eso vos también sois alabado,
si alguno ver quisiere si es quien debe,
en este curiosísimo tratado
su grande ingenio y mucho saber pruebe,
que el Capitán se atreve
en aspereza tal de la montaña
dar verso de dulzura tan extraña
|
Soneto | Diego de Silva y Mendoza | 15-17 | De tu muerte que fue un breve suspiro,
¡qué largo suspirar se ha comenzado!
Es cilicio en el alma mi cuidado
que le estrecha y aprieta cuanto miro.
Si hay vez en que esforzándome respiro,
más me ahoga un aliente procurado:
ni sí si trueco o si renuevo estado
cuando a escuchar el alma me retiro.
Cual gusano que va de sí tejiendo
su cárcel y su eterna sepultura,
así me enredo yo en mi pensamiento;
si es morir acabar de estar muriendo,
lo que nunca esperé de la ventura
esperaré del mal de un bien violento
|
A San Isidro | Juan Córdoba y Campofrío | 15-17 | Los campos de Madrid, Isidro santo,
labra cantando a Dios humildemente,
tal, que del cielo abriéndose el Oriente,
Ángeles bajan a entonar su canto.
Y si la fe causara al cielo espanto,
espantado creyera, que pendiente
de fe tan grande despachó obediente
a sus manos ayuda, gozo al llanto
Los Ángeles de hoy son labradores
del suelo, como Isidro en este día
labrador celestial por atributo
Huellen sus plantas celestiales flores,
y triunfe, pues labró con alegría,
sembrando aquí sus lágrimas, el fruto.
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Soneto | Luis Enríquez de Navarra | 15-17 | Impulsos de diamante ensangrentado,
desbastan el diamante empedernido,
buril demente, siéndole el gemido,
como el activo golpe reiterado.
Mírase al fin su fondo realzado,
de esplendores brillantes circuido,
dejando al que sus luces ha pulido,
de rosicler perpetuo coronado.
Así, o Javier, al diamantino pecho,
de aquel que a sus infancias interiores,
su obstinación mostró pedernal hecho.
Pulieron más ardientes sus fervores,
dejando (ya en sus lágrimas deshecho)
si a ti sangriento, a él con esplendores.
|
A don Agustín de Salazar y Torres | Belisa | 15-17 | El Tesón numeroso de tu lira,
que con cláusulas graves hirió al viento,
en docto superior dulce contento
ya de la Patria al blando ruido, admira
Con la música afable que respira,
mezclando suavidad, y sentimiento,
nos renueva en dulceras el lamento,
que al inflamar caduco, acorde inspira
Si póstumo el sonido recibiera
de la voz de su métrica Poesía,
es porque en ecos la recoge Vera
Y del eco, y la voz la melodía,
en la Fama inmortal, siempre ligera,
resonarán en unísona armonía
|
A una mujer que fue muy celebrada y muy hermosa y | Jerónimo Cáncer y Velasco | 15-17 | Flora es aquella, cuya edad luciente
alma fue del Abril, copia del cielo,
cuyo dorado, cuyo hermoso pelo
equivocó las luces del Oriente
Fueros impuso a amor, que blandamente,
introdujo en el pecho mas de hielo,
y libre casi del común recelo,
creyó que su beldad no era accidente.
Ya de todos se mira despreciada,
siendo horror, siendo enfado a los sentidos
a quien avisa, en vez de hacer engaño.
Ni aun por su edad de nadie es venerada,
con que nos muestra, que años divertidos
en la cuenta del tiempo no son años.
|
A Juan de Castellanos | Lázaro Luis Iranzo | 15-17 | Hechos heroicos de cenizas frías,
que en el olvido fueron sepultados,
en esta historia están resucitados
con gloria eterna de sus bizarrías.
Las batallas, contiendas y porfías,
reinos en nuevo mundo conquistados
por españoles, cuyo triunfo y hado
se vino a celebrar en nuestros días
Levántase el que está más escondido,
y toma nuevo espíritu viviente;
que Castellanos con su voz lo llama.
Sus nombres sonarán de gente en gente
sin temer las tinieblas del olvido
siendo este Apolo trompa de su fama.
|
A la muerte de Juan Pérez de Montalbán | Tomás Andrés Cebrián | 15-17 | Verde Obelisco del florido llano
se descollaba al Sol Ciprés brillante,
preciado entre las plantas de gigante,
y de galán en su verdor lozano
Al manso viento, del follaje vano
tremolaba penachos arrogante,
cuando cayó destrozo en un instante
de la segur del rústico Villano
No de otra suerte a ti, fecunda planta,
del florido Helicón la más crecida
cortó el orgullo en tu verdor la Muerte
La que más de aquel monte se levanta
mire tu pompa, y tema su caída,
que para su segur no hay tronco fuerte
|
A Lope de Vega Carpio | Doctor Céspedes | 15-17 | Halló la ambigüedad un hablar mudo
por industria de aquel pintor famoso,
que debajo de un velo artificioso
mostró el extremo dedo lo que pudo
Fue sutil invención, ingenio agudo,
y ardid para los necios provechoso,
que encubren su caudal defectuoso,
al silencio tomando por escudo.
Mas si este ¡o caro Lope! es tan parlero,
cuando yo mudo, que no puedo hablando
de las vuestras loar la menor parte
Para decir lo que decir espero:
callar quiero, y de vos decir callando,
que hacéis igual al pensamiento el arte.
|
Soneto | Jerónimo Cáncer y Velasco | 15-17 | Docto Museo, cuyo aliento altivo
escribe el Sol en láminas lucientes,
y es la memoria de futuras gentes,
de tanto escrito tomo sucesivo
Hospede grato el bronce, siempre vivo,
vuestros nombres, y espíritus valientes,
pues aun con ser Apolos elocuentes,
os festeja amoroso el ramo esquivo.
Venid, vivid la edad de vuestro nombre,
por más que el tiempo destruidor presuma
de tanto ingenio oscurecer la llama
Y para que os debáis vuestro renombre,
no ajena voz alaba vuestra pluma,
prestad plumas, y voz a vuestra fama.
|
Soneto | Francisco Pacheco | 15-17 | En medio del silencio y sombra oscura,
manto de horribles formas espantosas,
veo la bella imagen de tres diosas,
compuestas de oro, grana y nieve pura.
Su ornato, resplandor y hermosura
son partes para mí tan poderosas,
que aunque enlazado estoy en varias cosas,
me arrebata, entretiene y asegura
¡Oh vos, luces del cielo las mayores!
Digo, con vuestra paz, que sois vencidas
de dos soles que en gloria juzgo iguales,
y que precio sus claros resplandores
tanto, que en estas sombras extendidas
no envidio vuestros rayos celestiales
|
Soneto | Marcos de Arellano | 15-17 | El Español altivo que desea
aumentar en la Fe del Soberano
desnude ya el estoque Toledano
que perderse su España es cosa fea
El que en techo patrio se recrea
ponga el herrado Pino ya en su mano,
paseando las Popas a pie llano
el piélago seguro de marea
Que nunca ha de faltar el Pan y Vino
pues la tierra produce en abundancia
y el Apóstol encarga a esta defensa.
Porque es negocio y caso de importancia
y servicio que se hace al Uno y Trino
y a nuestro Rey Felipe en contra ofensa.
|
A las ruinas del Coloso de Rodas | Jerónimo Cáncer y Velasco | 15-17 | Este asombro gentil, que un elemento
ocupa si se erige, o si se humilla,
y de una y otra contrapuesta orilla,
fue orbe artificial sin movimiento
Que embarazo se vio del vago viento,
y segunda del mundo maravilla,
contra quien Jove rayos acaudilla,
como contra el jayán de manos ciento.
Este por la grandeza fue incansable,
y la materia le compuso fuerte,
cuando la forma le mintió divino;
y ya es del tiempo estrago miserable
O qué mal se asegura quien advierte,
que para bronce tanto hubo destino.
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Soneto | Luis Enríquez de Navarra | 15-17 | Es en cítara dulce, que templada
con otra está, sonora simpatía,
resonar con acorde melodía
las dos cuando ve una propulsada.
No es la distancia embargo a la acordada,
correspondiente unión de su armonía
antes si con sonora alegoría
es su unívoca voz acentuada.
Así tu corazón Javier amante,
concorde al eco del divino acento,
cuando en Indias herido su discante.
De pena esquiva, y de mayor tormento,
su dolor en Navarra aunque distante,
resuena en Cristo, con sudor sangriento.
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Soneto | Diego de Silva y Mendoza | 15-17 | Nunca ofendí la fe con la esperanza;
vivo presente en olvidada ausencia;
después de eternidades de paciencia
no merezco quejarme de tardanza.
Soy sacrificio que arde en tu alabanza
(fuera morir no arder sin resistencia);
¡oh puro amor, oh nueva quintaesencia!,
de infierno sacas bienaventuranza.
Cerca de visto y lejos de mirado,
ni de agravios me vi favorecido,
ni tu olvido alcanzó de qué olvidarse;
tu descuido encarece mi cuidado;
quererte más no puedo, ni he podido,
que esto es amarte y lo demás amarse.
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Sonetos en su honor – Pablo Gumiel | Cristóbal de Virués | 15-17 | Virués tu musa, pluma, estilo y vena,
compone, escribe, suma, imita y canta,
vuela, sube, se encumbra y se levanta
a la parte del Cielo más serena
Y allí a la Virgen de milagros llena
que en Monserrate su holocausto planta
flores y frutos ofrecen de la planta
por quien tu acento sonoroso suena,
y como adorna el Sol de luz la Aurora
y con su lumbre alumbra noche y día
de un Polo al otro y dura eternamente,
tal a tu Musa heroica, alta y sonora
inflamó la purísima María
con llama viva del eterno Oriente
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A la muerte del doctor Juan Pérez Montalbán | José Pacheco | 15-17 | Esta verdad que al cielo se levanta,
huésped feliz, tu desengaño sea,
aliña el paso, el movimiento asea,
reparte el miedo al bulto, y a la planta.
O cuánto la mentira se adelanta
en el dictamen rudo, que a su idea
la prisión con el hierro lisonjea,
la libertad con la memoria espanta!
Debate gozo, tanto mármol, donde
un sabio yace, que vivió de veras
y la tierra por Sabio te le esconde.
Pierde a las horas el temor postreras,
antes que te molesten las responde,
muérete tú, primero que te mueras.
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Soneto | Andrés de Espinosa | 15-17 | El Orbe aplauda de la flor de Hungría,
el heroico valor, el ser constante;
pues al cierzo exponiendo lo fragante,
es por el cierzo más su lozanía.
Aplauda a tan hermosa bizarría,
la Complutense Atenas vigilante,
y cuando el riesgo llora, el triunfo cante
sonoro Cisne, a tanta mejoría
Que es ponerse la flor, y sus candores,
del achacoso cierzo, a la aspereza,
dando sus hojas, a una y otra herida.
Fue, para que supiesen otras flores,
que aventurarse al riesgo, de la vida,
es el triunfo mayor, de su Grandeza.
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A la muerte de Lope de Vega | Lope Hurtado de Mendoza | 15-17 | No ha muerto Lope, pues aun hoy respira
la fama con aliento dilatado,
y el olvido, que a tantos ha borrado,
apenas de los ojos le retira
Antes parece ya, según se mira
de nuevos esplendores adornado,
que la llama vital, que soplo el hado,
se esforzó con la llama de la pira
Y si en lo activo de ese incendio ha sido
el término preciso, en lo luciente
vincularán los tiempos lo mudable
¡O grande admiración! pues ha podido
de una llama, que ardió caducamente,
resultar una luz indeclinable
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Soneto al nacimiento de Cristo Redentor Nuestro | Francisco Agustín Talega | 15-17 | En medio del Silencio Temeroso
quitando el Miedo y el Horror del suelo,
por las Tinieblas nace el sol del cielo,
Fiel reparo del mundo tenebroso.
Y sacudiendo el sueño peligroso,
Sombra de aquel eterno desconsuelo,
del Descuido común trueca el Recelo
en un Sosiego dulce y no costoso.
Tan grande Estudio puso el Dios más alto
en reparar del hombre la Tristeza
que su Temeridad cual hombre llora
y de Recogimiento y ropa falto
a un tiempo la mortal naturaleza
lo aflige, lo obedece y lo enamora
¡Oh, venturosa hora!
Nocturnos hechos cuya suerte y nombre
hacen los hombre dioses y a Dios hombre
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A Lope de Vega Carpio | Agustín Tejada Páez | 15-17 | Si cuando Roma templos, chapiteles,
triunfantes de las nubes vio cargados
de divinas memorias, y adornados
de palmas, de trofeos, de laureles;
y si cuando el pincel daba de Apeles,
vida a las tablas, contra el tiempo y hados,
y en estatuas de mármoles dorados
admiraban Lisipo y Praxiteles;
si cuando Atenas vio sus aulas llenas
de ingenios, fuera el vuestro ¡oh Peregrino!
no os hiciera la patria aqueste agravio
Por natural a ingenio tan divino
quisiera Roma invicta y docta Atenas,
pues todo el mundo es patria al hombre sabio.
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Sonetos – - III - | Pedro de Quirós | 15-17 | Del cristalino piélago se atreve
tal vez marina concha a la ribera,
y el fulgor puro de la luz primera
su ser, menor que la avaricia, bebe
De la preciosa perla apenas debe
quedar fecunda el alba lisonjera
cuando al mar se retira, porque fuera
ve los rayos del sol manchar su nieve
En el mar de la gracia ¿quién no mira
que eres ¡oh Virgen! tú la perla pura
por cuya luz aun la del sol suspira?
Mancha el sol de tu perla la blancura;
mas que en ti no haya mancha ¿a quién admira
si aun al sol presta rayos tu hermosura?
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Soneto | Jacinto Polo de Medina | 15-17 | Del mal que lo amenaza al venturoso
librarme quiero yo por desdichado,
porque no duele tanto examinado
como cuesta el temor de un mal dudoso
Desde el dolor padece el no dichoso
El feliz desde el miedo del cuidado,
su edad tiene un dolor y en lo esperado
es hacer de más años lo penoso.
Jamás alguno poseyó la suerte;
nada se goza un bien con un recelo,
que del mal la sospecha es importuna.
Y pues a un bien no hay mal que no despierte,
en mi desdicha tengo mi consuelo,
si victoria no soy de otra fortuna.
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