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A la muerte de Lope de Vega
Juan Astete de Monroy
15-17
El grande, el raro, el solo, el peregrino admirado esplendor del suelo Hispano, hoy a la muerte satisfizo humano las sospechas que tuvo de divino En sus obras la pira se previno, que ofrecérsela digna fuera en vano, cuanto excelsa Pirámide el Gitano Nilo ostenta en espejo cristalino. Emula de su fama, ¡o muerte fiera! el vital tronco tu fatal guadaña deshizo al golpe de mortal herida Mas renaciendo a superior esfera procedió del eclipse luz a España, y de la muerte a su memoria vida
Sonetos – - IV -
Pedro de Quirós
15-17
¡Oh tú, cualquier que fueses, el primero que a verdes canas el enrubio diste, y rotos dientes con marfil supiste, seas pasto infeliz del Cancerbero! Por ti, a pesar de casi un siglo entero de años que tiene doña Guzmía, insiste en que es niña, y del malo se reviste porque yo por sus rugas no me muero Niña dentipostiza y trencicana, no quieras que arrastrando el apetito, por ti sea yo mártir del demonio ¡Ay! Olvídame; así, cuando mañana rapagona te llame aquel bendito, nadie diga: «¡Oh qué falso testimonio!»
Al sepulcro del Ilustrísimo Cardenal de Trejo, obispo de Málaga y presidente de Castilla
Jacinto Polo de Medina
15-17
No pises, no, respete el pie la nieve de ese mármol, de aquella aguja, aquella pompa de luz con vanidad de estrella que a los ojos del sol lágrimas bebe Pira es de un Fénix que a su ser se debe, urna es de un justo que renace en ella, ¡oh lo que el mármol de virtudes sella! ¡oh lo que el bronce a desengaños mueve! Yace a España su púrpura, que triste vio agonizar de tanto sol la llama, muerta no, a su ser restituida Ve en paz, oh peregrino, y di que viste en breve vida eternidad de fama, en breve muerte eternidad de vida
Soneto
Luis Martín de la Plaza
15-17
Lidia, de tu avarienta hermosura pide el tiempo enemigo amarga cuenta, ya ni el crespo cabello al oro afrenta, ni las mejillas a la nieve pura; tu mentida belleza mal segura, en vano reparar el daño intenta de la edad que en tus ojos representa, con tragedia mortal, la noche oscura Ya, ya no me verás de noche al viento bañar de infame llanto tus umbrales, comparando a la suya tu dureza; que el tiempo con efectos desiguales me da venganza y roba tu belleza, te da dolor, y cura mi tormento
A nuestra madre Santa Teresa
Fray Jerónimo de San José
15-17
A sus hijuelos a volar provoca el águila real, y al sol los lleva; de la fineza de sus ojos prueba mientras el rayo de su luz los toca Ella después, bajando, en una roca, para aguzarlo, el corvo pico ceba, y en una fuente toda se renueva prolongando la edad que el tiempo apoca Así la caudal águila, Teresa, aprueba la fineza de sus hijos en la contemplación del sol que adora. Y, ella en la piedra, Cristo, haciendo presa, emplea el pico, en quien los ojos fijos, bañándose en sus llagas se mejora.
La muerte
Felipe IV
15-17
Es la muerte en efecto poderoso, firme su proceder mal entendido, amada de Mitrídates vencido, temida de Pompeyo poderoso. Es la muerte un antídoto dudoso al veneno del mísero rendido, que de propias desdichas sacudido, libra en eterno sueño su reposo Puerto donde la nave, combatida de la saña del mar contrario y fuerte, piensa tener propicia la acogida Es un bien no estimado, de tal suerte, que todo lo que vale nuestra vida es porque tiene necesaria muerte
A la princesa de Portugal doña Juana
Pedro Laynez
15-17
Altísima princesa en quien el cielo con abundante mano ha derramado la gloria y el valor tan extremado, por quien se estima en alto precio el suelo; cuyo saber, beldad y honesto celo, digno de eternamente ser loado, nos muestra claro ser claro traslado de aquel que te levanta a tanto vuelo Si en los altos oídos se consiente llegar alguna vez al bajo canto, disculpa hallará mi atrevimiento, pues ver los claros ojos y alta frente bañados con tan largo y alto llanto, subió tan alto mi atrevido intento
Luis Hurtado de Toledo en la nueva impresión y correción del Orlando Furioso
Luis Hurtado de Toledo
15-17
El furioso, ya manso y Cortesano, se os presenta, de nuevo arnés vestido, de sus furias y faltas corregido, y de Francés tornado Castellano. Pero López de Haro Toledano en el palenque Hispano le ha metido, con tanta discreción, que ha merecido, ganar en triunfo a César el Romano Si Ariosto el inventor merece gloria, y mucha loa Urrea en referirla, y Francia por dejarnos tal memoria. Si el de Haro ilustró tanto a Castilla, al de Haro Impresor se de victoria, que sobre todos debe conseguirla.
A la muerte del doctor Juan Pérez de Montalbán
Magdalena Pianeta
15-17
Canoro Cisne, que la Fama escriba tus conceptos en mármoles de Paro, moriste en Obras en Conceptos claro, tu eternidad con ellos se deriva En duración de siglos sucesiva ha de resplandecer tu ejemplo raro, porque contra la ley del tiempo avaro, vive tu Nombre, aunque tu ardor no viva. En tu divino Canto te eternizas, aun venciendo los términos Fatales, alternados por mano de la suerte. Pues numerosamente tus cenizas aun nos cantan tus triunfos inmortales, en vencidos despojos de tu muerte
Don Quijote a la defensa de la Inmaculada
Fray Bernardo de Cárdenas
15-17
Ensilla, Sancho amigo, a Rocinante, dame la lanza y yelmo de Mambrino, acomoda la alforja en el pollino, y el bálsamo precioso por delante. Pues Dios me hizo caballero andante, hoy desfacer un tuerto determino que face a una doncella un malandrino, jayán desaforado y cruel gigante Dice que fue su esclava esta doncella, y miente Pues sé yo que cuando él dice ella deshizo a coces su cabeza A mí me toca, Sancho, el defendella, pues soy su caballero, y voto hice de defender su original pureza » Subió con ligereza y, tomando su yelmo, escudo y lanza, le siguió su escudero Sancho Panza
A un amante que deseaba olvidar mucho a una dama y
Jerónimo Cáncer y Velasco
15-17
Licio, no hay quien olvide de obstinado, que aquel que se conoce bien rendido, cuantas razones le buscó la olvido, las encuentra de parte del cuidado. De sanar le deseo porfiado está llamando al mal adormecido, y el que siempre recusa el pie oprimido, no puede hallar el lazo descuidado Aguarda a que el amor quiera librarte, y pude ser que triunfes sin victoria, sólo con que la fuerza no le impidas. Tu yerras, Licio, el modo de curarte, que para no inquietar a la memoria, aun no te has de acordar de que te olvidas.
Soneto
Juan de Moncayo
15-17
Cantas con primor, tanto soberano, que logrando las dichas del acierto, en la posteridad tomaste Puerto, gloria mayor del Territorio Hispano. No el Camoens en las veras Lusitano, no el Píndaro Andaluz, en chanza experto, consiguieron en Ritmos el concierto, que hoy con la pluma nos dictó tu mano. Canta, a pesar del odio, y de la envidia, joven ilustre, cuya edad derrama, celestes por las Zonas Esplendores. Para triunfo mayor con todos lidia, y verás con las manos de la fama, tu Frente coronar de varias flores.
A la grandeza del Duque de Béjar
Juan López del Valle
15-17
Recibid blandamente, oh luz de España, las flores de las musas más perfectas que han resonado en liras de poetas en cuanto el sol alumbra y el mar baña; que a vueltas de librarse de la saña del tiempo, a cuya injuria están sujetas, será con general aplauso acetas si vuestro alto valor las acompaña Que pues la clara fama, con las blancas plumas de aquestes cisnes excelentes, eterno monumento les levanta, vos, rama al fin de majestades francas, debéis, en honra de tan dignas frentes, hacer sombra, si sombra hay en luz tanta.
En loor a la obra de Francisco de Guzmán, publicada en 1565
Simón de Ribera
15-17
Traten en amorosas niñerías otros vanos ingenios y poetas, blasonen del aljaba y las saetas del ídolo de amor sus poesías Describan fuentes claras, aguas frías, a menos prados, frescas violetas, que en fin obras son estas imperfectas do de ceban las vanas fantasías Muy al revés gastaste tu talento que el cielo os concedió galán famoso pues de estas vanidades no curaste Antes con alto celo y fundamento enseñando lo bueno y provechoso, más que todos en todo os señalaste.
Sonetos en su honor – Don Juan de Albión
Cristóbal de Virués
15-17
Aquel valor, Virués, que habéis mostrado en el heroico proceder de Marte siguiendo su honrosísimo Estandarte con pecho de virtud y honor armado. Aquel mismo mostráis en alto grado siguiendo del divino Apolo el Arte en su más bella y más excelsa parte de sus dones altísimos dotado Y así Palma de Marte a vuestra mano dará, y Lauro de Apolo a vuestra frente la piadosa de Dios potente diestra.7
Soneto
Luis Enríquez de Navarra
15-17
En turbulento mar, de horrores lleno, y enmudecidas olas irritado, Javier Sacro Neptuno venerado, a su crespa cerviz impone freno. Arroja el Celestial Tridente al seno del ímpetu soberbio alborotado, y al contacto de numen tan Sagrado, su inquieto orgullo sosegó sereno Su prenda amada suspiró perdida, Javier sobre la arena en el reposo, cuando (o maravilla nunca oída). El Carnero del Zodíaco espumoso, epiciclo se ve del Sol de vida, y Ballena de Jonás más glorioso.
Sonetos – Si para Dios...
Fray Luis de León
15-17
Si para Dios, con Dios nos disponemos, hombres de Dios, sin Dios ¿qué imaginamos?; y si la puerta es Dios y a Dios entramos, a Dios, que es luz, sin Dios no atinaremos. Si el medio es Dios y a Dios por fin tenemos, y Dios es el camino y a Dios vamos, decid: ¿por qué sin Dios a Dios buscamos?; ¿pensáis que a Dios, sin Dios, hallar podremos? Henchid, pues, Dios de Dios, nuestras entrañas; que, si las toca Dios, por Dios movidas, harán, por Dios, a Dios cosas extrañas; y si por Dios no van en Dios regidas, serán, sin Dios, a Dios nuestras hazañas, como fuera de Dios, aborrecidas.
Soneto
Fray Damián de Vegas
15-17
En toda la extensión del bajo suelo, ¿quién será digno de ofrecer la historia de la más alta en la virtud y gloria, de la en que estuvo el Hacedor del Cielo? ¿Cuál águila se vio emprender su vuelo por mar, de cuyo cabo no hay memoria? ¿Quién flecha el arco si es cosa notoria no llegar con mil leguas al señuelo? Y pues, Virgen dichosa, no se espera con acierto decir cuánto subistes sobre todo lo que hay, que Dios no ha sido; Sólo diré, que si por Vos no fuera, siendo Madre de Dios, como lo fuistes, no se mirará el mundo redimido.
Soneto
Francisco Crespi de Valldaura
15-17
Virgen y Madre, que de sol vestida, cual la rosada Aurora te levantas, y a todas las criaturas te adelantas porque sin culpa fuiste concebida. Hoy en tu muerte gozo sin medida recibe tu alma, y tus benditas plantas con las incorruptibles carnes santas miden el Reino de la eterna vida Allí santa, y gloriosa en cuerpo y alma, del Padre, y del Espíritu gozando asistes a la diestra de tu Hijo Allí se están los santos alabando: y allí con infinito regocijo sobre lo que no es Dios tiene la palma.
De El sol de la sierra
Juan Bautista Diamante
15-17
De cuerpo breve, hermoso, y fabricado, de mano más divina que estudiosa, atento a su hermosura milagrosa, vi el Cielo en una piedra retratado. De la propia materia era tallado el vestido, con arte misteriosa, que no buscó quien supo hacerla hermosa para su perfección honor prestado A un niño, que de Dios el ser encierra, abrazaba con tierno amante celo, haciendo a sus cariños dulce guerra. Gozaba en Dios María su consuelo, mas como con los dos se vio la tierra, fue mientras los gozó la tierra Cielo.
A las doctas cenizas del gran poeta Juan Pérez de Montalbán
Juan Antonio Deza y del Águila
15-17
En este Mausoleo un Fénix yace, que nunca tanto ser lo ha parecido Como ya que ha ceniza reducido desde su Ocaso a nuevo Oriente nace. Por más que lo voluble lo amenace apostando a su crédito el olvido el vuelo de su pluma esclarecido a más glorioso, a su pesar le hace Breves lustros gozó (¡desgracia nuestra! que el destino a los méritos no mira) si bien en la verdad vive infinitos. Pues siéndolo sus números, bien muestra no morir Montalbán, que si hoy espira es para eternizarse en sus escritos
A un rayo, que abrasó el retrato de una dama, de quien su galán estaba celoso. En boca del galán
Jerónimo Cáncer y Velasco
15-17
Rayo veloz, que por naturaleza, buscas la cumbre con ardiente saña, sin duda hiciste paz con la montaña, cuanto en Clori fulminas, es bajeza. Si es blanco de tus iras la firmeza, como en lo vario tu esplendor se empaña firme te pareció, también se engaña, la luz, si la divierte la belleza Pues abrasó tu fuego tanta nieve, que aun copiada no sé si la encendiste: vengaras de una vez tantos recelos. O abrasarás también su dueño aleve, y si sólo a arruinar sombras naciste, sombras mis celos son, veré en mis celos.
Al retrato y escudo de armas de don Luis Carrillo
Doctor Romero
15-17
Gran Capitán segundo, renacido de Córdoba, esperanza renovada, invicto César, cuya ardiente espada rinde al soberbio, ampara al ya vencido Rayo de Marte en olas encendido, espantoso terror de Turca armada, defensa de la nuestra no domada, a pesar de las ondas del olvido. Si te llama, o clarísimo mancebo, el valor de Alejandro fin segundo, o esperanzas de César el Romano. De ganar cuanto alumbra el claro Febo, mira tu escudo, que es valor del mundo, y veras otro Hércules Tebano.
Soneto
Luis Enríquez de Navarra
15-17
En cristalinos páramos desiertos, tropa de navegantes afligidos, de la sed horrorosa comprimidos, se consideran Tántalos más ciertos. De Atropos despojos nada inciertos se crecen ya, y en fúnebres gemidos, los acentos que forman doloridos, ecos repiten lánguidos, y yertos. En tan grave conflicto, en pena tanta, nuevo Moisés Javier, al daño atento, el remedio previno, y en su planta dulzuras, dando al salobre elemento, vara fue, que arrojada al lago espanta, la amargura, al dolor el sentimiento.
A un álamo enfriado del invierno, motivo, la eternidad de las penas
Jerónimo Cáncer y Velasco
15-17
Álamo, Águila ojosa que volaste al Sol, Ícaro ver de que caíste al Prado, y a la Fuente en que naciste, ya de tus plantas fugitivo engaste Si a dar lisonja al viento levantaste la pompa, en la lisonja la perdiste; esperas, al Verano que te viste, las galas que el Diciembre no lograste Tronco eres hoy, y Adonis floreciente serás de Abril, que en esta confianza te pretende la Sombra, el Prado, y Fuente Y sólo en mí es eterna la mudanza; de un mal en otro sucesivamente, que debo ser ejemplo, y no esperanza.
Soneto
Juan Córdoba y Campofrío
15-17
Infame peste, estrago de la vida, torpe peso de honrados pensamientos, pecho de pedernales avarientos, boca de bestia fiera mal herida. Fueros y leyes quiebras, fementida, montañas rompes, piélagos y vientos, ni embotas tus hidrópicos alientos con tanta sangre humana mal vertida Tú armaste contra el padre más piadoso del hijo vil, tal vez, la mano aleve, y tal del impío padre la fiereza Tú poblaste de sangre el golfo undoso, tú de asombro y dolor el golfo leve, de miedo el Sol, y el Cielo de tristeza.
De El prado de Valencia
Francisco Agustín Talega
15-17
Esta ciudad, que el africano doma, cuando más espantaban sus banderas, y vio las armas y las huestes fieras de Júpiter, de Cristo y de Mahoma; esta muralla que en el monte asoma, que ya sirve de nidos en canteras, ¿acabó? Sí; mas conservó de veras, la consagrada fe que le dio Roma ¡Ah fe, sola entre piedras sostenida, mal guardada en humanos corazones, adonde mereciera estar tu punto! Guarda esos muros donde estás asida, que acabarán tu nombre y tus blasones en acabando yo y faltar Sagunto
Soneto
Diego de Silva y Mendoza
15-17
Una, dos, tres estrellas, veinte, ciento, mil, un millón, millares de millares; ¡válgame Dios, que tienen mis pesares su retrato en el alto firmamento! Tú, Norte, siempre firme en un asiento, a mi fe será bien que te compares; tú, Bocina, con vueltas circulares, y todas a un nivel, con mi tormento. Las estrellas errantes son mis dichas, las siempre fijas son los males míos, los luceros los ojos que yo adoro, las, nubes, en su efecto, mis desdichas, que lloviendo, crecer hasta los ríos, como yo con las lágrimas que lloro.
Sonetos en su honor – El mismo
Cristóbal de Virués
15-17
Con llama viva del eterno Oriente en cuyo origen nace, vive y dura el hado, la Fortuna, arte y natura lo esencial, sustancial y el accidente Y como en un cristal claro y luciente lo visible se forma y se figura, así en la inmensa Idea eterna y pura, del todo el todo está fijo y presente, en esta prima causa y suma ciencia estaba de Virués la excelsa Musa para tal ministerio reservada. Y de tanta virtud su mente infusa nos canta de Garín la penitencia digna de ser de todos imitada
Soneto
Diego de Silva y Mendoza
15-17
Juraré que os amé todos mis días antes de ser posible conoceros; cuanto bien quise hasta llegar a veros sombras fueron de vos y profecías. Pasé, buscándoos con las ansias mías, ídolos que a vos sirven de luceros; de fuego en fuego acrisolé el quereros, y al fin hallé sin vida a mis porfías. Podéis vos con vos misma persuadiros, pues de las perfecciones, las más puras hasta llegar a vos fueron ensayos; a servir aprendí para serviros; derívanse del sol las hermosuras; sol adoraba el que adoró sus rayos.
Soneto
Agustín Tejada Páez
15-17
Despoja el cierzo al erizado suelo del verde y hermosísimo atavío; detiene el curso el presuroso río, porque a sus sueltas aguas prende el hielo El cielo, vuelto en nubes, muestra el velo, el viento sopla proceloso y frío, el mar, bramando con hinchado brío, corrientes montes de agua sube al cielo. Asoma la florida primavera, y el campo, antes desnudo, adorna y viste, sueltas las aguas, da templanza al viento. Aclara el cielo, aplaca la mar fiera; que al fin tiene mudanza el tiempo triste, y espero la tendrá mi gran tormento.
Sonetos – - IV -
Fray Arcángel de Alarcón
15-17
¡Oh qué dulces saetas se tiraron de amor el hijo y madre lastimada cuando de lo buscar llegó cansada al templo do sus ojos lo encontraron! No disputando, o doctrinando, hallaron la infinita Sapiencia disfrazada con pueriles miembros y ocultada a los que en sus respuestas se admiraron; Mas con mucha humildad escucha el Niño, y con prudencia, a veces, les pregunta como quien doctrinado ser desea ¡Oh Cordero más blanco que el armiño! la alta humildad, que ese silencio apunta, dad, que mi alma siempre imite y lea.
Soneto
Juan de Mena
15-17
Lejos de vos, e cerca de cuidado, pobre de gozo, e rico de tristeza, fallido de reposo, e abastado de mortal pena, congoja y graveza; desnudo de esperanza, e abrigado de inmensa cuita, e visto d' aspereza, la mi vida me huye mal mi agrado, la muerte me persigue sin pereza Ni son bastantes a satisfacer la sed ardiente de mi gran deseo Tajo al presente, ni a me a socorrer la enferma Guadiana, ni la creo Sólo Guadalquivir tiene poder de me sanar, e sólo aquel deseo
A la muerte de Lope de Vega
Jacinto Bocanegra y Guzmán
15-17
Hable el dolor, la lengua sustituya en los ojos su acción, publique el llanto, o prodigio Español, o LOPE, cuanto debe el mundo sentir la muerte tuya Suspenda triste la corriente suya el por tu pluma célebre Amaranto, y en su cristal tu nombre escriba en cuanto a la inmortalidad le restituya. Si las fertilidades de tu vega tantos lustros al Tajo han coronado de glorioso laurel la clara fuente Hado infeliz este esplendor las niega, bien que al sol de tu fama ha reservado en triste ocaso, luminoso oriente.
A la muerte del capitán Esquerra de Rozas
Fray Jerónimo de San José
15-17
Al puerto de la vida (que es la muerte), llegaste, ¡oh, dulce hermano! En Cartagena, donde tu embarcación el cielo ordena a mejor patria, a más felice suerte Pasaste aquel estrecho, a todos fuerte, desembarcando en la inmortal arena, donde pagado el flete, breve pena en gozo perdurable se convierte Dichoso tú que libre ya y seguro del último naufragio, alegre gozas en un inmenso mar, inmenso puerto Triste de mí que en este golfo escuro, mientras en ese tú, la edad remozas, navego del suceso siempre incierto.
A San Acacio
Cristóbal de Villarroel
15-17
De un golpe dio el amor diez mil heridas, un solo arnés armó diez mil soldados, hizo una cruz diez mil crucificados, y produjo una muerte diez mil vidas; un palio se cortó a diez mil medidas, y un hábito a diez mil encomendados, una venera honró diez mil cruzados, y enriqueció un cruzado diez mil Midas; juntó una adversidad diez mil amigos, a una misa se cantan diez mil glorias, y una gloria llevó diez mil espacios; concordó una verdad diez mil testigos, un testador dejó diez mil memorias y un Acacio heredó diez mil Acacios.
A la muerte de Lope de Vega
Fernán Pereira de Castro
15-17
Este póstumo honor del ya segundo, si primo Apolo no, pompa altanera, dice la que hoy dejó noche postrera a las Musas sin luz, sin sol al mundo. Extinto aclama al héroe más fecundo oráculo Español, a quien venera España muerto, y de quien muerto espera de tanta Vega fruto bien fecundo Admira, o peregrino, o tú que errante espectáculos buscas, tanta gloria, fin tan lloroso a mente tan lucida Contempla de esta pira lo elegante, y erige eterno templo en la memoria al que a las peñas con su voz dio vida.
Contra un ciprés que lo abrasó un rayo
Jacinto Polo de Medina
15-17
Es verdad, yo te vi ciprés frondoso estrechar de los vientos la campaña, yo vi ser la soberbia que te engaña aguja verde en Menfis oloroso Creíste que por grande y poderoso no te alcanzase de un dolor la saña Rodear sabe el mal, por senda extraña vino el castigo en traje luminoso Rigor tu vanidad llama a esta furia, si fueran los castigos impiedades no se quejen tus culpas tan a gritos Nunca lo que es razón ha sido injuria, ni por más que atormenten sus verdades han de saber quejarse los delitos.
A la estampa del héroe Baltasar Gracián
Manuel Montez Freyre
15-17
Murió Gracián: oriente fue de enojos; vive Lanier: ocaso es de gemidos; Gracián cuanto hay que oír dio a los oídos, Lanier cuanto hay que ver copia a los ojos. Vaguen de tu valor ecos no flojos, suenen de su saber cuantos no oídos ¡Oh victoria gentil de ambos sentidos! ¡Oh lisonja cortés de ambos despojos! Todo ver que en Gracián quejoso aspira, todo oír que en Lanier sentido lucha, ya en dulce paz por ti, Lemos, respira. Oh vivas, si en porción nos das no mucha: Por éste, que advertir a cuanto mira, por aquél, que admirar a cuanto escucha.
Lamento
Martín de Roa
15-17
De tan injusta culpa es justa pena, y de tal deuda merecida paga, a quien herir se deja, mortal llaga, y a quien se entró en la cárcel, la cadena. ¿Qué fruto espera a quien sembró en la arena? ¿Qué bienes quien de tanto mal se paga? Qué luz, quien de su sol la luz apaga? ¿Qué puerto, quien su nave al mar barrena? Mas, ay, que en mis razones me condeno, pues sigo tan a ciegas tal derrota, y favor pido a quien mi mal no duda. Yo soy el que camino tan sin freno, herido, preso, ciego, en nave rota, a vistas de quien puede y no me ayuda.
Yerros, culpas, fortuna...
Luis de Camoens
15-17
Yerros, culpas, fortuna, amor ardiente para mi perdición se conjuraron Yerros, culpa, fortuna, me sobraron; me bastaba el amor tan solamente Todo murió; mas tengo bien presente el dolor de las cosas que pasaron, pues sus hartas frecuencias me enseñaron a renunciar a cuanto me contente Erré todo el transcurso de mis años e hice que la fortuna castigase mis mal fundadas, locas esperanzas; del amor sólo vi breves engaños; ¡ay quien tanto pudiera que quebrase ese mi genio altivo de venganza!
Sonetos creados entre 1586-1587 – Al examen del licenciado Victoria
Juan de Salinas
15-17
Cual caballo ligero y animoso, que apenas la afilada espuela siente, cuando es ya menester que diestramente la rienda enfrene el curso presuroso, que volviendo del término glorioso del rico palio, entre la alegre gente se huella y encamina la alta frente al son del instrumento belicoso, y adornada de plumas la testera mira al vistoso premio, y va lozano dejando mil envidias de sus glorias, tal tú, Victoria, en la veloz carrera ganando el palio, tornas hoy ufano añadiendo victoria a tus victorias
Soneto
Marqués de Tarifa
15-17
Tienen los garamantes una fuente que, por oculta calidad del suelo, el agua tiene fría como el hielo, cuando la hiere el sol resplandeciente; mas luego que en la mar moja la frente, y el mundo se oscurece, y en el cielo tiende la negra noche el rico velo, hierve y abrasa como fuego ardiente. Así yo triste, en fuente convertido de llanto, estoy helado en la presencia de los ojos, que son el sol que temo; mas luego que oscurece mi sentido la oscurísima noche de su ausencia, en vivo fuego me consumo y quemo.
Sonetos creados entre 1586-1587 – A las pensiones de una prevacía religiosa
Juan de Salinas
15-17
¡Oh carga de un Prelado religioso! Si alivia es fácil, y si no pesado; si duerme, en extremo es descuidado; si vela, dicen peca de celoso. Si reprende, es bravo y riguroso; si disimula, de blando es muy sobrado; si igualmente acudió, poco acertado, y parcial, si acudió al menesteroso. Si carece de amigos, es terrible, y si los tiene, dicen, hace bando; es pródigo si da, si guarda ofende. No tiene gravedad si es apacible, y si la tiene va menospreciando; si le ven puntual, algo pretende. Su mesurarse es malo, a su necesidad llaman regalo, y al cabo hay cuenta larga ¡Líbreme Dios de tan pesada carga!
A Lope de Vega
Baltasar Luzón y Bobadilla
15-17
Decir, Lope, que el oro es como el oro, y que es clara del sol la ardiente llama, es llamaros famoso: sois la Fama; ¿qué os puede añadir gloria o dar decoro? Vistió naturaleza al tigre, al toro de piel, de pluma al ave, al pez de escama, a vos de un vivo ingenio que derrama por fértil vena celestial tesoro Al palio de esta edad nadie ha corrido con tal velocidad, aunque delante la envidia ponga el pie, que os ha seguido: ya la fama con pluma de diamante vuestro nombre escribió contra el olvido desde la blanca Aurora al negro Atlante
Soneto
Francisco de Figueroa
15-17
Bendito seas, Amor, perpetuamente, tu nombre, tu saeta, venda y fuego; tu nombre, por quien vivo en tal sosiego amado y conocido de la gente; tu flecha, que me hizo así obediente de aquella, por quien todo el mundo niego; tu venda, con que me hiciste ciego, y el fuego sea bendito, cuya llama no toca al cuerpo, que es sutil y pura, y el alma sola de su gloria siente Y así el dichoso espíritu que ama dirá, tu rostro viendo y tu figura: «Bendito seas, Amor, perpetuamente »
- XXXVIII -
Marqués de Santillana
15-17
Leño (felice) qu'el grant poderío que todo el mundo no pudo ayubar, en cuyo pomo iba el señorío de çielos, tierra, arenas e mar; sin alterçasiones e sin desvío, mas (leda) e gratamente sin dubdar, en el tu cuello le pasaste el río, que non sin causa se debió negar. Jaián entre los santos, admirable por fuerça insigne e grant estatura, de quien yo fago conmemoraçión, faz, por tus ruegos, por el espantable passo yo pase en nave segura, libre del golfo de la dapnaçión.
Soneto
Francisco de Figueroa
15-17
Quien ve las blancas y hermosas rosas de mano virginal recién cogidas, y con diversos tallos retejidas, guirnaldas bellas hacen y olorosas; quien gusta de las aves más preciosas las tiernas pechuguillas convertidas en líquidos manjares y comidas süaves, odoríferas, sabrosas; y quien panales albos destilando la rubia miel de la amarilla cera, a lo que al gusto y vista más provoca, pues tal es de mi ninfa el rostro, cuando mi vista de la suya reverbera y bebo las palabras de su boca
Epitafio a un gran músico
Ricardo de Turia
15-17
No pases sin dolor, oh Peregrino, si ofendida virtud te ha de hacer duelo, pues yace muerto el que juntó en el suelo el corzo al tigre, al lobo el Vellocino Un día (ved si el canto era divino) tantas piedras atrajo (sin recelo que vino se enterraba) que del cielo a lamentarse en su destreza vino Agora, por poder salir, ¿quién duda que cantará también? pues no está muerto; mas en vano tu canto al aire ofreces, ¡oh triste! pues quien te oye es piedra muda para decir que aun vives, y así es cierto que la sobrada gracia ofende a veces
A San Isidro
Antonio López de Vega
15-17
Los campos de Madrid, Isidro santo, santifica, llenándolos de cielo, mientras subiendo con glorioso vuelo, parece despreciar lo que ama tanto. Sustitución, ¡o cuánto puede, o cuánto más que la acción, contemplativo celo, celeste baja y fertiliza el suelo, que su ardor alentó, regó su llanto. Activo humor y fervoroso olvido no sólo fácil dejan al tributo, mas al cielo la tierra semejante Así, más labrador adormecido, de gloria allá también coge abundante, sembrando aquí sus lágrimas, el fruto.
A doña Blanca Enríquez, marquesa de Villamanrique
Eugenio Salazar y Alarcón
15-17
Blanca sobre las blancas que por suerte demás que felicísima ventura, la Nueva España vino a tanta altura que goza de tu ser sin merecerte Si mi Musa pudiera engrandecerte según tu merecer y virtud pura, cantara en tu loor con tal dulzura que se imprimiera el canto en mármol fuerte. Mas pues no llega a tu valor mi canto, y en él mi musa está suspensa y muda, ni puede haber tal vez que suba tanto; recibe, alta señora, de mi ruda zampoña el rudo son, que llega cuanto puede una humilde voluntad desnuda
Al insigne Lope de Vega Carpio
Fray Hernando Camargo y Salgado
15-17
Ahora sí que hay fénix, que hasta ahora se tuvo por fantástico y fingido, pues Félix es ya el fénix renacido de los que el orbe ingenios atesora Rompiendo niebla amaneció su Aurora, índice contra el tiempo y el olvido, que de su fama y nombre esclarecido fue, cual del sol el Alba precursora ¡O espíritu celeste en quien se apresta de más que ilustre honor fecunda fama, que de este al otro mundo manifiesta! ¡Elogios en el nombre de la fama! pues me oprime sin ti noche funesta, mi origen es tu luz, mi labio inflama. Mas no, que en tanto abismo tu ingenio es coronista de ti mismo
- XIII -
Marqués de Santillana
15-17
Calla la pluma e luce la espada en nuestra mano, rey muy virtuoso; vuestra excelencia non es memorada e Caliope fuelga e a reposo. Yo plango e lloro non ser comendada vuestra eminençia e nombre famoso, e redarguyo la mente pesada de los vivientes, non poco enojoso; porque non canta los vuestros loores e fortaleza de memoria digna, a quien se humillan los grandes señores, a quien la Italia soberbia se inclina Dejen el carro los emperadores a la vuestra virtud casi divina
Soneto
Carlos de la Coba Machicao
15-17
Tan alto vuelas, pájaro canario, que se pierde de vista ya tu vuelo, cual águila caudal que sube al cielo a buscar su remedio en su contrario. Tú, que con su nuevo estilo extraordinario tu fama extiendes por el ancho suelo, cantando la prisión y desconsuelo del divino Pastor, santo vicario; baja del alto alcázar de Helicona donde tu claro ingenio te ha subido a esta fragilidad nuestra ordinaria: y ceñirán tus sienes la corona del lauro bello sin razón cogido, que te ofrece tu madre Gran Canaria
Soneto de disparates manejando una mujer a un homb
Antonio de Silva
15-17
Para pintarte, empiezo por la boca, que es como de costal, más no tan seca; porque de aficionada, y no a manteca trae siempre tanto moño, que me coca Tus vigores, y lados son de estopa, a quien tu espalda le sirvió de rueca, en tu pie miro el zacarrón de Meca, y en tu nariz el Albañil de Moca. Toda tu habilidad es mala cuca, contigo la limpieza se salpica, el talle es de babieca, el juicio de acá. Es el pesebre quien te da en la nuca, y este retrato mi pincel te aplica en rueca, boca, Meca, cuca, y caca.
- XIV -
Marqués de Santillana
15-17
Cuando yo so delante a aquella donna a cuyo mando me sojuzgó amor cuido ser uno de los que en Tabor vieron la gran claror que se razona, o aquella se a fija de latina según su aspecto e grande resplandor; así que punto yo non he vigor de mirar fijo su real persona El su grato favor dulce amoroso es una maravilla ciertamente e modo nuevo en humanidad: el andar suyo es con tal reposo honesto e manso e su continente que, libre, vivo en cautividad
A Joseph de Valdivieso
Antonio Martínez
15-17
De color diferente un rasgo tira por otro de Prothógenes Apeles, con que deja corridos los pinceles del pintor más valiente que lo mira; su belleza a la edad antigua admira más que los Babilonios capiteles, y está informada de testigos fieles por la costosa pérdida suspira Mas ya puede enjugar los tiernos ojos, pues vos, Joseph, en lengua diferente imitando a Merlín nos dais Mosquea; que siendo de esos Délficos antojos un rasgo indivisible solamente, hacéis que eterna por el mundo sea.
Soneto
Ricardo de Turia
15-17
Si Labán a Jacob no le da Lía por premio y galardón de los siete años, nunca Jacob llorando desengaños vuelve a servir tan fiel como solía Y no sirviendo más, ¿cómo podía trocar en tanto bien tantos engaños? Luego Labán por medios aunque extraños a fin de dalle más, más le pedía Si esto es así, Jacob, no formes queja de tu suegro, que a más pena te obliga para obligarse a darte mayor gloria Fórmela el que sin premio está, y se queja del rigor de su estrella, en tu fatiga, y del de su fatiga, en tu memoria
- XXXVII -
Marqués de Santillana
15-17
Adivinativos fueron los varones de Galilea, cuando los dexó nuestro Maestro, mas sus coraçones non se turbaron punto más que yo Por mí sabidas vuestras estaciones, vuestro camino, el cual me mató; e así non ca(n)san las mis afliciones, aunque si vuestro era, vuestro só. Faced agora como comedida, non me matedes, mostrad(vos) piadosa; façed agora como fizo Dios e consoladme con vuestra venida; cierto faredes obra virtuosa, si me valedes con vuestro socós.
- VIII -
Francisco de Figueroa
15-17
Fiero dolor, que alegre alma y segura hacer pudieras triste y temerosa ¿cómo con mano larga y enojosa derramas sobre mí tanta dulzura? No siente otro descanso, ni procura mayor deleite el alma congojosa, que abrir la vena fértil y abundosa al llanto que me da mi desventura Por ti le alcanza, que tu sombra encubre la causa de mis lágrimas apenas, confiada a mi mismo pensamiento Mas sólo he de llorar las que van ellas del fuego que me abrasa, y se descubre que nacen de más áspero tormento
Blanco marfil, en ébano entallado
Francisco de Figueroa
15-17
Blanco marfil, en ébano entallado, suave voz indignamente oída; dulce mira - por quien larga herida traigo en el corazón - mal ocupado Blanco pie por ajeno pie guiado, oreja sorda a remediar mi vida y atenta al son de la razón perdida, lado - no sé por qué - junto a tal lado: raras, altas fortunas: ¿no me diera la Fortuna cortés durar una hora de alto bien que desde vos reparte, o el sol, que cuanto mira, orna y colora no me faltará aquí, porque no viera un sol más claro en tan oscura parte?
Sonetos creados entre 1586-1587 – A una contemplación amorosa que tenía y deseándola no la quería lograr
Juan de Salinas
15-17
Si desdicha en amor desdicha fuera, yo fuera más que todos desdichado, pues siempre pretendí desesperado, porque nunca alcancé lo que quisiera. Mas si dejar de amarte yo pudiera, al punto diera fin a mi cuidado, con la experiencia ya desengañado de que mi amor su fruto en vano espera Quisiera no quererte, no gozarte, que ya es desdicha en mí haberte querido, pues si te gozo tengo de perderte. No quiero bien, si he de dejar de amarte, que el amarte no más mi vida ha sido, y no quiero gozarte, por quererte.
A Fray Pedro de Padilla por su Tesoro de poesías publicado en 1587
Fray Antonio Suárez
15-17
Las nueve hermanas con amargo llanto, y cual las del Phaetón están en lloro, por ver perdido aquel rico tesoro, que a su sagrado monte honraba tanto. Mas ya se quitó el luto, y negro manto, ya no hay tristeza en todo el cato coro, antes puestas las Ninfas coro a coro, cantaron himnos en alegre canto. Que si muerte hacerles pudo ofensa, quitándoles un Mena, un Gracilazo, de tanto lustre, y bien privando el suelo. Dióles el cielo en larga recompensa a vos Padilla gloria del Parnaso y así mayor que el llanto, es el consuelo
Remedio para ser caballeros los que no lo son
Juan del Valle y Caviedes
15-17
Para ser caballero, de accidentes te has de vestir , en voces, y mesura sacar pecho, derecha la estatura hablando de hidalguías y parientes Despreciando linajes entre dientes andar despacio, grave y con tesura y aunque venga o no venga a coyuntura, usarás de las cláusulas siguientes: El punto, el garbo, la razón de estado, etiquetas, V S , obligaciones, continencia, Vuecencia, mi criado, mis méritos, mis tardas pretensiones; y caballero quedas entablado desde la coronilla a los talones.
Sonetos creados entre 1586-1587 – Al Conde de la Puebla, que por omiso en el gobiern
Juan de Salinas
15-17
Contábame mi abuela, buen siglo haya, que yendo a una misión un teatino, caballero en un prójimo pollino, se sentó el animal, como una maya, y se sentó en medio de un pantano; y que el Padre con mucha melodía: Arre, Deo gratias, arre, le decía: arre, arre, Deo gratias, oye hermano; y el bellaco del asno, viendo el modo, se estaba rellenando en medio el lodo Pasó por allí acaso un arriero, vio la flema del Padre misionero, y llegando al hermano en el cogote cuatro muertos le dio con un garrote.
Amor es fuego
Luis de Camoens
15-17
Amor es fuego que arde sin arder; una herida que duele, sin lamento; un gran acontecimiento sin contento; un dolor que maltrata sin dolor. Es un querer tan sólo bien querer; es andar solitario entre la gente; es un no encontrar nada que contente; es creer que se gana con perder. Es estar prisionero a voluntad; es servir a quien vence al vencedor; tener con quien nos mata lealtad. Mas, ¿cómo encontrar puede su favor del muerto corazón conformidad siendo en sí tan contrario al mismo amor?
Soneto
Fray Pedro Gracián
15-17
Entre cenizas hoy nuevo renace la Fénix de gran día, y el gusano, que no en cuna de aromas sale ufano, si en túmulo fatal pálido nace. El ser le da, y al otro morir hace, gusano roedor del pecho humano; con nueva vida, nuevo cortesano quiere ser de Señor que nunca yace ¡Oh, Fénix la más rara que produjo brillante sol entre el incienso ardiente! ¡santa transformación no comprendida! Sólo el rayo de luz, sólo el influjo, te da el ser de aquel sol, que omnipotente sacó de propia muerte ajena vida
Soneto
Sebastián García
15-17
A todas gentes es cosa notoria deberse galardón a hechos buenos; e yo creo que no se debe menos a quien los comunica por historia Pues valen lo que vale la memoria que luz sacó de los escuros senos; luego quien ambos cursos hizo llenos tendrá según razón doblada gloria Tener en escribir ingenio y arte, y en las conquistas hechos no livianos parte son en quien pocos tienen parte Mas abrazólas ambas Castellanos, pues sabemos que en uno y otro Marte ha meneado bien entrambas manos
A la muerte del segundo apolo de España, Juan Pérez de Montalbán
Luis de Quintanilla
15-17
O suceso común en los mortales pues en su ejemplo claro nos avisa de que tanto lucir fue darse prisa para acabar temprano con sus males No te lloro, Montano, en los umbrales de la Muerte, pues siéndote precisa admira en tu sepulcro quien le pisa, que muriendo a lograr la vida sales Tus Obras eternizan tu Memoria, tu Muerte a terna vida se encamina, no a lástima, si a envidia de tu suerte. Ya las plumas escriban en tu historia, que si a morir la vida nos destina, tú lograste dos vidas con tu Muerte.
No imites a tu amigo Lauro cuya rebeldía mereció este soneto
Jacinto Polo de Medina
15-17
¿No escuchas Con tu ingenio aquella fría fuente, Lauro, que hermosa se dilata? ¿Ves cómo vuela pájaro de plata? Sagrada es, a mi ver, filosofía Líquida erudición tanta armonía tu estudio sea, pues tu ser retrata; una onda a otra onda lo desata, así impele él un día al otro día. Mas si de avisos no te persuades y te ofende escuchada y no temida la culpa de tus locas vanidades, bien de avisarte temerá mi vida, que es siempre lo que informa las verdades una salud muy mal agradecida
Soneto
Joaquín Romero de Cepeda
15-17
Estábase «Morfida» contemplando en su pecho al pastor por quien moría; ella misma le hablaba y respondía, que lo tiene delante imaginando Por sus hermosos ojos destilando lo que orientales perlas parecía, con un ¡ay! que del alma le salía estas palabras dice lamentando: «No viva yo sin tu dulce amor mío, de mí me olvide yo, si te olvidase; pues no tengo otro bien, ni otra esperanza. Solamente en tu fe, pastor, confío; y si esta en algún tiempo me faltase mi muerte me dará de ti venganza »
Soneto
Cristóbal de Villarroel
15-17
Al árbol de la vida está fijada la arpa de David, que no de Apolo, resonando del uno al otro polo, con tres clavijas de dolor templada Haciendo estaba música acordada, de siete voces, que las canta el solo, y oyéndolas Neptuno, el fuego, Eolo, y la tierra tembló, de alborotada. El lamentable acento llegó al cielo, y donde no se vio dolor ni llanto, señales vimos de tristeza y duelo. Oyó una Virgen el lloroso canto, que es Madre del dolor y del consuelo, y en lágrimas bañó su rostro santo.
Sonetos – - I -
Pedro de Quirós
15-17
Itálica, ¿do estás? Tu lozanía tendida yace al peso de los años ¿Quién a la luz que dan tus desengaños en la sombra veloz del tiempo fía? Cedió tu pompa a la fatal porfía de tirana ambición de los extraños; mas hízote el ejemplo de tus daños libro de sabios, de ignorantes guía Mal dije; no humilló tus torres claras tiempo ni emulación con manos fieras; que, a resistirte, de las dos triunfaras Tu morir fue deber; que si hoy vivieras, ni a tus héroes más triunfos les hallaras, ni del mundo en el ámbito cupieras.
Soneto
Fray Jerónimo de San José
15-17
Al trasmontar del sol, su luz dorada, cogió de unos fantásticos bosquejos la tabla, y al matiz de sus reflejos, dejóla de colores variada Aquí sobre morado cairelada arden las fimbras de oro en varios lejos, acullá reverbera en sus espejos la nube de los rayos retocada; suben por otra parte, en penachera de oro, verde y azul, volantes puros, tornasolando visos y arreboles; mas, ¡oh breve y fantástica quimera!, pónese el sol, y quedan luego oscuros los vaporcillos, que eran otros soles
Soneto
Conde del Basto
15-17
Piadoso de Artemisa afecto caro a cenizas de amor el Mausoleo, dio maravilla al mundo, que el deseo de eternidad formó de mármol Paro Calle el milagro bárbaro, que raro lustre inmortal propuso al regio empleo, pues hoy le gana el árbol de Peneo, preciosa pira de esplendor más claro Primero en majestad, aunque segundo, de que eres cielo tu valor informa de ISIDRO en cuanta gloria tiene el suelo O sepulcro de sol, milagro al mundo por arte, por piedad, materia y forma, pues dividís imperio con el cielo
Soneto
Diego de Silva y Mendoza
15-17
Ni el corazón, ni el alma, ni la vida os entregué, Señora, enteramente, lo que de esto padece y lo que siente quiso dejar conmigo la partida Parte es del fuego a vos restituida lo tímido, lo hermoso y lo luciente; lo claro, vivo, puro y más ardiente, ¡no hay partir que del alma lo divida! Los asombros, congojas y cuidados, ardientes ansias y encogidos hechos con que continuamente me persigo, esto no va con vos, en mí ha quedado; lágrimas tristes que penetran cielos, éstas corren tras vos, de mí y conmigo.
De Las suertes trucadas y torneo venturoso
Francisco Agustín Talega
15-17
Amor acobardado y sin firmeza, pesado en tus engaños, alevoso, de enredos fabricante y marañoso, denotas y demuestras tu bajeza. Tu vil infame trato nunca cesa de dar al triste pena y mal dañoso; rapaz, mudable, ciego, mentiroso, pues causan tus traiciones gran flaqueza ¿Qué procuras? Responde, fementido ¿Qué ordenas contra mí y qué vas trazando? ¿Despierto a mi dolor y me condenas? Cual loco sin sosiego y atrevido mis gustos y contentos vas borrando, y mudas lo que quise, en duras penas
Sonetos en su honor – Fadrique de Villagrasa
Cristóbal de Virués
15-17
Si Francia está gloriosa y arrogante por tener doce pares de la Fama, si Aníbal a Cartago la encarama pues dio en guerras de sí prueba bastante, si África con Cipion está pujante pues en las arma su valor derrama, hoy noble Capitán la misma fama y el enemigo triste quien sois cante Si Parnaso es tenido y reputado por ser morada de las musa nueve, por eso vos también sois alabado, si alguno ver quisiere si es quien debe, en este curiosísimo tratado su grande ingenio y mucho saber pruebe, que el Capitán se atreve en aspereza tal de la montaña dar verso de dulzura tan extraña
Soneto
Diego de Silva y Mendoza
15-17
De tu muerte que fue un breve suspiro, ¡qué largo suspirar se ha comenzado! Es cilicio en el alma mi cuidado que le estrecha y aprieta cuanto miro. Si hay vez en que esforzándome respiro, más me ahoga un aliente procurado: ni sí si trueco o si renuevo estado cuando a escuchar el alma me retiro. Cual gusano que va de sí tejiendo su cárcel y su eterna sepultura, así me enredo yo en mi pensamiento; si es morir acabar de estar muriendo, lo que nunca esperé de la ventura esperaré del mal de un bien violento
A San Isidro
Juan Córdoba y Campofrío
15-17
Los campos de Madrid, Isidro santo, labra cantando a Dios humildemente, tal, que del cielo abriéndose el Oriente, Ángeles bajan a entonar su canto. Y si la fe causara al cielo espanto, espantado creyera, que pendiente de fe tan grande despachó obediente a sus manos ayuda, gozo al llanto Los Ángeles de hoy son labradores del suelo, como Isidro en este día labrador celestial por atributo Huellen sus plantas celestiales flores, y triunfe, pues labró con alegría, sembrando aquí sus lágrimas, el fruto.
Soneto
Luis Enríquez de Navarra
15-17
Impulsos de diamante ensangrentado, desbastan el diamante empedernido, buril demente, siéndole el gemido, como el activo golpe reiterado. Mírase al fin su fondo realzado, de esplendores brillantes circuido, dejando al que sus luces ha pulido, de rosicler perpetuo coronado. Así, o Javier, al diamantino pecho, de aquel que a sus infancias interiores, su obstinación mostró pedernal hecho. Pulieron más ardientes sus fervores, dejando (ya en sus lágrimas deshecho) si a ti sangriento, a él con esplendores.
A don Agustín de Salazar y Torres
Belisa
15-17
El Tesón numeroso de tu lira, que con cláusulas graves hirió al viento, en docto superior dulce contento ya de la Patria al blando ruido, admira Con la música afable que respira, mezclando suavidad, y sentimiento, nos renueva en dulceras el lamento, que al inflamar caduco, acorde inspira Si póstumo el sonido recibiera de la voz de su métrica Poesía, es porque en ecos la recoge Vera Y del eco, y la voz la melodía, en la Fama inmortal, siempre ligera, resonarán en unísona armonía
A una mujer que fue muy celebrada y muy hermosa y
Jerónimo Cáncer y Velasco
15-17
Flora es aquella, cuya edad luciente alma fue del Abril, copia del cielo, cuyo dorado, cuyo hermoso pelo equivocó las luces del Oriente Fueros impuso a amor, que blandamente, introdujo en el pecho mas de hielo, y libre casi del común recelo, creyó que su beldad no era accidente. Ya de todos se mira despreciada, siendo horror, siendo enfado a los sentidos a quien avisa, en vez de hacer engaño. Ni aun por su edad de nadie es venerada, con que nos muestra, que años divertidos en la cuenta del tiempo no son años.
A Juan de Castellanos
Lázaro Luis Iranzo
15-17
Hechos heroicos de cenizas frías, que en el olvido fueron sepultados, en esta historia están resucitados con gloria eterna de sus bizarrías. Las batallas, contiendas y porfías, reinos en nuevo mundo conquistados por españoles, cuyo triunfo y hado se vino a celebrar en nuestros días Levántase el que está más escondido, y toma nuevo espíritu viviente; que Castellanos con su voz lo llama. Sus nombres sonarán de gente en gente sin temer las tinieblas del olvido siendo este Apolo trompa de su fama.
A la muerte de Juan Pérez de Montalbán
Tomás Andrés Cebrián
15-17
Verde Obelisco del florido llano se descollaba al Sol Ciprés brillante, preciado entre las plantas de gigante, y de galán en su verdor lozano Al manso viento, del follaje vano tremolaba penachos arrogante, cuando cayó destrozo en un instante de la segur del rústico Villano No de otra suerte a ti, fecunda planta, del florido Helicón la más crecida cortó el orgullo en tu verdor la Muerte La que más de aquel monte se levanta mire tu pompa, y tema su caída, que para su segur no hay tronco fuerte
A Lope de Vega Carpio
Doctor Céspedes
15-17
Halló la ambigüedad un hablar mudo por industria de aquel pintor famoso, que debajo de un velo artificioso mostró el extremo dedo lo que pudo Fue sutil invención, ingenio agudo, y ardid para los necios provechoso, que encubren su caudal defectuoso, al silencio tomando por escudo. Mas si este ¡o caro Lope! es tan parlero, cuando yo mudo, que no puedo hablando de las vuestras loar la menor parte Para decir lo que decir espero: callar quiero, y de vos decir callando, que hacéis igual al pensamiento el arte.
Soneto
Jerónimo Cáncer y Velasco
15-17
Docto Museo, cuyo aliento altivo escribe el Sol en láminas lucientes, y es la memoria de futuras gentes, de tanto escrito tomo sucesivo Hospede grato el bronce, siempre vivo, vuestros nombres, y espíritus valientes, pues aun con ser Apolos elocuentes, os festeja amoroso el ramo esquivo. Venid, vivid la edad de vuestro nombre, por más que el tiempo destruidor presuma de tanto ingenio oscurecer la llama Y para que os debáis vuestro renombre, no ajena voz alaba vuestra pluma, prestad plumas, y voz a vuestra fama.
Soneto
Francisco Pacheco
15-17
En medio del silencio y sombra oscura, manto de horribles formas espantosas, veo la bella imagen de tres diosas, compuestas de oro, grana y nieve pura. Su ornato, resplandor y hermosura son partes para mí tan poderosas, que aunque enlazado estoy en varias cosas, me arrebata, entretiene y asegura ¡Oh vos, luces del cielo las mayores! Digo, con vuestra paz, que sois vencidas de dos soles que en gloria juzgo iguales, y que precio sus claros resplandores tanto, que en estas sombras extendidas no envidio vuestros rayos celestiales
Soneto
Marcos de Arellano
15-17
El Español altivo que desea aumentar en la Fe del Soberano desnude ya el estoque Toledano que perderse su España es cosa fea El que en techo patrio se recrea ponga el herrado Pino ya en su mano, paseando las Popas a pie llano el piélago seguro de marea Que nunca ha de faltar el Pan y Vino pues la tierra produce en abundancia y el Apóstol encarga a esta defensa. Porque es negocio y caso de importancia y servicio que se hace al Uno y Trino y a nuestro Rey Felipe en contra ofensa.
A las ruinas del Coloso de Rodas
Jerónimo Cáncer y Velasco
15-17
Este asombro gentil, que un elemento ocupa si se erige, o si se humilla, y de una y otra contrapuesta orilla, fue orbe artificial sin movimiento Que embarazo se vio del vago viento, y segunda del mundo maravilla, contra quien Jove rayos acaudilla, como contra el jayán de manos ciento. Este por la grandeza fue incansable, y la materia le compuso fuerte, cuando la forma le mintió divino; y ya es del tiempo estrago miserable O qué mal se asegura quien advierte, que para bronce tanto hubo destino.
Soneto
Luis Enríquez de Navarra
15-17
Es en cítara dulce, que templada con otra está, sonora simpatía, resonar con acorde melodía las dos cuando ve una propulsada. No es la distancia embargo a la acordada, correspondiente unión de su armonía antes si con sonora alegoría es su unívoca voz acentuada. Así tu corazón Javier amante, concorde al eco del divino acento, cuando en Indias herido su discante. De pena esquiva, y de mayor tormento, su dolor en Navarra aunque distante, resuena en Cristo, con sudor sangriento.
Soneto
Diego de Silva y Mendoza
15-17
Nunca ofendí la fe con la esperanza; vivo presente en olvidada ausencia; después de eternidades de paciencia no merezco quejarme de tardanza. Soy sacrificio que arde en tu alabanza (fuera morir no arder sin resistencia); ¡oh puro amor, oh nueva quintaesencia!, de infierno sacas bienaventuranza. Cerca de visto y lejos de mirado, ni de agravios me vi favorecido, ni tu olvido alcanzó de qué olvidarse; tu descuido encarece mi cuidado; quererte más no puedo, ni he podido, que esto es amarte y lo demás amarse.
Sonetos en su honor – Pablo Gumiel
Cristóbal de Virués
15-17
Virués tu musa, pluma, estilo y vena, compone, escribe, suma, imita y canta, vuela, sube, se encumbra y se levanta a la parte del Cielo más serena Y allí a la Virgen de milagros llena que en Monserrate su holocausto planta flores y frutos ofrecen de la planta por quien tu acento sonoroso suena, y como adorna el Sol de luz la Aurora y con su lumbre alumbra noche y día de un Polo al otro y dura eternamente, tal a tu Musa heroica, alta y sonora inflamó la purísima María con llama viva del eterno Oriente
A la muerte del doctor Juan Pérez Montalbán
José Pacheco
15-17
Esta verdad que al cielo se levanta, huésped feliz, tu desengaño sea, aliña el paso, el movimiento asea, reparte el miedo al bulto, y a la planta. O cuánto la mentira se adelanta en el dictamen rudo, que a su idea la prisión con el hierro lisonjea, la libertad con la memoria espanta! Debate gozo, tanto mármol, donde un sabio yace, que vivió de veras y la tierra por Sabio te le esconde. Pierde a las horas el temor postreras, antes que te molesten las responde, muérete tú, primero que te mueras.
Soneto
Andrés de Espinosa
15-17
El Orbe aplauda de la flor de Hungría, el heroico valor, el ser constante; pues al cierzo exponiendo lo fragante, es por el cierzo más su lozanía. Aplauda a tan hermosa bizarría, la Complutense Atenas vigilante, y cuando el riesgo llora, el triunfo cante sonoro Cisne, a tanta mejoría Que es ponerse la flor, y sus candores, del achacoso cierzo, a la aspereza, dando sus hojas, a una y otra herida. Fue, para que supiesen otras flores, que aventurarse al riesgo, de la vida, es el triunfo mayor, de su Grandeza.
A la muerte de Lope de Vega
Lope Hurtado de Mendoza
15-17
No ha muerto Lope, pues aun hoy respira la fama con aliento dilatado, y el olvido, que a tantos ha borrado, apenas de los ojos le retira Antes parece ya, según se mira de nuevos esplendores adornado, que la llama vital, que soplo el hado, se esforzó con la llama de la pira Y si en lo activo de ese incendio ha sido el término preciso, en lo luciente vincularán los tiempos lo mudable ¡O grande admiración! pues ha podido de una llama, que ardió caducamente, resultar una luz indeclinable
Soneto al nacimiento de Cristo Redentor Nuestro
Francisco Agustín Talega
15-17
En medio del Silencio Temeroso quitando el Miedo y el Horror del suelo, por las Tinieblas nace el sol del cielo, Fiel reparo del mundo tenebroso. Y sacudiendo el sueño peligroso, Sombra de aquel eterno desconsuelo, del Descuido común trueca el Recelo en un Sosiego dulce y no costoso. Tan grande Estudio puso el Dios más alto en reparar del hombre la Tristeza que su Temeridad cual hombre llora y de Recogimiento y ropa falto a un tiempo la mortal naturaleza lo aflige, lo obedece y lo enamora ¡Oh, venturosa hora! Nocturnos hechos cuya suerte y nombre hacen los hombre dioses y a Dios hombre
A Lope de Vega Carpio
Agustín Tejada Páez
15-17
Si cuando Roma templos, chapiteles, triunfantes de las nubes vio cargados de divinas memorias, y adornados de palmas, de trofeos, de laureles; y si cuando el pincel daba de Apeles, vida a las tablas, contra el tiempo y hados, y en estatuas de mármoles dorados admiraban Lisipo y Praxiteles; si cuando Atenas vio sus aulas llenas de ingenios, fuera el vuestro ¡oh Peregrino! no os hiciera la patria aqueste agravio Por natural a ingenio tan divino quisiera Roma invicta y docta Atenas, pues todo el mundo es patria al hombre sabio.
Sonetos – - III -
Pedro de Quirós
15-17
Del cristalino piélago se atreve tal vez marina concha a la ribera, y el fulgor puro de la luz primera su ser, menor que la avaricia, bebe De la preciosa perla apenas debe quedar fecunda el alba lisonjera cuando al mar se retira, porque fuera ve los rayos del sol manchar su nieve En el mar de la gracia ¿quién no mira que eres ¡oh Virgen! tú la perla pura por cuya luz aun la del sol suspira? Mancha el sol de tu perla la blancura; mas que en ti no haya mancha ¿a quién admira si aun al sol presta rayos tu hermosura?
Soneto
Jacinto Polo de Medina
15-17
Del mal que lo amenaza al venturoso librarme quiero yo por desdichado, porque no duele tanto examinado como cuesta el temor de un mal dudoso Desde el dolor padece el no dichoso El feliz desde el miedo del cuidado, su edad tiene un dolor y en lo esperado es hacer de más años lo penoso. Jamás alguno poseyó la suerte; nada se goza un bien con un recelo, que del mal la sospecha es importuna. Y pues a un bien no hay mal que no despierte, en mi desdicha tengo mi consuelo, si victoria no soy de otra fortuna.