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Resolución animosa de amante desesperado | Francisco Pinel y Monroy | 15-17 | Yo romperé los duros eslabones
desta horrible cadena con tal brío,
que de una vez redima el albedrío
del dominio infeliz de las pasiones
Aunque intente con vanas ilusiones
aliviar este peso el desvarío;
que por estar dorado el hierro impío,
no siento menos graves las prisiones
Difícil (no lo dudo) es el intento,
cuando tan noble parte de la vida
ciega se implica en los robustos lazos
Mas, venceré el dolor con el aliento
para dejar el alma desasida,
y quede el corazón hecho pedazos
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A la muerte de Lope de Vega | Pedro García | 15-17 | Sol de España fue LOPE, al occidente
sus rayos llegan casi de improviso,
que como el cielo para sí le quiso,
dilaciones al plazo no consiente.
Y así, pues el morir no es accidente,
o pasajero, ¿cómo sin aviso
a la inviolable ley de lo preciso
admiraciones das de contingente?
Aunque dirás, que este divino Apolo,
que el mundo aclama, y que hoy España llora,
tan único será de polo a polo.
Que si el morir que tanto le mejora,
se sigue al accidente, en LOPE sólo
accidente el morir pareció ahora
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A la muerte de Lope de Vega | Pedro de Morales | 15-17 | Desde que fue pastor tierno Belardo,
di atención a sus quejas y dolores,
cortando de su ingenio algunas flores
que por reliquias observadas guardo
Después cual sol universal gallardo
dio luz a tantos doctos escritores,
desterrando los críticos horrores
del nuevo idioma, apócrifo y bastardo
Trátele en su estados diferentes,
y en sólo Sessa le advertí dichoso,
pues son sin duración los premios vanos.
Y en esta protección sin accidentes
le ajustó el cielo a espíritu glorioso,
para honrarle con premios soberanos.
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Soneto | Francisco de Figueroa | 15-17 | Maldito seas, Amor, perpetuamente,
tu nombre, tu saeta, venda y fuego;
tu nombre, que con tal desasosiego
me fuerza a andar perdido entre la gente;
tu flecha, que me hizo así obediente;
de aquella falsa, de quien ya reniego;
tu venda, con qué me hiciste ciego
y así juzgue por ángel la serpiente;
y el fuego sea maldito, cuya llama
no toca al cuerdo, que es muy gran locura,
y al necio sólo su crueldad consiente
Y así el cuitado espíritu que ama
dirá, tu rostro viendo o tu figura:
«Maldito seas, Amor, perpetuamente»
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Sonetos | Fray Damián de Cornejo | 15-17 | Yo no puedo vivir si no me capo,
porque si tengo bolas y no emboco,
y aunque te diga cabe, no te toco,
todo en gordo será vayna de trapo.
Si de ser inocente así me escapo,
a lo menos de amante doy en loco;
pues nevando camisas, poco a poco,
si las mojo muchísimo no en-papo.
Quién te viera no grave y espetada
cuando el amor se goza sin sospecha,
a mi manera atenta y no a mi modo:
yo quedara contento y tú pagada
pues supiera cual es mi pix derecha
y me quisieras bien con vayna y todo.
Esta mañana, en Dios y enhorabuena
salí de casa y víneme al mercado;
vi un ojo negro al parecer rasgado,
blanca la frente y rubia la melena,
llegué y le dije: «Gloria de mi pena,
muerto me tiene vivo tu cuidado,
vuélveme el alma, pues me la has robado
con ese encanto de áspid o de sirena »
Pasó, pasé, miró, miré, vio, víla;
dio muestras de querer, hice otro tanto;
guiñó, guiñe, tosió, tosí, seguíla
Fuese a su casa, y sin quitarme el manto,
alzó, llegué, toqué, besé, cubríla,
dejé el dinero y fuime como un santo
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A San Isidro | Tomás Córdoba y Contreras | 15-17 | Los campos de Madrid, Isidro santo,
cielos son ya, no Elíseos fabulosos
si arados por los Ángeles hermosos,
en tanto que oráis vos, producen tanto.
Con el piadoso humor de vuestro llanto,
tiernos de amor afectos fervorosos,
si estériles han sido, ya copiosos
por vos admirarán con nuevo espanto
Mas no es mucho causar estos efectos
lágrimas y oración, porque han podido
al Señor de los cielos absoluto
Unir a un alma, y entre los perfectos
Isidro lo alcanzó, y ha merecido,
sembrando aquí sus lágrimas, el fruto
|
- XXXV - | Marqués de Santillana | 15-17 | Del çelestial exército patrón
e del segundo choro más preçioso,
de los ángeles malos dampnaçión,
Miguel Arcángel, duque glorioso;
muy digo alférez del sacro pendón,
invencible cruzado victorioso,
tú debellaste al cruel dragón
en virtud del excelso poderoso.
Por todos estos premios te honoramos
e veneramos, príncipe excellente,
e por ellos mesmos te rogamos
que ruegues al Señor Omnipoetnte
nos dignifique, porque poseamos
la gloria a todas glorias preçedente
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- III - | Luis Barahona de Soto | 15-17 | Esplendores, celajes, riguroso,
salvaje, llama, líquido, candores,
vagueza, faz, purpúrea, Cintia, ardores,
otra vez esplendores, caluroso;
ufanía, apacible, numeroso,
luengo, osadía, afán, verdor, errores,
otra y quinientas veces esplendores;
más esplendores, crespo, glorioso;
cercos, ásperos, albos, encrespado,
esparcir, espirar, lustre, fatales,
cambiar, y de esplendor otro poquito;
luces, ebúrneo, nítido, asombrado,
orna, colora, joven, celestiales
Esto quitado, cierto que es bonito.
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A Ignacio | Juan de Quiroga | 15-17 | Alta, piadosa máquina, eminente,
cuya majestuosa arquitectura
del estrago del tiempo se asegura
en las admiraciones de la gente
Cuantas riquezas engendró en Oriente
el sol, en Occidente plata pura
la errante Luna, en pródiga escultura
culto a tu adoración hacen decente
En ti pomposamente se venera
de cinco Santos la feliz memoria
con celo pío y víctimas fragantes
¿Quién sino estirpe tuya, IGNACIO, fuera
tan viva imitadora de la gloria,
que en tálamos de luz gozan triunfantes?
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- I - | Marqués de Santillana | 15-17 | Cuando yo veo la gentil criatura
que el cielo, acorde con naturaleza
formaron, loo mi buena ventura,
el punto y hora que tanta belleza
me desmostraron la su hermosura,
ya sola de loor es la pureza;
mas luego torno con igual tristura
y me pongo a quejar de su crudeza.
Que no fue tanta la del mal Thedeo,
ni hizo la de Achila y de Potino,
falsos ministros de ti, Ptholomeo.
Así que lloro mi servicio indigno
y la mi loca fiebre, pues que veo
que me hallo cansado y peregrino
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A la muerte de Lope de Vega | Juan Pérez de Montalbán | 15-17 | Faltar la luz intempestivamente,
porque una nube descortés asalta
la muralla del sol, que el prado esmalta,
no es defecto del sol, sino accidente
Así, LOPE, tu luz a nuestro oriente
falta, vencida de región más alta,
que solamente muere quien nos falta,
y quien nos sobra vive solamente
Mas si en tu eclipse queda esclarecida
siempre tu luz, llorarte es ofenderte,
que no es caer triunfar de la caída
Goza en tu muerte pues tan feliz suerte,
que si tu muerte mejoró tu vida,
más que a tu vida debes a tu muerte.
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- VII - | Marqués de Santillana | 15-17 | Fedra dio regla y manda que en amor,
cuando la lengua no se halle osada
a demostrar la pena o el dolor
que en el ánimo afflicto es enplentada,
la pluma escriva e muestre el ardor
que diluye la mente fatigada;
pues osa, mano mía, y sin temor
te faz ser vista fiel enamorada;
y no te pienses que tanta belleza
y sincera claror casi divina
contenga en sí la feroçe crueza,
nin la nefanda soberbia maligna;
pues vaya lejos inútil pereza
y no se tema de imagen benigna.
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- VIII - | Marqués de Santillana | 15-17 | ¡O dulçe esguarde, vida e honor mía,
segunda Helena, templo de beldad,
so cuya mano, mando e señoría
es el arbitrio mío e voluntad!
Yo soy tu prisionero, y sin porfía
fueste señora de mi libertad;
e non te pienses fuyga tu valía,
nin me desplega tal captividad
Verdad sea que Amor gasta e dirruye
las mis entrañas con fuego amoroso,
e la mi pena jamás diminuye;
nin punto fuelgo nin soy en reposo,
mas vivo alegre con quien me destruye;
siento que muero y no soy quejoso.
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A la muerte de don Juan Pérez Montalbán | Gregorio de Tapia | 15-17 | A tu Pira luciente si canora
(joven feliz) ilustran ya piadosos
del Sol los paralelos luminosos,
por lauro eterno que tu frente honora
Triste, aunque más fecundo del Aurora,
será el llanto en afecto lastimosos;
si también nada menos Imperiosos
en la jurisdicción que reina Flora.
Dulce cantaste, dulce suspendiste,
que mucho sí del Fénix Mantuano
en la docta ceniza renaciste!
Maestro has sido hasta en faltar temprano,
pues con ello al engaño le añadiste,
nuevo aviso en lo frágil de lo humano.
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- II - | Marqués de Santillana | 15-17 | Lloro la hermana, maguer qu'enemiga,
al rey don Sancho, e con grand sentido
proçedió presto contra el mal Vellido,
servando en acto la fraternal liga.
¡O dulçe hermano!, pues yo, que tanto amiga
jamás te fue, ¿cómo podré celar
de te llorar, plañir e lamentar,
por bien qu'el seso contraste e desdiga?
¡O real casa, tanto perseguida
de la mala fortuna e molestada!
Non pienso Juno que más encendida
fue contra Thebas, nin tanto indignada
¡Antropos!, muerte me place e non vida,
si tal ventura ya non es cansada.
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Al mismo tema | Juan Pérez de Montalbán | 15-17 | Los campos de Madrid, Isidro santo,
cielos son ya, pues nuncios de los cielos,
rompiendo nubes y rasgando velos,
bajan con risa por lograr un llanto.
Y tanto alcanza Isidro, y puede tanto,
que mientras forma en éxtasis desvelos,
siente el campo lisonjas y consuelos
con injurias de arado sacrosanto
Y así destina Dios grato a un deseo
glorias a Isidro, agricultor astuto,
y ofreciendo su amor le da el trofeo
Rindiendo sus deseos el tributo,
cogiendo en Dios sus gozos el empleo,
sembrando aquí sus lágrimas, el fruto.
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A la vividora fama y doctas cenizas del doctor Jua | juan Martín del Barrio | 15-17 | Diestro Pintor, que en música suave,
escritor, que en matices, y colores,
si pintando escribiste tus loores
escribiendo pintaste quien te alabe.
De Apeles en tu pluma, el pincel cabe,
y en tu pincel, mil plumas de escritores,
bien Madrid reconoce tus favores,
y que el Mundo por ti su nombre sabe.
A tu Patria le diste nueva vida,
con tu Pluma, Doctor, que te eterniza
Fama en tu voz, por tierras, y por mares
Y Mantua, a su Virgilio agradecida,
lastimada en tu muerte, a tu ceniza
Aras te erija, y te dedique Altares.
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A Gregorio Silvestre | Luis Barahona de Soto | 15-17 | Si la arpa, si el órgano sabroso,
si el monacordio, si la dulce lira
que en vuestras manos, gran Silvestre, admira
y suspende el ingenio más furioso;
si el dulce verso fácil y gracioso,
con que a los vientos refrenáis la ira,
algún consuelo, aunque liviano, inspira
a un seso apasionado y amoroso,
¡aquí, Señor, que me ha rompido el pecho
con punta de oro de acerado dardo
la mano más gentil que el cielo ha hecho!
¡Aquí; que huyo el bien y el mal aguardo;
espero el daño y temo mi provecho;
he frío en brasas y entre hielos ardo!
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- XXXVI - | Marqués de Santillana | 15-17 | Virginal templo do el verbo divino
vistió la forma de humanal librea,
a quien anela todo amor benigno,
a quien contempla commo a santa idea,
si de fablar de ti yo no soy digno,
la graçia del tu fijo me provea;
indocto soy e lasso peregrino,
pero mi lengua loarte dessea.
¿Fablaron, por ventura, Johan e Johan,
Jacobo, Pedro tan grand theolugía,
nin el asna podiera de Balán,
sin graçia suya, fablar, nin sabía?
Pues el que puede, fable sin affán
tus alabanças en la lengua mía
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Con un cabello de oro... | Francisco de Figueroa | 15-17 | Con un cabello de oro delicado
Amor me tiene fuertemente asido;
con nieve la más blanca que se ha vido
vivo fuego en mi alma ha levantado
Con perlas orientales ha robado
mi pecho, y mi alegría ha empobrecido;
dos estrellas y un sol esclarecido,
me tienen de tinieblas rodeado
¡Qué la nieve me encienda, que un cabello
cadena es para mí, que la luz pura
me ciegue, y me empobrezca la riqueza!
¿A qué me llevara mi desventura,
y más si vos, señora, echáis el sello,
juntando a este mi mal vuestra aspereza?
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A las ruinas de Numancia | Francisco Pinel y Monroy | 15-17 | Estas piedras que miras esparcidas,
fueron un tiempo muro; aqueste llano
que contemplas desierto, a culto vano
fábricas nobles ostentó erigidas
Aquí más de una vez fueron vencidas
las coronadas huestes del Romano;
yacen del tiempo agora y del tirano
olvido sus grandezas confundidas
De las ruinas apenas se presume
que fue Numancia: pues de tantas glorias
ni a la ceniza perdonó la llama
La edad, Fenisa, todo lo consume:
no adquiere la constancia más memoria;
ni ha de tener la obstinación más fama.
|
Sonetos creados entre 1586-1587 – Metáfora de un buboso | Juan de Salinas | 15-17 | ¿Qué son confuso, qué rumor tremendo
de armas francesas oigo, en coyuntura
tan de dolor, y en la tiniebla oscura
templados parches, militar estruendo?
¿Qué cóncavos volcanes escupiendo
flamantes globos miro?, ¿qué espesura
de negros humos infernal figura?
¡Formidable espectáculo y horrendo!
Por más que afectas, Musa, entronizarte,
metiendo en arma el universo todo
con estilo grandílocuo y valiente,
más de Mercurio y Venus que de Marte
hallo en tu descripción, y la acomodo
a cierto joven gálico doliente
|
Sonetos creados entre 1586-1587 – En una junta de señoras... | Juan de Salinas | 15-17 | La que de aguda en mi opinión despunta
y es de la discreción el protocolo
tuvo un antojo crítico y cumpliólo
(debe de estar encinta o lo barrunta);.
sin mi licencia expresa ni presunta
me echó en certamen con el dios Apolo,
pero hizo más peso un voto solo
que todo lo restante de la Junta
¿Quién se asegura pues? ¿quién desfallece,
con que los ojos del discurso pase
por la moralidad que aquí se ofrece?
¡Qué con festividad de prima clase,
concurra un simple y haya quien le rece!
No hizo Dios a quien desamparase.
|
Soneto | Fray Álvaro de Hinojosa y Carvajal | 15-17 | No sois vos, Virgen santa y escogida,
un Dios que rige el estrellado velo,
ni sois tampoco vos el mismo cielo,
no luna, sol, o estrella conocida.
Ni sois tampoco vos la misma vida,
no ángel de ligero y presto vuelo,
ni como cosa alguna acá del suelo,
por más bella que sea, y más lucida.
Digo lo que no sois, porque deciros
lo que sois, imposible me parece;
a Dios es reservado tal tesoro
Sólo el que sólo pudo produciros,
a quien toda esta máquina obedece,
podrá decir de vos bocados de oro.
|
Soneto | Vicente Espinel | 15-17 | Blanco marfil, que del profundo centro
con fuerza natural, que en mí mostraste,
la más subida prenda me arrancaste
que tiene el alma del sentido adentro;
trasparente cristal que fuera y dentro
la compostura del divino engaste
tienes con tanta luz, o no hay quien baste
a tener resistencia al vivo encuentro;
nevada mano artificiosa y pura,
del más purificado y excelente
metal, del mundo en gran razón compuesta;
manos en quien las fuerzas de ventura
puestas están, dichoso aquel que siente
en tales manos su esperanza puesta
|
Sonetos – - VII - | Pedro de Quirós | 15-17 | Al campo de los dulces ruiseñores
el alba despertó, vistióse de oro,
y con amena risa y blando lloro,
desmayo a estrellas dio y aliento a flores.
En cuya hermosa variedad de olores,
vi que afectaba con mayor decoro
ese rojo, ese cándido tesoro,
de su llama y su luz competidores
Con ingrata arrogancia competía
con la joven aurora aquesta rosa,
y este jazmín con el infante día.
Póngolos en tu mano poderosa
por castigarlos, dulce Ardemia mía,
con tus mejillas y tu frente hermosa
|
Al curso y velocidad del tiempo | Antonio Henríquez Gómez | 15-17 | Este que, exhalación sin consumirse,
por los cuatro elementos se pasea,
palestra es de mi marcial pelea
y campo que no espera dividirse.
Voile siguiendo, y sígueme sin irse,
voime quedando, y por quedarse emplea
su mismo vuelo, y hallo que desea
ir y quedarse y con quedar partirse
Mi error me dice que su rapto apruebe,
pero ¿dónde camino, si su esfera
casi lo eterno con las alas mueve?
No me atrevo a seguirle aunque quisiera,
que corre mucho y temo que me lleve
en el último fin de la carrera.
|
Soneto | Jacinto Polo de Medina | 15-17 | Esta que guarda cándida ceniza,
tanto valor, Fajardo, en urna breve,
despojos mudos de la muerte aleve
que la fama retórica eterniza,
hoy su pompa su máquina eterniza,
tierna piedad que a un pecho heroico mueve,
y pagando a su sangre lo que debe
su fin dichoso encanto solemniza
Renueva el sentimiento la memoria
de tanto puesto sol, que en luz fecundo
viven -aunque murió- sus resplandores
Que es bien que corresponda a eterna gloria
otro nuevo dolor, para que el mundo
una pérdida cueste dos dolores
|
A San Isidro | Fray Gaspar de San Diego | 15-17 | Los campos de Madrid, Isidro santo,
el Ángel rompe, y vos rompéis el cielo,
sirve de labrador arando el suelo,
y vos suplís las voces de su canto.
El ara, y vos oráis, subiendo tanto,
cuanto él baja a la tierra el sacro vuelo,
y al paso que del curso el paralelo
sigue, seguís de Dios el curso en llanto
Mas aunque labra el Ángel con arado
la tierra dura, no cobra el tributo,
que Dios paga de gloria al trabajado
Que como sembró el bien con rostro enjuto,
no coge, Isidro sí, que le ha ganado,
sembrando aquí sus lágrimas, el fruto.
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Luis Hurtado de Toledo, en alabanza del valeroso e | Luis Hurtado de Toledo | 15-17 | De Achiles, y de Ulises cante Homero,
Virgilio, de su Eneas peregrino
Ariosto, de Orlando Paladino,
Mena, del Rey don Juan el justiciero.
De Bernardo del Carpio, el caballero,
yo canto en nuestra España su destino,
que persiguiendo el pueblo sarracino,
fue el Marte más pujante y verdadero.
Josué, ni David, ni el Macabeo,
Alejandro, ni César, ni el Troyano,
Artus, ni Carlos, ni Gudufre alcanza.
Donde los hechos de Bernardo leo,
y así sobre los nueve este cristiano,
en todo el mundo es digno de alabanza.
|
Soneto | Pedro Malón de Chaide | 15-17 | ¡Oh paciencia infinita en esperarme!
¡Oh duro corazón en no querernos!
¿Qué esté yo cansado de ofenderos,
y no lo estéis Vos en perdonarme?
¡Cuántas veces volvisteis a mirarme
esos divinos ojos, y a doleros,
al tiempo que os rompía vuestro fueros,
y Vos, mi Dios, callar, sufrir y amarme?
¡Oh guarda de los hombres! Vuestra saña
no mostréis contra mí, que soy de tierra;
mirad a lo que es vuestro, y levantadle;
que no es deleite ya lo que me engaña,
sino costumbre que me vence en guerra,
pues por sólo pecar, peco de balde.
|
Sonetos – - III - | Fray Arcángel de Alarcón | 15-17 | Buscan al Niño el padre putativo
y la Virgen purísima afligidos,
con lágrimas, sollozos, y gemidos,
¡oh caso lastimoso y compasivo!
Y aunque en su alma llevan al Dios vivo,
niño lo buscan, de su amor heridos,
entre parientes y entre conocidos,
con dolor penalísimo, excesivo.
Y no lo hallan, dándonos ejemplo,
Jesús, de que si hallarte deseamos
no entre carne y sangre te busquemos
Y, pues tu Madre purísima en el templo
lo halla, también nos verte podremos
si en las cosas de Dios nos ocupamos
|
Soneto | Pedro Lainez | 15-17 | De un ébano sutil dos bellas piernas,
bellas del bello que las tapa y cubre,
una arrugada y descarnada ubre,
dos secas nalgas y húmedas cavernas.
Un pecho de tablón, y dos mal tiernas
castraduras de macho que descubre;
un brazo de nogal, que al mes de Octubre
pronostica las cosas más internas:
Un pálido color de quinta angustia,
a puro azogue conservado y hecho;
un listón por la frente atado al justo;
una severidad marchita y mustia
me abrasa el alma, y me consume el pecho
tal es la fuerza de un bellaco gusto
|
Soneto de Boscán | Cristóbal de Castillejo | 15-17 | Si las penas que dais son verdaderas,
como muy bien lo sabe el alma mía,
¿por qué ya no me acaban? Y sería
sin ellas mi morir muy más de veras;
Mas si por dicha son tan lisonjeras,
que quieren retozar con mi alegría,
decid, ¿por qué me matan cada día
con muerte de dolor de mil maneras?
Mostradme este secreto ya, señora,
sepa yo por vos, pues por vos muero,
si aquesto que padezco es muerte o vida;
porque, siendo vos la matadora,
mayor gloria de pena ya no quiero
que poder yo tener tal homicida
|
Sonetos – - IX - | Gregorio de Matos | 15-17 | Una, dos, tres estrellas, veinte, ciento,
un millón, mil millares de millares;
¡válgame Dios, que tengan mis pesares
su retrato en el alto firmamento!
¡Qué siendo las estrellas tan sin cuento,
como son las arenas de los mares,
las iguale en sus números impares
mi pesara, mi desdicha y mi tormento!
¡Mas yo de qué me espanto o qué me abismo!
Tenga ese alivio en fin mi desconsuelo,
que se va pareciendo al cielo mismo.
Pues pudiendo mis males por más duelo
semejarse a las penas del abismo,
tienen su semejanza allá en el cielo
|
A un hombre muy malo que se aumentaba mucho en bie | Jerónimo Cáncer y Velasco | 15-17 | Lesbio, si entre tu vida licenciosa
permite el cielo, o Fabio, o providente,
que tu riqueza en todo se acreciente,
piedad es, mas piedad muy sospechosa.
Mira que de esta dicha misteriosa
se infiere, que es mortal el accidente,
que consentirle excesos al doliente,
siempre fue una señal muy peligrosa
Cuando te llena de colmados frutos
Dios, dispone el castigo a tu malicia,
(rompida alguna temporal concordia).
Y por que estén en paz sus atributos,
te hace aquellos halagos la Justicia,
para acallar a la Misericordia.
|
Al sepulcro de Lope de Vega | Gaspar Dávila | 15-17 | Vuelve, mortal, detén el paso incierto,
y verás al que en polvo reducido
fue cuanto pudo, y es cuanto no ha sido
de tanta humanidad seguro puerto
No le llores de lágrimas cubierto,
pues yace vencedor contra el olvido,
que si LOPE murió de haber nacido,
también ahora vive de haber muerto.
Falleció en su mortal naturaleza,
y si tú con piedad enternecida
trasladas su memoria a tu flaqueza
Llora su pluma al mundo ya perdida,
que no te obligará a mayor tristeza
el que murió para tener más vida.
|
Soneto | Juan de Moncayo | 15-17 | ¡Cómo se pasan, Lelio, las edades,
sujetas al rigor de la inconstancia,
cuando del mundo, bárbara ignorancia,
desconoce terrestres potestades!
Funda sobre diversas voluntades,
de prósperos sucesos, la arrogancia,
y verás en su misma vigilancia
que todo es vanidad de vanidades
Nace el sol, en el término de un día
muere y comienza el curso repetido
por la estación del cielo más serena
Sólo a tanta mudanza mi agonía,
en el lóbrego centro del olvido,
anima el contrapeso de mi pena.
|
A la muerte del doctor Juan Pérez de Montalbán | Blas Fernández de Mesa | 15-17 | Cisne de Mantua, que canoro antes
que discurrieses tu estación umbría,
ni esta playa volaste, tuya, y mía,
te vio el mundo en canciones elegantes
Pocos números eran tus instantes
cuando no sin asombro te atendía,
primero que deudor fueses de un día,
ni te vistiesen plumas tremolantes.
Milagro fuiste aun antes que estudioso
porque en tu cuna verde, y nido rudo
prodigio contra el orden fue tu canto;
que en su pico el aliento numeroso
se adelantó por si llegabas mudo,
a los umbrales del Sepulcro Santo
|
Sonetos en su honor – El doctor Francisco de la Portilla, capellán de Su Majestad | Cristóbal de Virués | 15-17 | Si entre los sabios griegos fue ilustrado
Homero por su tan subida rima,
y entre latinos se le dio la prima
al Mantuano heroico celebrado
¿Qué merece el que el vuelo a levantado
cantando lo que el Cielo tanto estima,
como es un pecador cuando se anima
a salir con fervor de su pecado?
Mayor palma es la vuestra y mayor gloria
Virués pues con Poema peregrino
cantáis del gran Garín las alabanzas,
y de aquel Santuario la memoria
eternizáis, abriéndonos camino
a contemplar divinas Esperanzas.
|
Epigrama | Juan Francisco Andrés | 15-17 | El Ebro en su corriente cristalina,
célebre Alcino, tus discretas sales,
pues, con tus agudezas, sus caudales,
no envidiarán la fuente Cabalina.
Tu voz resuene dulce, peregrina,
en los climas remotos Boreales,
porque de tu elocuencia los raudales
al mayor Lauro, Febo los destina
El Clarín resonante de la fama
aplauda sus cadencias ingeniosas,
cuando el sonoro Pindo las aclama
Y exentas de las sombras envidiosas,
de Daphne las corone inmortal Rama,
para que brillen siempre victoriosas.
|
Soneto | Francisco Pacheco | 15-17 | Cual fresca rosa en Jericó plantada,
que del alba libó en la luz dudosa
preciadísimo aljófar, más gloriosa
al fulgor de Titán de opone osada;
y en verde ramo al Cielo levantada,
el oro ostenta y púrpura hermosa,
desparciendo fragancia deliciosa,
Reina de los pensiles aclamada:
Tal, pura Virgen, sois; habéis triunfado
del sañoso Luzbel, porque el rocío
de la gracia os previno en vuestra aurora:
Que en la alteza eternal que se os ha dado,
nunca en su honor debió tener vacío
de Dios la Madre a quien el orbe adora
|
Soneto | Juan de la Cueva | 15-17 | Vido a Tirena, descubierto el pecho,
Felino, el suyo convertido en lloro,
fijo mirando las dos pomas de oro,
que le han puesto la vida en tanto estrecho.
«¡Ay! (dice) no es posible que sea hecho
de piedra dura tan gentil tesoro;
no es este aquel de tigre o bien de toro,
que la vida y entrañas me han deshecho »
Mas viendo que ella un punto no desiste,
su mal oyendo y su tormento puro,
ni aun vuelve el rostro al alabar primero.
Dice, llorando arrepentido y triste:
«Más piedra eres que piedra, pecho duro,
y no digo que piedra más que acero »
|
Soneto | Francisco Crespi de Valldaura | 15-17 | Tanta virtud y tanta fuerza alcanza
un hidalgo secreto pensamiento,
que va creciendo siempre su contento
sin peligro ninguno de mudanza
Pues quien de amor buscare la privanza,
el bien procure con secreto intento,
que sobre este macizo fundamento
al cielo se levanta una esperanza
El que a nadie descubre su secreto
sin temer de la envidia los agravios,
goza siempre su gusto más perfecto.
Porque en el movimiento de los labios
se conoce el prudente, que el secreto
es la piedra de toque de los sabios
|
Soneto | Tomás de la Vega | 15-17 | Paloma Virgen, que la verde oliva
alegre lleva con ligero vuelo;
zarza, que ardiendo, de Moisés el celo
aumenta, y prodigiosa lo cautiva:
Arca del Nuevo Testamento viva,
antes labrada que lo fuese el Cielo;
Judith valiente, que bañado el suelo
dejó con sangre de la Bestia altiva
¡Oh! cándida Cordera palestina,
que ofrece a Gedeón el Vellocino;
Esther graciosa, que por ella inclina
el Padre al Verbo de su Solio trino:
A tan alteza, Fénix peregrina,
Inmaculada Concepción convino.
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Soneto | Cristóbal Suárez de Figueroa | 15-17 | ¡Oh bien feliz el que la vida pasa
sin ver del que gobierna el aposento,
y más quien deja el cortesano asiento
por la humildad de la pajiza casa!
Que nunca teme una fortuna escasa
de ajena vida el ponzoñoso aliento;
a la planta mayor persigue el viento,
a la torre más alta el rayo abrasa
Contento estoy de mi mediana suerte;
el poderoso en su deidad resida;
mayor felicidad yo no procuro;
pues la quietud sagrada al hombre advierte
ser para el corto espacio de la vida
el más humilde estado más seguro
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Sonetos – Soneto | Fray Luis de León | 15-17 | Si pan es lo que vemos, ¿cómo dura
sin que comiendo de él se nos acabe?
Si Dios, ¿cómo en el gusto a pan nos sabe?
¿cómo de sólo pan tiene figura?
Si pan, ¿cómo le adora la criatura?
Si Dios, ¿cómo en tan chico espacio cabe?
Si pan, ¿cómo por ciencia no se sabe?
Si Dios, ¿cómo le come su hechura?
Si pan, ¿cómo nos harta siendo poco?
Si Dios es ¿cómo puede ser partido?
Si pan, ¿cómo en el alma hace tanto?
Si Dios, ¿cómo le miro yo y le toco?
Si pan, ¿cómo del Cielo ha descendido?
Si Dios, ¿cómo no muero yo de espanto?
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Sonetos en su honor – Matías de Vargas | Cristóbal de Virués | 15-17 | Así como en el fin del quinto Canto
al vivo os retratáis, en la pintura
que del rostro, del talle y compostura
hacéis allí de vuestro monje santo
Así debéis de retratarle en cuanto
muestra de su valor vuestra escritura,
pues de vuestro alto espíritu y cordura
no se puede esperar menos que tanto
Y así también como en el cuerpo y alma
creo que de Garín sois un modelo
según en cuerpo y alma le pintastes.
Así creo, Virués, que en gloria y palma
le habéis de parecer en tierra y Cielo
por el alto sujeto que cantaste.
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Soneto | Luis Enríquez de Navarra | 15-17 | El Claustro celestial del Sol Indiano
de sirtes alevosas detenido,
cabos de riesgos es reconocido
su curso inmóvil en el seno arcano
Suda el ingenio, el arte gime en vano,
a vista del naufragio inadvertido,
el afán reconócese perdido,
y el susto falto de socorro humano.
Recurren al Sarcófago glorioso,
y circundándole de humilde acento,
fue su llanto clarín impetuoso.
Que allanó el obstinado impedimento
franqueando a Javier el muro undoso,
(como en Jericó al Arca) el paso exento.
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A Píramo y Tisbe | Jerónimo Cáncer y Velasco | 15-17 | El cendal de que Tisbe se despoja,
Píramo advierte y reconoce atento,
y creyendo por él su fin violento,
sobre su acero intrépido se arroja.
En brazos ya de la postrer congoja
vio Tisbe al alma de su pensamiento,
y por mezclar su aliento con su aliento,
sólo la duda de morir la enoja
«Espera a quien te adora » Tisbe clama,
al penetrarse el pecho enamorado,
y unieron las dos almas desta suerte.
¡Oh siempre injusto amor! ¿quién no te infama?
Que la deuda a que estabas obligado,
fue menester cobrarla con la muerte.
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Soneto | Juan de Moncayo | 15-17 | En cuantos paralelos el Sol dora,
rompa el Clarín sonoro, que te aclama,
los aplausos mayores de la fama,
pues a tu luz sus glorias atesora.
Canta, y beba en tus Nácares la Aurora,
la suave Ambrosía, que derrama
tu dulce voz y de la esquiva Rama,
teja guirnaldas a tus sienes, Flora
Lo jocoso alternando con las veras
dando al Parnaso lustres, y primores,
del Sol adornen cándidas Esferas.
Tantos en ti se miren superiores
los rayos, que en tus aguas reverberas,
cuantas la Alba, a tu ingenio inspiró flores
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A San Isidro | Domingo Barreto Mendoza | 15-17 | Los campos de Madrid, Isidro santo,
en Dios arrebatadas sus acciones,
fertiliza con llanto y oraciones,
rico cultor será quien siembra tanto.
Espíritus Angélicos en tanto
sustituyen sus rústicas pensiones,
dando al suelo y al cielo admiraciones,
y aun a la propia admiración espanto
Lágrimas siembra, y aunque es fértil suelo,
del surco nunca de su llanto enjuto
cosecha ofrece al celestial desvelo
En otras eras libra este tributo,
porque coger esperan en el cielo,
sembrando aquí sus lágrimas, el fruto.
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En la muerte de Lope de Vega | Cavalier Marino | 15-17 | Discurre a Etiopía el ave no engendrada,
de admirables despojos revestida,
de volátil escuadra perseguida,
porque la miran digna de envidiada.
Edad y gloria logra dilatada,
hasta que en la materia prevenida
introduce alta llama, que la vida
le quita a un tiempo, y deja renovada
Tal, o Lope, Español Fénix, volaste,
y a pesar de la envidia, que venciste,
triunfos de aplausos general lograste.
Y bien que a ley fatal obedeciste,
vida igual a los siglos vinculaste
en la sobras insignes que escribiste.
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Soneto | Francisco de Pamones | 15-17 | Confeso en el linaje, y moro puto,
y mixto en línea estrecha con villano,
ya he visto ser la flecha de tu mano
y que eso es tu lenguaje y tu tributo.
Avieso fue el ultraje disoluto;
de listo, erró la flecha el cuero insano
que a Cristo iba derecha, y dio al cristiano;
suceso que en tu traje pondrá luto
Detenga esa lanzada de Minerva
y, caiga o no en la cuenta de sus yerros,
si asesta otra, contemple esta medida.
Y venga enherbolada en esa yerba,
y traiga la tormenta de tres fierros,
como ésta, que no hay temple que la impida.
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Coloquio entre un soldado y una beata | Fray Bernardo de Cárdenas | 15-17 | Sol Ya hago voto a Dios Bta Pues a Dios vota
hijo mío no tiemble cuando jura
Sol Yo voto, y juro por la Virgen pura,
y es obra de virtud santa, y devota
y juro a Dios Bta La sangre me alborota
viendo que persevera en su locura,
no jure hijo más Sol ¿Por qué me apura
madre, que la paciencia seme agota?
Y así un millón de veces voto, y juro
de defender la honra de María,
pues mientras juro más, soy más premiado
Bta Si eso es así verdad, jurar procuro,
también de defender la opinión pía,
mas ay que grande escrúpulo me ha dado.
¿Si habrá en jurar pecado
un alma que de ser perfecta trata?
Autor Esto dudó en San Pedro una Beata
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Soneto | Cristóbal de Castillejo | 15-17 | Garcilaso y Boscán, siendo llegados
al lugar donde están los trovadores
que en esta nuestra lengua y sus primores
fueron en este siglo señalados,
los unos a los otros alterados
se miran, con mudanza de colores,
temiéndose que fuesen corredores
espías o enemigos desmandados;
y juzgando primero por el traje,
pareciéronles ser, como debía,
gentiles españoles caballeros;
y oyéndoles hablar nuevo leguaje
mezclado de una extraña poesía,
con ojos los miraban de extranjeros
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A Jorge de Montemayor | Pedro Laynez | 15-17 | Divino Ausías, libre de recelo
estoy que un tiempo ya me dio cuidado;
que tu subido canto levantado
se está por no entenderle acá en el suelo,
pues ha subido tanto el alto vuelo
y es tan dulce el estilo y delicado
con que Montemayor te ha declarado,
que tu encubierta fama llega al cielo.
En cargo te es España, pues le diste
tal obra, que con ella le ganaste,
a mal grado del tiempo, un nombre eterno
Y a ti, Montemayor, pues sólo fuiste
el que tan alto bien comunicaste
que sacas del renombre sempiterno.
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Sonetos – - I - | Fray Arcángel de Alarcón | 15-17 | Hoy la rama ha su tronco producido,
y el arroyo a su clara y limpia fuente,
y el rayo al mismo sol resplandeciente
de quien el ser y hombre ha recibido
Hoy la vara de Aarón ha florecido
sin humor de la tierra procedente,
y la zarza de Sina en el ardiente
fuego, verde y entera ha parecido
Hoy recibe la Virgen nuevo nombre,
admirable y gozoso a los mortales,
de hija de su Dios, madre y esposa.
Cantemos, pues, con coros celestiales
la manera moral hecha gozosa
que el hombre es Dios inmenso y Dios es hombre
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Invocación al sueño | Fray Jerónimo de San José | 15-17 | Imagen de la vida y de la muerte
(que vida y muerte son un breve sueño),
treguas de paz al riguroso ceño
de la más infeliz y dura suerte
Pues en ti su rigor el arco fuerte
afloja, y calma el combatido leño,
recíbeme en tu paz, en cuyo empeño
mi guerra entrego, hasta que en paz despierte
Ya que otro bien no ofreces, sueño amigo,
sino privar del mal, y eres figura
del no ser (privación del todo extrema),
no me niegues el seno de tu abrigo,
donde hallando su fin mi desventura,
n más miseria, ni mayor, la tema.
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Soneto a un amante preso | Jacinto Polo de Medina | 15-17 | Prisionero infeliz, donde no expira
aura suave ni apacible viento,
mis penas lloro, mis desdichas siento,
que hiere un mal cuando otro se retira
Pájaro así que en libertad se mira,
sólo a su voz y a la del aire atento,
lamenta la prisión, gime al tormento,
cuando el perdido bien preso suspira.
Rigor fue de torturas, que previno
-tirana siempre de mi amor al fuego-
inhumana crueldad, bárbaros lazos.
Oh rapaz, tú en victoria peregrino,
¿por qué permites, pues te sigo ciego,
cadena injusta a mis amantes brazos?
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Al doctor Juan Pérez Montalbán | Simón Villalobos Benavides y Calatayud | 15-17 | Si un Fénix de otro Fénix producido,
la forma tiene de aquel ser unida,
y junta a los rigores de homicida
piadoso fuego, que sirvió de nido
Muriendo Lope, Montalbán ha sido
el Fénix que naciendo le da vida
con su estilo, con gloria repetida,
a pesar de las aguas del olvido
Mas hoy del Fénix muere el heredero:
lloren las Musas, y lamente Apolo
en el siglo presente y venidero.
Y siempre se lamente, y llore el Polo,
cuando procede el hado, tan severo,
y hasta el número muere, y queda él solo.
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Sonetos – - V - | Pedro de Quirós | 15-17 | Ruiseñor amoroso cuyo llanto
no hay noble que no deje enternecido,
¡oh, si tu voz cantase mi gemido,
oh, si gimiera mi dolor tu canto!
Esperar mi desvelo osara tanto,
que mereciese por lo bien sentido
ser escuchado, cuando no creído
de la que es de mi amor hermoso encanto
¡Qué mal empleas tu caudal sonoro,
cantando el alba y a las flores bellas
canta tú, oh, ruiseñor, lo que yo lloro!
Acomoda en tu pico mis querellas,
que si las dices a quien tierno adoro,
con tu voz llegarás a las estrellas.
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Soneto | Manuel Salinas y Lizana | 15-17 | Llorando el niño amor con gran ternura
en busca de su madre iba quejoso,
cuando de Celia, viendo el rostro hermoso,
que copiaba de Venus la hermosura
Madre, madre, vocea, y se apresura,
con los brazos abiertos, cariñoso,
de lograr los de Celia deseoso;
que es ciego amor, y ciega la ventura.
Volvió el rostro a las voces de Cupido
Celia, y mirando al niño Dios alado;
no soy madre, le dijo muy severa.
Sonrojose el rapaz y aun más corrido
que de su engaño, de lo desdeñado,
fue a buscar a su madre verdadera.
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A la muerte de Lope de Vega | Fernando de Soto | 15-17 | Vive el que muerto ya morir no puede,
cuya alabanza para siempre vive,
y si ella eternidad acá recibe,
la verdadera allá se le concede.
A toda humana facultad excede
este inmortal, de quien la fama escribe,
porque con el silencio que apercibe,
el muerto vivo satisfecho quede
Verdad es que murió, pero no muere
quien gloria y vida eterna ha conseguido
con la de su alabanza justamente
Haga la muerte en fin cuanto quisiere,
que vidas, que jamás ha conocido,
no las podrá quitar perpetuamente.
|
Al licenciado Tomé de Burguillos | Teresa Verecundia | 15-17 | Con dulce voz y pluma diligente,
y no vestida de confusos caos,
cantáis Tomé las bodas, los saraos
de Zapaquilda y Mizifuf valiente
Si a Homero coronó la ilustre frente
cantar las Armas de las Griegas Naos,
a vos de los insignes Marramiaos
guerras de amor, por súbito accidente
Bien merecéis un gato de doblones,
aunque ni Lope celebréis, o el Taso,
Ricardos, o Gofredos de Bullones.
Pues que por vos segundo, Gatilaso,
quedarán para siempre de ratones
libres las Bibliotecas del Parnaso
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Soneto | Joseph Betancourt | 15-17 | Detén el curso rápido y violento,
o generoso bruto, en tu carrera,
no apresures el vuelo, aguarda, espera,
que un nuevo Sol arrastra tu ardimiento.
Advierte, de tu crin el lucimiento,
que eclipsara sus luces a la esfera,
si de envidia los Astros no encendiera,
con los tuyos que presta al firmamento.
Tu luz, que alumbra el último Horizonte,
a donde antigua huellas no llegaron,
corona de dos orbes ya se admira.
Asómbranse los brutos de Faetonte,
pues si los cuatro a un mundo no bastaron,
ya con un bruto el Sol dos mundos gira.
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Sonetos creados entre 1586-1587 – A cierto intento agudo pensar del doctor Salinas | Juan de Salinas | 15-17 | El párroco sagaz, que irreverencia
teme, dando el viático al doliente,
hace, primero que la acción intente,
en simple forma práctica experiencia
Y si con moderada diligencia
ve que la pasa el tímido paciente,
dale entonces a Dios seguramente,
prenda de gloria, abismo de clemencia.
Con fin igual quizá con la estafeta,
en copias varias, tropas y cuadrillas,
llegó cierta eclesiástica reforma;
para que si en vulgar simple gaceta
la tragan bien bonetes y capillas,
se aplique en breve la tremenda forma.
|
Sonetos creados entre 1586-1587 – (1600?) | Juan de Salinas | 15-17 | Conservada cereza, guinda cruda,
y en pesado vellón, de ciento en ciento
los años del glorioso nacimiento
de la encubierta majestad desnuda;
mercedes tales son que nadie duda
ser imposible recibir descuento,
y cuando alguno de palabra intento,
hallo corto el caudal, la lengua muda
Varios sucesos, nuevos desengaños,
tristes malogros de esperanzas ciertas,
me tienen tanto más reconocido.
Vívame el par sin par dichosos años
pues de tan de par en par abre sus puertas
del corazón piadoso a un desvalido
|
De la comedia El Eneas de Dios | Agustín Moreto y Cavana | 15-17 | Señor, que de esta cándida cortina
cubres la Majestad, que admira el Cielo,
si el arca del maná cubre este velo,
amor piadoso, como ves, me inclina:
perdona lo que un alma determina,
que abrasas Tú con tu amoroso celo,
pues todo el fuego me parece hielo
al resplandor de tu Deidad Divina.
Confiésote mis culpas, y te pido
perdón de tan extraño atrevimiento:
disculpado de amor, de amor vencido,
no temí el fuego allí, mayor lo siento;
que el hielo del temor, que te es debido,
me supo defender de este Elemento.
|
Soneto | Francisco de Figueroa | 15-17 | Bien puede hacer Amor lo que quisiere;
mas, ¿qué puede hacer ya que no haya hecho?
Secreto está mi mal acá en el pecho;
entiéndalo no más quien me entendiere.
Yo callaré, señora, si pudiere;
y sí podré, por fuerza o por derecho
Por ser tan bueno el mal que me habéis hecho
que no desearé más mientras viviere
Dentro en mi alma estáis siempre metida,
si no cabéis en ella por ser grande,
exceso es vuestro, que no falta suya.
Sufrid por lengua y pluma que despida,
no lo forcéis que tan estrecha ande
que me aparte de vos y me destruya
|
Soneto | Luis de Sandoval y Zapata | 15-17 | Iluminando el Occidente estaba
quien para Oriente de beldad nacía
Por detener lo que a espirar corría,
la esfera de este Ocaso el sol buscaba
Yo, que en el Occidente luz rondaba,
en un morir enamorado ardía
(El último periodo de mi día,
luna era, que vida madrugaba )
Desde Occidente estás al Sol ganando
él da heridas fatales fugitivo,
tú das inmóvil de salud heridas.
Orientes para piras está dando;
y tú desde el Ocaso, Sol más vivo,
estás enamorado para vidas.
|
- XLI - | Marqués de Santillana | 15-17 | De mi mesma comiença la ordenada
caridad, e así vos, terçio Calixto,
aquella santidad bien meritada
por Fray Vicente, disci(pl)o de Cristo,
quesiste que fuese confirmada
por consistorio, segunt vos fue visto
Gozóse España con esta jornada,
que a Dios fue grato e al mundo bienquisto.
Mas imploramos a vuestra clemencia,
si serán dignas nuestras santas preçes,
non se recusen; mas da(d)nos segundo
canonizado por vulgar sentencia,
al confesor insign(e) Villa(c)reçes;
muy gloriosa fue su vida al mundo.
|
Soneto | Luis de Rivera | 15-17 | Cubrid de flores a la bella Esposa,
que se apaga el oriente en sus mejillas,
y un exceso de amor vuelve amarillas,
almas, si ya os tocó llama hermosa.
Revivid la temprana y fresca rosa
que viola parece, ¡maravillas
de vehemente ardor, y cómo humillas
al alma por tu santa unión ansiosa!
Las preciadas camuesas de sus huertos
traed para que huela, y el semblante
suyo fortaleced con nuevas flores;
que yace de amorosos desconciertos
ella herida, y el amor triunfante,
¿qué mucho que la venza mal de amores?
|
- X - | Marqués de Santillana | 15-17 | Fiera Castino con aguda lança
la temerosa gente pompeana;
el cometiente las más veces gana,
al victorioso nuze la tardança
Razón nos mueve, e çierta esperança
es el alferze de vuestra bandera,
e justicia patrona e delantera,
e nos conduce con grand ordenança
Recuérdenos la vida que vivides,
la cual yo llamo imagen de muerte,
e tantas menguas sean vos delante;
pensad las causas por qué las sofrides,
ca en vuestra espada es la buena suerte
e los honores del carro triumfante.
|
Soneto | Juan Pérez de Montalbán | 15-17 | De un curioso, no ilícito desvelo,
Dina, bien persuadida y mal segura,
con disfrazadas galas ver procura
en otras el retrato de su cielo
Por sosegar su honor y su recelo,
se cubre el rostro; pero fue locura,
pues vino a ser afeite en su hermosura
el ocultarla con tan fácil velo
Sale gallarda, y los claveles rojos,
viendo a Siquén, de púrpura mejoran,
y logra amor sus fímeros antojos.
Lloran los ojos el honor que ignoran,
que como el daño nace de los ojos,
son también los primeros que lo lloran.
|
De la misma comedia | Juan Pérez de Montalbán | 15-17 | Señor, si soy un ser, una existencia,
que sustenta mi ser, y vuestro celo,
para otro ser que deposita el cielo,
me dio este ser por modo de influencia.
Si el ser que tengo en propia subsistencia,
al ser que espero en vos sirve de velo,
no quiero ser mi ser, que es desconsuelo
faltar a la verdad por la apariencia.
Del ser de nada antes de ser sacaste
el ser imaginario que me diste,
y en el presente ser me colocaste.
Mas si para otro ser me previniste,
romped el ser con que este ser formaste,
y a ser vendré sin ser lo que quisiste.
|
- IV - | Marqués de Santillana | 15-17 | Sitio de amor con grand artillería
me veo en torno, e con poder inmenso,
e jamás çessan de noche e de día,
nin el animo mio esta suspenso
de sus combates, con tanta porfía
que ya me sobran, maguer me defenso
Pues que faras, o triste vida mía,
que non lo alçanzo por mucho que pienso?
La corporea fuerça de Samsón,
ni de David el gran amor divino,
el seso nin saber de Salomón,
nin Hercoles se falla tanto dino
que resistir pudiessen tal presión;
así que a defensar me fallo indino
|
A San Isidro | Juan Pérez de Montalbán | 15-17 | Los campos de Madrid, Isidro santo,
que fueron paraíso peregrino,
mudos alaban a su Adán divino,
que un cielo les compró pagado en llanto.
Pues cuando Isidro con amante canto
vacaba su labor, a Dios vecino,
de agrícolas brillantes se previno,
que presten tanta luz, esplendor tanto
Orad, Isidro, orad, pues tan copioso
se ostenta Dios, que vuestro efecto escoge,
y espíritus humilla por tributo
Dichoso vos, pues es aquel dichoso,
que de los cielos la cosecha coge,
sembrando aquí sus lágrima, el fruto.
|
- III - | Marqués de Santillana | 15-17 | Cual se mostraba la gentil Lavina
en los honrados templos de Laurençia,
cuando solemnizaban a heritina
las gentes d'ella con toda femencia;
y cual parece flor de clavellina
en los frescos jardines de Florençia,
vieron mis ojos en forma divina
la vuestra imagen e diva presencia,
cuando la llaga o mortal herida
llagó mi pecho con dardo amoroso,
la cual me mata en prompto e da vida,
me face ledo, contento o quexoso
Alegre paso la pena indebida,
ardiendo en fuego me hallo en reposo.
|
- IX - | Marqués de Santillana | 15-17 | Non es el rayo del Febo luciente,
nin los filos de Arabia más fermosos
que los vuestros cabellos luminosos,
nin gemma de topaza tan fulgente
Eran ligados de un verdor plaziente
e flores de jazmín que los ornaba,
e su perfecta belleza mostraba
cual viva llama o estrella de Oriente
Loó mi lengua, maguer sea indigna,
aquel buen punto que primero vi
la vuestra imagen y forma divina,
tal commo perla o claro rubí,
e vuestra vista társica e benigna,
a cuyo esguardee merçed me di.
|
Soneto | Juan Pérez de Montalbán | 15-17 | Baja Rebeca al prado en rizos de oro
dilatando la espléndida madeja,
que en confianza de una cinta deja,
por más ostentación de su tesoro.
Llega a la fuente, y el cristal sonoro,
rehusando el competir, de ella se aleja;
unas veces murmura, otras se queja,
y ella le riñe con galán decoro.
Alza los ojos, y piadoso advierte
el siervo de Abraham al blando ruego,
y con agua del fuego le divierte
Las bodas de Jacob conciertan luego,
porque el divino Amor, para que acierte,
empieza en agua y se remata en fuego.
|
Soneto | Domingo Fuente y Pardo | 15-17 | El Sol de entre celajes de su Oriente
sube a dorar la cumbre, que le espera,
del mediodía en turquesada esfera,
peinando rayos su esplendor luciente
Mar (¡o pensión que paga lo eminente!)
apenas el Laurel a su carrera
debido ciñe, cuando con ligera
caída le amenaza el Occidente
Así mariana de Felipe Aurora
apenas de él llegaba a coronarse,
cuando fatal peligro el daño apresta.
Mas por el Sol, y el Alba en vano llora
el mundo pues los mira eternizarse,
para dar Luz aquel, Luceros esta
|
Soneto | Luis de Rivera | 15-17 | Estrella nunca vista se aparece
a los remotos reyes orientales,
y al juzgar de los fuegos celestiales,
otra lumbre mayor los esclarece.
Nacido sacro rey se les ofrece,
con nuevas maravillas y señales
para que reverentes y leales
la obediencia le den como merece
Parten llevados de la luz y el fuego,
del fuego de su amor; luz que los guía
con claridad ardiente y soberana.
Subió al trono de Dios el pío ruego,
y llenos de firmísima alegría,
vieron la luz de Dios por nube humana.
|
Soneto | Luis Barahona de Soto | 15-17 | ¿A quién me quejaré de mi enemiga?
¿Al tiempo? No es razón, que me ha burlado
¿Al cielo? No es juez de mi cuidado
Ni al fuego, pues el fuego me castiga.
¿Al viento? Ya no escucha mi fatiga,
que está en mis esperanzas ocupado
¿A Amor? Es mi enemigo declarado
y en condenarme piensa que me obliga.
Ya, pues ninguno de mi parte siento,
Filis ingrata, a ti de ti me quejo:
juzguen tus ojos, reos y testigos.
Y el tiempo, el cielo, el fuego, Amor y el viento
lloren mi muerte pus mi causa dejo
en manos de mis propios enemigos
|
A una fuente oprimida de una mano | Fray Hortensio F. Paravicino y Arteaga | 15-17 | En vano oprimes con la mano impura,
que el pirámide cándido devora,
envidia vil, la fuente que el sol dora,
y en rayos de cristal perennes dura.
Si cuanto baja de mayor altura,
tanto sube después fuente sonora,
la que del cielo, donde fue su Aurora,
por fuerza ha de subir tan alta y pura.
Qué importa, envidia, que a vencer te animes
sus linfas claras, de Cleopatra uniones,
que aumentas perlas, y en el agua imprimes
Que puesto que pretendan tus acciones
que piense, quien te mira, que la oprimes,
para hurtarle el cristal, la mano pones
|
Soneto | Francisco de Figueroa | 15-17 | Perdido ando, señora, entre la gente,
sin vos, sin mí, sin ser, sin Dios, sin vida;
sin vos, porque no sois de mí servida;
sin mí, porque no estoy con vos presente;
sin ser, porque de vos estando ausente
no hay cosa que del ser no me despida;
sin Dios, porque mi alma a Dios olvida
por contemplar en vos continuamente;
sin vida, porque ya que haya vivido,
cien mil veces morir mejor me fuera
que no un dolor tan grave y tan extraño
¡Qué preso yo por vos, por vos herido,
y muerto yo por vos de esta manera,
estéis tan descuidada de me daño!
|
- XLII - | Marqués de Santillana | 15-17 | De la suprema corte curial
e sacro soçio de la gerarchía,
que de la diva morada eternal
fuste enviado por custodia mía,
gracias te fago, mi Guarda esp(e)çial,
ca me guardaste fasta en este día
de las insidias del universal
nuestro adversario, e fuste mi guía
E así te ruego, Angel, ayas cura
del curso de emi vida e breviedad,
e con diligençia te apresura,
ca mucho es débil mi fragilidad;
honesta vida e muerte me procura,
e al fin con los justos santidad.
|
De El libro de claustros del año 1621 | José de Salas | 15-17 | Hable a los siglos Córdoba elocuente,
por sus Sénecas, no, ni por Lucano,
como pretende el gran Bilbilitano,
sino sólo por Góngora eminente.
Por su Lope blasone justamente
ennoblecido el suelo carpetano
y a tanta Musa se la oponga en vano
del Tiber, o del Pado la corriente
Madrid segundos lauros se aperciba,
pues el renombre eterno ensalzar puede
que en la posteridad Hortensio goza
Con un Leonardo y otro el Ebro viva,
el Betis con su Herrera ufano quede,
que a mí no ha de callarme Zaragoza.
|
La Inmaculada Concepción | Agustín Moreto y Cavana | 15-17 | En el Cielo se vio, de luces bellas,
una hermosa mujer, del sol vestida,
y con ojos de púrpura encendida
amenazó un dragón sus blancas huellas.
Figura fue ésta tuya, que atropellas
la imagen de la luz que nos da vida,
la que sin culpa ha sido concebida,
más pura que el candor de las estrellas
Dios se llama de dar, y no ha pagado
menos que recibió, grandeza no era
de su poder no haberla preservado;
porque si carne en culpa Dios la diera,
cuando ella, pura y santa se la ha dado,
más liberal que Dios su Madre fuera.
|
Soneto | Fernando de Moscoso Osorio | 15-17 | Declina Febo en su mayor altura,
porque es pensión de la mayor grandeza,
se pone el Sol, no muere, pues empieza
a dar nuevo esplendor a la criatura
De nuestra Reina el Sol en su luz pura,
llegó a la Alteza, pues nos dio una Alteza;
noche fue el riesgo de mortal tristeza,
mas como es Sol, no muere, antes le apura.
Ocio juzgó el vivir, quien dio tal vida;
nuestro amor lo miró como importante,
no pudo ser un próspero homicida.
Prospere el cielo ese valor Gigante,
porque quien dio una gloria tan cumplida,
prosiga en darnos uno, y otro infante.
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A Francisco de Roales | Juan de Ribera | 15-17 | Ante tu canto, en plectro dilatado,
la eterna Fama, o del Tormes undoso
Canoro Cline, fin que el tiempo, odioso
Leteo, ofulque a tanta gloria el grado
No de la envidia, el Midas obstinado
niegue a tu labio acento el Lauro honroso
pues gustar mejor pudo decoroso,
el Numen dulce, el Helicón sagrado
Y la Penea Ninfa, que de Apolo,
el docto empleo le negó a sus brazos,
(trocó a las ansias de un amor prudente).
Hoy nuevo Apolo, a ti te ofrezco solo,
con amoroso afecto, ardientes lazos,
que ciñan de tu ser, la adulta frente.
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A la muerte de Lope de Vega | Juan de Piña | 15-17 | Cinco mil años ya que alumbra y dora
el sol, nubes, estrellas, luna, cielos,
y al encoger los enlutados velos
a Alba, a la mañana, y a la Aurora
Cinco mil años ha que la pintora
con divino pincel logra desvelos,
dibuja a Lope, dando envidia y celos,
que sólo en cuanto admira le enamora
Cinco mil años sin haber nacido
hasta el sepulcro, pira, o Mauseolo,
otro Lope Español murió el olvido
No fue alumno del sol, fue sol, fue Apolo,
digno del templo que verá erigido
del Poeta Español, como el sol solo
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Para hallar fortuna en los palacios | Juan del Valle y Caviedes | 15-17 | Para encontrar fortuna, estimaciones,
se ha de tener un poco de embusteros,
poco y medio de infames lisonjeros,
y dos pocos cabales de bufones;
Tres pocos, y un poquito de soplones
y cuatro de alcahuetes recaderos,
cinco pocos, y un mucho de parleros;
las obras censurando, y las acciones.
Será un amén continuo a cuanto hablare
el señor, o el virrey a quien sirviere
y cuanto más el tal disparatare
aplaudir con más fuerza se requiere;
y si con esta ganga continuare
en palacio tendrá cuanto quisiere.
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Sonetos creados entre 1586-1587 – A don Martín de Guzmán, que al quedar viudo de doña Catalina de Jáuregui se dijo se casaba con doña Fulana Gallarda | Juan de Salinas | 15-17 | Lo que hay de nuevo por acá, Ricarda,
si lo supieses bien te espantaría;
pintarélo en tan clara alegoría
que la aciertes a tiro de bombarda
Un gran maestro de danzar te aguarda,
viejo, pero ligero en demasía,
danzas y bailes mezcla cada día,
y ahora el caballero y la Gallarda.
De la Muerta no hay rastro ni memoria;
hizo ya su papel ¡Ay, suerte triste,
cuánta instabilidad hay en las danzas!
¡Aplausos breves de inconstante gloria!
Pero ¿qué mucho si su ser consiste
en variedad de vueltas y mudanzas?
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Sonetos creados entre 1586-1587 – Metáfora de una adulta que quiso matar al marido con veneno | Juan de Salinas | 15-17 | Tósigo ardiente adúltera sin freno
al celoso infeliz consorte apresta,
y por más infalible, infunde en ésta
igual porción de frígido veneno.
Y aunque el incauto, de sospecha ajeno,
bebió la duplicada muerte presta,
ambas ponzoñas con violencia opuesta
capitularon paz, de bueno a bueno
¡Oh sin ejemplo suerte prodigiosa!
¡Oh efectos por unidos encontrados!
¡Oh vivífica adúltera homicida,
en aumentar crueldades provechosa!
Que cuando place a los piadosos hados,
dos venenos, dos muertes, dan la vida.
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A San Isidro | Juan de Salamanca y Carranza | 15-17 | Los campos de Madrid, Isidro santo,
de los Elíseos son honrosa afrenta,
pues el cielo sus flores acrecienta,
cuando vos aumentáis amor y llanto.
Admiración me causa, más no espanto,
que cultivarlos tomen por su cuenta
los Ángeles, pues Dios así frecuenta
sumo poder, por estimaros tanto
Triunfos tantos de gloria Isidro alcanza,
emulando soberbias en el suelo,
y dando a Dios en agua fiel tributo.
Que en posesión convierte su esperanza,
pues goza dicha tales en el cielo,
sembrando aquí sus lágrimas el fruto.
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Soneto | Manuel Ponce | 15-17 | Una Aurora esplendor de siete Auroras,
tu cuerpo fue sepulcro a sus acciones,
en cuanto ilustra el alma a las regiones,
que viven sin ofensa de las horas.
Muerto a la vida, el término mejoras,
pues con enternecidas suspensiones
en abismo de luces te dispones
glorias, que en inmortal seno atesoras
A suprema deidad el alma unida
en sí anticipa el premio suspendido
de su divino amor sacra violencia
Volviste a los umbrales de la vida,
porque, el orbe a tu ejemplo reducido,
en más grados de Dios bebas su esencia.
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A la muerte de Lope de Vega | Fernando Bermúdez Carvajal | 15-17 | Atiende, o huésped, y que canta admira
muerta la voz de Apolo el monumento,
que son por resolverse en su elemento
los nervios cuerdas y los huesos lira
Suena, no arde, que cortés la pira,
como por desnudar el instrumento,
llegó a quitar la piel a aquel portento
mudo que canta, muerto que respira
Las primeras cenizas que han mentido,
que en la urna, que Sessa las construye,
faltando el alma, asiste la viveza.
Mas no, que siempre con igual partido,
porque viva este cuerpo sustituye,
o LOPE el alma, o Sessa su grandeza.
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Soneto | Manuel Salinas y Lizana | 15-17 | De sus doradas trenzas un cabello
la bella ninfa Doris cogió un día,
que licenciosamente le ponía
perfiles de oro al cristalino cuello
Con este sutil lazo, cuanto bello,
las dos manos, que asidas me tenía,
fuertemente me ataba, y me decía:
en fe de mío, no podrás rompello.
Búrleme yo, creyendo confiado,
ser tan fácil romper tan flaco nudo,
mas cuando lo intenté, creció mi pena.
Vime tan fuertemente aprisionado,
que ni bastó el valor, ni industria pudo
romper los hierros de tan gran cadena
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A la muerte de Lope de Vega | Francisco Sierra y Cortázar | 15-17 | Sabe, que este sepulcro, o pasajero,
no está para cenizas prevenido,
que fuera darte señas de haber sido,
y que se consumió el ardor primero.
Aquí pues tan activo, tan entero
al viento de la fama se ha encendido,
que vivirá su luz contra el olvido,
y las sombras del tiempo más severo
Su llama, a quien las Musas y el Parnaso,
con numeroso llanto no la ofenden,
antes su ser dilata y sus ardores.
Las veras como el sol en el ocaso,
que cuanto más se ausenta, más enciende.
y en más aumento da sus resplandores.
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