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Soneto
Juan Antonio Garcés
15-17
¿Dónde Sansón está la fortaleza, con qué heroico la fama te eterniza? ¿Dónde la ciencia, di, que te autoriza, escoger Salomón a tu grandeza? ¿Dónde David oculta tu nobleza, aquella santidad que te entroniza? Si cuando más el bronce solemniza os desdora el borrón de la Pureza Mas si a Francisco bien he contemplado, apagar el ardor que os ha vencido con el bello coral que ha derramado. Aun más triunfante cuanto más dormido, en él para su gloria aventajado, está lo fuerte, santo, y entendido.
- LI -
Juan de Arguijo
15-17
Cuando en horror medroso y ciego espanto por los teucros discurre Alecto airada, y el impío acero de la griega espada hace crecer con frigia sangre el Janto Entre las quejas y confuso llanto de la mísera gente descuidada, alza la voz Casandra, arrebatada de profético aliento y furor santo «En tus cenizas, dice, ¡oh patria cara!, se guarda el fuego cuya llama ardiente hará costosa a Grecia esta victoria: otra renacerá de ti más clara Troya, por quien tu nombre eternamente vuelva a vivir en más dichosa historia »
Soneto
Miguel de Barrios
15-17
El primer hombre fui, que, por Dios hecho, le semejé, de todo cifra hermosa; y, con gratitud al cielo odiosa, el quererme hacer grande me ha deshecho. Dominé el mundo, a mi altivez estrecho, y por comer la fruta venenosa, de la muerte en la cárcel espantosa, me viene grande el más pequeño trecho. Denominéme, de adamá (que tierra denota), Adán, (que es «hombre»), por tal modo que he vuelto a mi materia inanimada Lo que esta losa hasta mi nombre encierra, cuando Adán fue pensaba que era todo y, leído al contrario, ya soy nada.
- XLV -
Juan de Arguijo
15-17
Este soberbio monte y levantada cumbre, ciudad un tiempo, hoy sepultura de la grandeza, cuya fama dura contra la fuerza de la suerte airada Ejemplo cierto fue en la edad pasada, y será fiel testigo a la futura, del fin que ha de tener la más segura pujanza, vanamente confiada Mas en tanta ruina nueva gloria no os pudo fallecer, ¡oh celebrados de la antigua Cartago ilustres muros! Que mucho más creció vuestra memoria, porque fuisteis del tiempo derribados, que si permaneciérades seguros.
A la santa paciencia
Juan Francisco Andrés
15-17
Del fuego abrasador la llama ardiente, no examina en Laurencio lo inflamado, que el calor de las ascuas no ha quemado, porque en su pecho, incendio mayor siente. La actividad de Orencio no consiente, que le refríe del cristal lo helado, porque el hielo, en pavesas transformado, confiesa el vencimiento claramente. Laurencio se acredita de animoso en las llamas, y Orencio en los cristales, rayos brilla el amor afectuoso. Que venzan elementos desiguales, no es mucho, cuando en parto prodigioso, la Paciencia les dio fuerzas iguales.
A mi propio retrato
Álvaro Cubillo de Aragón
15-17
Agradece al pincel ¡oh sombra vana! tanto esplendor, que a breve lienzo fía, exento a la cobarde valentía de aquel que huyendo mi verdor profana Hoy me parezco a ti, mas no mañana ¡Dichoso tú que naces cada día y el tiempo no podrá con su porfía poner en ti una arruga ni una cana! Dichoso tú que el curso fugitivo de su veloz carrera, despreciando, siglos apuestas a vivir no vivo Y sin ventura yo, que siempre dando cada paso a la muerte, soy cautivo que sé no vivo, y muero no sé cuando
- VI -
Juan de Arguijo
15-17
Julia, si de la Parca el furor ciego permitiera en tu vida más tardanza, no viera Roma en su mayor pujanza de las guerras domésticas el fuego; que semejante en el piadoso ruego a las Sabinas, la furiosa lanza redujeras, repuesta la venganza a paz alegre y a común sosiego Al detenido daño y armas fieras tu acelerada muerte abrió camino rota la fe, que violentada estaba. Tú sola el istmo de estas ondas eras: mas acabó la fuerza del destino vida, que tantas muertes excusaba.
A la muerte para mejor vida del doctor Juan Pérez de Montalbán
Pedro Jerónimo Mancebo de Velasco
15-17
Esta luz que en los términos fatales amenazada del horror, parece que en resplandores trémulos fenece luchando con las sombras funerales, En Farol (que de sólidos metales la piedra le construye) permanece exenta al común soplo, que oscurece tanto vital ardor de hachas mortales Atenta aquí la Parca (cuando fiera extinguir suele toda luz viviente) midió el golpe fatal de su tijera: Cortó avivando; con qué más luciente quedó la llama que a la vez primera, cuanto va de caduca permanente.
A Arión Músico
Juan de Arguijo
15-17
Mientras llevado de un delfín piadoso corta Arión el mar, suspende el viento, y las agua enfrena el blando acento de la cítara y canto artificioso Las Nereidas, dejando el espumoso albergue, al dulce son de su instrumento tejen en concertado movimiento festivo coro en el teatro ondoso Tetis, Nereo y Doris con espanto oyeron su armonía Ni faltaste, grande Neptuno, y tú, Glauco, saliste ¡Oh, fuerza ilustre del suave canto!, si la fiera codicia no ablandaste, ondas, vientos, delfín, dioses venciste.
Soneto
Diego Gonzalo
15-17
España tuvo el más felice día, y temió España el más sangriento estrago, pobló el contento todo el viento vago, borró el pesar la luz de la alegría. Nació Felipe Próspero, y debía, que el Reino le esperaba con halago; costó su nacimiento duro halago, que en su Madre temió la Monarquía. España el parabién te da dos veces, (pues Mariana, que tanto a deseado) del riesgo en que saliste con más gloria. Con que te da el aplauso que mereces porque añade valor al triunfo osado, quien se arriesga después de la victoria
- XXXVI -
Juan de Arguijo
15-17
Después que en tierno llanto desordena Citerea la voz por el violento fin de su Adonis, y con triste acento el bosque Idalio a su dolor resuena, y en flor sobre el acanto y azucena hermosura, trueca el mísero y sangriento joven, modera el grave sentimiento, y el ímpetu a sus lágrimas enfrena; y no hallando a su tristeza medio vuelve al usado ornato, y reflorece del ya sereno rostro la luz pura Así el pesar con la razón decrece, desesperado el bien; que tal vez cura a un grande mal la falta de remedio.
Soneto
Luis Martín de la Plaza
15-17
Nereidas, que con manos de esmeraldas para sangrarle las ocultas venas de perlas, nácar y corales llenas azotáis de Neptuno las espaldas y, ceñidas las frentes de guirnaldas, sobre azules delfines y ballenas oro puro cernéis de las arenas y lo guardáis en las mojadas faldas: decidme, así de vuestro alegre coro no os aparte aquel dios que en Eolia mora ni con valiente soplo os haga agravios, ¿halláis corales, perlas, nácar, oro tal como yo los hallo en mi señora en cabellos, en frente, en boca, en labios?
Soneto
Luis Martín de la Plaza
15-17
Veo, Señora, al son de mi instrumento, cuando entona mi voz tu nombre santo, parar los ríos a escuchar mi canto, correr los montes y callar el viento. Y luego, si publico mi tormento, huir los ricos con temor y espanto, y ser los montes sordos a mi llanto, y el viento murmurar del triste acento. Y es porque haces sus arenas de oro, traes a los montes un verano eterno, y das olor al viento que te toca. Yo deshago, llorando, su tesoro, traigo a los montes un helado invierno, y doy a viento el fuego de mi boca.
No pises, no; detén el pie de nieve...
Pedro Castro y Anaya
15-17
No pises, no; detén el pie de nieve; no pises esta desmayada rosa, que a los claveles de tu boca hermosa la ya marchita púrpura les debe Esta, que poseyó cetro tan breve del prado en la república olorosa, hállete, oh Nise, alguna vez piadosa si tu retrato a lástima te mueve Pero si acaso enternecida lloras la muerte de una flor, oh dueño ingrato, por ser copia gentil de tus auroras, Nise, Temed; en que, en tan breve rato, sin la prolija guerra de las horas, falte el original como el retrato.
Al retrato de Pedro de Valencia, ceramista de Su M
Anastasio Pantaleón de Ribera
15-17
De este lienzo la voz, o peregrino, pórfido calla, bien que no la vida, hoy del primer pincel restituida, robada ayer del último destino. El que admiras silencio, ya ladino habla en la docta imagen, que mentida en su primera forma, o repetida finge la humanidad viviendo el lino La verdad de esta copia muda yace aun más que en el pincel que se eterniza en breve espacio de sepulcro breve O no el sepulcro, Pedro, se embarace, el cielo sí, de tu inmortal ceniza, que el menos grave pórfido no es leve.
A fama póstuma del doctor Juan Pérez de Montalbán
Juan López Román
15-17
Venera aquesta Pira, o Caminante, que yace en ella aquel Doctor famoso, Montano, que en su tiempo dio glorioso alma a las Musas, de su ser Atlante Aquel que en lo discreto, y elegante se vio tan eminente que es forzoso presumir de su modo milagroso que no queda en el mundo semejante O Parca fiera que con mano aleve -la vida le quitaste al Fénix sólo- en el arte, y primor de la Poesía! Aquel que las Hermanas todas nueve le dieron el laurel del sacro Apolo, celebrando sus versos a porfía
Al lector
Juan de Castellanos
15-17
Lector amigo, claramente veo salir a luz aqueste monumento sin aquellos matices y ornamento que por ventura tienes en deseo Con sólo la verdad lo hermoseo, porque no pide tanto crecimiento de variedades, mas detenimiento del que suele llevar veloz correo La peregrinación es inexhausta, la vida breve, vena mal propicia para me detener en las jornadas Y ansí vamos de paso, porque basta en aqueste compendio dar noticia de las cosas que estaban olvidadas
A la muerte de don Rodrigo Calderón
Anastasio Pantaleón de Ribera
15-17
En copia amarga de funesto llanto desata (o Caminante) el sentimiento, que informa miedos hoy tanto escarmiento, que lágrimas disculpa, ejemplo tanto, grave te avise, y te prevenga tanto Desengaño a la vida, este sangriento, este helado castigo, que instrumento de la piedad se ostenta, y del espanto No natural, violento sí, el destino (por ley impuesta) derribó homicida el uso indigno de su altiva suerte Muriendo humano vivirá divino, pues el morir le ocasionó su vida, pues el vivir le aseguró su muerte.
Al estrago de la predicación evangélica
Anastasio Pantaleón de Ribera
15-17
Pregúntasme, porque con tanto ahínco repugné el predicar, pues bien podría con un poco de crítica osadía subirme al mayor púlpito de un brinco. Confieso Anian, que los talentos cinco son ya sólo una vana parlería; mas con ella, que gana el alma mía, pues si una flecha en las ajenas hinco Si al oído estragado me acomodo, estrago la doctrina; si la templo con sencillez, a las paredes hablo: ¡O Sacro oficio! ya profano en todo es Comedia el Sermón, Teatro el Templo, farsante el que predica, autor el Diablo
Sobre el mismo tema
Pedro de la Escalera Guevara
15-17
Duerme en el mármol de esta losa fría aquel sol que ilustró tanto las artes, que los doctos del orbe en varias partes lloran de tanto sueño el triste día La patria dulce en lágrimas envía, la queja del dolor que le repartes, huérfana, LOPE, de tus altas partes, y sin el plecto de tu gran Talía. Docto varón, o docto, al fin moriste, para enseñar desde ese monumento la Parca atroz con tu divina pluma Que pues docto varón no la venciste, el ignorante viva, viva atento al fin último suyo, y no presuma
Soneto amoroso
Juan de Jauregui
15-17
Burla o blasona la corcilla o gama, bien guarecida entre su bosque espeso, del gran lebrel y acosador sabueso, cuyo ladrido la amenaza y llama. Mas si, engañada de la hierba y grama, al raso campo estiende el pie travieso, muriendo paga su ligero ecceso, y en vano el gremio de las selvas ama. Así, mientras cerrado en mi aspereza viví, burlaba, Amor, de tus rigores; mas engañóme un rostro lisonjero. Salí de mí, siguiendo la belleza de un paraíso con perpetuas flores, donde a tus manos rigurosas muero
A San Ignacio de Loyola
Juan de Jauregui
15-17
Ved la columna que descubre senda en el piélago rubro al pueblo amado, el fuego y el granizo ved mezclado, porque el egipcio su amenaza entienda. Ved sobre el mar, porque su golfo encienda, el ángel fuerte, de pureza armado, y en procelosas ondas arrojado, a Jonás ved que al ninivita enmienda de Dios ved el espíritu influyendo sobre las aguas; ved el arca ufana, que vida ofrece en la borrasca a tantos; así de Ignacio en la laguna ardiendo veréis la caridad, que ejemplos santos pudieron describir, no voz humana
A las cenizas del doctor don Juan Pérez de Montalbán
Ángela de Mendoza
15-17
Culta pavesa ya, si antes alada, envidia de las flores, y del Mayo, que anhelando a lucir ardiente rayo, a Epitome reduces este nada. Caúcaso fuiste ya, adonde atada la idea padeció mortal desmayo, hoy de cenizas pálidas Moncayo, urna te ceñirás bien fabricada. Quieta reposa pues, mientras unida asciendes a lograr el alto empeño que desató los lazos de tu vida Descansa entre las sombras de este ceño, que después la quietud interrumpida, verás que en la virtud la muerte es sueño.
A San Isidro
Felipe Bernardo del Castillo
15-17
Los campos de Madrid, Isidro santo, Ángeles aran, cuando tú arrobado, estás con Dios y en Dios tan endiosado, que el héroe labrador da al cielo espanto. Angélicas cohortes entre tanto a Iban por ti ministran tu cuidado, cándidos bueyes, celestial arado, el campo fructifican sacrosanto. Aqueste Labrador orando alcanza con lágrimas de gozo enternecido labrarse para Dios, darse en tributo. Las Ángeles que están en su labranza, por cosecha del cielo le han cogido, sembrando aquí sus lágrimas el fruto.
A la muerte del doctor Juan Pérez de Montalbán
Pablo de Sotomayor
15-17
Del Píndaro Español, del Cisne raro, que tan dulce cantó con docta pluma, la forma reducida a breve fuma, ceniza sella aquí este Mármol Paro. El que a pesar de envidia, ingenio claro, nuevo Virgilio fue, prudente Numa, porque olvido su nombre no consuma descansa en bronce, contra el tiempo avaro Aquí el divino Montalbán reposa Tu afecto mueva a llanto, o peregrino, su pérdida temprana lastimosa. Y pues vive inmortal, contra el destino, de tan grande Varón, tan breve Losa, venera en paz, y sigue tu camino.
Soneto
Andrés Rey de Artieda
15-17
A ¿Quién vive aquí? C Un pobre peregrino A ¿Pues peregrino con hogar y casa? C ¿No la veis toda ya desierta y rasa, que sólo esté sobrado quedó en pino? A ¿Quién os trajo a tal lugar? C Mi sino A ¿Quién sois? C Soy viento que no vuelve y pasa: tuve favor del mundo, tuve el asa; pasó el buen tiempo, y el adverso vino. A ¿Qué hacéis aquí? C Un cesto, una canasta, tal vez de mimbre, tal de seco esparto, con que gano el sustento que me basta. Y no me vi (os prometo) jamás harto de pretensiones militares hasta que el desengaño me alquiló este cuarto
Soneto
Benito Arias Montano
15-17
Quien las graves congojas huir desea, de que está vuestra vida siempre llena, ame la soledad quieta y amena, donde las ocasiones nunca vea. En ella de paciencia se provea contra los pensamientos que dan pena, y de memoria del morir, que es buena para defensa de cualquier pelea Mas el que está de amor apasionado, no piense estando solo remediarse, ni con paciencia ni acordar de muerte; porque la causa trae de su cuidado dentro en sí, y mientras más quiere alejarse, la fuerza de amor siente muy más fuerte.
Soneto a San Vicente Ferrer
Gaspar de Aguilar
15-17
Juan ofreció el jazmín, que es el dechado de la virginidad maravillosa; Diego, menor, la trascendente rosa; Bernardo, amante, el alhelí morado Domingo, noble, el lirio aventajado; Antonio, fuerte, la azucena hermosa; Tomás, sutil, la nepta provechosa; Lorenzo, mártir, el clavel leonado. Jacinto, el arrayán de su esperanza; Pablo, la maravilla de su celo; Francisco, el trébol, que humildad promete. Con estas flores dignas de alabanza, hizo el grande Vicente, para el Cielo, como era valenciano, un ramillete.
Soneto de penitencia
Diego Ramírez Pagan
15-17
El cuerpo está de vicios abrevado, en el profundo el paso detenido, las aguas de mis culpas han crecido y hasta el alma mía se han entrado. Si a pie pruebo a salir, no hallo vado, si a vuelo, se han las alas derretido, y queda en mi deshonra mi apellido, como de Ícaro el golfo señalado. Si quiero bracear soy ignorante en el nadar, y pues a todo falto bonanza de los tristes que navegan Tu mano poderosa de lo alto envíala señor, y en un instante me libra de estas aguas que me anegan.
Soneto
Diego Vélez de Guevara
15-17
Ora en la fiel cosecha, Lisis grata, la tierra corresponda a el aldeano labrador, ora en leche pierda el grano la piedra, que las mieses desbarata; o el mar tranquilo ya, la índica plata en salvamento llegue al puerto hispano, o ya parte se trague el Océano, y parte roba el albión pirata; no lo siento, ni anhelo los fatales destinos estorbar con dar al viento y a Dios votos y voces desiguales No porque yo del mal tenga contento, mas porque el curso de seguir tus males no me deja lugar al sentimiento
Soneto
Francisco de Olaegui
15-17
Llega Javier al cielo, ya Gigante, en lama, y cuerpo, con la augusta frente a quien cuanta en la esfera arde luciente, estrella ceñirá bello diamante. Medio Orbe al Macedón bastó arrogante, todo el mundo a Javier no es suficiente, pues si en llamarse grande aquel no miente, que renombre a Javier será bastante. Siempre aspiró a ser más pero su aliento, no hallando más que ser, ya se ha excedido, a sí mismo: o Javier siempre portento. Cuanto otros Héroes fueron no ha podido eternizarlos, más a tu ardimiento le sobra la mitad de lo que ha sido
Soneto
Francisco de Figueroa
15-17
Gasto mis pasos y mis tristes días tras un deseo loco y engañoso, que sostiene el vivir dificultoso con vanas esperanzas y alegrías; y encontrado mi daño por mil vías, sin ser abierta senda a mi reposo, doquier que vuelvo el rostro lastimoso, hay campo lleno de miserias mías. Miseria será todo y desventura, hasta que se ejecute la postrera en los cansados años de mi vida. Pagará el pensamiento su locura, y morirá el deseo cuando muera el alma, que es vivienda aborrecida
Soneto
Gregorio Silvestre
15-17
¿Qué es esto, Dios de amor, que ya no vales? Las damas dicen que obras son amores y ya no quieren gracia ni primores, sino buenas preseas y primores. Rindiéronse al amor de tres metales: con oro y plata tiran los mayores y tiran con el cobre las menores que todas ellas son interesales. Bien puede acometerse sin recelo con un hermoso tiro de moneda la más pura mujer de las del suelo. Y cuando algún resabio en ellas queda con un arpón de raso o terciopelo las torna amor más blanda que la seda.
Soneto
Gregorio Silvestre
15-17
Del oro fino son vuestros cabellos, señora, y de cristal la blanca frente, los ojos son dos soles en oriente que al mismo amor, de amor matáis con ellos Y quiere amor que haga pausa en ellos, que no hay pasar de allí ni se consiente; y es cada parte en voz tan excelente que son dignos de ser de quien son ellos. De cuanto bueno el cielo acá reparte tendrá, quien ver supiere vuestro gesto, mil años que alabar en cada cosa; cien mil gracias tenéis en cada parte y hacen todas ellas un compuesto, que no es la hermosura tan hermosa.
¿De qué sirve querer un imposible?
Leonor de la Cueva y Silva
15-17
Basta, Amor, el rigor con que me has muerto; cese un poco, rapaz, tu ardiente fuego, pues ya del alma el señorío entrego por los ojos no más a dueño cierto; y aunque es el bien que añoro tan incierto, que no pasa de vista, a sentir llego tu fuerza de manera, que me anego en mil mares de amar sin hallar puerto Riño unas veces a mis libres ojos, mas por respeto de lo que han mirado, detengo el castigarlos lo posible, y viendo que padezco estos enojos, digo entre mí a mi pecho enamorado: ¿de qué sirve querer un imposible?
Soneto
Miguel Beneyto
15-17
Ya me canso, señora, de cansarte, y así procuraré seguir tu gusto; pues lo requiere la razón, y es justo que nadie persevere en enfadarte No quiero algunas cosas acordarte, que son en mi provecho y tu disgusto; porque dirás que es caso muy injusto querer por tal camino granjearte Al fin, señora, porque no te asombre mi vista ni te cause algún despecho, te juro de dejar la patria y nombre, pues bañando con lágrimas el pecho, borrare, por ser tuyo, aquel renombre, quedando con tu gusto satisfecho.
Soneto
Francisco de Figueroa
15-17
Hierbas floridas, verdes, deleitosas, que con el blanco pie sois oprimidas de aquella que en su bulto recogidas tiene todas las gracias más preciosas Dichosas sombras suaves y amorosas, tan gratas a la que roba mil vidas aire que del fino oro desparcidas las hebras traes revueltas con las rosas; claras y frescas fuentes cristalinas, que de bañar en vos sus blancas manos os quiso hacer mi Filis tanto dignas; cuando sintáis sus pasos soberanos direisle, si a mis ojos son benignas, que no me sean los suyos tan tiranos.
De Los hermanos amantes y piedad por fuerza – Jornada primera - Margarita
Fernando de Zarate
15-17
De vos me aparto, honor, en tal mudanza, alegre de mi mal, mi infamia siento, de qué me servirá tener contento, si más ha de perder quien más alcanza. Quíteme amor el bien de la esperanza, que si van mis desdichas en aumento, por fuerza ha de dejarle a mi tormento la memoria por ser lo que más cansa. Viviendo la memoria ha de matarme; quitarme la esperanza es darme muerte; (leño en mar proceloso voy, y vengo). Pero quiero en mis males consolarme, tengo esperanza, ¿no? Pues de qué suerte me ha de quitar amor lo que no tengo.
Soneto a Nuestra Señora de Alva
Diego Ramírez Pagan
15-17
Sosegado está el mar, selvas y prados, la hoja y flor su pompa muestra al cielo, la noche vi rompiendo aprisa el velo sus caballos herir negros y alados Scintia deja los campos plateados de un transparente y cristalino hielo, resplandecían del señor de Delo los orientales rayos colorados Cuando otro sol más puro de occidente veis donde asoma serenando el día, y la imagen oriental descolorando. Y dijo Eterna luz sola y ardiente sufrid en paz la hermosura mía que más clara que vos se va mostrando
A la vida y costumbre de Nuestra Señora conforme San Epifanio
Andrés Rey de Artieda
15-17
Vistió la humilde Virgen lino y lana, honró en su estado al grande y al pequeño Ira, cólera o risa, ni por sueño mostró tener, ni turbación humana De estatura de cuerpo fue mediana, rubio el cabello, el color trigueño, afilada nariz, rostro aguileño, cifrado en él un alma humilde y llana. Los ojos verdes de color de oliva, la ceja negra, arqueada, hermosa, la vista santa, penetrante y viva. Labios y boca de purpúrea rosa, con gracia en las palabras excesiva, representando a Dios en cualquier cosa.
A Lope de Vega
Diego Ximénez de Cabredo
15-17
Hoy queda para siempre declarado, Vaga espaciosa fértil y agradable, que es el fruto que das inestimable puro, precioso, rico y regalado. Pues le ofreces a todos sazonado, útil al alma y a la vista amable con una erudición incomparable y en estilo jamás imaginado No sólo es digno de que ganes nombre y le gane Madrid cual madre tuya honrada de tenerte por su hijo, mas de que el Tajo nueva envidia asombre de que al Betis la gloria se atribuya de hallar Mecenas en don Juan de Arguijo
Soneto
Benito Arias Montano
15-17
¿Qué es esto Entendimiento? ¿Qué revuelta te hace disparar de tu carrera, que aquello do menor razón se espera te vas desatinando a rienda suelta? Solías tú correr, parar, dar vuelta, movido de la mano más certera de la razón, llevando por bandera la vela que el sentido al viento suelta Desesperado de mi luz avara, que, cuando más pensaba ir atinando, muy más sin tino y ciego me llevaba, sentí, sin sentir cómo, otra tan clara que aquella que primero me guiaba me va tiniebla oscura remedando
Soneto
Matías Juan Beana
15-17
En globo azul, que el euro no violenta, tranquilidades de su seno undoso, no hallando en amarguras su reposo, el pasajero en sed corre tormenta. Javier Sagrado su desmayo alienta, y a los clamores míseros piadoso, solicita el licor venga precioso, que socorra una pena que atormenta. A Cristo invoca, de la Cruz pendiente, cuyo costado (fuente a los mortales) el bote de una lancha abrió con brío. Bendijo el mar la Cruz, Sacro Tridente, y como sintió el ponto en sus cristales, aquella dulce fuente, se hizo río.
A un reloj que juntamente era candil
Anastasio Pantaleón de Ribera
15-17
A nuevo ya esplendor restituida hermosísima luz tu ser mejoras, pues a la noche las tinieblas doras, de su seno la sombra desmentida Si de la edad, que vives repetida, aun los caducos términos ignoras, en el índice vuelve de las horas segunda vez a regular tu vida O tú feliz, a quien el fin violento tantos avisan mudos desengaños, que un momento te da ¡otro momento! Y yo si en el ejemplo de tus daños, como llegué a observar el escarmiento, llego también a castigar mis años.
Soneto
Lorenzo Ortiz de Bujedo
15-17
Si se oscurece el mundo con la ausencia del padre de la luz, del sol hermoso, yo luego con semblante luminoso sustituyo benigna su presencia Cuando con melancólica influencia tiende la noche el manto pavoroso, mi hermosísima luz del tenebroso horror, que infunde, burla la inclemencia Alza al cielo los ojos, y al mirarme, te llenarás de gozo y de alegría, sin dejar un momento de admirarme. ¡Oh Luna! Dime ¿quién tanta hidalguía pudo a ti concederte, y en ti darme? El ser símbolo expreso de María
En el túmulo que fabricó Sevilla a la reina Doña Margarita
Juan de Jauregui
15-17
Hoy, por Vandalia insigne y su cabeza, magnífico sepulcro al cuerpo santo de Margarita se dedica, en tanto que el alma goza de mayor alteza No el rico adorno y la imperial grandeza mueva a curiosa admiración y espanto los ojos mismos: que a dolor y a llanto debe mover, y a funeral tristeza Ya en cuanto espacio el universo estiende su grave faz, todo placer destierra la Muerte, ufana de tan noble palma Ella se alegre; alégrese la tierra, que las cenizas envolver pretende; y el cielo puro, que atesora el alma.
Al entierro que se hizo en San Esteban de Salamanc
Anastasio Pantaleón de Ribera
15-17
Niégate, (huésped) hoy a la partida, y el llanto logra, que fatal te advierte este funesto triunfo de la muerte, este funesto asombro de la vida Culta es urna del Alba, que dormida en sueño yace inexorable y fuerte de eterna siempre noche, o dura suerte cual cerviz no tembló su grave herida Al fuero de la Parca luces bellas, el Alba feuda aquí, de aquel Fernando, que hoy de gloria sus triunfos enriquece. Que mucho, pues, se ilustra a las estrellas, y aun a los mismos cielos ilustrando, horizontes eternos amanece.
A Lope de Vega y Carpio
Isabel de Ribadeneira
15-17
Si el Español, o el Florentín famoso vieran de tus escritos la excelencia, Vaga, a quien el Parnaso reverencia, quedara cada cual de ti envidioso Porque tu dulce estilo caudaloso así de los demás se diferencia, como entre las estrellas la presencia del sol al medio curso luminoso Y pues los ríos, sin faltar ninguno, cortando montes, o por valles fríos, al mar van a pagar debido censo: Aunque no has de crecer con loor alguno, vaya mi arroyo entre famosos ríos al Océano de tu ingenio inmenso.
A don Diego de Lucena, pintor famoso, grande ingen
Anastasio Pantaleón de Ribera
15-17
En esa, Diego, lámina excedida ni del Griego Pintor, ni del Toscano, a los esfuerzos debe de tu mano segundo aliento mi segunda vida Muda la imagen vive, consentida, no a más que el bulto persuadir humano, nada el pincel la oculta soberano, sólo la voz le niega colorida. No te adquiere esta copia la alabanza por imitada bien, que los primores siempre son en tu obrar la menor parte Mayor admiración, Diego, te alcanza de que anime tu diestra los colores, y pueda dar espíritus el arte
Soneto
Francisco de Segura
15-17
Sois sin pecado original criada, ab eterno guardada y escogida; que quien os hizo Virgen y parida os hizo de la culpa preservada Vuestra sangre divina, inmaculada, es de Dios hecho Hombre, y nos dio vida; y gracia de tan alto recibida, ¿cómo pudo de culpa ser manchada? De Nuestro Salvador, Verbo humanado, Virgen y madre sois, suma grandeza, que sobre serafines os levanta. El dicho de Dionisio sea alabado: «Que a no saber de Dios la grande alteza, os tuviera por Dios, ¡oh Reina Santa!»
La rosa en los cristales de una fuente...
Pedro Castro y Anaya
15-17
La rosa en los cristales de una fuente flor a flor todo el prado desafía; hermosa en plumas de carmín se abría a ser narciso en el cristal luciente Y cuando más purpúrea y floreciente en copas de rubí perlas bebía, del achaque de un sol, del mal de un día, murió: que aun la hermosura en flores miente ¡Oh flor!, el primer paso de tu vida fue el último también que pudo darte, antes escarmentada que nacida ¡Oh documento de la humana suerte! ¡Oh verdad de los campos escondida! ¿Quién no se desengaña con tu muerte?
Soneto
Luis Martín de la Plaza
15-17
¿Qué fiera Alejo de cruel veneno entró en mi pecho y me privó el sentido? ¿Qué frenesí de cólera encendido quitó a mi lengua temeraria el freno? ¿Cómo turbé, Señora, tu sereno cielo, sin ser de rayos oprimido, pues soy gigante bárbaro atrevido, y no escarmiento en el ejemplo ajeno? Rayos, Señora, de tu cielo bajen; pagaré con mi muerte el mal que debo, y moriré contento en noche oscura; porque a mirar la luz aun no me atrevo del sol; que desprecié su hermosura en ti, Señora, como en propia imagen
Soneto
Luis Martín de la Plaza
15-17
Tiñe tus aguas en señal de luto, Guadalhorce, y aumenta tu creciente; llora, pues no verás eternamente flor en tu margen ni en tus plantas fruto, que el dios del mar robó, ladrón astuto, al que honró sol hermoso tu corriente, como si de oro y de cristal luciente rebelde le negaras el tributo Venganza espera tu afrentosa injuria; combate al mar con tus arenas hondas, pide tu sol con guerra, no con ruego, corre, no temas su arrogante furia, pues que te dan para vencer sus ondas agua mis ojos y mi boca fuego
Eróticas – - VI -
Esteban Manuel de Villegas
15-17
Flote la tuya, la contraria armada acometer feroz, rendir violento; en el salado mar te ayudó el viento, Marte en la tierra, en la ocasión tu espada. Oí a la vil pasión desenfrenada, ingrato a tu valor, le das aliento, pues, fuerte capitán, muda de intento, que quieres ya de una mujer gozada. La trompa suena, el Parto se avecina, y el pícaro sutil, que al cielo llega, tu nombre aclama, tu persona esparce. Necio me excusas, mucho ignoras Cina, amor también es guerra, el campo marce, que si es ciego el amor, la guerra es ciega.
A Santa Rosa de Lima
Luis Tejada y Guzmán
15-17
Nace en provincia verde y espinosa, tierno cogollo, apenas engendrado entre las rosas, sol es ya del prado, crepúsculo de olor, rayo de rosa. De los llanos del alba apenas goza cuando es del dueño singular cuidado, temiendo, se la tronche el rudo arado o se la aje mano artificiosa. Mas ya que del cairel desaprisiona la virgen niña, previniendo engaños, la corta y pone en su guirnalda o zona Así esta virgen tierna, en verdes años cortó su autor, y puso en su corona: ¡oh, bien anticipados desengaños!
Soneto
Juan B. Camacho
15-17
Virgen más pura que el empíreo Cielo, Aurora en quien se muestra el Sol divino con esplendor más claro, y peregrino, que en los demás que visten mortal velo Ni el ángel que levanta más su vuelo pudo con vos correr igual camino, limpia en cualquier instante (así convino) os hizo Dios con amoroso celo Esta verdad, con voto, alegre canta del Sacerdocio santo lo escogido, lo ilustre, lo acendrado, y más devoto Y esta es la causa que con fiesta tanta sólo suene entre el célebre ruido, Virgen, Limpieza, Sacerdocio, y voto
Soneto
Juana de Arteaga
15-17
Alegres horas de memorias tristes que por un breve punto que durasteis a eterna soledad me condenasteis en pago del contento que me disteis Decid: ¿por qué de mí sin mí os partisteis sabiendo vos sin vos cual me dejastes? Y si por do vinisteis os tornastes, ¿por qué no al mismo punto que vinisteis? ¡Cuánto fue esta venida deseada y cuán arrebatada esta venida! Que, en fin, la mejor hora fue menguada. No me costasteis menos que una vida: la media en desear vuestra llegada y la media en llorar vuestra partida.
- XXXIV -
Juan de Arguijo
15-17
A ti, de alegres vides coronado, Baco, gran padre domador de Oriente, he de cantar; a ti, que blandamente templas la fuerza del mayor cuidado; ora castigues a Licurgo airado, o a Penteo en tus aras insolente; ora te mire la festiva gente en sus convites dulce y regalado. O ya de tu Ariadna al alto asiento subas ufano la inmortal corona; ven fácil, ven humano al canto mío: Que si no desmerece el sacro aliento, mi voz penetrará la opuesta zona, y al Tibre envidiará, el Hispalio río.
Soneto
Gonzalo de Ayala
15-17
Ímpetu superior, amor ardiente de IGNACIO solicitan el deseo pendiente de Jesús, dichoso empleo, unido al bien que admira ya presente A los divinos rayos de su Oriente humilde vuela para más trofeo, y en total suspensión dulce recreo, luz sobrenatural el alma siente. Siete días IGNACIO, el cuerpo en calma, y el alma heroicamente entretenida, de amores muere, por amores vive. Despierta con Jesús en cuerpo y alma, porque en cuerpo y en alma nueva vida IGNACIO a un tiempo de Jesús recibe
A Narciso
Juan de Arguijo
15-17
Crece el insano ardor, crece el engaño del que en las aguas vio su imagen bella; y él, sola causa en su mortal querella, busca el remedio y acrecienta el daño Vuelve a verse en la fuente ¡caso extraño!: del agua sale el fuego, mas en ella templarlo piensa, y la enemiga estrella sus ojos cierra al fácil desengaño Fallecieron las fuerzas y el sentido al ciego amante amado, que a su suerte la costosa beldad cayó rendida Y ahora, en flor purpúrea convertido, el agua, que fue principio de su muerte, hace que crezca, y prueba a darle vida.
A Dido
Juan de Arguijo
15-17
La tirana codicia del hermano, impía ocasión del fin de tu Siqueo, huiste fiel por el airado Egeo, Elisa, hasta el término africano. Donde reliquias del ardor troyano encendieron en ti nuevo deseo; y entregaste en infausto Himeneo al Teucro engañador la fe y la mano Despreciaste, en tu daño presurosa, la merecida fama, que destruyes con el engaño que obstinada quieres ¡Oh en ambas bodas poco venturosa! Muriendo el uno, perseguida huyes; huyendo el otro, desdeñada mueres.
A don Agustín de Salazar y Torres
Pedro de Arce
15-17
Del uno y otro Griego Valeroso, las heroicas hazañas que, describe, a la inmortalidad las apercibe el Sabio Homero en plecto armonioso Heroicas Obras de Héroes más glorioso, que eterno en el aplauso siempre vive, hoy logra el tiempo, y este honor recibe, del Docto Vera, en celo generoso. Dulces reliquias su amistad traslada de las inadvertencias del olvido a la veneración de la memoria; hoy resuena la Lira celebrada del Castellano Apolo esclarecido por él, que en esta fama halló su gloria
A la muerte de Lope de Vega
Luis Ramírez de Arellano
15-17
Vive inmortal milagro peregrino, que aconteciste raro a nuestra España en cuanto el mundo en ti se desengaña de que abriste a las Musas el camino Ya callará la envidia del destino obediente a su bárbara guadaña, vive, vive inmortal, pues te acompaña, toda una eternidad para divino De tu gran monumento voto sea cuanta del Pindo devoción ardiente fue en otro tiempo en aras y en altares Porque la envidia a su despecho vea, que asiste a LOPE en culto reverente de tres orbes la fe, de cuatro mares
A Raimundo de Peñafort
Juan Francisco Andrés
15-17
Peña fuerte es Raimundo en su apellido, y rey del mundo el nombre le publica; aquél su fortaleza santa explica, y éste cuanto hay mortal muestra rendido. El elemento más embravecido, cuado el mato en las ondas su fe aplica, el viento mansamente en él se implica, hasta haberle en la playa conducido. Triunfó del mar airado y de los vientos, y cuando sus preceptos obedecen, muestra el mundo menor sus movimientos. En unos y otros los prodigios crecen, pues penden de su voz dos elementos, y lo hombres escuchan, y ensordecen.
Soneto
Álvaro Cubillo de Aragón
15-17
Llegó a la suma elevación Mariana, pisó la última línea sus grandeza; adoleció en lo grande; ¡qué fineza! del peligro vivió ¡qué soberana! En púrpura, en clavel, en nieve, en grana la esmeralda rompió de su belleza; ocasionando el riesgo a tanta Alteza, flor que desabrochó su Abril temprana. Dio a España sucesor, hizo inmortales las victorias de sustos, y temores con el laurel debido a tanta hazaña Viva, y el Sol la de rubios cendales, sobre azafates de encarnadas flores, gloria a Felipe, y Príncipes de España.
A la muerte de Raquel
Miguel de Barrios
15-17
Llora Jacob de su Raquel querida la hermosura marchita en fin temprano, que cortó poderosa y fuerte mano del árbol engañoso de la vida Ve la purpúrea rosa convertida en cárdeno color, en polvo vano, y la gala del cuerpo más lozano postrada en tierra, a tierra reducida «¡Ay! dice, ¡gozo incierto! ¡gloria vana! ¡mentido gusto! ¡estado nunca fijo! ¿quién fía en tu verdor vida inconstante? Pues cuando más robusta y más lozana, un bien que me costó tiempo prolijo me lo quitó la muerte en un instante »
- XLVI -
Juan de Arguijo
15-17
No los mármoles rotos que contemplo, reliquias nobles de la gran Cartago, ni de Numancia el miserable estrago, ni los despojos del efesio templo: no de Sagunto el fin, único ejemplo de la lealtad y de su injusto pago decrecen mi dolor, ni satisfago con su memoria el mal que nunca templo Bien que prueba tal vez la fantasía, mas en vano, aliviar su desventura con el desastre de sucesos tales; mas la razón advierte que confía en remedio engañoso, si procura con los ajenos consolar sus males
- LII -
Juan de Arguijo
15-17
El jabalí de Arcadia, el león Nemeo, el toro a los cien pueblos pavoroso, cayeron a mis pies, y victorioso de la hidra me vio el lago Lerneo El can de tres gargantas y Tifeo, fieras guardas del claustro tenebroso, no burlaron mi intento generoso ni le valió caer al fuerte Anteo. Ejemplos de mi ilustre vencimiento son Aceloo, Busiris y Diodemes, y el rey a quien huir Hesperia mira Mas ¿por qué ufano mis historias cuento cautivo en tu prisión? ¡Cuánto más puedes si me rendiste, oh bella Deyamira!
- XLIII -
Juan de Arguijo
15-17
Si pudo de Anfión el dulce canto juntar las piedras del tebano muro; si con suave lira osó seguro bajar el Tracio al reino del espanto; si la voz regalada pudo tanto que abrió las puertas de diamante duro, y un rato suspendió de aquel oscuro lugar la pena y miserable llanto; y si del canto la admirable fuerza enternece los fieros animales, si enfrena la corriente de los ríos: ¿Qué nueva pena en mi dolor se esfuerza pues con lo que descrecen otros males se van acrecentando más los míos?
A su amada
Miguel de Barrios
15-17
En el coro de amor con voz sirena corazones atraes, vidas encantas, Nise divina, con dulzuras tantas, que reduces a gloria lo que es pena. Suspendida no canta Filomena, la suavidad oyendo con que cantas, y a las métricas voces que levantas, el céfiro en los árboles no suena. El arroyo entre flores detenido al dulce quiebro de tu dulce lira, queda en florido tálamo dormido. Pues si como tu luz, tu canto admira a quien falta razón, vida y sentido, ¿qué hará con alma quien por ti suspira?
- L -
Juan de Arguijo
15-17
Pudo con diestra lira y dulce canto bajar Orfeo a la región oscura, y dl dolor que eternamente dura la fuerza suspender y el triste llanto Del divino concento pudo tanto la fuerza, y de su fe constante y pura, que a recobrar su prenda mal segura halló entrada en los reinos del espanto Venturoso amador, si no rompiera el precepto fatal, y conservara el bien que con tan largo afán conquista Mas ordena, ¡ay dolor!, la suerte fiera que cuando con la dulce voz ganara, vuelva a perder con la atrevida vista
Competencia entre la rosa y el sol
Isabel de Castro y Andrade
15-17
Púrpura ostenta, disimula nieve, entre malezas peregrina rosa, que mil afectos suspendió frondosa, que mil donaires ofendió por breve. Madre de olores a quien ambas debe lisonjas, no por prenda de la diosa, mas porque a los aromas deliciosa lo más sutil de los alientos bebe En prevenir al sol tomó licencia: sintiólo él, que, desde un alto risco, sol de las flores halla que le incita; miróla al fin ardiente basilisco, y, ofendido de tanta competencia, fulminando veneno la marchita.
A Rómulo que mató a su hermano Remo
Juan de Arguijo
15-17
Las armas tomó apriesa el esforzado Quirino, de su hermano mal seguro; y en la nueva ciudad el primer muro con la sangre fraterna fue manchado Primero dividido que fundado sintió el pueblo en su daño el hierro duro, presagio cierto del rigor futuro que amenazaba el disponer del hado No consintió a sus ojos ver presente algún igual al ánimo ambicioso; ni sufrió compañero la corona Al natural amor venció impaciente el amor de reinar, más poderoso, pues a su mismo hermano no perdona
- VII -
Juan de Arguijo
15-17
Detén un poco la cobarde espada, cruel Pompilio, ingrato, y considera la justa empresa que a tu brazo espera, y largos siglos ha de ser llorada ¿Posible es que se ve tu mano armada contra el gran Tulio, a quien librar debiera en igual recompensa de la fiera muerte, a tu ingratitud encomendada? ¡Oh cuán poco aprovecha la memoria del recibido bien; que al obstinado ninguna cosa de su error le muda! Desciendo el golpe sobre la alta gloria de la latina lengua; derribado deja el valor y la elocuencia muda
Soneto
Diego de Colmenares
15-17
Seguro bien, aun de temor siquiera no asegura de enfado al más constante; que a faltar el contrario repugnante, ni triste el mal, ni el bien alegre fuera Si por ausente sol, montaña fiera blancas toscas arrastra, es ignorante, que a herir perpetuo el rayo rutilante, fuera ceniza cuanta flor espera Visten cambrón agudo, y blanca rosa, la planta, que al amor dedica el suelo, porque su dulce fruta amarga cría. Bien y mal, mezclan tela deleitosa; la esperanza en el mal causa consuelo, y sin temor el bien hipocresía.
A don Agustín de Salazar y Torres
Melchor Fernández de León
15-17
Llorad, Hijas de Apolo, el negro día, que, dueño de vapor tan inhumano, en sus arrullos a esplendor temprano monumento cuajó de niebla fría Llorad, y en vuestra acorde melodía al Joven Cisne, sin el tiempo cano, subid, por privilegio soberano, a ser allá la décima armonía Digo Solio será de aquel gran vuelo, que en cada escrito la noticia advierte, y le da a cada línea nueva gloria. Pues acá ya nos queda por consuelo, que eternidad, que le robó la muerte, hoy se la restituye la memoria.
Soneto
Luis Martín de la Plaza
15-17
Segundo honor del cielo cristalino, pues ves que al sol con sombra ahuyenta la noche, y que, cargada de tormenta, añade confusión a mi camino Muestra el poder del resplandor divino, y aquestos montes con tu plata argenta, venga a tu hermano, y a la noche afrenta, y válgame tu lumbre, peregrino. Así en el mar te mires siempre llena, y el pastor a quien das abrazos tiernos no te desprecie por tener tres caras; que un blanco toro ofreceré en tus aras, que esparza con los pies la blanda arena, y hiera el aire con agudos cuernos.
Soneto
Pedro Castro y Anaya
15-17
Copiaste en mármol la mayor belleza, oh Lauro, y tanto a Lisis parecida, que de las dos es una ya la vida, y de las dos es una la dureza. Sola a Lisis formó naturaleza, y tú nos diste a Lisis repetida, Lisi o la estatua en ella convertida, ¿cuál de las dos se debe a tu destreza? No fue el impulso, no, de la escultura, que en el mármol viviente y sucesivo Lisis quedase de morir ajena Arbitrio fue de Amor, que hermosa y dura formó otra Lisis, porque en mármol vivo viva inmortal la causa de mi pena
Eróticas – - IV -
Esteban Manuel de Villegas
15-17
Por sólo despicarme de tu juego honro a Diana, sacrifico a Ceres; no más, Amor, no más, pesado eres, ciego te amé, ya miro que estás ciego En daño tuyo, y en mi bien alego un año de ilusión, pocos placeres; mas que no sufrirá, quien da a mujeres dormida la razón, despierto el ruego. Góceme esta heredad, líbreme el soto en su espesura cada mes un ciervo y tú, rapaz, gobierna tu venera Que si el mundo se holgara con mi voto, yo le dijera lo que en mí reservo: y al fin dijera, que el desdén muriera.
Soneto
Luis Martín de la Plaza
15-17
Veo, señora, al son de mi instrumento, cuando entona mi voz tu nombre santo, parar los ríos a escuchar mi canto, correr los montes, y callar el viento: y luego si suplico mi tormento, huir los ríos con temor y espanto, y ser los montes sordos a mi llanto, y el viento murmurar del triste acento. Y es porque hacer sus arenas de oro, traes a los montes un verano eterno, y das olor al viento que te toca. Yo deshago, llorando, su tesoro, traigo a los montes un helado invierno y doy al viento el fuego de mi boca.
Soneto
Domingo Fuentes y Pardo
15-17
El Sol de entre celajes de su Oriente sube a dorar la cumbre, que le espera, del mediodía en turquesada esfera, peinando rayos su esplendor luciente Mar (¡o pensión que paga lo eminente!) apenas el Laurel a su carrera debido ciñe, cuando con ligera caída le amenaza el Occidente Así mariana de Felipe Aurora apenas de él llegaba a coronarse, cuando fatal peligro el daño apresta. Mas por el Sol, y el Alba en vano llora el mundo pues los mira eternizarse, para dar Luz aquel, Luceros esta
Al príncipe nuestro señor Felipe IV
Duque de Osuna y Conde de Ureña
15-17
Corrida de ofreceros plata y oro, porque a vuestro valor más se debía, aqueste nuevo don hoy os envía la India, de su fe rico tesoro Es el cuerno de aquel soberbio toro que con tanto furor la perseguía, en tierra sepultada su osadía, lleno de flores por el sacro coro Y para presentarle a vuestra alteza, entre fértiles vegas, ha escogido la de fruta y de flor más abundante Y aunque es humilde don a tal grandeza, siendo de vos, Señor, favorecido, hasta los hombros llegará de Atlante
Al capitán Domingo Alonso de la Maza, caballero del hábito de Santiago
Anastasio Pantaleón de Ribera
15-17
Esta de Santiago Espada ardiente (merecido blasón, timbre glorioso) que ennoblece tu pecho belicoso, que solicita lauros a tu frente. Sonoras trompas a tu fama aumente, pues con denuedo, y ánimo brioso, te ostentas Marte al bárbaro alevoso, te vibras rayo a la enemiga gente. ¿De dónde gloria tanta se ocasiona? Pues la primera cátedra presides de la fatal Escuela de Belona Como árbitro absoluto de sus lides, ¿de dónde? de qué tu valor te abona por Maza fuerte del invicto Alcides.
A la majestad del rey Felipe, nuestro señor
Juan de Castellanos
15-17
Católico señor, rey soberano, do celestial virtud se manifiesta, y en cuya potestad hoy tiene puesta Dios la tutela del honor cristiano Esta labor que lleva sólo grano de verdad pura y al examen presta, para prosecución de lo que resta a vuestra Majestad pide la mano Porque si mereciese tal defensa el gran memorial que redimiendo voy de la tiranía del olvido, será la más insigne recompensa que se me pueda dar y que pretendo por paga del trabajo recibido
Pidiendo celos de un marido muerto
Anastasio Pantaleón de Ribera
15-17
Tisbe, si adoras de tu muerto esposo el polvo amante, que mi amor espera, pues cuando en tus desdenes persevera de no morir está mi amor celoso Que esperanza un espíritu glorioso dime te ofrece, si la muerte fiera cedió temprana tu afición primera en el grave, en el último reposo Olvida, Tisbe, y logra ya en mi vida la fe de que es inhábil tanta muerte, que en esta disculpado está el olvido O pues eres, señora, un homicida debate yo mejor la misma suerte por muerto, unas por más agradecido
A don Alonso de Ercilla
Leonor de Iciz
15-17
Mil bronces para estatuas ya forjados, mil lauros, de tus obras premio honroso, te ofrece España, Ercilla generoso, por tu pluma y tu lanza tan ganados. Hónrese tu valor entre soldados, envidie tu nobleza el valeroso, y busque en ti el poeta más famoso lima para sus versos más limados Derrame por el mundo tus loores la fama, y eternice tu memoria, porque jamás el tiempo la consuma. Gocen ya, sin temor de que hay mayores, tus hechos y tus libros de igual gloria, pues la han ganado igual la espada y pluma.
Un amante, abrasando las prendas de su dama
Juan de Jauregui
15-17
Pasó la primavera y el verano de mi esperanza, y el agravio mío en la estéril sazón del seco estío entrega estos despojos a Vulcano Bien que el sagaz amor intenta en vano oponer al incendio un hielo frío, donde el turbado pecho pierde el brío y se entorpece la cobarde mano Mas la razón, que mi derecho ampara, quiero fomente el fuego merecido: reliquias mueran de memorias mías. Y el desengaño, como fénix rara, que estuvo de mi llama consumido, vivo renazca entre cenizas frías.
A la muerte de Lope de Vega
Pedro de la Escalera Guevara
15-17
Cisne sagrado, a cuya docta pluma la erudición admiraciones debe, y el coro sacro de las Ninfas nueve de su gloria inmortal la fama suma. A tu posteridad, aunque presuma decir mi amor elogios, no se atreve, que aun en acento numeroso breve su loca presunción teme a la espuma Si grande gloria en vida conseguiste con la dulzura nueva que cantaste, la Parca, Lope, mejoró tu suerte. Porque cantas y enseñas con tu muerte, y si tu nombre al orbe eternizaste, nace, insigne varón, de que moriste.
Soneto
Juan de Jauregui
15-17
Si en el amado pecho más constante teme el olvido el amador ausente, porque en la ausencia el tiempo no consiente memoria o voluntad perseverante, yo, que en presencia (miserable amante) no fui correspondido, y al presente mi ausencia Filis no recela o siente, ¿qué olvido espero a su rigor bastante? Esta imaginación al alma asida mil muertes puede darme; y yo, con ella, ser puedo a mis tormentos homicida Mas como agradan a su causa bella tanto mis males, me reserva en vida: que es mayor mal que lo será el perdella
A don Diego de Mendoza
Mariana de Vargas y Valderrama
15-17
Al tronco ilustre de donde ha salido vuelves el bello fruto de una rama, dándole eterno nombre y nueva fama por tronco, rama y fruto merecido Digno lauro en el mundo has adquirido y justamente con amor te llama cuidadosa Amaltea, que derrama las flores que del tiempo ha recogido ¿Quién al gran Alejandro retratara sino el famoso Apeles, ni le hubiera otro que a su primor le aventajara? ¿Quién lo que emprendes intentar pudiera ni al insigne don Diego nos cantara, único cisne, si cual tú no fuera?
A Lope de Vega Carpio
Alonso de Salas Barbadillo
15-17
Es la patria del sol el alto cielo por donde solo sigue su camino, y así en su propia patria es Peregrino, cursando su divino paralelo. De allí cercado el ámbito del suelo rompe y quebranta el hielo cristalino, mostrando al hombre su poder divino con la presteza de su hermoso vuelo Vos, Belardo, en Madrid, patria dichosa, con vuestro ingenio célebre seguiste un camino desierto, raro y solo, y así, por esta hazaña milagrosa, en vuestra patria Peregrino fuiste, como en el cielo el soberano Apolo.
Soneto
Cristóbal de Mesa
15-17
Con gran razón, Emperatriz del Cielo, que excedes las supremas jerarquías, te dan, más que a Eliseo y que a Elías, todo el honor del Líbano y Carmelo. Tú diste al mundo su mayor consuelo, y tu parto cumplió las profecías, dando el Bien, dando a Dios, dando el Mesías a los mortales míseros del suelo. Tú, de la cual nació la Luz del mundo, de lágrimas en este oscuro valle nos mira desde aquesa empírea corte. Y a buen puerto de aqueste mar profundo saldremos, si es tu mano el gobernalle, el piloto tu amor, tu vista el norte.
Dándome por asunto cortarse un dedo llegando a cortar un jazmín
Sor María de Santa Isabel
15-17
Filis, de amor hechizo soberano, cortar quiso un jazmín desvanecido, y de cinco mirándose excedido quedó del vencimiento más ufano No bien corta el jazmín, cuando tirano acero, en rojo humor otro ha teñido, mintiendo ramillete entretejido de jazmín y clavel la hermosa mano Atropos bella a la tijera cede piadosa ejecución si, inadvertida, a su mano dolor ocasionando Que si alma con su sangre dar no puede, en vez de muerte, dio al jazmín la vida, de amor el dulce imperio dilatando.
De El gran Semiramis
Andrés Rey de Artieda
15-17
Ya el tiempo con su vuelo acostumbrado ha traído a tal punto mis deseos que libre, sin ficciones ni rodeos muestre mi corazón fuerte y osado El Capitán y Rey tan señalado, que con tan grandes triunfos y trofeos de persa, libios, medos, nabateos y de otros mil sus templos ha adornado, no ha sido Ninías, como habéis creído, ¡oh mil vasallos fuertes y leales, sino su madre, puesta en su vestido! Yo he sido el Capitán de los Reales, y mi querido hijo es quien ha sido virgen entre las vírgenes vestales.5
A la inmortalidad de Lope de Vega
Jusepe Antonio González de Salas
15-17
Vive el hombre mortal la débil llama que arde en caduco, en frágil alimento; más al fácil de un soplo, al leve aliento ya en la pavesa su esplendor infama Vive en mármol después de inmortal rama coronado la frente, más no exento de ruina aun dura contra el curso lento de la edad, ni su bulto, ni su fama Sólo de aquel que en la memoria vive, la siempre al tiempo trascendida gloria de eternidad en lágrima se escribe No pues LOPE murió, si aquella historia que el mismo fue, la vida le apercibe, exenta del olvido su memoria
De Victoria por el amor
Jacinto Cordero
15-17
Descuidada de amor burlas hacía del que ví ya en tu red cautivo y ciego, por necio imaginaba al que en tu fuego cual simple mariposa en llama ardía No imaginaba yo que en su porfía había tal crueldad, mas ya que llego al mar de tu rigor, en que me anego rendida se confiesa el alma mía No más burlas de amor, loco deseo, cuando el mal que padezco al alma escucho, si el desengaño de tus fuerzas toco. Dicho el que en amor no ha hecho empleo, y desdichado aquel que quiso mucho, si al más cuerdo el amor le ha vuelto loco.
Soneto
Francisco de Olaegui
15-17
Sobre si se levanta a mayor vuelo Javier, y de su espíritu elevado, es a la alta región arrebatado, que es peregrino en él lo que no es cielo. Vuela en las alas de su santo celo, del puro ser de Dios, enamorado, amante Serafín, Ángel alado, de acción perpetua, y de inmortal desvelo. En sí el noble atributo sabio encierra, de pacificador, sus propiedades en paz unen el cielo con la tierra Y de iris celestial con claridades, tempestades idólatras destierra, y causa de la Fe seguridades.
Soneto
Joseph Lupercio Panzano
15-17
Esta correspondencia que hoy alcanza Javier en tu dolor, y tan ferviente, con la sangre de Cristo felizmente, te esmalta de su gloria tu esperanza Dos semblantes, con sola una mudanza, pasar el uno, lo que el otro siente, esta no es ser imagen solamente, algo más ha de ser, que semejanza. Templadas cuerdas de instrumento han sido, acorde en el dolor y la memoria, Cristo, y Javier asuntos de una fama; feliz Santo, pues pruebas conocido, en tu Patria solar la ejecutoria, por la sangre que Cristo te derrama.
Las musas en venta
Francisco de Figueroa
15-17
¿Hay quién quiera comprar nueve doncellas esclavas o a lo menos desterradas de las tierras do fueron engendradas? ¿Hay quién las compre? ¿Quién da más por ellas? Fueron un tiempo en todo extremo bellas, airosas, ricas, graves y estimadas; y aunque de mucho fueron recuestadas, bien pocos alcanzaron favor de ellas. Ahora van las tristes mendigando de puerta en perta, rotas y baldías, y aun por solo el comer se venderían Pues no son muy golosas; que en hallando hierbas, flores u hojas, pasarían con sombras frescas y con aguas fría.
A la excelentísima historia del señor Juan de Castellanos
Gaspar de Villarroel y Coruña
15-17
Dichoso en vida y muerte a quien destina tan bien el largo cielo, que levanta el alma a lo que el vulgo vil espanta, y el monte yerto de virtud camina Pues la tierra al Antártico vecina apenas a tornado en sí, de cuanta gente cubre los cuerpos, cuando canta sus hechos vuestra trompa peregrina Con verdad, sin afeite, con dulzura no vista, ilustres versos y cristianos engrandecéis la estrecha sepultura, y eternizáis valor, consejo y manos de los que en hambre, sed y guerra dura, los hechos vuestros vieron soberanos