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A los altares de San Francisco y San Ignacio
Pedro Calderón Riaño
15-17
La que ves en piedad, en llama, en vuelo ara al suelo, al sol pira, al viento ave, argos de estrellas, imitada nave, nubes vence, aire rompe, y toca el cielo Esta pues que la cumbre del Carmelo mira fiel, mansa ocupa, y surca grave, con muda admiración muestra suave casto amor, justa fe, piadoso celo O militante Iglesia, más segura pisa tierra, aire enciende, mar navega, y a más pilotos tu gobierno fía Triunfa eterna, está firme, vive pura, que ya en el golfo, que te ves, se anega, culpa infiel, torpe error, ciega herejía.
Deja, que ya es tiempo, en su sosiego
Gabriel López Maldonado
15-17
Deja, que ya es tiempo, en su sosiego al cuerpo que hasta ahora fatigado, bástete amor lo que ha por ti pasado sin valerle jamás justicia o ruego ¿Para qué tratas tú de arderle en fuego cuando le ha el tiempo y la razón helado, y cuando tus engaños le han dejado sordo a tus voces y a tu lumbre ciego? En sus trabajos y miserias fuiste rico de sus despojos y contento y yo también lo fui de sus engaños. Esos (por darte el alma) Amor me diste Allá te avén con mis pasados daños, que a sí lo haré yo con tu escarmiento.
A Rey de Artieda
Miguel Ribellas y de Villanoua
15-17
Al que en estado humilde se entretiene, y al que por gradas llega a ser Monarca, iguala lo que llaman hado, y Parca, como ejecute el uno y otro ordene. Pero aquella que a dar lo justo viene, cuya memoria mil siglos abarca, eterniza por letras a Petrarca y al Cid, porque en valor igual no tiene. Justamente, señor, y amigo caro, con el rumor que mueve y el estruendo la que el silencio de la Parca ataja, contra su gran poder tenéis reparo, pues el valor al Cid le vais siguiendo, y espero que a Petrarca haréis ventaja.
En honor de Juan de Castellanos
Jerónimo Gálvez
15-17
Brazos de los insignes castellanos, engrandeciendo más honra ganada, llegaron con los filos de la espada do no llegaron griegos ni romanos Pues navegando mares océanos por donde no halló nación entrada, han dado monarquía prosperada al mejor rey de todos los humanos. Estaban sus proezas en los pechos del olvido por falta de escritura, mas vos las dais al siglo venidero Dais, Castellanos, castellanos hechos ¿Qué mayor bien, ni qué mayor ventura, que teneros a vos por pregonero?
Al fin del Viaje entretenido, de Agustín de Rojas
Francisco Sánchez de Villanueva
15-17
Del jazmín blanco y de purpúrea rosa, a sembrar su camino nos incitas, que descubre de ricas margaritas el valor sumo y la beldad preciosa Es útil la jornada y deleitosa, porque eres, con ventajas infinitas, cuando a aquel y a éste, en uno y otro imitas: Píndaro en verso y Luciano en prosa. De nuevo ¡oh Manzanares! cristalino, por Rojas quedas incapaz de agravios, y él de memorias y laureles dino. Pues con lengua erudita y dulces labios, haciendo dos mandatos de un camino, enseña idiotas y deleita sabios.
Soneto
Damasio de Frías
15-17
Rompe la niebla de una gruta oscura un Monstruo lleno de culebras pardas, y entre sangrientas puntas de alabardas morir matando con furor procura Mas de la oscura horrenda sepultura salen rabiando bramadoras guardas, de la noche, y Plutón hijas bastardas, que le quitan la vida, y la locura De este Vestigio nacen tres gigantes, y de estos tres gigantes, Doralice, y de esta Doralice nace un Vendo. Tú, mirón, que esto miras, no te espantes, si no lo entiendes, que aunque yo lo hice, así me ayude Dios, que o lo entiendo.
Soneto
Juan Lorenzo Ibáñez de Aoiz
15-17
Estas hojas que ofreces al desvelo estudioso, en florida Primavera, de hermosas plumas son pompa ligera, con qué dilatará tu fama el vuelo. Del Pindo, que al Zafir azul del Cielo, de esmeralda, se añade verde Esfera, flores son, y tejer de ellas espera corona Apolo al oro de su pelo No huelgue, no, en tu pluma generosa, pues a tan altos vuelos te destina, que del Pindo corona el Horizonte. Y en él copia de flores tan hermosa derrama; que en tu cumbre peregrina, es ya Jardín, lo que antes era monte
A San Isidro
Juan de Piña
15-17
Los campos de Madrid, Isidro santo, logran cristales, Ángeles y cielo, fruto de los que siembran en el suelo contento y gusto entre oración y llanto Aran por vos los Ángeles en cuanto lloráis y aráis con vuestro amor y celo, que quien cultiva en lágrimas desvelo, corre al empíreo a Dios el velo, en tanto. Surca Isidro la tierra, siembra y llora, el fruto de sus lágrimas tributo, es gloria donde anima, donde adora. Que el alma en Dios y el rostro nunca enjuto le dieron como perlas de la Aurora, sembrando aquí sus lágrimas el fruto
A Francisco Núñez
Pedro Bermúdez
15-17
Magnífico señor, yo no defiendo ni favorezco caso deshonesto, sino con amor limpio y muy honesto como Alpino le entiende y yo le entiendo Y así en lo que escribo no pretendo sino mostralle el punto en que está puesto y la causa y razón que para esto le sobra, por ser tal se la encomiendo Que acto tan insigne y virtuoso no es justo que ninguno le resista, y menos quien no sabe aquel secreto Por do sería juicio temeroso constando clara la experiencia y vista mudar ni las palabras ni el sujeto
Soneto
Pedro Fernández de Castro y Portugal
15-17
Montaña inaccesible opuesta en vano al atrevido paso de la gente, o nieblas humedezcan tu alta frente, o nieve ciña tu cabello cano. Caystro mayoral en cuya mano en lugar del bastón se ve el tridente con su consorte amada, sol luciente de rayos negros serafín humano Tu cerviz dura pisa la pastora, yugo te pone del cristal calzada, coturno de oro en pie arminio vestida. Huirá la nieve de la nieve agora o ya de sus dos blancos pies vencida, o ya de sus dos soles desatada.
A la muerte del doctor Juan Pérez de Montalbán
Juan de Ribera
15-17
Nacer a gusto, y atención del Cielo en el margen del quieto Manzanares, más erudito que el cercano Henares, y aplaudido con honras en el Suelo. Explicar sus conceptos tan sin velo, que en Provincias extrañas, anchos Mares como divinos, como singulares unos, y otros los leen sin recelo. Solamente lo admiro en el ejemplo del Grande Montalbán, de España Taso, con copia de mejores atributos; y por ellos eterno le contemplo: pues renace en Virtudes sin Ocaso, que nunca a caducar vendrán sus frutos.
A una rosa maltratada de un gusano
Jacinto Polo de Medina
15-17
Esa rizada púrpura olorosa, esa de nácar lástima florida, hoy de un gusano descortés mordida más ejemplo está ya que estaba hermosa. Si es morirse de flor pena forzosa, bárbara en lo preciso fue la herida, colérico fue el diente, que su vida poco pudo tardar naciendo rosa Mas no es dudar su muerte lo violento de anticiparse a apolillar su grana, dudando que a su estrago no se rinda Que no muera de rosa fue el intento, por no dejarle, con acción villana, tener el gusto de morir de linda.
A Francisco Cascales
Francisco Faria Correa
15-17
Naufraga, y con recelo de irse a pique CASCALES vio nuestra Española Musa clamar turbada, y esperar confusa, sin quien remedio a su naufragio aplique. Ya yo, dice, acabé, este mar publique mi fin, que al fin con el morir se excusa la nota que incurrí, por ser difusa a extrañas voces, frases de alambique No lo permita Apolo, el buen CHÁSCALES dijo, que acabe así su deidad santa, sálvate en esas Tablas Musa mía Sus Tablas le arrojó, y su ciencia es tanta, que sustentada en fundamentos tales, puerto vino a tomar la Poesía.
- XXXIV -
Marqués de Santillana
15-17
Clara por nombre, por obra e virtud luna de Assis, fija d'Ortulana, de santas donas enxiemplo e salud, entre las debdas una e soberana; prinçipio de alto bien, en juventud perseverante, e fuente do mana pobreza humilde, e closo alamud, del seráphico sol muy digna hermana Tú, virgen, triumphas del triumpho triumphante e glorioso premio de la palma; assí non yerra quien de ti se ampara, e te cuenta del cuento dominante de los santos, ¡o santa sacra e alma! Pues «ora pro me», beata Clara
- XX -
Marqués de Santillana
15-17
Doradas ondas del famoso río que baña en torno la noble çibdad, do es aquella, cuyo más que mío soy e possee la mi voluntad; pues qu'en el vuestro lago e poderío es la mi barca veloçe, cuytad con todas fuerças e curso radío e presentadme a la su beldad Non vos impida dubda nin temor de daño mío, ca yo non lo espero; y si viniere, venga toda suerte, e si muriere, muera por su amor Murió Leandro en el mar por Hero, partido es dulçe al afflicto muerte.
Soneto
Luis de Rivera
15-17
Última raya de las cosas nuestras eres, hora terrible y despechada embeleso fatal en sombra helada de figuras horribles y siniestras ¡Qué osadas son tus flechas y qué diestras para abrir la herida acelerada! De sangre, amarillez, hedor manchada así en tus trances con pavor te muestras Mas a ti, tan aleve y tan temida, el justo te desprecia, y en paz santa recibe ese tu abrazo deseado, porque para hacer que seas vencida, el vigor con que a sí propio quebranta, en inmortal ardor lo ha transformado.
Al mismo tema
Juan Pérez de Montalbán
15-17
Llorar tu ausencia, LOPE, no es fineza, porque el llanto es alivio al que padece; escribir tus elogios más parece gala de ingenio, que de amor terneza. Sentir es poco, porque la extrañeza imposibles despeños apetece; morir es algo, porque no merece quien no sabe morir de su firmeza Mas ay, que aun el morir, a lo que entiendo, es mucho menos, porque el ser faltando falta de los dolores el estruendo Y así es mejor vivir agonizando, pues se añaden los méritos viviendo, y se acaban las penas acabando.
A la verdad
José Pellicer de Tovar
15-17
Deidad excelsa, Majestad sagrada que en paz conservas orbes y elementos; columna que al combate de lo vientos jamás te vio la veleidad postrada. Verdad que de la tierra derivada la Justicia en el Cielo te da alientos y te mira con ojos siempre atentos cuando el Mundo te juzga contrastada A ti mis votos van y a ti consagro las verdades que ilustran mis escritos que otro fin a este culto no me llama Será de tu poder alto milagro el desterrar errores infinitos; pues yo busco tu gloria, no mi fama
A la sepultura de una señora viuda, de la orden tercera – Soneto XII
Esteban Manuel de Villegas
15-17
Al mirto daba de la frente el bello nieve, que abriga su cascada roca, y en dulce sueño la pasión provoca no al levantar, mas al caer el cuello En profundo sudor mirto el cabello deidad brotaba por nariz y boca, fatigado el color en quien coloca clavel la sangre, purpurado y bello Si a sí le das a la vejez tardía, o dulce Anacreón, o dulce amigo, descuido tan feliz deidad tan pía, en vano el tiempo, en vano es tu enemigo pues puede la bonanza de este día desmentir el rigor que usó contigo.
Otro soneto del mismo tema
Alonso de Castillo y Solorzano
15-17
O tú que en cuanto al Sol con luces gira admirable por único portento, deleitando lo grande de su acento, que acompañó lo dulce de su lira Pues que con suspensión tu fama admira exagerando por el vago viento al Orbe tu divino entendimiento yace inmortal en esa helada pira Mantua (o gran Montalbán) se vista lutos, que oye trocar sus cantos en clamores a Manzanares, y sus Ninfas bellas De tu ingenio han perdido sus tributos, pero si en vida fue cielo de flores, en muerte viene a ser jardín de estrellas.
Al doctor Juan Pérez de Montalbán
Alonso de Castillo y Solorzano
15-17
El Sol de Montalbán (que es su elegancia) disipó su esplendor tantas Auroras que viendo de sus rayos las mejoras, a la envidia le hicieron repugnancia Esta, que siempre está con vigilancia, para hacernos ofensa a todas horas, guerra le publicó en cajas sonoras, tan grande es su altivez, tal su arrogancia. Como el hacer pesar es su delicia a este Sol (que dio rayos su elocuencia) opacas sombras a su luz derrama Armada del poder de la malicia, su ingenio le eclipsó con la inocencia, pero no la memoria de su fama.
Soneto
José Pellicer de Tovar
15-17
De horror armado, de furor ceñido, valiente lidia, a más victoria atento el bruto victorioso, cuyo intento, de más alto poder fue resistido. Feroz en la campaña, es ya temido; a toda fiera alcanza el escarmiento, mayor aplauso debe al vencimiento, pues fue la causa de quedar vencido. Los postreros amagos de la vida, se vieron antes, que la ardiente llama ejecutase el golpe de la herida Creció la admiración, creció la fama, y el aplauso común, en voz divina, deidad te adora, vencedor te aclama.
Mirando el túmulo de Lope de Vega
Juan Pérez de Montalbán
15-17
Aquí yace, ¡ay dolor! ¡ay hado esquivo! aquí reposo, ¡ay fin dudoso y cierto! aquí fluctúa, ¡ay peligroso puerto! aquí fallece, ¡ay golpe ejecutivo! Un hombre, cuyo nombre no percibe, un ángel, cuyo espíritu no acierto, un vivo con escrúpulos de muerto, y un muerto con relámpagos de vivo. Un Héroe, que a su patria inmortal hace, un semi-Dios, que su fortuna elige, un fénix racional que muere y nace. Un sacro Apolo que el Parnaso rige, dígolo de una vez, LOPE es quien yace, todo lo digo ya, pues LOPE dije.
- XIX -
Marqués de Santillana
15-17
Lejos de vos, o cerca de cuidado, pobre de gozo, e rico de tristeza, fallido de reposo, e a bastardo de congoja mortal, pena e graveza Desnudo de esperanza e abrigado de inmensa cuita, e visto d´aspereza la mi vida me huye mal mi grado la muerte me persigue sin pereza Ni son bastantes a satisfacer la sed ardiente de mi gran deseo Tajo al presente ni a me socorrer la enferma Guadiana, ni lo creo: Sólo Guadalquivir tiene poder de me sacar, e sólo aquel deseo
De Cristo ya resucitado
Luis de Rivera
15-17
Rosas, brotad al tiempo que levanta la cabeza triunfal del breve sueño el sacro vencedor, trocado el ceño, y huella el mundo su divina planta El cisne entre las ondas dulce canta, y el campo, al espirar olor risueño, al renovado fénix, sobre el leño ve pulirse las plumas y se espanta. Brotad, purpúreas rosas, y el aliento vuestro, mezclado de canela y nardo, bañe el semblante de carbuncos hecho. Mueva el coro la voz y el instrumento, el coro celestial, si más gallardo, ¿puede ofrecerse a más heroico hecho?
- XXXIII -
Marqués de Santillana
15-17
Porqu'el largo vivir nos es negado, ínclito rey, tales obras faced que vuestro nombre sea memorado; amad la fama e aquélla temed Con vulgo alegre, mano e reposado oíd todos, librad e proved; fazed que ayades las gentes en grado, ca ninguno domina sin merçed. Commo quiera que sea, comendemos estos dos actos vuestros por derechos, pues qu'l principio es çierto e sabemos en todas cosas ser lo más del fecho; e reffiriendo graçias os amemos qu'es a los reyes glorioso pecho.
A una mariposa que se ahogó en un vidrio de agua
Jacinto Polo de Medina
15-17
Avecilla infeliz que tantas flores en esas breves alas extendiste, ¿cómo si para Fénix floreciste, Ícaro se apagaron tus colores? Es tu achaque la luz, es tus rigores, y en llama de cristales falleciste, que si ha de ser estrago para un triste aun el cristal presumirá de ardores Mas, ay necio de mí, bárbaramente avecilla en tu lástima me engaño, compasivo a ese vidrio que te infama No causó mal mudarte, el accidente, que habiendo de morir no fue en tu daño el cristal más peligro que la llama.
A Lope de Vega
Juan de Piña
15-17
Lope, tu pluma (si el amor no engaña, que amor suele engañar, y más conmigo) atrévome a decir, si lo que digo sufre la envidia, que es honor de España Si la fama a la vida no acompaña, y tú la tienes, ¿qué mayor testigo del don que el cielo repartió contigo? Pues vive, escribe, imprime y desengaña Si en otro siglo juzga que viviste la gente, que la inmensa copia admira de lo que en estos años escribiste, no cuelgues, no, la bien templada lira, dure tu voz, que si antes de ser fuiste, serás no siendo Lo que vales mira.
Epigrama
Duque de Sessa
15-17
O Lope, ingenio, todo admiraciones, y admiración de los ingenios, vive, vive a mi fe, que pira te apercibe en mi dolor a eternas duraciones Verás constante mis veneraciones, que en láminas del alma el alma escribe, y de mi amor en oblación recibe el corazón nevado en corazones ¡Quién pudiera tu ingenio merecerte, ¡o fama de ti mismo! por pagarte lo que sin él no puedo no deberte! ¡Quién pudiera tu espíritu heredarte, para honrarte a finezas en la muerte tanto como en la vida supe amarte!
A Lope Félix de Vega Carpio
Baltasar Eliseo de Medinilla
15-17
Si a la boca del tiempo, que devora duros bronces y mármoles, la fama robó su nombre, y con ilustre llama renace cada día con la Aurora: ¿Qué importa que la envidia finja ahora niebla, o Lope, a tu gloria, que derrama Océanos de luz, donde se inflama, y espléndida por ti, más se decora? Vence escribiendo, mírate a ti mismo, pues no has dejado a quien; que a la serena virtud la detracción en vano ofende ¿Mas cómo ya te ofenderá su abismo, si como a sí la envidia se condena, la verdad a sí propia se defiende?
Soneto
Damasio de Frías
15-17
Mostróme un dedo amor blanco, y hermoso por entre unas ventanas cierta tarde, no sé si es de la mano por quien arde mi alma noche y día sin reposo Amor como es astuto y cauteloso, cuando ve que me voy hace que aguarde, mostrándome el traidor de tarde en tarde un dedo, un ojo, un no sé qué gracioso. Y yo de muy hidalgo y comedido, dándome amor un dedo, me contento con sólo verlo, y quedo muy ufano ¡Ay cuán mejor será ser atrevido! que amor no quiere hidalgo encogimiento, sino, si dan el dedo asir la mano.
A la muerte del doctor Juan Pérez de Montalbán
Amador Leal de Caravallo
15-17
Suspende o Musa el ya sextino canto, de fúnebre Ciprés ciñe la frente, y en ocasión de pena tan urgente, cubre la faz con tenebroso llanto. La noche oscura con su negro manto cubra la luz que más resplandeciente se ostenta, y desde Ocaso, hasta el Oriente, caos sea todo, y prodigioso espanto Clavado el eje móvil de la Esfera no vuele más en curso presuroso, llore de Manzanares la Ribera, que faltando su Apolo Luminoso, no espere en sus orillas Primavera, ni en sus Ninfas Acento numeroso.
A la muerte del doctor Juan Pérez de Montalbán
Juan Franco Barrero
15-17
Murió Montano, el Cisne más canoro, el más canoro Cisne de Helicona, Montano, a quien Amor, a quien Belona debe feliz tanto esplendor sonoro Deidades sacas del Castalio Coro, sienta la fría, y la abrasada Zona la pérdida del Hijo de Latona, y humedezca la tierra vuestro lloro Aras de perlas en su fresca orilla, entre aroma se vea Manzanares coronado le erija de laureles. Octava fue del Orbe maravilla, dando en admiraciones singulares, alma a las Plumas, vida a los Pinceles.
A San Isidro
Vicente Espinel
15-17
Los campos de Madrid, Isidro santo, cielos parecen ya, luces sus flores, pues los aran tan nuevos labradores, que dan envidia al sol y al cielo espanto. Con nueva escala de Jacob el manto rompen de Juno en cándidos fulgores, lucháis con Dios, y por llorar de amores soberana Raquel os premia el llanto ¡Qué bien trocó vuestro divino celo por jardines de sol campos de luto! ¡qué bien os llama vuestro patrio suelo. Labrador celestial por atributo! Pues cogen vuestros ojos en el cielo, sembrando aquí sus lágrimas el fruto.
Desta nube que a tanto ya que llueve
Gabriel López Maldonado
15-17
De esta nube que a tanto ya que llueve por mis cansados ojos agua tanta de esta que a cualquier sitio, a cualquier planta en abundancia a humedecer se atreve, de esta que el corazón hace de nieve y con ardiente rayo le quebranta y con viento inclemente que la espanta amargas olas en mi alma mueve, ¿cuándo la lluvia larga e importuna, el viento fiero, el fuego intolerable, la helada nieve menguarán su fuerza? Fin pues suele tener cualquier fortuna; no suele ser el mal siempre durable, sino en mí, que hasta el bien me le refuerza.
A las bodas de Maya y Clarisel
Feliciana Enríquez de Guzmán
15-17
En los campos elisios Himeneo, Juno y Venus las bodas celebraban de dos esposos, y las coronaban de arrayán y del árbol de Timbreo Caliope y Euterpe al son que Orfeo, Elio y Talía en arpas acordaban, sus tálamos felices festejaban de uno y otro llegados al deseo «De descanso, diciendo, largos años les de el divino amor, y la discordia de su puerta no pase los umbrales; entre brocados y purpúreos años Maya y su Clarisel, siempre leales, gocen de felicísima concordia »
Sonetos – Soneto
Pedro de Quirós
15-17
Hijo del Alba nace aquel que dora tantos Orbes farol resplandeciente, él se ilumina Sol, y ella doliente cuanto en luces concibe, en perlas llora Ahora es el llanto, y el gemido ahora; sí; que es riesgo del Alba tanto ardiente lucir, pero el rigor de ese accidente, día se anima, si amanece Aurora Alba Augusta de España, tu divina hermosura fue Oriente a la más pura luz de un sol, que dos Orbes ilumina A tanto resplandor violencia dura tu beldad siente; pero no declina, la que a nuevos Orientes, se asegura.
A San Isidro
Pedro Calderón Riaño
15-17
Los campos de Madrid, Isidro santo, emulación divina son del cielo, pues humildes los Ángeles su suelo tanto celebran y veneran tanto Celestes labradores son en cuanto con amorosa voz, con santo celo enviáis en Angélico consuelo dulce oración, que fertiliza el llanto Dichoso Agricultor, en quien se encierra cosecha de tan fértiles despojos, que divino y humano os da tributo No receléis el fruto de la tierra, pues cogerán del cielo vuestros ojos, sembrando aquí sus lágrima , el fruto.
Soneto
Manuel Salinas y Lizana
15-17
Brota diluvios la soberbia fuente, más piadosos que el cielo para Egipto, cuando el piélago en ondas infinito, aun su misma ribera no lo siente. Multiplican mis ojos tu corriente, contra la fuerza del celeste rito, pues cuando abrasa el Sol todo el distrito, de sus márgenes pasa la creciente. Hiriendo el Sol las encumbradas sierras, que al Nilo se derraman en tributo, vuelven a ser fructíferas las tierras. En mí, causa mi sol el mismo efecto; mas ¡ay, que son lágrimas sin fruto, pues con ser agua, queman en secreto!
Soneto
Manuel Salinas y Lizana
15-17
De librar a su patria deseoso del asedio de Porsena apretado, por el campo enemigo se entra osado Scevola, aquel Romano valeroso Dar muerte al rey intenta prodigioso, mas de iguales insignias engañado, por matar al señor, mató al criado junto al Ara del culto religioso Mucio, el engaño de su mano viendo, a quemarla la mete en medio el Ara, la venganza sufriendo como ajena. Pero mirar el rey, aun no pudiendo espectáculo tal, que la quitara mandó, y que se fuera sin más pena ¡Oh, valor grande! ¡oh, mano victoriosa! celebrada de propios y de ajenos, tu yerro alcanzó fama más gloriosa, si no erraras, hubieras hecho menos
A San Isidro
Maestro Burguillos
15-17
Los campos de Madrid, Isidro santo, en vuestra pura edad estaban solos, jugaban los vecinos a los bolos en su arenosa margen el disanto. Pero después que los honrase tanto, parecen con Felipe y sus fillolos, no campos ya de flor, de estrellas polos, a Aranjuez envidia, al Pardo espanto. Otros, Isidro, sin arar el suelo, le secan y le roban el tributo, que coge el diablo en forma de mochuelo. Pero nunca de vos el campo enjuto cogieron vuestros ojos en el cielo, sembrando aquí sus lágrimas el fruto
Soneto a una dama que se embozaba siempre que veía a su amante
Jacinto Polo de Medina
15-17
Levanta el manto de la noche fría la mano blanca de la roja aurora y el planeta, que nunca para, dora las cumbres que primero ven el día La oscuridad confusa se desvía, la forma de las cosas se mejora y el alba ríe, que aunque perlas llora lágrimas hay que nacen de alegría Sólo el alma, a quien niegan su luz pura los ojos que cubrís en caos profundo, habita triste y claridad desea Deshaga, pues, su luz la noche oscura y amaneced siquiera, porque el mundo el mediodía en el oriente vea
A una vela ardiendo
Francisco de la Torre Sevil
15-17
Vela que en golfos de esplendor navegas por candores lucidos extendida, hasta desvanecer, desvanecida, y ciega por lucir, hasta que ciegas; si serena luz hay, presto te anegas; si corre tempestad, vas sumergida; huyes con breve soplo de tu vida y con serena calma a tu fin llegas. Tan sin memoria viene tu occidente, que aun de leves cenizas breve copia, noticia no dará de lo luciente. Humo será a tu fin, pira no impropia; dejarás sombra en todo, y solamente no dejarás la sombra de ti propia.
Soneto acróstico a Gracián
Manuel Salinas y Lizana
15-17
Benjamín de Minerva, no ya en vano Al mundo el nombre recatar intentes: Lauro, el laurel con que el nativo mientes Te corona y te ostenta más ufano Hombre que, humilde, hazañas de su mano A la noticia esconde de las gentes, Solicita con rayos más lucientes Aplausos del Apolo soberano Repetidos blasones, El Discreto Goce ya de la fama, que ligera Rompe el aire tu nombre publicando Atento ya el Varón, varón perfeto, Corra en la prensa con veloz carrera, Y váyase hasta doce continuando; Así serás tú solo Norte de ingenios y laurel de Apolo
Soneto
Francisco Mingot
15-17
Ya la antorcha del día se apagaba, y la negra Latona se escondía, una, míseros ayes ofrecía, otra gloriosos triunfos anunciaba. El Cristiano valor ya flaqueaba, y el orgullo enemigo se engreía, unas tropas Plutón, cruel regía, otras, Javier, piadoso acaudillaba. Mira Francisco, que la luz fallece, manda parar al Sol cuando se ausenta, triunfa el Cristiano, y el infiel padece. A todos paró el Sol, y en lo que intenta, al que en la sombra está, la noche crece, y a quien logra la luz, el día aumenta.
Soneto y declaración
Luis Hurtado de Toledo
15-17
La muerte y el amor yendo camino la noche les tomó en una posada ciega la muerte, amor la vista atada parar juntos la noche les convino Ya que venía el alba el sol vecino queriendo cada cual ya su jornada tomaron las aljabas no mirada que el uno la del otro asió sin tino La muerte fue tirando a los mortales amor a los mancebos sin consejos mas muy contrario el tiro les sucede Por tirar con saetas desiguales la muerte enciende ya de amor los viejos Cupido a muchos mozos matar puede
Soneto
Antonio de Mohedano
15-17
Aguarda, espera, loco pensamiento, y no lleves volando la memoria a ver la causa de tu amarga historia, que doblas la ocasión al sentimiento. Para el curso veloz y muda intento, huye la senda de tu fin notoria, pues ves que el mal publica la victoria de mi vida, vencido el sufrimiento Ya, pensamiento, cesa tu pujanza; llegado habemos a la muerte triste, posada cierta del dolor amigo. De ti quiero tomar justa venganza, y es, pues que tú contigo me perdiste, morirme yo, y perderte a ti conmigo.
Soneto
Juan Vaguer
15-17
Con gala, erudición, y melodía, don Alberto, tu ingenio ha publicado, que las burlas, escribes sin cuidado, y las veras, con arte, y energía. Todos los Metros en cortés porfía, sus conceptos con juicio han explicado, y el Español Idioma, se ha mostrado elegante en las voces este día. Conseguirás aplausos celestiales, Hijo de las Fragancias de Elicona, y el laurel ceñirás del gran Apolo. Que guarda el Ebro en líquidos Cristales, a tan florido ingenio, pues pregona más Poemas que todos, solo, él solo
A la muerte del doctor Juan Pérez de Montalbán
Juan Antonio de Ibarra
15-17
De aquel raro prototipo, de aquella originaria luz, quedó un traslado, diestro pincel, que sazonó el cuidado de una constelación y de una estrella Géminis fuese, o fuese estación bella, o querida erección del Sol dorado, y dos Lopes de un Lope, o de un sagrado vínculo, efectos dos, que un amor sella Fénix en fin de un Fénix procediste (o Montalbán) y en su favila ardiente el Genio acrisolaste, o excediste. Fuiste, y te quedaste eternamente, dorando en la luz joven que viviste, que aprenda el docto, y que la envidia afrente.
Sonetos – - VI -
Gregorio de Matos
15-17
Puedes, rosa, dejar la vanidad, no presumas, clavel, de anacarado, mansa azucena, ya jazmín nevado, deje de blasonar vuestra beldad. Grana purpúrea aprisa retirad, brillante rosicler, gala del prado, si de la pompa el tiempo está acabado, vuestra pompa en retiros minorad. Porque salió Marica de un desmayo, flor en las gallardías más vistosas que brotó Primavera, Abril y Mayo Pero a su vista os quedaréis hermosas, suplicándola humildes un ensayo, azucena, clavel, jazmín y rosas.
A una nave corriendo tormenta
Juan de Moncayo
15-17
Surca la nave el húmedo alboroto del mar, y en sus cristales sumergida, náufraga, da ejemplares a la vida con la tarda experiencia del piloto No bien, pues, a los ímpetus del Noto resiste, de sus furias compelida, cuando en el riesgo muestra dividida, rotas las jarcias y el trinquete roto. Surcó el mar, en peñascos desiguales, señoreó de su centro las arenas, ya tocando los astros celestiales. Mas al soplo veloz de un viento, apenas de lo que fue no deja las señales, ¡oh trágico retrato de mis penas!
Soneto
Inarda de Arteaga
15-17
Alegres horas de memorias tristes que, por un breve punto que durastes, a eterna soledad me condenastes en pago de un contento que me distes Decid: ¿por qué de mí, sin mí, os partistes sabiendo vos, sin vos, cuál me dejastes? Y si por do venistes os tornastes, ¿por qué no al mismo punto en que vinistes? ¡Cuánto fue esta venida deseada y cuán arrebatada esta venida! Que, en fin, la mejor hora fue menguada. No me costastes menos que una vida la media en desear vuestra llegada y la media en llorar vuestra partida
A la muerte del padre de Ramírez Pagan
Alonso García
15-17
Ramírez yace aquí, padre dichoso a quien las musas llaman sacro abuelo, y sobre su sepulcro hacen duelo ayudando al poeta misterioso. Honra, viador, el túmulo lloroso, siquiera por el santo amor y celo que debes a la pluma de alto vuelo de Dardanio el pastor más ingenioso, y di al pasar, pisando blandamente: Holganza eterna y resplandor ilustre tenga esta alma en el cielo esclarecido, y herede tanta vida tu simiente cual largo fruto del España y lustre en el Ibero verso producido
La verdadera nobleza
Fray Damián de Vegas
15-17
Si el alma es la cabeza y la corona del ser humano, bien se verifica que el alma noble y de virtudes rica ennoblece e ilustra a la persona Luego de noble en vano se blasona de hidalgo en balde o caballero pica el que a los vicios y maldad se aplica y las santas virtudes abandona Así si el mundo solamente honra al linajudo y rico, aunque vicioso, y el virtuoso pobre estima en poco, No curéis de su honra y su deshonra, pues ya sabéis que el mundo es mentiroso y fanfarrón y lisonjero y loco.
Sonetos – A las exequias de la reina doña Isabel
Fray Luis de León
15-17
Mucho a la Majestad sagrada agrada que entienda a quien le está el cuidado dado que es el Reino de acá prestado estado y todo al fin de la jornada nada La silla Real por afamada amada el más sublime y más pintado hado está en sepulcro encarcelado helado su gloria al fin por desechada echada Si el que ver lo que acá se adquiere quiere y cuanto la mayor ventura dura mire que a Reina tal sotierra tierra Y si el que hoy ojos tuviere viere pondrá o mundo en su locura cura que el que fía de bien de tierra yerra
A la muerte del doctor Juan Pérez de Montalbán
Juan Francisco Andrés
15-17
El Monte excelso que la blanca Aurora con trémulos cambiantes argentaba, cuya sublime cumbre dibujaba los dos collados donde Apolo mora; fúnebre eclipse su esplendor desdora, tanto que cuantas plantas albergaba oscura densidad las emboscaba, hurtando a Febo la porción que ignora; pero en vano se oponen sombras frías a empañar de su cima los verdores, si han de brillar amenas lozanías; y mal pueden ceder a los horrores, pues a pesar del tiempo, y de los días de sus cenizas nacerán las flores
En loor de Fernando de Herrera
Francisco Pacheco
15-17
Goza, oh nación osada, el don fecundo que te ofrezco en la forma verdadera que imaginé del culto y gran Herrera, y el fruto de su ingenio alto y profundo Ya que amaste al primero, ama al segundo, pues pudo el uno y otro en su manera, aquel honrar del Tajo la ribera, este del Betis, y los dos el mundo. El dulce y grande canto el espumoso Océano a naciones diferentes lleve, y dilate ufano su pureza, porque tu nombre ilustre y generoso no envidie ya otras liras más valiente, ni del látigo o griego la grandeza
Sonetos – - IV -
Fray Luis de León
15-17
¡Oh cortesía, oh dulce acogimiento, oh celestial saber, oh gracia pura, oh, de valor dotado y de dulzura, pecho real, honesto pensamiento! ¡Oh luces, del amor querido asiento, oh boca donde vive la hermosura, oh habla suavísima, oh figura angelical, oh mano, oh sabio acento! Quien tiene en sólo vos atesorado su gozo, y vida alegre y su consuelo, su bienaventurada y rica suerte, cuando de vos se viere desterrado, ¡ay!, ¿qué le quedará sino recelo, y anoche, y amargor y llanto y muerte?
Sobre el mismo tema
Manuel Ordóñez de la Puente
15-17
Estatuas, piras, urnas, mausoleos, erijan a Alejandros y Escipiones, donde eternas se aclamen sus acciones, con la insensible voz de sus trofeos. A Salazar consagren sus empleos Ara que le dedique estimaciones, sustituyan al mármol los renglones, coronando su sien lauros Sabeos. Nuevo Apolo en dos mundos celebrado, por su Ingenio, su Ciencia, su Nobleza, bien conocido, cuanto mal premiado. Que casi se ha hecho ya naturaleza ser, el que es entendido, desdichado, o afrenta vil de la mayor grandeza.
Soneto
Jerónimo Cáncer y Velasco
15-17
Ya el corazón (Señor) vive violento entre las sinrazones del pecado, y más que de gustoso de dejado, está para la enmienda sin aliento. Muy cerca miro de arrepentimiento; (o me lo finge mi discurso errado) este temor preciso, y destemplado, que se mezcla en las horas del contento. Ya siento una ignorada resistencia al cometer de errores tanta copia; y aunque esto es circunstancia, y no disculpa. Sálgame a recibir vuestra clemencia, que si me lleva a vos mi culpa propia, no habéis de hacer vos menos, que mi culpa.
Sonetos – - VI -
Fray Luis de León
15-17
Cuando me paro a contemplar la vida, y echo los ojos con mi pensamiento a ver los lasos miembros sin aliento, y la robusta edad enflaquecida, y aquella juventud rica y florida, cual llama de candela en presto viento batida con tan recio movimiento, que a pique estuvo ya de ser perdida, condeno de mi vida la tibieza y el grande desconcierto en que he andado que a tal peligro presto me tuvieron. Y con velocidad y ligereza determino de huir de aqueste estado, do mis continuas culpas me pusieron.
Sonetos – - IV -
Gregorio de Matos
15-17
Pasar la vida sin sentir que pasa, de gustos falta y de esperanzas llena, volver atrás pisando seca arena, sufrir un sol que como fuego abrasa; beber de las cacimas agua baza, comer mal pez a mediodía y cena, oír por cualquier parte una cadena, ver dar azotes sin piedad ni tasa; verse uno rico y dulce encantamiento y Señor, cuando apenas fue criado, no tener de quien fue conocimiento; ser mentiroso por razón de estado, vivir en ambición siempre sediento, morir de deudas y pesar cargado.
De su libro Parnaso publicado en Sevilla por Alons
Diego MejÍa
15-17
La antigua Grecia con su voz divina, celebra por Deidades de Helicona nueve poetisas, dándoles corona de hiedra, lauro, rosa y clavellina Práxila, Mirti, Annitis, Miro Erina, Nossida, y Telefila, que se entona con dulce canto, a Safo, a quien pregona su Lesbos, como Tebas a Corina Mas o matrona honor del mismo Apolo, la clavellina, rosa, lauro, y hiedra en todo siglo, sola a ti se debe Pues siendo la Deidad de nuestro Polo te adoraran en su Parnasia piedra las nueve Musas, y las Griegas nueve
Sonetos – - X -
Gregorio de Matos
15-17
Ya rendida y postrada más que vana, a nuestros pies mi Musa reverente, por coronar con ellos a su frente, del suelo sube al cielo más lozana. Por convencida ostenta gloria ufana, que tiene por corona floreciente el quedarse rendida eternamente, porque humillada al triunfo se hermana Rendimiento fiel hace pomposa, que en beber los castalios crecimientos se adquiere la ventura más dichosa A que Fénix no causa mil tormentos ver que triunfa humillada y tan gloriosa por ser rendida a vuestro lucimiento.
Soneto
Paulo Gonzálvez de Andrada
15-17
Des que en lechos de zafir reposan y que por sendas de cristal caminas, derramando tus urnas cristalinas en favor de las playas arenosas; y desde que con fuerzas caudalosas a conquistar el mar te determinas, bañando tus corrientes peregrinas de Ulisipo las márgenes famosas; mientras, depuesta la arrogancia, hiciste espejo sosegado el agua pura que a tantas hermosuras ofreciste, en cuantas viste, oh Tajo, por ventura, en tantas años de camino, ¿viste igual a la de Silvia otra hermosura?
Luis Hurtado de Toledo a la Católica Señora Isabel Reina de España – - II -
Luis Hurtado de Toledo
15-17
Sabios poetas, claros Oradores, retóricos supremos y curiosos, teólogos morales y famosos, satíricos y cómicos cursores. Artífices también, Historiadores de ejemplos y de Historias deseosos gozad de estos tesoros tan preciosos pues son inestimables sus valores. Aquí veréis a Ovidio renovado con sus transformaciones dibujadas que aun casi vivas demostrallas puedo El cual ha corregido y enmendado con letras de su imprenta delicadas Francisco de Guzmán el de Toledo Y en ellas pone miedo al hombre virtuoso no se transforme en bestia por vicioso
A fray Pedro de Padilla por su Tesoro de poesías publicado en 1587
Pedro Laynez
15-17
De la varia sutil, red amorosa si ventura, o razón, no nos defiende flaca es la mayor fuerza que pretende rendir la que es, y fue tan poderosa Seguir a Amor empresa es peligrosa, huye y no aprovecha, antes ofende, más ya se puede amar, pues ya se entiende que hay paso incierto, o senda ya dudosa Tú famoso Padilla le hallaste, pues con ventura, y con razón pudiste subir lo alto, asegurar lo incierto Los secretos de amor que penetraste tan vivamente aquí los descubriste que es ya lo oscuro y falso, claro y cierto
A una Ana
Juan Rufo
15-17
Di, Ana, ¿eres Diana? No es posible, que eres fecunda y eres más hermosa ¿Eres, por dicha, el Sol? Tampoco es cosa, aunque sola, a tu sexo compatible. ¿Eres Belona bella? Fue terrible; ni Venus, que era fácil, aunque diosa, ¿Pues qué serás, oh imagen milagrosa, si el ser humana y tal es increíble? Serás Diana, Ana, en la pureza, Febo en el resplandor y en la alegría; en valor Palas, Venus en belleza; y mujer a quien dio más que podía la atenta y liberal Naturaleza que, en hacerte, más hizo que sabía
Soneto
Manuel Salinas y Lizana
15-17
Cuitado, que de un punto, lloro y río, espero, quiero, temo y aborrezco; juntamente me alegro y entristezco; de una cosa confío y desconfío. Vuelo sin alas, estando ciego guío; en lo que valgo más, menos merezco; callo, doy voces, hablo y enmudezco; nadie me contradice, y yo porfío. Querría hacer posible lo imposible; querría poder mudarme, y estar quedo; gozar de libertad, y estar cautivo. Querría que se viese lo invisible; querría desenredarme, y más me enredo; tales son los extremos en que vivo.
A la muerte del doctor Juan Pérez de Montalbán
Antonio Coello y Ochoa
15-17
Vuela espíritu grande, y desasido de la prisión grosera de la vida, esta pesada carga no entendida sacude, pues estabas oprimido Y cual suele la idea del dormido delirar de vapores ofendida, y amanecer del sueño despedida, mas pronta a los avisos del vencido Tú así, que ya de humores destemplado soñando la razón cuando dormías, padeció los efectos del beleño. Hoy que para la Fama has despertado tan cuerdo sanarás como solías, que en ti no hubo delirio, sino sueño
A San Isidro
Fernán Ruiz de Biedma
15-17
Los campos de Madrid, Isidro santo, que en toscas líneas labrador termina, giran globos de gloria peregrina los ratos que con Dios conversáis tanto. Y porque el Vargas vuestro admire cuanto aumentáis su labor, mano divina inteligencias al arado inclina, que a la común materia rompa el manto Libra el cielo al que siembra entre dolores, que siegue eterno gozo por tributo, duras espinas convirtiendo en flores. Y así de vos, Isidro, el rostro enjuto allá cogió por flor de labradores, sembrando aquí sus lágrimas, el fruto
A San Laurencio
Manuel Salinas y Lizana
15-17
Hijo de Huesca, augusto ciudadano, romano asombro, aragonés constante, cortesano español, muerto galante, que al Protomártir diste diestra mano. Laurel que hizo el decreto soberano, corona de la Iglesia militante, oscense argento, y oro el más flamante, acrisolado a incendios del tirano. Pero ¿Laurel, y a rayos consumido? ¿no fuera más favor que os asistiera como en la zarza Dios, y no os quemara? Mas sois Fénix de amor envejecido, y renovaros quiso en esa hoguera, para que así el amor se eternizara.
A un sujeto maltratado de un ministro
Francisco Manuel
15-17
No es tiranía, Fabio, esa que emprende e fiero monstruo que adorar solías, cuando aspirante a más que idolatrías hoy con tu mesma ceguedad se ofende Ni el fuego que en el ánimo se enciende, sobre quien arden esperanzas frías, se paga del vapor, ni a los que envías injustos votos, su altivez atiende No por desgracia, por piedad lo cuenta; ¡O desprecio a más luces venerable, padre del desengaño siempre justo! Deja que siga lastimando el gusto, y en lugar de aquel ídolo execrable adora por tu ídolo tu afrenta.
A don Juan de Vera Tassis y Villarroel
Francisco Ataide y Sotomayor
15-17
¡Qué bien de nuestro Cisne idolatrado robas al aire la esparcida suma y qué dulce el acento de su pluma permanece en la voz de tu cuidado! Con su rayo del Sol arrebatado, Prometeo excedido se presuma, pues a Borcas le arrancas, vuelto espuma, tato infuso esplendor, nuca inspirado. Y aun resta el desafirme tu victoria, que en la sondas de mi desasosiego, o se inunda, o se abrasa lo que miro. Pero no, que se inflama la memoria, y al Volumen que en lágrimas anego, sacaré cada letra de un suspiro.
Sonetos creados entre 1586-1587 – Soneto repitiendo el nombre de Bras
Juan de Salinas
15-17
Ciego rapaz de las doradas hebras, flechero atento que en destreza sobras al africano experto, y con tus obras en los fines del orbe te celebras ¡Oh cuántas fes con tu violencia quiebras! ¡Oh cuántos pechos indebidos cobras! ¡Cuán dulcemente con hechizos obras! ¡Oh cómo sabes más que las culebras! Tus pagas son (por mucho que lo encubras) falsas monedas que en tus cuños labras, o letras que en fallidos bancos libras. Ruégote, oh desengaño, que descubras tantos embustes y mis ojos abras, daré culto a tus aras si me libras ¡Oh tú, flor de las hembras, que endechas tristes por los aires siembras! Ya que cantar en estas frescas sombras mi versos acostumbras, si en Bras no te deslumbras, advierte en las cadencias que le nombras
¡Celos!
Luis Vélez de Guevara
15-17
Ya Flori sale el campo, todo es flores, vierten las fuentes risa de alegría y si es de noche, luego nace el día; y saltan los arroyos bullidores. A los enamorados ruiseñores, cuando lo cantan, hago compañía; tal vez celos le tengo a su armonía porque más bien le cuentan sus amores. Con piedras y una honda los desvío de los pimpollos verdes, mas huyendo llaman al parecer al dueño mío Celoso y sin razón les voy siguiendo; y mis celos burlando el claro río, con labios de cristal se va riendo.
A Lope de Vega Carpio
Antonio Ortiz Melgarejo
15-17
¿En qué fresco jardín de olor divino, famoso Lope, en que dichoso suelo a su fortuna hallará consuelo, si sale de tu vega el PEREGRINO? Que aunque le ofrezca el próspero destino el alcázar de Psique en presto vuelo, para quien viene del empíreo cielo, ¿qué son palacios de diamante fino? Trabajos pasará, porque es discreto; más tendrá, si su lira es conocida, lugar entre los dignos de memoria. Y, a pesar de la envidia y del secreto olvido, durará siempre extendida su fama, y canto y peregrina historia
Soneto
Francisco o Juan Cervantes de Salazar
15-17
En todo sois hermosa ¡oh Reina mía! por Vos vive mi alma en gozo y fiesta Si pregunto a los cielos «¿Quién es Ésta, la Zarza, que en el fuego no se ardía?». Altísonos responden: «Es María, que estuvo en el peligro sólo puesta, y venciendo a la culpa, asaz funesta, de la salud del mundo atrajo el día » ¡Oh lumbre de la noche más oscura, oh del airado mar seguro puerto, oh arca de la amistad, que siempre dura! Basa, donde el maná estuvo encubierto, cedro de corrupción y de hermosura, cuyo fruto dio vida al hombre muerto.
A una hermosura que murió de repente con un reloj en la mano
Jacinto Polo de Medina
15-17
Ese volante que continuo expía es siempre en lo viviente presuroso, en Nise, que murió de lo dichoso, avisos quiso ser y fue porfía No muere, no, reloj, de tu armonía la que vivió lo breve de lo hermoso, tú que en su lozanía presuroso un mérito apresuras más que un día Si en frágil duración de los instantes tiene su mayor prisa en lo que dura, ¿cómo su oficio de morir ignoras? Sin ejercicio mueves tus volantes Que a quien le dan por vida una hermosura es perezosa edad la de tus horas. Tan temprano es tu ingenio, que aún no mueves -con airoso ademán, con planta airosa- la edad de veinte abriles olorosa y sin ocios de flor ya frutos llueves ¿Cómo a estrechar en esa edad te atreves siglos de perfección? Tu edad dichosa vengue las brevedades de la rosa, desagravie a las dichas por los breves Tanta es la edad de tu discurso ardiente, tan niños esos años mereciste, que vida has menester porque no acabes Nace para saber todo viviente, tú a estudiar el vivir sólo naciste ¡Oh si vivieses todo lo que sabes!
Soneto
Francisco de Figueroa
15-17
Déjame en paz, Amor: ya te di el fruto de mis más verdes y floridos años; y mis ojos ligeros a sus daños pagaron bien su desigual tributo No quiero ahora yo con rostro enjuto, sano y libre cantar más desengaños; ni por alegres y agradables paños trocar tu triste y congojoso luto. En llanto y en dolor presto y cargado de tus antiguos hierros, la jornada quiero acabar de mi cansada vida; mas no me des, Amor, nuevo cuidado, ni pienses que podrá nueva herida romper la fe que nunca fue doblada
Soneto
Luis de Rivera
15-17
La noche estaba del silencio en medio, y las cosas suspensas, aguardando de la dichosa hora el punto, cuando reciba el mundo sin igual remedio Puso entre el hombre y Dios la Virgen medio, su consentir humilde al Ángel dando y el resplandor del Padre, así encarnando, ya vecino al nacer confirma el medio. María, de extremado gozo llena y en vehemente ardor toda encendida, pide que salga el sol que la enamora. Vistióse de blancura y luz serena, y sobre humanas fuerzas conmovida, virgen y madre se mostró a la hora.
- XVII -
Marqués de Santillana
15-17
Non en palabras los ánimos gentiles, non en menazas ni'n semblantes fieros se muestran altos, fuertes e viriles, bravos, audaçes, duros, temederos. Sean los actos non puntos civiles, mas virtuosos e de caballeros, e dexemos las armas femeniles, abominables a todos guerreros. Si los Sçipiones e Deçios lidiaron por el bien de la patria, çiertamente non es en dubda, maguer que callaron, o si Metrello se mostró valiente; pues loaremos los que bien obraron e dexaremos el fablar nuziente.
- I -
Luis Barahona de Soto
15-17
Genil, que ves la sombra en tu corriente, que amor llenó de glorias y despojos la lumbre digo de los claros ojos, que sombra en tanta luz no se consiente; en beneficio del amigo ausente revuelve de tus riendas los manojos, con nuevas de mis lástimas y enojos, adonde es mi levante y tu poniente; y al tiempo que el sereno rostro veas de aquellos ojos verse entre tus ondas, dirásle: "Ingrato corazón, venciste Venciste, no me huyas ni te escondas: alégrate, pues sé que lo deseas; que muerto es ya el que tanto aborreciste.
- XXXI -
Marqués de Santillana
15-17
Forçó la fortaleza de Golías con los tres nombres justos con el nombre del que se quiso por nos facer hombre e de infinito mortal e Mexías, el pastor, cuyo carmen todos días la sancta Esposa non çessa cantando, e durará tan lexos fasta cuando será victoria a Enoch e a Helías Pues vos, los reyes, los emperadores, cuantos el santo crisma resçebistes, ¿sentides, por ventura, los clamores que de Bisançio por letras oístes? Enxiemplo sea(n) a tantos señores las gestas de Sión, si las leystes.
A la muerte de Lope de Vega
Francisco Faria Correa
15-17
Murió el Fénix de España, y cuando llega el fin natal en túmulo de olores, fertilísima pira de sus flores para su muerte ministró su Vega La misma Parca, aun siendo Parca, niega jurisdicción fatal a sus rigores, pues con logro de alientos superiores al destinado fin su vida entrega Así bien que forzosa, desmentida quedó la muerte en la olorosa llama, ejecutada sí, pero corrida Pues tanto el mundo al fénix vivo aclama, que aunque su muerte acreditó a su vida, no fue su vida estorbo de su fama.
A la verdad
José Pellicer de Tovar
15-17
Deidad excelsa, Majestad sagrada que en paz conservas orbes y elementos; columna que al combate de lo vientos jamás te vio la veleidad postrada. Verdad que de la tierra derivada la Justicia en el Cielo te da alientos y te mira con ojos siempre atentos cuando el Mundo te juzga contrastada A ti mis votos van y a ti consagro las verdades que ilustran mis escritos que otro fin a este culto no me llama Será de tu poder alto milagro el desterrar errores infinitos; pues yo busco tu gloria, no mi fama
A la sepultura de una señora viuda, de la orden tercera – Soneto XI
Esteban Manuel de Villegas
15-17
Deseos que salís por mi ventura, no cual espurios, no cual naturales, sino legitimados en mis males y al fin nacidos de ocasión segura. Puesto que os di por madre su hermosura y por padre, mis ojos manantiales que desde que vivís andan mortales, y no sin accidentes de locura Haced que viva, con haced que os hiera una suave posesión lasciva; que si se trueca entre los dos la fuerte, mi dicha será, Phenix, sin que muera Pelícanos vosotros, por quien viva, y víbora yo mismo, que os de muerte.
A Lope de Vega Carpio
Juan de Vera y Zúñiga
15-17
Cuando las ninfas del Castalio coro, Lope, oyeron tu plecto sonoroso en el Tajo, a quien hizo más famoso tu dulce musa que su arena de oro, Betis propuso a Apolo su decoro, su grandeza, sus partos, su dichoso nombre, su ser, su trato poderoso, su verde selva y desigual tesoro Lope me falta, dijo el viejo; y luego sus ninfas todas al patrón divino piden lo mismo que aceptó su ruego Ya has llegado a su curso cristalino, Peregrino en viaje y con sosiego, sólo en estilo quedas peregrino.
- V -
Marqués de Santillana
15-17
Non solamente al templo divino, donde yo creo seas reçeptada segund tu ánimo santo benigno, preclara infante, mujer mucho amada, mas al abismo o çentro maligno te seguiría, si fuese otorgada a caballero por golpe ferrino cortar la tela por Cloto filada. Assi non lloren tu muerte, maguer sea en edad nueva o tiempo triunfante, mas la mi triste vida que desea ir donde fueres, como fiel amante, e conseguirte, dulçe mía idea, e mi dolor açerbo e inçesante.
- VI -
Marqués de Santillana
15-17
El agua blanda en la peña dura faze por curso de tiempo señal, a la rueda rodante la ventura transmuda e troca el genio humanal Paces he visto apres gran rotura atarde dura bien nin faze mal, mas la mi pena jamás ha folgura nin punto cesa mi largor mortal. Por ventura dirás, ídola mía, que a ti non place de mi perdimiento, antes repruebas mi loca porfía. Di, ¿qué faremos del ordenamiento de amor, que priva toda señoría e rige e manda nuestro entendimiento?
A un mal poeta
Alonso de Castillo y Solorzano
15-17
Aquí yace un poeta tropezón, de diferentes trovas trujamán, oyolas el gran turco Solimán, nueve veces cantar al zancarrón. Atrevióse a pedir en Hellicón la plaza de lacayo de Titán; oyó la culta lengua en Popayán, Nicaragua y las islas del Japón Salió más erudito que el rocín o caballo Pegaso, y fue gran bien el aprender a coces su latín Las Musas le han tratado con desdén, nuevas veces pedía el malandrín, hecho de tus jornadas palafrén.
A la sepultura de una señora viuda, de la orden tercera – Soneto X
Esteban Manuel de Villegas
15-17
Vela el cuidado, y el amor desvela, y aunque de ambos a dos es la porfía, tienes por más ligera tiranía la que ejercita amor, que mata y vuela. No la que ahora del cuidado anhela en la, que te frecuenta, vejez fría, ay, ay, quien te dijera en algún día que habías de sentir tanto la espuela Cuando mostrabas de azucena, fruta, la tez bruñida, o como sin cuidado de mí solicitabas tus placeres, déjame pues, que si te quise hermosa, ya no es posible, puesto que has llegado a tiempo, que a ti misma no te quieres.
Soneto
José Pellicer de Tovar
15-17
Ya al Júpiter metido en culto griego, la vana antigüedad dejó aplaudida la copa, que fingió el Garzón de Ida, subió a servirle hasta el dosel del fuego Al Latino mayor, del mayor Griego, como verdad se veneró leída, de ella la historia se miró vencida, pues no le costó el crédito algún ruego. Mas Homero y Virgilio, ¿qué escribieran al ver que el alto Júpiter de España eternizó a un Guzmán más firme copa? Sus escritos con ella ennoblecieran, y premio le aclamaran en su hazaña que fue por él restauración de Europa
Soneto
Francisco de Avellaneda
15-17
Vino Benito en cierne de marido a vistas de la bella Teresona, él le parece a ella ruin persona y por ahora poco para erguido Trajo de paje todo lo buido, con algunas mudanzas de chacona, y para su hermosura quintañona menos lindo le quiere, y más fornido Vuélvase a envanecer, dijo la Junta, que hasta ahora no es mozo de esperanza, y en este ministerio aún no despunta. Aprenda por lo bajo alguna danza, que según de la estirpe se barrunta, aún no será con ello buena lanza.
- XXXII -
Marqués de Santillana
15-17
Roma en el mundo e vos en España soys solas çibdades çiertamente, fermosa Yspalis, sola por fazaña, corona de Bética exçelente. Noble por hedifiçios, non me engaña van apparençia, mas judgo patente vuestra grand fama aún non ser tamaña cuan loable soys a quien lo siente En vos concurre venerable clero, sacras reliquias, sanctas religiones, el braço militante cavallero, claras estirpes, diversas nasçiones, fustas sin cuento; Hércules primero, Yspán e Julio son vuestros patrones.
- II -
Luis Barahona de Soto
15-17
Ve, suspiro caliente, al pecho frío de aquella viva piedra por quien muero; que libre va de culpa el mensajero, aunque no sé en tal parte, siendo mío Loarte has que en extraño señorío entraste mis querellas tú el primero, y que ablandaste un corazón de acero, que se templó en mis ojos, hechos río Seguro vas, pues el amor te guía, y más llevando nuevas de mi muerte adonde buscan gloria con mis daños. Quizá entrará el amor do no solía, y con el fin de mis pasados años comenzarán los buenos de mi suerte.
De Cristo resucitando a Lázaro
Luis de Rivera
15-17
La enfermedad del justo y sus dolores a la gloria de Dios abren camino; que no para en la muerte su destino, odiosa cual de tristes pecadores Sueño es de paz y de abundancia y flores por quien espera el cuerpo no mezquino, aquel eterno abrazo, fiel, divino, de la alma con purísimos amores. Lázaro así, ya en el sepulcro puesto, con lágrimas de Marta y de María a Cristo movió en lloro, ¡humana suerte! Turbó al valiente espíritu el funesto horror; mas dando un grito al que dormía, sacólo a luz del seno de la muerte
Soneto
Luis de Rivera
15-17
Hoy al templo una Virgen se presenta con un hijo en los brazos, Virgen madre, que siendo tal, de no terreno padre lo parió, y a sus pechos lo alimenta. En gozo fue su parto, y sin afrenta de culpa; el concebir de humana madre; mas en la luz en que se vio su padre y en su mente engendrado lo sustenta Al mismo Padre se lo ofrece, y dice, con aquella pureza que en su alma vido el Infante cuando estuvo dentro: «Tú, gran Padre, lo acepta, y lo bendice, porque de tu virtud la excelsa palma de su enemigo humille el recio encuentro »
- XVIII -
Marqués de Santillana
15-17
Oy, ¿qué diré de ti, triste emisperio?, ¡o patria mía!, ca veo del todo yr todas cosas ultra recto modo, donde se espera inmenso lazerio. Tu gloria e laude tornó vituperio e la tu clara fama en escureza Por çierto, España, muerta es tu nobleza, e tus loores tornados haçerio ¿Dó es la fe? ¿Dó es la caridad? ¿Dó la esperanza? ca por çierto ausentes son de las tus regiones e partidas ¿Dó es justicia, temperança, egualdad, prudençia e fortaleza? ¿Son presentes? Por çierto non, que lexos son fuydas.
A doña Isabel de Castro y Andrade, condesa de Altamira
Juan Vadillo
15-17
Cabellos de oro que en divina altura sobre la nieve los esparce el viento; ojos en quien tal fuerza y poder siento que bastan a aclarar la noche oscura Risa que quita toda pena dura; boca do sale un tan supremo acento que basta ha henchir mi alma de contento, do está con el coral la perla pura La mano, el cuello, el pecho de alabastro; la tierna voz, la sangre generosa la hermosura nunca imaginada. En ti, doña Isabel, de Castro se halla de tal suerte fabricada que toda eres suprema y más hermosa