sophia_ai_robot_prophet / resources /hermes /hermes_trimigesto.txt
vnosri's picture
sophia
8332c01
raw
history blame contribute delete
No virus
56.1 kB
Hermes Trismegistos:
El Tres Veces Grande y Muchas Veces Forjado
Octavio da Cunha Botelho
Octobre/2019
2
La Pseudoepigrafía
Actualmente, cuando un autor escribe un
libro, sus derechos de autor o los derechos del
editor son registrados en un organismo
especializado para dicho registro, entonces la obra
es registrada para obtener el ISBN (International
Standard Book Number). Este recurso fue creado
en 1967 y oficializado como norma internacional
en 1972. Es un sistema de identificación numérica
para obras literarias. Más recientemente, fui
creada otra forma de identificación de libros a
través de códigos de barras. Para las
publicaciones en la web, ahora existe el DOI
(Digital Object Identifier), un padrón internacional
para la identificación numérica de artículos y otras
publicaciones científicas en Internet. Estas
características identifican y garantizan claramente
los derechos de autor según las leyes de derechos
de autor, la infracción de los derechos de autor es
un delito penal. Esta identificación clara del autor
es muy importante para el conocimiento preciso
del verdadero autor de una obra.
Sin embargo, este proceso no existía en
el pasado, las obras no tenían derechos de autor,
ya que no había un cuerpo para tal tarea, ni había
legislación pertinente, ni identificación numérica de
la obra, etc. Por lo tanto, el concepto de autoría
era muy diferente del actual, además, el autor no
3
tenía protección de derechos de su trabajo, lo que
facilitaba la falsificación de la autoría
(pseudoepigrafía) de los libros. Es decir, un autor
podría escribir un libro y luego asignar la autoría a
quien quisiera, como regla general, a un autor
prestigioso, para que la obra pueda ser acepta
fácilmente.
Más que con los autores de otros
asuntos, este procedimiento fue frecuente entre
los autores religiosos del pasado. Como signo de
humildad y sumisión, algunos autores religiosos
escribieron libros, pero atribuyeron la autoría a
otro autor más prestigioso, o incluso a un dios o
diosa. Incluso hoy, con tantos recursos para
asegurar los derechos de autor, hay adherentes
religiosos, investigadores e historiadores que no
perciben la inmoralidad o el crimen en estas
prácticas, alegando que estos religiosos del
pasado, al escribir, se sentían como canales de
transmisión de enseñanzas de una tradición, por lo
tanto, con muy poca, si alguna, creación individual
en la obra. Entonces el libro podría ser más una
compilación que la creación de un autor.
Sin embargo, para estos casos, algunos
temas deben ser discutidos. Primero, cuánta
creación personal o compilación reproducida está
presente en la obra que no la caracteriza como
una creación personal. En segundo lugar, la
cuestión de la responsabilidad. Al asignar la
autoría a otra persona, el verdadero autor se
exime de la responsabilidad por los errores, lo que
4
lo hace inmune, luego transfiere la responsabilidad
por los errores, que el verdadero autor cometió, a
otro autor. En la India, un autor religioso a menudo
se compara con un loro, como un signo de
extrema humildad en la preparación de su libro,
alegando que solo repite lo que ha aprendido de
sus maestros. Bien, compararse con un loro es
realmente una comparación humilde, porque
desde otra perspectiva, es reconocer que el autor
reproduce lo que no entiende, tal como un loro. En
tercer lugar, lo que es más grave, la cuestión de la
astucia al atribuir la autoría a otro autor prestigioso
o un dios. La intención subyacente es hacer valer
la aceptación y el prestigio utilizando la autoridad
de otro autor.
Un ejemplo similar bien conocido en el
Hinduismo es Krshna Dwaipáyana Vyása
otTRT), a quien se le atribuyen la autoría
de muchas obras, como los cuatro Vedas (más de
diez mil himnos), el Mahábhárata (cien mil coplas),
los 18 Puránas (alrededor de 400,000 coplas), el
Brahma Sütra, el Yoga Sütra Bháshya y una
cantidad más de pseudoepígrafos controvertidos.
La justificación de algunos autores hindúes, para
la autoría de tantos y tan largas obras, es que
Vyása no es un autor per se, sino el nombre de un
puesto de compilador ocupado por diferentes
autores, por lo que a veces el nombre Vyása es
traducido por “compilador”. Si es así, la
justificación aún no está completa, ya que los
nombres Krshna y Dwaipáyana especifican un
5
vyása (compilador) particular, a saber, el de piel
oscura ( Krshna ), generado por la diosa Saraswatí
y que reside en una isla ( dwipa ), de ahí la palabra
Dwaipáyana (residente en una isla). Entonces, si
se especifica el nombre de un compilador (vyása),
¿cuál es el nombre de los otros vyásas ? Porque,
un hecho muy común en la historia de los oficios
es uno ocupar un puesto y conocer el nombre de
este ocupante del puesto.
La práctica de la pseudoepigrafía
demostró ser eficiente con el tiempo para lograr
aceptación y prestigio, ya que los nombres de
sabios y dioses usurpados funcionaron como un
"sello" para la legitimidad del texto recién escrito,
de ahí su consecuente credibilidad y aceptación
entre los seguidores. Autores como Hermes
Trismegistos, Vyása y otros funcionaron como
sellos, de modo que, por ejemplo, si un libro fue
escrito por Hermes Trismegistus, entonces sería
un libro aceptado. Algo así como si la
pseudoepigrafía funcionara como la puerta de
entrada a la canonización, o algo así como lo que
ahora llamamos el "sello de calidad". Este sello
finalmente se extendió al sistema, por lo que
Florian Ebeling señaló: "El Hermetismo parece
haberse convertido en un sello con el cual un texto
y su contenido factual podrían provocar el
reconocimiento de su ortodoxia y su verdad"
(Ebeling, 2007: 75). Entonces, con el crecimiento
del prestigio del sello Hermetismo, dentro del
entorno esotérico, ha multiplicado el número de
6
escritos en nombre de esta tradición. Un ejemplo
reciente fue el libro Kybalion: The Hermetic
Philosophy of Ancient Egypt and Greece,
(Kybalion: La Filosofía Hermética del Antiguo
Egipto y Grecia), escrito por Three Initiates y
publicado en 1908. Este libro no es mencionado
en los textos Hermética, ni por los hermetistas de
la Edad Media y el Renacimiento, sin duda es un
texto hermético tardío cuando ya se fusionó con
nuevas ideas para agregar a las muchas otras
doctrinas obsoletas del pasado. Finalmente, el
libro que tiene la firma de Hermes Trismegistos o
Hermetismo, obtiene aceptación inmediata en el
entorno esotérico.
Con el tiempo, la práctica de la
pseudoepigrafía se hizo tan común y aceptable
que, debido a las incertidumbres de la autoría, la
autoría se atribuyó a los personajes más ilustres.
Así Christian Bull señaló: “Los tratados herméticos
se atribuyen a Hermes o sus discípulos, lo que
significa que no sabemos quién los escribió
realmente. Esto coloca a los Hermética 1 en el
1 Hermética es un adjetivo latino masculino en plural de
hermeticum (hermético), por lo que significa "herméticos".
Con el tiempo, se ha vuelto convencional llamar Hermética
los textos más directamente relacionados con Hermes
Trismegistus. Los textos que se incluyen o no en
Hermética varían de una colección a otra, según los
criterios del autor o editor, así como el descubrimiento de
nuevos textos. La colección más actualizada es la
7
género de la pseudoepigrafía, en el que
encontramos textos que se atribuyen a figuras
míticas como Orfeo, Museo, Enoch y Seth, o se
atribuyen erróneamente a figuras históricas (pero
a veces semi-legendarias) como Zoroastro,
Homero, Pitágoras, Jesús y sus apóstoles” * 2 (Bull,
2018: 03).
El Autor que Nunca Existió
El caso anterior es el de Hermes
Trismegistos (Eppqg TpiapeyiaTog). Como nunca
existió, todas las autorías de las obras que se le
atribuyen son pseudoepígrafos. Cuando él no es el
autor, él es el protagonista, o ambos al mismo
tiempo, autor y protagonista. Por ejemplo: el
primer capítulo del Corpus Hermeticum, conocido
como Poimandres (noipavSpng), un diálogo entre
Hermes Trismegistos y Poimandres, este último es
publicada y comentada por Xavier Renau Nebot, Textos
Herméticos, Editorial Gredos, 1999, que incluyó
descubrimientos recientes.
2 Los seguidores del Hermetismo consideraban a Hermes
Trismegistos como el primer filósofo y el primer profeta
de la humanidad, por lo que todos los otros sabios y
místicos que surgieron a continuación fueron sus
discípulos, por lo que cualquiera de estos podría ser el
autor de una obra hermética.
8
el Pensamiento ( nous ) 3 del Poder Supremo
( authentes ), Hermes es el autor y el personaje
(interlocutor) del diálogo con Poimandres. Lo
mismo sucede en otras obras. Por lo tanto, porque
nunca existió, pero estuvo presente en la
imaginación durante muchos siglos, Florian
Ebeling lo llamó "fantasma" y observó: "El heroico
patrón del Hermetismo nunca existió, Hermes
Trismegistos fue una ficción, una ficción fructífera
con efectos duraderos. La figura de este
legendario sabio egipcio surgió de la fusión de dos
deidades de origen altamente divergente: el dios
egipcio Thoth y el dios griego Hermes" (Ebeling,
2007: 03). Esta fusión puede haber ocurrido
durante el período helenístico. El epíteto
"Trismegistos" significa "Tres Veces Grande" y es
tomado del dios egipcio Thoth, que ya era
conocido por este epíteto en Egipto antes del
sincretismo (Ebeling, 2007: 03-7 y Bull, 2018: 33s).
En la mitología romana, Hermes es conocido como
Mercurio. El epíteto "Tres Veces Grande"
(TpiapeyioToq - Trismegistos-, Latín: Termaximus)
se le atribuye, según algunos autores, porque
Hermes Trismegistos fui un dios, un rey y un
hombre sabio, aunque cuando leemos la extensa
3 La traducción del término griego nous (vouq) es
divergente, a veces traducida por intelecto, a veces por
mente, alma o pensamiento, por lo que algunos autores
prefieren no traducir.
9
literatura hermética, nos damos cuenta de que él
era mucho más que solo Tres Veces Grande,
mucho más que eso en los mitos, él fue Muchas
Veces Grande, ya que realizó innumerables
funciones, como veremos más adelante.
El "Jack for all the Trades"
Como mencionamos anteriormente,
Hermes fui un personaje mitológico, pero no
cualquier personaje, sino que, como un actor que
puede interpretar diferentes roles en diferentes
obras de teatro o películas, él aparece en los
textos herméticos como un protagonista “sabe-
todo” y con una versatilidad muy diversa. Además
de conocer innumerables temas, se presenta a
veces como un dios, a veces como un rey, como
un mago, como un maestro de la sabiduría, como
un médico, un astrólogo, un alquimista, un profeta,
un educador, un adivino, un maestro de
alfabetización, un constructor de pirámides, etc.
De todos modos, Hermes Trismegistos sería aquel
actor versátil que a los cineastas siempre les
gustarían tener a su disposición, o el "manitas"
que a todas las compañías les gustarían tener en
su personal.
La Literatura Hermética
Muchos piensan que el Hermetismo es
simplemente sinónimo de esoterismo, magia,
10
alquimia u ocultismo. Esta es una idea resultante
de los desarrollos del Hermetismo después de
siglos de absorción de ideas y prácticas de otras
tradiciones, por lo tanto, un concepto
contemporáneo de un Hermetismo muy
desarrollado y diverso. Estrictamente hablando, el
Hermetismo fue diferente en distintos momentos
de su evolución, así como en diferentes regiones
(por ejemplo, Hermetismo Árabe, Hermetismo de
Alejandría, Hermetismo Grecorromano, etc.), por
lo que puede conceptualizarse de una manera en
la Antigüedad, otro en la Edad Media, otro en el
Renacimiento, otro en la Edad Contemporánea.
Con el tiempo, nuevos textos fueron compuestos y
unidos a la tradición hermética. Entonces eso se
vuelve difícil hoy conciliar las opiniones de los
diversos autores sobre qué textos pertenecen o no
a la literatura hermética, los criterios varían de un
autor a otro. Kevin Van Bladel reflexionó: "... hoy
no existe consenso entre los académicos sobre
qué obras pueden considerarse herméticas" (Van
Bladel, 2009: 18). Por lo tanto, algunos
investigadores prefieren considerar como
herméticos aquellos textos con relación directa
con Hermes Trismegistos, es decir, aquellos cuya
autoría se le atribuye o aquellos en los que él es
un personaje en el diálogo, este fue el criterio
utilizado por Florian Ebeling para circunscribir los
límites de su historia sobre el Hermetismo
(Ebeling, 2007: 07-9).
11
A principios del siglo III e. c., Clemente
de Alejandría registró en su obra Stromata, una
serie de escritos herméticos que se llevaron
durante una procesión de culto egipcio. Al
comienzo de la procesión estaban los himnos
herméticos divinos y la biografía real. Los libros
astrológicos sobre estrellas fijas, planetas y sus
movimientos fueron seguidos por inscripciones
jeroglíficas sobre temas geográficos, a
continuación, los libros que trataban sobre
educación y prácticas de adoración. Había libros
sobre las leyes, sobre los dioses y sobre el
entrenamiento de los sacerdotes. Hubo un total de
36 libros de Hermes que contenían toda la filosofía
de los egipcios, que se complementaron con seis
libros sobre temas médicos. Pero estos números
son muy modestos en comparación con los 36,525
libros herméticos señalados por Menetho o los
20,000 mencionados por Seleucus (Ebeling, 2007:
09). Sin embargo, estos libros no sobrevivieron,
por lo que no conocemos el contenido; de lo que
tenemos actualmente, los siguientes son los textos
fundamentales de la tradición de Hermes
Trismegistos, divididos en dos categorías:
a) los textos filosófico-religiosos (teología,
creacionismo, cosmogénesis, soteriología,
cosmología, etc.) y
b) los textos técnicos (Astrología, Magia, Alquimia,
Curación, etc.).
Los textos filosófico-religiosos son los
Hermética, que incluyen las siguientes obras:
12
1) El Corpus Hermeticum, una colección de
dieciocho tratados (se perdió el tratado
XV) compuesto entre los siglos I y III. e. c.,
conservado en griego a través de
manuscritos bizantinos de los siglos XIV a
XVI e. c. La edición crítica del texto griego,
ahora considerada por los estudiosos
como la referencia, es la de A. J.
Festugiére y N. D. Nock, publicada con
notas y traducción al francés en los años
1945-54.
2) El Asclepius (griego: Logos Teleios: Latín:
Sermo Perfectum), una colección de
discursos de Hermes Trismegistos para su
discípulo Asclepios, compuesto entre los
siglos II y III e. c. Se perdió el griego
completo original, solo hay fragmentos en
griego, sobrevivieron completamente solo
a través de traducciones latinas. Una
versión en lenguaje copto de los párrafos
21 al 29 se encontró entre los manuscritos
de la biblioteca Nag Hammadi en 1945.
Los manuscritos latinos más importantes
son de los siglos XII y XIII. e. c.
3) Los Extractos de Stobeu, una compilación
de 29 extractos de textos herméticos
recopilados por John Stobeu en el siglo V
e. c., para la educación de su hijo, con
algunos extractos relativamente extensos,
especialmente el extracto XXIII, el Kóré
Kósmou.
13
4) Los textos coptos de la Biblioteca Nag
Hammadi, encontrados en 1945. De los
cinco textos herméticos incluidos en esta
biblioteca, dos de ellos eran previamente
desconocidos: el Octavo y Noveno
Discurso, y la Oración de Acción de
Gracias.
5) Fragmentos de textos herméticos
conservados en los escritos de los Padres
de la Iglesia (Tertuliano, Lactantius,
Agustín, etc.).
6) Las Definiciones de Hermes
Trismegistos para Asclepios, una
colección de aforismos, conservada en el
idioma armenio traducida del griego y
compuesta en griego probablemente a
fines del siglo VI e. c.
7) Pequeños fragmentos herméticos en
papiro descubiertos en archivos y
bibliotecas en la última mitad del siglo XX.
En cuanto al Corpus Hermeticum, Wouter
J. Planegraaff señaló: “No sabemos cuántos
Hermética filosóficos pueden haber existido o en
qué orden deberían leerse originalmente. La
colección conocida hoy por Corpus Hermeticum
fue reunida en Bizancio durante la Edad Media y
parece haber sido vagamente conocida en su
forma actual por Michael Psellus en el siglo XI e. c.
Consiste en 17 tratados, confusamente listados
como l-XV y XVI-XVIII desde el siglo XVI e. c. La
enumeración padrón deriva del primer editor
14
moderno del texto griego, Adrien Turnébe, quien
en 1554 incluyó algunos extractos herméticos de
Stobeu, como Capítulo XV del Corpus , los editores
luego retuvieron la enumeración de Turnébe, pero
retiraron el Capítulo XV” (Hanegraaff, 2018: 02).
Los textos técnicos son:
1) Muchos escritos astrológicos se
atribuyen a Hermes Trismegistos, especialmente
detallado es el Libro Sobre los Treinta y Seis
Decanos , compuesto quizás en el siglo I a. e. c.
2) Hermes como mago y adivino, como
se menciona en los Papiros Mágicos Griegos ,
compuesto entre los siglos II y IV e. c. Hermes
también aparece como un curador mágico en el
conocido Cyranidi, compuesto entre los siglos I y
IV. e. c.
3) Hermes también es conocido como el
autor de trabajos alquímicos, jugó un papel
importante como precursor de la alquimia, como
se menciona en los escritos del alquimista
Zozymus de Panópolis, de finales del siglo III y
principios del siglo IV e. c.
Además de estas obras arriba, se
pueden agregar los textos herméticos
conservados en traducciones al árabe (ver: Van
Bladel, 2009).
El Hermes Árabe
La leyenda árabe más conocida
menciona la existencia de tres Hermeses. El
15
primer Hermes fue nieto de Adán y vivió antes del
Diluvio. Los hebreos lo consideraban el profeta
Enoc, mientras que los árabes lo consideraban
IdrTs, un profeta mencionado en el Corán por ser
correcto y determinado (capítulos 19 versículos
56-7 y 21 versículos 86-7). Como el primer
astrólogo, Adán le instruyó sobre las horas que
dividen el día y la noche. Construyó pirámides y
ciudades en el Alto Egipto donde vivió y advirtió
sobre la destrucción del mundo por agua y fuego.
Para salvar la floreciente ciencia antediluviana de
la destrucción durante el Diluvio, construyó un
templo y grabó todo su conocimiento científico
grabándolo en las paredes. El segundo Hermes
vivió después del Diluvio en Babilonia (antiguo
Egipto) y se sabe que enseñó filosofía y
matemáticas a Pitágoras. El tercer Hermes
continuó la tradición, nuevamente en Egipto.
Escribió un libro sobre alquimia y fue el maestro
de Asclepios (Ebeling, 2007: 45, para más
detalles, ver Van Bladel, 2009: 121 s). Entonces
este tercer Hermes es lo que se conoce como
Hermes Trismegistos.
Aunque sin consenso, Hermes es el
profeta IdrTs en la interpretación de algunos
musulmanes, con quienes los judíos se identifican
con Enoch, mencionados en dos pasajes del
Corán: “Mencione también en el Corán la historia
de IdrTs. Era un hombre de verdad, un profeta. Lo
elevamos a una posición alta” (19: 56-7). “Y
16
recuerda que Ismael, Idus y Dhul KifP, todos
estaban decididos. Los admitimos a nuestra
compasión, fueron verdaderamente virtuosos” (21:
86-7).
En términos generales, el Hermetismo
Árabe enfatiza temas prácticos (alquimia,
astrología, magia, etc.) en lugar de temas
filosóficos-religiosos, como en el Corpus
Hermeticum, de modo que en la literatura
hermética árabe, Hermes es más un mago que a
un sabio (ver, Van Bladel, 2009).
Los Delirios de los Renacentistas
En 1460, un agente de Cosino de Medice
trajo de Bizancio a Florencia un manuscrito griego
del Corpus Hermeticum. La obra impresionó a los
intelectuales de la Academia Florentina. Cosino
inmediatamente le pidió a Marcilio Ficino (1433-
1499) que interrumpiera sus traducciones de
Platón y comenzara la traducción latina de este
texto hermético. Ficino terminó la traducción al
latín del Corpus en 1463, que se publicó en 1471,
bajo el título Pimander (nombre del primer tratado
del Corpus), pero solo los tratados l-XIV. La
traducción latina de los tratados XVI-XVIII fue
completada por Lodovico Lazzarelli (1447-1500) y
4 Algunos autores sugieren que este es el profeta
Ezequiel.
17
publicada en 1507 después de su muerte (el texto
del tratado XV se perdió). Este evento
desencadenó una ola de entusiasmo por el
Hermetismo en Italia, cuya resonancia se
extendería por toda Europa, sin embargo, algo
diferente de la tradición que se había conservado
durante la Edad Media, es decir, en lugar de la
conocida tradición hermética sobrecargada de
alquimia, como se conservó durante la Edad
Media, Europa ahora encontró la tradición
filosófica-religiosa de la tradición hermética a
través de las publicaciones del Corpus
Hermeticum y lo Asclepius.
Con el fin de diferenciar claramente entre
estas dos tradiciones herméticas, a saber, la
tradición técnica (alquimia, astrología, magia, etc.)
y la tradición filosófico-religiosa (teología,
cosmología, soteriología, etc.), algunos autores
que escriben en el idioma inglés, sugieren cambiar
la amplia denominación inglesa Hermeticism
(Hermeticismo), que abarca la generalidad de las
artes ocultas, a la denominación inglesa
Hermetism (Hermetismo), esta última se refiere
solo a la tradición filosófica-religiosa, también
conocida como Hermética Alejandrina, porque fui
compuesta por sacerdotes egipcios helenizados.
Antoine Faivre explicó: "Gradualmente, Hermes y
el Hermetismo llegaron a significar cada vez más
alquimia o teosofía, o esoterismo en el sentido
moderno del término" (Faivre, 1995: 60, 39 y
Hanegraaff, 2018: 02). En el momento del nuevo
18
renacimiento del Hermetismo en el siglo XIX, con
la fundación de grupos herméticos como la
Hermetic Order of the Golden Dawn (Orden
Hermética del Amanecer Dorado), la Hermetic
Brotherhood of Luxor (Hermandad Hermética de
Luxor), la Mysteria Mystica Aeterna y Esoteric
School of the Theosophical Society (Escuela
Esotérica de la Sociedad Teosófica), el
Hermetismo ya se había convertido en un nombre
común para las diversas formas de artes ocultas
(alquimia, astrología, magia, tarot, numerología,
quiromancia, etc.), con tal alcance que un autor lo
ha definido como "una cosa sin esquinas y
extremos" (Ebeling, 2007: 11).
Marcilio Ficino, en el prefacio de su
traducción latina del Corpus Hermeticum ,
utilizando datos mitológicos en lugar de históricos,
elogió a Hermes Trismegistos como el fundador de
la filosofía (priscus theologus). Este prefacio fue
influyente en su tiempo y en los años siguientes
hasta el desafío de la antigüedad y los textos
herméticos de Hermes Trismegistos de Isaac
Casaubon en 1614. Basado en los mitos de los
autores neoplatónicos y cristianos de la
Antigüedad Clásica, Ficino desarrolló una
fantasiosa genealogía a partir de Hermes
Trismegistos a Platón, que alcanzó consecuencias
influyentes: “Como primer filósofo, él (Hermes)
pasó de las cosas naturales y las matemáticas a la
contemplación de lo divino. Fue el primero en
descubrir, con gran sabiduría, la majestad de Dios,
19
el orden de los espíritus y los cambios del alma.
Fue llamado el primer autor de teología. Le siguió
Orfeo, que obtuvo la segunda posición entre los
antiguos teólogos. Aglaofemo se inició en los
misterios órficos, Pitágoras lo siguió en teología y
luego fue seguido por Filolao, quien fui el maestro
del divino Platón. Luego surgió una teología
primordial única e internamente consistente (pasca
theologia)” (Ebeling, 2007: 62).
Entonces, estos son los seis primeros
hijos de la filosofía (priscT theologl). Esta
genealogía de Ficino es una entre otras creadas
por simpatizantes de Hermes Trismegistos desde
la Antigüedad hasta el Renacimiento (Cicerón,
Agustín, Lactantius, etc.). Para él, Hermes
Trismegistos precedió a Moisés y a otros profetas
bíblicos. De manera ligeramente diferente,
Francisco Patrizi (1529-1597) también creó una
fantasiosa genealogía de Prisca Theologia, que
comenzó con "Zoroastro, a quien se considera el
autor de los oráculos caldeos. Zoroastro fundó
colonias en Egipto y encontró un descendiente en
el rey Osiris, que tenía un consejero llamado
Hermes Trismegistos. El nieto de este último
también se llamaba Hermes Trismegistos.
Después de Zoroastro, este Hermes, que vivió
antes que Moisés, fue el segundo filósofo más
importante. Como la sabiduría había sobrevivido
entre los sacerdotes egipcios, Orfeo y Pitágoras se
iniciaron en ella mientras estaban en Egipto.
Incluso Platón estaba en esta tradición de
20
sabiduría, que fue interrumpida, sin embargo, por
Aristóteles. Fue Amonio Sakkas (175-242 e. c.), el
fundador de la escuela neoplatónica, quien una
vez más le dio vida a esta antigua sabiduría de
Zoroastro y Flermes Trismegistos. Debido a su
sello aristotélico, la Edad Media interrumpió esta
tradición hasta que Raimundo Lulo (1235-1315) y
Paracelso (1493-1541) la renovaron una vez más”
(Ebeling, 2007: 68-9). De todos modos, todos
estos genealogistas de los primeros filósofos
confundían el mito con la historia.
Luego, con el tiempo, se crearon
genealogías cada vez más eclécticas y delirantes,
Antoine Faivre mencionó una lista típica de
genealogía filosófica, que tomó la siguiente forma:
Enoc, Abraham, Noé, Zoroastro, Moisés, Flermes
Trismegistos, los brahmanes, los druidas, David,
Orfeo, Pitágoras. Platón y las sibilas” (Faivre,
1995: 39). La inclusión de brahmanes y druidas en
esta lista no solo es extraña, sino también cómica.
Bueno, ¿están incluidos en esta lista todos los
millones de brahmanes, presentes y pasados,
incluso aquellos de los tiempos védicos que
realizaron el - Purushamedha (sacrificio
humano) y el - Ashwamedha (sacrificio de
caballo), como se informa en los antiguos textos
Bráhmanas ? ¿También fueron filósofos, del mismo
modo, los sacerdotes druidas, que no tenían
escritura y eran analfabetos? ¿Puede un
analfabeto ser filósofo y hay filosofía sin literatura?
21
Los delirios de Ficino fueran tan
fantasiosos que incluso dijo que “él (Hermes
Trismegistos) a menudo hablaba no solo como
filósofo sino también como profeta. Él previo la
caída de las religiones antiguas, la venida de
Cristo, el próximo día del juicio, la resurrección, la
gloria de los bienaventurados y el castigo de los
pecadores” (Ebeling, 2007: 62). Bueno, si creemos
que todo lo que se le atribuye a Flermes
Trismegistos, él no solo fue filósofo y profeta, fue
mucho más que esto: gobernante, mago, maestro,
alquimista, astrólogo, médico, constructor, adivino,
alfabetizador, escriba, sacerdote, etc., etc., etc.
La Ducha de Agua Fría
Sin embargo, esta fiesta hermética
delirante tuve un fin para muchos crédulos y el
"spoiler" fue el pastor y humanista Isaac Casaubon
(1559-1614), quien demostró, a través de una
seria investigación histórica, lingüística y filológica,
publicada en 1614, que Flermes Trismegistos no
podía ser tan antiguo como imaginaban sus
admiradores, y formuló fuertes argumentos de que
los textos del Corpus Hermeticum y el Asclepius
fueron compuestos entre los siglos I y IV. e. c., y
no en la remota antigüedad atribuida por los
algunos renacentistas, por estar lleno de ideas
helenísticas y cristianas. La evidencia concreta de
que el Corpus Hermeticum no podría ser tan
antiguo, como señalaron sus deslumbrantes
22
admiradores, es la mención en el tratado XVIII §
04 del famoso escultor griego Fidias (cpeióíag -
Pheidias), que vivió entre 480 y 430 a. e. c. "Si en
particular la materia que utilizó el escultor Fidias
no le hubiera obedecido..." (ver: Festugiére, 1945-
54, tomo II: 249; Nebot, 1999: 239; Ebeling, 2007).
: 92 y Regal, 2009: 78).
Basado en su extenso conocimiento
histórico y filológico del idioma griego, Casaubon
argumentó que “el Corpus Hermeticum usa
conceptos que pueden no haberse originado en
una era tan remota. Si los textos del Corpus
Hermeticum son de hecho precristianos, no
deberían exhibir una diferencia estilística
importante de la de los primeros escritores
griegos, tal como Heródoto. Sin embargo, el
lenguaje claramente usa un estilo tardío, en
particular, emplea muchas palabras que
aparecieron en griego solo después del nacimiento
de Cristo” (Ebeling, 2007: 92). Además, Casaubon
no creía que Hermes Trismegistos fuera el autor y
llamó al autor del Corpus Hermeticum un
falsificador (ídem: 92). También señaló las
similitudes entre las frases del Nuevo Testamento
y el Corpus Hermeticum, argumentando que este
último no podía ser precristiano. Y que los textos
del Corpus no registraban la sabiduría del antiguo
Egipto, sino que eran de hecho un conjunto de
conceptos platónicos y cristianos escritos después
de la época de Cristo (ídem, 91 y Van Bladel,
2009: 06-7).
23
Aunque Casaubon es considerado
unánimemente el gran contendiente de la remota
antigüedad del Corpus Hermeticum, más
específicamente, Wouter J. Hanegraaff señaló que
antes de Casaubon, el discípulo de Adrien
Turnébe, Gilbert Genebrard, Matthieu Béroalde y
Jean van Gorp ya habían estado criticando la
remota antigüedad del Corpus Hermeticum desde
1567. Por lo tanto, Casaubon parece haber sido
solo el protagonista final y culminante de un
debate que había comenzado casi un siglo antes
(Hanegraaff, 2018: 07 y Ebeling, 2007: 95). Parece
que la alquimia no se vio inmediatamente afectada
por las críticas de Casaubon, pero otro autor,
Hermann Conring, profesor de medicina en la
Universidad Helmstedt, publicó en 1648 un libro
que cuestionaba la validez de la alquimia de
Paracelso. Estuvo de acuerdo en que los libros,
atribuidos a Hermes Trismegistos, eran
falsificaciones y afirmó que nunca existió un
hombre con este nombre y que la medicina egipcia
era pura superstición, mucho más que la medicina
griega, así como las matemáticas, la física y la
filosofía (Ebeling, 2007: 97).
Las obras de Isaac Casaubon y Hermann
Conring impactaron como duchas de agua fría
sobre el entusiasmo de los hermetistas de la
época y las generaciones siguientes, el
enfriamiento fue tan fuerte que, entre 1630 y 1856,
no hubo publicaciones de textos herméticos,
debido a la caída del interés en el tema (Faivre,
24
1995: 186 y Van Bladel, 2009: 06). El interés solo
resurgiría a mediados del siglo XIX con la
formación de grupos herméticos, mezclando todas
las artes ocultas en un calderón llamado
Hermetismo.
Critica
Desde un punto de vista crítico, se puede
definir, simple y brevemente, que el Hermetismo
es la intelectualización más exitosa de la
superstición. Porque en la historia, ninguna otra
superstición antigua ha sido capaz de vestirse con
una intelectualidad como el Hermetismo. En cierto
modo, es un curioso ejemplo de cómo la
imaginación humana es capaz de transformar una
cultura supersticiosa en una cultura
intelectualizada y sofisticada, capaz de atraer
personalidades educadas e individuos de clase
alta a su entorno. Porque es una mezcla variada
de mitología egipcia, supersticiones religiosas y
filosofía helenística racional. A diferencia de las
supersticiones de las creencias incultas, que no
tienen literatura, y mucho menos exégesis, las
ideas herméticas, a su vez, son supersticiones con
una extensa literatura reveladora y exegética,
vestidas con lenguaje y rituales sofisticados que
las cubren con una apariencia intelectual (gracias
a la intrusión de las ideas filosóficas griegas), tan
brillante y seductor para aquellos que se deleitan
con la especulación y las prácticas antiguas. Con
25
esto, sus especulaciones asumen la apariencia de
cientificidad. Por lo tanto, no sin razón Brian Regal
incluyó la doctrina de Hermes Trismegistos como
un ejemplo de pseudociencia en su enciclopedia
Pseudoscience: A Critical Encyclopedia (Regal,
2009: 78-9). La razón de esta inclusión radica en
la insistencia de los partidarios y admiradores en
calificar las especulaciones rudimentarias de
Hermes Trismegistos y de sus seguidores, como
"Ciencia Hermética" o "Filosofía Hermética".
Cuando un autor así las nombra, ignora el carácter
evolutivo de las ciencias y las filosofías, por lo que
se conocía como ciencia en el momento de la
composición de los primeros textos herméticos
(primeros siglos de la Era Común), hoy estas
enseñanzas se reconocen como especulaciones
primitivas, porque las metodologías científicas
utilizadas en estas dos épocas son enormemente
distintas.
Las doctrinas herméticas son a veces tan
extrañas y absurdas para el recién llegado que lee
este tema, que un escéptico con formación
científica y racional puede leer por primera vez
que la doctrina de esta antigua tradición es el
producto de un delirio esquizofrénico. Lo mismo no
se notará por alguien acostumbrado a leer sobre la
cultura y las religiones de la Antigüedad. Las
doctrinas herméticas se ajustan perfectamente a
esta época, ya que fueron extraídas de ideas
contemporáneas de otros sistemas.
26
La comunicación hermética nos recuerda
un ejemplo interesante, citado por los psicólogos
de la persuasión, el arte persuasivo de persuadir a
alguien más por la astucia de la retórica, por la
elocuencia, por la fascinación, por la oratoria
brillante o por el argumento persuasivo, que por el
contenido del mensaje en sí mismo, es decir, más
por su forma que por su contenido. Los
investigadores de la persuasión mencionan un
ejemplo a través de la experiencia de alguien que
admira una pintura por la belleza del marco y no
por la belleza de la pintura en sí, es decir, la
belleza del marco sugiere la opinión del
espectador sobre la belleza de la pintura. Este
suele ser el caso cuando se presta más atención a
la forma externa que al contenido, como juzgar un
libro por su portada o una película por su póster.
De la misma manera, el Hermetismo seduce por la
curiosidad de los misterios (la verdad está oculta
en los misterios antiguos), por el encanto de los
rituales (los rituales reproducen las realidades que
la inteligencia no puede entender), el enigma de
los símbolos (cuanto más simbólico, más
verdadero ), la antigüedad de las doctrinas (cuanto
más antiguas, más sabias), la oportunidad de las
iniciaciones (solo el iniciado conoce la verdad), la
sabiduría de los mitos (cuanto más fantasioso, el
más significativo) y la deslumbrante revelación.
Pero desde una perspectiva medida, toda esta
atracción seductora enmascara una multitud de
27
revelaciones delirantes, especulaciones
infundadas y prácticas supersticiosas.
La Decepción con el Obsoleto
Que en los grupos esotéricos, como en
las iglesias populares, el número de disidentes
decepcionados con lo que han aprendido o
experimentado es grande, solo aquellos que
asisten pueden saberlo, ya que estos grupos,
como las iglesias, ocultan la divulgación estos
hechos. Por lo tanto, la rotación de miembros es
alta. De hecho, hay muchos que dejan a estos
grupos esotéricos por decepción, y una de las
decepciones más frecuentes es el reconocimiento
de las doctrinas obsoletas y la superstición de las
prácticas. Cuando llega el momento, cuyo adepto
es capaz de aislar las exaltaciones, las
esperanzas infundadas, las promesas utópicas, la
fascinación y las alabanzas, que alinean las
doctrinas y prácticas esotéricas, entonces es
capaz de percibir, detrás de estas capas
seductoras, un conjunto de ideas y prácticas que
solo es válido para la cultura de la Antigüedad y la
Edad Media. Porque el esoterismo es más
fascinación que realidad, también, la seducción del
misterio y lo oculto dificulta la percepción del
obsoleto y hace que las viejas ideas parezcan
actuales.
28
El remedio para esta ceguera evolutiva
es el estudio de la historia de las ideas, pero no de
acuerdo con la versión de la tradición, sino con la
versión de estudios académicos e imparciales
independientes de la versión tradicional. El estudio
de la historia siempre ha sido una molestia para la
religión, e inevitablemente también para el
esoterismo, y se puede señalar por la cantidad de
doctrinas basadas en mitos y rumores, que
carecen de historicidad.
La Decepción con el Secreto
El Hermetismo, junto con otras
tradiciones esotéricas (Rosacruz, Masonería,
Sociedad Teosófica y otras), enfatiza demasiado
el secreto. El iniciado es obligado a guardar un
secreto sobre algunas revelaciones que se le dan,
así como sobre los rituales. Para estas tradiciones
iniciáticas, el secreto es una fuerza poderosa.
Porque ayuda a preservar la santidad de las
doctrinas esotéricas, evitando que caigan en
manos de personas no preparadas para recibirlas.
Esta es la versión esotérica.
Sin embargo, una ocurrencia es común
entre aquellos que se aventuran en estas escuelas
esotéricas, es decir, la decepción con estos
secretos, por dos razones. Primero, el
descubrimiento de que estos secretos no son
realmente tan secretos, ya que si el iniciado se
dispone a investigar, encontrará que estos
29
secretos están disponibles en docenas de libros
publicados abiertamente. Y en segundo lugar, lo
que es aún más decepcionante es que estos
secretos o misterios no son grandes cosas, es
decir, son ideas obsoletas, supersticiones,
creencias y prácticas inútiles.
Por ejemplo, los herméticos desde la
antigüedad consideran que sus doctrinas y
prácticas son muy secretas, tanto que la palabra
"hermético" se ha convertido en sinónimo de algo
muy secreto. Este sentimiento de secreto revivió
durante el Renacimiento, a través de la admiración
y exaltación de Masilio Ficino, Giordano Bruno y
otros, cuando el Hermetismo ya se había
convertido en una tradición casi olvidada. Sin
embargo, estudios académicos e históricos
recientes han revelado que las doctrinas
herméticas no son tan secretas, ya que son una
mezcla de doctrinas egipcias, platónicas,
pitagóricas, neoplatónicas, judaicas, persas,
cristianas, neopitagóricas y gnósticas, de las
cuales tenemos abundantes publicaciones (para
profundizar en la historia de la tradición de Hermes
Trismegistos, los trabajos de referencia son:
Faivre, 1995; Broek, 1998; Ebeling, 2007 y Bull,
2018). También hay literatura árabe hermética,
traducida del persa y el griego, de ahí la creación
de un "Hermes Árabe" (ver: Van Bladel, 2009).
Para conocer las fuentes de las ideas herméticas
en sus textos principales ( Hermética ), vea las
traducciones al español de Xavier Renau Nebot,
30
Textos Herméticos, 1999, con abundantes notas
que identifican las fuentes doctrinales del
Hermetismo.
Estrictamente hablando, el Hermetismo
se forma a partir de una mezcla tan diversa de
ideas que los investigadores e historiadores aún
discuten la cantidad de ideas egipcias presentes
en la doctrina hermética. Hasta hace unas
décadas, se pensaba que el Hermetismo no tenía
elementos egipcios en sus doctrinas, solo el
sincretismo entre el dios egipcio Thoth y el dios
griego Hermes. Sin embargo, este punto de vista
cambió después del descubrimiento de textos
herméticos en el lenguaje copto entre los
manuscritos de la biblioteca de Nag Hammadi,
estos son: The Discourse of the Eighth and Ninth
(Discurso de la Octava y Novena), The Prayer of
Thanksgiving (Oración de Acción de Gracias) y
Asclepius 21-29 (Parrott, 1990: 321-38 y Nebot,
1999: 247-56 y 493-501).
Durante el Renacimiento, la admiración
por el Hermetismo fue tan delirante, por algunos
entusiastas, que se crearon versiones exaltando a
Hermes Trismegistos como el padre de la filosofía,
que Pitágoras fue su discípulo, que vivió en una
antigüedad muy remota, por lo tanto, antes de
Moisés, que él fue el fundador de la sabiduría en
el mundo, etc., etc. En el Renacimiento, la
comprensión de la escritura jeroglífica ya no era
posible, es decir, la comprensión de la escritura se
había perdido, por lo que los hermetistas
31
delirantes fantaseaban con las ideas de que los
jeroglíficos contenían una gran sabiduría en sus
escritos. El caso más fantasioso, y hasta cierto
punto cómico, fue el esoterista inglés Athanasius
Kircher (1601-1680), quien se aventuró a traducir
algunos jeroglíficos disponibles en aquel
momento, alegando haber podido descifrar la
escritura egipcia, es decir, antes de desciframiento
definitivo de Jean-Frangois Champollion en 1822.
Kircher imaginó que los jeroglíficos guardaban
mensajes religiosos y místicos cifrados
herméticamente, luego los tradujeron a partir de
esta suposición. Con lo desciframiento definitivo y
universalmente aceptado de Champollion, se
descubrió que las fantasiosas traducciones de
jeroglíficos con mensajes religiosos de Kircher
eran de hecho comunicaciones administrativas,
informes de triunfos de batalla, decretos de
faraones y otros textos burocráticos, aunque hay
textos religiosos en jeroglíficos, pero estos no
fueran los que Kircher intentó traducir. Para
obtener más información sobre las fantasiosas
concepciones de Athanasius Kircher, consulte el
libro de John Glassie, A Man of Misconceptions:
The Ufe of an Eccentric in an Age of Change (Un
Hombre de Ideas Equivocadas: La Vida de un
Excéntrico en una Era de Cambio - 2012).
Además, en el libro Picatrix, muy
estimado por los hermetistas árabes, se menciona
que "la antigua sabiduría hermética egipcia era un
instrumento tan poderoso que debía codificarse en
32
jeroglíficos" (Ebeling, 2007: 47). Los hermetistas
árabes, sin comprender la escritura egipcia
antigua, también imaginaron que los jeroglíficos
registraban secretos herméticos, registros que
hasta ahora no se han encontrado después de
tantos años de exploración arqueológica en
Egipto. La prueba de que los hermetistas estaban
delirando, cuando afirmaban que los jeroglíficos
egipcios registraban la sabiduría hermética, vino
con la fundación de la Egiptología, después del
desciframiento por J. F. Champollion en 1822,
cuando, desde entonces, no fue posible encontrar
en los cientos de textos jeroglíficos que ya se
encontraron por excavación en Egipto, que luego
fueron descifrados y traducidos, ni siquiera uno
menciona el Corpus Hermeticum, Asclepius , la
Tableta Esmeralda o cualquiera de los otros textos
herméticos (Ebeling, 2007: 131). Los jeroglíficos
egipcios son mudos cuanto la literatura hermética.
Así, el desciframiento de los jeroglíficos fue otra
"ducha de agua fría" para los hermetistas y
simpatizantes. Florian Ebeling señaló: “Tanto la
figura como los escritos de Flermes Trismegistos
son producto de un sincretismo de la filosofía
helenística de la naturaleza, que en sí misma era
un conjunto de doctrinas pitagóricas, estoicas,
platónicas y aristotélicas intercaladas con motivos
de la mitología egipcia y temas de origen persa y
judaico” (Ebeling, 2007: 09).
También en los textos herméticos puede
agregarse la influencia de la doctrina cristiana, ya
33
que en estos, especialmente en el Corpus
Hermeticum y en el Asclepius , las terminologías
cristianas aparecen como en los pasajes del
Corpus Hermeticum, cap. I ( Poimandres ), § 5 y 6:
“Santo Verbo” (ayiog Aóyog - agios logos), “Hijo de
Dios” (uiog 0£ou - uios theou), como en la frase
Aóyog uiog 0eou ( logos uios theou) “el Logos es el
Hijo de Dios", también en la frase: voug ucrrrip
(nous pater), "el Pensamiento ( nous ) es el Padre"
(ver: Nebot, 1999: 77 y Salaman, 2000: 18).
Además, en el tratado XIII § 02, la frase: "Dios el
hijo de Dios" (Oeou 0£o<¡ uaig -Theou theos país)
(Festugiére, 1945-54, tomo II: 201, Nebot, 1999:
207 y Salaman, 2000: 65).
A pesar de la inmensa influencia y
dependencia de la cultura griega en la
composición de los textos herméticos, ya que la
mayoría fueron compuestos y preservados en el
idioma griego, o traducidos del griego al latín o al
árabe, observe el insulto al pueblo griego y al
idioma griego en Corpus Hermeticum XVI, § 01-2:
Asclepios dijo que Hermes solía decir que
"aquellos que leerán mis libros encontrarán que la
composición es simple y clara, a la vez que oscura
y oculta el significado de las palabras y eso será
aún más oscuro cuando los griegos luego los
traducir de nuestro idioma (egipcio) a su propio
(griego), lo que conducirá a una distorsión
completa del texto y su oscuridad total". Y más
adelante: "...tente preservar este discurso de toda
traducción para que tales grandes misterios no
34
lleguen a los griegos y que la expresión orgullosa,
de ellos, con su falta de sensibilidad y lo que
podría decirse que son falsas gracias, hace que la
gravedad, la solidez, la virtud efectiva de las
palabras de nuestro idioma, palidezcan y
desaparezcan. Porque los griegos, oh rey, solo
tienes discursos vacíos, buenos con fines de
demostración; y esta es toda la filosofía de los
griegos, un rumor de palabras. En cuanto a
nosotros, no usamos palabras simples, sino
sonidos llenos de eficacia” (Festugiére, 1945: tomo
II, 231-3; Nebot, 1999: 226-7 y Salaman: 2000:
74).
Entre otras, una curiosidad en las
advertencias anteriores es que "tales grandes
misterios no llegan a los griegos", siendo que casi
todas las doctrinas mencionadas en el Corpus
Hermeticum son de origen griego. Ahora, ¿cómo
es posible evitar que las ideas herméticas lleguen
a los griegos si ellas provienen en gran parte de
los griegos?
Decepción Personal
Yo mismo experimenté esta decepción
cuando, después de comenzar a practicar la
disciplina en una institución esotérica de la India,
después de unos años decidí, en la década de
1980, hacer un viaje allá para profundizar la
doctrina y comenzar los estudios del idioma
sánscrito. Durante los años que asistí a este grupo
35
esotérico, fui adoctrinado a la idea de que algunas
doctrinas y prácticas eran muy secretas, tan
secreta para los iniciados, que no podían hacerse
públicas. Por esta razón, las publicaciones de esta
institución esotérica no se vendían en librerías,
solo a miembros de los ashrams , porque eran muy
secretas. Bueno, estando allá, cuando pude
comenzar a leer en este idioma antiguo, comencé
a darme cuenta de que muchas doctrinas y
prácticas, consideradas altamente esotéricas, eran
comunes con algunas corrientes del Hinduismo, la
religión más popular en la India, con
aproximadamente un millón de seguidores. Es
decir, estas enseñanzas y rituales eran
popularmente conocidos y practicados en la
religión hindú.
Recuerdo la decepción cuando encontré
por primera vez, en la casa de un pariente de mi
instructor, durante una visita, una guía para la
realización del ritual Sandhyávandana (^^Id^d), 5
un antiguo ritual védico realizado por miles de
brahmanes por muchos siglos, durante el
amanecer o el crepúsculo de día o de noche, más
comúnmente al amanecer. Este antiguo ritual
védico (tal como casi todas las prácticas antiguas,
5 ■a^Tl ( scmdhyá ] literalmente significa "unión", por lo
tanto, unión de día y noche, es decir, "amanecer" o
"crepúsculo"; d<d ( vandana ] significa "adoración", por lo
que sandhyávandana significa "adoración del amanecer o
del crepúsculo".
36
es supersticioso) es el mismo que, en la institución
esotérica a la que frecuentaba, se practicaba bajo
el nombre mal representado de "Práctica de
Salud", 6 porque, en lugar de realizarse diariamente
al amanecer, aquí en Occidente se practicaba el
domingo por la mañana para parecerse a la misa
católica. En el Hinduismo, Sandhyávandana es un
ritual doméstico, donde el brahmán realiza el ritual
para su familia, mientras que aquí en Occidente es
un ritual colectivo practicado en los ashrams. Este
evento comenzó mi decepción por el esoterismo
de esta institución que frecuentaba, porque con mi
conocimiento del idioma sánscrito descubrí
muchas cosas en común con el Hinduismo popular
y supersticioso.
Además, las decepciones con las
disciplinas prácticas. Después de la iniciación, el
novicio recibe de su instructor las disciplinas a
realizar individualmente (ejercicios de respiración,
concentración, visualización, imaginación,
meditación, etc.), según su grado, por el juramento
6 Fue nombrado aquí en Occidente debido al ritual de
invocar a antiguos dioses védicos a través de mantras y
gestos para magnetizar el agua que luego se toca en
diferentes partes del cuerpo (ojos, nariz, orejas, etc.), con
la intención de proporcionar salud o curación. No existe
una confirmación científica adecuada de que el agua
magnetizada durante ritual tenga un efecto saludable y
terapéutico, solo la confirmación de experimentos
pseudocientíficos.
37
de no revelar la naturaleza de ellos. A medida que
avanzan los grados, se informa al iniciado que las
prácticas se vuelven más secretas y más
poderosas. La decepción ocurre cuando el iniciado
tiene curiosidad por investigar, luego descubre que
esas prácticas secretas son conocidas
públicamente, algunas se enseñan en libros
populares, en cursos abiertos a todos, en prácticas
colectivas, y algunas incluso son desaconsejadas
por médicos y psiquiatras, por riesgos de daño a la
salud física o mental.
A veces, en las instituciones esotéricas,
donde se revelan las instrucciones o las
disciplinas, se practican de acuerdo con los grados
del discípulo (ejemplos: Rosacruz y Masonería),
los secretos se revelan a través de otro secreto en
el siguiente grado, y así ad infinitum, sin nunca
encuentre una explicación o base para ideas o
prácticas. Entonces, algunos críticos dicen que
estas enseñanzas esotéricas son como un pozo
sin fondo, donde nunca se puede encontrar agua
en el fondo.
Además, es curioso el hábito frecuente
de algunos esoteristas de tratar de explicar un
simbolismo a través de otro simbolismo, como si la
presencia de un símbolo similar en otra tradición
justificara el significado de un símbolo. Algo así
como un símbolo interpretando otro símbolo. Esta
práctica se hizo tan común entre los esoteristas
que se creó un tópico conocido como "Simbolismo
Comparativo". Dos comparadores conocidos
38
fueron René Guénon y Julius Evola. De todos
modos, explicar o interpretar un símbolo a través
de otro símbolo no es una explicación suficiente,
es algo así como "intercambiar seis por media
docena", es decir, la inexplicabilidad sigue siendo
la misma.
Referencias
BROEK, Roelof van den and Wouter J. Hanegraaff
(eds.). Gnosis and Hermeticism from Antiquity to
Modern Times. Albany: State University of New
York Press, 1998.
BULL, Christian H. The Tradition of Hermes
Trismegistus: The Egyptian Priestly Figure as a
Teacher of Hellenized Wisdom. Leiden/Boston:
Brill, 2018.
COPENHAVER, Brain P. (tr.). Hermética: The
Greek Corpus Hermeticum and the Latín Asclepius
in a new English translation, with notes and
introduction. Cambridge: Cambridge University
Press, 2002.
EBELING, Florian. The Secret History of Hermes
Trismegistus: Hermeticism from Ancient to Modern
Times. Ithaca/London: Cornell University Press,
2007.
EVERARD, Dr. John (tr.). The Divine Pymander of
Hermes Mercurius Trifmegiftus in XVII Books.
London: printed by Robert White for The Brewfter
and Greg Moule, 1650.
39
EVOLA, Julius. The Hermetic Tradition: Symbots
and Teachings of the RoyaI Art. Rochester: Inner
Traditions International, 1995.
FAIVRE Antoine. The Eternal Hermes: From Greek
God to Alchemical Magus. Grand Rapids: Phanes
Press, 1995.
FESTUGIÉRE, A. J. (tr.). Corpus Hermeticum (04
vols.). Paris: Société D’Edition Les Belles Lettres,
1945-54.
FOWDEN, Garth. The Egyptian Hermes: a
históricaI approach to the late pagan mind.
Princeton: Princeton University Press, 1993.
GLASSIE, John. A Man of Misconceptions: The
Life of an Eccentric in an Age of Change. New
York: Riverhead Book, 2012.
PIANEGRAAFF, Wouter J. How Hermetic was
Renaissance Hermetism ? in ARIES - Journal for
the Study of Western Esotericism 15, Leiden:
Koninklijke Brill, 2015, p. 179-209.
_ Hermes Trismegistus
and Hermetism in Encyclopedia of Renaissance
Philosophy. M. Sgarbi (ed.). Springer International
Publishing, Eletronic Edition, 2018.
INITIATES, Three. The Kybalion: The Hermetic
Philosophy of Ancient Egypt and Greece. Chicago:
The Yogi Publication Society, 1908.
JASNOW, Richard and Karl-Theodor Zauzich
(trs.). The Ancient Egyptian Book of Thoth: A
Demotic Discourse on Knowledge and Pendant to
the Classical Hermética (02 vols.). Wiesbaden:
Plarrassowitz Verlag, 2005.
40
KRAYE, Jill. The Philosophy of the Italian
Renaissance in The Routledge History of
Philosophy, volume IV, The Renaissance and IT 4 "
Century Rationalism. London/New York:
Routledge, 2005, p. 15-64.
MEAD, G. R. S. Thrice-Greatest Hermes: Studies
in Hellenist Theosophy and Gnosis (03 vols.).
London/Benares: The Theosophical Publishing
Society, 1906.
NEBOT, Xavier Renau (tr.). Textos Herméticos.
Madrid: Editorial Gredos, 1999.
PARROTT, Douglas M. et. al. (trs.). The Discourse
of the Eighth and Ninth in The Nag Hammadi
Library in English: The Definitive Translation of the
Gnostic Scriptures Complete in One Volume.
James M. Robinson (ed.). New York: HarperCollins
Publishers, 1990, p. 321-7.
_ The Prayer of
Thanksgiving in The Nag Hammadi Library in
English: The Definitive Translation of the Gnostic
Scriptures Complete in One Volume. James M.
Robinson (ed.). New York: HarperCollins
Publishers, 1990, p.328-9.
_ Asclepius 21-
29 in The Nag Hammadi Library in English: The
Definitive Translation of the Gnostic Scriptures
Complete in One Volume. James M. Robinson
(ed.). New York: HarperCollins Publishers, 1990, p.
330-8.
41
REGAL, Brian. Pseudoscience: A CriticaI
Encyclopedia. Santa Barbara: Greenwood Press,
2009, p. 78-9.
SALAMAN, Clement et. al. (trs.). The Way of
Hermes: New Translations of the Corpus
Hermeticum and The Definitions of Hermes
Trismegistus to Asclepius. Rochester: Inner
Traditions International, 2000.
Echoes of Egypt in Hermes
and Ficino in Marsilio Ficino: his Theology, his
Philosophy, his Legacy. Michael J. B. Alien et. al.
(eds.). Leiden: Brill, 2002, p. 115-35.
SCHMITT, Charles B. et. al. (eds). The Cambridge
History of Renaissance Philosophy. Cambridge:
Cambridge University Press, 2008.
SCOTT, Walter (tr.). Hermética: TheAncient Greek
and Latín Writings which Contain Religious or
Philosophic Teachings Ascribed to Hermes
Trismegistus. Oxford: The Clarendon Press/Oxford
University Press, Vol. I 1924; Vol. II 1925; Vol. III
1926 and Vol. IV 1927.
VAN BLADEL, Kevin. The Arabio Hermes: from
Pagan Sage to Prophet of Science. Oxford/New
York: Oxford University Press, 2009.
WALKER, D. P. Spiritual & Demonio Magic: from
Ficino to Campanella. Pennsylvania Park: The
Pennsylvania State University Press, 2000.
YATES, Francés A. Giordano Bruno and the
Hermetic Tradition. London: Routledge, 1964.