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Tabla de Esmeralda | |
Hermes Trismegisto | |
mentarios a la Tabla de Esmeralda | |
: Hortulano | |
La Tabla de Esmeralda | |
Fulcanelli | |
ediciones | |
La Tabla de Esmeralda. | |
Jorge A. Mestas Ediciones. | |
Avda. de Guadalix, 103. | |
28120 ALGETE (Madrid). | |
España. | |
Tfno: (34) 91 886 43 80 | |
Fax: (34) 91 886 47 19 | |
Email: jamestas Oarrakis.es | |
S999 | |
BY NC SA | |
O Miguel Angel Muñoz Moya. | |
O de la presente edición: Jorge A. Mestas Ediciones. | |
ISBN: 978-84-95311-52-9 | |
DL: M-32558-201 1 | |
LA | |
TABLA | |
DE | |
ESMERALDA | |
Los contenidos de este libro pueden ser | |
reproducidos en todo o en parte, siempre | |
y cuando se cite la fuente y se haga con | |
fines académicos y no comerciales | |
ÍNDICE | |
INTRODUCCION codoccococonononnoonacononnrnos 9 | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
La Tabla de Esmeralda de Hermes Trismegisto | |
SN 35 | |
Otra versión de la Tabla de Esmeralda ........ 39 | |
Una versión más de la Tabla de Esmeralda .... 41 | |
Versión simbólica de La Tabla de Esmeralda ... 43 | |
EXPLICACIÓN DE LA TABLA DE ESME- | |
RADLDA por Hortulano ..ooniocnnniicinioncccc.. 47 | |
El Arte de Alquimia es verdadero y cierto... 3 | |
La Piedra debe ser dividida en dos partes .... 54 | |
La Piedra tiene en sí los cuatro elementos ... 55 | |
La Piedra tiene padre y madre, que son el | |
Soly la LUNA eiii 56 | |
La conjunción de las partes es la concepción | |
y la generación de la PiedTa ......oooooinccnnoc...... 57 | |
La Piedra es perfecta si el Alma es fijada | |
Eme CUETPO siii li iócis 58 | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
La mondificación de la Piedra o... | |
La parte no fija de la Piedra debe separar la | |
parte fija y elevarla .oooonnocnnnnicinncnnnncnom.. | |
La Piedra volátil debe ser fijada una segunda | |
De la utilidad de Arte y de la eficacia de la | |
Piedra dias | |
El Magisterio imita la creación del | |
UNIVERSO ato | |
Declaración enigmática de la materia | |
della Piedra acota ictiada | |
LA TABLA DE ESMERALDA. | |
por Fulcanelli | |
INtrOdUCCI Maira ran | |
La Tabla de Esmeralda ..oooncnnonicnnnnnnninn.. | |
Es verdad, sin mentira... 78.- El Sol es su padre..., 80.- | |
... y la luna su madre, 81.- El viento lo ha llevado... 82.- | |
La tierra es su nodriza..., 82.- El Padre de todo..., 84.- | |
Separarás la tierra del fuego..., 85.- Sube de la tierra, 86.- | |
Así tendrás la glroa del mundo..., 86. | |
60 | |
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71 | |
77 | |
INTRODUCCIÓN | |
La tabla de Esmeralda es un texto clásico atribui- | |
do a Hermes Trismegisto del que, sin excepción, se | |
reclaman discípulos todos los alquimistas. Estos en- | |
cuentran en sus enseñanzas el resumen más conciso, | |
pero también el más complejo, del arte hermético. | |
Existen numerosas versiones de dicho texto, con | |
variaciones a veces importantes. J. Ruska ha realizado | |
un profundo estudio de ella sobre la base de cinco | |
manuscritos árabes de los que hizo una edición crítica. | |
Hemos traducido aquí la edición príncipe editada | |
en Nuremberg, y otras versiones de revistas o libros | |
especializados en alquimia. | |
Además de las diversas versiones escritas de La tabla | |
de Esmeralda, incluimos también una versión gráfica en | |
lenguaje simbólico: la plancha 95 del Viridarium | |
Chymicum,que así setitula, Tabula Smaragdina Hermetis. | |
1.- Tabula Smaragdina, Julio Ruska, Heidelberg, 1926 | |
-9- | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
El lector atento podrá encontrar importantes varia- | |
ciones entre las diversas versiones escritas, así como | |
entre ellas y los comentarios de Hortulano. Igual | |
ocurre con muchos textos de los maestros. Sirva el | |
hecho para que el estudiante procure leer siempre los | |
textos originales, vigile las traducciones, y huya de los | |
charlatanes pasados y presentes. | |
Las alteraciones de los textos proceden de la falta | |
de trabajo en laboratorio. Como no se puede esperar | |
quetodos los traductores, editores y publicistas diversos | |
que se ocupan de alquimia sean alquimistas, el verda- | |
dero discípulo tiene que ir un día u otro al laboratorio | |
y elucidar por sí mismo. | |
Cuando las alteraciones de los textos no son produc- | |
to de la mala fe, suelen estar originadas por la actitud | |
mental con la que se aborda la alquimia. | |
Tres son los tipos más frecuentes de estas Ópticas | |
generadoras de alteraciones, las tres equivocadas a | |
nuestro juicio, con las que nos hemos encontrado a lo | |
largo de nuestro trabajo. | |
Una es la alquimia «espiritual». | |
Estudiando la historia de la alquimia se pueden hacer | |
varias constataciones. Una de ellas, evidentísima, es que | |
consiste en un saber respecto a, relacionado con la natura- | |
leza, con la $uvo1o?. Al menos esta primera constatación | |
2.- La palabra física no tenía entre los griegos el sentidorestringido | |
que ordinariamente se le da hoy. Derivada del verbo fuo nacer, | |
producir, significaba naturaleza. | |
-10- | |
INTRODUCCIÓN | |
nos permite sospechar que la alquimia no es solo un saber | |
«espiritual» sino que tiene que ver con la materia en su | |
sentido ordinario, con minerales, animales y vegetales | |
considerados desde el punto de vista de las ciencias | |
naturales. Todos los adeptos han insistido en ello. Que la | |
alquimia sea madre de la química moderna no es pues | |
ninguna casualidad. Parece que cualquier disciplina ale- | |
jada del laboratorio no puede ser llamada alquimia. | |
Claude d“Y ge resume muy bien esta manera de | |
pensar. | |
«Quienes piensen que la Alquimia es estrictamente espiri- | |
tual que se abstengan; quienes piensen que la Alquimia es | |
sólo un símbolo para desvelar analógicamente el proceso de | |
la “realización espiritual”, en suma, que el hombre es la | |
materia y el atanor de la Obra, que abandonen sus proyec- | |
tos.»* | |
La observación no es superflua. Permite al estudioso | |
deslindar la alquimia de las «solicitudes engañosas o insen- | |
satas» como las llama Canseliet. Dicho autor, junto con otros | |
muchos contemporáneos, coloca entre estas solicitaciones al | |
psicoanálisis -Bachelard y particularmente el desarrollado | |
por Jung- y también a algunas teorías espiritualistas en boga. | |
Fuera de la alquimia quedarían algunas corrientes especula- | |
tivas abstractas. Emmanuel d“Hooghvorst, un estudioso | |
contemporáneo del Arte que, con ecuanimidad separa unos | |
terrenos de otros, detalla estas corrientes entre las que coloca | |
3.- Nouvelle Assemblée des Philosophes Chymiques. Dervy | |
Livres. París, 1954. | |
AT | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
a la simbología abstracta, a la exuberantísima metafísica | |
hindú, a la alquimia entendida como método de realización | |
mística...etc.* | |
Otra concepción de la alquimia a nuestro parecer no | |
acorde con laenseñanza de los maestroses la «cientista». | |
Según esta manera de ver, los alquimistas aborda- | |
rían la realidad a su manera, con sus métodos, y así | |
habrían obtenido resultados, algunos de los cuales | |
confirma y "descubre" hoy otro camino de búsqueda, la | |
ciencia moderna, mientras que no pocos de estos resul- | |
tados los alquimistas los saben pero los científicos no, | |
o no todavía. Según esta concepción «cientista» la | |
alquimia sería una ciencia -sus resultados experimen- | |
tales han sido tan ampliamente divulgados que ya no se | |
pueden ignorar pura y simplemente- de la que solo | |
haría falta conocer el modus operandi. | |
Pero semejante concepción es difícil de ser manteni- | |
daa menos que resuelva los problemas con los que setopa. | |
No quedan explicados lor orígenes de tal saber. | |
Para ello se ha echado mano de extraterrestres, de | |
Atlántidas y de civilizaciones desaparecidas. Otros | |
hanexplorado y continúan explorando los libros sagra- | |
dos de diversas tradiciones o algunos saberes iniciáticos. | |
4.- El lector interesado puede consultar: Emmanuel dHooghvorst, | |
Essai sur [Art d'Alchymie, Inconnues et leur solution, vol 5. P. | |
Genillard. Lausanne, 1951. Edición española: Emmanuel | |
d'Hooghvorst, Ensayo sobre el Arte de la Alquimia, Ed. 7 1/2. | |
Barcelona 1980. | |
-12- | |
INTRODUCCIÓN | |
Pueden admitirse a título de hipótesis algunas de estas | |
explicaciones pero, en todo caso, ninguna de ellas | |
pertenece al reino de la ciencia positiva en el que se | |
mueve la concepción «cientista» de la alquimia. Ade- | |
más, no parece lógico admitir una parte de la explica- | |
ción sin aceptar el resto, máxime cuando la inmensa | |
mayoría de estas hipotéticas explicaciones -por no | |
decir todas- conducen inmediata y directamente a una | |
cosmovisión distinta de la de la ciencia actual. | |
Otra dificultad es la del lenguaje de los Adeptos | |
completamente incomprensible en las primeras aproxi- | |
maciones. Su hermetismo declarado y afirmado expre- | |
samente como barrera para los no dignos; su manifes- | |
tado juramento de secreto respecto a aspectos principa- | |
les de la Obra. ¿Qué clase de ciencia es ésta que se | |
esconde? ¿Por qué? | |
Algunos pretenden que la dificultad de este len- | |
guaje consistiría unicamente en su simbolismo: basta- | |
ría descifrarlo para entenderlo todo. No dudamos que | |
los numerosos estudios de simbología contribuirán | |
ciertamente a esclarecer determinados problemas de | |
lenguaje. Pero la alquimia, aunque en verdad habla por | |
alegoría, no podrá ser desentrañada por los simbolistas | |
porque no es una criptografía a descifrar sino, como | |
dicen sus Adeptos, un don de Dios. | |
La profunda religiosidad de los Adeptos no cuadra | |
tampoco con las pretensiones «cientistas» para explicar | |
la alquimia. Según ellos no sólo es un don de Dios el | |
-13- | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
conocimiento, digamos práctico, que permite obtener la | |
piedra, sino también la vocación alquímica. El amor a | |
Dios y la caridad con el prójimo, son de rigor entre todos | |
los filósofos químicos, como igualmente lo son las | |
invocaciones al cielo. Diversas escuelas pretenden no | |
solo reducir esta religiosidad privándola de su carácter | |
trascendente, sino que también se la quiere “cientifizar” | |
incluso basándose en los propios textos alquímicos. Las | |
alusiones alquímicas al cielo se transforman así exclusi- | |
vamente en cuestión de fuerzas cósmicas desconocidas | |
de naturaleza únicamente física. | |
Sabido es que la Obra necesita determinadas condi- | |
ciones exteriores: sub dio in prato quodan die serena | |
quadam? y que estas condiciones están relacionadas con | |
los astros,con el cosmos. En las ilustraciones alquímicas | |
no sólo aparecen el sol, la luna y los planetas, sino que | |
hay precisiones verdaderamente concretas. El carnero, | |
el toro y los gemelos (Aries, Taurus y Géminis), es decir, | |
los tres meses de la estación primaveral en la que los | |
astros están dispuestos de una determinada manera, | |
presiden fases de la Obra. El Mutus Liber dibuja en sus | |
láminas un abanico de rayos con franjas alternadas de | |
rayas y puntos, que caen sobre la tierra desde el centro | |
del cielo, desde un punto equidistante del Sol y la Luna, | |
y por encima de ellos, mientras que dos campesinos | |
cosechan el rocío. Se trata «sin disfraz -dice Canseliet- | |
5.- En pleno aire, en un cierto prado, cierto día sereno (Cosmo- | |
polita: Diálogo del mercurio y el alquimista). | |
-14- | |
INTRODUCCIÓN | |
del método que utilizábamos nosotros mismos al princi- | |
pio». Algunos textos son particularmente explícitos. | |
Todo ello confirma sobradamente que la obra tiene | |
que ver con el cielo físico, con la energía cósmica, «... | |
con el agente principal del movimiento y de las trans- | |
formaciones sobre la superficie terrestre y el centro de | |
la Tierra, cuya intervención diferencia a la Alquimia de | |
la Química»? | |
Así pues tienen razón quienes subrayan el compo- | |
nente «cósmico» de la alquimia. Y la ciencia positiva | |
se dirige y se dirigirá aun en mayor medida por este | |
camino para profundizar el conocimiento de la natura- | |
leza y el hombre. | |
Pero de la misma manera que se ha revelado | |
unilateral asimilar la alquimia a la química, tambien es | |
unilateral asimilarla a este otro saber «cósmico». Dice | |
Juan Febro: | |
«Pero el influjo celeste no es nada más que la bebida caliente | |
natural del mundo y el estimulante, el sostén de la vida de | |
todo lo que es sublunar»” | |
Opinión que no es aislada sino general. Citemos de | |
nuevo a Claude d Y ge: | |
Quienes piensen que la Alquimia es de naturaleza terrestre, | |
mineral y metálica, que se abstengan .»* | |
6.- Canseliet, op. cit. | |
7.- Citado por Canseliet. op. cit. | |
8.- Op. cit. | |
-15- | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
Así pues nos encontramos frente a una disciplina | |
que, al decir de sus Adeptos, no es de naturaleza | |
espiritual exclusivamente, ni tampoco exclusivamente | |
de naturaleza terrestre. | |
Las dos concepciones someramente analizadas, la | |
“espiritual” y la “cientista”, no acordes a nuestro juicio | |
con lo que dicen los maestros, han sido las más frecuen- | |
tes fuentes de aproximaciones incorrectas a la alqui- | |
mia. Y en gran medida lo siguen siendo, al menos entre | |
quienes se acercan a ella. En un foro de alquimia en | |
español que conocemos en Internet”, hemos podido | |
leer formulaciones puras de la concepción «espiri- | |
tual», estando sin embargo la mayor parte de las | |
intervenciones animadas por la concepción «cientista». | |
Pero aun queda una tercera concepcion no acorde | |
a nuestro juicio con la enseñanza de los maestros, que | |
hemos encontrado entre quienes ya tienen un cierto | |
grado de conocimientos. | |
Sila alquimia no es ni exclusivamente espiritual ni | |
exclusivamente material, la tentación «panteista» como | |
intento de explicación es inmediata. | |
Lo que está abajo es como lo que está ariba, dice | |
la Tabla de Esmeralda. Esta aseveración permite que se | |
la interprete como la unicidad de todo lo existente, rav | |
Beo0,todoes Dios. Espíritu y materia se interpenetrarían | |
9.- Se trata del foro de alquimia forumalg. Existen otros foros : | |
públicos y privados | |
-16- | |
INTRODUCCIÓN | |
eigualarían en una sola realidad: lo que existe. Bastaría | |
tomar cualquier parcela de la realidad para reconstruir | |
el todo; más precisamente, el todo se encontraría ínte- | |
gro y cabal en cualquiera de sus partes, solo hace falta | |
saber verlo. En la mancha del jaguar estaría completo | |
el universo, dice el escritor Borges.'* | |
La idea de que en la parte está reflejado el todo | |
como de manera concentradaes una noción fecundísima | |
que, por desgracia, apenas ha sido aprovechada toda- | |
vía. Cuando se aplica a algún dominio concreto, por | |
ejemplo a la medicina, produce resultados sorprenden- | |
tes. Hay médicos que saben ver en iris del ojo humano | |
un reflejo, una proyección de los órganos y sistemas | |
que componen el cuerpo así como de su funcionamien- | |
to'!. Otros encuentran dicha proyección en las diversas | |
partes del rostro, en las uñas, en los pies, etc. Todos | |
ellos pueden curar (a condición que conozcan su cien- | |
cia, claro). | |
Los resultados serían igualmente fructíferos si | |
supiéramos aplicar esta idea fecunda a otras parcelas | |
de la realidad. | |
Pero pese a que el panteismo es una concepción | |
elaborada hace tiempo esta óptica «proyectista»! ape- | |
10.- En la serie de relatos que titula «El Aleph» | |
11.- El lector puede encontrar un estudio bastante detallado en | |
Bernard Jensen, Ciencia y práctica de la iridología, Editorial | |
Yug, México, 1980. | |
12.- ¿Ha pensado el lector que el «polvo» con el que los alquimistas | |
transmutan cualquier metal imperfecto en oro es llamado por ellos | |
E | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
nas empieza a esbozarse ahora como ciencia, de lo cual | |
no podemos sino lamentarnos. | |
Pero aun cuando se constituya este cuerpo de | |
conocimientos con el cual la ciencia avanzaría a pasos | |
de gigante, sería, al menos desde el punto de vista de la | |
alquimia, aproximativo, imperfecto, mientras perma- | |
nezca en el marco de la teoría que los sustenta. | |
El xa Beoo permite explicarteóricamenteel cosmos, | |
superando la dualidad materia-espíritu tal como venía'? | |
siendo generalmente entendida desde hace tiempo. Pero | |
dicha dualidad procede de un conocimiento insuficiente de | |
la materia, de su identificación y reducción a una de las | |
formas en que esta se manifiesta. La diferencia de los | |
hermetistas entre materia "burda" y las diversas clases de | |
materia sutil hubiera contribuido a evitar este embrollo!*. | |
«polvo de proyección»? Siendo en su opinión el metal oro el que | |
resume de manera más perfecta la naturaleza de los metales ¿sería | |
azaroso este adjetivo «de proyección» aplicado al «polvo»? | |
13.- Decimos venía, en pasado, porque la formulación de la teoría | |
general de la relatividad a principios del siglo XX, inició el | |
desmoronamiento de la separación tradicional entre materia y | |
formas no materiales que hasta entonces postulaba la ciencia. Que | |
la gravedad y otras formas de energía pueden, en determinadas | |
condiciones, crear «materia» ha sido comprobado posteriormente | |
de manera experimental. La astrofísica, la física de partículas y | |
especialmente la física cuántica han acabado con tal separación. | |
14.- Las insólitas realizaciones de las llamadas paraciencias no | |
consisten sino en la aplicación de estos conceptos herméticos | |
acerca de las diferentes clases de materia y sus propiedades, a | |
diversas parcelas de la realidad (por ahora casi exclusivamente | |
limitadas al psiquismo humano). | |
- 18 - | |
INTRODUCCIÓN | |
El panteismo reune y unifica esta "materia" y este | |
"espíritu", cuyos límites la ciencia positiva empieza a | |
no saber donde se encuentra ni si es que lo hay, y los | |
declara la totalidad de lo existente, butizándolos de | |
divinos. En última instancia es un monismo inmanente | |
y no es un azar ni una incoherencia que fuera declarado | |
herético por las religiones trascendentes. Refiriéndose | |
a la posible existencia de algo más que trascendiera a | |
este uorv Beoo, Spinoza declaraba: [gnorantia non est | |
argumentum. | |
Efectivamente. Desde el punto de vista racional, | |
que no es el único que permite dar cuenta de lo | |
existente, la ignorancia no es un argumento. Pero no lo | |
es ni en un sentido ni en otro. En todo caso, los | |
alquimistas postulan energicamente la existencia de un | |
Dios trascendente creador de los cielos y la tierra. | |
Hacen suyas las palabras de la Biblia: | |
«Vanos son todos los hombres en quienes no se halla el | |
conocimiento de Dios.... no pudieron entender al que es... | |
sino que creyeron que el fuego, o el viento, o el aire | |
presuroso, o el Sol y la Luna, son los dioses que gobiernan | |
al mundo.Concuya belleza, estando enamorados, tuviéronlos | |
por dioses: sepan cuanto más bello es el señor de ellos...»!* | |
Los alquimistas afirman que la Gran Obra debe ser | |
comparada a la creación del universo: | |
15.- Sabiduría XUL, | y ss. | |
-19- | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
«Que el hijo de los filósofos escuche a los sabios que | |
unánimemente concluyeron que esta obra debe ser compa- | |
rada a la creación del universo»'* | |
«La generación de la piedra se hace al ejemplo de la creación | |
del mundo»'” | |
Panteismo y alquimia tienen un punto parecido: | |
que lo que está abajo es como lo que está arriba, que | |
todo es uno. | |
«Entonces el Hombre'*, que tenía poderes plenos sobre el | |
mundo de los seres mortales y de los animales sin razón, se | |
16.- Filaleteo, La entrada abierta al palacio cerrado del rey. | |
Editorial 7 1/2, Barcelona, 1979. Cap. V-1, pág 51. | |
17.- Jean d Espagnet, Arcanum Hermetice opus,canon LXXXIN | |
18.- Este Hombre, no es un hombre ordinario. Hermes Trismegisto | |
dice de él (Poimandres I, 12):«Entonces el Nous, padre de todos | |
los seres, produjo un Hombre parecido a él». Latradición cristiana | |
lo define diciendo (Gen. 1, 6) «Y dijo Dios: hagamos al Hombre a | |
nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza». Es el Adan | |
Cadmon de los cabalistas. Este Hombre es explicado de la | |
siguiente manera (Jacob Lorber, Obispo Martín, 75, 16. Muñoz | |
Moya editor, Sevilla 1989): «Referente a los sistemas solares la | |
Nueva Revelación nos dice: El sol de nuestro sistema planetario es | |
un sol del quinto orden. Junto con una gran cantidad de otros soles | |
del quinto orden, de los que Alfa Centauri es nuestro sol vecino | |
más cercano, gira alrededor de un sol central del cuarto orden; | |
todo este conjunto forma un campo solar. | |
Incontables soles centrales del cuarto orden, es decir, | |
campos solares enteros, giran alrededor de un sol central del | |
tercer orden, formando con este una región solar. | |
Una cantidad inimaginable de soles centrales del tercer | |
orden, es decir, regiones solares enteras, giran alrededor de un | |
-20 - | |
INTRODUCCIÓN | |
descolgó a través de la armoniosa maquinaria compuesta de | |
las esferas cuyas envolturas había agujereado y manifestó la | |
hermosa forma de Dios a la Naturaleza de abajo. Cuando | |
ésta hubo visto que el Hombre poseía la forma de Dios junto | |
con la belleza inagotable y toda la energía de los gobernado- | |
res, sonrió de amor: pues había visto reflejarse en el Agua el | |
semblante de esta forma maravillosamente hermosa del | |
hombre, y a su sombra sobre la Tierra. En tanto que él, | |
habiendo visto reverberar en el Agua la presencia de esta | |
forma parecida suya, la amó y quiso morar en ella. Desde el | |
mismo momento que lo quiso lo cumplió. La Naturaleza | |
entonces, recibiendo en ella a su amado, lo abrazó entera, y | |
ambos se unieron ardiendo de amor.»'” | |
Pero mientras que el panteismo afirma esta unidad | |
como sustancial, como de derecho propio, como iden- | |
tidad, la alquimia la proclama como prestada, proyec- | |
tada, refleja, otra, sin entidad propia, como un don y | |
sol central del segundo orden, formando con este un universo | |
solar. Y finalmente, un número increíble de soles centrales del | |
segundo orden, es decir, universos solares enteros, giran alrede- | |
dor de un sol central principal, formando con este una enorme | |
vaina globular que ya no gira. | |
Incontables vainas globulares forman el microcosmo del gran | |
hombre cósmico: la creación física mayor de que nos habla la | |
Nueva Revelación recibida en los años 1850 por Jakob Lorber. | |
Mientras tanto la astronomía moderna ya ha podido localizar unos | |
cuantos soles centrales del cuarto orden a causa de su extraordina- | |
ria radiación (los cuásares); pero falta todavía que comprenda su | |
función como soles del cuarto orden. Luego quedan por descubrir | |
los soles centrales de los demás órdenes superiores, etc. | |
19.- Hermes Trismegisto, Poimandres 1, Muñoz Moya y Montra- | |
veta editor, Sevilla 2000. I, 147. (http://www.mmoya.com) | |
-21- | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
una gracia. Si para el panteista la naturaleza es Dios, | |
para el adepto es sólo un reflejo de Dios. Ambos | |
coinciden en ver las manifestaciones del mundo | |
sublunar, pero mientra el panteista afirma que no existe | |
nada más, la alquimia afirma que Dios existe aparte y | |
que todo ello no es sino su reflejo. | |
Así pues no hay posibilidad de confusión: la alqui- | |
mia no es un panteismo. | |
Es más fácil decir lo que no es la alquimia que lo | |
que sí es. | |
Si examinamos su historia podemos hacer la consta- | |
tación de que siempre ha explicado lo mismo. Natural- | |
mente, sus enseñanzas se han presentado vestidas con el | |
lenguaje propio, más exactamente, con el pensamiento | |
propio de cada época”. Inmersa como está nuestra cultura | |
en la idea del progreso y la evolución resulta chocante a la | |
mentalidad contemporánea la existencia de algo que no | |
cambia a lo largo de varios millares de años, máxime | |
cuando este algo se presenta como un pensamiento total. | |
Dicha inmutabilidad permite suponer una concepción | |
totalmente ajena a cualquier «desarrollo» lineal o espiral | |
20.- Así, por ejemplo, las abigarradas historias de las divinidades | |
griegas son, entre otras cosas, una manera de dejar constancia de las | |
operaciones de la obra. Su sentido puede ser comprendido según el | |
nivel de profundidad al que se examinen. El lector interesado puede | |
consultar el libro Les fables égiptiennes et grecques dévoilées et | |
reduites au méme principe, avec une explication, de Dom Pernety. | |
Chez Delalain, l'ainé, Libraire, Paris M.DCC.LXXXVI. Existe | |
edición moderna en Editions La Table dEmeraude. París 1991. | |
-22- | |
INTRODUCCIÓN | |
del mundo, a cualquier «expansión». Parece como si | |
hubiera mundos superpuestos unos a otros, telescópicos a | |
la manera delos catalejos plegables o de las muñecas rusas | |
(aunque esto es una manera analógica de expresarse). | |
Cada uno de ellos englobaría al inferior sin serenglobado | |
por él. Cada uno de los mundos englobados sería un | |
reflejo pálido del superior, a la manera del triángulo que | |
enelespaciode dos dimensiones, mediante la proyección, | |
refleja de alguna manera el triedro, cuerpo de un espacio | |
de tres dimensiones. En cada mundo inferior habría la | |
misma “pérdida de detalle” y, la vez, también el reflejo del | |
mundo superior. Esta manera de vernoes una concepción | |
específica de la alquimia, sino común a diversos saberes | |
herméticos -por ejemplo la cábala- y aotros queno lo son, | |
por ejemplo la mística. | |
Tampoco es una concepción específíca de la alqui- | |
mia el reconocimiento de que estos mundos no están | |
separados, de que existen puertas de comunicación | |
entre ellos, entre los diversos planos de existencia que | |
representan. Muchas ciencias ocultas coinciden en que | |
se puede pasar del mundo sublunar a los mundos | |
superiores. La alquimia se singulariza por algunos | |
rasgos específicos. | |
Uno es su materialidad. Ya hemos visto antes que | |
tiene que ver con las ciencias de la naturaleza; no es un | |
saber abstracto sino operativo, de laboratorio: los alqui- | |
mistas fabrican oro. Dicha fabricación no es un fin en sí | |
sino una de las consecuencias de aprender a conocer la | |
LG | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
naturaleza reproduciendo sus procesos: el alquimista | |
logra mediante el arte lo que ella crea sola, creación del | |
alquimista que es material, tangible. Pero no se detiene | |
en la transmutación de los metales: su objetivo es llevar | |
a la materia a un estado de fijeza perfecta, excluyendo la | |
alternativa de generación y corrupción que caracteriza a | |
nuestro mundo sublunar. En esta materia sublunar entra | |
el cuerpo humano al que también fija, socorriéndolo en | |
todas sus necesidades y asegurándole la posesión de la | |
vida, eternamente fijada. | |
De muchos de ellos se rumorea que alcanzaron la | |
inmortalidad: Filaleteo, el Cosmopolita, Christian | |
Rosenkreutz, etcétera. | |
La inmortalidad es pensable. El individuo no es sino | |
la conciencia de la propia identidad psicológica durante | |
un espacio de tiempo, identidad de la que se conoce una | |
parte de sus fundamentos materiales. La biología sabe hoy | |
que los caracteres físicos se transmiten e incluso se conoce | |
el mecanismo de la transmisión. También se tiene un | |
cierto conocimiento empírico de la transmisión de los | |
rasgos psicológicos, aunque la ciencia no está en medida | |
de explicar ni el mecanismo ni su fundamento. Se conoce | |
el asiento material de la memoria aunque se ignora si ésta | |
se transmite en el tiempo al igual que los rasgos físicos. La | |
psicología moderna -Jung y su escuela- afirma que sí y ha | |
llegado a la conclusión -por cierto empírica- de que existe | |
un depósito universal de lo memorizado durante siglos, al | |
que llama «inconsciente colectivo». Experiencias | |
-24- | |
INTRODUCCIÓN | |
hipnóticas han regresado al paciente no sólo a la infancia | |
y al periodo fetal, sino a vidas anteriores: sometidos a | |
tratamientos hablaron idiomas que desconocían en su | |
vida ordinaria y describieron lugares y costumbres des- | |
aparecidas varios siglos antes, extremos posteriormente | |
comprobados por historiadores y arqueólogos”. No hay a | |
priori ningún impedimento que niegue la posibilidad de | |
conocer dónde está esta conciencia individual que el | |
sujeto tiene de símismo, adónde pasa, cómo lo hace y cual | |
es el mecanismo para que esta conciencia que la materia | |
tiene de una de sus formas de existencia durante un | |
periodo de tiempo -la vida individual- tenga acceso al | |
almacén donde la única materia existente, sustancia de | |
todo el universo, guarde los recuerdos, las conciencias | |
individuales de sus otras formas de existencia en otros | |
periodos de lo que hemos dado en llamar tiempo”. Si una | |
21.- Existe una abundante bibliografía al respecto. El lector | |
interesado puede consultar la tercera parte del libro Tres enfoques | |
sobre la reencarnación, de Sebastián de Araúco, espccialmente | |
el cap.I,La reencarnación y la ciencia, editado por el autor Vigo, | |
1979, en donde encontrará abundante información. Igualmente | |
existen experiencias suficientes acerca de la trascensión del | |
espacio, videncias, premoniciones, etc., etc. | |
22.- El hermetismo conoce este almacén: «En la sangre está | |
almacenado, por así decirlo, todo lo que el pasado material ha | |
edificado en el hombre». También sabe como leerlo: «En esos | |
casos... se sienten las imágenes del mundo externo; es decir, que | |
sus ascendientes están activos en su Sangre, y, enesas ocasiones, | |
se toma parte, confusa y vagamente, en sus vidas remotas». | |
Véase R. Steiner: El significado oculto de la sangre.. Editorial | |
Kier. Buenos Aires, 1979, | |
-25- | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
nariz tuviera conciencia de sí misma y del mundo exterior | |
podría contar no sólo su historia de generación en genera- | |
ción, de qué combinatoria proceden sus líneas, sino | |
también qué brisas respiró a lo largo de los tiempos, el | |
aroma de qué flores, cuál la tierra que las sustentaba... | |
No nos salimos con ello de las ciencias naturales, | |
aunque parezca una combinatoria harto compleja. De | |
donde sínos salimos es del antropomorfismo en cuanto | |
al tiempo y en cuanto a la conciencia. | |
El tiempo se supone que corre linealmente desde | |
atrás hacia adelante, atrás y adelante que implican la | |
conciencia y la historia humana, o, a un nivel más | |
profundo, la «historia» de la materia de la que conciencia | |
e historia humana serían sólo una parte. Pero el tiempo | |
tal como se viene entendiendo -la medida del movi- | |
miento o el modo de existencia de la materia- sólo tiene | |
sentido en relación con esta propia materia mudable, con | |
el mundo sublunar. Fuera de ella desaparece su necesi- | |
dad y su existencia misma. La serie de los siglos y las | |
épocas sólo tienen sentido desde la materia alterable, | |
sujeta acambio, corruptible, a la que el tiempo define, da | |
entidad y constituye. El tiempo es el modo de existencia | |
de esta materia a la que «coagula» diferenciándola de la | |
indeterminación espacio-temporal del caos, del infinito, | |
permitiéndole «pensarse» a sí misma. Pero el tiempo es | |
un absoluto sólo desde el punto de vista de esa entidad | |
«coagulada», diferenciada del todo, individualizada; | |
desde el punto de vista de la conciencia individual en | |
todos sus grados: mineral, vegetal o animal”. Sólo es | |
-26- | |
INTRODUCCIÓN | |
pensable por esa conciencia ala que permite existiren su | |
seno; fuera de ella no existe. | |
Se es hoy incapaz de pensar desde otra óptica que | |
la de esta «coagulación»; en el caso de los humanos, | |
desde la conciencia de la identidad psicológica indivi- | |
dual, erigida juez supremo y necesariamente ligada al | |
tiempo que, como hemos visto, la forma, constituye su | |
modo de existencia. Por ello se niega la inmortalidad, | |
que es la negación del tiempo. | |
Ahora bien, si en vez de erigir en juez supremo la | |
conciencia individual que nace y muere en el tiempo, | |
abandonáramos este punto de vista y pudiéramos adop- | |
tar la óptica de la sustancia universal que todo lo | |
conforma, nuestra concepción del tiempo y del espa- | |
cio, de la vida y de la muerte no serían antropomórficas. | |
Podríamos ver nuestra preexistencia como concreción | |
de un todo sin solución de continuidad; podríamos | |
considerar nuestra «duración» no como un absoluto | |
sino como la proyección de un mundo infinito -que | |
incluye todo lo pensable- en este mundo contingente, | |
sublunar, manifestado. Proyección forzosamente ves- | |
tida en el manto del tiempo y el espacio y, por lo tanto, | |
de la conciencia individual. Exclamaríamos como el | |
poverello de Asís: hermano lobo, hermana piedra, | |
hermana flor, hermana estrella, sin que ello fuera un | |
desahogo lírico, sino ciencias naturales. | |
23.- No entramos aquí ahora en la diferenciación entre «concien- | |
cia» mineral, vegetal y animal, de las que se sobreentiende que no | |
hay que interpretar en sentido antropomorfo. | |
E | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
Esta es la óptica de los alquimistas. Considerándo- | |
nos, dentro del mundo sublunar, como la coagulación | |
de un todo sin solución de continuidad,como una de las | |
innumerables posibilidades de manifestación de la | |
sustancia constituyente de este mundo, se aplican a | |
descubrirla y a averiguar cómo funcionan sus «leyes»: | |
así pueden transmutar los metales, «curar» al reino | |
mineral, vegetal y animal. Considerando que esta sus- | |
tancia es manifestada, creada, y que el ser humano y su | |
conciencia son la proyección de la que acabamos de | |
hablar, aprenden a entrar y salir en el mundo proyecta- | |
do mediante la previa disolución en todo lo existente y | |
la identificación, la comunión, con lo reflejado en la | |
proyección y, por ahí, con lo que se proyecta, con la | |
indeterminación infinita consciente,con Dios. El adepto | |
atraviesa la puerta entre los mundos y para él no tienen | |
sentido ni el espacio ni el tiempo: es inmortal, O, si | |
muere, resucita. No tiene ninguna entidad concreta, | |
pudiendo revestirlas todas, hombre o pájaro. Puede | |
transmutar a los metales y puede incluso transmutarse | |
a sí mismo. Su reino no es de este mundo. | |
¿Cómo realiza el adepto estas maravillas? | |
Muchos son los libros de alquimia escritos por los | |
maestros en los que se aborda uno u otro aspecto de la | |
Gran Obra, o la totalidad de ella. A su estudio remiti- | |
mos al lector, pues nosotros no podemos responder a lo | |
que ignoramos. | |
No obstante deseamos subrayar aun otro rasgo | |
peculiar del arte hermético: en uno u otro momento de su | |
-28- | |
INTRODUCCIÓN | |
trabajo material con la naturaleza, el alquimista entra en | |
contacto con entidades que no son de este mundo. | |
«Existe un medio de manipular la materia y la energía de | |
manera que se produzca lo que los científicos contemporá- | |
neos llamarían un campo de fuerza. Este campo de fuerza | |
actúa sobre el observador y lo coloca en una situación | |
privilegiada frente al universo. Desde este punto privilegia- | |
do tiene acceso a realidades que el espacio y el tiempo, la | |
materia y la energía, suelen ocultarnos...» | |
Así se expresa Fulcanelli según cuenta J. Bergier | |
en la obra que hemos citado antes. | |
«Y sé que muchos, como yo, poseemos este secreto, y estoy | |
persuadido de que hay muchos otros más, con los que | |
próximamente entraré, por así decirlo, en una familiar y | |
cotidiana comunicación.» | |
Es Filaleteo (Introitus, Prefacio, 1H) quien alude a | |
esta, por así decirlo, «familiar y cotidiana comunica- | |
ción» con muchos otros. | |
En innumerables obras de alquimia aparecen en | |
determinado momento guías, ancianos, asambleas de | |
ancianos, espíritus alados, ángeles, vírgenes, etcétera. | |
En muchas ocasiones no son sino simbolismos de | |
fuerzas y operaciones, digamos «físicas» para enten- | |
dernos grosso modo. Pero en otras también sirven para | |
designar entidades que acogen al adepto y cuyas for- | |
mas de existencia no son las de este mundo, no son las | |
de la naturaleza conocida, son sobrenaturales. | |
-29- | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
Carácter sobrenatural que no hay que entender - | |
una vez más la materialidad de la alquimia- como | |
magia. Así como Aristóteles colocaba después de la | |
física a la metafísica (literalmente: lo que está más allá | |
de la física), estas entidades sobrenaturales interme- | |
dias entre el hombre y Dios -absolutamente trascen- | |
dente e inefable- son sobrenaturales en el sentido de | |
que están más allá de la naturaleza. Eso no quiere decir | |
que sean incognoscibles, intratables. Existen con inde- | |
pendencia de los hombres individuales, por sobre ellos, | |
pero éstos pueden llegar a conocerlas”, a tener trato | |
con ellas; más aún, a fundirse con ellas, transformán- | |
dose así en una de ellas. Tal es la pretensión de la | |
alquimia. | |
Incluso algunos escritos abordan el problema de las | |
relaciones entre el mundo de la naturaleza -hombre com- | |
prendido y del que es conveniente no olvidar la gran | |
cantidad de cosas que se ignoran- con las formas inferio- | |
res del mundo sobrenatural. Así Dom Pernety, después de | |
explicar que en la naturaleza existen las transmutaciones | |
puesto que ésta transforma las sustancias de la tierra en | |
24- No nos extendemos ahora aquí en por qué algunos humanos | |
tienen acceso a este conocimiento. Los maestros son unánimes en | |
explicar que por la voluntad libre de Dios. «He aquí uno de | |
nuestros hijos que Dios quiere hacer tan grande como sus padres. | |
. >» (Saint Germain: La santísima trinosofía). «Fuera lo que fuese, | |
comprendí que Dios me permitía asistir a unas bodas ocultas...» | |
(Las bodas químicas de Christian Rosenkreutz). «A aquel que ha | |
sido beatificado por Dios con este talento...» (Filaleteo: Introitus), | |
etc., etc. | |
30 | |
INTRODUCCIÓN | |
frutos o flores, los vegetales en músculo, nervios o pensa- | |
miento, concluye con la siguiente afirmación: | |
«La metempsicosis” de los antiguos filósofos no es otra | |
cosa que las transmutaciones de la naturaleza, tomadas en su | |
verdadero sentido físico»? | |
También podemos leer en Las bodas químicas..., | |
cuando el protagonista es sacado de la torre (alusión al | |
mundo terrestre), el siguiente sorprendente párrafo: | |
«“¡Ay!, cómo compadezco a los pobres hombres de la torre; | |
ojalá que Dios me permita liberarlos a todos”. El hijo | |
respondió: “Madre, Dios lo ha ordenado así y no debemos | |
desobedecerle. Si todos fuéramos señores y poseyéramos | |
los bienes de la Tierra, ¿quién nos serviría cuando estuvié- | |
ramos en la mesa?” Su madre no respondió nada»?” | |
No entramos ahora en el problema de las relacio- | |
nes entre ambos mundos, vasto y complicado tema que | |
se sale del marco de estas notas y que sólo hemos | |
rozado para mostrar que el mundo natural y el sobrena- | |
tural no están separados en la alquimia por ninguna | |
barrera infranqueable, que, por el contrario, son distin- | |
tas formas de existencia, distintas coagula de un todo | |
sin solución de continuidad, al menos a este nivel. | |
25.- La transmigración de las almas, la serie de reencarnaciones | |
sucesivas. | |
26.- Dom Pernety, Dictionnaire Mytho-Hermetique. A Paris, | |
Quai des Agustins. Chez Bauche, libraire, M.DCC.LVIT. | |
27.- Valentín Andrez, Las bodas químicas dc Christian | |
Rosenkreutz. Día 1. Editado en esta colección. | |
Le | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
Puede afirmarse sin lugar a dudas en base en las | |
aseveraciones de los propios alquimistas que, en un | |
momento los adeptos entran en contacto con estas | |
formas de existencia más amplias que la «coagula- | |
ción» espacio-temporal de la individualidad humana: | |
con los espíritus, con los ángeles, con formas de | |
existencia conscientes y comunicantes cuya ipseidad, | |
repetimos, no es de este mundo. Sobre el cómo de este | |
contacto y sobre la naturaleza de dichas entidades los | |
adeptos han sido, a nuestro conocimiento, extraordina- | |
riamente reservados. Aunque una conclusión se des- | |
prende unánime de todos ellos: sin la ayuda de estas | |
entidades, su trabajo no habría llegado a su fin. | |
Lector atento, lo hasta aquí dicho son reflexiones | |
banales sobre un saber cuyo objeto y cuyo método, | |
indisolublemente ligados como en todo saber, superan | |
de lejos el círculo estrecho de nuestros conceptos | |
precisos. Estas líneas introductorias han sido escritas | |
en lenguaje restringido, el de la racionalidad, el de lo | |
universalmente comunicable; en igual lenguaje están | |
redactadas todas nuestras notas y observaciones a los | |
textos alquímicos y otros. Dicha restricción no favore- | |
ce, sino que obstaculiza la comprensión de aquello que | |
el texto dice. | |
No les prestes pues atención. Sin embargo, entien- | |
de que, puesto que de libros publicados se trata, no son | |
enteramente inútiles. | |
Quién sea cada autor, a qué «escuela» pertenezca. | |
es enteramente igual. Independientemente de su propia | |
-32- | |
INTRODUCCIÓN | |
voluntad, no se trata aquí sino de una manifestación del | |
Espíritu, en el tiempo, sí, pero no concerniente a | |
ninguna fenomenología de la historia. En el tiempo | |
estamos y en él se manifiesta el Espíritu, pero no para | |
historizarse, sino para inmortalizarnos. Tampoco im- | |
porta cómo ni a través de quién se manifiesta y las | |
discusiones al respecto son enteramente inútiles, pues | |
nies problema de nuestra incumbencia, ni seguramen- | |
te podemos situarlo. | |
Por alguna razón tendrás este libro entre las manos. | |
Lee pues, lector, y que el Señor quiera serte propicio. | |
Dicen los maestros que llega un momento en que los | |
libros no hacen falta: ojalá te sea dado alcanzarlo. | |
Deseo pedirte tu bendición si eres ser piadoso. | |
Que la luz, la bendición y la proteccción divinas | |
sean con nosotros. | |
Miguel Angel Muñoz Moya | |
Xochimilco, México, | |
Puebla del Maestre (Badajoz), España | |
1% de noviembre1997, | |
día de la Comunión entre los vivos y los muertos | |
de esta vida terrenal. | |
33%, | |
La Tabla de Esmeralda | |
de | |
Hermes Trismegisto | |
TABLA DE ESMERALDA | |
de Hermes Trismegisto | |
sobre la química? | |
Palabras de los secretos de Hermes escritas sobre una | |
tabla de esmeralda que sostenía en sus manos cuando, en | |
una cueva oscura, fue encontrado su cuerpo embalsamado. | |
Verdad sin mentira, cierto y muy verdadero: | |
lo que es inferior es como lo que es superior; | |
y lo que es superior es como lo que es inferior, | |
para los cumplimientos de los milagros de una | |
sola cosa. | |
Y como todas las cosas fueron desde uno, | |
por la meditación de uno sólo, | |
igualmente las cosas fueron nacidas por ello | |
de una cosa, por adaptación. | |
Su padre es el Sol, su madre la Luna. | |
El viento la ha llevado en su vientre. | |
28.- Traducción de la primera edición impresa aparecida en | |
Nuremberg, en 1541 | |
32 | |
HERMES TRISMEGISTO | |
La Tierra es su nodriza. | |
En ella está el padre de todos los talismanes del | |
mundo. | |
Si es hecha tierra, su fuerza está entera. | |
Separarás la Tierra del fuego, lo sutil de lo espeso, | |
con gran inteligencia. | |
Él subió de la Tierra al cielo, de nuevo descendió | |
a la Tierra, y recibió la fuerza superior e inferior. | |
Así tendrás la gloria del mundo entero. | |
Por ello toda oscuridad se aleja a ti. | |
Aquí está la fuerte fuerza de toda fuerza, | |
que vence toda cosa sutil | |
y penetra toda cosa sólida. | |
Así es creado el mundo. | |
Tales son las admirables adaptaciones cuya manera | |
está aquí. | |
Poresosoy llamado Hermes Trismegisto, poseyen- | |
do las tres partes de la filosofía del mundo entero. | |
Completo es lo que he dicho de la operación del Sol. | |
-38 - | |
OTRA VERSIÓN | |
DE LA TABLA DE ESMERALDA” | |
AQUI SE ENCUENTRA LA FORMACION | |
DE LA NATURALEZA | |
Es verdad, fuera de duda, cierto, auténtico, | |
que lo superior viene de lo inferior y lo inferior de lo | |
superior. | |
Él hizo maravillas a partir de Uno; | |
cómo todas las cosas proceden de Uno por un | |
procedimiento común, | |
cómo todas las cosas son producidas de esta | |
sustancia por un procedimiento común. | |
¡Cuán maravillosa es su ciencia! El es la cabeza del | |
- mundo, enel que su padre es el Sol y su madre la | |
Luna. | |
29.- Publicada en la revista Alchimie mediterranéenne. Traduci- | |
da por Omar Yeshia y Munir Hafez. | |
-39- | |
HERMES TRISMEGISTO | |
El viento lo ha llevado en su seno y la Tierra lo ha | |
alimentado. | |
Él es el padre de los talismanes, el poseedor de las | |
maravillas. | |
Sus facultades son perfectas. | |
Él es el restaurador de las luces. | |
La tierra se ha vuelto un fuego. | |
Separa la tierra del fuego y él te iluminará. | |
Lo sutil es más noble que lo grosero. | |
Lentamente, suavemente, sube hacia el cielo, | |
coge la luz, y después vuelve a bajar a la Tierra. | |
En Él está la facultad de lo superior y de lo inferior. | |
pues en Él hay la luz de las luces, | |
y es por lo que las tinieblas le huyen. | |
La fuerza del poderoso vence todas las cosas. | |
Toda cosa sutil penetra toda cosa grosera. | |
El microcosmos está formado como el macrocos- | |
mos. | |
Esto es mi gloria, | |
y es por eso por lo que soy llamado Hermes, | |
tres veces grandes por la sabiduría. | |
e | | |
UNA VERSIÓN MÁS | |
DE LA TABLA DE ESMERALDA” | |
Es verdadero, sin falsedad alguna, cierto y muy | |
cierto. | |
Lo que está encima es igual a lo que está debajo, y | |
lo que está debajo esigual alo que está encima para | |
que se cumplan los milagros de una sola cosa. | |
Y como quiera que todas las cosas lo fueron por la | |
contemplación de una sóla, así también todas las | |
cosas surgieron de esta única cosa por un simple | |
acto de adaptación. | |
El padre de ello es el Sol, la madre la Luna. | |
El viento lo llevaba en su seno y la Tierra es su | |
nodriza. | |
30.-E.J]. HOLMYAROD. Alchemy. Penguin Books Ltd. Hatmond- | |
sworth, Middlessex, 1957. De este libro, excelente en muchos | |
aspectos y con una especial dedicación a los mal conocidos al- | |
quimistas ingleses, existe traducción española de María Samper: | |
Alquimia. Ediciones Redecilla, Barcelona, 1961. | |
-41- | |
HERMES TRISMEGISTO | |
Es el padre de todas las obras maravillosas a lo | |
largo y ancho del mundo. | |
El poder del mismo es perfecto. | |
Si fuese arrojado a la Tierra separaría al elemento | |
Tierra del elemento Fuego, lo sutil de lo grosero. | |
Con gran sagacidad asciende suavemente desde la | |
Tierra al Cielo. | |
Desciende de nuevo a la Tierra y reúne en sí la | |
fuerza de las cosas superiores y de las cosas | |
inferiores. | |
Asíposeerás la gloria del brillo de todo el universo | |
y toda oscuridad huirá lejos de ti. | |
Esta cosa es la recia fortitud de toda fortaleza, ya | |
que vence a toda cosa muy sutil y penetra en toda | |
sustancia sólida. | |
Es así como fue creado este mundo. | |
Por consiguiente, se alcanzarán adapataciones | |
maravillosas de las cuales ésta es la clase. | |
Por esta razón me llaman Hermes Trismegisto., | |
porque poseo tres partes de la sabiduría del mundo | |
entero. | |
Lo que tenía que decir sobre la operación del Sol | |
está consumado. | |
-42- | |
Tabula Smaragdina Hermetis | |
Esse refert Hermes supera inferioribus «qua, | |
Si quis mirandum perficere optet opus, | |
Errantes celso cernuntur in axe Planete, | |
His est par est fructu Terra metallifero. | |
Sol Pater est lapidis, Mater vaga Cynthia. | |
Ventus ventre tulit natum, terra cibavit eum. | |
-43- | |
Es dicho por Hermes que lo superior ha de ser | |
igualado a lo inferior, | |
si quieres hacer una obra maravillosa | |
Errantes en lo alto son movidos en el eje los | |
planetas | |
Por su fruto metalífero, la tierra es semejante. | |
El Sol es el padre de la piedra, la errante Cintia | |
madre. | |
El Viento la hallevado en su vientre. La Tierra la | |
ha nutrido. | |
Esta Tabla de Esmeralda en lenguaje simbólico | |
está publicada como lámina 95 del compendio de | |
alquimia publicado bajo el título de Viridarium | |
Chymicum (El Jardín Químico) **: | |
Según Bernard Husson, está sacada del Prodomus | |
Rhodostauroticus , libro de tradición rosacruz” publi- | |
cado por primera vez en Heidelberg en 1620. La com- | |
posición del interior del círculo procede a su vez de El | |
vellocino de Oro”, de fecha anterior. | |
Los tres escudos ligados por cadenas son la Sal | |
representada por una estrella, el Azufre representado | |
por un león y el Mercurio representado por un águila | |
bicéfala. A la izquierda de la estrella salina se encuentra | |
la tierra y a la derecha el cielo. Entre los tres encierran | |
una esfera crucífera en cuyo interior hay una au | |
invertida cuyo giro a la derecha, al decir de Bernard | |
Husson, daría el signo espagírico del vitriolo. | |
31.- Viridarium Chymicum. Muñoz Moyaeditores. Sevilla, 1986. | |
32.- En griego rodos sigifica rosa, y stauros Cruz. | |
33 - Véase Salomon Trismosin, «La Toison d'Or ou La Fleur des | |
trésors», pág. 12. Existe versión moderna en Ed. Retz, París, 1975. | |
- 45 - | |
HERMES TRISMEGISTO | |
El poema que explica la ilustración en El vellocino | |
de Oro dice que «de este vitriolo nacen los metales». | |
Estos metales los vemos arriba del grabado como | |
círculos que rodean un cáliz en el que el sol y la luna | |
vierten su flujo. | |
Hay que tener igualmente presente para una ajus- | |
tada interpretación de esta lámina que los metales son | |
tambien calendarios e indicadores de las fases de la | |
Obra (el lector interesado puede profundizar el tema en | |
muchos textos clásicos como, p. ej. la novena llave de | |
Basilio Valentín titulada «La revolución de los plane- | |
tas y los colores») | |
La filacteria circular contiene el conocido axioma | |
hermético Visita Interiora Terre Rectficando Invenies | |
Occultum Lapidem, Visita Interior de la Tierra Recti- | |
ficando Encuentras la Oculta Piedra, cuya interpreta- | |
ción así como el lugar donde poner las comas ha dado | |
lugar a numerosísimos comentarios. | |
Acabemos señalando que el conjunto, visto en | |
perspectiva, son dos círculos inscritos en un cuadrado, | |
alusión según algunos al atanor y al horno. Las flores | |
de los vértices, cuatro pétalos, macho y hembra, com- | |
pletan el significado de esta obra simbólica, que no en | |
balde, Basilio Valentín incluye en sus Doce Llaves de | |
la Filosofía* bajo el título Paradigma de la Gran Obra. | |
34.- Basilio Valentín, Las doce llaves de la F ilosofía. Publicado | |
en esta colección. | |
-46 - | |
Explicación | |
de | |
La Tabla de Esmeralda | |
por | |
Hortulano | |
El siglo XIV ve surgir toda una pléyade | |
de Artistas.... | |
Grasseo, llamado Hortulano, comentarista de | |
La tabla de Esmeralda (1358)... | |
Fulcanelli + | |
35.- Fulcanelli: Las Moradas Filosofales, cap. MM, La alquimia | |
medieval. Muñoz Moya editor. Sevilla, 1989, pág. 107. | |
-49- | |
¡Alabanza, honor y gloria os sean rendidas eterna- | |
mente, oh Señor, Dios todopoderoso! con vuestro muy | |
amado Hijo, nuestro salvador Jesús-Cristo, verdadero | |
Dios y único Hombre perfecto, y el Santo Espíritu | |
consolador, Trinidad Santa, que sois el Dios único. Os | |
doy gracias porque habiendo conocido las cosas pasa- | |
jeras de este mundo, enemigo nuestro, me habéis | |
sacado de él por vuestra gran misericordia, para que no | |
fuese pervertido por sus engañadoras voluptuosidades. | |
Y porque he visto muchos de los que trabajan en este | |
Arte que no siguen el camino derecho, os suplico, oh | |
Señor mío y mi Dios, que os pluja que pueda alejar de | |
este error, por la Ciencia que me habéis dado, a mis | |
muy queridos y bien amados, para que, habiendo | |
conocido la verdad, puedan alabar vuestro santo Nom- | |
bre, que es eternamente bendito. | |
Por tanto yo, Hortulano, es decir Jardinero, así | |
llamado a causa de los Jardines marítimos, indigno de | |
ser llamado Discípulo de la Filosofía, conmovido por | |
la amistad que tengo a mis muy queridos, he querido | |
poner por escrito la declaración y explicación cierta de | |
las palabras de Hermes, padre de los Filósofos aunque | |
a | |
HORTULANO | |
ellas sean oscuras, y declarar sinceramente toda la | |
práctica de la Verdadera Obra. Y cierto que no sirve de | |
nada a los Filósofos querer esconder la Ciencia en sus | |
escritos, cuando obra la Doctrina del Espíritu Santo. | |
-52- | |
EXPLICACIÓN DE LA TABLA DE ESMERALDA | |
Capítulo primero | |
E] Arte de Alquimia es verdadero y cierto | |
El Filósofo dice: Es verdad, a saber, que el Arte de | |
Alquimia nos ha sido dado. Sin mentira; dice eso para | |
convencer a los que dicen que la Ciencia es embustera, | |
es decir, falsa. Cierto, es decir experimentado, pues | |
todo lo que es experimentado es muy cierto y muy | |
verdadero pues el muy verdadero Sol es procreado por | |
el Arte. | |
Dice muy verdadero, en superlativo, porque el Sol | |
engendrado por este Arte, sobrepasa a todo Sol natural | |
en todas las propiedades, tanto medicinales como otras. | |
5 | |
HORTULANO | |
Capítulo 1 | |
La Piedra debe ser dividida en dos partes | |
A continuación toca la operación de la Piedra | |
diciendo que lo que está abajo es como lo que está | |
arriba. | |
Dice eso porque la Piedra está dividida por el | |
Magisterio en dos partes principales, a saber, en la | |
parte superior, que sube arriba, y en la parte inferior que | |
queda abajo fija y clara. Y sin embargo estas dos partes. | |
son acordes en virtud. Es por lo que dice: y lo que está | |
arriba es como lo que está abajo. Ciertamente esta | |
división es necesaria. Para hacer los Milagros de una | |
cosa. Es decir de la Piedra; pues la parte inferior es la | |
Tierra, que es la Nodriza y el Fermento; y la parte | |
superior es el Alma, la cual vivifica toda la Piedra, y la | |
resucita, Es por lo que estando hecha la Separación y la | |
Conjunción muchos Milagros vienen a hacerse en la | |
Obra secreta de la Naturaleza. | |
-54- | |
EXPLICACIÓN DE LA TABLA DE ESMERALDA | |
Capítulo IU | |
La Piedra tiene en sí los cuatro elementos | |
Y como todas las cosas han sido y son venidas de | |
ino por la mediación de uno. Aquí da un ejemplo | |
liciendo: Como todas las cosas han sido y son salidas | |
le uno, a saber, de un globo confuso, o de una masa | |
onfusa, por la mediación,es decir, porel pensamiento | |
, creación de uno, es decir, de Dios todopoderoso. Así | |
on nacidas todas las cosas.Es decir son salidas de esta | |
osa única, es decir de una Masa confusa, por adapta- | |
ión, es decir por el solo mando y milagro de Dios. Así | |
uestra Piedra es creada y salida de una Masa confusa, | |
-onteniendo en sí todos los Elementos, la cual ha sido | |
reada por Dios, y por su Milagro, nuestra Piedra ha | |
salido y nacido de Él. | |
-55- | |
HORTULANO | |
Capítulo IV | |
La Piedra tiene Padre y Madre, | |
que son el Sol y la Luna | |
Como vemos que un Animal engendra natural- | |
mente varios otros animales parecidos a él, así el Sol | |
engendra artificialmente el Sol por la virtud de la | |
Multiplicación de la Piedra. Es por lo que sigue: El So/ | |
es su Padre, es decir, el Oro de los Filósofos. Y porque | |
en todas las generaciones naturales debe haber un lugar | |
propio para recibir las Simientes, con alguna conformi- | |
dad de parecido en parte. Así es necesario que en esta | |
Generación artificial de la Piedra, el Sol tenga una | |
materia que sea como una Matriz propia para recibir su | |
Esperma y su Tintura. Y eso es la Plata de los Filósofos. | |
Por ello es por lo que sigue, y la Luna es su Madre. | |
-56- | |
EXPLICACIÓN DE LA TABLA DE ESMERALDA | |
Capítulo V | |
La conjunción de las Partes | |
es la concepción y la generación de la Piedra | |
Cuando estos dos se reciben el uno al otro en la | |
Conjunción de la Piedra, la Piedra se engendra en el | |
vientre del Viento, y es lo que dice poco después: El | |
Viento la ha llevado en su Vientre. Se sabe bien que el | |
Viento es Aire, y el Aire es vida, y la vida es el Alma, | |
la cual ya he dicho antes que vivifica toda la Piedra. Así | |
es preciso que el Viento lleve toda la Piedra, y la lleve | |
de nuevo, y que engendre el Magisterio. Es por lo que | |
se sigue que debe recibir alimento de su Nodriza, a | |
saber de la Tierra. Así el Filósofo dice: La Tierra es su | |
Nodriza. Pues al igual que el Niño no llegaría nunca a | |
crecer sin el alimento que recibe de su Nodriza, de la | |
misma manera nuestra Piedra no llegaría nunca a | |
efecto sin la fermentación de la Tierra; y el fermento es | |
llamado alimento. De tal suerte se engendra de un | |
Padre,con la conjunción de su Madre, la cosa,es decir, | |
los Hijos parecidos a los Padres, los cuales, si la | |
- cocción noes larga, serán hechos parecidos a la Madre, | |
y retendrán el peso del Padre. | |
-57- | |
HORTULANO | |
Capítulo VI | |
La Piedra es perfecta | |
si el Alma es fijada en el Cuerpo | |
Después continúa: El Padre de todo el Telema del | |
Mundo está aquí, es decir, en la Obra de la Piedra hay | |
una vía final. Y observad que el Filósofo llama a la | |
Operación el Padre de todo el Telema, es decir, de todo | |
el Secreto o Tesoro de todo el Mundo, a saber, de toda | |
Piedra que ha podido encontrarse en este Mundo. Está | |
aquí. Como si dijera: he aquí que te la enseño. Después | |
el Filósofo dice ¿quieres que te enseñe cuando la fuerza | |
de la Piedra está acabada y es perfecta? | |
Ello ocurrirá cuando sea convertida y cambiada en | |
su tierra. Y por eso, dice, su fuerza y potencia está | |
entera, es decir, perfecta y completa, si es convertida | |
y cambiada en tierra. Es decir, si el alma de la Piedra | |
(de la que hemos mencionado mas arriba que el Alma | |
es llamada Viento, y Aire, en la cual está toda la vida | |
y la fuerza de la Piedra) es convertida en tierra, a saber | |
de la Piedra, y la fija de manera tal que toda la Sustancia | |
- 58 - | |
| | |
¿ | |
EXPLICACIÓN DE LA TABLA DE ESMERALDA | |
* de la Piedra esté tan bien unida con la Nodriza (que es | |
| la Tierra) que toda la Piedra sea convertida y vuelta | |
- fermento. Y como cuando se hace pan un poco de | |
levadura alimenta y fermenta una gran cantidad de | |
masa y así cambia toda la sustancia de la masa en | |
fermento, también el Filósofo quiere que nuestra Pie- | |
dra sea fermentada de tal manera, que sirva de fermento | |
a su propia multiplicación. | |
-59- | |
HORTULANO | |
Capítulo VI | |
La mondificación de la Piedra | |
A continuación enseña como debe multiplicarse la | |
Piedra: pero antes pone la mondificación de la misma | |
y la separación de las partes, diciendo: Separarás lu | |
Tierra del Fuego, el Sutil del Espeso, suavemente, con | |
gran industria. Suavemente, es decir, poco a poco, no | |
con violencia, sino con espíritu e industria, a saber por | |
la mierda* de ave o estiércol filosofal. Separarás, es | |
decir, disolverás, pues la disolución es la separación de | |
las partes. La Tierra del Fuego, el Sutil del Espeso, es | |
decir, los posos y la inmundicia del Fuego, del Aire y | |
del Agua y de toda la Sustancia de la Piedra de manera | |
que quede enteramente sin inmundicia. | |
36.- La palabra original significa literalmente: «excremento o | |
líquido de aves, de pájaros salvajes; y de algunos animales» | |
-60- | |
EXPLICACIÓN DE LA TABLA DE ESMERALDA | |
Capítulo VIII | |
La Parte no fija de la Piedra, | |
debe separar la Parte fija y elevarla | |
Estando preparada la Piedra de esta forma, se | |
puede entonces multiplicar. Por lo tanto pone ahora la | |
Multiplicación; y habla de la fácil licuefacción o | |
fusión de ésta por la virtud que la misma tiene de ser | |
- entrante y penetrante en los Cuerpos duros y blandos, | |
diciendo: Sube de la Tierra al cielo y directamente | |
desciende a la Tierra. Aquí hay que notar bien que | |
aunque nuestra Piedra, en su primera Operación, se | |
divida en cuatro partes, que son los cuatro Elementos, | |
sin embargo, como ha sido dicho arriba, hay dos Partes | |
principales en ella; una que sube arriba, que es llamada | |
la no fija, o la volátil; y la otra que queda fija abajo, que | |
- es llamada tierra o fermento, como se ha dicho. Pero | |
hay que tener gran cantidad de la parte no fija, y darle | |
a la Piedra, cuando la misma esté muy limpia y sin | |
suciedad, y hay que darle tantas veces, por el Magiste- | |
rio, que toda la Piedra, por la virtud del Espíritu, sea | |
llevada arriba, sublimándola y haciéndola sutil. Y eso | |
es lo que dice el Filósofo: Él sube de la Tierra al Cielo. | |
-61- | |
HORTULANO | |
Capítulo IX | |
La Piedra volátil | |
debe ser fijada una segunda vez” | |
Después de todo eso, hay que incerar*? esta misma | |
Piedra (así exaltada y elevada, o sublimada) con el | |
Aceite que ha sido sacado de ella en la primera opera- | |
ción que se llama Agua de la Piedra. Y hay que darle | |
vueltas muy a menudo al sublimarla, hasta que por la | |
virtud de la fermentación de la Tierra (con la Piedra | |
elevada o sublimada) toda la Piedra, por reiteración. | |
desciende del Cielo a la Tierra, permaneciendo fija y | |
fluyente. Y es lo que dice el Filósofo: desciende a la | |
tierra. Y así: Recibe la fuerza de las cosas superiores, | |
sublimando, de las inferiores, descendiendo; es decir, | |
que lo que es corporal, será hecho espiritual en la | |
sublimación, y lo espiritual, será hecho corporal en la | |
Descensión, o cuando la materia desciende. | |
37.- Una segunda vez; una vez todavía. | |
38.- Incerar: de la raíz latina cera: dar a una materia la consisten- | |
cia de la cera, mezclar cera a una sustancia. | |
6D | |
EXPLICACIÓN DE LA TABLA DE ESMERALDA | |
Capítulo X | |
De la utilidad de Arte | |
y de la eficacia de la Piedra | |
Tendrás por este medio la gloria de todo el Mundo. | |
Es decir, por esta Piedra así compuesta, poseerás la | |
gloria de todo el Mundo. Y por eso toda oscuridad se | |
irá de ti,es decir toda pobreza y enfermedad. Ello es la | |
Fuerza fuerte de toda fuerza. Pues no hay ninguna | |
comparación de las otras Fuerzas de este Mundo con la | |
Fuerza de esta Piedra: pues ella vencerá toda cosa sutil, | |
y penetrará toda cosa sólida. Vencerá, es decir, ven- | |
ciendo y subiendo, cambiará y convertirá el Mercurio | |
vivo congelándolo, él que es sutil y blando, y penetrará | |
los otros Metales, que son cuerpos duros, sólidos y | |
firmes. | |
-63 - | |
HORTULANO | |
Capítulo XI | |
El Magisterio imita | |
la Creación del Universo | |
El filósofo da a continuación un ejemplo de la | |
Composición de la Piedra, diciendo: Así ha sido creado | |
el Mundo, es decir, que nuestra Piedra está hecha de la | |
misma manera como ha sido creado el Mundo. Pues las | |
primeras cosas de todo el Mundo, todo lo que ha sido | |
en el Mundo, ha sido primero una Masa confusa, y un | |
Caos sin orden, como ha sido dicho arriba. Y después, | |
por el artificio del soberano Creador, esta Masa confu- | |
sa, habiendo sido admirablemente separada y rectifica- | |
da, ha sido dividida en cuatro Elementos: y a causa de | |
esta separación, se hacen diversas y diferentes cosas. | |
Así también se pueden hacer diversas y diferentes | |
cosas por la producción y disposición de nuestra Obra, | |
y ello por la separación de los diversos Elementos de | |
los diversos Cuerpos. De ello serán y saldrán admira- | |
bles adaptaciones. Es decir, si separas los Elementos, | |
se harán admirables Composiciones propias a nuestra | |
- 64 - | |
EXPLICACIÓN DE LA TABLA DE ESMERALDA | |
-Obra, en la Composición de nuestra Piedra, por la | |
conjunción de los Elementos rectificados. De las cua- | |
* les, es decir de cuyas cosas admirables propias para | |
] ello, el medio, saber proceder a ello, está aquí. | |
-65- | |
HORTULANO | |
Capítulo XII | |
Declaración enigmática | |
de la Materia de la Piedra | |
Es por lo que ha sido llamado Hermes Trismegis- | |
to, es decir, Mercurio tres veces grande. Después que | |
el Filósofo ha enseñado la Composición de la Piedra, | |
muestra aquí encubiertamente de qué se hace nuestra | |
Piedra, nombrándose a sí mismo. Primero, para que los | |
discípulos que lleguen a esta Ciencia, se acuerden | |
siempre de su nombre. Pero sin embargo toca de qué | |
está hecha la Piedra diciendo a continuación: Teniendo | |
las tres partes de la Filosofía de todo el Mundo, porque | |
todo lo que es en el Mundo, teniendo Materia y Forma, | |
está compuesto de los cuatro elementos. Aunque en el | |
Mundo haya una infinidad de cosas que lo componen | |
y que son las Partes, el Filósofo sin embargo las divide | |
y las reduce todas a tres Partes, a saber, a la Parte | |
mineral, vegetal y animal, de todas las cuales, juntas o | |
por separado, ha tenido la verdadera Ciencia, en la | |
operación del Sol, o Composición de la Piedra. Por eso | |
-66- | |
EXPLICACIÓN DE LA TABLA DE ESMERALDA | |
es por lo que dice: Teniendo las tres partes de la | |
: Filosofía de todo el Mundo, cuyas todas tres están | |
contenidas en la sola Piedra, a saber, en el Mercurio de | |
los Filósofos. | |
- 67 - | |
HORTULANO | |
Capítulo XII | |
Por qué la Piedra es llamada perfecta | |
Esta Piedra es llamada perfecta, porque tiene en sí | |
la naturaleza de las cosas minerales, vegetales y anima- | |
les. Es por lo que es llamada triple, de otra manera trina- | |
una, es decir triple y única, teniendo cuatro Naturale- | |
zas, a saber, los cuatro Elementos, y tres colores: el | |
negro, el blanco y el rojo. También es llamada grano de | |
trigo el cual, si no muere, quedará solo, y si muere | |
(como ha sido dicho arriba, cuandos se junta en la | |
conjunción) trae mucho fruto; a saber, cuando las | |
Operaciones de las que hemos hablado, son llevadas al | |
último punto de perfección. ¡Oh, amigo lector! si haces | |
la Operación de la Piedra, te he dicho la verdad, si no | |
la haces, no te he dicho nada. | |
Lo que yo he dicho de la operación del Sol está | |
acabado y llevado al último punto de perfección. Es | |
decir, lo que ha sido dicho de la Operación de la Piedra | |
de tres Colores y cuatro Naturalezas, que están en una | |
cosa única, a saber, en el solo Mercurio filosofal, está | |
acabado y terminado. | |
-68- | |
La Tabla de Esmeralda | |
por | |
Fulcanelli | |
(Capítulo de su libro Finis Gloriae Mundi) | |
) | |
INTRODUCCIÓN | |
Fulcanelli es el seudónimo del mayor alquimista con- | |
temporáneo, y uno de de los grandes maestros de todos los | |
tiempos. | |
Sobre él circulan infinidad de rumores, pero no se sabe | |
nada cierto. | |
La revista LA TOUR DE SAINT JACQUES consagró | |
un número especial al misterio de su identidad, existiendo | |
diversas hipótesis. | |
La única persona que lo conoció fue Eugene Canseliet | |
a quien Fulcanelli remitió sus manuscritos para su publica- | |
ciónen 1925, pero jamás ha revelado su identidad. Canseliet | |
dice en el Prólogo a la primera edición francesa de EL | |
MISTERIO DE LAS CATEDRALES*: | |
Hace ya tiempo que el autor de este libro no está entre | |
nosotros. Se extinguió el hombre. Soló persiste su | |
recuerdo ...Sus numerosos amigos, hermanos desco- | |
nocidos que esperaban de él la solución del misterio- | |
38. Fulcanelli, El Misterio de las catedrales. Muñoz Moya editores, | |
Sevilla 2000 | |
FULCANELLI | |
so Verbum dimissum, le llorarán conmigo ... Desapa- | |
reció al sonar la hora fatídica, cuando se produjo lu | |
Señal ... Fulcanelli ya no existe. Sin embargo, y éste | |
es nuestro consuelo, su pensamiento permanece, | |
ardiente y vivo, encerrado para siempre en estas | |
páginas como en un sanitario. | |
Posteriormente, con inciertas alusiones a la existencia | |
en otros planos y a aspectos secretos de la alquimia, tales | |
afirmaciones han sido matizadas y algunos afirman que | |
Fulcanelli siguió existiendo. Según se cuenta, el premio | |
Nobel de física Jacques Bergier, fue visitado en 1937 por | |
Fulcanelli quien le reveló algunos secretos referentes a la | |
fisión nuclear”? Los rumores han seguido proliferando y, al | |
parecer, Fulcanelli ha seguido siendo visto en los más | |
diversos lugares, el último de lo cuales, la ciudad española | |
de Sevilla (España). | |
Fulcanelli fue el autor de dos obras cumbres de alqui- | |
mia: una EL MISTERIO DE LAS CATEDRALES Y LA | |
INTERPRETACIÓN ESOTÉRICA DE LOS SÍMBOLOS | |
HERMÉTICOS, y la otra LAS MORADAS FILOSOFALES | |
Y EL SIMBOLISMO HERMÉTICO EN SUS RELACIONES | |
CON EL ARTE SAGRADO Y EL ESOTERISMO DE LA | |
GRAN OBRA. | |
Los originales de ambas fueron escritos en francés y | |
publicados por Omnium Literaire de París en 1925 y 1929, | |
39. Véase El retorno de los Brujos, Louis Pauwels y Jacques Bergier, | |
Plaza i Janés 1971, Cap. La alquimia como ejemplo, II. | |
40. Fulcanelli, Las Moradas filosofales, Muñoz Moya editores, Sevilla | |
1989. | |
-72- | |
"EA | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
En julio de 1999, Fulcanelli hace llegar el original de su | |
+ tercera y última obra a Jacques d' Ares: FINIS GLORIAE | |
. MUNDI." | |
El autor ha tenido poderosas razones, expuestas en el | |
libro, para abandonar el silencio | |
«No es costumbre que un Adepto vuelva a coger la | |
pluma después de haber franqueado su propia trans- | |
mutación y sólo razones imperiosas que ponen en | |
juego el destino de la humanidad entera han podido | |
convencernos para que rompamos esta regla, habi- | |
tualmente inquebrantable, y abandonemos el manto | |
de silencio con el que se cubre quien pasa por las | |
ascuas del Fénix.» | |
Tras esta fugaz aparición se despide y se retira de nuevo | |
al silencib: | |
«Este libro, escrito desde la urgencia, será el último | |
que firmará Fulcanelli. Podamos tras eso, habiendo | |
cumplido el deber que nos incumbe, volver a entrar | |
en el Silencio del adeptado y no obrar más que según | |
las vías que requiere este estado.» | |
«No es, aunque lleva el mismo título, la que retiramos | |
anuestro leal y muy buen discípulo Eugéne Canseliet, | |
hace ya de eso más de 70 años. Nos pareció entonces | |
que si habían llegado los signos de hacer públicos el | |
modus operandi de la vía seca, los tiempos no esta- | |
41. Fulcanelli, Finis Gloriae Mundi. Muñoz Moya editores, Sevilla, 2000. | |
FULCANELLI | |
ban, ¡ay!, todavía maduros para desvelar los arca- | |
nos del ars brevis»*? | |
«Los intentos actuales por traer esta excepcional | |
transición de fase a una fecha más satisfactoria para | |
la razón inferior, 1999 en el que estamos o 2000 que | |
es una cifra redonda del calendario, no tienen senti- | |
do alguno.. $ | |
En Finis Gloriae Mundi se dan indicaciones preciosas | |
sobre el «modus operandi» en general y, en especial, se | |
desvelan arcanos del ars brevis -lo que nunca se había | |
hecho- a quienes intentan aproximarse al Adeptado. | |
Por ejemplo Fulcanelli analiza de manera bastante | |
explícita, por no decir de manera totalmente explicita, | |
errores que cometen muchos: el estado de la materia llama- | |
da «Prostituta escarlata»; algunos errores de Filaleteo res- | |
pecto a la confusión de los vasos noble y vil que lleva a la | |
pérdida de la Obra; la trampa «no de las menores» -como | |
dice el autor- que lleva a confundir la estéril prostituta | |
escarlata o el ciclo «de la cuatro edades» con la obtención de | |
la Piedra; algunos remedios para rectificar el error en una u | |
otra de las obras así como la manera de detectarlos; la | |
multiplicación de la quintaesencia y cuantas ruedas pueden | |
hacerse y cuales son sus características; los errores más | |
frecuentes sobre «el sujeto de los sabios»; la insuficiencia | |
-el «ni menos» de un capítulo que se llama «Ni más ni | |
menos»- de «espíritu astral» del que habla Cyliani (Hermes | |
Desvelado) tras la «apertura de la materia» absolutamente | |
42. Fulcanelli, Finis Gloriae Mundi. Carta de Fulcanelli, Nota introductoria. | |
43. Fulcanelli, Finis Gloriae Mundi. Capítulo IX, Multiplicación. | |
27d | |
Ml | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
indispensable para el trabajo del Artista, y un larguísimo | |
etcétera imposible de detallar aquí. | |
Son cosas no dichas hasta ahora. Sobre todo particular- | |
' mente claro e importante es los concerniente a las relaciones | |
" entre al Artista y la materia y como estos dos polos de la | |
+ obra, artista y materia en obra, se interpenetran y determinan | |
' los resultados. | |
Pero Fulcanelli no se limita en este libro ala «operatoria» | |
, y su fundamento filosófico. Las teorías físicas del «campo | |
unitario» (lo que está abajo es como lo que está arriba), la | |
' fisión nuclear (el Sol es su padre), los viajes de los | |
cosmonautas a la luna (la luna es su madre), el control de los | |
climas y la manipulación de la opinión pública (el viento lo | |
- ha llevado en su vientre), la ingeniería genética (la tierra es | |
- sunodriza), la clonación se seres (su fuerza está entera si es | |
- convertido en tierra), fusión y fisión nuclear (separarás la | |
: tierra del fuego....) ,el porqué de este inusual comentario de | |
la Tabla de Esmeralda, así como quien realizó la inversión | |
alquímica, por qué motivo y sobre la base de qué errores | |
alquímicos, están ampliamente tratados, asícomo sus reme- | |
dios. | |
También trata, siempre sobre base alquímica, del fin de | |
los tiempos, de la interpretación mecánica de lo que se ha | |
dado en llamar «Las Cuatro edades del Mundo» particular- | |
mente de la de los discípulos de René Genon y de como, al | |
igual que en el crisol, ni estos ciclos, ni el fin de los tiempos, | |
son irreversibles hasta que el Ángel toque su trompeta, así | |
como también explica por qué son inútiles los intentos de | |
inversión alquímica cuyos resultados son la desatrosa socie- | |
dad que vivimos hoy (en el capítulo Las resistencias de la | |
materia). | |
-75- | |
FULCANELLI | |
También hace afirmaciones sorprendentes en el capítu- | |
lo El secreto de los filósofos, como por ejemplo: | |
«En revistas de divulgación hemos visto descripcio- | |
nes de nuestros pequeños particulares e incluso | |
algunas fases de la obra. En tal situación ya no es útil | |
usar un lenguaje simbólico, tanto menos cuanto que | |
el uso perverso cuya tentación temían los filósofos, | |
ha llegado a ser un juego diario de las potencias | |
militares y de sus servicios especiales.» | |
FINIS GLORIAE MUNDI, junto con EL MISTERIO | |
DE LAS CATEDRALES y LAS MORADAS | |
FILOSOFALES, es la trilogía de Fulcanelli que conforma | |
una de las obras aqluímicas más importante de todos los | |
tiempos. | |
Reproducimos a continuación el capítulo de dicho libro | |
que lleva por título La tabla de esmeralda que, aunque | |
inusual, y más sorprendente todavía separado del contexto | |
del libro cuyo tema podríamos designar muy brumosamente | |
con el nombre de «alquimia social», creemos de estudio y | |
difusión importante y urgente. | |
Miguel Angel Muñoz | |
Sevilla, 2000 | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
Desde que el presidente Truman mandó lanzar sobre | |
Hiroshima la primera bomba A, inútil desde el punto de | |
vista estratégico puesto que el Japón,exangie, se preparaba | |
para rendirse, rendición que no se adelantó sino unos días, | |
adquirimos la certidumbre que un grupo de hombres perse- | |
guía secretamente un fin más exigente que terminar la | |
guelra. El Sr. Truman y sus consejeros no sólo querían | |
probar su proyecto mortal en condiciones reales sino asegu- | |
rar al gobierno americano una supremacía sin participación | |
y probarlo a los ojos del mundo. No comprendimos el | |
alcance exacto de su proyecto que podía pasar entonces por | |
la ambición de una nueva Roma en el imperio occidental. A | |
lo largo de los decenios siguientes todo el plan se volvió | |
claro a nuestros ojos pues se inspiraba estrechamente en el | |
más corto y esencial de los escritos alquímicos, la Tabla de | |
Esmeralda. | |
Releamos por lo tanto este texto mayor para comentar | |
las adaptaciones hechas en ella con el fin de gobernar | |
orientadamente a las sociedades y para el desarrollo de las | |
ciencias. | |
77 - | |
FULCANELLI | |
Es verdad, sin mentira, cierto y muy verdadero. | |
Lo que está abajo es como lo que está arriba y lo que | |
está arriba es como lo que está abajo; por estas cosas se | |
hacen los milagros de una sola cosa. Y como todas las | |
cosas son y provienen de UNO, por la mediación de UNO, | |
así todas las cosas son y provienen de esta cosa única, por | |
adaptación. | |
La unidad, sustrato de toda cosa, fue presentida desde | |
la antigiiedad por los filósofos hindús y griegos como lo | |
atestiguan los Upanishad y el Poema de Parménides. El | |
sentido profundo de estos textos ha sido desarrollado en | |
numerosos comentarios y no insistiremos en ello. Los | |
físicos que conocimos antes de la guerra le daban el nombre | |
de campo unitario y desesperaban encontrarlo mediante sus | |
cálculos y comprender sus efectos. Por nuestra parte ni | |
alentamos ni desalentamos sus esfuerzos en este sentido. | |
Varios de estos sabios, conscientes de las amenazas que | |
hacían pesar sobre el mundo las convulsiones de Alemania | |
y la cristalización de fuerzas oscuras, soñaban entonces en | |
uniformar las sociedades humanas en una misma civiliza- | |
ción pacífica que fuera como el reflejo del campo unitario | |
de la materia. Eran, ya lo hemos dicho, niños deslumbrados | |
por la luz del Umbral, ignorantes de los peligros y | |
desbordantes de entusiasmo. Se preparaban, como en los | |
cuentos de hadas, a vencer al lobo para vivir felices el resto | |
de sus días. ¿Cómo concibieron tantas ilusiones sobre lo que | |
fermentaba desde decenios en las sociedades iniciáticas | |
occidentales con las que algunos de ellos se habían sin | |
embargo relacionado? ¿Cómo pudieron entregarse a los | |
jefes militares y políticos americanos, no atados de pies y | |
-78 - | |
Ñ | |
3 | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
manos sino corriendo y retozando como niños tras el flau- | |
tista? | |
Los primeros trabajos en los que se los empleó versa- | |
ban sobre el campo unitario. Como habíamos previsto | |
fueron vanos. Las raras confidencias del Sr. Rosen, asistente | |
del profesor Einstein, confidencias que nos han sido conta- | |
das, daban cuenta del abandono de las investigaciones a | |
causa de terribles accidentes de los que no comprendían | |
nada y que sus ecuaciones no había permitido prever. Los | |
suministradores de fondos, almirantes de la Navy o directo- | |
res de agencias credas ex profeso y dependientes del Secre- | |
tariado de Defensa, exigieron secreto y aislaron a todos los | |
testigos. Sin embargo, si el campo físico resistía a todos sus | |
esfuerzos, la idea de la unificación de los hombres se abría | |
paso y los accionistas de la industria hacían sus cálculos, | |
seducidos menos por la esperanza de que se acabaran las | |
guerrad que por la perspectiva de un imperio mundial | |
invisible al servicio de América. | |
¿Fue entonces cuando cabezas locas se dieron cuenta | |
de la similitud entre las preocupaciones de los sabios y los | |
primeros versículos de la Tabla de Hermes, o ya acariciaban | |
la ambición de remodelar el mundo «reconciliando» tradi- | |
ción y modernidad que la mayor parte de los epígonos del | |
esoterismo se dedicaban a separar cuando no a oponer? No | |
tenemos respuesta a esta pregunta. El esoterismo occidental | |
aparecía desde finales del otro siglo como un campo cerrado | |
en el que se enfrentaban voluntades y proyectos que de | |
tradicional no tenían sino la apariencia y de los que el | |
nazismo ofrecía el más lamentable de los espectáculos. | |
¡Locos fáusticos! Al menos hasta entonces estas quimeras | |
bullían en vasos cerrados, en las trastiendas de librerías | |
polvorientas o en los salones privados de rentistas muertos | |
-79- | |
FULCANELLI | |
de aburrimiento. Pero la aventura nazi dio a muchos de que | |
el poder estaba al alcance de la mano de los audaces. La | |
sinarquía del Sr. Alveydre, que en sus orígenes no era sino | |
una pálida imitación de la sociedad medieval, tomaba el | |
sentido de una dictadura oculta de «superiores desconoci- | |
dos» y todo soplador insignificante, por poco que se hubiera | |
rozado con los ritos mágicos de moda, se sentía el alma de | |
un Cagliostro. | |
El Sol es su padre... | |
En 1943, tras los fracasos parciales sobre los trabajos | |
del campo unitario, el interés refluyó hacia las energías | |
intratómicas. A decir verdad ya habían visto la luz, al menos | |
sobre el papel, varios ensayos de «pilas» y todo lo que | |
retenía a los sabios para intentar liberar la energía de Path | |
era el temor a la reacción en cadena. La carta del Sr. Einstein | |
al presidente Roosvelt sirvió de pretexto. ¡Hablad de huesos | |
a los perros, de bombas a los militares y los veréis gruñir de | |
gusto! La continuación es conocida de todos. El Sr. | |
Oppenheimer, citando ante el fogonazo los versos del | |
Majabáratra: «Si de repente apareciera en el cielo el res- | |
plandor de mil soles, su brillo no haría sino aproximarse a la | |
gloria de este espectáculo»* confirmaba a los ojos de los | |
aprendices demiurgos la justeza de la Tabla de Esmeralda. | |
Faltaba todavía que este sol concebido por las manos del | |
44. Majabáratra, Libro VI. Subrayaremos que estos versos no se | |
aplican a las “terribles armas de Indra” sino a las transfiguraciones de | |
Krisna. Para el Sr. Oppenheimer el fulgor mortal de la bomba se | |
transformaba en la revelación de la gloria de la materia; nadie sabía | |
todavía cuales serían sus consecuencias. (Nota de Fulcanelli) | |
- 80 - | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
hombre apareciese al mundo en el esplendor de sus nubes; | |
' nuestros rufianes sabían su Biblia y su salmo 18: «De sus | |
narices salía humo y de su boca un fuego devorador... | |
Delante suyo, nubes de las que salían relámpagos, granizos | |
y carbones de fuego...» Así el presidente Truman ordenó | |
bombardear Hiroshima y Nagasaki para que se viera que los | |
rayos y la potencia de los astros ya no pertenecían al Zeus | |
olímpico sino a los hombres, a algunos hombres. | |
... y la luna su madre | |
Acabada la guerra y dominado el sol nuclear, se intere- | |
saron inmediatamente por los trabajos del Sr. von Braun y | |
por perfeccionar sus V2. La carrera del espacio alcanzó su | |
punto culminante cuando dos astronautas embutidos en sus | |
escafandras dieron algunos pasos por nuestro satélite. Una | |
interpretación tan literal podría no ser sino trabajo de | |
soplador pero su práctica parece más retorcida. La «con- | |
quista» de la Luna fue abandonada poco tiempo después de | |
esta burda marcha. Sin duda no esperaban de ella sino una | |
huella simbólica en el alma de las masas. Al igual que con | |
la bomba de Hiroshima, un acto ostentoso debía persuadir a | |
los hombres de su dominio sobre las potencias cósmicas e | |
ilusionarlos con que, a continuación, todos participarían de | |
un proyecto que, en los hechos, se reservaban ellos. | |
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FULCANELLI | |
El viento lo ha llevado en su vientre. | |
Del viento, al igual que con la Luna, hicieron una | |
lectura literal y se dedicaron a continuación a controlar los | |
climas reteniendo las masas de aire mediante «muros de | |
ondas» levantados sobre continentes enteros, análogos al | |
confinamiento magnético de los flujos de partículas en los | |
grandes aceleradores. Las primeras experiencias,en 1975 y | |
76, escaparon a todo control durante varios meses. Las | |
segundas, en 1983, tuvieron mejores resultados pero no se | |
levantó su secreto aunque circularon rumores en las univer- | |
sidades. La contrapartida social del dominio de los vientos | |
se tradujo en un intento de controlar la opinión, lo que | |
Virgilio llamaba fama volans, tan móvil y fugaz como la | |
brisa. | |
La tierra es su nodriza y su receptáculo. | |
Para asegurarel retorno a alguna materia densa decidie- | |
ron entonces favorecer los trabajos sobre lo viviente y la | |
ingeniería genética de la que hemos dicho todas las reservas | |
que nos inspira. | |
Las cuatro citas que abren este versículo de la Tabla de | |
Esmeralda cuyos comentarios en actos acabamos de descri- | |
bir corresponden en una lectura alquímica canónica a los | |
cuatro elementos, en un orden extraño: fuego, aire, agua y | |
tierra, en el que alternan lo sutil y lo denso, lo caliente y lo | |
frío. Subrayemos la progresión de los éteres hasta el acaba- | |
miento de la corporificación, correspondientes a los cuatro | |
primeros días del Génesis. La Obra divina de la creación | |
revelada por el Gran Hermes sigue estrechamente el «ciclo» | |
-82- | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
- de las cuatro Edades, edad de oro del Sol, edad de plata de | |
la Luna, edad de bronce de los héroes erráticos cuyas | |
correrías poseen la libertad del viento, edad del hierro | |
densificado al máximo. El lector comprenderá mejor por | |
qué la aparición de estos ciclos tras el fin del proceso de la | |
Creación significa que se cometió un error. Efectivamente, | |
desde que la densificación material del cosmos se acabó no | |
era necesario ya seguir más adelante. Admitamos incluso | |
que, por analogía, este ciclo se aplique a las civilizaciones; | |
debería resumir su nacimiento pero, una vez que toman | |
cuerpo ¿para qué destruirlas y volver a empezar ad libitum | |
la generación de abortos? Pese al absurdo de semejante | |
rueda loca girando sin fin, podríamos admitir un ciclo así si | |
la enseñanza de Hermes se detuviera ahí; pero después de | |
haber comentado brevemente esta primera etapa de la Obra | |
divina e introducido a su discípulo a la contemplación de los | |
orígenés, describe muchas otras operaciones. | |
La aparición inesperada de las cuatro edades en el crisol | |
tiende a rehacer naturalmente lo que, por accidente, fue | |
demasiado deshecho; o, a veces, a obtener el «castigo» de | |
una corporificación demasiado extremada. Sin embargo, en | |
la historia de las civilizaciones ocurre que introduce una | |
creación real, aunque sólo conocemos un ejemplo, que se | |
extiende a lo largo de varios milenios a partir del despertar | |
inducido por la última inversión de los polos. Cuando se | |
examinan tiempos más cortos, aparece inmediatamente | |
algún furor sangriento o la desmesura del orgullo, y lleva a | |
una época a la vez caótica y petrificada cuya salida «natu- | |
ral», ya lo hemos dicho, se realiza por la violencia de un | |
pequeño ragnarok. Aquí fue planificado y programado por | |
demiurgos pervertidos que parecen haber comprendido su | |
sentido primero y pretendían imponer al mundo, fuera del | |
-83- | |
FULCANELLI | |
tiempo marcado por el Creador, una recración de la civili- | |
zación análoga a la «revolución neolítica». Ningún alqui- | |
mista ha intentado en su crisol una parecida inducción | |
forzada, al menos ninguno habla de ella, y nos parece | |
razonable pensar que no conducirá a «un mundo nuevo» | |
sino al desorden acostumbrado. | |
Subrayemos también las equivalencias simbólicas rí | |
gidas y no filosóficas introducidas entre los elementos y las | |
prácticas sociales. Al fuego corresponde la energía del | |
átomo; al agua lunar la conquista espacial asimilada a una | |
navegación; al aire los climas y la opinión; a la tierra los | |
seres vivos. Nada de esta clasificación habría sido admitida | |
por los antiguos porque distribuye elementos heteróclitos | |
bastante arbitrariamente, pero la encontremos hasta en las | |
metáforas populares o entre los novelistas. En cualquie: | |
caso es sofística como hubiesen proclamado con nosotros | |
los antiguos maestros. | |
El Padre de todo, el Telesma del mundo universal, | |
está aquí. Su fuerza o su potencia permanece entera si es | |
hecho tierra. | |
Con estas frases Hermes Trismegisto resume y comen | |
tael estado de la Creación acabada. Pero nuestros demiurgos | |
lo han entendido no como el reposo del séptimo Día, sino | |
como una instrucción para continuar su obra y puesto de lo | |
que se trataba era de «convertir en tierra», han aplicado su | |
fuerza a hacer aparecer seres inexistentes hasta entonces. | |
nuevos virus en biología, cuerpos superpesados en física ya | |
-84 - | |
LA TABLA DE ESMERALDA | |
que, por ventura, su arte no les permite suscitar especies más | |
allá del primer grado estructural de corporización. Las | |
bacterias o las plantas transgénicas no son sino organismos | |
modificados, no criaturas inéditas. | |
Separarás la tierra del fuego, lo sutil de lo espeso, | |
suavemente, con gran industria. | |
Tanta es la claridad de esta frase para un alquimista | |
como fue la dificultad que tuvimos para comprender cómo | |
la interpretaban ellos para sus propios fines. Separar lo sutil | |
de lo espeso encontraba un sentido en teoría de la informa- | |
ción, con la distinción entre hard (espeso) y soft (sutil). En | |
lo que respecta a la tierra y al fuego ¿se trataba de aislar la | |
biología de la física? ¿de oponer las dos técnicas de mani- | |
bidón del átomo, la fisión de los elementos pesados que | |
sirven para producir la energía doméstica, y la fusión, | |
analogon del fuego estelar, reservada para la bomba H? Esta | |
última solución explicaría por qué las investigaciones sobre | |
la fusión controlada fueron desalentadas sistemáticamente, | |
aunque no fuera sino negando a los investigadores los | |
subsidios y los laboratorios necesarios para su puesta a | |
punto. Una tal desafección carece de sentido económico: el | |
hidrógeno abunda en la naturaleza mientras que el uranio no | |
se encuentra sino en escasa minas y exige costosísimos | |
procesos de extracción; tampoco se justifica por los riesgos | |
arrostrados pues la fisión produce deshechos mortales que | |
hay inmediatamente que depositar, vigilar o volver a trans- | |
formar. La aberración de esta política no ha dejado de | |
-85- | |
FULCANELLI | |
sorprender a numerosos sabios a los que siempre se les negó | |
una explicación creíble. | |
Sube de la tierra y baja del cielo, y recibe la fuerza de | |
las cosas superiores y de las cosas inferiores. | |
Quienquiera que se haya inclinado sobre los escritos | |
alquímicos comprenderá que el pasaje describe la ascensión | |
del águila de la que nosotros mismos hemos hablado varias | |
veces. Ahora bien, el águila figura en el escudo de los | |
Estados Unidos y, desde la caída de los imperios de Europa, | |
es incluso la única potencia que todavía la lleva. | |
Exotericamente, en la sucesión de logros ostentosos desti- | |
nados a fijar en el alma de los pueblos estrechas alegorías a | |
guisa de símbolos, la construcción de la lanzadera espacial | |
y sus idas y venidas públicas responderían a las exigencias | |
de su ilusorio programa. De manera más secreta vemos aqui | |
y allá intentos por aliar la tecnología más material a opera- | |
ciones mágicas confundidas con el cielo espiritual. Ya no se | |
contentan con dirigir la opinión mediante la prensa o la | |
televisión, tratan de penetrar los cerebros mediante ondas | |
para ordenar los pensamientos más íntimos como si cada ser | |
humano no fuera sino una acotación de limaduras de hierro | |
entre los polos del imán. | |
Así tendrás la gloria del mundo y toda oscuridad se | |
alejará de ti. | |
No despreciemos nunca a estos maestros ocultos de la | |
alquimia fáustica. A imitación de los sabios trabajan en este | |
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LA TABLA DE ESMERALDA | |
mundo pero no por é ni siquiera con él. Si buscaran la gloria | |
en el sentido ordinario del término, no se cubrirían con un | |
velo de secreto casi totalmente opaco, poco propicio a | |
exaltar las vanidades. La gloria, entre los antiguos, no es | |
sino una energía de luz, a la que los magos persas llamaban | |
el xvarnah, la misma que manifestó Cristo durante su | |
transfiguración. ¿Cómo aspirar al nimbo de esta gloria a la | |
vez que se rechaza seguir los caminos de la revelación | |
divina y realizar sobre sí las purificaciones más elementa- | |
les? ¿Qué es pues esta gloria mundi si no se la entiende ni | |
en el sentido exotérico ordinario ni en su verdadero signifi- | |
cado espiritual? Acabamos de ver que intentan agrupar y | |
ordenar los cerebros para hacer de ellos alojamientos indi- | |
viduales de un alma única, de una especie de TOV-AVTPONOO | |
artificial. El Padre Teilhard de Chardin había anunciado | |
coma última perspectiva de la evolución la formación de lo | |
lo que él llamaba una noosfera. Pero además de que el mav- | |
AVTPOTOO Cuyo profeta pretendía ser no advenía sino al fin | |
de los tiempos, como un calderón musical del fin de los | |
tiempos, su surgimiento en nada reducía la libertad perso- | |
nal. En su espíritu se trataba de una fusión de amor e | |
inteligencia análoga ala que los teólogos más fiables han | |
descrito como relaciones trinitarias de Dios. No nos corres- | |
ponde juzgar lo bien fundado de las afirmaciones de los | |
teólogos: las revelaciones de las que nos hemos beneficiado | |
y sin las cuales nuestra labor alquímica hubiera sido vana, | |
no concernían sino a la perfección de la materia y a la | |
purificación de nuestra propia naturaleza. El optimismo del | |
padre Teilhard de Chardin, la imagen lineal y suave que se | |
hacía de la evolución no nos han convencido nunca y, si la | |
noosfera a la que llamaba con toda su esperanza visionaria | |
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FULCANELLI | |
ha de realizarse un día, dudamos que sea antes de la | |
formación de los nuevos cielos y la nueva tierra anunciados | |
por San Juan. | |
Pero una noosfera impuesta para explotar su potencia | |
mágica o decuplicar la intuición intelectual de algunos | |
falsos demiurgos está emparentada con la violación de los | |
ángeles que le costó a Sodoma desaparecer bajo el fuego y | |
el azufre. Pues es efectivamente al ángel embrionario que | |
hay en el hombre a quien quieren desviar de su vocación | |
última, a menos que no tengan la jactancia de llegar a ser los | |
únicos hombres verdaderos enviando a los demás a un | |
callejón sin salida, simples células de una máquina pensante | |
esclavizada. Más grave todavía; si nos aproximamos al | |
brillante y locuaz satélite artificial previsto para la entrada | |
en un falacioso tercer milenio, las divagaciones alentadas en | |
torno al eclipse del 11 de agosto de 1999, parecería que se | |
hubieran fijado una fecha para triunfar, lo que les obliga a | |
intensificar su presión sobre las masas. ¡Pura locura hozar | |
así! Un aprendiz se da cuenta desde sus primeros errores y | |
desde sus primeras decepciones que alejarse de las vías de | |
la naturaleza retrasa la obra cuando no obliga a volver a | |
empezarlo todo desde el principio. Pero el orgullosos ni ve | |
ni oye y por más que la materia le huya permanentemente en | |
su crisol, él continúa hasta que todo se rompe irremediable- | |
mente entre sus manos y, de vuelta, le rompe a él. | |
No iremos más adelante en el comentario de la Tabla | |
esmeraldina. Pues ellos mismos, hagan lo que hagan, no | |
alcanzarán nunca ni siquiera la ilusión de la verdadera | |
fuerza, fuerte de toda fuerza que vencerá toda cosa sutil y | |
penetrará toda cosa sólida a la que el Cosmopolita llama, | |
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LA TABLA DE ESMERALDA | |
muy acertadamente, la Sal de la tierra*. La quintaesencia, | |
en sus aspectos otros que minerales, mora más allá de la | |
espada del kherub. ¡Finis gloriae mundi! En el cuadro de | |
Valdés Leal, las nubes cubren la última luz y sólo se abren | |
por arriba, desvelando la púrpura que reviste la mano divina | |
y sin embargo natural. | |
Recibiendo esta revelación, el alquimista sincero llega- | |
rá sin duda alguna a su fin, y la verdadera Gloria del Mundo | |
reposará sobre él. Sin embargo, la obra posible al hombre, | |
incluso en su plenitud, no manifiesta sino la esperanza de las | |
cosas por venir; como los Magos en el pesebre o Salomón | |
construyendo el Templo tendrá que depositar su verdadero | |
tesoro en el altar invisible de Aquél ante quien toda carne | |
gime de terror en sus extravíos o ignorancia primera, de | |
amorosa Alegría cuando habiendo cumplido su parte de la | |
obra y sin poder determinar de antemano ni el tiempo ni la | |
hora, contemple no ya la apertura de la materia, sino la de los | |
Cielos y la claridad de Su Gloria. ¡ Y qué necio sería quien | |
prefiriese la gloria vana de este mundo al Don divino más | |
luminoso aún que el carbunclo de los sabios! | |
45.Sethon. Las obras del Cosmopolita, traducción por Antoine Du Val, | |
Paris, 1969 (Nota de Fulcanelli). | |
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