text
stringlengths 41
14.2k
| label
class label 46
classes |
---|---|
Allí se fablaba del monte Parnaso
y de la famosa fuente de Gorgón,
y del alto vuelo que fizo Pegaso,
contando por orden toda su razón;
y todo el engaño que fizo Simón
allí se decía, como por ejemplo,
y de las serpientes vinientes al templo,
y cómo se vino el grande Ilión. | 41copla_arte_mayor
|
Después que el rey don Rodrigo
a España perdido había,
íbase desesperado
por donde más le placía.
Métese por las montañas,
las más espesas que había,
porque no le hallen los moros
que en su seguimiento iban.
Topado ha con un pastor
que su ganado traía;
di jóle: ¿Dime, buen hombre,
lo que preguntar quería,
si hay por aquí poblado
o alguna casería
donde pueda descansar,
que gran fatiga traía?
El pastor respondió luego
que en balde la buscaría,
porque en todo aquel desierto
sola una ermita había,
donde estaba un ermitaño
que hacía muy santa vida.
El rey fué alegre de esto
por allí acabar su vida.
Pidió al hombre que le diese
de comer, si algo tenía.
El pastor sacó un zurrón,
,que siempre en él pan traía;
dióle de él y de un tasajo
que acaso allí echado había.
El pan era muy moreno,
al rey muy mal le sabía;
las lágrimas se le salen,
detener no las podía,
acordándose en su tiempo
los manjares que comía.
Después que hubo descansado
por la ermita le pedía
El pastor le enseñó luego
por donde no erraría.
El rey le dio una cadena
y un anillo que traía:
joyas son de gran valer,
que el rey en mucho tenía.
Comenzando a caminar,
ya cerca el sol se ponía,
llegado es a la ermita
que el pastor dicho le había.
Él, dando gracias a Dios,
luego a rezar se metía;
después que hubo rezado,
para el ermitaño se iba;
hombre es de autoridad,
que bien se le parecía
Preguntóle el ermitaño
cómo allí fué su venida.
El rey, los ojos llorosos,
aquesto le respondía:
El desdichado Rodrigo
yo soy, que rey ser solía;
vengo a hacer penitencia
contigo en tu compañía;
no recibas pesadumbre,
por Dios y Santa María.
El ermitaño se espanta.
Por consolallo decía:
Vos, cierto, habéis elegido
camino cual convenía
para vuestra salvación,
que Dios os perdonaría.
| 1romance
|
Amor loco, ¡ay amor loco!,
yo por vos, y vos por otro. | 3couplet
|
Sobre una rama
seca, dos piernas giran
aura del sauce. | 8haiku
|
Y si algún vapor separa
de vos la cuestión que toco
avisad vos más un poco,
en esta arte fonda cara
que mi seso aquí compara
invenciones intricadas
metáforas tan delgadas
a otras gruesas tan infladas
por figuras trasformadas
que Dios le muestra y depara.
| 25décima_antigua
|
HAY una casa hidalga
A un lado del camino,
Y en el balcón de piedra
Que decora la hiedra,
Ladra un perro cansino.
¡Ladra a la caravana
Que va por el camino! | 20septilla
|
allí, donde el sepulcro que se cierra
abre una eternidad....
¡todo cuanto los dos hemos callado
lo tenemos que hablar! | 21silva_arromanzada
|
Abra el limbo orejas, abra,
Dios eterno, que no dudo
que rompa el silencio mudo
desta noche, tu palabra.
No carabela, no zabra
traerá el aviso, que es mucho;
laúd sí, donde ya escucho
zalemas de serafines. | 4octava
|
Aquella voluntad honesta y pura,
ilustre y hermosísima María,
que en mí de celebrar tu hermosura,
tu ingenio y tu valor estar solía.
a despecho y pesar de la ventura
que por otro camino me desvía,
está y estará en mi tanto clavada,
cuando del cuerpo el alma acompañada. | 2octava_real
|
Eran los días del apuro
y alboroto pa el hembraje,
pa preparar los potajes
y obsequiar bien a la gente,
y ansí, pues, muy grandemente,
pasaba siempre el gauchage. | 12sextilla
|
Tienes tanto atractivo
tanta hermosura
que para no quererle
no hallo disculpa | 22seguidilla
|
Tañía una campana
en el azul cristal
de la santa mañana. | 10tercetillo
|
Sentado, a la alta palma no perdona
su dulce fruto mi robusta mano;
en pie, sombra capaz es mi persona
de innumerables cabras el verano.
¿Qué mucho, si de nubes se corona
por igualarme la montaña en vano,
y en los cielos, desde esta roca, puedo
escribir mis desdichas con el dedo? | 2octava_real
|
Verás cómo le prestan las florestas
sus sombras, y sus cantos los pastores,
el mal sus lutos y el placer sus fiestas, | 33terceto
|
Si alguna vez no hubieses existido,
si el calor de tus muslos no me hubiese
buscado como un látigo preciso
y mis ambigüedades electivas
—los días más oscuros de mí mismo—
no te hubiesen tenido como saldo
de afirmación o excusa,
es posible
que este volver a casa en soledad
y demasiado pronto,
me recordase ahora un poco menos
al joven que apostaba por el mundo,
con el mundo a su espalda. | 35unknown
|
Pero si tú, Zela mía,
a tu Alí no eres infiel,
las ancas de mi corcel
y mi alfanje y mi gumía;
mis joyas y pedrería
y el corazón que te he dado;
mi valor nunca domado
y otras prendas que no digo,
listos están: ven conmigo
del desierto al otro lado. | 13espinela
|
Non pude haber conclusión
aunque los vi ser placientes
de me tornar responsión
con graciosos continentes,
por gran multitud de gentes
que entraron en la montaña:
ya tan hermosa compaña
no vieron hombres vivientes. | 15octavilla
|
En mi embeleso
tengo el alma florida
como un cerezo | 8haiku
|
Con firmeza judicial
usías pues la regia vara
y sin pasión
castigando siempre igual
aunque sea de Guevara
al ladrón. | 31estrofa_manriqueña
|
Por doquiera donde vaya,
el recuerdo irá conmigo,
Del corazón de Masaya,
Tan hidalgo y tan amigo. | 5cuarteta
|
Traía en su mano diestra
un venablo de montero,
un alano á la siniestra
muy fermoso e más ligero;
e bien como cavallero
animoso o de coraje,
venía por el buscaje
siguiendo el vestiglo fiero. | 15octavilla
|
Y luego a las subidas
cavernas de la piedra nos iremos,
que están bien escondidas,
y allí nos entraremos,
y el mosto de granadas gustaremos. | 14lira
|
vosotras, que, enojadas,
a la sed de los surcos y sembrados
la bebida negáis, o ya abrasadas
dais en ceniza el pasto a los ganados,
y si miráis benignas y clementes,
el cielo es labrador para las gentes; | 45sexteto_lira
|
ésta llegó desde la popa a proa
cubierta de poetas, mercancía
de quien hay saca en Calicut y en Goa. | 33terceto
|
Cual de oro era el cabello ensortijado
y en mil varias lazadas dividido,
y cuanto en más figuras esparcido
tanto de más centellas ilustrado; | 24cuarteto
|
Los ojos que me mataban,
decí, dorados cabellos,
¿qué culpa tuve en creellos
pues ellos me aseguraban?
¿No visteis vos que algún día
mil lágrimas derramaba,
hasta que yo le juraba
que sus palabras creía? | 28copla_castellana
|
Hoy de los diputados
canta el afecto,
que me dicen que es grande
el caballero,
y digo
que también el de Pinto.
¡Pues vaya,
vaya de mojiganga!
¡Por vida
de quien algo nos diga! | 16chamberga
|
A su paso estremecidas
Oscilan allá en las sombras
Las lámparas suspendidas,
Dibujando en las alfombras
Sombras y luz confundidas. | 29quintilla
|
Vosotros que allende el mar
Vivís en dulce reposo,
Con riquezas
Y que podéis disipar,
Y señorío glorioso
Y grandezas; | 31estrofa_manriqueña
|
Florecerá rosa aquella
que quiso ser margarita,
crecerá en agua bendita
y despertará al amor
que tú dejaste olvidado;
entre menta y manzanilla
ya vertidas en la orilla
del manantial del dulzor. | 15octavilla
|
Del Júpiter soy hijo, de las ondas,
aunque pastor; si tu desdén no espera
a que el monarca de esas grutas hondas,
en trono de cristal te abrace nuera,
Polifemo te llama, no te escondas;
que tanto esposo admira la ribera
cual otro no vio Febo, más robusto,
del perezoso Volga al Indo adusto. | 2octava_real
|
Como sois lucero
del alma mía,
al traer el día
nacéis primero;
pastor y cordero
sin choza y lana,
¿dónde vais que hace frío
tan de mañana? | 4octava
|
Mi alma se ha empleado,
y todo mi caudal, en su servicio;
ya no guardo ganado,
ni yo tengo otro oficio,
que ya sólo en amar es mi ejercicio. | 14lira
|
Allí arderán en tal lumbre,
En fuego tan infernal,
Cuanto a Dios fue pesadumbre
Bajar a la podredumbre
De su pecho criminal. | 29quintilla
|
Tan penada por vos vengo.
Tan vencida de deseo,
tan llena de lo que veo,
que ante mis ojos os tengo,
y de gozo no lo creo;
gran ventura fue la vuestra,
gran dicha será la nuestra,
oh señora prima, en quien
Dios para fin de gran bien
tan gran maravilla muestra. | 6copla_real
|
¿Quén procrea más renombre?
El hombre.
¿Y quien imita su icono?
El mono.
¿Qué adoctrina su animismo?
Lo mismo.
Es tan mutuo el eretismo
que uno y otro se proclaman
y gritan lo que reclaman:
hombre y mono… ¿No es lo mismo? | 0ovillejo
|
En hombros por tu orilla.
Torre del Oro.
En tu azulejo brilla
sangre de toro. | 22seguidilla
|
Con la guitarra en la mano
ni las moscas se me arriman,
naides me pone el pie encima,
y cuando el pecho se entona,
hago gemir a la prima
y llorar a la bordona. | 12sextilla
|
K e r i m a en su magnífico aposento
Entre confusos pensamientos vaga :
Y a amor su c o r a z ó n ensefiorca,
Y ella aun lo ignora, aunque en amor se abrasa.
L a fiesta popular, l a augusta boda,
Los banquetes, las músicas, las danzas.
E l concurso, y los lances del torneo,
Todo en su mente revolando pasa ;
Mas siempre en ella, entre el tropel confuso
De recuerdos sin fin, mira á M u d a r r a ,
Que es el blanco de todas sus ideas,
Que es el anhelo solo de su alma.
Y a l a anciana nodriza de sus brazos.
De su frente y b l a n q u í s i m a garganta.
Besando c a r i ñ o s a sus mejillas,
Las espléndidas joyas le desata ;
Y al v e r l a tan suspensaj se sonríe,
Y con malicia, de su edad no e s t r a ñ a,
" A y , K e r i m a ! " le dice, ^ ¿ de las fiestas
" V u e l v e s tan pensativa y tan t u r b a d a ? " . ..
" Hija de m i c a r i ñ o ! — q u é te aflige?...,
Tu tierno c o r a z ó n conmigo ensancha.
¿ H a s por ventura visto á otra doncella
Mas ricas joyas ó mejores galas?
a s beldad no es posible, pues t ú eres
L a rosa de oro y el c i p r é s de plata
Del imperio andaluz. . . . Y en l a riqueza,
E n perlas y almaizares ¿ q u i é n te iguala ? " . . .
" N o respondes?.... De fiestas y torneos,
Y de banquetes p ú b l i c o s se saca....
Cansancio.... nada m a s — E n otros tiempos
Mayor recogimiento se estilaba."
" C u a n d o Alhaken, cuando A l h a k e n vivía.
Una i l u s t r e doncella no pisaba
Jamas l a c a l l e . . . . siempre en sus j a r d i n e s—
Siempre.... mas todo en este mundo cambia17 —
" Matar infieles era e l solo empleo
De nuestros buenos padres... s í . . . ¡Mal haya
Quien i n v e n t ó las justas y festines,
Las m ú s i c a s , los versos y las zambras!"
L a inocente K e r i m a con zozobra
Oye de su nodriza las palabras,
Y tiembla silenciosa, rezelando
Que encubre mal lo que en su pecho guarda.
E n un b a ñ o de pórfido recuesta
E l cuerpo hermoso, y olorosas aguas,
De regalado temple, refrigerio
Dan á sus blancas formas delicadas.
Y a sus oscuras prolongadas trenzas
Deshacen con p r i m o r diestras esclavas,
Y las recogen en lijera toca,
Y en aceite de rosa las empapan.
E n femenil curiosidad ardiendo
Todas, la ostigan con preguntas varias,
¥ quieren que les cuente de la boda
Hasta las mas p e q u e ñ a s circunstancias
Y los varios colores y divisas;
Quién lucio en l a corrida de las cañas,
Y con q u i é n ha danzado, y cuáles fueron
Las mas vistosas y elegantes galas.
E l l a responde á todo, y nombra á todos
Los que en aquellas fiestas se encontraran
Pero por que su rostro no l a venda,
E v i t a siempre el nombre de Mudarra.
Queda sola en su lecho, y l a dulzura
Del sueño bienhechor inquieta aguarda :
A y ! sus enamorados pensamientos
De sus ojos lo ahuyentan y separan.
" Quién este j o v e n es?—Deudo, no hay duda,
D e l insigne Almanzor.—Mas ¿ q u é palabras
De tósigo mortal entre los labios
De mi padre e s c u c h é ? , . . . Por q u é su saña?
Expósito infeliz!!!... huérfano infame!!!..,.
No lo dijo por é l . . . . Su ilustre alma
B r i l l a en su faz, su estirpe generosa
E n su disposición noble y g a l l a r d a ."
" Y ¿á q u i é n , á q u i é n el venturoso joven
" L a prenda que g a n ó , cielos! consagra?
Así dice entre sí, y acerbo llanto
De sus ojos b e l l í s i m o s derrama.
Infeliz! infeliz!..,, su tierno pecho
Apenas siente del amor la llama,
Y la h o r r i b l e ponzoña de los zelos
Ejercita ya en él su ardiente rabia.
¡ Cómo se ofusca, c u á n t o desvaría
Una i m a g i n a c i ó n acalorada!
¡ Y c u á n t o el noble pecho de K e r i ma
Aplaudiera el intento de Mudarra!
Pues luego que t e n d i ó tranquila noche
Su manto oscuro por l a t i e r r a opaca,
A l rayo hermoso de naciente luna,
Que entre celajes plácidos se alzaba,
Dirigió el j ó v e n con plausible anhelo
A l sacro bosque la piadosa planta,
Donde la sepultura de Zahira
Entre cipreses l ú g u b r e s estaba;
Y de un lauro lozano que sobre ella,
Cual r ú s t i c o dosel, frondosas ramas
Estendía, con l á g r i m a s los ojos,
Colgó el a n i l lo y enlazó la banda.
| 18romance_arte_mayor
|
¡Ay!, para siempre, dijo, la ufanía.
¡Pasó ya de la hermosa juventud,
la música del alma y melodía,
los sueños de entusiasmo y de virtud...!
Pasaron, ¡ay!, las horas de alegría.
Y abre su seno hambriento el ataúd,
y único porvenir, sola esperanza.
La muerte, a pasos de gigante avanza. | 2octava_real
|
Por la leche que mamé,
me da vergüenza er mirarte,
y a ti te dará también. | 30soleá
|
Despacito y buena letra:
el hacer las cosas bien
importa más que el hacerlas. | 30soleá
|
Como yo que siempre quedo
Tan contento de que quiera
tan ufano,
Que si me diera su dedo,
Nunca yo el villano hiciera
Con la mano. | 31estrofa_manriqueña
|
Rayo de metal crispado
fulgentemente caído,
picotea mi costado
y hace en él un triste nido. | 5cuarteta
|
Entró la noche, y del olvido en brazos
caí, cual piedra, en su profundo seno.
Dormí, y al despertar exclamé: «¡Alguno
que yo quería ha muerto!» | 21silva_arromanzada
|
Quién dijo miedo? ¡Lo tengo!,
mantengo.
Aunque osadía me sobra
cual cobra
para aunar rimas y versos
conversos.
Mas no puedo hacer diversos
juegos con tantas estrofas,
que me salen alcachofas.
Mantengo: cobra con versos. | 0ovillejo
|
Á la Virgen del Cármen
Quiero y adoro;
'Porque saca las almas
Del purgatorio. | 22seguidilla
|
Suena de presto su ronca bocina,
incitadora de bélica saña:
con ella retruena la brava montaña,
su gélido suelo con ella rechina.
Grida la gente feroz y malina:
¡Oh Lucifer, Lucifer, no receles!
Presto verás la venganza que sueles
ver de los tales si no determina
Dios otra cosa con estos fieles... | 38novena
|
¿Qué se hizo el Rey Don Juan?
Los Infantes de Aragón
¿qué se hicieron?
¿Qué fue de tanto galán,
qué fue de tanta invención
que trajeron?
¿Fueron sino devaneos,
qué fueron sino verduras
de las eras,
las justas y los torneos,
paramentos, bordaduras
y cimeras?
| 31estrofa_manriqueña
|
Y el papá dice enojado:
«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo y lo robado
vas ahora a devolver». | 5cuarteta
|
¿Quién zanjará mi dolor?
¡Amor!
Aquel instante sagrado:
¡Ansiado!
Cuando tu abrazo yo evoco:
¡Sofoco!
Si en mis sueños te convoco
todo mi ser se estremece
y por mi piel enardece
amor, ansiado sofoco. | 0ovillejo
|
Con manjares en defensa,
Despensa
El niño corre que vuela,
Escuela
Es el más dichoso bar,
Hogar
El pueblo debe pensar
y la ciencia que no engaña
que no le falte a España·
Despensa, Escuela y Hogar. | 0ovillejo
|
A luz abierta, toda,
alejado de mí para mirarnos,
para mirarte hundida y encerrada
con tus propios sentidos,
hasta que abres los ojos
llenos de solitaria claridad,
y está la habitación, conmigo, atenta,
y en tus ojos comprendes
que nos gusta mirarte como a un río,
un desmayado atardecer,
un paisaje infinito. | 35unknown
|
Ciñe los olmos la amororsa yedra;
Zéfiro mueve con su aliento el mirto;
Pálida ninfa sobre el césped blando
Sola palpita. | 36estrofa_sáfica
|
Vino un día, y otro día,
y vino un mes, y otro mes,
y año tras año venía;
el segundo concluía,
y pasaron hasta tres. | 29quintilla
|
Y desque vido el venado
e los canes que feria,
soltó muy apresurado
al alano que traía:
y con muy gran osadía
bravamente lo firió;
así que luego cayó
con la muerte que sentía. | 15octavilla
|
Mia que güenas partías:
ando pidiendo limosna
pa tenerte mantenía. | 30soleá
|
Los astrólogos, creo, predicen realmente
pero Dios, que creó natura y accidente
puede mudar el rumbo y obrar distintamente;
según la fe católica, yo de esto soy creyente. | 9cuaderna_vía
|
Muestra en su rostro alterado
que lo agita la impaciencia;
y espera, con la vehemencia
de su pecho apasionado;
en los pliegues embozado
de su rico traje moro,
bajo un alto sicomoro
aguarda a su bien querido,
que llega, lanza un gemido,
y da treguas a su lloro. | 13espinela
|
a otros roba el claro
día, y el corazón, el aguacero;
ofrecen al avaro
Neptuno su dinero;
otro nadando huye el morir fiero. | 14lira
|
La cual, visto este madero,
y alcanzada su excelencia,
por divina inteligencia,
adorándolo primero,
le hizo gran reverencia;
y después que visitó
al muy gran rey Salomón,
de su tierra le escribió
de este misterio que vio
muy cumplida relación. | 6copla_real
|
De este gozo gozará
Quien nació bajo la estrella,
Que ella es él,
Ya veis, pues, si vivirá,
Quien será para ser de ella,
Y el de él. | 31estrofa_manriqueña
|
Ni estoy bien ni mal conmigo;
mas dice mi entendimiento
que un hombre que todo es alma
está cautivo en su cuerpo. | 11cantar
|
En tu vida, de nadie
dádivas tomes,
y con eso te excusas
de obligaciones. | 22seguidilla
|
Yo siento ahora que en mi ser se agita
grandiosa inspiración, cual fuego hirviente
que se resuelve en el profundo seno
de combusto volcán, y rudamente
a las rocas conmueve. Se levanta
y se eleva mi ardiente fantasía
en alas de lo ideal y mi voz canta. | 44septeto
|
No fuiste tú engendrada
ni producida de la dura tierra;
no debe ser notada
que ingratamente yerra
quien todo el otro error de sí destierra. | 14lira
|
El mundo cabe
en diecisiete sílabas:
tú en esta choza. | 8haiku
|
Si tuvieres dinero tendrás consolación,
placeres y alegría y del Papa ración,
comprarás el Paraíso, ganarás la salvación:
donde hay mucho dinero hay mucha bendición. | 9cuaderna_vía
|
Sentado al borde de la cama
recordando cada segundo vivido contigo
me lleno de recuerdos y a Dios le pido
que me alcance la vida
para decirte todo lo que siento,
nada me llena más
que el tiempo que tú me das.
Tantos momentos
que nadie podrá borrar,
recuerdo tus besos
que saben a dulce miel de azahar.
Sin tu amor nada soy
y si vuelvo a nacer,
a Dios le pido que me alcance la vida
para volverte a amar.
Abraza mi cuerpo y así
amarraditos cúbreme de besos
dime que me quieres y destroza mi cuerpo
con las alas de tu amor,
si es junto a ti
no me importa morir.
Que no se apague el fuego
que me amarren junto a ti,
no hay nadie que sepa amarme
como lo haces tú.
Castígame con el azahar de tus besos,
agarra mi pelo, destroza mi cuerpo
con las alas de tu amor
y así al borde de mi cama sigo
recordando cada segundo pasado junto a ¡ti! | 35unknown
|
Alábanse los buenos, y se ofenden
los malos con su voz, y destos tales
unos la adoran, otros no la entienden. | 33terceto
|
Rapa con tino y singular donaire
y así se gana la comuña negra,
y mientras rapa su trabajo alegra
cantando sus trabajos al desgaire. | 24cuarteto
|
De mí, loco infortunado,
por amores tan tardío,
que soy vuestro más que mío,
¿Cuál diré que soy quedado?
No fue tan desconsolado
Troilo, cuando se partió
de aquella que tanto amó,
como yo ni tan penado.
| 40copla_arte_menor
|
Sumergida en profunda melancolía
como estrella en las brumas de la alborada,
gemirá para siempre, su voz decía
por todos los senderos tu alma cansada,
sumergida en profunda melancolía. | 32quinteto
|
D'aqueyos quereles
no quió yo acordarme
porque me yora mi corasonsiyo
gotitas e sangre. | 26seguidilla_gitana
|
Más vale prometerte poco ahora,
y algo después cumplirte, lector mío,
no empiece yo con voz atronadora,
y luego acabe desmayado y frío;
no una altiva columna vencedora
que jamás rinda con su planta, impío
el tiempo destructor, alzar intento;
yo con pasar mi tiempo me contento. | 2octava_real
|
Es su severo canto el negro abismo;
Ojos que lloran; luces que se apagan;
El rojizo fulgor de los relámpagos;
El beso ardiente; la mujer soñada;
Gritos; lamentos; ángeles caídos;
Fieras que rugen; sierpes que se arrastran;
Las legiones de espíritus celestes
De nívea faz y diamantinas alas;
El mundo del dolor y las tinieblas:
Un inmenso raudal de sangre y lágrimas,
Y la soberbia vox atronadora
Del implacable Dios de la venganza | 18romance_arte_mayor
|
Lavaba larga en lloro
al que su torpe mal lavando estaba;
limpiaba con el oro,
que la cabeza ornaba,
a su limpieza, y paz a su paz daba. | 14lira
|
Das descanso, das reposo,
no por dar contentamiento,
mas porque esté el sufrimiento,
algunos tiempos ocioso.
Ved qué invenciones de amor,
darme contento en presencia,
porque no tenga en ausencia
reparo contra el dolor. | 28copla_castellana
|
Ciego nieto de la espuma,
par, par, par,
monstro con escama y pluma,
par, par, par,
nadad pez, o volad pato,
par, par, par,
que en estas redes que trato
el pato habéis de pagar. | 4octava
|
Viento y quejas burlando,
huye; sean ahora
término de su fuga tus riberas,
que si un acento blando
de cítara sonora
enfrenó ríos y desarmó fieras,
tú, ya cítara hecho,
firmeza al pie le da, piedad al pecho | 4octava
|
Vi la Circe tan cruel que me persigue,
de las hojas y flor de mi esperanza,
antes de tiempo y sin razón cortadas,
hacer encantos duros. | 37estrofa_francisco_de_la_torre
|
A Hero Leandro adoraba,
y, por verla, enamorado
el Helesponto cruzaba
todas las noches a nado. | 5cuarteta
|
fray JUAN BAPTISTA CAPATAZ se llama:
descalzo y pobre, pero bien vestido
con el adorno que le da la fama. | 33terceto
|
¿Para qué quieres bienes
si no lo gastas?
Mira que hay muchos pobres
que los aguardan:
abre tus cofres,
y no guardes serpientes
que te devoren. | 27seguidilla_compuesta
|
Aquel que tiene amores, por muy feo que sea
y lo mismo su dama, adorada aunque fea,
el uno como el otro no hay cosa que vea
que tan bien le parezca ni que tanto desea. | 9cuaderna_vía
|
sobre el polo y el trópico la Paz; y el orbe gira
en un ritmo uniforme por una propia lira: | 3couplet
|
Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida. | 5cuarteta
|
¡Oh ya seguro puerto
de mi tan luego error! ¡oh deseado
para reparo cierto
del grave mal pasado!
¡reposo dulce, alegre, reposado!; | 14lira
|
Entre las ramas del que más se lava
en el arroyo, mirto levantado,
carcaj de cristal hizo, si no aljaba,
su blanco pecho, de un arpón dorado.
El monstro de rigor, la fiera brava,
mira la ofrenda ya con más cuidado,
y aun siente que a su dueño sea, devoto,
confuso alcaide más, el verde soto. | 2octava_real
|
A la que vive a su antojo
y de más dama muy cruda
se condena
le dais con un suave enojo
tal fraterna que sin duda
es ya buena. | 31estrofa_manriqueña
|
¡Una mujer!, en el templado rayo
de la mágica luna se colora,
del sol poniente al lánguido desmayo,
lejos entre las nubes se evapora.
Sobre las cumbres que florece el mayo,
brilla fugaz al despuntar la aurora,
cruza tal vez por entre el bosque umbrío,
juega en las aguas del sereno río. | 2octava_real
|
Allí se tocaba del gentil Narciso,
allí de Medusa, allí de Perseo,
allí maltrataban la fija de Niso,
allí memoraban la lucha de Anteo,
allí de la muerte del niño Androgeo,
allí de Pasife el testo y la glosa,
allí recitaban la saña rabiosa
y la conmovida ira de Penteo. | 41copla_arte_mayor
|
Estos, poseyendo las grandes Españas
con muchas regiones que son al poniente,
del fin de la tierra hasta las montañas
que parten los galos de la nuestra gente;
el curso celeste, que de continente
hace y deshace, abaja y prospera,
bien como adversario, con vuelta ligera,
hirió sus poderes con plaga nuciente. | 41copla_arte_mayor
|
Tiempo es, el caballero,
tiempo es de andar de aquí,
que ni puedo andar en pie,
ni al emperador servir,
que me crece la barriga
y se me acorta el vestir;
vergüenza he de mis doncellas,
las que me dan el vestir,
míranse unas a otras,
no hacen sino reír;
vergüenza he de mis caballeros,
los que sirven ante mí.
Lloradlo, dijo, señora,
que así hizo mi madre a mí,
hijo soy de un labrador,
mi madre y yo pan vendí.
La infanta desque esto oyera,
comenzóse a maldecir:
¡Maldita sea la doncella
que se deja seducir!
No os maldigáis vos, señora,
no os queráis maldecir,
que hijo soy del rey de Francia,
mi madre es doña Beatriz;
cien castillos tengo en Francia,
señora, para os guarir,
cien doncellas me los guardan,
señora, para os servir. | 1romance
|
En el doloroso entierro
de aquel justo ajusticiado
que por culpas, y no suyas
quiso morir en un palo.
Las campanas clamorean
en los sensibles peñascos
que es bien que las peñas
hablen en tan lastimoso caso.
Viste el sol bayeta negra
y la luna mongil basto
capuces la tierra y cielo
que son del muerto criados.
La noche colgó de luto
las paredes del Calvario
y el templo pesar mostró
sus vestiduras rasgando
Las hachas son amarillas
que los celestiales astros
como vieron su luz muerta
amarillas se trocaron.
De la Caridad vinieron
a enterrarle dos hermanos
y los de la Vera-Cruz
con algunos del Traspaso.
Angustias y soledades
al entierro acompañaron.
Mas no vino la clemencia
que de doce convidados
uno sólo se halla en él
que era del difunto amado.
Para amortajar el cuerpo
dio un piadoso cortesano
de limosna una mortaja
de su licencia un retrato.
Hizo la madre el aceite
de sus ojos lastimados
derramando agua bendita
el Pater Noster rezando.
Con olorosos ungüentos
ungen el cuerpo llagado
de los vasos de sus ojos
miel amarga destilando.
Llevan al difunto Dios
en los dolorosos brazos
con lamentables suspiros
tristes lágrimas llorando.
Llévanlo al sepulcro ajeno
y fue pensamiento sabio
pues para sólo tres días
bastó un sepulcro prestado.
Abrió el sepulcro la boca
y recibió a Dios temblando
que aún las piedras si comulgan
han de temblar comulgando.
Alma ven a las acequias
de Jesús, tu enamorado,
que yace por tus amores
muerto, libre y desangrado.
Mira sin luz a la luz sin vida,
al que te la ha dado,
condenan al salvador
por salvar al condenado.
Mira por ti a Jesús muerto
y que muerto y enclavado
te dice: Oye esposa mía
que aunque me han muerto, te amo.
Ved aquestos rojos pies
y aquellas sangrientas manos
mira este rostro escupido
y este cabello arrancado,
mira aquesta boca herida
y aqueste cuerpo azotado
y esta cabeza sangrienta
y este pecho alanceado.
Entraré en esas heridas
más hoy que sangre han brotado
esta señal, alma mía,
que eres tú quien se la ha dado.
Yo te perdono mi muerte,
como llores tus pecados
que estoy para perdonar
aunque muerto, no cansado.
Cesen ya las sinrazones
como baste lo pasado
que se facen de tus hierros
otra lanza y otro clavo.
Acaban ya con mi muerte
tus culpas y mis agravios
porque es ofender a un muerto
los corazones villanos.
De tus culpas y mis llagas
los dos quedaremos sanos
si derramares sobre ellas
mirra de dolor amargo.
Alma mía, mis heridas
cura con bálsamo santo
y las tuyas que tú hiciste
las podrás curar llorando.
En el plato de tus ojos
he de mojar de tu llanto
y podrás decir que, aún muerto
puedo dar vida a este plato.
Tú amanece como debes
y viviremos entrambos
tú enterrándote conmigo
y yo en ti resucitando. | 1romance
|
El dirá que yo lo soy,
pero con falso argumento,
que humildad y necedad
no caben en un sujeto. | 11cantar
|
Ay comienzan sus desgracias,
ay principia el pericón;
porque ya no hay salvación,
y que usté quiera o no quiera,
lo mandan a la frontera
o lo echan a un batallón. | 12sextilla
|
Los ojos entreabre, aquellos ojos
tan claros como el día;
y la tierra y el cielo, cuanto abarcan,
arde con nueva luz en sus pupilas. | 23cuarteto_lira
|
¿Cuántas veces te dio seguro el cielo?
¿Cuántas se te ha reído la fortuna
y a la necesidad del punto crudo
te volvieron la cara? | 37estrofa_francisco_de_la_torre
|
Qué puedo hacer
si mi pecho cansado
perdió su ritmo | 8haiku
|