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46 classes
Sol de la tarde, que ponías el reflejo De tu lumbre lejana, como un reir de viejo, En la torre de aquella casa, nido de hidalgos, Con aroma de mosto en el zaguán y galgos Atados en la puerta: La casa que fué mía, De donde peregrino y pobre, salí un día.
39sexteto
El último y el primero: rincón para el sol más grande, sepultura de esta vida donde tus ojos no caben.
11cantar
Escapa, mi ave, que los espantapájaros son, vivos, hombres.
8haiku
Mas no cabe presunción en toda vuestra morada; que aunque os veis ya declarada de tan alta condición, no sois por eso mudada. Si os alteran los favores de los divinos amores, por la respuesta parece, la mi ánima engrandece al señor de los señores.
6copla_real
Que mucho hayas llamado lo dificulto pues pobre porfiado saca mendrugo; y si te cansas, de conseguirlo pierdes las esperanzas.
27seguidilla_compuesta
En lo alto del cielo suenan clarines, coronando a María los serafines
22seguidilla
Ah Mingo Revulgo, Mingo, Ah Mingo Revulgo, ahao ¿qué eso de tu sayo de blao? ¿no le vistes en domingo? ¿Qué es de tu jabón bermejo? ¿por qué tras tal sobrecejo? Andas esta madrugada la cabeza desgreñada ¿no te llotras de buen rejo?
38novena
Y se cierra, como la sensitiva, si la llega a tocar la mano viva.
3couplet
Por las calle en cuesta, por los arcos, por la libre baranda el heliotropo de la voz va enredando su caliente melancolía.
36estrofa_sáfica
No pienses, poeta, que ciertas señales y sueños diversos no me demostraron los daños futuros y vinientes males de la real casa según que pasaron; que las tristes voces del búho sonaron por todas las torres de nuestra morada, do fue vista Iris, deesa indignada, de quien perecieron los que la miraron.
41copla_arte_mayor
Los placeres y dulzores de esta vida trabajada que tenemos, no son sino corredores, y la muerte, la celada en que caemos: No mirando a nuestro daño, corremos a rienda suelta sin parar; des que vemos el engaño y queremos dar la vuelta, no hay lugar.
31estrofa_manriqueña
Cantando estaba una vez en una gran diversión; y aprovechó la ocasión como quiso el Juez de Paz... se presentó, y ahí no más hizo una arriada en montón.
12sextilla
Si me quitas la vida, tú te lo pierdes porque quedas entonces sin alfileres; porque el morirme puede que me acomode por verme libre.
27seguidilla_compuesta
Clama en su auxilio al cielo y pronto lo consuela, siendo, en carro de luces, Elias arrebatado de la tierra.
17endecha_real
Mas no pudiendo ya más sustenerse, en tierra con dolor cae, y se queja; de allí, cuanto el mirar puede extenderse, mira el airado Amor que se le aleja. Desesperada al fin, deja caerse de un gran río, el cual salva la deja de la otra parte. Allí, mientra recela, el dios Pan con palabras la consuela.
4octava
Todo es abstracto, la esperma: eclipses de fuego lento enseña el último aliento para que la sombra duerma. Hay quietud, el llanto merma tras los minutos, florece el olvido, se humedece de dolor en cada paso. La tierra le da un abrazo a lo que le pertenece.
13espinela
Aurelio Alejandro fue en disciplina y rigor de la guerra; un Constantino en la fe, Camilo en el gran amor de su tierra.
12sextilla
Todo eran apariciones, raros acontecimientos, secretas conversaciones, todo ruidos y visiones y diabólicos portentos.
29quintilla
¿Qué importa, si con el manto están haciendo caireles y mostrando por canceles eso que encarecen tanto?
19redondilla
Estos chopos del río, que acompañan con el sonido de sus hojas secas el son del agua cuando el viento sopla, tienen en sus cortezas grabadas iniciales que son nombres de enamorados, cifras que son fechas. ¡Alamos del amor que ayer tuvisteis de ruiseñores vuestras ramas llenas; álamos que seréis mañana liras del viento perfumado en primavera; álamos del amor cerca del agua que corre y pasa y sueña, álamos de las márgenes del Duero, conmigo váis, mi corazón os lleva!
21silva_arromanzada
Me detuve en la senda, Y respire el ingenuo Aire de la leyenda.
10tercetillo
Yo hice el mundo en mi lengua castellana y aprendí el nombre exacto de las cosas —madre, tierra, silencio, hermano y compañía—, supe entonces que sólo las palabras eran de cuanto existe la medida. El mundo se hizo en mí a fuerza de palabras y el verbo transformado en realidades fue de pronto madera, canción y sentimiento. Nada quedaba fuera de los nombres, las plantas se nombraban una a una, los pájaros, el fruto de los árboles, el nombre conseguido de los nombres. Supe entonces que todo era ya mío, que nada se escapaba a la palabra, era entonces mi mundo de luz y de esperanza.
35unknown
la sombra de una haya estava el moro Galvar mirando el castillo fuerte do vio Morïana estar. El yelmo tiene quitado por poder mejor mirar, de rienda tiene el caballo, que no lo quiere soltar, con la mano en la mejilla no cesando de llorar; cuando con solloços tristes, entre llanto y sospirar, començo el moro quejando desta manera a hablar: Morïana, Morïana, principio y fin de mi mal, ¿cómo es posible, señora, no doler te mi penar? Ay lastimera memoria! ¡Ay rabioso recordar! ¿Qué's de los sabrosos días? ¿Qué's del dulce conversar? ¿Qué s de los blandos regalos con que me solías tratar, cuando en aquel mi castillo un tiempo te vi yo estar; cuando por entretenerme comigo solias jugar, cuando ganaba perdiendo, porque'ra el perder ganar, cuando meresçía ganando tus bellas manos besar? Si esto no fue amor, señora, ¿cómo se podrá llamar? si fue amor, Moriana, ¿cómo se pudo olvidar? ¿Cómo se mudó tan presto tanto bien en tanto mal? Quien tal alta suerte pierde, ¿qué le queda en que'sperar? Quien vive sin sperança, mejor le es de'sperar. Cuando aquesto dijo el moro con angustia y gran pesar, puesto el yelmo en su cabeça, apriesa fue a cabalgar, buscando medio en la muerte, que otro no tiene su mal.
1romance
Sobre el arena sentada de aquel río, la vi yo, do con el dedo escribió: "Antes muerta que mudada". ¡Mira el amor lo que ordena, que os viene a hacer creer cosas dichas por mujer, y escritas en el arena!
28copla_castellana
Días ha que me prendiste y sabéis que yo soy vuestro; días ha que yo os demuestro la llaga que vos me hiciste. Desde aquel día tan triste, cuando primero yo os vi, días ha que me vos di, ya sea que lo encubriste.
40copla_arte_menor
Si tú haces que oya debajo desta hiedra mis lágrimas, que siguen tu armonía, octavo muro a Troya renacer piedra a piedra hará tu son de su ceniza fría, que es más posible caso convocar piedras que enfrenalle el paso.
4octava
Dichosos los que baña el Miño, los que el mar monstruoso cierra, dende la fiel montaña hasta el fin de la tierra, los que desprecia de Eume la alta sierra.
14lira
¿Me das, pues, tu asentimiento? Consiento. ¿Complácesme de ese modo? En todo. Pues te velaré hasta el día. Sí, Mejía. Páguete el cielo, Ana mía, satisfacción tan entera. Por que me juzgues sincera consiento en todo, Mejía.
0ovillejo
estando conmigo a solas me viene un antojo loco de burlar con causa un poco de las trovas españolas al presente; de aquellas principalmente muy altas, encarecidas, excellentes y polidas, que mucho estima la gente.
38novena
Vuelvo la vista, a MANTÜANO veo, que tiene al gran VELASCO por mecenas, y ha sido acertadísimo su empleo;
33terceto
Almas cándidas, Santos Inocentes que aumentáis de los ángeles el coro: al que llamó a los niños a su lado rogadle por nosotros.
21silva_arromanzada
¡Que hube yo de ser agora destas monjas sacristán! Enloquecido me han. Pues ¡es que el son empeora!
19redondilla
Al ocioso y muy amigo de vivir sin trabajarlo si lo hallás no se le tarda el castigo bien que sea el castigarlo por demás.
31estrofa_manriqueña
Libre la frente que al casco rehúsa, casi desnuda en la gloria del día, alza su tirso de rosas la Musa bajo el gran sol de la eterna armonía.
7serventesio
También quiero deseoso saber de vuestra excelencia, por eso tened paciencia, pues tenéis, Señora, esposo, si venís con su licencia; que no la debió dar él, siendo sabio y tan fiel, para ir sola una doncella; y ya que vengáis con ella, ¿cómo viniste sin él?
6copla_real
Busca a tu complementario que marcha siempre contigo y suele ser tu contrario.
10tercetillo
¡Y qué jugadas se armaban cuando estábamos riunidos! Siempre íbamos prevenidos pues en tales ocasiones, a ayudarles a los piones caiban muchos comedidos.
12sextilla
Un clima de oro maduraba apenas las diurnas longitudes de su cuerpo llenándolo de frutas extendidas y oculto fuego.
36estrofa_sáfica
Muy grande fué mi favor, grande mi prosperidad; a sola mi voluntad reconoscí por señor; en mis brazos se acostaron esperanzas, y no vanas; tiempo fué y horas ufanas las que mi vida gozaron.
28copla_castellana
Regalo y amor mío, a quien más quiero, si muriéramos ambos juntamente, poco dolor tuviera, pues ausente no estaría de vos, como ya espero.
24cuarteto
Me embriagan las mujeres de otoño.Tienen flores mustias bajo su brazos, y son como la tarde...; estrellas tristes abren sus ojos en amores, cual un fuego rosado que arde y que no arde...
7serventesio
No cura si la fama canta con voz su nombre pregonera, ni cura si encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera.
14lira
Sobre la terraza, junto a los ramajes, diríase un trémolo de liras eolias, cuando acariciaban los sedosos trajes sobre el tallo erguidas las blancas magnolias.
7serventesio
Las dádivas desmedidas, los edificios reales llenos de oro, las vajillas tan fabridas, los enriques y reales del tesoro; los jaeces, los caballos de sus gentes y atavíos tan sobrados, ¿dónde iremos a buscallos? ¿qué fueron sino rocíos de los prados?
31estrofa_manriqueña
Cuando estuvo ya de vuelta de los parques del Señor, se miraba toda envuelta en un dulce resplandor.
5cuarteta
Las crueles hermanas, envidiosas de tal prosperidad, sin reposarse, habiendo con maneras cautelosas pensado cómo a Psique han de mostrarse, volviendo a verla, entre mil otras cosas, le aconsejan que quiera asigurarse matando al invisible y fiero esposo, el cual es un dragón muy venenoso.
4octava
Está la perra Justilla que viste tan denodada, muerta, flaca, trasijada, juro a diez que habrás mancilla: con su fuerza y corazón cometíe al bravo leon y mataba el lobo viejo: hora un triste de un conejo te la mete en un rincón.
38novena
¿Entre qué manos, dime, duerme la noche, la música en la brisa, mi amor en dónde?
22seguidilla
Puede esplicarse el ansia, la locura con que el amor sus fuegos alimenta, puede el dolor, la pena mas violenta exhalar por el labio su amargura.
24cuarteto
Han querido enturbiarnos la memoria —rastrojo y cuenta nueva— desteñir nuestra sangre con el color azul de las infamias nuestra sangre encarnada y rebelde y bravía como un vaso de vino con regusto de madre con sabor de madera con la dulce añoranza del trujal y la lluvia.
35unknown
Es el campo undulado, y los caminos ya ocultan los viajeros que cabalgan en pardos borriquillos, ya al fondo de la tarde arrebolada elevan las plebeyas figurillas que el lienzo de oro del ocaso manchan. Mas si trepáis á un cerro y véis el campo desde los picos donde habita el águila, son tornasoles de carmín y acero, llanos plomizos, lomas plateadas, circuidos por montes de violeta, con las cumbres de nieve sonrosada.
35unknown
Fortuna no discrepante a sabia naturaleza, tales dos vuestro semblante fabricaron sin pereza: De su perfeta belleza, Con voluntad muy sincera, Venus os hizo heredera, y Palas, de su destreza.
40copla_arte_menor
Desbordadamente sorda la leche alumbra tus huesos. Y la casa se desborda con ella, el hijo y los besos.
5cuarteta
¡Mística oración! ¡Dulce posesión! ¡Tetragrámaton!
10tercetillo
Delio a las rejas de Elisa Le canta en noche serena Sus amores. Raya la luna, y la brisa Al pasar plácida suena Por las flores.
31estrofa_manriqueña
Lo que esta mi trova reza no fue, señora, escusado, pues sirve de haber mostrado a do llega mi simpleza. Ya no dejará de ser invención de alguna cosa, pues os será nueva glosa de mi poquito saber.
28copla_castellana
Almanzor, que benigno y despojado Dal aparato y gravedad, andaba Acalorando entre el gozoso pueblo E l general contento, cerca pasa. E n tan triste actitud j u n to á aquel tronco Descubre acaso al Huérfano^ se para, Y se acerca j y asiéndole la mano. Cariñoso le dice estas palabras : ¿ Q u é es esto, c a p i t á n de los donceles?., F l o r de l a j u v e n t u d , ¿ p o r q u é no b a i l a s ? Ven, yo te b u s c a r é tal c o m p a ñ e r a, Que no te pese, y que me des las gracias. Y al t r a v é s de confusa muchedumbre, Sin esperar respuesta, le arrebata A un r i s u e ñ o verjel, donde reunido Lo mas i l u s t r e de l a corte estaba. Allí K e r i m a con Giafar su padre E n asiento de m á r m o l descansaba, Y el mancebo Zeir t a m b i é n con ella. Que en aquel punto de danzar acaban. Y dícele Almanzor : e< B e l l a K e r i m a, De las nobles doncellas capitana, Con este c a p i t á n de los donceles Debes l u c i r t u gentileza y gracia, Sal, y baila con é l , que mas gallardo "Compañero es difícil que encontraras. Giafar en Almanzor y en aquel joven Ojos que anuncian l a sorpresa, clava : Los suyos honestísimos al suelo La modesta K e r i m a humilde baja, Y de Zeir en el semblante b r i l l an Confusa t u r b a c i ó n , oculta saña. Sonriese Almanzor, y persistiendo E n que mire K e r i m a al joven grata, Ase del brazo á l a g e n t i l doncella, Y con u n suave impulso l a levanta. Los Amires é ilustres caballeros, Y las matronas y las nobles damas E n rededor se agolpan, deseosos De ver una pareja tan galana. Pocos conocen al g a r z ó n gallardo. Que á sí ha llamado toda l a jornada L a a t e n c i ón general; y l a pregunta De quién es? sin respuesta en torno vaga ; Pues los que le conocen, no ignorando Su origen y el favor del Hagib, callan : Solo Giafar á pronunciar se atreve, Un expósito v i l , aunque en voz baja. Pero Almanzor confúndele al momenlo, Mirándole con ojos como brasas, Y diciendo en voz alta y firme á todos : " No hay mas que preguntar; este CSMUDARHA." Tal era el nombre pues de aquel mancebo Que ya los ojos del concurso encanta, Viéndole al lado ilustre de K e r i m a, Diosa de l a belleza y de la gracia. Pronto al son de los suaves instrumentos Los tiernos brazos con modestia enlazan, Y al compás de los c r ó t a l o s sonoros Airosos mueven la lijera planta. Almanzor, que embebido los contempla, Dice á Giafar : Q u é copia tan gallarda! Parece que el destino venturoso Para unirlos por siempre, los f o r m a r a . T e m b l ó el feroz Giafar, desconcertado Del Hagib Almanzor á las palabras, Como quien ve á sus pies horrenda sima Del s ú b i t o r e l á m p a g o á la llama ; Mas del Hagib temiendo el p o d e r í o. Se esfuerza en ocultar su pasmo y rabia, Y aumenta el odio que al gallardo joven Tiene hace tiempo, sin saber la causa. Cuan disllntos afectos entretanto En la gentil pareja dominaban ! A K e r i m a un afán desconocido Le agita el pecho, 1c conmueve el alma : Y el H u é r f a n o , al asir la mano hermosa, De cerca al contemplar belleza tanta, Y al enlazar con t r é m u l o s brazos E l talle peregrino; se abrasaba. E l compás de la música perdieron, Se encontraron sus ojos veces varias, Amor encadencS sus corazones, Sonó alto aplauso, concluyó l a danza, Y recibiendo elogios lisonjeros, Con grande t u r b a c i ó n ambos se apartan : Volvió K e r i m a al lado de su padre, Y al lado de Almanzor volvió Mudar r a. Seis dias prosiguieron los convites, Bailes, festejos, músicas y zambras, Seis dias que pasaron tan veloces Gomo los de placeres siempre pasan. Durante todos ellos de K e r i ma E i Expósito ilustre al lado estaba, Y ambos nutrieron en sus almas puras De una ciega pasión la ardiente llama.
18romance_arte_mayor
A dó iré triste, que alegre me halle, pues tantos peligros me tienen en medio, que llore, que ría, que grite, que calle, ni tengo, niquiero, ni espero remedio. No quiero que quiere, ni quiero querer, pues tanto me quierer tan rabiosa plaga, ni ser yo vencido, ni quiero vencer, ni quiero pesar, ni quiero placer, ni sé que me diga, ni sé que me haga.
38novena
Triste cosa es el sueño que llanto nos arranca; mas tengo en mi tristeza una alegría... ¡Sé que aún me quedan lágrimas!
21silva_arromanzada
Los bienes son males, los males son bienes... Las mis alegrías, ¡cómo se me han vuelto fatigas de muerte!
26seguidilla_gitana
El hombre está entregado al sueño, de su suerte no cuidando; y, con paso callado, el cielo, vueltas dando, las horas del vivir le va hurtando.
14lira
A pasar fatigas estoy ya tan hecho que las alegrías se me vuelven penas dentro de mi pecho.
26seguidilla_gitana
Anda y que te den un tiro... con pórbora e mis ojos y balas e mis suspiros.
30soleá
El alcázar en que mora la bella ninfa oriental, es alcázar sin igual por lo mucho que atesora; y cuando el cielo colora el sol claro en mil reflejos, se ven brillar desde lejos en los muros, incrustados, los arabescos dorados y bruñidos como espejos.
13espinela
Las visiones acabaron, y olvidadas las consejas, los mozos las despreciaron, las muchachas se casaron, y se murieron las viejas.
29quintilla
El nuevo soberano de Castilla, Fernán-González de glorioso nombre, A gozar de aquel dia delicioso. Tregua del crudo invierno, por los bosques Y llanuras que Salas señorea, Corriendo galgos y volando azores, Con sus pajes andaba y ballesteros, Y con lo mas granado de su corte. Rui-Velázquez también le acompañaba ; Pues aunque ni el favor ni gracias goze De su nuevo señor, aun el gobierno Conserva del Estado ; porqué á un hombre, Que con tan gran poder por tantos años Rigió las riendas de él, en el desorden De aquellos tiempos, peligroso fuera Intentar arrancárselas de un golpe. Gozaba pues del campo los placeres, Y de abundante caza el nuevo conde. Por aquellos contornos 5 cuando el eco Con que los huecos y agitados bronces Tocaban á rebato resonantes De la iglesia de Sálas en la torre. Escuchó con sorpresa. Luego al punto Los fugitivos pálidos que al monte. Se refugiaban, dieronle la nueva De que los sarracenos invasores Atacaban la villa. Con desprecio La recibió al principio : por entonces Reinaba paz, y la frontera estaba Lejos, y defendida de agrios montes Erizados de nieve. Pero llegan Mas y mas fugitivos, que conformes La noticia repiten, y la afirman Los lejanos lamentos y clamores. Que ensordecen la atmósfera, mezclados De las campanas con los recios sones. Se enardeció del gran Fernán-González La sangre juvenil y el pecbo noble, Al pensar que tan cerca de sí tiene Al enemigo del cristiano nombre ; Y de su alto valor arrebatado, Valor que en aquel siglo fué del orbe Admiración, y que en el nuestro aun vive. En fama duradera mas que el bronce; Quiere á Salas volar. A los monteros Y los pajes reuniendo, se dispone. Sin mas armas que solo su venablo, A embestir con los moros invasores. Velázquez y los otros caballeros De edad madura y de experiencia, acordes Tan ciego ardor prudentes desaprueban ; A su gallarda decisión se oponen. Hasta tener noticias mas exactas; Consiguen contenerlo, y á galope Un escudero diligente envían. Que llegue á Sálas, y que lengua tome. Quedó entre tanto, á su pesar, el fuego De su alma noble conteniendo el conde, Como el lebrel gallardo en la trailla. Cuando ve al jabalí cruzar el monte. Pronto cesó el clamor de las campanas, Y el estruendo lejano; por el bosque No se vieron cruzar mas fugitivos, Y todo indicio de terror calmóse. Quién que la alarma fué falsa, presume ; Quién teme que los moros invasores Dueños son de la villa....todos ansian Que el escudero explorador retorne. Al cabo de gran rato, á toda rienda Le ven llegar, y en su reedor se ponen j Y él refirió, que veinte sarracenos El rebato causaron y el desórden Mas que luego se supo que venían De paz, y con amigas intenciones, A ver á Gústios, al señor de Lara, Y que con él y con algunos nobles Quedaban en su alcázar encerrados. Calló, suspenso con la nueva, el conde, Y de curiosidad extraña llena Su comitiva se mostró. Cubrióse La frente de Velázquez de una nube, Ardió un rayo infernal en sus traidores Ojos, y con voz ronca y fiero orgullo Así á Fernán-González dirigióse : Ya lo escucháis, señor : mirád ahora Si eran tan infundadas las razones Por que me, opuse á la bondad incauta Con que á Gústios sacasteis de la torre," Que debiera haber sido su sepulcro. Porqué conozco el corazón del hombre, Y que el de ese infeliz es la guarida De la loca ambición y las traiciones;" ''Que le dejaseis aherrojado quise, Como deben estar tigres feroces. Vos despreciasteis mi experiencia vedle Apénas libre, aunqué tan viejo y torpe, L a trama antigua renovar. Miradle Por los infieles, del cristiano nombre Constantes enemigos, visitado; Y ya tal vez el pérfido dispone" " Y traza de Castilla el exterminio, "Cual lo trazó ayudado de traidores, " Cuando sin esta espada y este brazo " E l trono vuestro no existiera."—El conde, Que con frente ceñuda le escuchara, Con amarga sonrisa respondióle : "Tal vez será inocente la visita " Que hacen los sarracenos á ese pobre" " Y ciego anciano : á consolarle puede " Que ya amigos, ya viejos servidores, " Que allá en Córdoba tuvo, vengan solo : "Sospechas no son pruebas." Asustóse Velázquez, ya coloso á quien flaquea Por el cimiento la cuadrada mole En que la planta estriba, y encubriendo Su turbación, contexta : " S e conoce" " Que os ciega la bondad por Gústios Lara; Que la experiencia os falta, y que sois jóven. ¿Inocente juzgáis esta consulta De los moros con él?....Exploradores, Satélites infames son sin duda "Del infame Almanzor."—EscandecicSse El señor de Castilla, así escuchando Dar de infame á Almanzor el sobrenombre. Admiraba á aquel héroe sarraceno, Aunque infiel y enemigo, allá en su noble Pecho de ser rival de sus hazañas Nutriendo la ambición; y así responde A Velázquez : " S i acaso son espías, " Si enemigos cubiertos y traidores " Esos moros, que á Salas han venido, " A fe de caballero y por mi nombre" " T e juro, que serán esclavos viles "De tu amigo Giafar, no servidores "Del glorioso Almanzor."—Desconcertado Velázquez mas y mas, su faz cubrióse De amarillez siniestra; pero al punto Con labio balbuciente replicóle : " De Giafar ó Almanzor, solo paganos, " De Castilla enemigos á esos hombres" " Contemplo-, y como á tales, anatema Sobre ellos, sus parciales y fautores Debe al punto caer. Señor, permite Que vaya, y por mí mismo me cerciore De sus intentos, sorprendiendo á Lara, Mientras eon ellos conferencia acorde; Y dejad á mis afios y experiencia El que según las circunstancias obre," " Como al bien de la fe, y al del Estado, " Y al de vuestra persona mas importe."— Dijo, y sin esperar respuesta alguna, A partir para Salas se dispone; Pero Fernán González le detiene, Diciendo : Iré con vos;" y da la orden A cuantos le circundan, de seguirle. Poniendo al punto su caballo á trote. Todos le obedecieron silenciosos Cruza la cabalgada por el bosque, Y Velázquez confuso, despechado En pos de su señor, y mudo corre, Cual demonio que atado á los conjuros De un mago bienhechor, tras él veloce Va, á su pesar, á deshacer la trama, De que se prometió daños enormes.
18romance_arte_mayor
¿No te bastan los rayos de tus ojos, de tu mejilla la purpúrea rosa, la planta breve, la cintura airosa, ni el suave encanto de tus labios rojos?
24cuarteto
Lástima causen a tu pecho, ¡oh niño! las voces mías, mis dolientes voces. ¡Ay! si conoces el dolor que causas, ¡lástima ténme!
36estrofa_sáfica
Lo mismo que un olivo con una encina, me juntaré contigo, morena mía. ¡ Mayo de olor, me mueven en tus aires vientos de amor!
27seguidilla_compuesta
que fulge y huele a vida, con el vino que guardaste en los odres de las pieles caminadas, translúcidas y suaves, embriágalos con vino puro y claro, úngelos en lo alto de la noche: la Memoria embalsama nuestros cuerpos.
39sexteto
El sudor mi rostro quema, Y en ardiente sangre rojos Brillan inciertos mis ojos, Se me salta el corazón. Huye, mujer; te detesto, Siento tu mano en la mía, Y tu mano siento fría, Y tus besos hielos son.
15octavilla
esplendente claridad de brillo santo y fecundo que derrama sobre el mundo fe, esperanza y caridad; celeste felicidad, creación gigante que asombra; Dios, que el diablo no le nombra sin una oraión bendita; la luz, la gloria infinita; y... de repente, la sombra.
13espinela
citarista, dulce hija del Archipoeta rubio, si al brazo de mi instrumento le solicitas el pulso,
11cantar
Allí va el dios en celo tras la hembra, y la caña de Pan se alza del lodo; la eterna vida sus semillas siembra, y brota la armonía del gran Todo.
7serventesio
Voz que incesante con el mismo tono canta el mismo cantar; gota de agua monótona que cae, y cae sin cesar.
21silva_arromanzada
El niño de María No tiene cuna; Su padre es carpintero, Y le hará una.
22seguidilla
Ya de los temores cesaba el combate al ánimo aflicto, y yo reposaba segura y tan quieta; de ningún rebate ni otro infortunio ya me demoraba. Y como la lumbre fatal se acostaba, levánteme leda con mi compañía, y por la floresta hicimos la vía del real palacio donde yo habitaba.
41copla_arte_mayor
De tan probados enemigos tuyos ni esperes bien, ni temas lo distinto; que aquella fortaleza de tu pecho ha de amansar tu daño,
37estrofa_francisco_de_la_torre
«Y pues vos, claro varón, tanta sangre derramasteis de paganos, esperad el galardón que en este mundo ganasteis por las manos; y con esta confianza, y con la fe tan entera que tenéis, partid con buena esperanza, que esta otra vida tercera ganaréis.»
31estrofa_manriqueña
Brinca la rana a su bello estanque, brinca contenta.
8haiku
y sentadas en damasco, piden con grande mesura el cofre de la hermosura, que abierto puede dar asco
19redondilla
Y más consoladora y más halagadora y expresiva, la otra fue más sensitiva cual no pensé encontrar jamás.
7serventesio
A este escuadrón tan santo, Compañía guerrera de Jesús, acomete del abismo la envidia más sangrienta.
17endecha_real
En esto, otro milagro, otro estupendo prodigio se descubre en la marina, que en pocos versos declarar pretendo.
33terceto
El eco de un suspiro que conozco, formado de un aliento que he bebido, perfume de una flor, que oculta crece en un claustro sombrío.
21silva_arromanzada
Parece como las flores en el tiempo del estío, a quien fallece rocío y fatigan las calores: perdió todos sus valores, perdiendo vuestra presencia, cuya imagen y prudencia vence buenas y mejores.
40copla_arte_menor
Escribió sus hazañas oh gran Teresa que si tu pecho es julio tu mano es César: Doctora, fue esta divina monja, y muchas hay que serlo presuman, más ellas, solo son bachilleras.
16chamberga
Yo vi de Macrobio, de Guido y Valerio escritos los sueños que algunos soñaron, los cuales denotan insigne misterio, según los efectos que de sí mostraron; oían atentos los que se admiraron y de tales casos hicieron mención, ca no será menos la mi narración, mediante las musas, que a ellos guiaron.
41copla_arte_mayor
Levantándose el griego, tendió la palma llana y volviose a sentar, tranquila su alma sana; levantose el bellaco con fantasía vana, mostró el puño cerrado, de pelea con gana.
9cuaderna_vía
Nace el arroyo, culebra Que entre flores se desata, Y, apenas, sierpe de plata. Entre las flores se quiebra, Cuando, músico, celebra De las flores la piedad, Que le da la majestad Del campo abierto á su huida: ¿Y, teniendo yo mas vida, Tengo menos libertad?
13espinela
Me acuso de no amar sino muy vagamente una porción de cosas que encantan a la gente
3couplet
¡Digno presente por cierto se deja a la amarga vida! ¡Abandonar un desierto y darle a la despedida la fea prenda de un muerto!
29quintilla
Después la noche del dolor de la estrella que fue fugaz
8haiku
y la musa de Bécquer del ensueño es esclava bajo un celeste palio de luz escandinava.
3couplet
¿Con qué luz a Dios veré? Con luz de fe. ¿Quién me dará confianza? La esperanza. ¿Quién me asegura favor? El amor. Entraré ya sin temor a gozar el bien perfeto, pues sólo Dios es objeto de fe, esperanza y amor
0ovillejo
Pues ni opulencia, ni haces consulares Lanzan del pecho la aflicción penosa, Ni las inquietas cuitas que revuelan Por los techos dorados.
37estrofa_francisco_de_la_torre
De amor por su Reina ciega, Brihuega. No hay nombre que mejor cuadre, Madre. Pues la perla que atesora adora. El día de la Señora la más solemne función por la tarde en procesión Brihuega a su madre adora.
0ovillejo
El aire se embalsama con aromas de heno, Y los surcos abiertos esperan el centeno, Y en el húmedo fondo de los verdes herbales, Pacen vacas bermejas, entre niños zagales, Cuando en la santidad azul de la mañana, Canta húmeda de aurora la campana aldeana.
39sexteto
Un paleto en la corte preguntó a un tuno ¿Qué cosa son los celos, que no hallo uno? Y dijo el majo: ya de esas frioleras nadie hace caso.
27seguidilla_compuesta
Adondequiera que la vista clavo, torno a ver tus pupilas llamear; mas no te encuentro a ti; que es tu mirada: unos ojos, los tuyos, nada más.
21silva_arromanzada