text
stringlengths
3
649k
el honor fue rápidamente concedido y el partió haciendose aún más interesante en medio de una intensa lluvia
su belleza varonil y más que común gracia se hicieron instantáneamente tema de generalizada admiración y las risas a costa de marianne que despertó su galantería recibieron particular estímulo de sus atractivos externos
marianne misma había visto menos de su apariencia que el resto porque la confusión que enrojeció su rostro cuando el la levantó le había impedido mirarlo despues de que entraron en la casa
pero había visto lo suficiente de el para sumarse a la admiración de las demás y lo hizo con esa energía que siempre adornaba sus elogios
en apariencia y aire era exacto a lo que su fantasía había siempre atribuido al heroe de sus relatos favoritos y el haberla cargado a casa con tan poca formalidad previa revelaba una rapidez de pensamiento que en forma muy especial despertaba en ella un ánimo favorable a el
todas las circunstancias que le eran propias lo hacían interesante
tenía un buen nombre su residencia estaba en el villorrio que preferían por sobre los demás y muy luego marianne descubrió que de todas las vestimentas masculinas la más sentadora era una chaqueta de caza
bullía su imaginación sus reflexiones eran gratas y el dolor de un tobillo torcido perdió toda importancia
esa mañana sir john acudió a visitarlas tan pronto como el siguiente lapso de buen tiempo le permitió salir de casa
tras relatarle el accidente de marianne le preguntaron ansiosamente si conocía en allenham a un caballero de nombre willoughby
willoughby exclamó sir john
es que el está acá pero que buenas noticias cabalgare hasta su casa mañana para invitarlo a cenar el jueves
usted lo conoce entonces preguntó la señora dashwood
conocerlo por supuesto que sí
pero si viene todos los años
y que clase de joven es
le aseguro que una persona tan buena como el que más
un tirador bastante decente y no hay jinete más audaz en toda inglaterra
y eso es todo lo que puede decir de el exclamó marianne indignada
pero cómo son sus modales cuando se lo conoce de manera más íntima cuáles son sus ocupaciones sus talentos cómo es su espíritu
sir john estaba algo confundido
por mi vida dijo no lo conozco tanto como para saber eso
pero es una persona agradable de buen carácter y tiene una perrita pointer de color negro que es lo mejor que he visto
iba con el hoy
pero marianne era tan incapaz de satisfacer su curiosidad respecto al color del perro del señor willoughby como lo era el en cuanto a describir los matices de la mente del joven
pero quien es el preguntó elinor
de dónde viene posee una casa en allenham
sobre este punto podía informarlas más sir john y les dijo que el señor willoughby no tenía propiedades personales en la región que residía allí sólo mientras visitaba a la anciana de allenham court de quien era pariente y cuyos bienes heredaría
y agregó sí sí vale la pena atraparlo le aseguro señorita dashwood es dueño además de una linda propiedad en somersetshire y si yo fuera usted no se lo cedería a mi hermana menor a pesar de todo su dar tumbos cerro abajo
la señorita marianne no puede pretender quedarse con todos los hombres
brandon se pondrá celoso si ella no tiene más cuidado
no creo dijo la señora dashwood con una sonrisa divertida que ninguna de mis hijas vaya a incomodar al señor willoughby con intentos de atraparlo
no es una ocupación para la que hayan sido criadas
los hombres están muy a salvo con nosotras sin importar cuán ricos sean
me alegra saber sin embargo por lo que usted dice que es un joven respetable y alguien cuyo trato no será de despreciar
creo que es una persona tan buena como el que más repitió sir john
recuerdo la última navidad en una pequeña reunión en barton park en que el bailó desde las ocho hasta la cuatro sin sentarse ni una vez
en verdad exclamó marianne brillándole los ojos
y con elegancia con espíritu
sí y estaba otra vez en pie a las ocho listo para salir a cabalgar
eso es lo que me gusta así es como debiera ser un joven
sin importar a que este dedicado su entrega a lo que hace no debe saber de moderaciones ni dejarle ninguna sensación de fatiga
ya ya estoy viendo cómo va a ser dijo sir john ya veo cómo será
usted se propondrá echarle el lazo ahora sin pensar en el pobre brandon
esa es una expresión sir john dijo marianne acaloradamente que me disgusta en especial
aborrezco todas las frases trilladas con las que se intenta demostrar agudeza y echarle el lazo a un hombre o hacer una conquista son las más odiosas de todas
se inclinan a la vulgaridad y mezquindad y si alguna vez pudieron ser consideradas bien construidas hace mucho que el tiempo ha destruido toda su ingeniosidad
sir john no entendió mucho este reproche pero rió con tantas ganas como si lo hubiera hecho y luego replicó
sí sí me atrevo a decir que usted de una manera u otra va a hacer suficientes conquistas
pobre brandon ya está bastante prendado de usted y le aseguro que bien vale la pena echarle el lazo a pesar de todo este andar rodando por el suelo y torciendose los tobillos
el protector de marianne según los terminos en que con más elegancia que precisión ensalzara margaret a willoughby llegó a la casa muy temprano la mañana siguiente para preguntar personalmente por ella
fue recibido por la señora dashwood con algo más que cortesía con una amabilidad que las palabras de sir john y su propia gratitud inspiraban y todo lo que tuvo lugar durante la visita llevó a darle al joven plena seguridad sobre el buen sentido elegancia trato afectuoso y comodidad hogareña de la familia con la cual se había relacionado por un accidente
para convencerse de los encantos personales de que todas hacían gala no había necesitado una segunda entrevista
la señorita dashwood era de tez delicada rasgos regulares y una figura notablemente bonita
marianne era más hermosa aún
su silueta aunque no tan correcta como la de su hermana al tener la ventaja de la altura era más llamativa y su rostro era tan encantador que cuando en los tradicionales panegíricos se la llamaba una niña hermosa se faltaba menos a la verdad de lo que suele ocurrir
su cutis era muy moreno pero su transparencia le daba un extraordinario brillo todas sus facciones eran correctas su sonrisa dulce y atractiva y en sus ojos que eran muy oscuros había una vida un espíritu un afán que difícilmente podían ser contemplados sin placer
al comienzo contuvo ante willoughby la expresividad de su mirada por la turbación que le producía el recuerdo de su ayuda
pero cuando esto pasó cuando recuperó el control de su espíritu cuando vio que a su perfecta educación de caballero el unía la franqueza y vivacidad y sobre todo cuando le escuchó afirmar que era apasionadamente aficionado a la música y al baile le dio tal mirada de aprobación que con ella aseguró que gran parte de sus palabras estuvieran dirigidas a ella durante el resto de su estadía
lo único que se requería para inducirla a hablar era mencionar cualquiera de sus diversiones favoritas
no podía mantenerse en silencio cuando se tocaban esos temas y no era ni tímida ni reservada para discutirlos
rápidamente descubrieron que compartían el gusto por el baile y la música y que ello nacía de una general similitud de juicio en todo lo que concernía a ambas actividades
animada por esto a examinar con mayor detenimiento las opiniones del joven marianne procedió a interrogarlo en tomo al tema de los libros trajo a colación sus autores favoritos hablando de ellos con tal arrobamiento que cualquier joven de veinticinco años tendría que haber sido en verdad insensible para no transformarse en un inmediato converso a la excelencia de tales obras sin importar cuán poco las hubiera tenido en consideración antes
sus gustos eran extraordinariamente semejantes
ambos idolatraban los mismos libros los mismos pasajes o si aparecía cualquier diferencia o surgía cualquier objeción de parte de el no duraba sino hasta el momento en que la fuerza de los argumentos de la joven o el brillo de sus ojos podían desplegarse
el asentía a todas sus decisiones se contagiaba de su entusiasmo y mucho antes del fin de su visita conversaban con la familiaridad de conocidos de larga data
bien marianne dijo elinor inmediatamente tras su partida creo que para una mañana lo has hecho bastante bien
ya has averiguado la opinión del señor willoughby en casi todas las materias de importancia
estás al tanto de lo que piensa de cowper y scott tienes total certidumbre de que aprecia sus encantos tal como debe hacerse y has recibido todas las seguridades necesarias respecto de que no admira a pope más allá de lo adecuado
pero cómo podrás continuar tu relación con el tras despachar de manera tan extraordinaria todos los posibles temas de conversación pronto habrán agotado todos los tópicos preferidos
otro encuentro bastará para que el explique sus sentimientos sobre la belleza pintoresca y los segundos matrimonios y entonces ya no tendrás nada más que preguntar
estás siendo justa estás siendo equitativa es que mis ideas son tan escasas pero entiendo lo que dices
me he sentido demasiado cómoda demasiado feliz he estado demasiado franca
he faltado a todos los lugares comunes relativos al decoro
he sido abierta y sincera allí donde debí ser reservada opaca desganada y falsa
si sólo hubiera conversado del clima y de los caminos y si sólo hubiera hablado una vez en diez minutos me habría salvado de este reproche
querida mía dijo su madre no debes sentirte ofendida por elinor ella sólo bromeaba
yo misma la regañaría si la creyera capaz de desear poner freno al placer de tu conversación con nuestro nuevo amigo
marianne se apaciguó en un instante
willoughby por su parte dio tantas pruebas del placer que le producía la relación con ellas como su evidente deseo de profundizarla podía ofrecer
al comienzo su excusa fue preguntar por marianne pero la alentadora forma en que era recibido que día a día crecía en gentileza hizo innecesaria tal excusa antes de que la perfecta recuperación de marianne dejara de hacerla posible
debió quedarse confinada a la casa durante algunos días pero nunca encierro alguno había sido menos molesto
willoughby era un joven de grandes habilidades imaginación rápida espíritu vivaz y modales francos y afectuosos
estaba hecho exactamente para conquistar el corazón de marianne porque a todo esto unía no sólo una apariencia cautivadora sino una mente llena de un natural apasionamiento que ahora despertaba y crecía con el ejemplo del de ella y que lo encomendaba a su afecto más que ninguna otra cosa
poco a poco la compañía de willoughby se transformó en el más exquisito placer de marianne
juntos leían conversaban cantaban los talentos musicales que el mostraba eran considerables y leía con toda la sensibilidad y entusiasmo de que tan lamentablemente había carecido edward
en la opinión de la señora dashwood el joven aparecía tan sin tacha como lo era para marianne y elinor no veía nada en el digno de censura más que una propensión que lo hacía extremadamente parecido a su hermana y que a esta muy en especial deleitaba a decir demasiado lo que pensaba en cada ocasión sin prestar atención ni a personas ni a circunstancias
al formar y dar apresuradamente su opinión sobre otra gente al sacrificar la cortesía general al placer de entregar por completo su atención a aquello que llenaba su corazón y al pasar con demasiada facilidad por sobre las convenciones sociales mostraba un descuido que elinor no podía aprobar a pesar de todo lo que el y marianne dijeran en favor de ello
marianne comenzaba ahora a advertir que la desesperación que se había apoderado de ella a los dieciseis años y medio al pensar que jamás iba a conocer a un hombre que satisficiera sus ideas de perfección había sido apresurada e injustificable
willoughby era todo lo que su imaginación había elaborado en esa desdichada hora y en cada una de sus epocas más felices como capaz de atraerla y en su comportamiento el mostraba que sus deseos en tal aspecto eran tan intensos como numerosos eran sus dones
tambien la señora dashwood en cuya mente la futura riqueza de willoughby no había hecho brotar especulación alguna en torno a un posible matrimonio entre los jóvenes se vio arrastrada antes de terminar la semana a poner en ello sus esperanzas y expectativas y a felicitarse en secreto por haber ganado dos yernos como edward y willoughby
la preferencia del coronel brandon por marianne tan anticipadamente descubierta por sus amigos se hizo por primera vez perceptible a elinor cuando ellos dejaron de advertirla
comenzaron a dirigir su atención e ingenio a su más afortunado rival y las chanzas de que el primero había sido objeto antes de que se despertara en el interes particular alguno dejaron de caer sobre el cuando sus sentimientos realmente comenzaron a ser merecedores de ese ridículo que con tanta justicia se vincula a la sensibilidad
elinor se vio obligada aunque en contra de su voluntad a creer que los sentimientos que para su propia diversión la señora jennings le había atribuido al coronel en verdad los había despertado su hermana y que si una general afinidad entre ambos podía impulsar el afecto del señor willoughby por marianne una igualmente notable oposición de caracteres no era obstáculo al afecto del coronel brandon
veía esto con preocupación pues que esperanzas podía tener un hombre circunspecto de treinta y cinco años frente a un joven lleno de vida de veinticinco y como ni siquiera podía desearlo vencedor con todo el corazón lo deseaba indiferente
le gustaba el coronel a pesar de su gravedad y reserva lo consideraba digno de interes
sus modales aunque serios eran suaves y su reserva parecía más el resultado de una cierta pesadumbre del espíritu que de un temperamento naturalmente sombrío
sir john había dejado caer insinuaciones de pasadas heridas y desilusiones que dieron pie a elinor para creerlo un hombre desdichado y mirarlo con respeto y compasión
quizá lo compadecía y estimaba más por los desaires que recibía de willoughby y marianne quienes prejuiciados en su contra por no ser ni vivaz ni joven parecían decididos a menospreciar sus meritos
brandon es justamente el tipo de persona afirmó willoughby un día en que conversaban sobre el de quien todos hablan bien y que no le importa a nadie a quien todos están dichosos de ver y con quien nadie se acuerda de hablar