EL LIBRO >'^ CIPRIANO -^^SORO dt^ -UEC^fCERO Presented to the LIBR ARIES ofthe UNIVERSITY OF TORONTO from the Library of Jean-Jacques Kean /*- ■■h LIBRO DE SAN CIPRIANO LIBRO COMPLETO DE VERDADERA MAGIA OSEA TESORO DEL HECHICERO ESCRITO EN ANTIGUOS PERGAMINOS HEBREOS. EN- TREGADOS POR LOS ESPÍRITUS AL MONIE ALEMÁN JOÑAS SUFURINO CONTIENE : LA CLAVICULA DE SALOMÓN. INVOCACIONES, PAC- TOS. EXORCISMOS. EL DRAGÓN ROJO Y LA CABRA INFERNAL. LA GALLINA NEGRA, ESCUELA DE SORTI- LEGIOS, EL GRAN GRIMORIO Y EL PACTO DE SAN- GRE, CANDELA MÁGICA PARA DESCUBRIR ENCAN- TAMIENTOS. RECOPILACIÓN DE LA MAGIA CALDEA Y EGIPCIA, FILTROS, ENCANTAMIENTOS. HECHICE- RÍAS Y SORTILEGIOS Nueva Edición Ilustrada BIBLIOTECA CIENCIAS OCULTAS México, D. F. ^^«¿'íTvní'v^^ A LOS FIELES LECTORES Aquí os presento un libro de un valor inestimable, el "Tratado completo de la verdadera Magia", escrito por el monje alemán. Jo- nes Sufurino. Mi afición a este género de trabajos me llevó siempre a rebuscar entre los montones de libros viejos, afanoso de encon- trar algo que fuera poco conocido en esta materia. Después de muchos años de fatigosas investigaciones han resultado premiados mis esfuerzos. El hallazgo del "Tratado completo de verdadera Magia" me llenó de satisfacción inmensa. Lo encontré entre otros de distinta especie, en la pequeña li- brería de un cura de aldea. Estaba escrito en alemán, lengua para, mi completamente ininteligible. Pero, por algunas figuras que se in- tercalaban en el texto, y por algunos nombres propios, salpicados aqui y allá, deduje que el extraño opúsculo trataba de Magia. Di- lo a traducir a un erudito, quien ha llevado a efecto su trabajo con escrupulosidad suma. Leída por mí la traducción, he visto que di- cho librito es en realidad inapreciable. Compuesto por el referido monje alemán fonás Sufurino. bibliotecario del convento del Bro- ken, montaña donde, según antiguas leyendas, los diablos y las brujas celebraban sus aquelarres y danzas macabras, resultó ser un riquísimo tesoro de verdadera Magia. En dicho librito se contiene, en efecto, lo más esencial que suele encontrarse en los de género, como el "Libro de San Cipria" no", "La Clavícula de Salomón", "Invocaciones, pactos y exorcis- mos", "La gallina negra o escuela de sortilegios" , "El Gran Gri- mcrio o el pacto de sangre". Candela mágica para descubrir en- cantamientos". "Recopilación de la magia caldea y egipcia, filtros, encantamientos, hechicerías y sortilegios". Con lo expuesto bastará para comprender que este es un tra- tado de excepcional importancia, y que si se estudia con verdadero interés, podrán aprenderse muchas cosas útiles y provechosas. Sólo me resta recomendar se ponga gran cuidado en la forma y tiempo de hacer los experimentos, para que éstos den el resultado que se desea, pues no debe olvidarse que un pequeño detalle es bas- tante muchas veces, a inutilizar la operación mágica mejor prepa- rada. EL TRADUCTOR. AL MUNDO TODO Yo, Jonás Sufutino, monje del monasterio del Brooken, de-- claro solemnemente, postrado de rodillas ante el firmamento es- trellado, que he tenido tratos con todos los espíritus superiores de la corte infernal. Ellos me han mostrado este libro, escrito en per" gamino inmaculado con hebreos caracteres. Yo expongo al orbe entero que lo que en este libro se contiene es verdad. Yo era un incrédulo, pero la evidencia me sacó de mi error. Aficionado desde niño al estudio de las ciencias, cuando llegué a la edad de hombre no había conocimientos que yo no hu- biese profundizado. Pero en el fondo de todos ellos encontraba el vacío. Mi alma entonces se agitaba, sedienta por descubrir la su- prema verdad secreta. Cuando profesé de monje en el monasterio de Brooken, consecuente con mis aficiones, solicité el cargo de bi- bliotecario, y allí, en su vasta y antiquísima biblioteca, me aislé por completo, pasando los años en los más profundos y misteriosos estudios. Había allí innumerables volúmenes que trataban de las artes mágicas. La simple lectura de algunos de ellos me convenció de que allí se hallaba lo que buscaba. Yo me hacía las siguientes re- flexiones: no hay duda que existen los espíritus buenos y malos, y que están en relación con los hombres. No hay duda tampoco de que estos espíritus pueden aparecérsenos, puesto que al mismo Hijo de Dios se apareció el diablo momentos antes de su muerte: no hay duda que dichos espíritus están dotados de una inteligen- cia soberana, puesto que la misma religión les da el poder de ten- tarnos, de inducirnos al bien o al mal; luego, si por medio de la magia puede el hombre ponerse en relación con estos espíritus, ese hombre logrará alcanzar la suprema sabiduría. Me hacía yo todas estas reflexiones en mi celda solitaria y entre los polvorientos libros de mi biblioteca; pero aún no me ha- bía atrevido a poner en práctica los medios que me condujeran a tal fin. Decidí, pues, ejecutar al cabo mi proyecto. Era una noche del helado invierno. El cielo aparecía negrí- simo, cubierto de enormes nubarrones que por momentos se veían desgarrados por la rojiza luz de los relámpagos. Silbaba horrible' mente el viento entre los pinos de la montaña. La lluvia azotaba los vidrios góticos de las ventanas del monasterio. Yo no tenía miedo. Esperé a que fuera media noche. Cuando todos los monjes se hallaban recogidos en sus celdas, y acaso dormían, dejé yo si- lenciosamente el convento y emprendí la marcha hasta la más alta cima de la montaña. Cuando estuve en lo más alto, me detuve. Los relámpagos cruzaban incesantemente por mi cabeza. Yo persistía en mi propósito de invocar al rey del Averno. El huracán se estre- llaba contra mi cuerpo, y retorcía furiosamente mi hábito monacal. Pero yo firme como una de las rocas que tenia bajo mis pies, ni me amedrentaba, ni vacilaba en mi empresa. Juzgué entonces lle- gado el momento de llamar al diablo. — Si es verdad que existes — grité con voz tonante — . oh, po- deroso genio del Averno, preséntate a mi vista. Y al punto, en medio de un relámpago formidable, se apare- ció el espíritu infernal que había yo invocado. — ¿Qué me quieres, — dijo. — Quiero — le respondí sin inmutarme — entrar en relaciones contigo. — Concedido — repuso — . Vuélvete a tu celda. Allí me ten- drás siempre que desees. Pues sé lo que quieres, te revelaré todos los secretos de este mundo y de los otros. Te entregaré un libro que será como el catecismo de las ciencias secretas, catecismo que sólo podrán comprender los iniciados. .. Y desapareció. Yo torné a mi monasterio. Volví a ver a mi grande y misterioso amigo siempre que me fue necesario. El, en fin, me ha revelado el libro que dejo a la posteridad, como la llave de oro que abre y decifra los supremos arcanos de la vida y de /a naturaleza, completamente ignorados para los seres incrédulos o vulgares. Vale. ¡Monasterio del Brooken. Año de Gracia, 1 00 1. JOÑAS SUFURINO. INTRODUCCIÓN Donde se verá cuál fue el origen y fundamento de este libro Habiendo solicitado de Lucifer el cumplimiento de la promesa que me había hecho invocado entre la tempestad y sobre la cima de la montaña, me entregó un libro escrito en caracteres hebreos sobre pergamino virgen, diciéndome: --^Este libro, escrito en hebreo, es el mismo que poseía el gran Cipriano, y a quien le fue concedido por mí, obligado a ello por virtud de un poderoso talismán que poseía. A él sirvió para ad- quirir los conocimientos de la "verdadera magia" con los c,uales pude tener el dominio sobre los espíritus y las personas. Por su mediación llegó a ser todopoderoso, lo cual lograrás tú también, si meditas y ejecutas cuanto en este libro se contiene. Debo ad- vertir que no se apartará de ti jamás y aun cuando quieras que- marlo o echarlo a un río, volverás a hallarle siempre en el aposen- to que te sirva de dormitorio. Quedé muy admirado oyendo estas palabras, y le pedí satis- faciera mi curiosidad, explicándome la causa de tal prodigio. '-'Es muy sencillo —me dijo—. >Este libro está bañado en la gran laguna de los Dragones Rojos que existe en mis dominios, por lo cual es imposible que ninguno de los elementos del universo pueda destruirle. Sus hojas no pueden ser cortadas ni taladradas. El fuego se apaga a su tacto y el agua no le hace mella. ¿Y cómo me explicáis — /e pregunté^^ que si lo tiro lejos se vuelve a mi aposento. -Sois muy curioso, pero hoy quiero complaceros en todo. Este libro lleva entre sus hojas los signos cabalísticos del Dragón rojo y de la Cabra infernal, o cabra del arte, y por las virtudes mágicas de éstos, se trasladará siempre a vuestro aposento y os acompañará a todas partes, permaneciendo invisible para todos menos para ti y para los que hayan hecho pacto conmigo. Haced con él cuantas pruebas queráis y observaréis grandes maravillas. Dicho esto desapareció. Quedé tan trastornado al oír estas revelaciones, que pasé un gran rato sin darme cuenta de lo ocurrido, hasta que por fin me fijé en el libro que estaba al alcance de mi mano y parecía incitar- me a que lo leyera. Luchando estaba entre el temor y la curiosidad de abrirle, cuando recordé que Lucifer me dijo estaba escrito en hebreo, len- gua no conocida por mí, por lo que ya más tranquilo, levanté la primera hoja, esperando hallar signos que no había de entender. No fue asi, sin embargo, pues con gran admiración pude leer perfectamente lo escrito, con igual facilidad que si leyera un libro en mi idioma. Volví varias hojas y hallé en una de ellas perfecta- mente dibujados un dragón y una cabra en actitud tranquila y co- locada ésta sobre aquél. La cabra tenía trazados sobre sus rodi- llas unos jeroglíficos que decían "Arte". Todo me parecía extraño y sin embargo todo me iba siendo familiar a medida que lo miraba: pero todavía me estaba reservada la mayor de las sorpresas. El dragón y la cabra empezaron a animarse, a mover los ojos, a au- mentar de tamaño y. finalmente, saliendo del libro, se prosterna- ron ante mí diciendo cada uno con voz humana. -^Soy tu siervo, manda y serás obedecido. La voz de la cabra tenía un timbre parecido al balido de la oveja y la del dragón era bronca y gruesa como el mugido del toro. Quedé sobrecogido con lo que presenciaba, pero al contem- plar la actitud humilde de aquellos animales, saqué fuerzas de flaqueza y les dije: —'Nada deseo ahora; pero si quiero que me digáis cómo os he de llamar cuando necesite de vosotros, y qué clase de servicios podéis prestarme. La cabra, tomando la palabra por los dos, me dijo : — Yo me llamo Barbato y éste es Pruslas; estamos bajo la ju- risdicción de Satanachia, nuestro jefe, que es ayudante del gran emperador Lucifer y gran general de sus ejércitos. Nos ha man- dado a tu lado para obedecerte en todo, siempre que lo que nos mandes sea conforme al pacto hecho con nuestro soberano Señor. Constantemente nos tendrás a tu lado y bastará que nombres a uno, para que nos pongamos los dos a tus órdenes. — Está bien — les dije — •, podéis retiraros. No bien hube pronunciado estas palabras, cuando sin saber cómo, desaparecieron de mi vista. Tratando de distraerme de tantas emociones, salí a dar un paseo, y a medida que la reflexión entraba en mi ánimo, me iban pareciendo más naturales los maravillosos acontecimientos que me habían ocurrido. Después, y a medida que m.e fue necesario recurrir a mis sier- vos o a sus jefes superiores, pudimos tratarnos como verdaderos amigos, sin sorpresas ni temores de ningún género. Con objeto de — 9 — estar precavido para las contingencias del porvenir, me propuse sacar una copia del contenido del libro cuya portada dice: "Tratado completo de verdadera magia o tesoro del hechicero". Hay una dedicatoria de la siguiente forma: "Dedicamos este libro al nuevo adepto en las ciencias descono- cidas". Lucifer. Debajo de esta dedicatoria contiene la siguiente nota: "Declaro que este libro me ha mostrado la verdadera sabiduría, logrando con su estudio un dominio absoluto sobre todo lo creado". Cipriano el Mago. Ahora y con objeto de llevar un orden metódico, creemos con- veniente indicar algo sobre la vida de Cipriano el Mago (luego San Cipriano), la cual si bien es ajena por completo a esta obra, no deja de ser interesante y curiosa. — 10 — LA VIDA DE SAN CIPRIANO El santo que se venera con este nombre, fue antes de su con- versión al cristianismo, uno de los magos más famosos que se han conocido. Nacido en Antioquía, entre Siria y Arabia, de padres muy ri- cos y poderosos, venció todas las artes mágicas hasta la edad de 30 años en que se convirtió a la religión de Cristo. Dejó escritos infinidad de libros de hechicería, producto de sus muchos conocimientos y de las propias maravillas que ejecutó en su época de mago, y que causaron la admiración de todas las gentes. Ejercía un poder formidable sobre los espíritus infernales, que le obedecían en todos sus mandatos. Llegó a efectuar sorpren- dentes encantamientos. Tuvo dominio absoluto sobre las personas y los elementos debiéndose su conversión al cristianismo al siguiente raro suceso: Había en Antioquía una doncella cristiana llamada Justina, tan rica como hermosa, hija de Edeso y Cledonia, los cuales la habían educado en su religión, que era la de los gentiles. Justina oyó un día predicar a Frailo, diácono a la sazón de Antioquía, y al escuchar las bellezas ideales de la religión cristiana, se convir- tió a ella, logrando poco después que sus mismos padres se hicie- ran cristianos. Un joven llamado Aglaide, se enamoró de Justina y la solicitó por esposa, lo cual no pudo conseguir, porque ella ya se había ofrecido a Jesucristo. Desesperado Aglaide. recurrió a Cipriano el Mago para que doblegara a aquella mujer que tan rebelde se mostraba a sus de- seos; el cual aplicó, al efecto todos sus hechizos y encantamientos invocando a los espíritus para que le ayudaran en su empresa. Todo, sin embargo, resultaba inútil. Justina resistía toda cla- se de sortilegios, porque se hallaba bajo la intercesión de la Vir- gen y auxiliada por la divina gracia de Jesús, teniendo además en las rayas de la mano derecha el signo de la cruz de San Bartolomé, la cual, por sí sola, tiene poder contra toda clase de maleficios y encantamiento. (1) (1) Los que tengan formada esta cruz en su mano derecha, es- tarán libres de toda clase de maleficios y hechizos. — 11 — Lleno Cipriano de furor, al verse vencido por una tan deli- cada criatura, se levantó contra Lucifer, y le dijo: «—/En qué consiste ¡Oh genio del Averno! que todo mi poder se vea humillado por una tan débil mujer. ¡No puedes ni tampoco con tanto dominio como posees, someterla a mis mandatos! ¿Dime luego, qué talismán o amuleto la protege que le da fuerzas para vencerme a mí y hacer inútiles todos mis sortilegios. Entonces Lucifer, obligado por orden divina, le dijo: '—El Dios de los cristianos es Señor de todo lo creado, y yo, a pesar de todo mi dominio, estoy sujeto a sus mandamientos, no pudiendo atentar contra quien haga uso del signo de la cruz. De esto se vale Justina para evitar mis tentaciones. '—Pues siendo así '—dijo Cipriano—, desde ahora mismo re- niego de ti y me hago discípulo de Cristo. Lo cual hizo, logrando más adelante recibir el martirio y ser contado en el número de los santos. 12 PRIMERA PARTE VIDA DE SAN CIPRIANO O EL TESORO DEL HECHICERO CAPITULO I Conocimientos necesarios para ejercitar las artes mágicas. Aquella persona, varón o hembra, que quiera dedicar su es- píritu a las "Artes Mágicas" deberá poseer una verdadera voca- ción para ello, poniendo toda su voluntad y buena fe en sus ejer- cicios y prácticas. Es muy importante que no se olvide que los es- píritus a quienes invoca en sus pensamientos, y si no se pone a la invocación con todos los sentidos y sin distraer en lo más mínimo su atención del trabajo que ejecuta, en lugar de ser atendida su in- vocación, será castigada en su temeridad por los mismos espíritus a quienes haya molestado o llamado para pactar con ellos. Deberás, asimismo, tener presente, que no pueden hacerse, las invocaciones en sitio en que haya cruces o signos bendecidos. La persona que quiera hacer los experimentos deberá estar com- pletamente sola, a no ser que la acompañe persona iniciada en el arte y que tenga hecho pacto con algún espíritu. El sitio más adecuado para hacer las invocaciones, será siem- pre la cima de una montaña a cuya falda circule un río, procuran- do que en sus contornos no haya otra más elevada. Si esto no pu- diera ser, se buscará un lugar próximo a un río. donde se crucen dos caminos formando cuatro sendas que vayan en opuestas direc- ciones; estas sendas representarán los cuatro puntos cardinales del universo, en cualquiera de los cuales pueda hallarse en aquella hora el espíritu con quien se quiere tratar. Es de absoluta necesi- dad que el río esté muy próximo al punto de la invocación, por ser el agua y el aire los elementos más apropiados a la transmisión del pensamiento, y juegan éstos, en unión de los metales, un gran papel en el ejercicio de las "Artes Mágicas". — 13 — Caso de que, por motivo de salud o por otra cualquiera cau- sa, no fuera posible ejecutar la invocación fuera de casa, será pre- ciso escoger una habitación solitaria, revestida de una tela negra por todas las paredes y techos después de hecho esto, se abrirán las ventanas y se dirá la siguiente oración: "Ya se halla preparado el lugar para los experimentos en él no hay nada bendecido ni signos religiosos; mi alma se halla com- pletamente libre de espíritu divino y dispuesta al pacto con los espíritus del Averno, a los cuales voy a invocar con toda mi vo- luntad, y sin obedecer a mandatos o imposición de nadie". Es necesario que no se sienta temor ninguno en aquella hora ni a la aparición del espíritu, pues si es temeroso se expone a ser atormentado por el espíritu mismo que a su conjuro se aparece. El verdadero "iniciado" ha de ser temerario; por consiguiente, el que tiene temor es que, no ejecutará la invocación con la verdadera fe que Lucifer requiere en los que han de pactar con él, y castiga con un sinúmero de sufrimientos y a veces con la muerte a los osados que quieren hacerle juguete de sus engaños. ( 1 ) Para que las invocaciones tengan verdadera fuerza, será con- veniente poseer algún "talismán" o "amuleto" con los signos ca- balísticos de la clavícula, y hacer el trazado del gran círculo, sin olvidar por esto las advertencias anteriores. En la sección correspondiente a las invocaciones y conjuros se hallará la explicación y modo de ejecutarlas. CAPITULO II De los instrumentos que son necesarios para las artes mágicas Esta es la sección más importante de las ciencias ocultas, pues si los instrumentos no tienen la preparación debida, o no están bien grabados los signos que cada uno requiere, carecerán de las su- ficientes virtudes para los trabajos que con ellos hayan de jecu- tarse. Por esto debe ponerse gran cuidado en su construcción, y después de su conservación y uso. Hecha esta indicación pasare- mos a explicar, por orden correlativo, el nombre y fabricación de cada uno de los instrumentos. CUCHILLO DE MANGO BLANCO.-En el día de Júpi- ter, que es el jueves, y en ocasión de estar la luna llena en el hori- (1) Son infinitos los casos de personas que han quedado mudas, — 14 — INSTRUMENTOS NECESARIOS PARA LAS ARTES MÁGICAS C^^AUL Jt mi»i*±» i¿%*<íc ^ (t^áwJÜín íx«üfc¿>3*e^íi^*í^^i^?iríp*? sordas, ciegas o teniendo otros padecimientos por esta causa, zonte, tomarás un cuchillo de acero nuevo, que no haya sido usado para ningún objeto, y lo meterás en el fuego tres veces. Luego se colocará sobre una disolución de topo y jugo de la planta aromá- tica llamada "Pimpinela" que se tendrá preparada al efecto. Tan- to el topo como la planta han de ser cogidos en tiempo de luna lle- na y en día y hora de jueves, así como igualmente se ha de ma- chacar la planta y sacar la sangre del topo en dicho día y hora de preparar el acero, en ocasión de hallarse la luna sobre el horizonte. AI bañar el acero con la preparación dicha, cortarás con el mismo, un mango de cuerno de macho cabrío, que sea blanco, el cual se habrá preparado poco antes a fin de que posea la virtud necesaria. (Véase en el dibujo la forma del mango y cuchillo). Cuando se haya terminado la operación de colocar el mango, se dirá el siguiente conjuro. "Yo te conjuro y formo, instrumento para que me sirvas en mis trabajos del arte por la virtud e influen- cia del planeta Júpiter en cuya hora estás fabricado; por la virtud de los elementos, piedras preciosas, hierbas, nieves, granizos y vien- tos. Es mi deseo que poseas todas las virtudes preciosas para que yo pueda hacer aquellos trabajos que me propongo con verdadera seguridad. A vosotros invoco en este mi trabajo ¡oh!, espíritus supe- riores, que responderéis a los nombres de Damahu, Lumech, Ga- dal, Pancia, Valoas, Marod, Lamidoch, Ancretán, Mitran, y Ado- nay para que me ayudéis en todos los trabajos que me propongo realizar para poder llegar al conocimiento de las ciencias que vo- sotros poseéis y cuyo "primer paso" doy en esta hora solemne". Hecho esto colocarás el cuchillo en una bolsa larga de seda roja y lo perfumarás con polvos de rosa y de lirio de Florencia, teniéndolo muy guardado para cuando haya de usarse. CUCHILLÓ DE MANGO NEGRO.—El cuchillo de man- go negro debe hacerse el día de Saturno, que es el sábado, siguien- do el mismo procedimiento que para el cuchillo de mango blanco, teniendo en cuenta que en el conjuro deberá decirse "Segundo pa- so" en lugar de primero. El mango ha de ser negro y de cuerno de carnero. La sangre de gato negro con el jugo de la hierba "Pim- pinela". LA ESPADA.— Para hacer este instrumento deberá esco- gerse el día de Marte, que es el martes, durante el reinado de Capricornio, que es desde el 21 de diciem-bre hasta el 21 de enero, que sea en horas de las doce de la noche a las seis de la mañana estando la luna llena sobre el horizonte. Deberá tenerse preparado un topo para sacrificarlo el mismo día y bañar la espada en su sangre, mezclada con el jugo de la hierba "Pimpinela". El mango puede hacerse de hueso o de la madera del ave- — 16 — llano, quitándole en este caso la corteza con el mismo instrumento. En las espadas deberán grabarse las mismas inscripciones que llevan, según quien haya de usarlas, si es iniciado o maestro. EL PUÑAL. — Este instrumento deberá fabricarse en el día de Mercurio, que es el miércoles, tiñéndolo en la sangre de topo y con jugo de "Pimpinela"; se le pondrá mango de cuerno negro de macho cabrío. LANCETA. — Para este instrumento se observarán las mis- mas reglas que para el puñal, sólo que el mango será del mismo acero. AGUJA. — Iguales reglas que para el puñal y la lanceta. EL BASTÓN. — Este instrumento deberá fabricarse de rama de nogal, que no tenga ningún retoño. Debe cortarse en el día del Sol, que es el domingo. Los signos se han de hacer en el día de Mercurio (miércoles) con la pluma del auca macho. Una vez terminado se dirá la siguiente conjuración: "¡Oh poderoso Ado- nay! SupHco tu intercesión para que des a esta vara la virtud y gracia que posees por los siglos de los siglos. Amén". En se- guida lo rociarás con agua clara del río, cogida en día domingo. LA PLUMA DEL AUCA MACHÓ.-^Para adquirir una pluma de esta ave que posea todas las virtudes mágicas, deberás asegurarte bien, al tomar el auca, que ésta sea macho, y que tenga todo su crecimiento. Le sacrificarás en el día de Júpiter, a las doce de la noche, a la luz de la luna llena, y dirás: "Yo te sacrifico ¡oh ave sin par! en esta solemne hora y en honor del poderoso y ex- celso Adonay, al cual pienso dedicar los primeros trabajos que haga y a quien conjuro para que revista tus plumas de los dones mágicos necesarios para que sirvan bien a todos mis experimen- tos". Dicho esto se degollará el ave con un cuchillo que no haya servido para ningún uso, con el cual se han de hacer los cortes que la pluma requiera para cuando haya de usarse. Esta deberá tomar- se del ala derecha del ave, procurando que sea la quinta pluma. VARITA MÁGICA.— Se buscará un avellano silvestre o que no haya sido cultivado por la mano del hombre, se procurará que una de sus ramas tenga la forma que indica el dibujo. Una vez hallado se deberá esperar el día del Sol, o sea el domingo, en el mes de Junio, en días 2 al 30, se tomará el "cuchillo de mango blan- co", y con él en la mano, se deberá estar al pie del avellano, para que en cuanto se presente el Sol en el horizonte, cortar la rama que ha de utilizarse. Acto seguido se dirá: "Yo os conjuro ¡oh gran Adonay, Eloim. Ariel y Jehovam! que me seáis propicios en esta hora concediendo a esta varita que voy a tomar, la fuerza y virtu- des que poseyeron Jacob. Moisés y Josué, Yo vuelvo a suplicfaros ¡oh Adonay, Eloim y Jehovam! la adornéis con la fuerza de — 17 — Sansón, la ciencia de Hiram y la sabiduría de Salomón, para que pueda yo por vuestra intercesión y por las virtudes de que la ador- néis, descubrir tesoros, metales, aguas y cuanto se halla oculto a mis ojos". Después de haber pronunciado con gran fe y ardor estas pa- labras, se levantará la vista a contemplar el Sol y se hará el corte en tres tajos. Una vez en posesión de ella, se llevará a casa, se pondrá ligeramente a la lumbre para mondarle la cabeza o corteza con el mismo cuchillo y luego se sumergirá en agua clara del río diciendo: ¡Oh, vara de virtud rara! vales mucho más que el oro por ti lograré tesoro, y tú siempre serás vara". Se repite tres veces. Se perfumará, guardará cuidadosamente. VARILLA MISTERIOSA.^ Para formar esta varilla, debe- rán ejecutarse las mismas operaciones que para la varita mágica y en la misma época, pero en día jueves: Deberá buscarse en la orilla de un río cuya agua sea cristalina, un junco silvestre, que tenga bastante grueso. Se deberán seguir las mismas ceremonias, teniendo cuidado de decir en la invocación al llegar al punto de de "las virtudes con que la adornéis" vencer todos los contratiem- pos de esta vida y a todos mis enemigos. Esta vara deberá tener sobre cuatro pies de largo. Es preciso tallar en la parte gruesa, una cabeza de serpiente con los ojos abiertos y formar en la otra punta la figura del rabo del mismo animal. Todo esto debe hacerse en el mismo día y con instrumen- tos del arte. Cuando ya se tenga terminada, se deberá degollar un corderillo blanco. Se formará un círculo con la varita juntando las dos puntas, se atará con una cinta blanca y se colocará en un ba- rreño nuevo, en el cual se tendrá cuidado de que caiga la sangre del cordero para que le sirva de bautismo. Durante este acto debe- rá decirse: "Yo te sacrifico, inocente corderillo, en conmemoración del sacrificio que hiceron los israelitas en tiempos de Faraón, para que el ángel exterminador no maltratara las casas cuyas puertas se hallaban bañadas de sangre. Así yo, pido en esta solemne hora del sacrificio, que la sangre que vierto sobre la vara, conceda a ésta el poder de vencer a todos mis enemigos, tanto corporales co- mo espirituales y aun a mí mismo, en aquellas cosas que pueden ser- me perjudícales, lo cual espero me sea concedido por intercesión de los espíritus superiores, Adonay, Eloim, Ariel y Jehovám, pre- sentes en este acto". Luego se sacará la varilla con la mano dere- cha, se lavará en agua de río y se guardará, después de perfumar- la, según las reglas indicadas. DAGA.— Este instrumento sólo deberá ser usado por el maestro. Su construcción es como la espada, sólo que la empuña- dura ha de ser del mismo acero que la hoja. — 18 — GANCHO. — En este instrumento se han de observar las mismas reglas que en el cuchillo de mango blanco. BOLINA. — La bolina será preciso fabricarla de madera de boj y con las mismas reglas que la varita mágica, a la cual sirve de ayuda en cuantas operaciones hayan de ejecutarse. En la invocación deberá decirse "bolina" en lugar de varita y al sumergirla en el agua: "Recibe ¡oh bohna misteriosa! los dones necesarios para que me descubras aquellas cosas que estén ocultas a mi vista y entendimiento a fin que pueda yo conocerlas". Póngase gran cuidado en imitar lo mejor posible todos los di- bujos y formas que tienen los instrumentos. CAPITULO III Vestidos de mágico y modo de prepararlos Los vestidos deberán ser de te- la blanca de lino, la parte interior y de lana fina la túnica y el gorro o caperuza. El color del gorro y de la túnica ha de ser negro, lle- vando bordados con seda roja los caracteres hebreos que tiene en la parte del pecho y las palabras de la caperuza, y con hilos de oro y plata las estrellas y demás signos. Los zapatos han de ser de piel blanca de cordero. En ellos se di- bujará con la pluma del auca in- dicada en los instrumentos del ar- te, la cual se mojará en una diso- lución de cinabrio reducido a pol- vo mezclado con agua y goma lo que bien preparado hace el efecto de tinta. En el gorro deberán ponerse, además, los nombres siguientes: Jehová a la parte de atrás; Ado- nay, a la parte derecha; Eloy a la izquierda y Gibor al frente o de- lante. 19 — CAPITULO IV ' Ceremonial mágico Esta parte es muy conveniente que se haga con mucha exac- titud, pues conviene que el iniciado pase por las fases, que son: "Deseo", "perseverancia" y "dominio". La primera pertenece a la "iniciación" o sea "deseo" de aprender. La segunda al "iniciado" que necesita la "perseverancia" para llegar al fin, y la tercera al "maestro", que es el verdadero mago, puesto que ha logrado el "dominio absoluto del arte". No debe olvidarse que para lograr el objeto deseado se necesita proceder con absoluta vocación y bue- na fe, pues si las prácticas se hacen con un fin bastardo, los resul- tados serán nulos y acaso contrarios al fin que se busca.. CEREMONIA QUE DEBERÁ USAR EL QUE HAYA DE PRINCIPIAR LA INICIACIÓN Una vez que hayas preparado todos los "instrumentos del ar- te", los vestidos y demás enseres, será necesario que preparen un local a propósito para los experimentos que hayan de ejecutar. No olvides que ese local deberá estar reservado para todos abso- lutamente y que en él no debe entrar ninguna persona que no haya efectuado antes pacto con alguno de los espíritus. Deberán procu- rar que haya dos ventanas, una al Oriente y otra al Poniente, y que esté en la parte más elevada de la casa; cubrirás todas las pa- redes con una tela negra, teniendo mucho cuidado que no se halle en ella, ni en sitio próximo ningún símbolo o figura rehgiosa, ni nada que forma cruz. ( 1 ) Para comprender la importancia de estas observaciones voy a referir un hecho ocurrido al célebre mago Atothas y que fue la causa de su muerte. Tenía una habitación perfectamente preparada, con sus dos correspondientes ventanas, las cuales estaban bien colocadas y ce- rradas, no abriéndose más que las noches que hacía sus conjuros. Sucedió que en una riña ocurrida en la ciudad de su residen- cia, hubo una muerte, y el matador para evitar ser conocido lanzó el puñal con toda su fuerza y fue a clavarse en una de las ventanas de la habitación que el mencionado Atothas tenía para sus prácticas. Pocos días después de este suceso tuvo precisión de hacer al- (1) La cruz es un amuleto que inutiliza en absoluto la operación mágica mejor preparada. — 20 — gunos conjuros c invocaciones y por más voluntad que puso en sus trabajos, éstos no le dieron resultado alguno. Desesperado y no sa- biendo la causa a que esto bedecía, tuvo que resignarse, por el mo- tivo que el Sol asomaba ya por el horizonte. Pasó caviloso todo el día y a la noche volvió a preparar sus trabajos con orden metódi- co: se proveyó de los talismanes más poderosos, hizo sus conjuros con energía y voluntad; pero, nada, los espíritus no acudían a su llamamiento. Completamente desesperado, los maldijo a todos y aun no eran pasadas dos horas, cuando fue preso por las autori- dades y acusado del asesinato que otro había hecho. Registrada toda la casa y en ocasión de salir el Sol, fue visto desde otra ven- tana por un esbirro el puñal que estaba clavado. Cuando él se enteró de esta circunstancia comprendió la cau- sa de la inutihdad de sus conjuros en las dos últimas noches, por razón de que en el puñal estaba la formada cruz y no era posible que los espíritus de Lucifer salvaran aquel obstáculo. Como generalmente en todos los pueblos y en todas las épocas se atribuye todo lo malo que otros hacen a los que se dedican a las artes misteriosas de la m.agia, no le valió al pobre de Atothas querer demostrar su absoluta inocencia, pues antes de llegar a la cárcel fue ejecutado por el populacho, incitado acaso por el verdadero asesino, para evitar que se aclarara el hecho y fuera conocida su inocencia con lo cual se hallaba expuesto a ser preso de un momento a otro. 0 El novicio para poder hacer la experiencia, invocaciones y con- juros deberá en primer término estar libre de prejuicios, tener des- pejada su imaginación de todo pensamiento que no sea dedicado al trabajo que vaya a ejecutar. Se lavará con agua clara del río, per- fumándose luego con los polvos de rosa y lirio de Florencia. Al la- varse dirá: "Purifica esta agua que voy a usar ¡oh, poderoso Ado- nay! para que a mi vez sea yo purificado y limpio a fin de ser dig- no de poderte contemplar en toda tu majestad y belleza. Así sea". Una vez lavada la cara y la cabeza te secarás con mucha tran- quilidad y reposo y luego tomarás los polvos de rosa y hno con los dedos pulgar e índice de la mano izquierda y los echarás sobre el cuello y barba. Asimismo se perfuman los vestidos y al ponerse cada prenda, se dirá: "Las gracias de Adonay se coloquen sobre mi persona con igual voluntad y cariño como yo cubro mi cuerpo con esta prenda que tengo preparada con todas las reglas del arte, a fin de hacerme digno de los espíritus a quienes haya de invocar. Así sea". Una vez que se halle revestido de todas las prendas, dirá: "En esta hora solemne quiero invocaros con toda mi voluntad y buen deseo a vosotros espíritus excelsos que me acompañáis en mis tra- bajos "Astroschio", "Asath", "Bedrimubal", "Felut", "Anabatos" — 21 — "Scrgem", "Gemen", "Domos", y Arbatel , para que me seas propicios y me iluminéis en aquellas cosas que mi inteligencia hu- mana no pueda comprender con claridad, supliendo defectos que en mis trabajos haya en atención a mi buen deseo y voluntad. Así sea. Luego de practicar lo dicho, se puede pasar a ejecutar el tra- bajo que se quiera. Las invocaciones son iguales para el novicio que para el ini- ciado o maestro, únicamente se distinguen las prácticas en que el novicio debe usar la súplica, el iniciado, la persuasión y el maestro el dominio o mando. Esto podrá variar, sin embargo, según el ca- rácter, valor y energía de la persona que practique. CAPITULO V Cualidades esenciales para profesar las arfes mágicas La magia como todas las ciencias, requiere indudablemente condiciones muy especiales en las personas que se dediquen a su estudio y conocimiento. Por esto es conveniente hacer un examen detenido de las facultades que uno posee, a fin de lograr el fruto apetecido en cuantos trabajos se practiquen. En primer lugar se ha de tener verdadero deseo y vocación, pues de no ser así, es inútil que se proponga conseguir nada, pues- to que tomará el asunto por el mero pasatiempo y no pondrá toda su voluntad y energía en los trabajos que realice. En segundo lugar, se necesita que ponga grande atención en preparar bien todo aquello que se proponga hacer, pues cualquier detalle que falte o distracción que tenga, ha de redundar en perjui- cio de la obra misma, exponiéndose a no lograr el resultado que busca. También se precisa un estudio constante de las cosas natu- rales, para poder llegar, por medio de su investigación, al verda- dero conocimiento de lo sobrenatural que es el fin y objeto de las artes mágicas. Otra de las cosas que se han de tener muy en cuenta es que por ningún concepto debe revelarse a nadie que no sea adepto en estas ciencias las cosas sobrenaturales que llegue a conocer. Con lo dicho bastará para que cada uno pueda juzgar si se halla bien dispuesto y si posee las cualidades que se requieren, pues sien- do así, y teniendo valor y temeridad, logrará cuanto quiero. Pero en cambio, si le falta la fe o el valor, o si no pone toda su voluntad en los trabajos, entonces no debe esperar ningún resultado positi- vo, exponiéndose en cambio a que le suceda lo que menos espere. — 22 — El verdadero mago deberá ser, por lo tanto estudioso, discreto y constante en sus trabajos. Deberá muy especialmente poner toda su fe y voluntad en cuanto haga, teniendo resignación cuando se le origina alguna contrariedad, o no consiga en absoluto lo que bus- que. No siempre los espíritus se muestran propicios para acudir a las invocaciones de los mortales, y a veces es necesario repetir el llamamiento conjurándoles de nuevo a presentarse y obligándolos, sí no acuden, con algún talismán o amuleto que posea el suficiente dominio sobre ellos. CAPITULO VI El modo de hacer la tinta con que se han de escribir los pactos, oraciones, etc. Los pactos no deben ser escritos con tinta ordinaria. Cada vez que haya de hacer un llamamiento al espíritu, se debe cambiar de tinta. Pondréis pues, en un puchero nuevo, agua de río y los polvos que voy a describiros: Tomad huesos de albérchigo sin quitar las almendras, ponedlos al fuego para reducirlos a carbones bien que- mados; después, cuando estén ya muy negros, los apartaréis del fuego, los haréis polvo, los mezclaréis a una cantidad igual de hollín de chimenea, les afiadiréis el doble de nueces de agalla, el cuadruplo de goma arábiga, y pasados dichos polvos, bien revueltos por un pedazo muy tupido, los cchciréís en el agua de río que se ha indi- cado. Pero hasta ahora no tendréis más que una tinta parecida a las corrientes. Para que surta los efectos mágicos, es preciso añadirle carbones de ramas de helécho cogidas la víspera de San Juan, perfectamente machacadas: carbón de sarm.iento cortado en la lu- na llena de marzo, mezclado todo, se hervirá por especio de cinco noches seguidas, suspendiendo la operación de día. Cada vez que se empiece la cocción, se invocarán los espíritus sobrenaturales. Terminada de hacer la tinta, se expondrá de noche al aire libre, de modo que lo? rayos de la luna en menguante, caigan sobre la tinta y la impregnen de su virtud mágica. Todo lo cual, una vez efectuado, ya la tinta está preparada para la escritura de los pactos, oraciones y demás documentos, por medio de los cuales os habréis de poner en comunicación con los espíritus. — 23 — Al hacer uso de ella hay que agregarle dos gotas de sangre del dedo corazón de la mano izquierda, que deberéis sacar pin- chando un poquito con un alfiler que sea nuevo. CAPÍTULO VII De las horas y virtudes de los planetas Es muy conveniente conocer las horas en que domina cada planeta en el Universo y los experimentos que deben hacerse se- gún el planeta que rige. A este objeto, deberá tenerse muy presente la tabla siguiente que está ordenada según la importancia de cada uno. V Solday (Saturno) domina el sábado. 29 Zeder (Júpiter) jueves. 3' Madime (Marte) domingo 4' Zemen (el Sol) martes. 5' Hoyos (Venus) viernes. 6" Cocao (Mercurio) miércoles 7' Zehac (Luna) lunes. Los experimentos deben hacerse siempre por la noche, desde la hora de las doce en adelante, en cuanto se refiera a invocacio- nes y conjuros. Para descubrir tesoros ocultos, minas, aguas, etc., deberán utilizarse las horas de la mañana, desde que raya el alba hasta antes de la salida del Sol. Las horas de Saturno, Marte y Venus, son buenas para ha- blar a los espíritus. Las de Mercurio para hallar las cosas hurtadas, tesoros ocultos, aguas y minas. Las de Júpiter, para llamar las al- mas de los que están muertos. Las de la Luna y el Sol tienen vir- tudes especiales, por lo cual puede decirse que sirven para todos los experimentos en general. Es muy necesario tener gran fe y voluntad absoluta en la ho- ra de ejecutar las invocaciones o cualquiera otro sortilegio, procu- rando que no falte ningún detalle, a fin de lograr que la operación esté bien hecha. No nos cansaremos de advertir que cualquier cir- cunstancia por insignificante que parezca, puede malograr la ope- — 24 — ración mágica, en cuyo caso habría necesidad de principiar de nuevo. CAPITULO VIII Del modo de ejecutar los experimentos Una vez que la persona que haya de ejecutar el experimento tenga todo el conocimiento necesario y la suficiente vocación y fe, deberá preparar aquellos instrumentos que le hayan de servir en la operación, los cuales perfumará, invocando para ellos las virtudes mágicas con la siguiente oración: "¡Oh, admirable Adonay, que reinas y moras en todo lo crea- do, siendo a la vez arbitro soberano de todo, el sistema planetario! HumJldemeníe imploro tu protección en esta hora suprema para que adornes a estos instrumentos de que me voy a servir de todas las virtudes necesarias, a fin de lograr el resultado que deseo en el experimento mágico que quiero ejecutar. Accede a mi ruego ¡oh, poderoso Adonay! ya que te imploro con verdadera fe que requieres en los que solicitan tu ayuda. Te ofrezco en cambio de tu ser\'icio, todo cuanto soy y valgo, y hasta la sangre de mis ve- nas, si de ella quieres disponer, poniéndola por sello de nuestro pacto y eterna amistad". Dicha la anterior oración y preparados todos los instrumentos se puede pasar a ejecutar los varios experimentos que se indican a continuación: EXPERIENCIA DE VUELO Esta experiencia deberá ejecutarse, como se dice, en las horas de los planetas, después de las doce de la noche. Antes de prin- cipiar el trabajo, y una vez que todo se tenga preparado, se dirá la siguiente invocación: "Atha, Milech, Nigheliona, Assermalcch. Bassamoin, Eyes. Saramelachin, Baarel, Emod, Egen, Gemos. A todos vosotros, es- píritus invisibles, que recorréis sin cesar el firmamento y todo lo creado, quiero invocar en esta hora para que me adornéis, si me halláis suficientemente digno, de vuestras alas poderosas a fin de que pueda conocer la fuerza y eficacia de este experimento. Tam- bién acudo a vosotros, joh, magnánimos Cados, Eloy. Zcnath y Adonay! suplicándoos reverentemente me dotéis de la virtud ne- cesaria para que pueda perfeccionar esta obra que deseo ejecutar y llevar a buen término". Después de dichas estas palabras, se tomará la espada con la mano izquierda, presentándola sucesivamente a los cuatro puntos — 25 — cardinales, o sea al Oriente, Poniente, Mediodía y Norte, y se di- rá a la vez; "Ya es llegada la hora de que este experimento se termine, nada hay que me ligue a la tierra; sólo me falta que vosotros, espí- ritus invocados en este supremo instante, me adornéis de las alas impalpables y potentes para poder navegar a vuestro lado, }ot, Jot, Jot, ordena a los espíritus que cumplan mi deseo". Extenderás las manos al aire, cerrarás los ojos, concentrando todo tu espíritu en el vuelo que en breve podrás notar perfecta- mente que estás ejecutando. Durante el viaje cuidarás de no abrir los ojos, pues si olvidaras ese detalle caerías irremisiblemente des- de la altura, donde estuvieres, seguramente sería el último instante de tu vida. Cuando quieras que termine esta experiencia dirás; "Cese ya mi viaje y reposen mis pies de nuevo en el mismo punto de donde he salido". Al momento notarás que ya te encuentras en tierra, pudiendo entonces abrir los ojos sin cuidado ninguno. Para este experimento es conveniente prepararse un vaso grande de vino, en el cual se echará una copa de licor y se beberá en tres veces, en los intermedios de las invocaciones. Si la concen- tración de espíritu se hace con gran fuerza de voluntad, se nota- rán cosas maravillosas; pero si no se concentra bien, será difícil que llegue a feliz término la experiencia. DE LA EXPERIENCIA DE LA INVISIBILIDAD Teniendo preparados todos los instrumentos para esta expe- riencia, dirás de todo corazón las palabras siguientes: "Scaboles, Hebrion, Elde, Erimgit, Baboli, Cemitrien, Meti- noboy, Sabaniteut, Heremobol, Cañe, Methe, Baluti, Catea, Time- guel, a vosotros, excelsos espíritus me dirijo a fin de que el impe- rio que ejercéis sobre todas las criaturas me ayudéis en esta obra para que por vuestra mediación pueda yo ser invisible". Luego se dirá: "Yo os invoco, os conjuro y os contraigo a vosotros, espíritus de invisibilidad. para que sin tardar os consagréis a este experi- mento, al objeto de que yo pueda ciertamente ser invisible sin te- mor ninguno. Segunda vez yo os conjuro por el poder de Lucifer, vuestro soberano Señor, y por obediencia que le debéis, que me concedáis vuestra ayuda consagrando esta experiencia lo más pronto posible. Fiat, Fiat, Fiat," Dicho esto, se tomará la espada con la mano izquierda y se ejecutará la misma operación indicada en el experimento anterior. Igualmente deberá hacerse con el vaso de vino, pues éste repre- — 26 — scnta la sangre y el licor que se le agrega el espíritu, y posee gran eficacia en todas las artes mágicas. Terminadas que sean estas ceremonias deberá decirse: "¡Oh. espíritus invisibles e impalpables! Yo, el más insignifi- cante de los mortales, os suplico por última vez que cubráis mi cuerpo de fluido misterioso, que vosotros poseéis, para que nin- guna persona humana pueda verme en el espacio de tiempo que dure esta prueba de invisibilidad". DE LA EXPERIENCIA DEL AMOR Para hacer la experiencia del amor o para conseguir el amor de una persona, ya sea hombre o mujer, deberá hacerse lo siguien- te: Se escogerán las horas de Venus o de la Luna, se formará con cera virgen una figura, que aplicará a la persona de quien se desea ser amado. Una vez hecha la figura se dirán estas palabras: Noga, les, Astropolim, Asmo, Cocav, Bermona, Tentator y Soigator, yo os conjuro a todos vosotros, ministros del amor y del placer, por aquel que es vuestro soberano y señor, que consagréis esta cera como debe estarlo, a fin de que adquiera la virtud desea- da, que deberá obtener por la potencia del muy poderoso Adonay, que vive y reina por todos los siglos de los siglos. En seguida escribiréis en la parte del pecho y vientre de la fi- gura con la pluma de auca y la tinta de los pactos estas palabras: Quiero que fulano (o fulana), a quien representa esta figura, no pueda vivir ni sosegar más que a mi lado y que me ame eterna- mente. Estos caracteres que he trazado quiero que tengan la virtud mágica suficiente para que fulano (o fulana), no pueda querer más que a mí, ni que él (o ella) sea querido de nadie que no sea yo". Luego se pronunciará la siguiente oración: "¡Oh, tú, muy poderoso rey Pavmon, que reinas y dominas en la parte occidental del universo! ¡Oh, tú, Egim, rey muy fuerte del imperio helado y cuyo frío mandas a la tierra! ¡Oh, tú, Asmo- deo, que dominas al mediodía! ¡Oh. tú, Aymemon, rey muy noble, que reinas en el oriente, y cuyo reino debe durar hasta el fin de los siglos! Yo os invoco y os suphco concedáis a esta figura todos los encantos, hechizos y sortilegios, para que por su mediación pue- da lograr que fulano (o fulana) no pueda querer a nadie más que a mí consiguiendo por vuestra influencia que venga a mi casa". Estando esto hecho pondrás la imagen debajo de la cabecera de tu cama, y a los tres días verás cosas admirables. Si esta experiencia se hace con cuidado, ni la tierra ni el hie- rro, ni las cadenas, impedirán que la persona a cuya intención se aplica venga a ti, pudiendo lograr de ella todo lo que desees. — 27 — También puede hacerse la figura de plomo o metal, pero siem- pre se escribirá con la pluma del auca y la tinta mágica de los pactos. EXPERIENCIA DE GRACIA Y AGRADO Esta experiencia sirve para agradar y hacerse querer de todo el mundo en general, pudiendo dedicarla a alguna persona de la cual quiera uno ser amado en particular. Se escogerán las horas de Venus o Luna, por ser las más con- venientes para dedicarlas a las experiencias del amor; se escribirá en un pergamino virgen con la pluma del auca, bien perfumada, mojándola en la tinta de los pactos, las palabras siguientes: "Ruégote, Adonay, que deposites en este pergamJno inmacu- lado los misteriosos efluvios de la gracia y la impenetración con que el poderoso rey Alpha y Omega, señor y soberano de todas las ciencias y artes te ha dotado, para concederles graciosamente a los mortales que sean dignos de tus dones. Yo, el más mísero de todos espero ser favorecido por ti con la gracia necesaria para me- recer el aprecio general y, particularmente, el de fulano de tal (o fulana), cuyo cariño deseo poseer desde este momento, y que sea eterno como lo es el soberano señor Alpha y Omega de las cien- cias cabalísticas. Así sea". Una vez que ya esté escrito el pergamino lo doblarán con cuidado en cuatro dobleces y lo colocarán dentro de un trapo de seda encarnada, que sujetarás con un alfiler nuevo colocándotelo sobre el costado izquierdo, encima del corazón. Si la operación está bien hecha y eres digno de los dones de la gracia, no pasará mucho tiempo sin que sea logrado tu deseo. EXPERIENCIA DEL ODIO Y DESTRUCCIÓN Esta experiencia sirve para hacer daño a cualquiera persona a quien se dedique, por lo cual deberá reflexionarse mucho antes de ponerla en práctica. Nadie puede ignorar que el daño que se hace causa general- mente grandes remordimientos al mismo que lo produce. La tran- quilidad del espíritu vale mucho y causa siempre una satisfacción grande de la cual no pueden disfrutar los que por motivos fútiles hacen un daño que luego es difícil evitar. Hay que tener presente que los espíritus no siempre conceden lo que se pide máxime si quien lo pide no es verdaderamente dig* no o pide cosa que no sea justa o razonable, en cuyo caso su súplica no es atendida. — 28 — Como esta experiencia se ha de ver repetida en la sección que trate de los sortilegios, será conveniente que el operador tenga presente, los extremos siguientes: 1.— El operador debe estar limpio y purificado. (1 ) 2,— Deberá tener justo motivo para causar el daño que se proponga causar. 3. — Deberá poner toda su imaginación y voluntad, sin zozo- bras ni dudas, en la operación que ejecute. (2) 4.^ — Que el daño que se cause es difícil si no imposible de re- mediar, y por lo tanto, debe pensarse mucho antes de practicarlo. Hechas las anteriores indicaciones pasaremos a explicar la forma de hacer ia operación o experiencia del odio y destrucción. Se formará una imagen, bien sea de cera virgen, barro o de otra pasta blanca, cuya imagen dedicarás a la persona que se quie- re perjudicar, dañar o hacer que sea aborrecida. Una vez prepa- rada la imagen, la rociarás con agua de pozo y polvos de asaféti- da y azufre. Luego escribrás sobre ella con la lanceta del Arte lo siguiente: "lisore, Dilapidatore, Teníatore, Soignatore, Devoratore, Consitore et Seductore." Hecho esto, dirás: "A vosotros, espíritus dañinos e infernales, os conjuro y man- do que pongáis vuestras diversas cualidades al servicio mío para atormentar, tentar, devorar, y hacer odiar a fulano de tal para quien está dedicada esta imagen. Es mi deseo que por las figuras que vuestros nombres han grabado, penetréis cada uno en su cuerpo y ejerciendo vuestras artes infernales, no le dejéis parar ni sosegar, dormir, ni descansar, atormentándolo con pesadillas y \i- siones a fin de que yo logre ser vengado de los males y perjuicios que por su causa he sufrido. Y que esto sea por todo el tiempo que la imagen conser\'e vuestros nombres grabados, que será tanto como mi voluntad o mi deseo quiera". Cuando deseéis hacer cesar el maleficio, tomarás la figura, la rociarás de agua clara del río y dirás: "Yo os conjuro de nuevo ¡oh, espíritizs infernales! para que dejéis ya libre el cuerpo de fulano, cuya imagen he purificado con agua clara y que acudáis a mi llamamiento para que me veáis des- (1) Limpio y purificado quiere decir que sea digno y que esté iniciado en el Arte y se haya perfumado y vestido debidamente. (2) Esta operación es la obra de una voluntad y energía oue tío- mina en absoluto sobre otra persona cuyo fenómeno es conocido en la ciencia moderna por "sugestión" y ''magnetismo" y en las "Artes Mágicas" por "encanto" o *'hechizo". — 29 truirla, así como los nombres grabados, lo cual hago en este mo- mento a fin de que cese por completo el maleficio y tormento de fulano". Dicho esto se aroja en el fuego que se tendrá preparado al efecto. Es necesario que cuando se conserve la figura se ponga en un armario obscuro donde nadie pueda verla, pues sería peligroso para cualquiera que no sea iniciado, el contemplarla. CAPITULO IX Explicaciones útiles sobre los experimentos e invocaciones No terminaremos esta sección sin antes hacer algunas indica- ciones necesarias para el buen resultado de las experienicas ex- presadas en el capítulo anterior, así como igualmente para las que en el transcurso del libro se vayan exponiendo. Las invocaciones a los espíritus celestes y aéreos es conve- niente hacerlas en tiempo claro y sereno, y a las terrestres e infer- nales en tiempo tormentoso y cubierto el cielo de nubes. Siendo variada la naturaleza de los espíritus, también es va- riada la forma en que se presentan. Así los que son de naturaleza aérea se presentan en forma de aire, los de naturaleza acuática, en forma de lluvia; los de fuego, rodeados de llamas, y los celestes en forma bella y luminosa. Aun cuando se ha de presumir que los espíritus puedan hallar- se en cualquier punto del universo al hacer la invocación, no está de más saber que su residencia ordinaria es el Oriente para los es- píritus aéreos, el Sur para los acuáticos, el Norte para los de natu- raleza fría, y el Poniente para los de temperamento de fuego. Las invocaciones se han de hacer siempre hacia los cuatro puntos cardinales del Universo, a fin de que tengan la eficacia ne- cesaria, puesto que es el modo más seguro de acertar con el sitio donde se hallan los espíritus cuya aparición se solicita. LA CLAVICULA DE SALOMÓN EL SECRETO DE LOS SECRETOS INTRODUCCIÓN Hablando Salomón a su hijo Roboan sobre los misterios secre- tos de la naturaleza le decía: —Ten presente hijo mío, que yo he — 30 — 5^/^S» .-^'A •i; ••»! -J 7r^ ^,4ífc:;^.i,-|l LA VISION DEL REY SALOMÓN — 31 — poseído como nadie el don de la sabiduría, mas sin embargo no tengo poder bastante para transmitirla a ti como sería mi deseo. ■ — ¿Y en qué consiste ^'le preguntó Roboan'— que yo no pue- da tener el mismo mérito que vos, para adquirir el conocimiento de todas las cosas creadas? —No puedo contestar a tu pregunta, hijo mío, sino diciendo- te: que así como en el universo no existen dos seres que sean exacta- mente iguales, así tampoco puede haber dos personas que posean idénticas facultades. Los espíritus superiores que se complacieron en adornar mi inteligencia de todos los conocimientos que ningún otro mortal ha poseído jamás, no han estimado sin duda que tú eres merecedor de poseer la verdadera sabiduría. Resígnate pues, y acata con humildad los arcanos misterios de aquellos espíritus que seguramente no llegarás a conocer jamás. Sin embargo de esto, quiero manifestarte el origen de mi inmenso poder, por si algún día puedes hallar utilidad en su conocimiento. Debo manifestarte que toda mi sabiduría la he adquirido por el ejercicio de las artes mágicas, a las cuales tuve siempre grande inclinación; pero si los espíritus superiores no me hubieran dotado de una inteligencia clara, si no hubieran sido conmigo tan benig- nos, como siempre se mostraron, yo jamás hubiera llegado a la al- tura en que me hallo. Una noche, ¡bien lo recuerdo! hice mis ex- perimentos con mucha voluntad, solicitando de los espíritus supre- mos el don de la sabiduría y el conocimiento de todas las cosas. A mis súplicas, se presentó el admirable Adonay con toda su belleza y esplendor, rodeado de otros espíritus, irradiando una claridad maravillosa de todo su ser y me dijo: —Oh, amado hijo Salomón! tus súplicas c invocaciones han sido acogidas con agrado, y en atención a que no has pedido riquezas, ni vivir muchos años, ni la ruina o daño de tus enemJgos, sino únicamente la sabiduría y el co- nocimiento de las cosas creadas, es por esto por lo que te será con- cedido lo que deseas, desde este momento puedo asegurarte que no ha existido ni existirá en el mundo quien pueda a ti compararse, tanto en sabiduría como en riqueza y poderío. Yo di al grande y hermoso Adonay las mayores muestras de agradecimiento, mis ojos se empañaron de lágrimas y cuando los alcé de nuevo para con- templarle, observé que había desaparecido, no quedando de aque- lla hermosa visión, sino una ráfaga luminosa. Desde aquel momen- to se operó tal cambio en mi inteligencia, no había cosa ni pensa- miento, por oculto que fuera que yo no viera con toda claridad. — ^ Ahora, hijo mío, sólo me resta decirte, que si has de lograr el favor de los espíritus superiores, has de ser paciente, humilde y resignado, teniendo presente que ellos te concederán cuanto les pidas con buena voluntad y siempre que comprendan que harás — 32 — ADDA-NARI.^La Isis Indica. — 33 buen uso de sus dones, si no te lo conceden, será porque no halla- rán tu corazón lo bastante limpio y puro, o porque no convendrá a sus designios el concederlo. Yo como padre, estoy en el deber de ponerte en condiciones de adquirir toda clase de conocimientos, pa- ra lo cual te entrego este libro que es el que a mí me facilitó los me- dios de adquirir la sabiduría que poseo. Leélo con atención, practi- ca con fe todo lo que en él se indica y acaso logres todo aquello que desees. Mas si los espíritus a quienes invoquéis no se mostra- ran propicios a concederte sus dones, no por esto te entristezcas, pues será prueba de que ellos no juzgan conveniente acceder a tus deseos, lo cual deberá persuadirte que su infinita sabiduría al obrar de ese modo, te preserva de muchos peligros que acaso te habrían de acontecer. Estos sabios consejos que aquel gran rey daba a su hijo pri- mogénito hallándose en el término de su vida, deberán estar gra- bados constantemente en la memoria de los que sigan el estudio y las prácticas expuestas en las páginas de este tratado. CAPITULO I De los talismanes Los talismanes son unos objetos mágicos, de diversas espe- cies que poseen virtudes maravillosas. Están hechos impresos, grabados o cincelados sobre una pie- dra, metal u otra materia y llevan el sello de un signo celeste. El metal ha de ser correspondiente, al astro del que se desea obtener el poder sobrenatural. Dichos talismanes, deben hacerse por personas iniciadas en las ciencias ocultas en una hora determinada y con el alma com- pletamente fija en la labor que se tiene entre manos, en un lugar destinado especialmente a estas misteriosas obras, bajo un cielo sereno y espléndido, e invocando la influencia del planeta bajo el cual se coloca el talismán. Los talismanes fueron inventados por los caldeos y egipcios siendo de innumerables especies. El más célebre de todos ellos, era sin duda, el anillo de Salo- món. En él estaba grabado el misterioso nombre de Dios, el cual nombre sólo Salomón llegó a conocer. El dichoso poseedor de aquel anillo, dominaba en todas las cosas. Apolonio de Tiana hizo en Constantinopla la figura de una — 34 — cigüeña, que, por una propiedad mágica hacia alejar todas las aves de su especie. Se citan otros talismanes famosos de la antigüedad; pero desgraciadamente, no han llegado hasta nosotros. He aqui algunas propiedades de los diversos talismanes con- sagrados a los astros: Los talismanes del Sol, llevados con fe y veneración, conce- den los favores y la benevolencia de los príncipes: honores, rique- zas y aprecio general. Los de la Luna, preservan de las enfermedades, y a los que viajan, de todos los peligros. Los de Marte tienen la virtud de hacer invulnerables a los que los llevan con fervor, concediéndoles también una fuerza y un vigor extraordinarios. Los de Júpiter destierran los pesares y temores, dando acierto en todas las empresas que se acometan. Los de Venus, apagan los odios, inspiran amor e inculcan la afición a la música. Los de Saturno, hacen parir sin dolor. Los de Mercurio hacen prudentes y discretos a los que los lle- van con respeto, dan la ciencia y una privilegiada memoria, curan las fiebres, y, colocados bajo la almohada, producen sueños feli- ces y verdaderos. Cada talismán debe ser del color y metal correspondiente a su planeta, en la forma siguiente: Saturno Co Marte Júpiter • — Sol Venus Mercurio Luna or negro metal plomo hierro estaño oro azogue cobre y latón plata rojo azul celeste amarillo verde verde rojo blanco La forma de los talismanes debe ser generalmente circular; pueden hacerse también octagonales, pentagonales, exagonales, etcétera. Los nombres de Dios son de mayor cficada si están escritos en hebreo. En cuanto al tamaño, varía a gusto del artífice que puede au- mentarlo o disminuirlo siempre que todos los signos cabalísticos estén completos y colocados en su verdadero sitio. Los talismanes juegan un papel muy importante en las cien- cias secretas por sus propiedades maravillosas, lo cual habrá oca- sión de conocer en el transcurso de este tratado. Uno de los más antiguos es, sin duda, el denominado "Abra- — 35 — cadabra", que se graba generalmente en una piedra simbólica. Sirve para precaverse de las enfermedades y de los sortilegios Para qUe posea todas las virtudes mágicas deberá formarse del modo siguiente: ABRACADABRA ABRACADABR ABRACADAS ABRACADA ABRACAD ABRACA A B R A C ABRA A B R A B A El misterio de este talismán consiste en que las letras de este nombre, si se forma en caracteres griegos, representan números y por cualquier de sus lados dan la cifra 365, que son los días del año. Después de este talismán, que seguramente es el más primi- tivo y sencillo, expondremos los más conocidos e importantes, por orden de sus méritos y virtudes. CAPITULO II Talismanes imantados Es muy conveniente tocar los talismanes antes de usarlos con la piedra imán, que como es sabido, tiene la propiedad de atraer todos los cuerpos de la naturaleza. Considerando que en el tmiverso todo se rige por las leyes de la atracción, ésta es una circunstancia que tuvieron presente los sa- bios cabalistas para dotar a los talismanes de la virtud atractiva. Los astros tienen estas propiedades en grado sumo, pues de no ser así no podrían gravitar sobre el espacio y si bien está de- mostrado que la acción que ejercen unos sobre los otros los preci- pitan a unirse, resulta sin embargo que se halla equilibrado por la que ejercen a su vez los demás planetas, la cual da por resultado, que se hallen fijos en un punto dado sin que puedan por ningún concepto moverse en ninguna dirección. Esto no basta para que su influencia se deje sentir sobre todo el universo y esta influencia es la que se ha de buscar con más se- guridad con los talismanes imantados, que sirven para transmitirla a la vez a todos los seres, tanto naturales como sobrenaturales. — 36 — Es decir, que lo mismo pueden atraer a las personas como a los animales, a los espíritus, como a les elementos. Hecha la explicación, solo resta indicar la forma usada por el gran Rabino Yram Radiei. con arreglo a las explicaciones que el sabio Salomón nos da en su sagrada Clavícula. Estos talismanes se forman bajo los auspicios de los siete me^ tales que son apropiados a los siete planetas, por lo cual y con la virtud que les comunica la piedra imán, gozan de propiedades ge- nerales, cuva cualidad no poseen los que sólo se forman por un solo metal y bajo las influencias de un solo astro. Para usarlos se colocan, como los demás, dentro de una bol- sita de raso verde, poniendo a la vez unas limaduras de acero y oro y siete granos de trigo como ofrenda a los siete planetas. Esta ceremonia debe hacerse en domingo a la salida del sol colocándole después sobre el corazón, pendiente de un cordoncito de seda verde. No ha de olvidarse que el talismán favorece a quien lo lleva consigo, tanto en los negocios como en los viajes, en juego, en amores, combates, etc., pero para adquirir sus dones ha de hacerse digno de merecerlos. CAPITULO III Gran talismán Dominature o la llave de los pactos Aquí se muestra la verdadera llave que abre todas las puer- tas de las ciencias desconocidas, a las personas que, por sus mé- ritos y buena fe, son dignas de poseer la sabiduría, don precioso que muchos desean y pocos logran alcanzar. La llave, o clavícula, sirve también para toda clase de pactos, pues por ella son obliga- dos los espíritus a presentarse a la persona que en las invocacio- nes la use. Esta llave o clavícula es conocida por el gran talismán Do- minatur o dominador, que es por lo tanto, el que puede conside- rarse primero en la escala de los talismanes; de él se valía Salo- món para subyugar a los espíritus, que siempre acudieron humil- des a su mandato. Esta llave se forma de los metales oro, latón y bronce, se fa- brica en domingo por la mañana a la primera hora de la salida del sol. Lleva la forma de un pergamino con las palabras hebreas, y sobre éste la llave. Puede construirse en metal como el dibujo, o formar un pergamino con las palabras grabadas y la llave fabri- cada por separado. Para investirse de este talismán, se escogerá la primera hora — 37 — de Sol, en día domingo; se le agregará un pequeño trozo de pie- dra imán y se dirá: "En el nombre tres veces santo y poderoso del Supremo Ha- cedor de todas las cosas, en el nombre del Hijo y Santo Espíritu, uno y trino, por la gracia concedida a los ángeles de luz; por la que a mi me ha dado al formarme persona humana, a imagen y se- mejanza suya; por el poder que confirió a los siete planetas, que son: Sol, Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno, para reinar, influir y dominar en todo cuanto hay encima y debajo de la tierra y de las aguas, por las palabras sagradas que encierra, este talismán dominador, por los nombres de los buenos espíritus Adonay, Eloim, de lograr por tu mediación, el absoluto dominio de las criaturas, espíritus y elementos. Luego se coloca en una bolsa de seda encarnada y se perfu- mará con polvos de incienso, y mirra. Todos los domingos, a la salida del Sol, se echarán en la bol- sa unas limaduras de acero para alimento del talismán y siete gra- nos de trigo como ofrenda a los siete planetas. Al colocarlo sobre el corazón se dirá: "¡Oh, planeta misterioso que riges y gobiernas en esta hora todos los destinos del mundo y de las cosas creadas, tómanse bajo tu protección y amparo y favoréceme con tus dones hasta la hora de mi muerte. Amén". Téngase en cuenta que clavícula significa clave o llave, y que es palabra de origen hebreo, siendo ésta la que da nombre a la gran clavícula de Salomón. CAPITULO IV Donde se demuestra el poder y virtudes del talismán llamado "El Dragón Rojo" Hiriam Abid, hijo de una hebrea viuda, de la tribu de Leví, era un notable arquitecto y grabador en metales. La reina de Te- bas, que conocía sus grandes cualidades, le ordenó que se presen- tara al sabio Salomón en ocasión de hallarse este gran Rey prepa- rando la construcción del templo de Jerusalén, y esta misma alma proporcionó también todas las maderas de cedro del Líbano que fueron necesarias para la edificación del referido templo. Salomón concedió a Hiriam el cargo de arquitecto superior y le inició a la vez en los sagrados misterios de las "ciencias ocul- tas", a las cuales debía el conocimiento de la verdadera sabiduría. Luego que fue iniciado en todas las ciencias, le hizo donación de — 38 — un pequeño dragón rojo de metal, hecho de tal forma, que el mis- mo Hiram que era un excelente grabador, quedó admirado. EL DRAGÓN ROJO Salomón dijo: —Vas a tener a tu disposición tres maestros. 70,000 compañeros y 170.000 aprendices. Por virtud de este dra- gón todos te obedecerán ciegamente y tus órdenes serán perfecta- mente interpretadas por ellos; pero es preciso que todos los días al salir el sol digas las palabras que el célebre mago Anacharsis ense- ñó a Moisés, que son: "Jobsa", "]a]ma", "Afia". Dicho esto da- rás al dragón un grano de alcanfor del más puro y del tamaño de un grano de trigo. Luego le pondrás en una bolsa de paño encar- nado, diciendo al colocarle: "Adonay. Almanach, Elochay, vues- tro poder y sabiduría sean conmigo, ahora y siempre. Así sea'. Practicando todo esto con deseo y buena fe, tus enemigos se reconciliarán contigo, serás respetado por todos los reyes y todos los pueblos: tu sabiduría será inmensa, se sostendrá tu hermosura y juventud, aumentará tus riquezas y tu vida será larga. Todas estas virtudes poseía el dragón rojo, que era uno de los más raros talismanes que existían en Egipto. Moisés le tuvo en su poder muchos años y a esta circunstancia se atribuye que todas sus empresas fueran coronadas por el éxito más completo. Este talismán deberá ser construido con la aleación de los siete metales que poseen la influencia de los siete planetas. Ha de fabricarse en día jueves en ocasión de hallarse en con- junción la Luna y el Sol, lo cual ocurre muy pocas veces. En su construcción sólo deben trabajar los sabios iniciados en todas las ciencias ocultas. Para usar de este talismán, es preciso lavarse y perfumarse todo el cuerpo, y a la salida del sol se pronunciarán con gran re- cogimiento las palabras que se indican anteriormente. Se le echa- — 39 — rá en la boca un grano de alcanfor y puesto en la bolsa, con una piedra imán, se colocarán al lado del corazón. Cumpliendo fielmente todo lo dicho, podrás pedir lo que de- sees y las puertas que estén cerradas se abrirán a tu llamamiento. EL ANILLO DE SALOMON.^Este anillo debe ser fabri- cado de oro del más puro, en día domingo a la salida del sol y en el mes de Mayo. Ha de llevar en el centro una piedra de esmeralda, en la cual se graba la figura del sol y en el lado opuesto del anillo, sobre el mismo oro, la Luna. Luego se graban también sobre oro, con buril, de acero nuevo, las palabras siguientes "Dabi", "Habi", "Alpha" y "Omega", teniendo presente que se ha de hacer en caracteres hebreos, por ser de mayor agrado a los espíritus cuyos nombres lleva. Para que se pueda hacer con exactitud, al dibujo de la sortija acompaña otro que representa el anillo tendido a lo largo con los signos hebreos que debe llevar. Para que este talismán adquiera grandes efectos mágicos de- berá ponerse en contacto con la piedra imán a la salida del sol y decir la siguiente salutación: "Dedicóos, Señor Poderoso Alpha y Omega ( 1 ) , substancia y espíritu de toda la creación, el recuerdo diario de mí alma, que espera vuestra divina protección, en cuan- tas obras haya de ejecutar en este día Teniendo fe, paciencia, constancia y observando todas las vir- tudes, podéis adquirir un dominio tan grande, que hasta los reyes necesitarán su ayuda y jamás podría nadie hacerte daño de ningu- na clase. Tendrás una inteligencia despejada para adquirir toda clase de conocimientos y prosperarás en cuantos trabajos empren- das. Este anillo se coloca en el dedo del corazón de la mano de- recha. (1) Alpha, palabra hebrea que significa Dios Creador y se lee alfa, la ph suena como f castellana. — 40 — GRAN TALISMÁN DE CONSTELACIONES.-Este ta- lismán ha de construirse de los siete metales adecuados a los pla- netas procurando que los dibujos sean iguales que los del centro de su carrera, de diez a doce de la noche, procurando que esté muy claro el cielo. Al formarle, se dirá la invocación que sigue: "Recibe ¡Oh, admirable metal las grandes influencias planetarias de todos los astros y en particular, de Venus, para que poseas todas las gra- cias y virtudes necesarias a darme la dicha, el poder y la gloria según es mi deseo en esta hora. Así sea". Esta invocación deberá repetirse luego todas las noches du- rante 30 días, exponiendo el tahsmán a las benéficas influencias de los planetas. Para usarle se observarán las reglas iniciales en el anillo y el dragón rojo. TALISMÁN CELESTE,— Como el anterior se forma de todos los metales y sólo se diferencia en que así como aquél debe ser blanco por dominar en él la plata sobre los demás metales, éste ha de ser amarillo porque es el oro su metal dominante. Su cons- trucción será el domingo a la hora del alba, debiendo estar ter- minado a la salida del sol. — 41 — ANVERSO REVERSO Las invocaciones se harán como en el anterior, pero en lu- gar de Venus, se nombrará al Sol. Para exponerlo a las influen- cias planetarias, se escogerán las horas del alba, hasta salir el sol por espacio de una semana terminando el domingo. Para usarle se seguirán los procedimientos indicados. TALISMÁN EXTERMINADOR.-Este talismán se ha de fabricar por la noche del sábado, de 10 a 12, en ocasión que la Luna llena está en el centro de su carrera y el cielo despejado y sereno. En la invocación se nombrará a Saturno. Su metal predo- minante será el plomo, pero ha de llevar de todos los metales. Se expondrá durante 30 días a las influencias planetarias todas las noches de 10 a 12. Para su uso las reglas indicadas ya. El poder maravilloso que posee sobre los malos espíritus es muy grande, por virtud de la Cruz de Caravaca, el escorpión y los círculos cabalísticos que contiene. El que use este talismán podrá imponer su voluntad a los espíritus y si se le coloca sobre persona poseída del demonio, al momento será libre. — 42 — TALISMÁN DE ISIS.-Isis, conocido con el sobrenombre de la "Buena Diosa", era la divinidad bienhechora de los egipcios. Su principal atributo era el trébol de cuatro hojas, una de las sin- gularidades vegetales más raras que se conocen, tan rara como la felicidad, con cuyo trébol hizo el emblema isíaco. El trébol de cuatro hojas no es una especie diferente, sino el mismo trébol or- dinario (trifolium pratesse) que. por la voluntad de Isis, tiene ex- cepcionalmente una hoja de cuatro lóbulos. La planta que posee esta distinción divina, no florece jamás y no puede, por tanto, re- producirse. Entre los egipcios que habían consagrado un culto especial a Isis, no eran iniciados en los misterios nada más que los que ha- bían encontrado el trébol de cuatro lóbulos: el encuentro era a los ojos de los patriarcas, una evidente prueba de la protección de la diosa. Durante la ceremonia solemne de la iniciación, el neófito ofrecía a Isis, en el momento de los sacrificios, la hoja que había encontrado, y recibía en cambio de las manos del gran sacerdote un trébol de cuatro lóbulos de plata, tahsmán sagrado, prenda de dicho, que juega un papel preponderante en los principales actos de la existencia. La felicidad acompaña a este talismán. El novio se lo ofre- ce a la novia como prenda de amor; la madre lo cuelga al cuello de su hijo como preservativo de las adversidades de la vida, y dentro de la familia se trasmite de padres a hijos como símbolo sagrado de prosperidad. También solía colocarse en los sarcófa- gos, en piadoso testimonio de confianza en su eficacia hasta para la otra vida. Para darse cuenta exacta de la gran importancia concedida por los egipcios al trébol de cuatro lóbulos, hay que consignar que lo esculpían en los monumentos y jeroglíficos. Figura el tré- — 43 — bol de cuatro lóbulos sobre el Obelisco de Londres, llamado "Agu/* ja de Cleopatra", y sobre la mayor parte de los libros funerarios. Se ve la famosa tabla isíaca que representa los misterios de Isis, existente en la galería real de Turín los sacerdotes de esta diosa sujetaban su túnica de púrpura con un alfiler en forma de trébol de cuatro lóbulos, prendido en los hombros. Para su fabricación se usarán los metales plata y platino; es- cogiendo las horas de 9 a 11 de la noche, en día lunes y en oca- sión que la Luna llena se muestre sobre el horizonte, que es el principio de su carrera. Las invocaciones se harán en la forma siguiente: "jOh, astro solitario y misterioso, que caminas eternamente por ese espacio sin límites, derramando tu melancólica luz, sobre este planeta llamado tierra, yo, el más humilde de los mortales, te pido en esta solemne hora que fijes tus rayos y mercedes so- bre este metal que lleva tu imagen, dotándole de las virtudes má- gicas necesarias, para que por su mediación pueda conseguir la dicha, la fortuna, la salud, el poder y el amor durante el curso de mí vida sobre este planeta. Si atiendes a mi súplica, yo te pro- meto en agradecimiento a tus favores, recordarte en todas las horas de mi vida". Esta invocación se ha de repetir tres veces durante 30 no- ches en las mismas horas, de 9 a 11. Para usarle, se seguirá el procedimiento expresado. Se han indicado los anteriores como verdaderamente espe- ciales, y ahora sólo resta mencionar los más corrientes y usuales. CAPITULO V Talismanes ordinarios El muy "grande y único talismán" está dedicado a Mercu- rio, y es por consiguiente de metal verde y rojo. Llevándolo consigo y estando limipo el corazón, sir\'e contra los peligros del mundo. Enseñándolo a los espíritus, os obedece- rán en todo. A Saturno corresponden siete talismanes, de color negro. El más principal es el que sirve para llamar a los espíritus ccletes, hace huir a los guardianes de tesoros y hace ganar en toda dase de juegos. PRIMER TALISMÁN DE SATURNO Otro de los talismanes dedicados a Saturno es el que sirve para preservar de los temblores de tierra, por la virtud de los espíritus que se halla expresada en este talismán con los nom- bres Nori, Chori Josomondichi. SEGUNDO TALISMÁN DE SATURNO _ 45 — También a Júpiter corresponden otros siete talismanes, for- mados de metal azul celeste, que es color distintivo de dicho pla- neta. Uno de los más importantes talismanes consagrados a Júpiter, es el que sirve para conocer los espíritus correspondientes a su na- turaleza, y principalmente aquellos cuyos nombres está escrito en este talismán, entre los cuales se cuenta "Parosiel", que es el se- ñor de los tesoros y enseña de qué manera pueden adquirirse. TALISMÁN DE JÚPITER A Marte se consagran seis talismanes de color rojo, entre los cuales el más principal, tiene tan grande eficacia, que llevándolo encima, no tan sólo nadie puede ofenderte, sino que los disparos de arma de fuego irán contra los que te los dirigen; cuando te ha- lles en la guerra, te será muy necesario y te dará victoria. También ejerce un dominio soberano sobre la tropa y sobre las multitudes, siendo grande su virtud para atraer los espíritus adictos al planeta que representa. Con lo indicado sobre el talismán de Marte se comprenderá que su uso es conveniente a los militares en general, y a todas aquellas personas que por azares de la vida, se vean envueltas en revoluciones y guerras. Esto no quiere decir que los demás mortales hayan de privarse de él, sino que, por lo regular, cuadra mejor a quienes se sienten inclinados a las guerras, pendencias, moti- nes y revoluciones. En el centro de este talismán, se halla colocado un pequeño dragón de ocho garras, cuya cara, mirada al derecho o al revés, tiene la figura de la de una persona. — 46 — TALISMÁN MARTE Siete son los talismanes consagrados al Sol y se hcirán de color amarillo. Uno de los más principales es el que posee la virtud mara- villosa de adquirir y conquistar los reinos y dominios ajenos. Es propio de los Reyes y grandes soberanos de la tierra. Alejandro Magno llevábalo en sus empresas guerreras. Este talismán puede ser usado a la vez que el anterior de Marte, por ser sus propiedades en cierto modo iguales, por cuya circunstancia puede decirse que sirven de complemento el uno al otro. Otro de los más importantes talismanes, consagrados al Sol, es el que posee la virtud de la invisibilidad, y si alguno estuviese en presidio, teniendo los hierros en los pies y en las manos, si hu- Primer talismán del sol Segundo talismán del sol — 47 — bierc adquirido la suprema perfección y llevarre este talismán., al instante se romperían las cadenas y quedaría libre. Son conocidos infinitos sucesos, a cual más maravillosos, pet" sonas perseguidas injustamente, que han sido libres por las vir- tudes de este talismán. A Venus se dedican cinco talismanes, de color verde. Uno de los más maravillosos es el que sirve para atraer los espíritus de Venus y lograr la persona que tú quieras o desees que te quiera. Su virtud es tal, que si ella se encontrase retenida de manera que no pudiese venir a verte, al invocar al talismán y ordenarle con una verdadera voluntad que haga venir a tu lado la persona querida, al momento lograrás tu deseo. Deberás, no obstante, tener muy presente que si fuera el interés y no el amor el que te guiase, no conseguirás nada. El talismán y los caracteres serán de tres metales: plata, cobre y latón. Lo bendecirás y exor- cisarás, llevándolo siempre contigo de día y de noche. Talismán de Mercurio Talismán de la Luna Si la persona que lo posea es merecedora de sus dones, y si el talismán está dotado de todas sus virtudes mágicas, puede te- ner la seguridad de que alcanzará, en amor, cuanto desee. Mercurio posee también cinco talismanes de los colores: ro- jo y verde, entre los cuales el más poderoso es el que sirve para adquirir la ciencia e inteligencia de todas las cosas creadas, tanto terrestres como celestiales, para saber los secretos más ocultos y para enviar los espíritus a cualquier parte que se quiera. Seis talismanes están consagrados a la Luna, siendo el más principal el que es útil para los que viajan. Es admirable contra los peHgros del agua. — 48-- EXPLICACIONES ÚTILES SOBRE TALES TALISMANES En su "archidocto mágico" explica Paracclso que es muy dig- no de notarse que los planetas nunca ejercen tan bien su influen- cia, sino por el intermedio de los siete metales que les son apropia- dos y que tienen simpatía por sus substancias. Al efecto, habiendo reconocido los sabios cabalistas que la sublime penetración de sus ciencias, cuales son los metales apro- piados a los planetas, han determinado el "oro" para el Sol, el domingo; la "plata" para la Luna, el lunes: el "hierro" para Marte el martes: el "azogue", para Mercurio, el miércoles; el "estaño para Júpiter, el jueves: el "cobre" para Venus, el viernes, y d "plomo" para Saturno, el sábado. Sobre este fundamento, los antiguos filósofos, entre ellos Moisés y Salomón, establecieron los sellos de los planetas. Si por cualquier concepto no fuera posible adquirir los metales adecua- dos, bastará con que se utilicen otros del mismo o parecido color, siempre que lleve una parte del que le corresponde a cada planeta, y que se forme el talismán bajo la influencia del mismo. Es conveniente saber también, que los maravillosos efectos de un talismán sólo pueden ser modificados por el predominio que ejerza sobre el otro talismán, de mayor virtud y fuerza, o por las cualidades y virtudes de la persona que le posea. Es decir, que si una persona es digna del talismán cuya posesión tiene, éste la fa- vorecerá mucho mejor que no a aquella que no sea digna de él. Deberá por lo tanto cada persona que use un talismán, hacerse merecedora de sus dones lo cual lograrán siendo modesta, humil- de y virtuosa. CAPITULO VI De los amuletos mágicos Desde los tiempos primitivos hasta el día, los sacerdotes de todas las religiones conocidas, han hecho uso de los amuletos mágicos como preservativo eficaz contra maleficios y enfermeda- des. Los árabes conserva esta tradición de tal modo, que no hay entre ellos, ya sea mujer, hombre o niño, quien no lleve un amu- leto sobre el brazo izquierdo o sobre el corazón. Esta costumbre se viene transmitiendo de padres a hijos, no sólo entre los árabes, sino que bien podría asegurarse que no hay un solo punto conocido en el globo, donde no se halle alguna per- sona que haga uso de ellos, ya sea en forma de piedra, ya en otra cualquiera, puesto que todas tienen el mismo objeto. Los efectos de los amuletos, así como los de los talismanes — 49 — debió Moisés las maravillas que obró en Egipto: el paso del Mar Rojo, la alimentación del pueblo hebreo por el desierto; por su virtud pudo también hacer brotar agua de una peña, hablar sobre el Monte Sinaí con el gran esoíritu de Dios, Alpha y Omcga de las ciencias cabalísticas y, finalmente, vencer y someter a los pue- blos aue hallaba a su paso. El sabio rey Salomón fue. sin duda alguna, después de Moi- sés, el que logró poseer más talismanes de gran poder y virtud y a ellos debió indudablemente, el gran dominio que ejerció sobre todo lo creado y su infinita sabiduría. Usándose con fe, preservan de hechizos y sortilegios, lo cual se debe a su misterioso poder, que ninqún maleficio puede destruir. Por esto deberá ponerse especial cuidado en colocarlos sobre los niños, tanto para preservarlos de influencias maléficas, cuanto, para que ellos reciban, además, las virtudes y benignas influen- cias del amuleto, que obrando sobre su infantil imaginación, les sugiera cosas agradables, formando con ellos un carácter tranqui- lo y bondadoso. DEL MODO DE PREPARAR LOS AMULETOS Para obtener buenos amuletos, es necesario conocer en pri- mer lugar las diferentes maneras de fabricarlos. Entre los árabes, la más usada es la que empleaba el sabio Alaka Bajamet Alaja que vivía en la Meca. Este célebre mago estaba constantemente al pie del altar de las ofrendas, sentado sobre una alfombra, según la costumbre usada por ellos. Allí bajo los auspicios y ayuda del gran sacerdote Mahometalit, escribía y grababa los amuletos, los cuales formaba sobre un pedazo de pergamino virgen, tomado de la piel de un corderillo blanco. La tinta que él usaba en los dibujtos, era preparada con san- gre que extraía de las venas de las vírgenes sacerdotistas, a la que agregaba savia de plantas sagradas y tinta mineral. La tinta mineral se hacía con una disolución de los siete metales que tie- nen la influencia y representación de los siete planetas. Una vez grabados y dibujados con los signos cabalísticos, se les perfuma- ba y colocaba sobre el altar de los siete sacrificios: luego se do- blaban en cuatro dobleces y se envolvían en un papel blanco que contenía algunos versículos del Corán escritos en árabe. A esto se agregaba una medalla, pasada antes por el fuego del sacrificio, con signos cabalísticos y se colocaba todo sobre una pequeña bol- sita de seda encarnada. Luego se perfumaba, con las plantas sa- gradas y olorosas, destinadas al profeta. — 50 — versículos del coran r ^M^> Sv^WP^ V La medalla es el símbolo de la abundancia, recibiendo la pro- tección del gran Nakir, el mayor entre los profetas que han con- sagrado su vida al estudio de las ciencias y al progreso de la hu- manidad. El amuleto se coloca sobre el brazo izquierdo o sobre el co- razón diciendo la siguiente invocación: "Boas, Tubaliaón, Eluar, Adonay, Adonay, Adonay, Jarua. Menaat, sedme propicios y li- bradme de todo mal. lo mismo en mi cuerpo como en el alma." La forma indicada es la más corriente entre los árabes, tenien- do algunos amuletos virtudes tan raras, que el mortal que los po- see adquiere el don de fascinar a los animales, como lo hacen con las serpientes, leones, panteras, etc., ejerciendo sobre ellos una es- pecie de encanto mágico que les permite dominarlos por completo. AMULETO CONSTELADO Este amuleto se forma de un trozo de pergamino virgen en el cual se dibujará con tinta encamada un círculo grande, y con tinta plateada mezclada con goma arábiga, otro más pequeño. Dentro de - 51 — AMULETO CONSTELADO na^»*^ estos círculos se harán doce divisiones de dos rayitas cada una y se colocará en cada división uno de los signos del Zodíaco. En el centro se formará la estrella trazando cada uno de sus rayos con uno de los colores del arco iris, escribiendo también sobre ellos nombres de los planetas. Estos nombres y los de los metales que van entre los rayos, han de ser escritos cada uno con tinta del metal que representa. En el centro de la estrella se dibuja la imagen del Sol, y tanto éste como sus rayos, irán hechos con tinta de oro y amarillo rojo. Toda la operación indicada debe hacerse de noche y en la hora de cada planeta, se dibujará éste y el nombre del metal que le representa. Los dibujos del centro deberán principiarse el lunes con la Luna, para podpT terminar el domingo con el planeta Sol. Luego se agrega una hoja de papel de plata y otra de oro, o bien una planchita o moneda de cada metal, se coloca y se dobla el pergamino en cuatro dobleces, envolviéndole en un papel blan- co con los versículos del Corán que se exponen en el dibujo. Todo esto, cuidadosamente envuelto, se coloca sobre una bol- sita de seda verde y se expone a la influencia de los astros como se dirá en el capítulo siguiente que trata del modo de adquirir pa- ra los talismanes y amuletos las buenas influencias de los planetas. — 52 — Hay quien agrega ya una piedra imán, un diente de un ahor- cado, a una cabeza de ajos, etc., con la cual se consigue mavor vir- tud pero no es de absoluta necesidad, y no siempre se pueden ad- quirir esos objetos. Con este amuleto está uno libre de ser herido por arma de fuego, puesto que las balas se vuelven contra quien las dispara o no sale el tiro. ( 1 ) AMULETO EVANGÉLICO.— Es bastante corriente entre los cristianos el uso de este amuleto, formado por un pequeño li- bro que contiene impresos los cuatro evangelios. Estos se han de leer en presencia del niño, por un sacerdote, bendiciéndolos con agua exorcisada. Se coloca el librito en una bolsa de raso verde o azul, y se cose en la ropa del niño, sobre el costado izquierdo por la parte interior. Es muy eficaz para evitar que los niños reciban influencias ma- léficas tales como sortilegios, hechizos, mal de ojo, etc., que produ- cen a los mismos, enfermedades incurables y, a veces, la muerte. CAPITULO VII De la manera de lograr que los amuletos y talismanes posean virtudes y eficacia Para dotar de las necesarias virtudes a los talismanes y amu- letos, es conveniente que la persona que haya de usarlos, dedique durante treinta noches, la hora de diez a once, a la contemplación de los astros, exponiendo el tahsmán colocado sobre un pequeño plato nuevo, para que reciba las benéficas influencias. La mitad del tiempo, o sea, media hora, lo pondrá de un lado y la otra mi- tad de otro. Cada noche recitará en esta hora cuatro veces la siguiente plegaria, teniendo colocada la mano derecha sobre el talismán o amuleto y la mirada fija al cielo estrellado. "Dirigid vuestros efluvios ¡oh astros soberanos! hacia este pedazo de metal (o pergamino) que os representa en este planeta llamado tierra y dotadle de todas las virtudes y cualidades que sean precisas, para que tenga el absoluto poder de dominar sobre los ijuenos y malos espírits, según sea mi deseo; para que pueda por vuestro favor y mediación vencer todos los contratiempos de la (1) A este efecto mencionaremos el siguiente caso descrito por im viajero inglés que fue testigo presencial. Un jefe árabe oponía a los disparos de los fusiles sus amuletos y éstos no disparaban, aun cuando caía el gatillo. Apuntaban a otro lado y entónese salía el tiro con gran estrépito. — 53 — vida, adquirir riquezas y poderío, no ser molestado* ni vencido por personas ni por espíritus, estar libre de maleficios, encantos y de- más sortilegios. Que nadie pueda darme mal o daño y que posea un absoluto dominio sobre los astros, los elementos de la tierra, los espíritus y las personas. Ruego también a los buenos espíritus de luz, Adonay, Ariel, Jehová y Mitratrán, le adornen de los dones de la sabiduría, a fin de que por sus mágicas virtudes logre yo cuanto me proponga". "Segunda vez pido a los astros, elementos y espíritus creados, que escuchen mi ruego en esta solemne hora, y que le doten de la gracia, para que por su medio logre yo cuantas maravillas me pro- ponga, siempre en obra del bien propio y de mis semejantes". Es necesario para alcanzar los beneficios que se deseen por medio de talismanes y amuletos, adquiriendo la suprema perfec- ción por la práctica constante de las virtudes. A este fin es conve- niente estrechar la pereza haciéndose diligente; la lujuria, deberá cambiarse por la castidad o el uso moderado de los placeres; la vanidad y el orgullo, se trocarán en paciencia y humildad y asi sucesivamente. A medida que vayamos corrigiendo nuestros de- fectos, adelantaremos en el camino de la suprema perfección que es la que nos hará dignos de adquirir el don de dominarnos a nos- otros y subyugar a nuestra voluntad y albedrío cuonto encierra la creación, tanto en lo espiritual como en lo material. No deben olvidarse las advertencias hechas de ser pacientes y sufridos, pues faltando estas virtudes será difícil la posesión de la ciencia secreta y de la verdadera sabiduría que sólo se alcanza a fuerza de perseverancia en la investigación de las cosas natu- rales y espirituales. CAPITULO VIII , El espejo secreto de Salomón Es muy importante que sepáis cómo se hace el espejo de que se sirvieron los sabios cabalísticos siguiendo al gran Salomón, hijo de David, que estuvo dotado de la sabiduría y poseyó las ciencias ocultas. Este espejo se hace en cuarenta y ocho días, comenzando por una luna nueva hasta el plenilunio de la siguiente. Veréis en este espejo todas las cosas ocultas que deseéis, si así es la voluntad de los espíritus superiores. Durante este tiempo no cometeréis ninguna acción mala, ni tendréis ningún mal pensamiento y haréis muchas obras de piedad y de misericordia. — 54 — Tomad una placa luciente y bien pulimentada de acero, y es- cribid encima en los cuatro extremos, estos nombres: "Jehovan", "Eloim", "Mitratón", "Adonay" y poned dicha lámina de acero en un lienzo bien limpio, blanco y nuevo, y cuando veáis la luna nueva y a la primera hora después de haberse puesto el sol, acer- caos a una ventana y mirando al cielo y a la luna con devoción decid: "¡Oh, rey eterno y universal! Tú que dominas sobre todas las cosas y eres sabedor de todos los misterios, dígnate conceder- me el don de la mirada que todo lo ve y haz que se digne el ángel Azrael aparecérseme en este espejo." Tened preparados carbones nuevos, hechos de madera de laurel y encendidos, arrojad sobre ellos, por tres veces, perfume y decid: "En este, por este, y con este espejo, pienso y deseo ser sa- bio, por la voluntad suprema, y por la intermediación del ángel de luz Azrael". Decid esta invocación tres veces, al arrojar los perfumes, des- pués de lo cual, soplad sobre el espejo y recitad esta oración: "Ven, Azrael, y complácete en hacerme compañía en el nom- bre del que todo puede y lo ordena con sabiduría infinita". "Ven Azrael, en el nombre sacratísimo de Jalma; ven en mi nombre a este espejo y con amor alegría y paz, muéstrame las cosas que permanecen ocultas a mis ojos". Después de recitada esta invocación, elevad los ojos al cielo y decid: "¡Oh, Espíritu Supremo, que pones en concertado movimien- to todas las cosas: oye mis votos; séate agradable mi deseo! Or- dena a Azrael que comparezca en este espejo y llenará de satis- facción a este tu siervo, que te bendice a Ti que reinas excelsa- mente por todos los siglos. Amén". Cuando hayáis recitado estas invocaciones, pondréis la mano izquierda sobre el espejo y extenderéis a la derecha sobre el espa- cio infinito. Repetiremos esta ceremonia durante los 48 días, al fin de los cuales o acaso antes, se os aparecerá el ángel Azrael, bajo la figura de un hermosísimo niño. Entonces podéis pedirle lo que queráis que os muestre en el espejo mágico. CAPITULO IX Nigromancia o arte de evocar a los muertos Se ha hablado mucho sobre las invocaciones y consultas acer- ca de las cosas del porvenir por medio de los manes, que hacían aparecer los muertos, a quienes querían consultar sus sombras. — 55 — Esta clase de adivinación se practicaba con gran fervor en- tre los griegos, quienes recibían oráculos, esto es, respuestas cier- tas sobre el porvenir. Existían mágicos que presidían estas prácticas y esos mági- cos exigían que los sacrificios fueran hechos a los manes del di- funto, a fin de tenerlos propicios, sin lo cual permanecían sordos a las preguntas que se les hacían. Habiendo consultado Saúl a una nigromántica, ésta hizo ver la sombra de Samuel, que le predijo toda suerte de cosas. El emperador Basilio, que reinó en Constantinopla, habiendo perdido a su hijo Constantino a quien amaba infinitamente, se consagró a la Nigromancia y por los consejos de un monje heré- tico llamado Santabrenus consiguió hacer aparecer un espectro que tenía una grandísima semejanza con su hijo. En Salamanca y en Toledo, siglos pasados, existían escuelas de Nigromancia en profundas cavernas, a donde acudían no po- cos sabios. Para evocar los muertos se ha de llevar colocado el anillo de Salomón en el dedo corazón de la mano derecha, y después de ele- var el espíritu a Dios, se colocará la mano sobre la parte del co- razón del cadáver y se dirá: "Yo te conjuro, criatura que fuiste y ya no eres, de parte de los espíritus cuyos nombres lleva graba- dos este anillo mágico e imantado, que atiendas a mi llamamiento y contestes a las preguntas que voy a hacerte". Talismán divino. _ 56 — "Segunda y tercera vez te conjuro a que tus labios formulen las respuestas que te pido, por el poder maravilloso de este sagra- do anillo, representación del que Salomón poseyó durante su vida". Teniendo tu mano sobre su corazón, le preguntarás, y si eres digno y virtuoso, te obedecerá en el acto. Círculo para la consagración de los talismanes INVOCACIONES, PACTOS Y EXORCISMOS Al que leyere: No habrá de olvidar el que intente poner en práctica los ex- perimentos que aquí le han de ser revelados, que precisa estar lim- pio de impurezas que ha de poner toda su fe y voluntad en las cerenonias y conjuros, que ha de ser temerario en sumo grado, sin dejarse impresionar si algunos espíritus malévolos tratan de notificarle para que desista de su empresa. El que tenga fe y te- meridad, llegará a conseguir el dominio de las cosas maravillosas: pero el que sea temeroso y apocado de ánimo se expone a ser atormentado y mortificado, sin conseguir beneficio ninguno. — 57 — Hecha esta declaración, que puede servir de prólogo, pasa- remos a explicar las diferentes clases de seres sobrenaturales coa quienes habremos necesariamente de tratar, si ponemos en prác- tica las indicaciones que se hallarán en el curso de la obra. CAPITULO I De los espíritus en general Los espíritus se dividen en varias clases siendo por lo tanto diversas sus facultades y condiciones. El espíritu Supremo o Creador es el que todo lo rige y go- bierna, y a El están sujetas de un modo absoluto todas las cosas creadas, así espirituales como materiales. A sus inmediatas órdenes, y como jefes principales, se hallan los espíritus superiores a los cuales siguen en relación de su cate- goría, los medios e inferiores. Cada espíritu reúne cualidades y acepciones distintas. Los hay celestes, aéreos, terrestres e infer- nales, denominándose, según sus condiciones, de protección, mi- sericordia, tentación, de bien y de daño. Cada uno llena su misión especial en el universo y todos en absoluto rinden culto y obediencia al Supremo Creador y Espíri- tu Soberano. Es regla general en todas las regiones, admitir como verdad fija la existencia del espíritu del bien y del mal, haciéndolos an- tagónicos entre sí. Esto no lo puede admitir la ciencia sagrada de la verdadera magia por la razón de que el bien y el mal soh el complemento de todas las cosas. Así como no hay placer sin dolor, así en toda la creación tiene por necesidad que existir lo ab- soluto y lo relativo, que es su complemento. Puede asegurarse, por lo tanto, que el bien está unido al mal, la dicha a la infelicidad, la pena o la alegría, la vida a la muerte, el espíritu a la materia, el alma al cuerpo, el calor al frío, la luz a la obscuridad, y a este tenor se podrían enumerar infinitos asuntos. Los espíritus pueden ser, individualmente, buenos o malos, de luz o tinieblas; pero todos absolutamente llenan su misión con arreglo a las leyes que tuvieron en su creación. Así se comprende que los espíritus de tentación, se dediquen a tentar; los de mi- sericordia y protección a proteger, etc. Los llamados celestes re- siden en el cielo, los aéreos en el aire, los terrestres en la tierra» y los infernales en sus guaridas. Aparte de que cada uno llena una misión, como ya se ha di- cho, todos, sin embargo deben respeto y obediencia al Espirita Supremo, cuyo nombre es Jehová en hebreo. Alpha y Omega Cft — 58 — caldeo. Alá entre los moros, y Dios entre los cristianos. En los trabajos se puede invocar a todos, pero deberán llamarse única- mente los de una u otra cualidad, según la clase de petición que se haya de hacer. Es decir, que cuando el conjuro sea de tentación se llamará a los de tentar; cuando sea de agrado o amor a los de agradar: si es de bien, a los buenos; y si de mal a los malos, o de daño; y así sucesivamente. Los espíritus buenos dominan siempre sobre los malos; no así éstos sobre aquéllos, por tenerlo asi dispuesto el Soberano Ha- cedor, a quien todos rinden una obediencia absoluta. Téngase muy presente que el signo de la cruz, llamado signo de redención, tiene tal virtud y fuerza sobre los malos espíritus, que no pueden resistir su vista, y únicamente hallándose aposen- tados dentro de una persona o animal impuro, o bien obligados por la fuerza de algún conjuro o invocación, es como pueden per- manecer a su lado. Para invocar a los espíritus de luz o celestes, tampoco de- berá usarse por ser para ellos un signo de gran veneración y res- peto, dando por resultado que su contemplación les extasía y sub- yuga, sin dejarles prestar atención a ninguna otra cosa. Por esto se ha indicado que la cruz deberá retirarse de todas las ceremonias mágicas y únicamente podrá usarse en los experimentos o en las invocaciones que se hagan a los principales espíritus celestes su- periores. Hechas estas advertencias, se indicarán las diferentes jerarquías y nombres de los espíritus a los cuales se habrá de in- vocar según las experiencias que quieran ejecutarse. CAPITULO II DE LA jerarquía DE LOS ESPÍRITUS El Espíritu Supremo El Espíritu Supremo es el Hacedor de todo lo creado, sobre e\ cual nadie tiene mando, y a quien todos deben obediencia, su- misión y respeto. Es tan inmensa y tan grande, que no hay un solo átomo en toda la creación a donde no llegue su misterioso fluido. Del Espíritu Supremo se derivan todos los demás espíritus, puesto que éstos no son en realidad sino partes del gran todo. Por esta razón la ciencia mágica demuestra que si bien los espíritus se dividen en varias clases, todo a medida que se van perfeccio- aando y una vez llenada la misión que el Supremo Creador les — 59 — ha encomendado, vuelven de nuevo a identificarse con él. Todo en el universo constituye una vida i'mica, animada por el Espíritu Divino y nada existe en realidad que no sea por él alimentado. Bien, puede, por lo tanto, llegarse a la afirmación absoluta de que el Espíritu Supremo es eterno e infinito, que todo lo rige y dispone, siendo a la vez la causa de las causas y principio de todo lo creado. Para El no existe tiempo, espacio ni medida, y aunque es di- fícil poder expresar su grandeza, trataremos de hacer algunas ob- servaciones que nos den una ligera idea de su inmensidad y de la obra y maravillas de la creación. Figúrese el lector, por un momento, que se propone empren- der un viaje a través del espacio infinito. Pues bien: admitiendo como punto de base la velocidad de la luz, que camina con una rapidez de 77,000 leguas por segundo, y tomando la tierra como punto de partida, hará cuenta de que se dirige a un punto cual- quiera del espacio. Al primer segundo habrá recorrido 77,000 le- guas, al segundo 1 44,000 y a los cien 770,000. Con esta velocidad maravillosa en un minuto de viaje se estará a la distancia de la tierra de 4.420,000 leguas. Siguiendo esta marcha durante días, meses, años y siglos, se habrán recorrido miles de millones de leguas, cuyo cálculo no hay posibilidad de determinar pero con ser esto tan maravilloso resul- taría que después del espacio recorrido y aun continuando con la misma velocidad durante millones de años, no se llegaría jamás al límite de lo infinito, por la sencilla razón de que lo infinito no tiene límite. Así se debe considerar al espíritu soberano, puesto que es eterno, y lo eterno no tiene principio ni fin. Por lo tanto y habiendo demosrado que este espíritu lo llena y lo vivifica todo, puede calcularse lo difícil que ha de ser a los hombres expresar ni comprender su inmensidad. Las palabras "infinito", "eternidad", y "Ser Supremo", esca- pan por completo a la penetración humana, puesto que nuestra inteligencia es demasiado limitada para poder definirlas. Goethe a Eckerman decía: El Ser Supremo es incomprensi- ble al hombre; no tiene de El más que un sentimiento vago, una idea aproximada, lo cual no quita que estemos tan identificados con la divinidad, que puede decirse que ellas nos sostiene; que en ella vivimos y por ella respiramos. Sufrimos y gozamos, según las leyes eternas, ante las cuales representamos a la vez un papel ac- tivo y pasivo. Poco importa que lo reconozcamos o no. Él niño saborea el dulce sin inquietarse en saber quien lo ha hecho, y el — 60 — FIGURA Y FIRMA DE LOS ESPÍRITUS CELESTES SUPERIORES Adonay Eloim JchovaiD Mttraton Airael Eloy y'?' Mtlech Jñt Ariel Zenaoth V CL — pajarillo picotea la cereza sin pensar de qué ha brotado. ¿Qué sabemos de la idea de Dios, ni qué significa en definitiva esta es- trecha intuición que tenemos del Ser Supremo, aunque se le desig- nara, como los turcos con un ciento de nombres quedaría infini- tamente debajo de la verdad: ¡tan innumerables son sus atribu- tos!. . . Como la divinidad se manifiesta no solamente en el hom- bre, sino igualmente en la naturaleza entera y en los acontecimien- tos del mundo, la idea que podemos formarnos de ella, es de todo punto insuficiente. Hecha esta hgera explicación sobre el Espíritu Supremo, pa- saremos a tratar de los espíritus celestes, según su importancia y jerarquía. Para la mejor comprensión de los capítulos sucesivos, expo- nemos a continuación dos tablas que contienen las figuras de lo« principales espíritus de luz, y los signos que emplean para firmar sus pactos con los hombres. CAPITULO III Espíritus superiores Espíritus Superiores son aquellos que se consideran primero» en categoría y que tienen por lo tanto la potestad de mandar so- bre los demás que se hallan en inferior escala. El primero de todos es Adonay, llamado Ángel de Luz, que recibe directamente del Ser Supremo las órdenes que ha de tras- mitir a los demás. A su inmediato servicio y con idéntica potestad, hay otros dos, cuyos nombres son Eloin y Jehovam, que tienen la misión de hacer cumplir los mandatos que Adonay recibe y que ellos trans- miten a su vez a los espíritus encargados de su ejecución. Luego siguen en jerarquía Mitratón, Azrael, Astroschio, Eloy, Milech, Ariel y Zenaoth, que también tienen a sus órdenes otros muchos espíritus que les rinden gran obediencia absoluta. De aquí se deduce que van ascendiendo en categoría a pesar de ser considerados como espíritus superiores, por lo que bien po- dría denominárseles de primera, segunda y tercera magnitud, sien- do el principal de todos el gran Adonay, o el Ángel de Luz, como se ha dicho. A continuación daremos una idea aproximada de los espíritus — 62 — celestes que puede decirse forman verdaderos ejércitos, tanto por su organización, como por la obediencia con que ejecutan las ór- denes que reciben de sus superiores. CAPITULO IV De los espíritus celestes Llámanse espíritus celestes a los aue habitan el firmamento y los astros que giran por el espacio. Sus funciones son presidir el destino de cada mortal y dirigir los acontecimientos que le con- demen, conforme a la voluntad del Divino Creador. Por eso los espíritus celestes están al abrigo de todas las emboscadas de los genios dañinos. Cada espíritu celeste no puede obrar con arreglo al astro a qtie corresponde y según lo que le permite la omnipotencia divi- sa, porque Dios sólo le da el poder de obrar. Por esta razón, di- chos espíritus no pueden emprender nada sino bajo la dirección divina y sólo cosas que conducen a un buen fin, como lo confirma la historia del mundo desde su creación. Hay siete gobernantes que tienen funciones diferentes. Sus astros visibles son: Aratón. Bethor, Praleg. Och, Hageth, Ophiel y Phul, a los cuales se les atripuyen las condiciones siguientes: lo. Aratrón, tiene el poder de cambiar instantáneamente en piedras o metales objetos diferentes y al contrario, por ejemplo: convierte el carbón en oro y viceversa; enseña la Alquimia, la Ma- gia, la Física, hace invisibles a los seres y da larga vida. 2o. Bethor, confiere las altas dignidades acerca del hombre a los espíritus que le dan respuestas exactas, transporta los obje- tos de un lugar a otro, proporciona piedras preciosas y prolonga la vida indefinidamente, si Dios lo permite. 3o. Phaleg, pertenece a los atributos de Marte, establece la paz y eleva a las altas jerarquías militares a quienes han recibido su marca. 40. Och. preside a los atributos del Sol, y da larga vida y salud, distribuye la sabiduría, enseña la medicina y da el poder de cambiarlo todo en oro puro, y en las piedras más preciosas. 5o. Hageth, bajo la influencia de Venus da muy grande hermosura a las mujeres que honra con su protección, les distribu- ye todas las gracias, cambia el cobre en oro y al contrario. 6o. Ophiel, posee el poder de la transmutación metáh'ca. hasta el astro Mercurio; da el medio de transformar la plata en oro, transformación en que se funda, según la Alquimia, la gran piedra filosofal. — 63 — 7o. Phul, gobierna las regiones lunares. Su potencia se ex- tiende a la curación de infinitas enfermedades, cambia todos los metales en plata, protege al hombre que navega y da larga y po- derosa vida. No olvidar jamás que todo es posible a quien tiene fe y vo- luntad, y que por el contrario, nada conseguirá quien carezca de ambas cosas. No hay obstáculos mayores que los que operen el aturdimiento, la ligereza, la inconstancia o la frivohdad, el des- arreglo y las pasiones desordenadas. Quien quiera poseer el don de la magia, tiene que ser antes que todo hombre honrado, virtuoso, constante en sus palabras y en sus acciones, firme en todos los trabajos, prudente y avaro so- lamente de su sabiduría y creyente leal en la empresa que acomete Hecha, la anterior digresión por considerarla de verdadera utilidad, pasaremos a tratar de los gnomos. CAPITULO V Los gnomos Tras la especificación hecha de toda clase de espíritus deta- llando los elementos que pueblan, propiedades y funciones que tienen encomendadas según sus instintos innatos o impuestos por el Rey de los Ámbitos, manera de suplicar su concurso en nuestras empresas mágicas, etc., vamos a tratar ahora de otros seres tam- bién espirituales pero que, desligados en todo de los anteriores, forman una nueva legión y obran y accionan con libertad abso- luta en relación a los demás. Gnomos, es el nombre de estos espíritus y están definidos por Arbatel en los anales de la magia, para conocimiento de sus se- cuaces del siguiente modo: los espíritus guardadores de tesoros, íntim.os a la humanidad, de la cual forman parte integrante, son invulnerables a nuestros encantamientos más sutiles. Esta acotación, escrita de puño y lera del gran Arbatel, ha sido generalmente mal interpretada en una de sus partes más sig- nificativas, debido a la poca ciencia comprensiva de los genios que han tratado tan escabrosa rama del saber, y es, en lo relativo al principio del versículo antes mencionado, pues debo advertir que las sentencias y máximas inscritas en el Libro Rojo, obra maestra de Arbatel, está en árabe y doy la traducción para aquellos que, no impuestos en los secretos de este arcano, no puedan por sí so- los, a la voz de un conjuro, hacerse con el original, libro raro, es- crito en hojas de pergamino, que Olympiadoro y Sinesio ensayaron en balde de copiar, por la sencilla razón de que a medida que escri- — 64 — bían. se iban borrando los caracteres; sin embargo, tal fue el em- peño de ambos por conocerlo, que consiguieron retener en la me- moria algunos párrafos, los cuales les fueron muy útiles en sus ex- perimentos de alquimia logrando hacer artificialmente oro y bri- llantes. Mas, apartándonos de digresiones, diremos que la califi- cación de guardadores de tesoros a que antes aludiéramos es la hiperbólica y de sentido figurado, pues su autor no sólo se refiere a los tesoros que se hallan ocultos en forma de minerales, piedras preciosas, moneda acuñada, etc., sino también a la inteligencia del hombre que, bien entendido, es la riqueza mayor de que estamos dotados los mortales y de la cual se convierten en sus más fieles guardianes, dirigiéndola por el camino de la suprema perfección. Tenemos no obstante, que dar una suscinta explicación a aquellos incrédulos que hacen supeditar el libre albedrío de estos espíritus a la materia; y al efecto exponemos lo siguiente: — El espiritu — dice el doctor Hermán Scheffer — • no es otra cosa que una fuerza de la materia, resultando inmediatamente de la actividad nerviosa: más objetamos con Flammarión, ¿de dónde viene esa actividad ner\'iosa?, ¿qué es sino el espíritu el punto donde radica esa potencia? ¿Acaso es el alma la que obedece y se somete al cuerpo o éste al alma. . .? Dogmas son que caen por su base y a los que no debemos dar importancia aunque hayan sido sostenidos por eminencias como Laugel, Maleschott. Bücher y otros afamados profesores. Téngase presente que nuestro espíritu se halla constituido de tal modo, que en su composición entran una inmensidad de peque- ños espíritus, que trabajan constantemente en el desarrollo de nuestras ideas y éstos en relación directa con los gnomos son los que producen en nuestra alma sensaciones de placer, alegría, va- lor, cariño, simpatía, temor, tristeza y otras muchas que sin dar- nos cuenta exacta de su origen, se apoderan de nosotros de un modo absoluto. Estos espíritus son tan diminutos que para hacer su compara- ción, habríamos de decir que parecen átomos ( 1 ) , lo cual no es obstáculo para que sean tan exactos en el cumplimiento de su de- ber, que tan pronto como aparecemos a la faz del orbe y aspira- mos el primer hálito de vida, ya somos víctimas de su benéfica in- vasión, que nos acompaña y dirige hacia el término del destino que la providencia nos señaló de antemano. Tan complejo, amplio e importante es ese papel que desem- peñan en nuestra existencia, que casi podemos decir que depen- (1) Véase el capítulo siguiente que trata de "lo infinito". — 65 — demos de ellos, sin temer el arrepentimos y, por razón natural, son los que debiéramos conocer para explicarnos muchos de los fenómenos que nos suceden y que hasta ahora han quedado sia explicación categórica. La residencia de los gnomos son las ondas aéreas y, como sus moradas, nunca están en reposo. Además tienen la propiedad de penetrar por todos los poros de la tierra y hasta se filtran en el corazón de las montañas. Tienen un poder omnímodo sobre la imaginación del hombre, son su égida en los peligros, su inspiración en la duda, su horós- copo de lo futuro; de ahí vienen las preocupaciones que tenemos, las cuales siempre suelen ser ciertas. Es el céfiro transmisor de las órdenes, demandadas o ruegos de los hombres a los espíritus de éstos entre sí, y tal es su con- vicción de lo bueno y lo malo, que sí va en perjuicio de los seres racionales la voz que arrastran a su destino, tratan de librarse de su posible carga, chocando con los obstáculos que encuentran a su paso, desbaratando de este modo el poder de los espíritus no congéneres, los cuales nada pueden hacer para contrarrestar sus impulsos justicieros, pues como ya hemos dicho, los gnomos tienen por misión principal, velar por el equilibrio de los talentos amena- zados de las fastuosas maravillas de los espíritus malignos. También hemos hecho notar que la influencia o acción de Io$ gnomos es ejercida sobre el cerebro, y por lo tanto, ellos son los cngendradores de la ilusión de los sentidos. Quieren al hombre y le proporcionan una vida inmaterial, le hacen soñar y le enseñan a sentir, porque no es verdad como se cree que el sueño no sea más que una retrotracción de pensamien- tos ya impresos en nuestra masa encefálica, no; la imaginación es incesante como los mismos gnomos que la incitan a funcionar, estando dispuesta a crear en todo momento y si faltase esta me- cánica, la materia se confundiría, hasta el momento en que llegase su transformismo total, que no sería lejano. Únicamente pueden existir diferentes grados de actividad mental o relativo reposo en relación al género de células que vi- bran en nuestro entendimiento, pudiendo afirmarse que cuanto más en contacto esté el objeto o imagen, causa del movimiento fisiológico, con lo material y mundano, más agitado está el siste- ma nervioso, en virtud de estar en tensión más número de ner- vios de la prodigiosa fábrica de nuestros organismos. ¿Pensáis por ventura que esas inmensas moles de granito cu- ya geognosia son, en su mayor parte pequeños cristales de cuerzo — 66 — feldespato, mica y ortosa, que se elevan a infinidad de metros sobre el nivel del mar, permanecen inmóviles y en reposo absoluto. Pues no; ¡vibran todas sus moléculas, por razón de la cohesión y expansión de los átomos en que el éter imprime su movimiento y vacilaréis ahora si os digo que la materia viva es incesante en sus fases cuando hasta las masas, inanimadas aparentemente no lo son? y más aún, si confesáis que la materia organizada está cons- tantemente en vigor ¿qué diréis de los espíritus en cuya substan- cia se sintetizan estas cualidades y una poderosa de que carecen el resto de los elementos del cosmos?. . . Nada más bello que abandonarse a estos espíritus que nos proporcionan placeres quizá platónicos, porque nuestro ser no dis- fruta al unísono del alma, pero ésta se purifica y aprende a pen- sar en lo divino o sobrenatural cuando transpórtannos estos gracio- sos espíritus en alas del deseo a regiones ignotas y nos hace expe- rimentar mil sensaciones que nos sobrecogen de respeto haciendo brotar en nuestra mente ideas vagas como bosquejos de una feli- cidad anhelada que empieza a conseguirse. Hacen arrugar nuestra frente acreditando utopías posibles para nosotros que empezamos a esclarecer con su luz germinadora y gozamos un éxtasis embelesador elevándonos cada vez más al sol esplendente de la verdad, el que brilla en el inmenso espacio del Bien supremo. Angeles del infortunio luchan contra la maldad imposibilitan- do su progreso aunque no pueden destruirla obedeciendo a leyes de la naturaleza. Con facilidad observamos la ingerencia de estos espíritus ca nuestros designios, puesto que están íntimamente unidos a ellos; así es que si llevamos a cabo un daño, tras la vacilación interior, tenemos el remordimiento, y si se trata de un bien el gozo inefa- ble de una dicha unida a la satisfacción frecuente que el alma ma- nifiesta por una obra realizada. ¿Cómo podemos explicarnos esa alegría a ese pesar "sui generis" de que nos vemos poseídos a ve- ces, sin causa visible que le despierte, si no es por los gnomos que graban en el centro de nuestro sisema nervioso los ecos de un próximo acontecimiento? Son ellos que nos avisan, no para dar margen a nuestro desenfreno o abatimiento, sino para precaver- nos de una impresión repentina y para que vayamos poco a poco familiarizándonos con la tentación que vamos a sufrir, haciéndo- nos de este modo superiores a nosotros mismos. ¿No es verdad que. cuando hablamos de una persona a quien no hemos visto desde largo tiempo, suele suceder que apsurece an- — 67 — te nuestros ojos en breves instantes? ¿Pues a qué puede atribuirse esto, si no es a los gnomos? Este malestar que nos asalta al per- manecer delante de un extraño que nos mira; esa antipatía o sim- patía que nace a la primera ojeada entre dos personas, y esta pre- disposición benévola que tenemos hacia los astros magnánimos, ¿qué son sino tantos ejemplos de la existencia de estos espíritus que pénense en contacto? Sí, cien veces sí; son fluidos inherentes; nuestros compañe- ros inseparables durante el tránsito que, más corto que largo, to- dos sufrimos, y lo que tenemos que procurar es hacernos merece- dores de su auxilio, que estriba en la reflexión de nuestros actos, cuidando que a su llamamiento siga nuestra sumisión a sus incli- naciones, llegaremos en línea recta al sumun de la sabiduría que está acordada por el Altísimo a sus elegidos. CAPITULO VI De lo in[inito Encontraréis el infinito en la materia, en el espacio, en el mO" vimiento, en los astros que tachonan la bóveda celeste, y en cuan- tas cosas pongáis vuestra atención o vuestra mirada. El hombre debe estar orgulloso de la exploración que realiza de los insondables espacios, y de que, gracias a su sagacidad, se le hayan revelado muchos de los secretos de la naturaleza. Es preciso, sin embargo, guardarse de estudiar la moral con- tenida en los escritos ignorados de la multitud de los sistemas, producidos por arrebatos de imaginación, por inquietudes de hom- bres exaltados con la idea de conseguir grande y rápida celebridad. Deben desterrarse todas las obras que tengan tal carácter y acoger tan sólo las reputadas y admitidas en todos los pueblos que son las que han de revelarnos los secretos del infinito, pala- bras mágicas que, por sí solas, abarcan una serie inalterable de maravillosos y desconocidos arcanos. Entre lo infinito se ha de apreciar, en prim.er término, el es- pacio, del cual puede decirse que es el mundo de los prodigios y de los misterios, los cuales se producen constantemente ante nos- otros, sin que de ellos podamos tener la más ligera idea. El espacio está poblado de innumerable multitud de seres un poco siniestros en apariencia, pero dóciles en realidad; estos seres. — 68 — son amantes de la ciencia, sutiles, ser\'iciales para con los hombres ingeniosos o sabios y enemigos de los tontos y de los ignorantes. Los seres de la expresada clase que pueblan al aire, se llaman sílfides" los que pueblan los mares y los ríos se llaman "ondi- nas" y los que se encuentran poblando la tierra desde sus mismas entrañas, se llaman , 'gnomos" y son los guardadores de los me- tales y la pedrería. Los gnomos, que, como se ha dicho, poseen en el más alto grado la virtud de ser propicios a los hombres sabios e ingeniosos, proporciona a los adornados de estas cualidades, los tesoros de pedrería y metales; sin otra recompensa que la satisfacción de ser serviciales. En el centro inflamado de la tierra, que es la región del fuego, viven las salamandras propicias a los filósofos. Existe también otra clase de seres invisibles llamados "genios familiares', Sócrates, Pitágoras. Platón, Celso, Zoroastro y tan- tos otros que han brillado en las más altas esferas de la filosofía, dominando en los diferenes ramos del saber humano, deben a sus "genios familiares" su relevante sabiduría, y lo mismo que estas tan renombradas personalidades, todos, hasta los más torpes tie- nen un genio que les inspira, de cuya existencia no pueden dar fe los oídos; pero que es el que positivamente influye en todos los juicios que el hombre forma, aunque no sea tan eficaz y activo cuan- do influye sobre un torpe que cuando lo hace sobre un inteligente. Además de los ya mencionados, podrían enumerar otros ma- chos, que como los duendes y trasgos, se dedican a molestar a los hombres con golpes, ruidos y otras muchas manifestaciones que nos sirven para conocer su existencia. La materia constituye el todo de la creación. No existe abso- lutamente un solo punto en el universo que carezca de esta subs- tancia. Esta forma los mundos, el agua, el aire, y así como el Es- píritu Supremo lo llena y vivifica todo con su esencia divina, la materia proporciona los elementos que a nuestros ojos se manifies- tan de un modo tangible. No es posible al hombre destruir la más mánima parte de la materia, y tomando como norma una simple hoja de papel de fu- mar, se verá, que aunque se queme y se machaque, jamás se lo- grará suprimirla en absoluto. Átomo es la parte más íntima de la materia. — 69 — Para constituir un grano de arena del tamaño de la cabeza de un alfiler serán precisos ¡ocho sextrillones de átomos!, o sea, 8.000.000.000, 000.000,000 000.000.000, 000.000,000. que suponiendo, cual dice Grandin, que se quisiera contar y que pudiera hacerse a razón de un millar por segundo igual a sesenta mil por minuto, se necesitaría ¡pásmese el lector! 150.000 años, para acabar de contarlos. ¡Quién podrá explicar, después de este cálculo el número de átomos de que consta toda la materia creada! SAPITULO VII Jerarquía completa de los espíritus infernales Es muy útil para el neófito conocer también toda la jerarquía de los espíritus infernales que ha de tener a su disposición me- diante el pacto. Lucifer; emperador; Belzabet, príncipe; Astaroth, gran du- que. Estos son los principales espíritus del reino infernal. '' Vienen después los espíritus superiores que están subordi- nados a los anteriores y son: Lucífugo primer ministro; Satanachia, gran general; Agalia- reth gran general; Fleuretty, teniente general; Sargatanas, briga- dier; Nebirus, mariscal de campo. Los seis grandes espíritus que acaban de citarse, dirigen por su poder, toda la potencia infernal que ha sido dada a los otros espíritus. A sus inmediatas órdenes, y como emisarios especiales se hallan tres espíritus superiores, cuya ocupación es transmitir los órdenes que reciben; sus nombres son: Mirión, Belial y Anagatón. Tienen a su servicio dieciocho espíritus más que les están subordinados, a saber: EBUTH LUCIFER ASTAROTH 1 Bael 10 Bathin 2 Agares 1 1 Pursan 3 Marbas 12 Abigar 4 Pruslas 13 Loray 5 Arimon H Balefar 6 Barbatos 15 Foran 7 Buer 16 Ayperos 8 Gustatan 17 Nuberus 9 Botis 18 Blayabolas — 70 — Después de haber indicado los nombres de estos dieciocho espíritus, que son inferiores a los seis primeros, conviene saber lo siguiente: Lucifer manda en los tres primeros, que se llaman Bael, Aga- rea y Marbas. Sanatachia, sobre Pruslas, Arimon y Barbatos. Agaliaroth sobre Buer, Gusatan y Botis. Fleuretty sobre Buthin, Pursan y Abigar. Sargatanas, brigadier, tiene la potencia de haceros invisible. Nobiros sobre Aypcros, Nurébus y Glassyabolas. Y aunque hay todavía millones de espíritus, que están subor- dinados a los precedentes, es inútil nombrarlos, porque no se sirve — 71 — de ellos sino cuando place a los espíritus superiores hacerlos tra- bajar en su lugar, pues los tienen como servidores o esclavos. He aquí precisamente las potencias, ciencias, artes y talentos de los seis espíritus superiores ya indicados, a fin de que la per- sona que quiera hacer un pacto, puede encontrar en cada uno de de los seis espíritus superiores, aquello que necesite. El primero es el gran Lucífugo Rofocale, primer ministro in- fernal; tiene la potencia que Lucifer le ha dado sobre todas las ri- quezas y sobre todos los tesoros del mundo. Tiene bajo su dependencia a Bael, Agares y Marbas, y mu- chos más millares de demonios o de espíritus, que le están subor- dinados. El segundo es Satanachia, gran general; tiene la potencia de someter a él a todas las mujeres, y hacer con ellas lo que desea. Manda una gran legión de espíritus, y tiene por bajo a Pruslas, Arimon y Barbatos. Agalarieth, también general; tiene la potencia de descubrir los secreos más ocultos, revela también los más grandes misterios; manda la segunda legión de 1^«; esnír''f-ns. A sus órdenes se hallan Bauer, Guatan y Botis. Fleuretty, general; tiene la potencia de hacer la obra que se desea durante la noche; hace también caer el granizo donde se quiere. Manda un cuerpo muy considerable de espíritus. Están bajo sus órdenes Bathin, Pursan y Abigar Sargatanas, brigadier, tiene la potencia de haceros invisibles: de haceros ver todo lo que pasa en las cosas, las cerraduras, de haceros ver todo lo que pasa en las casas, de enseñaros todas las astucias humanas, manda muchas brigadas de espíritus. Nebiros, mariscal de campo e inspector general, tiene el po- der de dar el mal a quien se quiere; enseña todas las cualidades de los metales, de los minerales, de los vegetales y de los anima- les puros e impuros; posee el arte de adivinar el porvenir, siendo uno de los principales nigrománticos de los espíritus infernales. Va por todas partes teniendo la alta inspección de todas las mili- cias del averno. Tiene a sus órdenes a Ayperos, Nurebus y Glasyabolas. La siguiente tabla comprende la figura y firma de los princi- pales espíritus infernales. CAPITULO VIII En que se trata de las invocaciones El nombre secreto que en la industria humana no consigue — 72 — FIGURA Y FIRMA DE LOS PRINCIPALES ESPÍRITUS INFERNALES 0\u2p LvuurüGO.— Primar ministro. SATANACHIA.— Creo geaeraL AGALIAEETH.—Gran generaL SAEGATANAS.— Bri«a¿i«r. P' lOEION.— Emisario. FLEÜRETTY.— Tanlente {rew^mL ANAGATON.— Emisario. 73 — encontrarse sin una revelación, reside en un ser oculto y a los es- píritus les es permitido revelarlo. Los secretos se refieren a cosas distintas y a naturales o hu- manas. Es preciso antes de hacer una invocación, tener bien definida la naturaleza del secreto que se pretende penetrar; y saber a quién se ha de pedir la revelación. Siete son los secretos más grandes, y que en general, más le conviene al hombre conocer. El primero es curar todas las enfermedades en el espacio de sietz días, bien sea por el único medio de los objetos naturales, bien sea por el concurso y ayuda de los espíritus superiores. El segundo es el de conservar la vida a voluntad y por tiem- indeterminado, sea cualquiera la edad de la persona. El tercero consiste en hacerse obedecer de los seres que pue- blan los elementos bajo la forma de espíritus purificados, como son los pigmeos, gnomos, etc El cuarto estriba en llegar a entenderse con todos los espíri- tus, sean visibles o invisibles, invocando en cada caso al que pue- da dar la revelación que se busca. El quinto consiste en llegar a penetrarse del fin especial para el que cada uno ha sido creado. El sexto está en identificarse cuanto antes sea posible con los espíritus superiores, aproximándose así a la mayor perfec- ción humana que es la base de todo bienestar y prosperidad. El séptimo consiste en lograr la protección de los espíritus superiores, y con ella y por alcanzar los beneficios de la vida so- brenatural bajo la forma más perfecta. Todos los escritores que tienen fama de serios y han tratado de estas cuestiones, han rehuido toda mezcolanza de lo sagrado y lo profano, evitando con ello desvirtuar el verdadero carácter de las invocaciones, que han de hacerse siempre bajo la fase de los espíirtus, utilizando para ello las palabras y ceremonias de la verdadera magia, sin apelar a la fórmula de sectas ajenas al objeto que se persigue. CAPITULO IX Invocación a los gnomos para que se muestren propicios Los gnomos juegan un papel muy importante en todas las in- vocaciones. Son los espíritus que nos sirven para transmitir nues- tras peticiones a aquellos a quienes las dirigimos. Su inteligencia es tal, que puede redundar en perjuicio nuestro, ya sea porque pue- da perturbar nuestros reunidos, ya porque de efectuarse la apari- — 74 — cíón. pudiera sobrecogemos y ocasionar nuestra muerte por el efecto del susto, ya en fin por que no fuéramos bastante discretos para resen-arnos de referir la aparición maravillosa o celestial, aue habíamos presenciado, y que al mencionar el suceso, pudiera dar pábulo a que se nos conceptuase por locos, ignorantes o ende- moniados, lo cual seguramente nos haría perder la estimación de muchas personas que formarían un concepto perjuidicial que nos acarrearía un sinnúmero de disgustos, ya por otras causas ocultas a nuestra penetración, es el caso que a veces no se muestran pro- picios a secundarnos en nuestra empresa, dificultando así en ab- soluto el que veamos logrado nuestro deseo. Para conseguir que su influencia benéfica se muestre hacia nosotros de un modo positivo, es muy conveniente antes de hacer la invocación a los espíritus, cuya aparición o ayuda solicitemos, dirigirnos a los gnomos en demanda de auxilio, recitando de todo corazón la siguiente oración "A vosotros acudo "oh. oenios admirables e incomprensibles! con fe ciego y corazón humilde, me entrego a merced vuestra, es- perando que así como dirigís nuestros pasos y acciones desde el momento en que aparecemos en este planeta hasta aquel en que, terminada nuestra misión, recogéis nuestro espíritu para acompa- ñarlo por los mundos siderales, al luoar que el Supremo Creador nos tiene reser\'ado en sus inescrutables designios, de igual mo- do que prestéis vuestra ayuda, transmitiendo fielmente las peti- ciones que quiero hacer a los espíritus celestes (o infernales), sin variar el concepto de mis palabras o intenciones. Obser\'ar bien la pureza de rrAs sentimientos; mi gran deseo y confianza, mi dis- creción y reserva; apreciad todas las cualidades que poseo y no reparéis en aquellos defectos que todavía no haya desechado, ni los hagáis causa para no prestarme vuestra cooperación, trabajad constantemente en perfeccionarme de toda im.pureza. hacerme dig- no de los dones que la Divinidad concede a sus elegidos, y aara- dccer con toda el alma y durante el tiempo de mi oeregrinación por este planeta, el favor que de vosotros reciba. Amén". CAPITULO X Invocación a los espíritus celestes superiores Plegaria Sea por siempre cnzalzado el Santo nombre del Supremo Creador, a quien humildemente reverencio en esta solemne hora A ti excelso Adoñay dirijo, mis más fervientes preces suplicándo- — 75 — te me seas propicio, y concedas el honor de enviarme uno de tus más humildes mensajeros, para que pueda, por su mediación, lo- grar lo que con grande acatamiento y veneración me propongo pedirte. No mires en mí un soberbio ni un escéptico que se atreva por orgullo a molestarte. Mira, en mí, ¡oh, poderoso Adonay!, el más pequeño de los seres que en la creación viven y moran, postrado humildemente ante la Divina Majestad de su Dios y Creador, a quien suplica con verdadero y gran deseo, poder co- nocer por mediación de sus espirituales mensajeros, un destello de su gloria inmaculada. 'Lleguen también mis súplicas a todos los espíritus celestes superiores, para que ellos intercedan por mí ante el glorioso trono del Altísimo, Soberano Hacedor de todo lo creado a fin de que se digne por la poderosa intercesión de los ángeles de luz, Eloim y Jehovam acceder a este mi humilde ruego. "He procurado hacerme lo más perfecto posible en la pobre y nunca satisfecha condición humana, a fin de que me juzguéis digno de poder contemplar vuestra gloriosa excelsitud. Perdonad- me los defectos que todavía no haya desechado y no los hagáis causa de vuestro enojo y severidad. "Vuelvo a invocaros a todos nuevamente, y en general a los poderosos Adonay, Eloim y Jehovam para que se vea satisfecho mi deseo en esta hora, siendo testigos los astros que ejercen su poderoso influjo sobre el estrellado firmamento. "Venga vuestra radiante luz en forma del glorioso mensaje- ro, y reciba por su mediación los dones de sabiduría, del honor y de la gloria, hasta que, purificado de todas las impurezas de la carne inherentes a las flaquezas de la humana y siempre defec- tuosa naturaleza, pueda contemplaros en toda vuestra Soberana Majestad y gloria. Sea bien acogida esta mi humilde súplica, y eternamente os tributará adoración y homenaje mi corazón sin- cero y agradecido". Ésta invocación o plegaria deberá repetirse cuatro veces, du- rante cuatro noches elevando el alma a Dios y la vista al firma- mento estrellado. La última noche, y al terminar la última invocación, se per- cibirá una música muy dulce y melodiosa acompañada de coros celestiales. Se notará una claridad diáfana que irá aumentando progresivamente, subiendo poco después la visión celeste en forma de un ángel de luz, de belleza incomparable, rodeado de infinitos espíritus celestiales que le acompañarán incesantemente, forman- do verdadera guardia de honor, con voz dulcísima y sonora os dirá estas o parecidas palabras: —Yo soy el enviado como mensajero de la Divina Majestad. Tus ruegos han sido entendidos, más para lograr sus mercedes, es — 76 — preciso ser digno de ellas. No olvides, mísero mortal, que la Divi- nidad sólo concede aquellos dones que su infinita sabiduría juzga conveniente, según el grado de perfección de los seres que a su infinita bondad acuden en humilde ruego. Sigue el camino de la absoluta perfección, con lo cual lograrás todos aquellos beneficios a que vayas siendo acreedor. Si así lo haces, me tendrás siempre a tu lado en forma invisible para ti. pero sirviéndote de ángel tu- telar en tu tránsito por el planeta donde vives y moras por la per- misión de Dios. Y ahora me separo momentáneamente para re- gresar de nuevo al punto donde debo permanecer en espera de las órdenes que se dignen transmitirme. Al momento se desvanecerá la visión, quedando únicamente una ráfaga Inminosa que desaparecerá poco a poco. A los ángeles de Luz no hay necesidad de hacerles petición ninguna de palabra, puesto que Dios y los espíritus superiores van concediéndonos aquellos dones a que nos hacemos acreedores y conocen perfectamente nuestros pensamientos deseos y acciones. Cuando haya desaparecido la visión celeste, se recitará con gran fervor la oración siguiente, en acción de gracias por el favor recibido. L '^j' 9^°^ eterno e infinito! Yo. el más mísero de \c^ morta- les, he sido favorecido con la visita de vuestro celestial mensajero ¿Cómo podría yo, mi Dios y Creador, expresar con palabras cuan agradecido quedo a la bondad con que os habéis dignado favore- cerme. Mi alma embargada de gozo y agradecimiento no halla palabras para expresar cuánto amor y veneración os profesa Recibid. Señor, todo cuanto soy y valgo, y al afecto más sinceró de mi alma, corazón y sentidos, hasta que, despojado de esta hu- mana envoltura, pase a formar parte de los seres que en eterna armonía entonan cántico? celestiales en honor de vuestra admira- ble excelsitud y gloria. Amén ... CAPITULO XI EL SANCTUM REGNUM Verdadero modo de hacer pactos con ¡os espíritus in[ernales, sin sufrir ningún daño El verdadero "Sanctum Regnum" de la gran Clavícula de Salomón, tiene una importancia suma, ya para adquirir tesoros, ya para obtener la posesión de la mujer deseada, ya para descu- brir los secretos más ocultos, ya para volverse invisible, ya para hacerse trasladar al punto que se desea, ya para abrir todas las — 77 — cerraduras, ya, en fin, para realizar toda clase de maravillas. Cuando queráis contraer un pacto con uno de los principales espíritus, comenzaréis la antevíspera del pacto, por ir a cortar, con un cuchillo nuevo que no haya servido nunca una vara de no- gal silvestre, exactamente en el momento en que el sol aparece en el horizonte; hecho esto, os proveeréis de una piedra imán ( 1 ) , dos cirios benditos, dos tahsmanes y escogeréis en seguida un lu- gar para la ejecución, donde nadie os pueda incomodar; puede también hacerse el pacto, en una habitación preparada al efec- to (2), o en algún aposento de un castillo ruinoso, aunque lo más seguro se ha considerado siempre la cima de una montaña o el cruce de un camino que sea formada por cuatro sendas distintas y próximas a un río. Escogido que sea el sitio para la invocación se hará lo si- guiente: Se tenderá en el suelo una piel de cabrita virgen, que haya sido sacrificada en día viernes, se trazará sobre la piel con la pie- dra imán concéntricos, el triángulo sobre el cual se forma la ruta de T. llamada generalmente del tesoro, pero que en realidad de- berá considerarse bajo las acepciones siguientes: Ruta de la eter- nidad, del infinito, del espacio, de lo desconocido, del tiempo de lo oculto, de lo misterioso, etc. Con objeto de que puedan trazarse con acierto sobre los di- bujos del gran círculo cabalístico, o de los pactos, exponemos éste a continuación. I^s talismanes se colocarán debajo de los calendarios que (1) Llámase también piedra "emotilla" o "hematina", con cuyos nombres se menciona en muchos tratados de magia. (2) Véase en la primera parte, capítulo IV. Ceremonia que de- berá usar el que haya de principiar la iniciación. — 78 — sostienen los cirios benditos, poniendo a los lados tres coronas de verbena, albahaca o fior de saúco, cogida en la noche de San Juan. Es igual que sea de una sola de dichas plantas o de las tres distintamente. Los signos }. H. S. y las cruces que van al pie. sirven para que ningún espíritu pueda hacer daño al ser invocado, mas si cl que hace la invocación es muy osado o temerario, puede supri- mirlos. Cuando todo se halle ya ejecutado se pondrá delante del trián- gulo una cazoleta de metal con algunos carbones encendidos, don- de se echarán perfumes odoriferos de polvos de incienso y laurel. Véase en el modelo el triángulo y gran círculo cabalístico de los pactos, la colocación que debe llevar cada objeto. Estando todo bien preparado, y en la hora de las doce de la noche, os colocaréis en medio del triángulo, teniendo en la mano derecha la vara misteriosa con la gran apelación al espíritu, y a la izquierda la llave, o clavícula de Salomón, la petición que ha- yáis de hacer, así como igualmente el pacto y la despedida al es- píritu, todo lo cual se tendrá escrito de antemano. Habiendo ejecutado exactamente lo que antes se ha detalla- do, comenzaréis a recitar la apelación o invocación siguiente, con esperanza y fervor. GRANDE INVOCACIÓN A LOS ESPÍRITUS CON QUIE- NES SE DESEA HACER PACTO. SACADA DE LA GRAN CLAVICULA DE SALOMÓN "Emperador Lucifer, dueño y señor de todos los espíritus re- beldes, te ruego me seas favorable en la apelación que hago a tu gran ministro. Lucífugo Rofocale, pues deseo hacer pacto con él; yo te ruego a ti, príncipe Belzebuth; que me protejas en mi em- presa. ¡Oh, conde Astaroth!, sedme propicio y haz que en esta noche, el gran Lucífugo se rae aparezca bajo una forma humana, sin ningún pestífero olor, y que me conceda por medio del pacto que voy a presentarle todas las riquezas o dones que necesito. ¡"Oh, gran Lucífugo! Yo te ruego que dejes tu morada don- de quiera que te halles, para venir a hablarme: de lo contrario, te obligaré por la fuerza del grande y poderoso Alpha y Omega, y de los ángeles de luz. Adonay, Eloim y Jehovara, a que me obe- dezcas. Obedéceme prontamente, o vas a ser eternamente ator- mentado por la fuerza de las poderosas palabras de la clavícula de Salomón, de las que se servía para obligar a los espíritus re- beldes a recibir sus pactos; así, pues, aparécete en seguida o voy continuamente a atormentarte por el poder dz estas m.áqícas pa- labras de la clavícula: Agión. Telegran, Vaycheo, Stimulatón, — 79 — Ezpares, Retragrammatón, Oyram, Irión, Emanuel, Cabaot, Ado- nay, te adoro y te invoco". Estad seguros que apenas hayáis pronunciado estas mágicas palabras se os aparecerá el espíritu y os dirá lo que sigue: APARICIÓN DEL ESPÍRITU "Heme aquí. ¿Para qué me quieres?, ¿por qué turbas mi repo- so? Respóndeme; yo soy Lucífugo Rofocale a quien has invocado". A cuya palabra deberá hacerse la demanda al espíritu del modo siguiente: "Yo te llamo para hacer pacto contigo, a fin de que me con- cedas todo aquello que deseo, si no, te atormentaré con las pode- rosas palabras de la gran clavícula de Salomón". RESPUESTA DEL ESPÍRITU "Entonces no puedo acceder a tu demanda, sino con la con- dición de que te entregues a mí por espacio de veinte años, para hacer con tu cuerpo y con tu alma lo que me plazca". "Lucífugo Rofocale". Entonces le arrojarás el pacto, que debe estar escrito por vues- tra propia mano, con tinta de los pactos, y sobre un pequeño trozo de pergamino virgen, el cual pacto consiste en estas palabras, bajo las cuales pondréis vuestra firma, trazada con vuestra propia sangre: EL PACTO "Yo prometo al gran Lucífugo recompensarle durante veinte años de todos los tesoros que me conceda. En fe de lo cual, lo firmo. A estas palabras contestará el espíritu con las siguientes: "No puedo acceder a tu demanda". Y desaparecerá acto se- ^""^ Entonces para forzar al espíritu a obedeceros, volverás a leer la gran apelación con las terribles palabras de la clavícula, hasta que el espíritu reaparezca y os diga: SEGUNDA APARICIÓN DEL ESPÍRITU ";Por qué sigues atormentándome? Si me dejas en paz yo te daré el tesoro más inmediato, y te concederé ^^ ^^^/f^^f ^' ."^,^,¿^ condición que me consagrarás unas monedas todos los primeros lunes de cada mes, y no me llamarás un día de cada semaxia a sa- — 80 — bcr: desde las diez de la noche hasta las dos de la madrugada. Recoqc tu pacto ya lo he firmado; si no cumples tu palabra serás mío dentro de veinte años. "Lucífugo Rofocale". RESPUESTA AL ESPÍRITU "Accedo a tu demanda, con la condición de que harás apa- recer ante mí, el tesoro más próximo, para que pueda llevármelo inmediatamente". RESPUESTA DEL ESPÍRITU "Sigúeme, y toma el tesoro que te voy a mostrar". Entonces seguiréis al espíritu por el camino del tesoro que está indicado en el triángulo de los pactos sin espantaros, y arro- jaréis vuestro pacto, ya firmado, sobre el tesoro, tocándole con vuestra vara mágica tomaréis el dmero que queráis, y os volveréis al triángulo sin volver la cara, colocaréis el dinero recogido, a vuestros pies y comenzaréis en seguida a leer la despedida al es- píritu, tal como aquí se especifica. CONJURO Y DESPEDIDA AL ESPÍRITU CON QUIEN SE HA HECHO EL PACTO "¡Oh, gran Lucífugo! Estoy contento de ti por ahora: te de- jo en paz, y te permito retirarte a donde te parezca, sin hacer nin- gún ruido ni dejar ningún mal olor. No olvides a lo que te has comprometido en mi pacto; pues si faltas en lo más mínimo te atormentaré eternamente con las grandes y poderosas palabras de la clavícula del gran rey Salomón, con las que se obhga a obe- decer a todos los espíritus rebeldes". Antes de salir del círculo cabalístico, se dirá la siguiente ORACIÓN AL TODOPODEROSO EN ACCIÓN DE GRACIAS "Oh, Dios Todopoderoso! Padre celeste que has creado to- das las cosas en servicio y utilidad del hombre, te doy las más hu- mildes y reverentes acciones de gracias, porque por tu gran bon- dad, has permitido que sin riesgo, pudiera yo haber hecho pacto con uno de tus espíritus rebeldes, sometiéndole a darme todo lo que me fuere necesario. Yo os agradezco ¡oh. Dios Todopodero- — 81 — so!, el bien con que me has colmado esta noche, designándote conce- derme, a mí, insignificante criatura, tus preciosos favores. Ahora ¡oh, gran Dios! es cuando he conocido la fuerza y todo el poder de tus grandes promesas cuando dijiste: "Buscad y encontraréis, llamad y os abrirán". Y cuando tus has ordenado y recomendado socorrer al pobre, dignate inspirarme verdaderos sentimientos de caridad, y haz que yo pueda emplear, en una obra santa, gran parte de los bienes con que tu gran divinidad ha querido colmar- me, haz ¡oh, poderoso Dios! que yo goce con tranquilidad de estas riquezas de que soy poseedor, y no permitas que ningún espíritu rebelde me perjudique en que sea yo dueño. Inspírame también, ¡oh, gran Dios! los sentimientos necesarios para poder despren- derme de las garras del demonio y de todos los espíritus malignos. Yo me pongo. Soberano Señor, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en vuestra santa protección. Amén", Dicha la anterior oración con verdadera fe y amor de Dios y deseo de obrar siempre bien, puedes, sin cuidado ninguno, re- tirarte de aquellos lugares, en la seguridad de que los malos espí- ritus no se acercarán a molestarte. En el caso de que por olvido o por azoramiento dejaras de recitar la anterior oración, te hallarás expuesto a que al salir del círculo fueras atormentado por algunos espíritus mahgnos, lo que hacen siempre con gritos, aullidos, pellizcos y otros excesos. Sus voces resultan una música muy desagradable, tanto porque no se ve quiénes son los que gritan, cuanto porque no tienen nada de humanos. Para ahuyentarlos bastará presentar el talismán domi natour, y decir: "vade, retro espíritus inmundos" y haced la señal de la cruz con los dedos pulgar e índice de la mano derecha. CAPITULO XII Conjuración y pacto con Lucifer para pedirle cuanto se desee Hechos todos los preparativos indicados en la invocación anterior, suprimiendo los cirios, cruces y signos J. H. S. en ab- soluto y careciendo de todo temor, se dirá: Al grande y poderoso Lucifer, Luzbel y Satanás. ¡Oh, gran Lucifer, emperador excelso de los antros infernales! yo me postro ante ti y te reconozco como señor y soberano, si me pones en posesión de las artes ocultas de la magia, dándome el don de conocer la ciencia misteriosa y sobrenatural que tú posees, para lograr, por su medio, la verdadera sabiduría. Sea yo admiti- do entre tus escogidos; véanse satisfechas mis aspiraciones de ri- quezas; el logro de la persona deseada; la destrucción y daño de — 82 — mis enemigos. Deseo ser tu esclavo y para ello puedes, desde hoy, disponer de mi cuerpo y de mi alma. Si aceptas mi pacto, que traigo escrito con tinta misteriosa y firmado con mi sangre preséntate ctnte mí para reconocerte como señor y soberano. Yo te invoco una vez más. ioh, esclarecido príncipe de tinie- blas! para que aparezcas a mi lado en forma humana y me firmes el pacto que presento. No tengo ningún temor y sí gran deseo de que me concedas lo que pido. Juro seguir tu ley en adelante, renegar de Dios a quien aborrezco, del agua del bautismo que sin mi consentimiento he recibido, y de todo aquello que no sea de tu agrado. Quiero pertenecerte y formar compañía con los espíriuts de tentación y daño, mas para eso, es preciso que mi pacto sea acep- tado, firmado y confirmado. Yo te conjuro. Lucifer, Luzbel y Satanás, por el poder de este mágico talismán que es imagen del que usaba el gran Salomón y por cuya mediación logró el dominio de la sabiduría, de las "Cien- cias Mágicas", y de todo lo creado, para que aparezcas ante mí. Aparece ya prontamente o. de lo contrario te haré permane- cer eternamente en los profundos infiernos por las poderosas pa- labras cabalísticas de Salomón "Abracadabra Eloim", cuyo poder sólo él y tú conocíais. Preséntate a mí. yo lo quiero. Al pronunciar estas palabras, si se dicen sin temor aparecerá Lucifer, diciendo: —¿Qué me quieres, hombre vil? ¿Qué es lo que pides? ¿Cuál es tu pacto? — ^Quiero, dirás, que me des riquezas, poder, sabiduría, co- nocimiento de la ciencia secreta, dominio absoluto de las perso- nas, don de ser invisible, de andar sobre el agua, y todo cuanto se contiene en el pacto que presento, hecho según las reglas del arte y firmado con mi sangre. Entonces le entregarás el pacto. — ¡Oh, mortal temerario —contestará con voz cavernosa—, si me entregas tu alma, accederé a tu pacto. —Yo te prometo mi alma para el día que muera, pero si no cumples lo que en el pacto pido, quedaré Ubre de volver a implo- rar la divina misericordia. Desde este momento y mediante que Lucifer no falte a su promesa, quedarás a su disposición para siempre. — 83 — Se ha de advertir que suele suceder que Satanás se presente en forma de persona o animal desconocido y aun puede ocurrir que lo haga en forma de un tronco con las ramas cortadas. Por terrible e imponente que sea la aparición no deberás de- mostrar el menor miedo, pues teniendo en la mano el talismán "dominatour" no podrá hacerte daño alguno. También ocurre al- gunas veces que se aparece en forma de dragón echando llamas por la boca y ojos y lanzando aullidos espantosos. Se hacen estas advertencias para que no se demuestre sor- presa ni temor para nada» CAPITULO XIII Que trata de los exorcismos y del modo de conocer si una per- sona padece de hechizos o enfermedad natural Los exorcismos sirven para expulsar a los espíritus cuando se hallan posesionados de alguna persona, a la cual hacen pade- cer horriblemente con sus tentaciones y tormentos. A veces le su- gieren pensamientos extraños y palabras repugnantes, y aun le obligan a lanzar blasfemias y gritos furiosos. Es conveniente saber antes de proceder a la curación, si la enfermedad es ocasionada por hechizos o si es natural, pues a ve- ces ocurre que una enfermedad desconocida para los médicos, se atribuye a causas sobrenaturales. Cuando esto sucede puede sa- lirse de dudas ejecutando lo siguiente: Se procurará que una persona provista de un talismán exter- rainador coloque su mano derecha sobre la cabeza del enfermo, diciendo con fe y voluntad: "Yo te ruego y ordeno, espíritu desconocido en nombre del Ser Supremo y del admirable Adonay, me declares el motivo de hallarte atormentado en este cuerpo que cubro con mi mano. Tam- bién deseo me digas qué es lo que pretendes al hacerlo así. Yo te ofrezco si me obedeces, rogar a Dios por ti para que sea purifica- do y transportado a donde moran los ángeles celestiales". El objeto de esta oración es saber si el espíritu anda errante por el mundo en demanda de caridad y de oraciones, pues en el momento que le digan: "Yo te ofrezco, si me obedeces rogar a Dios por ti", etc., el doliente queda sosegado y tranquilo; mas si esto sucede, se arrodillarán todos los circunstantes y elevando el alma a Dios recitarán de nuevo la indicada oración. — 84 — Se ha de advertir que lo mismo pueden hallarse aposentados en nuestro cuerpo los espíritus buenos no perfectos, que los ma- los o de daño y por lo tanto, cuando el enfermo se halle tranquilo por la virtud de la oración precedente, se ha de suponer que que- dará libre mediante los ruegos que todos los días se dirijan al Al- tísimo en demanda del perdón y purificación del espíritu, el cual en agradecimiento, dejará de molestarle; mas si es espiritu fuera del mal o de daño se conocerá en que, al oír la oración, causará más tormentos y molestias al enfermo. En este caso se tratará de expulsarle acudiendo a los exorcismos. Si el enfermo no percibe modificación ninguna, es prueba de que su enfermedad es puramente natural. PRECEPTO O EXCONIURACION A LOS DEMONIOS PARA QUE NO MORTIFIQUEN AL ENFERMO DURANTE EL TIEMPO QUE DUREN LOS EXCORCISMOS "Yo, como criatura de Dios, hecho a su semejanza y redimi- do con su sangre, os obligo por este precepto, demonio o demo- nios, para que cese vuestro delirio y dejéis de atormentar con vues- tras lujurias infernales, este cuerpo que os sirve de aposento. Se- gunda vez os cito y notifico en el nombre del Soberano Señor, fuer- te y poderoso, que dejéis ya este lugar y salgáis fuera de él no vol- viendo jamás a ocuparlo. El Señor sea con todos nosotros, presen- tes y ausentes, para que tú, demonio, no puedas jamás atormentar las criaturas del Señor. Huye, huye, o de lo contrario serás amarra- do con las cadenas del Arcángel Miguel y humillado con la oración de San Cipriano dedicada a deshacer toda clase de hechicerías". En seguida se dirá la siguiente ORACIÓN A SAN CIPRIANO "Como siervo de Dios y criatura suya, desligo del espíritu maligno cuando éste tiene ligado. En el nombre del Divino Crea- dor a quien amo desde que lo conozco, con todo mi corazón, alma y sentidos, y a quien prometo adorar eternamente, y agradecer también los beneficios que cual padre amoroso me concede sin ta- sa ni medida, yo te ordeno, espíritu del mal, que te separes en el acto de este cuerpo que estás atormentando y le dejes libre de tu presencia para que pueda recibir dignamente las aspersiones del agua exorcisada que, cual lluvia, echo sobre él, diciendo: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (se hace así), que viven y reinan eternamente; por las virtudes que poseen los — 85 — espíritus superiores, Adonay. Eloim y Jehovan, cuya presencia y fortaleza invoco en este acto. Amén. Todas estas invocaciones deben ser hechas con gran fe y amor de Dios, y es seguro que Satanás, no aguardará al final del exorcismo que va a continuación, para dejar libre al enfermo o poseído. EXORCISMO PARA LIBRAR A LAS PERSONAS DE LOS MALOS ESPÍRITUS En el nombre de San Cipriano y de parte de Dios tres veces santo, por la potestad de los espíritus superiores Adonay, Eloim y Jehovan y Mitraton, yo N., (1), absuelvo el cuerpo de N. para que sea libertado de todos los malos hechizos, encantos y sortile- gios, ya sean producidos por hombres o mujeres, ya por cualquiera otra causa. Dios sea alabado y glorificado y se digne disponer que todos los sortilegios queden desechos, destruidos, desligados y reducidos a nada, para lograr de este modo que el cuerpo de N. quede libre de todos los males que padece. ¡Dios grande y poderoso! sea tu nombre glorificado y que por vuestra soberana intercesión sean obligados a retirarse los es- píritus que se hayan aposentado en el cuerpo de N. cesando ya el sortilegio que los causadores de este daño han empleado. Yo os conjuro y mando desaparecer sin que jamás podáis entrar a este cuerpo en el cual hago tres cruces (2) y le bendigo con el agua exorcizada en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, que amparen y protejan a N. para que jamás se vea atormentado. Al decir estas palabras se le rociará con agua bendita. Es conveniente saber que el que ejecuta el exorcismo ha de estar colocado a la derecha del enfermo, y que las cruces, se han de hacer precisamente de izquierda a derecha. EXORCISMO PARA LIBRAR LA CASA DE ESPÍRITUS TENTADORES Os conjuro, espíritu rebelde, habitante y arruinador de esta casa, que sin demora ni pretexto desaparezcáis de aquí haciendo (1) Aquí dirá su nombre el que opera. (2) Se hará con el dedo pulgar de la mano derecha, una cruz e« la frente; otra en el pecho y otra en el vientre del enfermo. — 86 — disolver cualquier maleficio que hayáis echado vos o alguno de vuestros ayudantes: por mi lo iisv.clv-) contando con la ayuda de Dios y de los espíritus de luz. Adonay, Eloim y Jehovan, quiero además, atarte con el precepto formal de obediencia, para que no puedas permanecer, ni volver, ni enviar a otro, ni perturbar esta casa, bajo la pena de cue seas quenado eternamente con el fuego de pez y azufre derretidos. Se bendecirá toda la casa con agua exorcizada y se harán cruces por todas las paredes con el cuchillo de mango blanco, di- ciendo : Yo te exorcizo, criatura-casa para que seas libre de los es- píritus tentadores que te han hecho su morada". Es bueno saber que cuando los espíritus malignos se muestran en las casas haciendo ruidos y dando golpes sin atacar a las perso- nas, es porque no tienen dominio sobre ellas, bien porque en sus manos llevuen la marca de la cruz de San Bartolomé o bien porque el hechizo sólo les permita molestar sin tocar a las personagr EXORCISMOS CONTRA LOS PEDRISCOS Y HURACANES Tanto la conjuración como las cruces se han de repetir cua- tro veces en la dirección de los cuatro puntos cardinales. "Yo os conjuro, nubes, huracanes, granizadas, pedriscos y tormentas, en el nombre del gran Dios viviente de Eloim, Jeho- van y Mitraton, a que os disolváis como la sal en el agua sin cau- sar daño ni estrago ninguno". Dicho esto se tomará el cuchillo de mango blanco y se harán con él cuatro cruces en el aire como si se cortara de arriba abaj© y de izquierda a derecha. — 87 _ 88 — SEGUNDA PARTE EL DRAGÓN ROJO Y LA CABRA INFERNAL CAPITULO I El Dragón Rojo de Moisés y Salomón Moisés era el jefe de los hebreos que en tiempos de Pararon residían en Egipto. Obligado a redimir a su pueblo, tuvo que po- ner en jueqo una serie de portentosos prodigios y, por último, el paso del Mar Rojo, lo que efectuó separando las aguas. Cuando ya se hallaban a salvo todos los israelitas, volvió el mar a su es- tado normal, quedando sumergidos el Faraón y sus tropas, que iban en su persecución. El sabio Moisés poseía la ciencia de la verdadera magia de los egipcios, y de ella se valió para convertir en serpiente una vara de madera; predijo también las plagas de Egipto y otros muchos sucesos extraordinarios. El paso del Mar Rojo fue un hecho tan maravillo.so, que todavía hay quien lo pone en duda. Sin embargo, no hay más remedio que rendirse a la evidencia, pues de no pasar el Mar Rojo, los hebreos no hubieran podido ir a establecerse a Judea. Lo que se ignora, y por esto queremos darlo a conocer, es la siguiente historia tomada del tratado de verdadera magia que ve- nimos traduciendo. Residía Moisés en Egipto, salvado de las aguas del Nilo de un modo milagroso por la hija del Rey. Su talento natural le hizo dominar pronto todas las ciencias de los egipcios; cuando ya podía dar lecciones a todos, entró en deseos de conocer las ciencias má- gicas, y para conseguirlo se hizo discípulo del sumo sacerdote. Anacharsis, que era a la sazón el más sabio de todos los magos. Moisés era conocido por el hijo de las aguas. El sacerdote mago, viendo su gran disposición para el estudio de la verdadera ciencia, le enseñó cuanto sabía con mucho cariño, lo cual, apro- vechado por Moisés, se halló bien pronto en disposición de dar lecciones a su mismo maestro. Este poseía entre sus talismanes y amuletos un pequeño dra- gón rojo, objeto raro de metal tallado y al cual tenía en mucha — 91 — estima, Mosés, al ser iniciado en los secretos de la magia, lo fue también en todo lo relativo a talismanes y amuletos, pudiendo exa- minar a su antojo el pequeño museo de su anciano profesor. Nada empero le llamaba tanto la atención como el pequeño "dragón ro- jo", y proponiéndose saber las virtudes de tan raro objeto, instó al mago para que se lo indicara. Este no se hizo de rogar, porque realmente deseaba poner a su discípulo al tanto del misterio que aquel "dragón' encerraba, lo cual efectuó del modo siguiente: —Mi querido Moisés '—le dijo — ; este "dragón" que tanto atrae tus miradas es el símbolo de tu misma persona. Moisés prorrumpió en una exclamación de asombro a estas palabras, y le manifestó que no comprendía la relación que pudiera existir entre aquel talismán y él. —Es muy sencilla y precisamente "este dragón" que, como tú, es hijo de las aguas, me ha servido para atraer tus pasos al templo de la verdadera sabiduría. Sí, Moisés —repitió — •, tú no creeríasc que un objeto como este influiría sobre ti desde el mo- mento que fuiste arrojado al Nilo, hasta la hora presente, y asi- mismo hasta el resto de tu vida. Admirado sobremanera quedó Moisés con lo que oía y eso que no creía hubiera nada en el mundo capaz de causarle admi- ración. Quiso conocer la relación que guardaba con él el pequeño "dragón" y cómo había legado éste poder del anciano. ■ — Has de saber — le dijo^ — que en el momento en que tú fuis- te lanzado al río por tu misma madre, cumpliendo el mandato del Faraón de matar a los niños primogénitos de los judíos, este pe- queño "dragón" te tomó bajo su protección, haciendo que el ees- tillo donde fuiste arrojado al Nilo sobrenadara en las aguas. Además, influyó en el ánimo de Thermutis, la hija del rey para que en aquella hora se dirigiera al río y entrara en deseo de ver lo que contenía el cestillo de mimbres que iba navegando sobre el agua, y el fue, finalmente, el que la impulsó a que te recogiera y te hiciera criar, dándome a mí, a la vez, señales ciertas de todo lo que en tu obsequio había hecho. Ahora y después de lo que ya co- noces, no extrañarás la grande influencia que este pequeño "dra- gón" ha ejercido sobre tu persona; él fue también el que te sugirió el deseo de venir a mi casa para aprender las ciencias mágicas, y él, finalmente te dará poder para aprender las ciencias mágicas para que, por su virtud, veas logrado algún día todo cuanto se te antoje, por extraordinario y maravilloso que sea. o ya soy bas- tante anciano — continuó — , y pienso que por tu bondad y sabi- duría te has hecho digno de todo mi cariño, quiero entregarte este precioso talismán que te proporcionará un absoluto dominio sobre los espíritus y los elementos todos del universo. Con él no habrá ~ 92 ~ para ti nada imposible, puesto que todo se doblegará a tu mandato. Lo que si te encargo sobremanera, es que todos los días al salir el sol digas las palabras siguientes: "Jobsa. Jalma. A fia : que es la invocación al espíritu sunerior. que todo lo preside y al cual deberás rendir adoración. Dichas estas palabras, darás al dra- gón" un gramo de alcanfor puro y sin mezcla, que sea del tamaño de un grano de trigo. Moisés dio al anciano Anacharsis grandes muestras de agra- decimiento, y tomando su pequeño "Dragón", se despidió del an- ciano prometiéndole que todo su empeño en adelante sería cumplir fielmente sus consejos y enseñanzas y dedicar todo su poder a procurar la libertad de los israelitas que. a la sazón, eran esclavos de los egipcios, lo cual consiguió después de muchos y maravillo- sos sucesos. CAPITULO II Adivinación por medio de los cuerpos celestes o astrologia Muchos de los pueblos de la antigüedad, como los caldeos y los egipcios, practicaron la ciencia de la Astrologia. que consiste en el examen de los cuerpos celestes. De aquellos pueblos pasó a los griegos, y de éstos a los países itálicos, de donde vino hasta nosotros. Pero donde se ha practicado y conservado con mayor veneración ha sido en la Arabia. La astrologia consiste en la influencia de los astros sobre los cuerpos humanos. Esto es lo que la distingue de la astronomía. Según Herodoto. famoso historiador de la antigüedad grie- ga, fueron los pueblos de Oriente los que empezaron a relacionar el nacimiento de una persona con determinado día o determinado planeta, para sacar de esto un horóscopo, por medio del cual se predecía al sujeto recién nacido su fortuna, su destino y los su- cesos de la vida, en virtud de qué accidente abandonaría este mundo adonde acababa de llegar. He aquí la opinión de los antiguos sobre los planetas con relación a los horóscopos. EL SOL. — Prodigio de generosidad y bienestar, cuyos ra- yos prodigan la felicidad, los beneficios en los negocios, la ga- nancia, el éxito y las herencias. LA LUNA. — Preside a los sueños; su dominio se refiere a las ganancias ilícitas. MARTE.— Tiene gran influencia sobre los combates, las disputas y las prisiones. MERCURIO.— Dios de los comerciantes y de los ladrones, — 93 — domina en las enfermedades, y tiene influencia sobre las pérdidas pecuniarias. JÚPITER.— Prodiga todas las riquezas y las bellas acciones, da el honor y todas las grandezas terrestres. VENUS.— Anuncia frialdad y tristeza, y domina en las cie»- cias y en los monumentos. Todos los planetas están dotados de buenas y de malas in- fluencias. Los astrólogos dividían el ciclo en doce partes, a las cuales daban el nombre de signos del Zodíaco o casas de los planetas. lo. ARIES O EL CARNERO.— Ángulo oriental que repre- senta la casa de la vida. 2o. TAURO O EL TORO.^ — Puerta inferior que represen- ta las riquezas, herencia, fortuna y grandes esperanzas. 3o. GEMINIS.^ — Es la casa de los hermanos y el presagio de las sucesiones. 4o. CÁNCER.— Es la casa de los tesoros y de los bienea por sucesión, el ángulo de la tierra y el fondo del cielo. 5o. LEO.^ — Es la casa de las disposiciones por testamento, legados, donaciones, y además, la morada de los niños. 6o. VIRGO.— Casa de los reveses, contrariedades., enfei- medades y penas. 7o. LIBRA.— Ángulo occidental o casa de las bodas. 8o. ESCORPIÓN.— Indicio de temores y de terror, apren- sión de la muerte; es la puerta superior. 9o. SAGITARIO.— Se le llama "el amor del Sol". Esta ca- sa se relaciona a la moral, la religión, los viajes y conocimientos exactos. 10o. CAPRICORNIO.— El centro del cielo. Caja de loa cargos, grandezas terrestres y coronas. lio. ACUARIO.— Casa de los beneficios, de los amigos y de la fortuna. Es el amor de Júpiter. 12o. PISCIS.— El amor de Saturno. Es la casa de los en- venenamientos, de los males, de la envidia, del fin trágico. — 94 — El Camero y el Escorpión son las casas queridas de Marte; cl Toro y la Libra, las de Venus; Géminis y Virgo, las de Mer- curio; Sagitario y Piscis, las de Júpiter; Capricornio y Acuario, las de Saturno; el León la del Sol, Cáncer; la de la Luna. Los astrólogos daban una atención particularísima, cuando es- taban encargados de sacar un horóscopo, a la posición de los as- tros y de las constelaciones. He aquí cómo procedían: Después de haberes asegurado, por medio de un telescopio, de las constelaciones y de los planetas que dominaban en el cielo, cl astrólogo reunía sus virtudes especiales, las comparaba entre sí para ver lo que pudiera haber de análogo o de contradictorio en sus virtudes, y sacaba en seguida las consecuencias que resul- taban de esta separación. Tres signos análogos o de la misma na- turaleza eran considerados como "favorables"; seis, "medianos"; cuatro, "malos". El instrumento de que se servían ordinariamente para obser- var los asiros y sacar los horóscopos, se llamaba Astrolabio. Se asemejaba mucho a una esfera armilar. El astrólogo, conocedor del día, la hora, y el momento en que había nacido la persona que le consultaba, ponía los astros en el lugar que ocupaban en aquel instante, y respondía a la consulta, según la posición de los pla- netas y de las constelaciones. Morphirus, el astrólogo más célebre de su tiempo, disponía primeramente doce triángulos entre dos cuadrados, después bus- caba el estado del cielo en la hora en que había nacido la persona que consultaba, trazaba la figura de cada planeta al lado de la constelación con que se encontraba en conjunción, y luego de la consecuencia natural que sacaba, formaba su profecía, que siem- pre se realizciba. Ahora veamos las cualidades de los planetas en las conste- laciones zodiacales. Estas cuahdades o oropiedades son útiles de conocer para sacar las consecuencias de su proximidad o de sus conjunciones. Helas aquí según cálculos de Indágine. MARTE, encontrado el día del nacimiento, hace triunfar de los enemigos. SATURNO, aumenta el trabajo y dispone enfermedades. VENUS, hace a uno alegre goloso y ágil. MERCURIO, da la gracia de saber, de la elocuencia, de to- da suerte de sutilezas. EL SOL. procura el renombre, la fuerza y la grandeza. LA LUNA, hace perezoso, débil de espíritu y de cuerpo. — 95 — JÚPITER encontrado el día del nacimiento hace triunfar de los enemigos, da valor, fiereza, y una larga vida. Si se encuentra con el Toro, riquezas y valor. Con Capricornio, honores, digni- dades, valor, poder. En una palabra. Marte aumenta la influencia de las constelaciones con quien se encuentra y añade el valor. SATURNO, da penas, trabajos, enfermedades, miseria, au- menta las malas influencias y corrompe a los hombres. VENUS, da el amor, la alegría, los placeres, el éxito, aumenta las buenas influencias y debilita las malas. MERCURIO, da la sabiduría la elocuencia, el éxito en el co- mercio, aumenta o debilita las influencias, según sus conjunciones. Por ejemplo, si se encuentra con Pisccis, que es malo se vuelve menos bueno; si se encuentra con Capricornio, que es favorable, se vuelve mejor. LA LUNA, hace flojo, cobarde, da la melancolía, la tristeza, la demencia y un natural flemático. JÚPITER, da la belleza la riqueza y los honores, aumenta las buenas influencias y disipa las malas. EL SOL. ascendente da favores de los príncipes, y tiene so- bre las influencias casi tanto poder como Júpiter. GEMINIS, LIBRA Y VIRGO, dan la belleza por excelencia. ESCORPIÓN, CAPRICORNIO y PISCIS, da la belleza mediana. VIRGO. LIBRA, ACUARIO, GEMINIS, dan una hermo- sa voz. CÁNCER, ESCORPIÓN y PISCIS, dan una voz desagra- dable y nula. Las otras constelaciones dan la fealdad. Si los planetas y las constelaciones se encuentran en el Orien- te, a la hora del nacimeinto, se experimentará su influencia al principio de la vida; si están en medio del cielo, se experimentará en medio de la vida, si están en Occidente al fin de la misma. CAPITULO III Visiones tj apariciones Pocas personas habrá en el mundo que no hayan presencia- do u oído referir algún suceso maravilloso acaecido en su familia, pueblo o localidad donde residen. Las apariciones son mucho más frecuentes de lo que algunos creen. Ya es una persona amada que después de muerta se presenta en forma espiritual una o más ve- — 96 — ees. Ya una persona virtuosa que por permisión divina se deja ver de quienes la invocan o recuerdan en su pensamiento: ya en fin. aquellos qtie habiendo hecho daño a otra persona, reciben la orden del Espíritu Supremo de aparecerse a sus deudos, a fin de que enmienden los perjuicios por él causados, o bien al mismo a quien los causó, en demanda de perdón. Estos últimos son los que generalmente se nombran almas en pena, y que imploran el perdón de sus semejantes, para poder des- cansar tranquilos en la mansión que el Soberano Hacedor les ha- ya señalado. Aparte de estas apariciones que podríamos llamar persona- les, hay otras que, aunque más raras, no dejan, de ser por esto tan verdaderas como las anteriores. En muchas tradiciones se re- fieren a casos de algunos que han sido visitados por vírgenes, santas, damas o señoras con trajes vaporosos y aun por espíritus malignos, los cuales después de aparecerse y hasta dirigirles la palabra, se han desvanecido sin dejar rastro alguno de su pre- sencia. Las apariciones pueden ser naturales o provocadas. Las na- turales son las que como se ha dicho, se producen sin que la per- sona ponga nada de su parte en el hecho que podríamos llamar psíquico o psicológico, y las provocadas son aquellas que logran producirse por una particular disposición de nuestros sentidos, y más especialmente por las sensaciones de la imaginación que pue- den producir en un caso dado el fenómeno de la doble vista. Para llegar a producir las apariciones se precisa en primer lugar, poner en juego una voluntad poderosa y hacer que la ima- ginación esté constantemente preocupada en la idea del espíritu que se quiere invocar. La menor distracción haría imposible en absoluto la aparición deseada; en cambio si se logra concentrar bien nuestra imaginación sobre aquella que nos proponemos, no se hará esperar el resultado, puesto que el espíritu será atraído forzosamente por la corriente magnética que se desarrolla entre él y la persona que solicita su aparición. Puede afirmarse por tanto que las personas de inteligencia clara, grande fe y voluntad poderosa, lograrán verle, cosa que no conseguirán las distraídas u obtusas, por razón de que no podrán concentrar el trabajo mental que se requiere. Como demostración de esta verdad, podrían citarse infinidad de casos ocurridos a personas que por sus afecciones y sentimien- tos hacia seres queridos que ya fueron fallecidos, a fuerza de pen- sar en ellos y llevarlos constantemente en su imaginación han llegado a conseguir que se les apareciera en espíritu, pero en la misma figura que tuvieron cuando vivían entre ellos* — 97 — No terminaremos este capítulo sin ocuparnos, aunque lige- ramente, de las visiones. Estas se distinguen de las apariciones en que su acción es más rápida, pues no bien se presentan a nuestra vista, cuando del mismo modo desaparecen, como por encanto. Las visiones se aparecen por lo regular en las carreteras, cami- nos, encrucijadas o edificios ruinosos. Se refieren casos de verda- deras procesiones de frailes, monjas y acompañamiento de entie- rros: y, finalmente, de espíritus celestes que aparecen y desapa- recen con la rapidez de un relámpago. CAPITULO IV La Cabra Infernal Además del "Dragón Rojo", conocido como talismán, hay otro que en unión de la Cabra Infernal se menciona al principio de este tratado. Los espíritus diabólicos acostumbran tomar toda clase de formas tanto de personas como de animales. Las más usuales, sin embargo, son las de dragón o de cabra, aunque algu- nas veces se presentan en forma de gato, gallina, cocodrilo, etc. No ha de temerse al hacer las invocaciones a ninguna de las formas en que los espíritus se presentan y siempre el operador de- be estar preparado a la defensa tanto con instrumentos de arte, por si los espíritus quisieran hacerle daño material, como con los ta- lismanes, que pueden servirle para obligarles a la obediencia. La Cabra Infernal se aparece dando balidos lastimeros como de alma en pena, y el Dragón, lanzando aullidos fuertes y broncos y echando fuego por los ojos y boca. A pesar de mostrarse el Dra- gón tan imponente, es sin embargo, menos de temer que la cabra por ser ésta el símbolo de la perfidia y del engaño. El operador deberá por lo tanto hallarse siempre en guardia y no dejarse ven- cer por apariencia más o menos inocentes. La Cabra representa el disimulo y la astucia más refinada: por alto se dice, hablando de dicho animal; que tiene "arte" y "pacto" con el diablo. CAPITULO V Transformación de la materia Como disgresión es fácil que conceptúe alguno de nuestros lectores el presente capítulo, mas no lo es en efecto, al proponer- nos un fin tan relacionado con las ciencias ocultas, como expo- sición de algunos descubrimientos e investigaciones llevadas a ca- bo por los sabios que han rendido culto a la Naturaleza, estu- diando sus fenómenos con la perseverancia y aliento que los es- píritus les han concedido. Gracias a sus inspiradas observaciones sabemos que las par- tículas más ínfimas, son mundos poblados por mutlitud de orga- nismos apreciables únicamente en el campo microscópico, y tam- bién sabemos que la tierra en que habitamos. junto a lo que en el c'^^lo contemplamos no más que un poro llena de algún grano de arena del fondo de los mares de otro mundo, que se agita a su vez en lo profundo de un átomo de polvo de granito de otro mundo. . . y así. hasta lo infinito. Sabemos que la materia es indestructible e imperecedera; que lo único que tiene existencia limitada son los cuerpos que la forma; que la muerte de los seres no es más que la transforma- ción de los plasmas que los constituyen; que un cadáver es el fin de una vida y el origen de un sinnúmero de ellas, pues su descora- posición es el medio en que los gusanos generan, o bien los mate- riales que lo componían pasan a enriquecer las plantas facihtando su desarrollo. Sabemos que nada de lo que existe es inútil, que todo está tan íntimamente unido que si faltase cualquiera de sus elementos, el desequilibrio universal pronto nos haría sucumbir. Sabemos que todo es una cadena, cuyos eslabones engranan unos en otros, la cual gira alrededor del orbe ocupando sucesiva- mente todos sus puntos. Así el agua que cae en forma de lluvia — 99 — a la capa exterior de la tierra, después de penetrar en su seno, se convierte en vapor y éste en nubes para finalmente volver a regar el suelo. Sabemos que el cuerpo se compone de moléculas formadas por agrupaciones de átomos. Estos son inertes, inmutables e indestruc- tibles, penetran en nuestro organismo por medio de la respiración y los alimentos, renuevan los tejidos, siendo constantemente reem- plazados por otros, por lo que puede afirmarse que en pocos me- ses el cuerpo humano se halla completamente transformado, y ni en la sangre, ni en la carne, cerebro y huesos queda un sólo átomo de los que le nutrieron meses antes. Como dicha labor se repite en todos los organismos, resulta que lo que sirve hoy de alimento a una persona ha servido anteriormente a otra y servirá más ade- lante y siempre en constante transformación para nutrir nuevos seres. Lamarack Darwin, Haeckcl, Masdeu, Kant y otros filósofos, dotados de una profunda sabiduría por los espíritus superiores, nos dan a conocer secretos curiosísimos y maravillosos, explica el último, que en un principio, el Universo entero no era otra cosa que una inmensa masa gaseiforme a una temperatura elevadísima. Los millones de astros que hoy ocupan el espacio, nacieron por virtud de su movimiento general de rotación, durante el cual las masas que estaban algo más sólidas o más condensadas que el resto de la materia caótica obraron sobre ella como centros de atracción; así se dividió la masa gaseosa primitiva en otras mu- chas secundarias, cada una de las cuales conservó su movimiento de rotación y tomó, merced a él, la forma de un esferoide, sepa- rándose de él un anillo que marcaba la órbita de los futuros pla- netas y así sucesivamente. A causa del enfriamiento creciente de que eran objeto, los astros tomaron del estado gaseoso al de cuer- po en fusión; después se condensaron y enfriaron todavía más, formándose con gran lentitud en espesor. Cuando la temperatura del globo terrestre descendió hacia cierto grado se verificó la primera aparición del agua en estado líquido, que cayendo sin in- terrupción, cuando inmensa lluvia sobre la costra sólida tendía a encharcarla y a encenegarla, disolviendo muchos principios y es- tacándose con preferencia en los sitios más declives. Sabemos que la generación según Heackel, se ha realizado por heterogenia o séase por la combinación de los elementos, dan- do por resultado la formación de mónadas de las cuales se conci- be nacieron organismos más complejos. Que hay seres vivientes como las abejas que se reproducen por partenogenesis, es decir que no precisa la fecundación del macho para producir crías (que en tales casos son muchos), se en- — 100 — gendran a expensas de los óvalos de las madres: que hay otros, particularmente en los vegetales, que poseen, los dos sexos y se reproducen por sí solos existiendo también algunos que, como las palmeras necesitan para reproducirse y dar frutos, la cooperacióa de árboles de diferente sexo. Que en el fondo de los mares, donde la luz solar no penetra, está tan iluminado relativamente como la superficie, merced al fósforo que tienen en gran cantidad todos los peces. Sabemos que. si en un depósito se recoge cierta cantidad de agua y se deja en reposo durante largo tiempo, no tardan en apa- recer no solamente infusorios, sino larvas y microbios probándo- se, en fin, que la generación se efectúa en todos los momentos, lo cual no es, bien considerado, más que las infinitas transformacio- nes que sufre la materia. Jamás acabaríamos de referir los adelantos que a la ciencia magna se deben, ciencia concedida a las humanas criaturas por el mágico poder de los espíritus elevados o por la esclarecida in- teligencia de los nunca bien enaltecidos gnomos. CAPITULO VI Del éxtasis o abstracción El fenómeno conocido por "éxtasis" es muy común en aque- llas personas que, teniendo la imaginación muy viva, son, sin em- bargo susceptibles de ser sugestionadas. El éxtasis es generalmen- te producido por la influencia magnética de los espíritus que obran sobre nosotros. Puede ser parcial o total. Siendo lo primero, la persona puede tener su imaginación abstraída en cierto modo de todo aquello que le rodea, pero sin embargo percibe los sonidos y cuanto pasa a su lado, aunque sin parar atención sobre ello. Cuan- do el éxtasis se puede considerar total es cuando el sujeto no se da cuenta ninguna de cuanto pasa a su alrededor. En este estado se puede considerar que la persona pierde hasta la sensibilidad. Entre los chinos, indios y árabes, es muy frecuente hallar per- sonas en tal estado de abstracción que se les podría pinchar con la aguja sin que dieran señales de sensibihdad. Según la ciencia, el éxtasis es producido por una exaltación cerebral, la cual puede ser determinada por la ingestión de narcó- ticos, influencia moral, hipnosis o supersticiones religiosas. Durante el acceso el cuerpo permanece inmóvil e insensible a los dolores más vivos, quemaduras, pinchazos, laceraciones, etc. A veces se manifiestan, también, en movimientos convulsivos — 101 — y alucinaciones al oído o a la vista dando por resultado que se perciban ruidos de voces, músicas, etc., o que se vean objetos y apariciones desconocidas. Hela aquí: El éxatisis místico puede determinar las apariciones de santos o diablos, en forma verdaderamente real y según la figura con que cada uno se los represente en su imaginación. Todo esto sólo obedece a causas sobrenaturales producidas por los buenos o malos espíritus que nos rodean continuamente. SAPITULO VII Por qué permite Dios que el demonio atormente a las criaturas lo. Para que el hombre obstinado en las culpas, sirva de terror y ejemplo a otros hombres. 2o. Para que los que no sean del todo malos, reciban castigo en este mundo por las culpas que cometen. 3o. Para que la persona que no sea castigada del demonia trate de reconocer a Dios y humillarse a él. 4o. Para castigo de las faltas leves y procurar la enmienda. 5o. Para que se corrijan los hombres, viendo por sus ojos la verdad de la divina justicia. 6o. Para que se pueda apreciar el gran poder de Dios. 7o. Para mostrar la gran santidad de algunas criaturas. 8o. Para aumentar los merecimientos de las criaturas vicia- das, volviéndolas al buen camino. 9o. Para purificarse más en todos los sentidos. 10o. Para que las criaturas tengan el purgatorio en este mundo, y que se corrijan viendo que de tantos males pueden salir tantos bienes. 102 TABLA DE LOS DÍAS FELICES Y DESGRACIADOS Días felices Meses Días desgraciados 3, 10, 27, 31 Enero 13.25 7. 8, 18 Febrero 2. 10. 17. 22 4. 9, 12, 14. 16 Marzo 13. 19. 23. 28 5. 7 Abril 18. 20, 29, 30 1, 2. 4, 6, 9. 14 Mayo 10. 17, 20 3, 5. 7. 9. 12, 23 Junio 4, 20 3. 6. 10. 23. 30 Julio 5. 13. 27 5. 7. 10. 14, 29 Agosto 2. 13. 27. 31 6, 10. 13. 18. 30 Septiembre 16, 25. 28 13, 16. 25, 31 Octubre 3. 9. 27 3. 13, 23, 30 Noviembre 16,25 10. 20. 29 Diciembre 15. 28, 31 — 103 — LA GALLINA NEGRA Escuela de sortilegios El viejo de las pirámides o el anillo del amor Hasta ahora no os he hablado sino de aquello que me ha sido revelado en los libros que encierran los misterios secretos de las ciencias ocultas. Pero nada os he dicho de mis propios experimentos. Escuchadme atentamente: En un pergamino antiquísimo, sacado de un polvoriento rin- cón de la Biblioteca del convento, logré descifrar, después de lar- gas noches de estudio, que en la Pirámide más elevada de Egipto existía vivo, desde hacía muchos siglos un viejo nigromante po- seedor de todas las ciencias mágicas. —Necesito verle y consultarle '-'dije. Y puse en práctica mi proyecto. Invoqué uno de los espíritus que me obedecían, y le ordené me transportara inmediatamente al lugar indicado. Cuando me encontré al pie de la pirámide, comprendí que se- ría inútil mi viaje, si no sabía cómo llamar al misterioso habitador de aquel vetusto y gigantesco monumento. Sí, lo recordaba, por haberlo leído en el pergamino, que era precsio acertar con la losa que daba entrada al lugar encantado. Llamé a varias losas, sin obtener respuesta. De pronto cuando ya el desaliento íbase apoderando de mi espíritu, toqué con el pie una losa y percibí que se movía. Me aparté a un lado, y vi con alegría, que en efecto, aquella losa era la entrada que buscaba. Apartándose lentamente, y apareció un venerabilísimo anciano. Barba blanca, blanquísima, caía sobre su pecho; un turbante cubría su cabeza; el resto de su traje me anunció que era un m.ahometano. . — Sé que me buscas —me dijO'^. Pues bien entra, y te reve- laré todos ios secretos del arte mágico. Yo le seguía en silencio. Bajamos una pendiente, al fin de la cual llegamos a una puer- ta, que abrió el viejo por medio de un secreto. La cerró con cuida- do, y habiendo atravesado una sala inmensa, entramos en otra pieza. Una lámpara se suspendía de la bóveda, había una mesa cu- bierta de libros, varios sitiales a la oriental, y un lecho para el descanso. Me indicó que tomase asiento, y acercándose a una es- pecie de armario sacó de él varios vasos. Me invitó a desnudarme — 104 — y con los bálsamos de que estaban llenos aquellos vasos misterio- sos, ungió todo mi cuerpo. Terminada esta operación me dio ropas nuevas, parecidas a las suyas. Sentí entonces en mi inteligencia como una luz inmensa, y comprendí por completo la lengua en que me hablaba, que era la hebrea. Me invitó a seguirle, abrió otra puerta, y tomando una lin- terna, entramos en un subterráneo, donde vi diversos cofres ali- neados: los abrió, estaban llenos de oro y de piedras preciosas de toda especie. -—Ya ves, hijo mío —me dijo — . con estos tesoros no hay temor de morir de pobreza. Todo te pertenece. Yo ya llegué al fi- nal de mi carrera y quiero dejarte por heredero. Estos tesoros no son fruto de la avaricia o de un sórdido interés: los debo al cono- cimiento de las "ciencias ocultas" que me son familiares. Yo puedo mandar a todos los espíritus que pueblan la tierra y los aires, y que no son visibles para la generalidad de los hombres. Te amo, querido hijo, he reconocido en ti el amor a la verdad y la aptitud para las ciencias, y al momento quiero que sepas lo que me ha costado siglos y siglos aprenderlo. La ciencia de los magos, el lenguaje de los jeroglíficos se ha perdido por la desidia de los hombres. Yo sólo soy el depositario de estos secretos. Yo te los comunicaré, y veremos junto los caracteres trazados en las pirámides. Pero antes tienes que renunciar a todo lo que no sea para el bien. — ;Oh, venerable anciano! — repuse— nada hay que desee yo tanto como la virtud y la sabiduría. — ¡Basta! — dijo el viejo — . Antes de desenvolver la doctrina de que soy poseedor, quiero iniciarte en los misterios más profun- dos y sagrados; quiero que sepas que los elementos están pobla- dos de las más perfectas criaturas. Ese espacio, inmenso que hay entre la tierra y los cielos, tiene habitantes mucho más nobles que los pájaros y los insectos; esos seres tan vastos tienen otros mora- dores más superiores que los delfines y las ballenas, lo mismo su- cede con las profundidades de la tierra, que contienen otras cosas que agua y minerales; y el elemento del fuego, más noble que los otros tres, no ha sido hecho para permanecer inútil y vacío. Y a continuación me puso en conocimiento de todas las ma- terias contenidas en el capítulo que trata "De lo infinito", el cual será conveniente leer antes de continuar lo que sigue. —Necesito todavía hablarte de los talismanes, de los anillos mágicos que dan el poder de mandar a todos los elementos, de evitar todos los pehgros, todas las emboscadas de los enemigos, asegurando el éxito de las empresas y el cumplimiento de todos los deseos. — 105 — Se levantó entonces, abrió un cofre que se encontraba al pie del lecho y sacó una cajita de madera de cedro, cubierta de pla- cas de oro, enriquecida de diamantes, de un brillo y una pureza extraordinarios. La cerradura era, igualmente de oro, así como la llave sobre la cual había caracteres jeroglíficos, grabados con un arte admirable. Abrió la cajita, y vi una gran cantidad de talismanes y ani- llos con diamantes, sobre los cuales había grabado infinidad de caracteres mágicos y cabalísticos. Era imposible mirarlo sin quedar deslumbrado. — Ya lo ves, hijo mío — ^dijo— cada uno tiene sus virtudes, sus propiedades; pero para hacer uso de ellos, hay que conocerloa así como la lengua de los sabios para pronunciar las palabras mis- tcriosas que están grabadas encima. Yo te enseñaré todo. Cogió un anillo . — Empecemos por el "anillo evocador" . — repuso—. Ponte el anillo en un dedo y el talismán sobre el corazón y pronuncia en se- guida estas palabras "Siras, Etar, Tesanar" y verás sus efectos. Apenas salieron estas palabras de mi boca, cuando vi aparecer una multitud de espíritus, de figuras y formas diferentes, y el ge- nio que había a mi lado, y que se me hizo visible me dijo: —Manda, ordena; todos tus deseos serán satisfechos. Y añadió el viejo. —Si quieres que los espíritus desaparezcan, suelta el anill* y el talismán. Así lo hice, y todo se desvaneció como un sueño. Entonces me dio otro anillo, el "anillo del amor", y me dijo: — Este objeto, hijo mío, está destinado a hacerte amar de las mujeres más hermosas; no habrá mujer que no se estime dichosa en agradarte, y que no ponga en práctica todos los medios imagi- nables para lograrlo. — ¿Quieres que la más bella odalisca turca sea conducida cil instante a tu presencia? Mete este anillo en el segundo dedo de la mano izquierda opri- me el talismán sobre tu boca y di, suspirando tiernamente: "¡Ok Nades, Suradis, Maniner!". E instantáneamente apareció un genio con alas de color de rosa postrándose de rodillas ante mí. —Espera tus órdenes —dijo el viejo — ; dile "Sader, Prostua, Salaster". Yo repetí estas palabras, y desapareció. —Va a recorrer un espacio inmenso —dijo el anciano— coa la rapidez del pensamiento, y lo que la naturaleza ha hecho más hermoso, aparecerá a tus ojos. Apenas acababa de hablar, cuando el genio de las alas de rosa — 106 — llegó trayendo en sus brazos una mujer envuelta en un gran velo blanco. Parecía dormida. El genio la colocó suavemente sobre un canapé que surgió a mi lado. Fue levantando el velo que la cubría y jamás nada tan hermoso se ofreció a mis ojos. Era Venus con todos los encantos de la inocencia. Suspiró la hermosa y abrió los más bellos ojos del mundo, que posó en mí. Lanzó un grito de sorpresa, y exclamó: — ;Es él, el que yo deseaba! El viejo me dijo: —Acércate; pon una rodilla en tierra; así es como debes ha- blarle; toma su mano. Yo obedecí, y la divinidad, a quien yo dirigía mi homenaje, me dijo: — Te he visto en sueños; yo te amaba, y la realidad te hace más querido de mi corazón; yo te prefiero al sultán. . — ¡Basta! — ^dijo el viejo. Y pronunció fuertemente: "Mammes. Lahar". Aparecieron cuatro esclavos, se llevaron el canapé y a la mu- jer que había operado en mí una impresión tan viva. El viejo obser\'ó mi emoción, y me dijo: -—Ya volverás a verla. Para poseer la sabiduría es menester resistir los atractivos de la voluptuosidad. Me resigné y volví a colocar en la cajilla, el anillo y el talis^ man del amor. LOS BANDIDOS PUESTOS EN FUGA Después de haber descansado me dijo el viejo que podíamos salir un rato y hacer una pequeña excursión por la campiña ob- servando las costumbres del país. Se puso el viejo un turbante en la cabeza, yo hice otro tanto, y vestidos completamente de turcos, nos dispusimos a salir. Antes de hacerlo, obscr\'é que el viejo tomaba un talismán y un anillo, yo le advertí que me había enterado, y entonces él me dijo: — Eso puede sernos necesario; la precaución es la madre de la seguridad. Pasados unos minutos nos pusimos tranquilamente en camino: el viejo me entretuvo, hablándome de los cambios que se verifican en la estructura del planeta, de la revolución de los astros que constituyen el sistema planetario y me predijo algunos fenómenos que habrían de presentarse en lo sucesivo. En esto se percibió en los límites del horizonte una nube de polvo, que se fue aproximando rápidamente. Transcurridos unos instantes, pudimos percibir perfectamen- — 107 — te que lo que ocasionaba la polvareda era un buen galope de gi- netes; una horda de árabes, que, según las apariencias, debían de ser bandidos nómadas. Cuando llegaron a unos cien pasos de nosotros ya no pudo cabernos duda de que su propósito era desvalijarnos, entonces sa- cando el talismán y el anillo, pronunció el viejo la palabra "Na- tastar", y me dijo que desde aquel momento éramos invisibles. En efecto; yo pude observar un movimiento de estupefacción en los bandidos, y en seguida, con visibles muestras de azora- miento, volvieron grupas y huyeron a todo galope en sus corceles. EL TESTAMENTO DEL VIEJO Pocos días después, y viendo llegada su última hora, me dijo: —Cuando ya no exista, colocaréis mi cuerpo en medio de es- ta sala, tomaréis las maderas olorosas que encierran los cofres de oro, el licor contenido en los frascos que se hallan suspendidos de la bóveda, os serviréis del talismán con que yo formé el huevo del que ha nacido la gallina negra, y después de haber pronunciado las palabras misteriosas se inflamará la hoguera que ha de con- sumir mi mortal envoltura. Luego tomaréis las cenizas y las colo- caréis en esta urna de cristal que pondréis en un sitio próximo a los talismanes mágicos. Después de una ligera pausa añadió: ¡Oh hijo querido! Apreciad siempre mi memoria, muero contento. Yo hubiera que- rido indicar a los hombres la verdadera manera de formar la ga- llina negra, más los espíritus lo han dispuesto de diferente modo. Tú, Jonás, llenaréis esta misión, puesto que ya conoces este se- creto. Me siento morir ¡ven querido hijo mío! seca mis lágrimas: yo puedo estrecharte todavía sobre mi pecho: recuerda que la muer- te no es temida más que por el hombre que es injusto o culpable. Al terminar sus palabras, me dio su bendición postrera, de- jando de existir aquella alma grande y generosa. Cumplidos todos sus encargos, regresé de nuevo a mi con- vento a continuar con la misión, que el Supremo Creador me tenía designada, y a esperar tranquilo el término de mi viaje material. CAPITULO II El secreto de la gallina negra El famoso secreto de la gallina negra, secreto sin el cual no se puede contar con el éxito seguro en algunas cabalas, y que estaba perdido desde hacía largo tiempo, me fue revelado por el viejo de — 108 — las pirámides, y cuyas indicaciones expongo a continuación. Tomad una gallina negra que no haya puesto huevo todavía y que ningún gallo haya pisado. Al cogerla, hacedlo de modo qué no exhale ningún grito, para lo cual iréis a las once de la noche al gallinero; la sorprenderéis mientras duerme, la agarraréis por el cuello apretando lo suficiente para que no cacaraquee, pero sin ahogarla. Una vez que la tengáis cogida de este modo, la llevaréis inme- diatamente a un lugar en que se crucen dos caminos; y alli al dar la media noche, haced en el suelo un círculo con una vara de ciprés, colocaos en el centro, y con el cuchillo de mango negro, abriréis el cuerpo de la gallina en dos partes, pronunciando estas palabras tres veces: "Eloim, Essaim, frugativi et appellativi". Volved en seguida el rostro hacia el Oriente, arrodillaos y recitar esta ora- ción: "Venite in me spíritus mágicus et tuss in anima mea imbuet". Hecho esto haréis la gran apelación; entonces el espíritu infer- nal se os aparecerá vestido con una casaca escarlata con galones de oro un chaleco amarillo y unos calzones de color verde. Su cabeza, que se parecerá a la de un perro con orejas de asno, estará corona- da por dos cuernos de vaca; sus piernas serán como las de una vaca. Os preguntará para qué le llamáis, entonces le daréis vues- tras órdenes, las que queráis, pues no puede rehusaros nada, así es que le pediréis, por ejemplo: que os haga muy rico, y. por con- siguiente muy felices. Es menester que sepáis que antes de comenzar esta operación mágica, deberéis hallaros en estado perfecto, sin que tengáis nada que reprocharos. Eso es tan esencial, que si cuando invocáis al — 109 — espíritu maligno, no os halláis bastante purificados, lejos de po- nerse el espíritu a vuestras órdenes, seréis vosotros los que que- daréis bajo su dominio. Conviene que os advierta que no es tan fácil procurarse una de estas gallinas negras, que tiene propiedades mágicas. Caso de no poder lograrla, será necesario hacerla nacer, pa- ra lo cual expondré, a continuación; el medio de conseguirlo, cum- pliendo así el encargo del viejo de las pirámides. Tomad varios trozos de madera aromática, tales como el áloe, el cedro, el naranjo, el limonero, el laurel, la raíz del iris, las rosas cuyas hojas se hayan desecado al sol; los pondréis en una cazuela de oro, extenderéis encima aceite balsámico, incienso purísimo, go- ma transparente, y pronunciaréis las palabras: "Athas, Solimán, Erminatos, Paseim". En este instante percibiréis los rayos del sol, esté donde esté a aquella hora, los cuales irán a herir la cazuela de oro. Coloca- réis sobre ella un vaso de cristal, golpearéis con la vara mágica este vaso, y en el mismo instante los perfumes y los troncos de maderas olorosas que estén en la cazuela, se encadenarán y un olor suavísimo se extenderá por la habitación. A poco no queda- rá en la cazuela más que cenizas. Tomaréis inmediatamente un huevo de gallina negra, que ten- dréis preparado de antemano en un saco de terciopelo negro; di- cho huevo le depositaréis sobre las cenizas ligeramente calientes. Cuando ya todo se halle bien preparado, se pondrá la cazuela den- tro del saquito negro, éste se coloca a su vez, en sitio de la habita- ción donde penetre la luz del sol y se cubre con una campana de metal. Hasta aquí sólo hemos llegado a la mitad del camino. Se necesitará que en un braserillo dorado se tengan constan- temente encendidos algunos carbones de encino y que a las doce del día y de la noche se echen unos polvos de rosa e incienso, y des- pués, elevando los ojos y brazos hacia el cielo, exclamaréis; "¡Oh, Tanapoter, Isnaí, Noutapilus, Estivaler, Conospitus." Cada vez que se haga esta operación, se levantará la campana, y se contemplará el saquito. Si éste se mueve es prueba de que ya ha nacido la gallina. Cuando esto suceda se destapará con cuidado y entonces se podrá notar que el sol lanzará sus rayos sobre la campana con mayor fuerza y violencia. La campana se pondrá del color del fuego, el huevo desaparecerá ante vuestros ojos, un va- por ligero se elevará en los aires, y en el acto veréis removerse una poUita completamente negra, que se pondrá de pie y empezará a piar hgeramente. Le tenderéis un dedo pronunciando estas pala- bras: "Binusas Testipas", y el volátil se subirá al dedo, después se deslizará en vuestro seno. Ya tendréis la gallina negra, objeto de vuestras más viwaa ansias, y que os procurará los tesoros que deséis. CAPITULO III De los Sortilegios Los sortilegios que se forman por medio de prácticas y cere- monias mágicas, sirviéndonos de ellas para lograr aquellas cosas que por medios naturales no nos sería posible adquirir. En esta sección hemos puesto aquellos que son más usuales a las necesidades de la vida o al logro de nuestros deseos. SORTILEGIO PARA LIGAR A UNA PERSONA Para este sortilegio hace falta preparar una medalla de San- ta Elena, colocándola sobre un trapo de seda verde, en el que se clavarán tres clavos pequeños dorados, que servirán para la cere- monia. También se necsita un objeto, retrato o figura, que esté de- dicado a la persona que se quiere ligar, en la cual se habrá de cla- var uno de los clavos según se indica en la siguiente: INVOCACIÓN A SANTA ELENA ¡Oh gloriosa Santa Elena, madre amantísima del gran Cons- tantino, emperador romano. Vos, que siendo hija del rey y la reina, al monte Olivete fuisteis por vuestro entrañable amor hacia el divino Jesús. Yo requiero vuestra poderosa intercesión para conseguir lo que deseo. De estos tres clavos de Nuestro Señor Jesucristo imi- tación en los que vos hicisteis, uno lo doy a tu hijo, el gran Cons- tantino, por igual, queda en vuestra bendita imagen, otro tiro al agua como Vos los tiráistes al mar, para salvación de los navegan- tes, y el otro, le clavo en este objeto dedicado a N.. para que se clave en su corazón, a fin de que no pueda comer, ni en cama dor- mir, ni en ella sentar, ni con mujer ni hombre hablar, ni tenga mo- mento de reposo, hasta que por vuestra intercesión se rinda a mis plantas. Si esto que deseo me fuese concedido por vuestra mediación, seré toda mi vida vuestro amante sincero y devoto (devota), por los siglos de los siglos. Amén. OTRO SORTILEGIO AL MISMO OBJETO Tómese un anillo de oro en el cual haya un diamante engas- — 111 — tado, que no haya sido usado y envuélvase n un pedazo de seda. Se coloca sobre el corazón y se lleva durante nueve días y nueve noches. Al cumplir este plazo se vuelve a tomar el anillo y a la salida del sol se graba con la lanceta alrededor del oro, la palabra "Sche- va". Se juntarán tres cabellos de las personas que se quiera, con otros tres del mismo que hace la experiencia. Luego se coloca una bolsa verde y se pone sobre el corazón durante seis días. Después de lo indicado se guardarán cuidadosamente los ca- bellos en la boísa de seda, diciendo; "Es mi deseo más vehemente que, así como los cabellos de fulana (o fulano) se juntaron con los míos, así se junten también nuestros cuerpos y almas en amoroso abrazo durante el tiempo de nuestra vida y residencia en este planeta. Así sea, por la virtud de Screva, así sea." Hechas las ceremonias indicadas sólo resta conseguir que la persona amada admita la sortija y los use, que si esto se logra, el mágico hechizo obrará sobre ella de una manera sorprendente. SORTILEGIO PARA ENAMORAR El 24 de junio por la mañana antes de salir el sol, recójase la planta Emula campana, hacedla secar y reducidla a polvo junto con ámbar gris; meted estos polvos dentro de un saquito que lle- varéis suspendido por espacio de nueve días sobre vuestro cora- zón. Se dará, en comida o bebida, unos pocos de estos polvos a la persona que deséis os ame, y os amará infahblemente. OTRO AL MISMO OBJETO Tomad un corazón de golondrina, uno de pichón y otro de gorrión, mezclad con ellos unas gotas de vuestra sangre; se pican con el cuchillo de mango blanco y se ponen a secar al horno hasta poderlo reducir a polvo. Hecho esto se darán en comida o bebida a la persona que se quiera lograr. SORTILEGIO PARA QUE PUEDA SABER UNA MUJER EL MARIDO QUE TENDRÁ La mujer tomará dos pequeñas ramas de álamo blanco que atará en sus medias con una cinta de hilo blanco, y antes de acos- tarse Colocará sus medias debajo de la almohada, después se fro- tará las sienes con un poco de sangre de abubilla (saliendo del animal) y dirá la oración siguiente: "Kivios clamentísime qui _ 112 — Abraham serviis tuus de diste urorem Earam et filio ejes-obedíen- tísimus. por admirabile signura indicati Rebecam; usorem; uso- rem indica mihi ancille tuc quem seni napture vivura per ministe- rium Bulideth Ansaibe, amén." Esta ceremonia se hará durante nueve noches, colocando la almohada y las medias, en la parte de los pies, y acostándose en esa dirección. Si se hace bien la prueba, verá en sueños el hombre con quien ha de casarse. PARA QUE UN HOMBRE VEA LA ESPOSA QUE TENDRÁ Se tomará coral pulverizado, polvos de imán y sangre de pi- chón blanco. Se formará una pasta que se meterá dentro de un hiqo grande, se envolverá todo con un pedazo de tafetán azul, al acostarse colgará este amuleto al cuello y se pondrá debajo de la almohada un ramo de mirto. Cuando se acueste, dirá la oración como en el anterior, variando las palabras "ancille tue quem seni napture vivum", por las siguientes: "Servo tua quam sine nupcior- me suoren". También deberá poner la cabecera a los pies durante las nueve noches. SORTILEGIO PARA APLACAR LA COLERA Con dos te miro, con tres te ato, la sangre te bebo y el corazón te parto. Cristo, valedme y dadme la paz. (Se repite tres veces). PARA LLAMAR LA MUERTE Y LIBRARSE DE MAL Se pone en una bolsa de trapo blanco una cabeza entera de ajos, con hierbabuena, perejil, sal e incienso. Se pasa por siete pi- las distintas de agua bendita, y al mojarlo en cada una se dice: "Líbrame de mis enemigos que me quieren mal." PARA ATRAER UNA PERSONA QUE SE DESVIA Se compra un limón de los más pequeños, verdoso y duro; se toman tres varas de cinta blanca de lustre y 50 alfileres nuevos y pequeños. Se clava un alfiler arriba del limón, o sea en la punta, dos en la parte baja y los demás se colocan clavados, formando cruz, por todo el limón. Hecho esto, se ha de rezar durante nueve días y en la hora de las doce del día y de la noche, la oración si- guiente: "Fulano (aquí el nombre de la persona), no te dejaré vivir, — 113-- parar ni sosegar hasta que tú. Fulano de tal, o Fulana (si es mu- jer) vengas a mi casa a buscarme. Quiero que no puedas vivir ni sosegar en ninguna parte parar mientras que tú, N., no vengas a buscarme". Se reza un credo por la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, y se dice: "Este credo lo aplico a la intención de que Fulano olvide a las personas que trate, menos a mí, por la virtud de este limón y por el cariño que le tengo." Todo lo anterior se repite durante siete veces, haciendo un nudo a la cinta cada vez en el centro. Cuando ya tiene los siete nudos, se coloca el hmón atado con la cmta al costado izquierdo, donde deberá llevarse durante nueve días, sin que se entere nadie, y menos la persona a quien va dedicado, pues si se entera o lo toca, pierde el encanto y hay que poner otro. El rezo se repite durante nueve días a las doce del día y de la noche, pero no así la operación de clavar los alfileres y de ha- cer los nudos, porque esto sólo debe hacerse la primera vez. El limón puede colocarse en una bolsita para ponerlo al costado iz- quierdo, pero es muy importante que vaya ésta con la cinta de log siete nudos. SUERTE DEL GATO NEGRO Procurarás tener un gato negro, y todos los martes, a las do- ce de la noche, le frotarás el lomo con un poco de sal molida, reci- tando la siguiente oración: "¡Oh Planeta Soberano! Tú que en esta hora dominas con tu influencia sobre la Luna, yo te conjuro por la virtud de esta sal y de este gato negro, y en el nombre de Dios Creador, para que me concedas toda clase de bienes, tanto en salud, como en tran- quilidad y riquezas. SAHUMERIO MARAVILLOSO CONTRA LOS MALEFICIOS Se toma incienso en grano, estoraque en polvo, mirra también en polvo, laurel seco, cascaras de ajo, clavos de especia, y todo junto se echa en brasas. Cuando se eleva el humo se dice la si- guiente oración: "Casa de Jerusalén donde Jesucristo entró, el mal al punto salió, entrando a la vez el bien, yo pido a Jesús también que el mal se vaya de aquí y el bien venga para raí por ese saumerio, amén. Luego se riega la casa con agua bendita. SORTILEGIO DE LA PIEDRA IMÁN Se toma un trozo de piedra imán, se va a la iglesia en ocasióa — 114 — que digan misa o que haya dos velas encendidas. Se acerca a la pila del agua bendita, se pone un poco de sal molida sobre el imán, y se mete en el agua diciendo: "Imán, yo te bautizo, en el nombre de Dios padre. Dios hijo, yo te bautizo. Imán eres imán serás y para mi fortuna y suerte te llamarás," Hecho esto se arrodillará en el centro de la iglesia teniendo la piedra en la mano, y se reza un credo. Todo lo indicado ha de hacerse con mucha devoción. Después, se va a casa, se toma una bolsita de lana encarnada y se reza esta oración: "Hermosa piedra imán mineral y encantadora que con la Sa- maritana anduviste, a quien suerte, hermosura y hombre le diste; yo te pongo oro para mi tesoro, plata para mi casa, sobre para el pobre, coral para que se me quite la envidia y el mal. trigo para que Fulano sea mi marido, en el caso de no tener novio se dice: para que me des un buen marido. Estas ceremonias se hacen teniendo preparadas limaduras de oro, plata, cobre y unos granos de trigo. Todo esto con el imán se coloca en la bolsa dicha. Todos los viernes se toma un poco de aguardiente suave en un vaso y se mete en él la piedra imán, rezando la siguiente oración: "Oh, hermosa piedra imán y mineral que con la Samaritana anduviste, suerte y hermosura para los hombres le diste y a mi me darás suerte y fortuna." Después de haber dicho lo anterior oración, se vuelve a colo- car la piedra imán en su bolsa, y entonces beberás el aguardiente y echarás dentro de la bolsita unas Umaduras de acero o de hierro, que podrás adquirir en cualquier cerrajería, el aguardiente y el acero son el alimento de la piedra, que sin esto perdería su efica- cia y moriría. PARA QUITAR LOS FLUJOS DE SANGRE. LOS FLUJOS BLANCOS Y LOS DOLORES DE LA MATRIZ Se llama Alomancia la adivinación por medio de la sal. cuece todo junto y se toma una taza en ayunas, durante nueve ma- ñanas; se descansa unos días y se vuelve a tomar otras nueve mañanas y asi sucesivamente hasta quedar completamente bien. FILTRO CONTRA EL AMOR Si se quiere dejar de amar a una persona indigna de nuestro amor, se hará lo siguiente: Se escogerá un lunes, cuando la luna esté en menguante, y a media noche, luego que el gallo con su canto haya ahuyentado a — 115 — los demonios, salid de casa y dirigios al borde de un riachuelo, de un estanque o del mar, os metéis con los pies desnudos y recogeréis tres flores de circe, diciendo a cada vez: "¡Oh, prohebir reneve- cute remerio amoris interno!" Volveos a casa antes que el gallo cante y meteréis las tres flores en una redoma, con media cucha- rado los aleros. Los primeros cristianos empleaban y aún emplean redoma en una ventana a la influencia de los astros; durante este tiempo haréis un ayuno extremadamente riguroso, y os absten- dréis de tomar toda clase de licores; a los trece días, meteréis en la redoma una cucharada de miel, cogida en otoño, y al mediodía, estando en ayunas, tomaréis este filtro, pronunciando las palabras mágicas dichas anteriormente, luego procuraréis encontrar la per- sona que queréis olvidar, y sin mirarla ni tocarla disputaréis con ella, cesará de amaros. Este filtro también tiene la virtud de librar del hombro derecho: Satán, toma tu parte y vete." FILTRO MÁGICO PARA OBTENER LOS FAVORES DE UNA MUJER Tómese una onza y media de azúcar cande o piedra, pulverí- cese groseramente en un mortero nuevo, en día viernes por la ma- ñana, diciendo a medida que machaquéis: "Abrasax, Abracada- bra". Mezclad esta azúcar en medio cuartillo de vino blanco bue- no, guardad la botella en una cueva obscura o en un cuarto tapiza- do de negro, por espacio de veintisiete días; cada mañana tomad la botella y la agitaréis por espacio de un minuto, diciendo, Abrasax. Por la noche haréis lo mismo durante tres minutos, y diréis tres ve- ces Abracadabra. A los veintisiete días pasaréis el vino a otra bo- tella, juntándole dos granos de mostaza blanca, y tendréis el filtro hecho. A los tres días se agita y se cuela, convidando a comer a la persona que se quiere conseguir, y se le obsequia con el filtro indicado. Si lográis que beba la mitad, estad seguros que veréis satisfecho vuestro deseo. ORACIÓN PARA LIBRARSE DE IR DE SOLDADO "Señor y Creador, que no habéis querido que vuestra túnica fuera partida en pedazos, sino que fuese jugada en suerte, haced- me a mí la gracia de que salga hbre del sorteo. Señor, libradme; Señor libradme a mí, si queréis". Se repetirá tres veces con gran devoción. ORACIÓN PARA PRESERVARSE DE LOS MALOS ESPÍRITUS i Oh, Padre Todopoderoso! ¡Oh, Madre, la más tierna de las — 116 — madres! ¡Oh, ejemplo admirable de la ternura maternal! ¡Oh. Hi- jo, la flor de todos los hijos! ¡Oh, forma de todas las formas! Al- ma, espíritu, armonía de todas las cosas. Consérvanos, protégenos, condúcenos, líbranos de todos los espíritus malos que nos asedian continuamente sin que nosotros lo sepamos. Amén. SORTILEGIO DE LA SAL Se llama Alomancia la adivinación por medio de la sal. La sal ha sido en todos los tiempos, considerada como sagra- da. Entre los romanos era de mal presagio para el que daba una comida si algún convidado se dormía antes que se hubiesen reti- rado los saleros. Los primeros cristianos empleaban y aún emplean la sal en algunas de sus ceremonias religiosas, como el bautismo, símbolo de sabiduría. Muchas personas consideran como anuncio de una gran des- gracia, cuando, por casualidad, se derrama un salero sobre el méin- tel. Para conjurar este mal efecto, se toma con la punta del cuchi- llo un poco de sal derramada y se lanza hacia atrás, por encima del hombre derecho: "Satán, toma tu parte y vete." Y dicho esto, huye el diablo, y nada hay que temer. ORACIÓN PARA GANAR EL JUEGO DE LA LOTERÍA Es preciso antes de acostarse, recitar devotamente esta ora- ción, después de lo cual la colocaréis debajo de la almohada, es crita sobre pergamino virgen con tinta mágica. Durante el sueño, el genio que preside vuestra vida descendiendo del planeta bajo el cual nacisteis, se aparecerá a vuestro espíritu, desligado momen- táneamente de los torpes sentidos carnales, y os indicará la hora, el lugar, y, si sois de los elegidos hasta el número que debe tener vuestro billete. "¡Oh, misterioso Espíritu que diriges todos los hilos de vues- tra vida! Desciende hasta mi humilde morada. Ilumíname para con- seguir, por medio de los secretos azares de la Lotería, el premio que ha de darme la fortuna, y con ella, la felicidad, el bienestar y el reposo. Penetra en mi alma. Examínala. Ve mis intenciones, que son puras y nobles, y que me encamines en bien y provecho mío y de la humanidad en general. Yo no ambiciono riqueza para mostrarme egoísta y tirano. Deseo dinero para comprar la paz de mi alma, la ventura de los que amo y la prosperidad de mis em- presas. Sin embargo, si tú conoces ¡oh, soberano Espíritu, clave de la infinita sabiduría! que yo no merezco aún la fortuna y que to- — U7 — davía debo pasar muchos días sobre la tierra en medio de las amar- guras y batallas de la pobreza, hágase tu voluntad, yo rae resigno a tus decretos; pero ten en cuenta mis sanos propósitos, el fervor con que te invoco, la necesidad en que me hallo, para que en el día que esté escrito en el libro de mi destino, sean satisfactoriamente atendidos mis votos, que están expuestos con toda la sinceridad verdad y ansiedad. No hay que perder las esperanzas si por acaso no acude el Espíritu a vuestro primer llamamiento. Vuestra oración es siem- pre escuchada y anotada. Al cabo, cuando ya os convenga, la for- tuna vendrá, infaliblemente, a vuestras manos. Pero no dejéis de recitar la anterior oración en la forma que se ha dicho. Conviene, en todo caso, jugar el primer número que se presente a vuestra imaginación, al despertar después del sueño mágico. MODO ESPECIAL DE LIGAR A UN HOMBRE Aquella mujer que quiera tener seguro al marido o amante con quien trate, tomará tres varas de cinta blanca, hará en ella siete nudos, colocando entre ellos unas tijeras abiertas en forma de espada o cruz. Se tomará un poco de imán y se pondrá en una bolsita en unión de una moneda de plata que tenga estampadas las armas de Espña (en el centro de cuyo escudo existen cuatro líneas for- mando cruz), a la que se agregarán un Talismán de Venus, para mayor seguridad. Hecho esto, sólo resta colocar la bolsita en el centro de las ti- jeras anudándola siete veces con un hilo blanco. Para este sortilegio, deberá atarse a la cintura anudando la cinta siete veces. El varón que esté con la mujer que use este sor- tilegio, no podrá hallar placer con ninguna otra, pero es de abso- luta necesidad que él ignore la existencia de dicho sortilegio, pues- to que en el momento que lo sugiera perdería el encanto. Para deshacer el sortilegio bastará con cortar todos los nu- dos, diciendo al mismo tiempo: "Yo desligo a N. del hechizo que los nudos cruces y medallas obraren sobre él, para lo cual corto y destruyo el sortilegio que por su virtud tenía formado. RECETA PARA OBLIGAR A UN MARIDO A SER FIEL Tómese la médula del pie de un cachorro negro de los de ra- za llamado chino, que no tiene pelo, y llénese con ella un agujero abierto en un pedazo de pan. Envuélvase todo esto en un trozo de terciopelo encarnado, perfectamente ajustado y cosido. Des- — 118 — puás descosiéndose la parte del colchón que queda entre el marido y la mujer, se introduce el dicho envoltorio; de modo que no inco- mode cuando se acueste el matrimonio. Hecho esto, la mujer procurará tomarse muy amable y con- descendiente, concordando en todo con la voluntad del marido. Procurará no reír cuando el marido esté triste, y le prometerá ayu- darle, y consolarle cuando por acaso la suerte le fuere adversa, fingiendo resignarse si cree que su esposo tiene una querida. Por la noche, al acostarse, y por la mañana al levantarse, le dará un vaso de leche con un huevo batido, adúcar, canela y clavo. En el caso de que la leche no fuera del agrado de su esposo. le preparará un vaso de buen vino con los ingredientes indicados. Se despojará ella de toda la ropa que le s^a posible, cuando duerma con él, acercando mucho su cuerpo al de su marido para trasmitirle su calor y su sudor. Siempre que entre de la calle su esposo, le tendrá preparada alguna golosina, demostrando que no deja de pensar en él. Des- pués le dará un beso, o muchos, en la boca. Si él fuese grosero o áspero, no le contraríe nunca; si fuese dócil, aunque inconstante, muéstrese ella siempre superior a él en los sentimientos y en los actos. Esta receta es de un efecto indiscutible. RECETA PARA OBLIGAR A LAS SOLTERAS Y A LAS SEÑORAS CASADAS PARA QUE DIGAN TODO LO QUE harían, tendrán INTENCIÓN DE HACER O HAN HECHO Tómase el corazón de una paloma y la cabeza de una rana, y después de bien seco y reducidos a polvo, llénese un saquito con esos polvos que se perfumarán agregándole un poco de almizcle. Déjese el saquito debajo de la almohada de la persona, cuan- do estuviera dormida, y a un cuarto de hora después se sabré lo que se desea descubrir. Luego se retira el saquito. RECETA PARA SER FELIZ EN LAS COSAS QUE SE EMPRENDAN Tómese un sapo verde y córtesele la cabeza y las patas, seis domingos después de la luna llena de septiembre déjense er-'jos pedazos en remojo por espacio de veintiún días en aceite de ro- mero, retirándolos pasado este plazo, a las doCe campanadas de la media noche; exponiéndoles después por espacio de tres noches seguidas a los rayos de la luna; calcínece en un puchero nuevo, — 119 — mezclándolos luego con un poco de tierra de cementerio, precisa- mente de la tierra en que está sepultada alguna de las personas de la familia a quien se dedica la receta. El que haga esta receta exactamente como aquí se indica, puede estar cierto que el espíritu del difunto velará por su perso- na y por todo lo que emprenda, y la parte mágica del sapo velará por Sus intereses. RECETA PARA HACERSE AMAR POR LAS MUJERES m Ante todo conviene estudiar un poco que sea, el carácter o genio de la mujer que se quiere conquistar, y dirigir y regular la norma de conducta con arreglo al resultado que se ha obtenido de dicho conocimiento. Será inútil recomendar, conforme a los recursos de cada cual, un traje, si no elegante o rico, por lo menos de una limpieza insu- perable. El hombre puerco está incapacitado para enamorar. Hay que advertir que esta limpieza no sólo se requiere para la ropa, sino también para todas las partes del cuerpo. Observada esta primera condición, tómese seis meses des- pués el corazón de una paloma virgen, y se le hace tragar a una culebra; la culebra, al cabo de mayor o menor espacio de tiempo, morirá; tómese entonces su cabeza y tuéstese sobre una chapa ca- liente a fuego lento, redúzcase a polvo, machacándola en un almi- rez, después de haberlo mezclado con algunas gotas de láudano. Cuando se quiera usar esta receta, restréguese las manos con una parte de esta preparación. El efecto es seguro. RECETA PARA HACERSE AMAR POR LOS HOMBRES Frótese la mujer las manos con la anterior receta, y además, practique lo siguiente: Procurará la mujer adquirir del hombre que escoja, una mo- neda, medalla ,alfiler o cualquier otro objeto o pedazo de obieto siempre que sea de plata, y que lo haya traído consigo por espa- cio de veinticuatro horas, por lo menos. Aproxímese al hombre escogido, teniendo dicho objeto en la mano derecha y ofrézcale con la otra una copa de vino, en cuyo fondo se haya desleído la bohta, del tamaño de un grano de mijo, de la siguiente composi- ción: Una cabeza de águila, un dedal de simiente de cáñamo, dos gotas de láudano y seis gotas de su propia sangre, tomadas del menstruo, en el mismo mes. Luego que el individuo haya bebido la copa de vino, con esta — 120 — m> mixtura, amará forzosamente a la mujer que se la da, pudiéndose renovar los efectos del enccinto una vez al año. PARA TENER SUEÑOS FELICES Puede lograrse de varios modos; por medio, de figuras, sig- nos, palabras o encantamientos, así como por medio de prepara- ciones de opio y de cañamones, mezclados en determinada propor- ción, como por ejemplo: cuatro onzas de cañamones por media onza de opio sólido, añadiendo a esta mezcla un grano de almiz- cle, y derramándolo todo en^n cuartillo de vino generoso. Esta preparación se usa mojando un trapito de hilo y apli- cándolo a la frente al acostarse. También basta, a veces, para obtener el mismo objeto, comer antes de acostarse, una manzana de la reina, cogida el día de San Juan, al salir la Luna. PARA HACER DANZAR A UNA MUJER DESNUDA Tómese mejorana silvestre, verbena, hojas de mirto, con tres hojas de nogal y tres de hinojo, todo cogido en la mañana de San Juan, antes de salir el sol. Después se seca todo a la sombra, se hace polvo y se pasa por un tamiz de seda y cuando se quiera usar, échese al aire, ha- cia el lugar donde está la mujer, y el efecto sucederá al instante. PARA SABER SI UNA MUJER ES INFIEL Es casi seguro que si se coloca en tiempo oportuno un dia- mante fino sobre la cabeza de una mujer que está durmiendo, se conoce si es fiel o infiel a su marido, porque si es infeil despertcirá sobresaltada, y si es casta abrazará a su marido con cariño. Esta receta es de un efecto segurísimo, pues se ha experi- mentado en infinidad de veces, habiendo resultado tal y Como se indica, a menos de extraordinarias circunstancias. PARA IMPEDIR QUE UNA MUJER SEA INFIEL Tómese una madeja de su pelo, escogiendo los cabellos más largos, quémese sobre carbón hecho ascuas y échese las cenizas sobre una cama, sofá o mueble cualquiera que antes se haya fro- tado con miel. Procure el marido que se siente lo más pronto posible sobre — 121 — aquel mueble, que después no podrá amar más que a él, ni tendrá gusto alguno en ser cortejada por otro. PARA QUE UNA MUJER SEA AMADA POR UN HOMBRE A QUIEN ELLA QUIERE Tómese pelo de la barba del hombre que la mujer quiere que le ame, procurando que sea lo más inmediato posible de la oreja izquierda; y una moneda de plata que él haya llevado encima por lo menos medio día. Póngase todo junto a hervir en un jarro de asperón nuevo lleno de vino, échese también salvia y ruda, y al cabo de una hora saqúese la moneda. Cuando se quiera hacer la prueba se toma la moneda en la mano derecha, se acerca la mujer al hombre deseado pronuncian- do estas palabras: "Rosa de amor y flor de espina", bastante alt© para que él la oiga, luego se le toca ligeramente el hombro izquier- do, y entonces él la seguirá a todas partes. ORACIÓN PARA PRESERVARSE DEL RAYO Se pasa una cinta blanca por el brazo, garganta, o cintura de Santa Bárbara; la cual cinta obra, para quien la posee, como un verdadero talismán. Cuando empiece la tormenta, enciéndase una vela que tenga una cuarta aproximadamente. Hecho esto, de hora en hora, después de lavarse la cara por tres veces con agua exorcisada, se dirá la siguiente oración: "En Vos confío. Señora, que intercedáis por mí cerCa de Aquel que murió por los pecadores. Como esta santa cinta que poseo, ten- go el alma pura y puras mis intenciones. Sálvame, Señora, si soy digno (o digna) de vuestra protección contra los terrores del rayo." RECETA PARA GANAR AL JUEGO Mándase hacer un higo de azabache, recomendando esencial- mente que se labre con un instrumento nuevo y de acero. Llévese el higo al mar, suspenso de una cinta de Santa Lucía y pásese de tres veces a siete veces sobre las espumas de las ondas. Después de hecho esto, se reza tres veces el credo, en voz muy baja, y se ofrece a Santa Lucía una vela de a cuarta. El jugador traerá este higo al cuello, cuando jugare, teniend» sin embargo, cuidado de no dejarse cegar por la ambición, ni arrastrar la codicia. — 122 — MAGIA DEL HUEVO EN LA NOCHE DE SAN JUAN En la noche de San Juan Bautista 24 de junio, se deja al re- lente un huevo de gallina negra. El huevo debe quedar quebrado dentro de un barreño con agua; por la mañana, al nacer el sol. iréis a verlo, y allí veréis vuestra suerte, y los trabajos que tenéis que pasar en esta vida. De la misma manera se puede hacer esta magia en la noche de San Antonio y de San Pedro. RECETA PARA LIGAR ENAMORADOS Cómprese una vara de cinta, y al salir de la tienda, mírese al cielo y dígase: "Tres estrellas veo en el cielo, y la de Jesús cuatro, y esta cinta a mi pierna ato, para que fulano no pueda comer, ni beber, ni descansar, mientras no se case conmigo." No se eche en olvido que es preciso que el jarro de asperón permanezca al fuego, porque el ardor del hombre se mide con el calor del vino. « Débese decir tres veces seguidas, hacer en la cinta siete nu- dos, antes de atarla a la pierna, y llevarla siempre puesta. Es muy importante que él lo ignore. PARA CURAR EL REUMA Se ponen en una botella de aceite común, algunas lombrices de planta; se deja esta botella en estiércol caliente nueve días con sus noches, después se pasa el contenido de la botella a una ca- zuela y se cuece. Se dan fricciones con dicho aceite y el alivio es probado. MODO ESPECIAL DE PRODUCIR HECHIZOS SOBRE LOS PERROS Se toman unos trozos de cordilla o tripa de oveja; se llevan durante una hora en el sobaco y luego se le echa en varias veces al perro que se quiere hechizar. En cuanto el perro coma el primer trozo, abandonará a su dueño y se irá tras la persona que se lo haya dado. — 123 CUADRO DE LOS SEPHIROTAS — 124 — EL GRAN GRIMORIO O EL PACTO DE LA SANGRE CAPITULO I Modo de prepararse para el pacto de la sangre }Oh. hombres! ¡Frágiles mortales! los que pretendéis poseer ia profunda ciencia mágica; ¡temblad de vuestra temeridad! Para conseguirlo, necesitáis colocar vuestro espíritu muy por encima de vuestra esfera, haceros firmes e inquebrantables y estar muy atentos a observar exactamente cuanto os diré, sin lo cual todo se volverá en vuestro perjuicio, destrucción y completo aniquilamien- to, pero si, por el contrario, observáis atentamente, cuanto os diga, saldréis con facilidad de la posición pobre y humilde y coronará el éxito todas vuestras empresas. Armaos, pues de intrepidez, sagacidad y virtud para empren- der esta grande inmensa obra en la que yo he pasado sesenta y «iete años, para lograr algún resultado. Por esto es preciso prac- ticar exactamente cuanto después se dirá. Pasaréis un cuarto de luna llena sin acompañaros de mujeres ni de jóvenes, a fin de no caer en la impureza. Comenzaréis vuestra práctica al empezar el cuarto de luna, prometiendo al gran Adonay que es jefe de todos los espíritus, no hacer más de dos colaciones por día. es decir, dos colaciones du- rante cada veinticuatro horas del cuarto de luna; precisamente a las horas del mediodía y de la media noche, o si lo preferís a las siete de la mañana y siete de la noche, si bien a los ojos del gran Adonay es más grato que se haga a las horas primeramente se- ñaladas. Durante todo el cuarto de luna es preciso dormir lo menos que se pueda, no debiendo exceder en modo alguno de seis las horas que por día han de dedicarse al sueño. Todos los días, después de cada colación, se recitará la si^ guíente plegaria: "Yo os imploro, grande y poderoso Adonay. maestro y señor de todos los espíritus; yo os imploro ¡oh Eloim! yo os imploro ¡oh Jehovám! yo os doy mi alma, mi corazón, mis entrañas, mis ma- — 125 — nos, mis pies, mi espíritu y mi ser. ¡Oh, gran Adonay! dignaos sCT" me favorable. Así sea. Amén. En todo el cuarto de luna no habréis de acicalaros, ni compo- neros, ni tener pensamientos más que para la obra que estáis rea- lizando, poniendo toda vuestra esperanza en la infinita bondad ád gran Adonay. Es preciso observar que vuestros ejercicios habéis de hacer- los sin la asistencia de nadie; no siendo que os acompañéis de per- sona que tenga pacto hecho con algún espíritu. Los ejercicios se han de practicar en habitación preparada ai efecto, y sin que distraigáis la mente del trabajo que vais a realizai-. Buscaréis un cabrito virgen, lo adornaréis, el tercer cuarto de luna, con una guirnalda de verbena que ataréis a su cuello, la que vendrá a parar desde la frente, llevándolo al lugar marcado para interpelar al espíritu, pronunciar si con todo fervor y recogimien- to las siguientes palabras: "Yo os ofrezco esta víctima, ¡oh gran Adonay! ¡oh Eloiral joh Ariel! ¡Oh Jehovam! como ofrenda a vosotros, superiores a todos los espíritus. Dignaos aceptarla con agrado. Amén." En seguida degollaréis el cabrito haciendo que su sangre cai- ga sobre un barreño nuevo, recitando a la vez estas palabras: "Esto lo hago en honor, gloria y poderío de vuestros divinos nombres ¡oh grandes Adonay, Eloim, Ariel y Jehovam! Dignao» recibir con agrado esta mi ofrenda. Luego se quitará la piel que ha de utilizarse al hacer la invo- cación y presentar el pacto. Sin perder momento deberán mezclarse en la sangre algunoi polvos de sáuco, malvarrosa, lirio de Florencia y azogue, con ob- jeto de dotarla de propiedades mágicas, añadiendo unas gotas de vuestra sangre, que se sacará del dedo corazón de la mano izquier- da, pinchando ligeramente con un alfiler nuevo, diciendo al mis- mo tiempo. Sea transformada la sangre de la víctima en la má« propia, para que, por su virtud, sea atendido el pacto que coa ella voy a escribir. Hecho esto se trazarán con el cuchillo que ha servido para d sacrificio, sobre la superficie de la sangre, varios rayos formand» una estrella y se dirá al hacerlo: "Los dones planetarios se ponen sobre esta sangre que con- tiene metal, aromas y espíritus, para colmarla de virtudes atracti- vas, a fin de que los Espíritus superiores se dignen aceptar el pao to que con ella y por ella voy a formular en este momento." En seguida se mojará en la misma pluma de Auca, y se es*- cribirán sobre un trozo de pergamino nuevo las palabras siguiea- tes. — 126 — PACTO DE SANGRE "A vosotros, espíritus de Luz, Adonay, Eloim, Ariel y Jeho- vam. requiero y pido humildemente os sirváis concederme vuestros favores, dones, gracias y amistad, haciendo que en cuantas em- presas ponga mano, se vea realizado mi deso, en virtud de vues^ tra benevolencia, bendición y ayuda. "Pido también que todos mis actos sean inspirados por vues- tra suprema sabiduría, y que, al morir, sea mi espíritu recogido por celestiales mensajeros, y llevado a la presencia del Eterno Creador, Yo os ofrezco, si así lo hacéis, seguir humildemente vuestras buenas inspiraciones, procurar, por todos los medios, lle- gar a la suprema perfección, adquirir la mayor suma posible de sabiduría dentro de las facultades concedidas a la humana natu- raleza, poniendo toda mi alma, corazón, vida, sentido y voluntad para poder llegar a identificarme con la divinidad, en prueba de lo cual firmo y certifico. FULANO." Al finalizar el cuarto de luna llena y en horas de 10 a 12 de la noche, se hará la invocación a los gnomos y luego a los espírtius celestes superiores, según se expresa en al sección correspondiente a las invocaciones, pero los preparativos se seguirán en la forma ^ue se indica en el capítulo siguiente. CAPITULO II Contiene la verdadera composición de la varita mágica, llamada también férula fulminante El día anterior de comenzar la grande empresa, iréis a buscar mna varita o férula de avellano silvestre, a la que ningún ser hu- mano haya tocado nunca. La longitud de la varita ha de ser exac- tamente de 19 pulgadas y media, y su forma, igual a la de la va- rita misteriosa; cuando tropecéis con ella, no haréis otra cosa que apreciarla con la vista, debiendo ir a cortarla percisamente al amanecer del día en que hayáis de comenzar la gran empresa. Deberá cortarse la varita con la misma hoja que haya servido para sacrificar al cabrito virgen, la despojaréis de todo brote o pequeña rama que la esté impurificando. La operación de cortar y limpiar la rama que haréis al levantarse el sol sobre el horizonte, la acompañaréis de las siguientes palabras: "Yo os ruego ¡oh gran Adonay, Eloim, Ariel y Jehoram, que — 127 — me seáis propicios y que le deis a esta varita, que yo he cortado la fuerza y la virtud de Jacob, de Moisés y del Gran Josué. Yo os ruego también, ¡oh gran Adonay, Eloim, Ariel y Jehovam. Yo os ruego comuniquéis a esta varita toda la fuerza de Sansón, la in- mensa energía de Emmanuel y los rayos del gran Zariataurait, que vengarán las injurias de los hombres el gran día del juicio. Amén." Después de haber pronunciado estas grandes y terribles pa- labras, con la vista dirigida a Levante, os llevaréis la varita a vuestro domiciilo. En seguida buscaréis un pedazo de madera, con la que modelaréis dos pedazos de igual grosor que las puntas de la horquilla de la varita auténtica, procurando, no obstante, que éstas sean algo agudas. Estos dos pedazos de madera servirán de patrón o modelo, para que por ellos un cerrajero, al que debéis en persona encargar el trabajo, os haga dos casquetes con la hoja empleada para sangrar el cabrito virgen. Ya en posesión de los dos casquillos, y encontrándose solo en la habitación preparada para los experimentos, los adaptaréis en seguida y con exactitud a los extremos de la horquilla de la varita mágica y con una piedra imán que a prevención habréis ad- quirido, daréis fuerza atractiva a los dos casquillos, diciendo al mismo tiempo las palabras siguientes: "Por el poder del gran Adonay, Eloim, Ariel y Jehovam, yo te ordeno unas y atraigas todas las materias que yo quiera; por el poder del gran Adonay, Eloim, Ariel y Jehovam, yo te mando por la incompatibilidad del agua y el fuego, separar todas las materias como fueron separadas el día de la creación del mundo. Amén." Después os regocijaréis en honor y gloria del Gran Adonay, pudiendo estar seguro de que poseéis vuestra varita mágica, vues- tra piel de cabrito virgen, vuestra piedra hematina ,tres guirnaldas de verbena, dos candeleros y dos cirios de cera virgen, que haréis bendecir por mano de una joven, sin mancilla. También tomaréis un braserillo nuevo, dos piedras lavadas, un trozo de yesca para encender fuego, y cuatro clavos que hayan estado clavados en un ataúd de un niño. Con todo ello os persignáis en el lugar en que debe hacerse la gran obra, poniendo especial cuidado en realizar el gran círculo cabalístico, cumpliendo punto por punto las ense- ñanzas que se contienen en este tratado. CAPITULO III Del modo de servirse de la varita mágica y de la férula fulminante El empleo de la varita mágica para el descubrimiento de teso- — 128 — ros ocultos, minas, corientes subterráneas de agua y cuanto pued« interesar al experimentador, se hará del modo siguiente: Se colocará sobre la tierra y sin llegar a ella, el vértice o cen- tro de la vara, sosteniendo las extremidades con las dos manos, una a cada lado. Si pasados cinco minutos no se nota ningnua oscilación en la vara, se volverá al revés, o sea el vértice para arriba a fin de po- der apreciar si se produce algún pequeño movimiento. También puede usarse tomándola con una sola mano y colo- cando la punta paralela al horizonte. Así es como la usó frecuen- temente un religioso prior de la antigua orden del Cister, el cual era tenido por muy hábil en el descubrimiento de tesoros, manan- tiales y otras muchas cosas ocultas en el seno de la tierra. Las señales para conocer la existencia de aguas o minerales se notarán por una ligera oscilación de la varita, que se sentirá atraída hacia la parte donde haya corrientes o metales. De no haber nada de esto, la varita permanecerá en absoluto reposo, debiendo en este caso probar en otro lado. CAPITULO IV CAMPAÑAS DE LUCIFER ARTES DIABÓLICAS QUE PUEDE PONER EN JUEGO PARA TENTAR Y DOMINAR A LAS PERSONAS Este capítulo está dedicado a demostrar el gran poder que pueden desarrollar todos los espíritus, en la esfera de sus traba- jos. Tomamos como norma una de las campañas de Lucifer, famo- sa en los anales de las ciencias mágicas, pero que igualmente po- dría haber sido ejecutada por otros de los espíritus que le prestan obediencia. En la primera parte de este tratado se hace una ligera mención de la vida de San Cipriano, mas nada se dice de la causa que mo- tivó el que llegara a adquirir un dominio tal en las artes mágicas, como pocos han logrado hasta la fecha. No estará de más advertir que el Gran Cipriano, como se le llama en Antioquía, antes de dedicarse a las ciencias ocultas, goza- ba fama universal como filósofo de talento privilegiado, lo cual era motivo para que las personas principales fueran a consultarle con frecuencia, teniendo en mucho aprecio sus opiniones y consejos. Lucifer, que conocía lo mucho bueno que podía prometerse si lo atraía a su servicio, se propuso poner en juego sus grandes re- cursos para lograrlo, los cuales podrán apreciarse por el relato — 129 — que damos a continuación. Vivía Cipriano en una casa situada en el centro de un bosque próximo a la ciudad. Una noche, y en ocasión de hallarse meditando sobre las obras maravillosas de la creación, fue interrumpido por el ruido que pro- ducían, con los aceros dos hombres que se hallaban al pie del bos- que, luchando con gran furia. Llevado de sus buenos sentimientos salió con objeto de ver si podía, por su mediación, evitar derramamiento de sangre, y lle- gando a los que combatían, les pidió antecedentes de la causa que había motivado el lance. Cesaron éstos en su lucha ante la presencia de Cipriano; le manifestaron que la causa era hallarse los dos enamorados de una misma mujer, y que siendo íntimos amigos, habían determinado llegar a tal extremo, con objeto de que, muriendo el uno, quedara el otro libre para aspirar el cariño de la que adoraban. Los dos eran jóvenes y de distinguidas familias. El uno se llamaba Flavio y el otro Lelio, siendo el primero hijo del Gober- nador, y el segundo de la famiha más principal de la ciudad. Preguntóles Cipriano si la mujer a quien amaban mostraba preferencia por alguno, a lo que contestaron que, desgraciada- mente, a todas sus solicitudes contestaba con evasivas, sin darles las más mínimas esperanzas. —'Siendo así — les dijo—, creo lo más acertado suspender esta lucha. Decidme quién es; yo iré a verla, le hablaré por los dos, y ella decidirá quién ha de ser preferido, debiendo confor- marse el que quede desairado y ceder el campo a su venturoso rival. No hay tampoco razón -—añadió— para que sea violentada en sus sentimientos e inclinaciones. Habiéndose convenido en aceptar la mediación de Cipriano, por hallarse muy ajustada a la razón, le manifestaron que la mu- jer deseada por ellos, se llamaba Celia, que era de modesta posi- ción y residía en las afueras de la ciudad. Cipriano, cumpliendo su promesa, se presentó al siguiente día en casa de Celia, quedando tan admirado de su belleza que le costó gran trabajo poderla expresar el objeto de su visita. Se ha de advertir que fue Lucifer el que influyó sobre Cipirano para que se enamorara perdidamente de Celia, con objeto de lograr, por este medio dominarle completamente. Sin embargo de la impresión que la vista de la joven le cau- sara, procuró Cipriano llenar su cometido, y al efecto, le explicó lo ocurrido la noche anterior ocultando en lo posible la gran pa- sión que se había apoderado de su alma. La negativa que ella dio, de no acceder a las pretensiones de ninguno, cosa que ya en otras ocasiones había manifestado a ellos, — 130 — le animó a preguntarle si sería mejor acogido en el caso de ser solicitada por él, en vista de que para sus amigos no había ningu" na esperanza. — Ni para vos tampoco — le dijo — ; he de agradeceros no for- méis opinión de mi, a pesar de apreciar infinitamente vuestras de- ferencias y atenciones, me veo en el deber de rechazarlas. Comprendiendo la inutilidad de nuevas tentativas, se despi- dió Cipriano, dándose a reflexionar cómo una mujer que vivía po- bremente, podía rehusar unos partidos tan ventajosos como se le ofrecían, cuando otras damas nobles y ricas se habrían conside- rado muy honradas de verse solicitadas por cualquiera de ellos. En estos pensamientos y calculando lo difícil que es conocer el corazón humano, llegó a su casa. Con objeto de distraerse y olvidarla, se puso a repasar algunas de las obras que tenía en su bibhoteca. Hallábase abstraído con un hbro entre las manos, y sin po- der coordinar ideas, cuando le anunciaron la visita de Celia. — ¡Dioses inmortales! — exclamó — . ¿Será posible que haya variado de pensamiento? Y levantándose, lleno de temor y esperanzas salió a recibirla. — ¡Mujer celestial! — la dijo — vuestra presencia en esta ca- sa me colma de felicidad; dichoso yo. si puedo esperar que ésta sea eterna como el cariño que os profeso. • — ¿Qué estáis diciendo, mi buen amJgo? ¿No os he manifes- tado que nada debías esperar? He venido tan sólo a consultaros para que me aconsejéis lo que he de haCer a fin de evitar que Fla- vio y Lelio se maten por mi causa. Espero que vuestro claro inge- nio me ayudará en este lance; no puedo estar tranquila ante el temor de que ocurra una desgracia. — ¿Y qué puedo hacer yo. ¡pobre de mí! si me hallo comple- tamente trastornado por un amor que me llena el alma, y que, sin embargo, no tengo ninguna esperanza de ver satisfecho? Si. al menos, me ofrecierais alguna ligera probabilidad, yo haría verda- dero imposible por lograros; pero nada me prometéis y siento que mi vida se halla truncada por completo. — Tened paciencia y prestadme vuestra ayuda; ¡quién sabe, mi buen amigo, lo que podrá suceder todavía! — ¡Oh divina Celia! parece que vuestras palabras traen al- gún consuelo a mi corazón. Decidme si aún debo esperar y seré vuestro esclavo eternamente. ■ — Desechad ilusiones que no se han de ver realizadas; mi amor jamás podrá satisfaceros; y únicamente deberéis obtenerlo cuando sea llegada vuestra hora postrera. El destino lo quiere así. — Sea yo dichoso. ¡Celia divina!, puesto que sintiéndome mo- rir por vuestra causa forzoso es que tu cariño principie para mí — 131 — desde este momento. Mas solicitas mi ayuda y he de intentar com- placerte, procurando que Lelio y Flavio desistan de su empeño. Idos tranquila y dejadme solo con mis tristezas y mis fatigas. No bien hubo salido Celia, cuando se presentó ante Cipria- no un forastero, diciendo que extraviado en su camino, venía a pedirle hospitahdad, por aquella noche. Mas os veo triste ■ — añadió— y si puedo merecer, aunque soy extraño, vuestra confianza, me propongo remediar vuestras penas. ■ — Eso no es posible '—contestó Cipriano — ■, mis penas no tie- nen ya remedio en este mundo. —Pues yo os aseguro lo contrario, y si queréis ver que es cier- to lo que digo, os prometo hacer maravillas de tal naturaleza, que habrán de convenceros de que poseo un poder desconocido para vos. ' — En ese caso, haced que al momento se presente aquí la per- sona a quien amo, y me demuestre su cariño de un modo vehe- mente y franco. No bien acabó de formular su petición, cuando se presentó Celia en la habitación de Cipriano, y tendiéndole sus brazos le dijo: '—Aquí estoy, Cipriano, amado, mi cuerpo y mi alma te per- tenecen eternamente. No sé qué encanto se ha apoderado de mí, que me atrae a ti de un modo irresistible. Cipriano se abalanzó a tomar a Celia entre sus brazos, pero se halló en el vacío, desapareció en el acto la visión. ¿-—Qué magia o hechizo es éste que de tal grado me hace perder el juicio? ¿Quién sois? ¿A qué habéis venido? —dijo con arrebato Cipriano, interpelando al forastero. Este, que sonreía irónicamente viendo la confusión de ideas que en aquél se había operado, le contestó con gran tranquilidad: ■ — ^ Fuera mejor que me preguntarais qué clase de ciencia es la que ejecuta tales prodigios; supongo que hallaréis fácil y hace- dero lo que poco ha juzgabais imposible. Más os admiraría, sin embargo, observar que el bosque que rodea vuestra casa, ha des- aparecido, y que la mar la baña ahora por sus cuatro costados. Y llevándole a la ventana le hizo ver que era cierto lo que le había manifestado. Al pie de la casa, pudo contemplar Cipriano un barco que luchaba entre las olas, y en el cual iban unos marineros remando con fuerza para evitar verse estrellados contra la pared. De pron- to desapareció esta nueva ilusión y apareció en el aire, en forma celestial y completamente desnuda, la hermosa Celia, enviando besos a Cipriano y llamándole a su lado. Poco después principió una horrorosa tormenta, lanzando piedras, rayos y centellas en — 132 — todas direcciones. El forastero tendió una mano hacia el firma- mento y al momento cesó todo. Poco después surgió de nuevo el bosque, según se hallaba anteriormente y se presentó un bello joven por los aires que, acercándose a la ventana, dijo con voz humilde: — ¿Qué órdenes me dais señor? ¿Qué debo hacer? No podía Cipriano volver de su asombro. Comprendió que el desconocido personaje poseía un poder sin límites. Se sentía subyugado y deseaba conocer el modo de producir tales maravillas. Lucifer que él era en forma humana, leyendo los pensamien- tos que en la cabeza de Cipriano se agolpaban, le dijo así: ' — Tú puedes hacer todo lo que has visto, pero para ésto es preciso que adquieras los conocimientos necesarios. Si tienes fe y voluntad, yo te serviré de preceptor. Te entregaré un libro que es la ciencia de la naturaleza. El estudio de esta ciencia sólo se adquiere con la práctica de la verdadera magia, y su dominio se logra con paciencia y perseverancia. Sólo te exijo dos condicio- nes, que son: la primera, que has de entregarte a mí en cuerpo y alma, y la segunda, que durante un año no has de distraerte del estudio y prácticas que yo te haré conocer. Cipriano, dominado completamente, tanto por su deseo de saber, cuanto por el ascendiente que sobre él ejercía el misterioso desconocido, le ofreció obedecerle ciegament, con tal de que Ic pusiera en posesión de una tan poderosa ciencia. Durante un año a partir de aquella fecha, nadie volvió a ver ni saber de Cipriano, pero a la terminación de este espacio de tiempo, se presentó de nuevo, ejerciendo tales prodigios, que lla- maron la atención del mundo entero. Entonces fue cuando se em- pezó a denominar Cipriano el Mago. Algunos años después, ocu- rrió el suceso relatado al principio de este tratado, y al ir a su- frir el martirio se encontró con Celia y Justina, que como cristia- nas, fueron sentenciadas también. Celia le abrazó llorando y le dijo: ■ — Ahora puedo otorgarte mi amor como hermano mío en Je- sús. He aquí cumplida mi profecía amado Cipriano, de que logra- rías mi cariño en tu hora postrera. No podía ser de otro modo, puesto que como cristiana y esposa de Jesús, ya no me pertenecía. Pronto nos veremos en el cielo. Dicho esto se separaron para sufrir el martirio, que los hz»- bía luego de juntar para siempre en la eterna mansión de !o« bienaventurados. CAPITULO V VÉRTIGO Y FASCINACIÓN El vértigo puede considerarse como un mal inevitable cuand» — 133 — la persona que lo sufre se ve impulsada de modo irresistible a caer en el mismo, atraída por una fascinación sorprendente que hace perder todos los sentidos, y hasta el instinto de la propia conser- vación. Es conveniente huir siempre de todos los precipios y simas profundas; de subir a montañas que sean poco accesibles; de fijar demasiado la vista sobre las aguas de los ríos y de mirar al fondo, desde cualquier punto elevado en que uno se halle. No es fácil poder explicar la sensación especial que siente la persona, si por cualquiera de las causas indicadas llega a sentirse fascinada. El abismo atrae, de tal modo, que no hay poder hu- mano que la libre de caer en él. La fascinación se produce en nosotros por la influencia de es- píritus dañinos sobre nuestro cerebro, que en un momento parali- zan nuestros músculos, nos hacen perder la cabeza y la vista, y nos impulsan a caer en el vacio. El individuo que se halle en esta situación, debe, en primer lu- gar, retirar la vista, inmediatamente, del punto que contempla, ce- rrando un momento los ojos, para abrirlos en seguida, mirando únicamente, a los objetos que tenga a su lado. Hecho esto, deberá elevar su imaginación al Ser Supremo y a los espíritus de Luz, di- ciendo a la vez: "Angeles celestiales, venid a salvadme de este peligro". Si logra hacer lo dicho, al momento recibirá la inspira- ción divina, para retirarse del abismo con pie seguro. Las cimas, precipicios y ríos con lugares muy concurridos por los malos espíritus, que obrando sobre nuestra imaginación, nos hacen víctimas de sus acechanzas. También suele posesionarse de algunos animales inmundos, particularmente de las culebras, serpientes, etc., dotándolos de cualidades fascinadoras tan sorprendentes que no es raro ver cuan fácilmente atraen hacia sí con la mirada a muchos animales, y en particular a los pobres pajaritos, haciéndoles victimas de su vo- racidad. No terminaremos este capítulo sin indicar que otro de los efectos que la fascinación produce es el suicidio. La persona aco- metida de este vértigo no halla tampoco medio de substraerse a él. Su imaginación está preocupada constantemente con esta idea, haciéndose preciso, si quiere salvarse, substraerse a las influen- cias maléficas, lo logrará recurriendo a los espíritus celestiales en demanda de protección y ayuda. Aunque parezca extraño, no es raro hallar individuos que te- niendo fija en su imaginación la idea de matarse, resisten sin em- bargo meses y años sin ponerla en práctica. La razón de este fe- nómeno, es debida a que, si bien los espíritus del mal le sugieren continuamente ideas perversas ocultando su inteligencia para que — 134 — no pueda substraerse a su influjo y haciéndole pensar en la muerte como término a sus penas; en cambio los gnomos y espíritus ce- lestiales, tratan de contrarrestar sus efectos con benéficas sugestio- nes resultando de esta lucha, que sea vencido por una u otra in- fluencia según el mayor o menor grado de perfección que posea. Si su tendencia es mala, el resultado final es fatal, y si es buena, seguirá su salvación logrando substraerse de las incitaciones ma- lignas. CANDELA MÁGICA PARA DESCUBRIR ENCANTAMIENTOS Si sabéis o habéis oído decir que existe algún tesoro encanta- do o escondido para encontrarle será necesario hagáis una gruesa vela de "sebo humano" colocándola en un agujero que hagáis en el centro de un trozo de madera de avellano, cortando en forma de herradura. Si sabéis o habéis oído decir que existe una vela en el lugar donde buscáis el tesoro la llama os indicará, por su oscilación, y chisporroteo que os aproximáis a él apagándose cuando os halléis encima del objeto que buscáis. 135 — TERCERA PARTE IVy^GIA CALDEA O EGIPCIA FILTROS, ENCANTAMIENTOS, HECHICERÍAS Y SORTILEGIOS CAPITULO I Encantamientos producidos por las virtudes y cualidades de los sapos Esta clase de hechizos son muy fáciles de realizar, siendo se- gún San Cipriano, los que tienen mayor poder sobre todos. En el libro de su historia como hechicero, dice que el sapo tiene una gran fuerza mágica invencible, por cuanto al demonio tiene pacto con él, desde el momento en que es la comida que Lu- cifer da a las almas que están en el infierno. Por esta razón pueden hacerse con el sapo los encantos y hechizos que a continuación expresamos, HECHIZOS DEL SAPO CON LOS OJOS COSIDOS Escoged un sapo de los mayores, que sea macho, si el hechizo es para hombre. Después que lo tuviereis seguro, cogedle con la mano derecha y pasáoslo por debajo del vientre cinco veces diciendo, mental- mente las siguientes palabras: "Sapo, sapito, así como yo te paso por debajo de mi vientre, así. . . (el nombre de la persona que se quiere hechizar) no tenga sosiego ni descanso, mientras no venga a mí de todo corazón y con todo su cuerpo, alma y vida." Dichas estas palabras, se coge una aguja de las más finas y se enhebra con una hebrita de seda verde, cosiendo con ella los párpados de los ojos del sapo, teniendo mucho cuidado de no ofenderle en las niñas, pues de lo contrario, la persona a quien de- seéis hechizar, quedaría ciega. Se cose solamente el pellejo que rodea a los ojos de abajo a arriba, a fin de que el sapo quede con los ojos escondidos, pero sin haber sufrido daño alguno. — 1.39 — PALABRAS QUE SE DICEN AL SAPO DESPUÉS DE TENER LOS OJOS COSIDOS "Sapo: por el poder de Lucifer, el príncipe de Belzebuth te cosí los ojos, que es lo que debía hacer a. . . (aquí se dice el ncira- bre de la persona) para que no tenga sosiego ni descanso en pai- te alguna del mundo sin mi compañía y ande ciego para todas lai mujeres (u hombres, según sea el sexo de la persona a quien se trata de hechizar). Véame únicamente a mí y en mí solo tenga su pensamiento. "Fulano (pronuncíese el nombre de la persona), aquí estás preso y amarrado sin que veas el sol ni la luna, hasta que no me ames. De aquí no te soltaré; aquí estás cautivo, preso, así como lo está este sapo. La olla o vasija en que se coloque el sapo ha de contener «n poco de agua, la cual se irá renovando todos los días con otra fresca. HECHIZO DE UN SAPO QUE TENGA LA BOCA COSIDA Cójase un sapo ( 1 ) bueno y grande y cósasele la boca con una hebra de seda negra, y después de que tuviere la boca cosida, díganse las palabras siguientes: "Sapo: yo, por el poder de Lucifer, Belzebuth y Astaroth y por el de todos los espíritus infernales, te condeno, fulano (aquí se dice el nombre de la persona a quien se trata de encantar), a que no tengas en lo sucesivo una sola hora de salud, pues coloco tu vida dentro de la boca de este sapo, y así como él, irá falleciendo poco a poco y perdiendo la vida con la salud, así te sucederá a ti por el poder de Lucifer, de Belzebuth, de Astaroth y de todos los espíritus infernales." Es preciso tener en cuenta que, si después de hecho el hechi- zo y cuando éste ha comenzado a surtir sus efectos, os arrepentís de él, lo podéis deshacer fácilmente, bastando para ello sacar el sapo fuera de la olla, descoserle la boca y darle a beber leche de vaca por espacio de cinco días. Al sacársele de la olla, deberán decirse las palabras siguientes: "Por el poder de Lucifer, de Belzebuth. de Astaroth y de to- dos los espíritus infernales, es mi voluntad que quede deshecho el (1) Tanto en este hechizo como en el anterior, el sexo del sapo deberá ser el mismo a que pertenece la persona contra quien se hac« el hechizo. — 140 — hechizo que pesaba sobre Fulano. . . (aquí el nombre) y que re- cobre la salud mediante mis deseos, así como este sapo va a re- cobrarla mediante mis cuidados." hechicería del sapo para hacerse amar contra la voluntad de las personas y para hacer casamientos Supongamos que una enamorada desea casarse con su no- vio, o con la persona a quien quiere, aunque no lo sea, y sea cual fuere, dentro de un breve plazo, supongamos también que el in- dividuo a quien la mujer quiere para casarse o para unirse a él, permanece, no ya solamente frío, sino, reacio por cuanto no de- sea el casamiento o la unión. Puede reducírsele y hacer que cam- bie, en primer término, sus ideas y después sus sentimientos, pro- cediendo en la forma siguiente: Tómese un objeto del enamorado o enamorada y átese en- vuelto en la barriga del sapo, y después de realizar esta operación, átense los pies del sapo, con una cinta roja metiéndole dentro de una olla u orza con tierra, mezclada con algo de leche de vaca. Después de practicadas todas estas operaciones, díganse las pa- labras que apuntamos a continuación, teniendo cuidado de colocar el rostro en la boca de la orza: "Fulano (dígase el nombre de la persona) así como tengo este sapo preso dentro de esta olla, sin que vea el sol ni la luna, así tú no verás mujer alguna, ni casada ni soltera, ni viuda. Sólo habrás de fijar tu pensamiento en mí; y así como este sapo tiene las piernas amarradas, así se aprisionen las tuyas y no puedas di- rigirlas sino hacia mi casa; y así como este sapo vive dentro de esta olla, consumido y mortificado, así vivirás tú mientras conmi- go no te cases o unieres." Dichas estas palabras se tapa la olla muy bien tapada para que el sapo no vea la claridad del día; después, cuando hayáis con- seguido vuestro deseo, soltad al sapo, quitadle el objeto que ro- deasteis a su barriga, sin hacerle daño, y cuidadle bien, teniendo entendido que. de otro modo, la persona sufriría las mismas moles- tias que el sapo. Esta operación, igual puede hacerse al hombre que a la mujer. PARA HACER Y DESHACER UN MAL HECHIZO Tómese un sapo negro y cósasele la boca con seda negra. Después átense, uno por uno, los dedos del sapo con hebras de lana, también negra, y formando una figura como de dos para- caídas y tomando la hebra principal de la lana, cuélguese en la — 141 — chimenea de modo que el sapo quede con la barriga hacia arriba. A las doce en punto de la noche llámese al diablo (a Lucifer) a cada una de las campanadas del reloj, y después, dando vueltíir. al sapo, díganse las siguientes palabras: "Bicho inmundo, por el poder del diablo, a quien vendí mi cuerpo y no mi espíritu, mandóte que no dejes gozar de una son> bra de f ehcidad sobre la tierra a . . . (el nombre de la persona ) . Su salud la coloco dentro de la boca de este sapo y así como él ha morir, así muera también... (el nombre) a quien conjuro tres veces en el nombre del diablo, del diablo, del diablo." A la mañana siguiente métase el sapo en una olla de barro y tápese herméticamente. Para deshacer los efectos de este hechizo, suponiendo que la persona sufriera demasiado por consecuencia del hechizo, sa- qúese el sapo de la olla y désele a beber leche fresca de vaca por espacio de siete días, después de haberle descosido la boca. PARA HACER QUE UN HOMBRE NO GUSTE SINO DE SU MUJER O DE LA MUJER CON QUIEN VIVE. O VICEVERSA Escójase un sapo ( 1 ) hermoso y joven y cósansele los ojos con seda negra, teniendo cuidado ■ — como ya queda indicado en las anteriores recetas — de no herirle en la pupila. Realizada la operación, precédase en la misma forma que en la receta anterior, substituyendo las palabras que en aquélla se proferían por las si- guientes: "¡¡Bicho inmundo!! En nombre del diablo, a quien vendí mi cuerpo, pero no mi alma, te cosí los ojos, cosa que hubiera de ha- ber hecho con Fulano (aquí el nombre de la persona), para que... (ella o él) no guste de otra persona que de mí, y camine ciego para todas las demás mujeres u hombres." Suspéndase después el sapo por la chimenea de la cocina, durante doce horas, metiéndole luego, si queda vivo, en una orza u olla de barro, herméticamente tapada. Las palabras que se dirán al encerrar el sapo en la olla, se- rán las siguientes: "Fulano. . . (el nombre de la persona) estás aquí preso y atado y no verás la luz del sol ni la de la luna hasta que no me ames con todo tu corazón. Quédate ahí, diablo, diablo, diablo." En ésta como en las demás recetas en que nada se haya in- (1) Ya hemos dicho que si el hechizo es para un hombre, el sapo deberá ser macho, y si para una mujer, hembra. — 142 — dicado, deberá diariamente refrescarse el agua que ha de tener el sapo. RECETA PARA APRESURAR CASAMIENTOS Cójase un sapo negro y amárrensele de la barriga dos cin- tas, una roja y otra negra, las cuales cintas habrán de servir para sujetar a dicha barriga un objeto de la persona a quien se quie- ra hechizar, y métasele al punto en una orza de barro, diciendo estas palabras: "Fulano (el nombre de la persona), si amares a otra que no sea yo, o dedicares a otra tus pensamientos, el diablo, a quien confié mi suerte, te encerrará en el mundo de las aflicciones, en la misma forma que yo acabo de encerrar a este sapo, y de donde no saldrás como no sea para casarte conmigo." Proferidas estas palabras, tápese bien la orza, refrescando al sapo diariamente con el agua que le es indispensable para su vida. El día en que se ajustare el casamiento, se le pondrá en li- bertad, teniendo cuidado de dejarle cerca de un charco de agua y no maltratarle, pues de otro modo, el casamiento se reahzará, sí, pero la vida se haría insoportable para ambos cónyuges. PARA CAUSAR EL MAL DE OJO Toma dos ojos de león macho y pónlos a orear a la luz de la luna, cuando esté en su cuarto creciente. Cuando estén bien orea- dos, ponlos en infusión con algunos granos de pimienta en una botella de vino blanco rancio, que dejarás al sereno, cuando la luna se halle en cuarto creciente. Una vez verificada la infusión citada, filtrarás el vino en un trapo finísimo y puro y le agregarás una cucharada de miel. Después permanecerás encerrado en una habitación donde no penetre la luz durante veinticuatro horas, al cabo de las cuales beberás un cortadillo del brebaje, elevando tu espíritu y pronunciando estas palabras: "Lucifer, Belzebuth. Astaroth. prestadme vuestro infernal po- der contra. . . (aquí pronunciaréis el nombre de la persona a quien queráis causar el maleficio). Amén. Luego marcharás en su busca, con la mirada baja y procuran- do no mirar de frente a las personas a quienes no quieras causar mal y, al encontrarla, la mirarás de frente durante algunos minu- tos, exclamando mentalmente: "Por vuestra virtud. Lucifer, Belzebuth, Astaroth. complace mi deseo! . . . Amén. ' Está probado que, realizada esta experiencia en la forma apuntada, la persona contra la cual los hayáis dirigido, sufrirá in- mediatamente los efectos de vuestro maleficio. _ 143 — RECETA PARA CONSEGUIR A UNA MUJER Dice Cipriano que, ante todo, conviene estudiar el carácter c inclinaciones de la mujer que se pretende, a fin de regular la nor- ma de conducta que ha de observarse en relación a los deseos que con ella quieran satisfacerse, es muy conveniente tener en cuenta que las mujeres se prendan mucho de la buena presencia y mejor porte de la persona que quiere obtener sus favores. Observada esta primera condición, y después de haber de- clarado a la mujer que se desea, las intenciones que de amarla y servirla se tienen, tómese el corazón de un palomo virgen y dé- sele a comer a una culebra; ésta, al cabo de más o menos tiempo, morirá. Cuando esto suceda, córtesele la cabeza y seqúese a fuego lento o sobre una plancha de hierro caliente, y después de secar, redúzcase a polvo machacándola en un mortero o almirez, y des- pués de haber agregado, al polvo que resulte, unas cuantas gotas de láudano, cuando quiera usarse, habréis de retregaros las ma- nos con esta preparación, estrechando inmediatamente después las de vuestra amada. RECETA PARA QUE LOS HOMBRES SE RINDAN A LOS DESEOS DE LAS MUJERES Además de las indicaciones primeras que anotamos en la re- ceta anterior, como es: estudiar el temperamento, genio o inclina- ciones y aseo, la mujer procurará obtener del hombre que escogió, una moneda, una medalla, alfiler, el objeto o pedazo de objeto, con tal que sea de plata y que el hombre haya llevado encima lo menos por espacio de veinticuatro horas. Obtenido esto, la pretendiente debe acercarse al hombre, teniendo en la mano derecha el objeto de plata y ofreciéndole con la otra una copa de vino, en la cual se habrá echado antes una pildora del tamaño de un grano de mijo, hecha con los siguientes ingredientes: Cabeza de anguila, una. Semilla de cáñamo, lo que quepa en las yemas de los dedos. Láudano, dos gotas. Luego que, forzosamente, haya bebido el hombre de este vi- no, amará forzosamente también a la mujer que se lo propinó, no siéndole posible esquivarla mientras dure el encanto, cuyos efec- tos pueden renovarse siempre, sin inconveniente alguno. Sin embargo, si el hombre fuese tan fuerte que resistiera el medicamento, o que éste no obrare con la prontitud y eficacia anhe- ladas, la mujer debe invitarle a tomar chocolate, té o café, en el cual mezclará los ingredientes que a continuación se expresan: Canela en polvo, dos dedos. — 144 — Dientes de clavo, cinco. Vainilla, cuarta parte de una vaina. Nuez moscada raspada, lo que quepa en las yemas de loi dedos. Inmediatamente, después de echar los dientes de clavo, se extraerán, substituyéndolos por dos gotas de tintura de cantáridas. Cuando la mujer no tenga mucha prisa en asegurar y apo- derarse del hombre, bastará la primera preparación indicada, sin apelar a la tintura de cantáridas. No ocultaremos que el hombre, al saborear el té, café o cho- colate, podrá apercibirse de que tienen un sabor algo extraño, lo cual — cuando la mujer sabe y quiere — podrá atribuir a causas ajenas al buen condimento de las substancias de referencia, como por ejemplo, a las adulteraciones que sufren los artículos en las tiendas, etc., etc. Cuando la mujer — dotada generalmente de mayor pene- tración y perspicacia que el hombre — sospechare que éste se le es- capa, bien porque otra se lo robe, o bien por haberla comenzado a mirar con recelo, primer escalón de la antipatía, si quiere rete- nerle y recobrar dominio sobre él, procederá en la forma siguiente: Repetirá el medicamento cada quince días, y, en los intervalos, convidándole a almorzar o a comer, le dará: En el almuerzo, una tortilla preparada en la siguiente forma: bátense los huevos muy bien batidos, agregándoles dos gotas de tintura de cantárida, y échense abajo los huevos ya batidos de una fuente a otra, diciendo: "pase este fuego que me devora al co- razón de. . . como estos huevos pasan de una fuente a otra." Re- petida esta operación por tres veces, se hace la tortilla y se sirve caliente. En la comida le daréis de comer albondiguillas, teniendo cui- dado de redondearle una por una en el cuerpo sudando, pasarlas luego por el pecho y el vientre reteniéndolas un instante debajo del sobaco. Luego le servirás palomos vírgenes, asados y golon- drinas fritas. En ambas comidas le obsequiaréis con una taza de buen café colado por el faldón de una camisa, con la cual debe haberse acos- tado la mujer por lo menos dos noches. CONTRA EL AMOR Si queréis dejar de amar a una persona indigna de vuestro cariño, tomad el filtro siguiente: el lunes, cuando la luna esté en menguante, a media noche, luego que el gallo con su canto h^ya ahuyentado a los espíritus infernales, salid de casa y dirigios a la crilía de un riachuelo, de un estanque o del mar, meted en sus — 145 — aguas los pies desnudos, y luego, con éstos húmedos, todavía re- cogeréis tres flores de circe, diciendo al coger cada una: "Phebus geneoen te remedio amores internos." Volveos después a casa an- tes que el gallo vuelva a cantar y meteréis las tres flores en una redoma con media cucharada de buen vinagre blanco, y colocaréis, por espacio de trece noches, esa redoma en una ventana, a la in- fluencia de los astros y durante este tiempo haréis un ayuno "ex- tremadamente riguroso y os abstendréis de tomar licores fermen- tados u otros; el dia trece meteréis en la redoma tres cucharadas de miel cogida en otoño y añadiréis un vaso grande de agua de aquella que se halle cercana al sitio en donde cogisteis las flores, y todas las mañanas, en ayunas, tomaréis este filtro pronunciando con toda vuestra fuerza de voluntad las palabras mágicas antes citadas y luego procuraréis encontrar a la persona que amáis, y sin mirarla ni tocarla, disputaréis con ella y cesaréis de amarla. CONTRA FILTROS Cualquier persona que ame a otra por la influencia de algún filtro, que tome a dos manos la misma camisa que haya llevado durante sus amores; métase por la cabeza y la manga derecha y al punto se verá libre del maleficio. CAPITULO II Encantamientos producidos por la semilla del helécho y sus propiedades Son en extremo maravillosos los encantos que se producen por medio de la simiente del helécho; como más adelante se verá; siempre que se observen, para cogerla, las prescripciones que es- tablecían los antiguos magos, y particularmente San Cipriano. En la verbena de San Juan, al dar las primeras campanadas de las doce colocaréis una toalla o un paño de lino blanco, debajo de una mata de helécho que ya debéis de haber elegido de antema- no y bendecido en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo para que el demonio no pueda apoderarse de la planta. Realizadas estas operaciones que pudieran llamarse previas, trazaréis un círculo determinado alrededor del helécho, colocando dentro de él a las personas que acudan a esta ceremonia. Colocadas dentro de dicho círculo, las personas^ que preten- dan la simiente del helécho, deben decir la "Letanía" en voz alta para obhgar al diablo a que se retire, el cual es indudable que pre- tenderá asustar a los concurrentes para que no consigan su pro- pósito: pero al escuchar la letanía, que será precisamente la de — 146 — los santos, todos los demonios se retirarán de aquel paraje. Ter- minada la letanía se procederá al reparto de las simientes propcr- cionalmente a cada una, sin que haya disputas ni contiendas, pues de otro modo, la simiente perderá toda su virtud. PALABRAS QUE TODOS DEBEN DECIR MIRANDO FIJAMENTE A LA SIMIENTE DEL HELÉCHO 'Simiente de heleciio, que en la verbena de San Juan fuiste cogida a la media noche en punro. Fuiste obtenida y caíste encima de un talismáx). po- 'o cual debe? sí»r"irme para toda suerte de en- cantamientos, y a?í c^D-o Dios es ol pu^to divino de Jesús, y Jesús es el punto humano de San Juan, así también, toda persona por quien tú fueres tocada, se encante conmigo. "Todo esto será cumplido por el gran Dios Omnipotente, por quien yo. . . (aquí se dice el nombre de la persona que hace la in- vocación) te cito y emplazo que no me faltes por la sangre derra- mada por Nuestro Señor Jesucristo y por el poder y virtud de María Santísima, que sea conmigo y contigo. Amén." Al final de estas palabras rezarás el credo en cruz sobre la simiente, haciendo al terminar, la cruz sobre aquélla (sobre la si- miente) . De este modo queda la semilla con todo su poder y virtud pasándola después por una pila de agua bendita. Hecho todo esto, las semillas se meterán en frasquitos, ta- pándolas muy bien. EXPLICACIONES DE LAS VIRTUDES Y MARAVILLAS DE QUE ESTA DOTADA LA SEMILLA DEL HELÉCHO la. Toda persona que obtuviere esta semilla sí tocare con ella a otra persona, con mala intención, pecará mortalmente por el motivo de ser\'irse con un instrumento divino para hacer ofensas contra la humanidad, así como tocar a una mujer casada o soltera para conducirla a cualquier parte con intención pérfida. 2a. Incurre en pena de excomunión cualquier persona que tocare con esta semilla a un semejante suyo, con el objeto de pa- ralizar su acción en asuntos o negocios. 3a. La simiente tiene la virtud contra cualquier espíritu ma- ligno que se haya posesionado de una persona que no sea qrata. para lo cual bastará con tocarla con dicha simiente, poniendo to- da su fe en Nuestro Señor Jesucristo. 4a. Tocando con ella, con la misma fe, a una persona que se encontrare enferma, ésta sanará, sea cual fuere la enfermedad que padeciese. 5a. La semilla tiene la eficacia de defendemos del enemigo — 147 — común y de sus astucias, trayéndonos nuestro verdadero conoci- miento. 6a. La simiente tiene la virtud oculta y que obra mediante un poder casi divino, obrando en la forma siguiente: supongamos que una joven simpatiza con un individuo determinado, pero no con nosotros. Es muy sencillo hacer que dicha joven simpatice con aquel con quien antes no simpatizaba. En este caso se procederá en la forma siguiente: cuando estuviereis hablando con ella, to- cadla con tres granos de la semilla que nos ocupa, y la habréis hechizado para lo sucesivo. 7o. Cuando quisierais que una persona os siga, tocadla con la simiente y os seguirá al fin del mundo, y cuando quisierais que os dejara de seguir, volvedla a tocar en la misma forma. 8a. Son tantas las propiedades y virtudes que tiene esta se- milla, que sólo una persona que la posea podrá informaros. CAPITULO III Para obtener la protección y ayuda del demonio sin hacer pacto con él MAGIA DE LAS HABAS Matarás un gato negro, precisamente un sábado, al dar la primera campanada de las doce y lo enterrarás en un terreno cer- cano a tu casa, después de haberle metido una haba en cada ojo, otra debajo de la cola y otra en cada oído. Hecho todo esto, cu- bres de tierra al gato y ve a regarle todas las noches, al dar la media noche, con muy poca agua, hasta que las habas hayan bro- tado y estén maduras. Cuando esto suceda, corta la mata y lléva- tela a tu casa; pon luego las habas a secar para hacer uso de ellas cuando te pareciere. Colocada una haba en la boca, tiene la vir- tud de hacerte invisible y por tanto, puedes penetrar en cualquier lugar sin ser visto. Colocándotela en la palma de la mano izquier- da y apretándola con el dedo del corazón, y ordenando al diablo que se te presente, éste se te presentará poniéndose incondicional- mente a tus órdenes. Ten presente que cuando fueres a regar las habas se te apare- cerán muchos fantasmas con el fin de asustarte y de impedir tu in- tento La razón de esto es muy sencilla; no le agrada al demonio ponerse al servicio de nadie, si antes no se ha entregado a el en cuerpo y alma. No te asustes, por tanto, cuando se te presentare, por cuanto no puede hacerte mal. para lo cual debes hacer, ante todo, la señal de la cruz y rezar un credo. — 148 — MAGIA DE UN HUESO DE LA CABEZA DE UN GATO NEGRO Pon a hervir un caldero de agua con leña de vides blancas y de sauce, y cuando vaya a romper el hervor mete dentro de ella un gato negro, vivo, dejándole cocer hasta que se aparten los huesos de Ja carne (U- Realizada esta operación, sácanse todos los hue- sos con un paño de hilo y colócase la persona que está haciendo esta suerte delante de un espejo, metiéndose hueso por hueso en la boca hasta que la imagen de la persona que reahza esta opera- ción desaparezca del espejo, lo que supondrá que ese es el hueso que tiene la virtud de hacer invisible a la persona que lo llevare en la boca. Cuando quisiereis ir a alguna parte sin ser visto os me- teréis el hueso en la boca y diréis: ■Quiero estar en tal parte por el poder de la magia negra." Es de advertir que no hay necesidad de introducirse en la Tjoca todo el hueso para hacer la prueba del espejo, basta apretar- te un poco con los dientes. OTRO ENCANTO POR VIRTUD DE GATOS NEGROS Cuando un gato negro estuviere con una gata del mismo co- lor, unido para realizar el coito, preparaos de una tijera y cortad un puñado de pelos de ambos. Después los reuniréis y los quema- réis con romero del norte, y en unión de la ceniza lo pondréis den- tro de un frasco de vidrio con unas cuantas gotas de espíritu de sal de amoníaco, tapando bien el frasco para que se conserve el espíritu siempre fuerte. Una vez hecha la preparación, cogeréis el frasco con vuestra mano derecha y diréis las siguientes palabras: "Ceniza que por mis propias manos fuiste quemada y que con una tijera de acero fuiste del gato y de la gata cortada, toda per- sona a quien te diere a oler, quede encantada. Esto por el poder de Dios y de María Santísima, su madre. Y así Dios dejará de ser Dios y esto me faltare, tú te verás trastornado o muerto, mu- tilado o tuerto." Cumplida esta ceremonia, reconcentra toda tu fuerza de vo- luntad en el frasco a fin de que adquiera todo el poder mágico que deseares, y cuando llegare la ocasión, se lo das a oler cual si fuera una agua olorosa, a la persona a quien quisieras encantar. (1) Deberá tenerse el gato metido en un saco o en una «esta bien atada para zambullirlo. — H9 ^ la cual se doblegará a tu voluntad como la caña se doblega al viento. PARA VENGARSE DE UNA PERSONA Y CAUSARLE MAL Cuando quieras vengarte de un enemigo declarado y que él ignore tu venganza, puedes hacer lo siguiente: Atarás en un gato negro que no tenga un solo pelo blanco, en las patas traseras, lo mismo que en las delanteras, una soga de esparto. Realizada esta operación, llevarás el gato amarrado en la forma indicada a algún bosque o encrucijada de las más solitarias que pudieres hallar, y allí dirás lo siguiente: "Yo... (aquí debe decirse el propio nombre), de parte de Dios omnipotente, mando que se me aparezca el demonio, so pena de desobediencia a los preceptos superiores. Yo por el poder de la magia negra hberal, te mando ¡o demonio!. Lucifer o Satanás, que te metas en el cuerpo de. . . (aquí se dice el nombre de la persona a quien se desea hacer mal), y asimismo te ordeno, en nombre de ese mismo Dios omnipotente, que no te retires de su cuerpo mien- tras yo no tenga nada que ordenarte y me hagas todo aquello que yo deseo y consiste en. . . (aquí se dice lo que se desea que haga el demonio ) . "Oh, gran Lucifer, emperador de todo lo que es infernal, yo te prendo y te detengo, y te amarro en el cuerpo de. . . (Fulano) en la misma forma que tengo preso y amarrado a este gato negro. Con el fin de que hagas todo cuanto quiero te ofrezco este gato ne- gro, y que te entregaré cuando hubieres realizado mis mandatos." Cuando el demonio haya desempeñado su obligación acudes al sitio en que hiciste el conjuro y lo dices dos veces consecutivas: "Lucifer, Lucifer, aquí tienes lo que te prometí", y seguidamente sueltas al gato. MANERA DE OBTENER DOS DIABLILLOS CON LOS OJOS DE UN GATO NEGRO Matarás un gato negro que no tenga ni un solo pelo blanco o ciris, y después de haberle sacado los ojos, los meteréis dentro de dos huevos puestos por una gallina negra, teniendo cuidado de que cada ojo quede separado en cada huevo. Después de hecha esa operación los meteréis, perfectamente escondidos dentro de una pila de estiércol de caballo ,advirtiendo que es de necesidad que el estiércol esté y se conserve bien caliente mientras se generan los diablillos. — 150 — Dice San Cipriano, que debe irse todos los días junto al montón de estiércol durante un mes, que es el tiempo que tardan en nacer los diablillos. En la visita que diariamente debe hacerse al estiércol que en- cierra ambos huevos, en los cuales se estarán engendrando los dia- blillos, deberán decirse las siguientes palabras a manera de oración: ¡Oh gran Lucifer! Yo te entrego estos dos ojos de un gato negro, para que tú, mi grande amigo Lucifer, me seas favorable en la súplica que hago a tus pies. Mi gran ministro y amigo Satanás, tro poder, eficacia y asucia con que te dotó el Ser Supremo, que en vos entrego la magia negra para que pongáis en ella todo vues- vos dedicáis al daño y perjuicio de los humanos, pues a vos confío estos dos ojos de un gato negro para que de ellos nazcan los dia- blillos, que me habrán de acompañar eternamente. Entrego mi ma- gia negra a María Pandilla, a toda su familia y a todos los diablos del infierno, mancos, ciegos y tullidos, para que de aquí nazcan dos diablillos que me suministren dinero, porque yo quiero dinero por el poder de Lucifer, mi amigo y compañero de ahora en ade- lante. Haced cuanto queda dicho, y al fin de un mes, día más, día menos, os nacerán dos diablillos que tendrán la figura de un lagar- to pequeño. Una vez realizado el nacimiento, ponedlos dentro de un canuto de marfil o de boj y les daréis de comer limadura de hierro o de acero. Cuando estuviereis ya en propiedad de estos engendros del infierno, podréis realizar cuanto quisiereis, y, por ejemplo, si que- réis dinero, bastará abrir el canuto y decir: "quiero dinero", cosa que se os aparecerá inmediatam.ente, pero con la condición única de que con él no podréis dar limosna a los pobres, ni tampoco mandar decir misas, por ser dinero, procedente del demonio. CAPITULO IV Hechizos por medio de un murciélago El murciélago ha sido uno de los anímales que emplearon loi magos primitivos para encantar a las personas. Cuando quisieres ser\'irte de él. lo harás en la siguiente for- ma y para los casos que se indicarán. PARA HACERSE AMAR Supongamos que una joven o una señora cualquiera desea casarse con una persona determinada, lo más brevemente posible; pues debe obrar en la forma siguiente: — 151 — Proporciónese un murciélago y pásele por los ojos una agu- ja enhebrada en un hilo fuerte. Realizada esta operación, tanto la aguja como el hilo, han adquirido fuerzas de hechizo y se em- plearán dando cinco puntos en forma de cruz con ella, en un ob- jeto que pertenezca a la persona a quien se quiere encantar, pro- nunciando las siguientes palabras: "Fulano o fulana (se dirá el nombre), yo te hechizo por el poder y fuerza de Luzbel, Belze- buth y Astaroth, para que tú no veas ni el sol ni la luna, en tanto que no te casares conmigo. Por tanto te conjuro a que lo hagas en el improrrogable plazo de ocho días, so pena de apelar a otros hechizos más poderosos. Luzbel, Belzebuth, Astaroth, confirmad mi deseo y obligad a. . . (aquí se dice el nombre) a que se sub- yugue en el cuerpo y alma a los míos." Ejecutado todo esto y hechizada la persona, ésta no tendrá un punto de sosiego, ínterin no se una a aquella que produjo el hechizo. Si más adelante no quisieras unirte a la persona a quien he- chizaste, debes quemar el objeto con que se hizo el hechizo. OTRA FORMULA PARA HACER LO PROPIO Matad dos murciélagos, macho y hembra, de manera que podáis aprovechar su sangre, la cual mezclaréis, agregándole unas cuantas gotas de espíritu de sal amoníaco, metiendo todo esto en un frasco de vidrio de dimensiones cómodas, a fin de que siempre podáis llevarlo en el bolsillo. Cuando deseareis hechizar a una joven lo mismo que cuando ésta quiere hechizar a un hombre, es suficiente con darles a oler el contenido del frasco. HECHIZO QUE PUEDE HACERSE CON MALVAS COGIDAS EN UN CEMENTERIO O EN EL ATRIO DE UNA IGLESIA Cójanse tres matas de malvas, llevándolas consigo y ponién- dolas debajo del colchón de la cama en que se duerme diciendo todos los días al despertar: "Fulano". . . (dígase el nombre de la persona contra quien se dirige el hechizo), así como estas malvas fueron cogidas en el cementerio y debajo de mí están metidas, así quedarás tu preso por el poder de Lucifer y de la magia, y sólo cuando los cuerpos del — 152 — cementerio de la iglesia vieren y hallaren estas malvas, que cre- cieron por la virtud de sus grasas, es cuando me habrás de dejar." Estas palabras deberán repetirse con fuerza de voluntad du- rante nueve dias consecutivos, a fin de que produzcaa el efecto que se desea. EXPLICACIÓN NECESARIA Habiendo llegado felizmente al término de este trabajo, con- sidero un deber manifestar a mis lectores que he procurado, en lo posible, ceñir mi trabajo al sentido y letra del original alemán. Hay, sin embargo, algunas palabras cabalísticas que me son completamente desconocidas, las cuales he tratado de interpretar, buscando la relación de las mismas con las anteriores y posterio- res. Se ha de tener presente que se trata de una obra antiquísima, escrita en idioma bastante diferente del moderno alemán. No he de terminar ésta sin expresar mi extrañeza al ver que en una obra escrita al parecer por espíritus infernales, pueda tra- tarse de los espíritus celestes con muestra de adoración y respeto. Esto debe demostrar que nada existe que no se halle supeditado o la divinidad, cuyos secretos arcanos son los que no alcanzamos a descifrar nosotros. Van también incluidas en el texto algunas citas relacionadas con la ciencia moderna que se hallaban escritas al margen, y pa- reciéndome sería útil su conocimiento, no he creído conveniente suprimirlas. — 153 — índice be las materias contenidas en este catalogo A los fieles lectores 5 Al mundo todo 6 INTRODUCCIÓN.— Donde se verá cual fue el origen de esté libro 8 Vida de San Cipriano 11 PRIMERA PARTE Libro de San Cipriano o el tesoro del hechicero CAPITULO I. — Conocimientos para ejercitar las artes mágicas. 13 CAPITULO n. — De los instrumentos que son necesarios para las artes mágicas 14 CAPITULO III. — Vestidos de mágico y modo de preprarlos. . . 19 CAPITULO IV. — Ceremonial mágico. Ceremonia que deberá usar el que haya de principiar la iniciación 20 CAPITULO V. — Cualidades esenciales para profesar las artes mágicas 22 CAPITULO VI. — Que trata del modo de hacer la tinta con que se han de escribir los pactos, oraciones, etc 23 CAPITULO Vil.— De las horas y virtudes de los planetas 24 CAPITULO Vin. — Del modo de ejecutar los experimentos 25 Experimento del vuelo 25 De la experiencia de la invisibilidad 26 De la experiencia del amor 27 Experiencia de gracia y agrado 28 ídem del odio y destrucción 28 CAPITULO IX. — Explicaciones sobre los experimentos e in- vocaciones 30 LA CLAVICULA DE SALOMÓN o el secreto de los sacerdotes CAPITITLO I. — De los talismanes 34 CAPITULO II.— Talismanes imantados 36 CAPITUT-O m. — Gran talismán dominatur o la llave de los pactos 37 CAPITULO IV. — Donde se demuestra el poder y virtudes del talismán llamado el Dragn Rojo 38 El anillo de Salomón 40 Gran talismán de Constelaciones 41 Talismán celeste 41 Talismán exterminador 42 Talismán de Isis 43 CAPITULO V.—Talismanes ordinarios 44 Explicaciones útiles sobre los talismanes 49 CAPITULO VI.— De los amuletos mágicos 49 Del modo de preparar los amuletos 50 Versículos del Corán 51 Amuleto Constelado 51 Amuleto Evangélico 53 CAPITULO VII. — De la manera de lograr que los amuletos y talismanes posean virtudes y eficacia 53 CAPITULO VIII. — El espejo secreto de Salomón 54 CAPITULO IX. — Nigromancia o arte de evocar a los muertos. 55 Invocaciones, pactos y exorcismos CAPITULO I. — De los espíritus en general B8 CAPITULO II. — De la jerarquía de los espíritus. El espíritu supremo 59 Figura y firma de los espíritus celestes superiores 61 CAPITULO III. — Espíritus superiores 62 CAPITULO IV. — De los espíritus celestes 63 CAPITULO V.— De los Gnomos 64 CAPITULO VI.— De lo infinito 68 CAPITULO VII. — Jerarquía completa de los espíritus infer- nales 70 CAPITULO VIII.— En que se trata de las invocaciones 72 CAPITULO IX. — Invocaciones a los Gnomos para que se mues- tren propicios 74 CAPITULO X.— Invocaciones a los espíritus superiores 75 CAPITULO XI.— El Sanctotum regnum. Verdadero modo de hacer pactos con los espíritus infernales sin sufrir daño alguno • • • 77 Grande invocación a los espíritus con quienes se desea ha- cer pacto, sacada de la gran clavicula de Salomón 79 Aparición del espíritu 80 Respuesta del espíritu ^0 El pacto |0 Segunda aparición del espíritu 80 Conjuro y despedida al espíritu con quien se ha hecho pacto. 81 Oración al Todopoderoso en acción de gracias 81 CAPITULO XII.— Conjuración y pacto con Lucifer para pedirle cuanto se desee :"\' CAPITULO XIII.— Que trata de los exorcismos y el modo de conocer si una persona padece de hechizos o enfermedad natural "* Precepto o exconjuración a los demonios para que no mor- tifiquen al enfermo durante el tiempo que duren los exor- cismos 8^ Oración a San Cipriano °^ Exorcismos para librar a las personas de los malos espí- ritus 8ft Exorcismos para librar la casa de espiritus tentadores ... 88 Exorcismos contra los pedriscos y huracanes 87 SEGUNDA PARTE El J>ng6n y la cabra infernal CAPITULO I.— El dragón rojo de Moisés y Salomón 91 CAPITULO II. — Adivinación por medio de los cuerpos celestes. 93 CAPITULO III. — Visiones y apariciones 96 CAPITULO IV.— La cabra infernal 98 CAPITULO V.— Transformación de la materia 99 CAPITULO VI.— Del éxtasis o abstracción 101 CAPITULO VII. — Por qué permite Dios que el' demonio ator- mente a las criaturas 102 Tabla de los días felices y desgraciados 103 LA GALLINA NEGRA Escuela de Sortilegios CAPITULO L — El viejo de las pirámides o el anillo del amor. 104 Los bandidos puestos en fuga 104 CAPITULO n.— El secreto de la gallina negra 108 CAPITULO III.— De los sortilegios 111 Sortilegio para ligar a una persona 111 Invocación a Santa Elena 111 Otro sortilegio al mismo objeto 111 Sortilegio para enamorar 112 Otro al mismo objeto 112 Sortilegio para que pueda saber una mujer él marido que tendrá 112 Para que un hombre vea a la esposa que tendrá. 113 Sortilegio para aplacar la cólera 113 Para Llamar la suerte y librarse del mal 113 Para atraer a una persona que se desvíe 113 Suerte del gato negro 114 Sahumerio maravilloso contra los maleficios 114 Sortilegio de piedra imán 114 Para quitar los flujos de sangre, blancos y dolores de la matriz 115 Filtro mágico para obtener los favores de una mujer 116 Oración para librarse de ir de soldado 116 Oración para preservarse de los malos espíritus 116 Sortilegio de la sal 117 Oración para ganar al juego de la lotería 117 Modo especial para ligar a un hombre 118 Receta para obligar a las solteras y a las señoras casadas Receta para obligar a las solteras y a las seoras casadas para que digan todo lo que harían, tendrían intención de hacer y lo que han hecho 119 Receta para ser feliz en las cosas que se emprendan 119 Rereta para hacerse amar por las mujeres, 120 Receta para hacerse amar por los hombres 120 Para tener sueños felices 121 Para hacer danzar a una mujer desnuda 121 Para impedir que una mujer sea infiel 121 Para que una mujer sea amada por un hombre a quien ella quiere 122 Oración para preservarse del rayo 122 Reecta para ganar en el juego 122 Magia del huevo en la noche de San Juan 123 Receta para ligar enamorados 123 Para curar el reuma 123 Modo especial de producir hechizos sobre los perros 123 EL GRAN GRIMORIO o el pacto de sangre CAPITULO I. — Modo de prepararse para el pacto de sangre. 125 Pacto de sangre 127 CAPITULO II. — Contiene la verdadera composición de la vida mágica, llamada también férula fulminante 127 CAPITULO III. — Del modo de servirse de la varita mágica y de la férula fulminante 128 CAPITULO IV. — Campañas de Lucifer, artes diabólicas que puede poner en juego para tentar y dominar a las personas. 129 CAPITULO V.— Vértigo y fascinación 133 Candela mágica, para descubrir encantamientos 135 PARTE TERCERA Magia caldea y egipcia FILTROS, ENCANTAMIENTOS, HECHICERÍAS, SORTILEGIOS CAPITULO I.— Modo de prepararse para el pacto de sangre. 125 de los sapos 139 Hechizos del sapo con los ojos cosidos 139 Palabras que se dicen al sapo desnués de tener los ojos cosidos 140 Hechizos con un sapo que tenga la boca cosida 140 Hechicería del sapo para hacerse amar contra la voluntad de las personas y para hacer casamientos 141 Para hacer y deshacer un mal hechizo 141 Para hacer que un hombre no guste sino de su mujer o de la mujer con quien vive, o viceversa 142 Receta para apresurar casamientos 143 Para causar el mal de ojo 143 . . Receta para conseguir a una mujer 144 Recetas para que los hombres se rindan a los deseos de las mujeres 1;¿ Contra el amor. 145 Contra los filtros • • • • • • • 1^^ CAPITULO II.— Encantamientos producidos por la semilla del hele-'ho de las propiedades • • • • ; 1^° Palabras que todos deben decir mirando fijamente a la si- miente del helécho I'* * Virtudes y maravillas de que está dotada la semilla del he- lecho 147 CAPITULO III. — Para obtener la protección y ayuda del demo- nio sin hacer pacto con él 148 Magia de las habas 148 Plagia con hueso de la cabeza de un gato negro 149 Otro encantamiento por virtud de gatos negros 149 Para vengarse de una i)ersona y hacerle mal 150 Manera de obtener dos diablillos con los ojos de un gato negro 150 CAPITULO IV.— Hechizos por medio de im murciélago 151 Otra fórmula para hacer lo propio 152 Hechizo que puede hacerse con malvas cogidas en un ce- menterio : 152 Explicación necesaria. 153