[ {"source_document": "", "creation_year": 1741, "culture": " Spanish\n", "content": "Produced by Paz Barrios and the Online Distributed Proofreading Team.\nThis file was produced from images generously made available by the\nBiblioth\u00e8que nationale de France (BnF/Gallica) at\n[Nota del Transcriptor: Este texto digital ha conservado todas las\nirregularidades en puntuaci\u00f3n, acentuaci\u00f3n y ortograf\u00eda del libro\noriginal.]\n DIARIO HISTORICO DE LA REBELION Y GUERRA DE LOS PUEBLOS GUARANIS,\n SITUADOS EN LA COSTA ORIENTAL DEL RIO URUGUAY,\n DEL A\u00d1O DE 1754.\n VERSION CASTELLANA DE LA OBRA ESCRITA EN LATIN POR\n EL P. TADEO XAVIER HENIS, DE LA COMPA\u00d1IA DE JESUS.\n DISCURSO PRELIMINAR AL DIARIO DEL P. HENIS.\n Los esfuerzos combinados de dos grandes potencias europeas no\n bastaron para dar cumplimiento al tratado de 1750, que debia\n deslindar sus vastos dominios en Am\u00e9rica. A las representaciones\n respetuosas de los PP. de la Compa\u00f1ia de Jesus, que llevaban \u00e1\n mal la cesion de sus misiones orientales, sucedieron los\n alborotos, que pronto acabaron en una general insurreccion.\n Los preliminares de este tratado habian sido ajustados\n secretamente con el rey Juan V contra el voto de sus ministros,\n que tenian por mucho mas importante la conservacion de la\n Colonia del Sacramento, que la adquisicion proyectada en las\n m\u00e0rgenes del Uruguay. Pero Jos\u00e8 I, que se adheria \u00e0 las miras de\n su padre y predecesor, autoriz\u00f3 \u00e1 Gomez Freyre de Andrade,\n Gobernador y Capitan General de Rio Janeiro, para la entrega de\n la Colonia; mientras que el Marques de Valdelirios llenaba los\n compromisos contraidos por S.M. Cat\u00f3lica, segundado por el P.\n Altamirano, que venia tambien en clase de comisario.\n Luego que se traslucieron en C\u00f2rdoba las cl\u00e0usulas de este\n tratado, el P. Barreda, provincial entonces, reuni\u00f2 una consulta\n para exponer al Virey y \u00e0 la Audiencia los perjuicios que se\n inferian \u00e0 los derechos de la Corona, de la Compa\u00f1ia, y de los\n pueblos. El P. Lozano, que fu\u00e8 encargado de redactar este\n oficio, nada omiti\u00f2 para producir el convencimiento, y el P.\n Quiroga, que disfrutaba del concepto de gran _cosm\u00f3grafo_, form\u00f3\n un mapa, en que (segun se dijo) desfigur\u00f2 el terreno, para hacer\n mas irresistibles los argumentos de los consultores.\n Estos manejos, y el poder de los PP. Misioneros sobre sus\n ne\u00f2fitos, los expusieron al cargo de haber fomentado, \u00f3\n favorecido la insurreccion de los indios. Concurrian \u00e1 acreditar\n esta especie los sucesos del Par\u00e0 y del Mara\u00f1on, donde un\n comisario del Rey de Portugal, en circunstancias id\u00e9nticas,\n hall\u00f2 los mismos obst\u00e1culos en el norte, que Valdelirios y\n Freyre en el sud. No se lleg\u00f3 \u00e0 empu\u00f1ar las armas, porque no\n habia pueblos que ceder, ni territorio que evacuar; pero se\n negaron los auxilios, se trabaron las operaciones, dejando\n yermos los parages por donde debian transitar los demarcadores.\n Funes, que registr\u00f3 los archivos del vireinato, refiere, que en\n la entrevista que tuvo el capitan Zavala con el cacique _Sep\u00e9\n Tyarag\u00fa_ en el pueblo de San Miguel, dijo este \"que circulaba en\n aquellos pueblos una carta del Gobernador de Buenos Aires,\n dirigida al Superior de las Misiones, ordenando \u00e0 los indios _el\n empleo de la fuerza_ en defensa de su territorio, y \u00e0 no\n permitir la entrada \u00e0 ningun portugues: enfin, que _aquellas\n eran las instrucciones que tenian de sus doctrineros_.\"[1]\n Esta declaracion se halla confirmada en varios lugares del\n diario de Henis, que descubren el error en que vivian los PP.,\n que \"los indios harian un gran servicio al Rey, si se defendian,\n oponian y resistian con todas sus fuerzas, mientras llegaba de\n Europa la providencia que se esperaba.\"[2]\n En el mismo sentido se expresaba el P. R\u00e1vago, confesor del\n imbecil Fernando VI, asegurando al Superior de los Misiones, que\n el Rey, v\u00edctima de las intrigas de su consejero Carvajal, autor\n del tratado, no se le habia opuesto hasta entonces por\n pusilanimidad \u00e9 ignorancia.\n Entretanto la insurreccion, que cundia en los pueblos de\n Misiones, no dejaba mas arbitrio que el de la fuerza para\n sofocarla. En una junta que se celebr\u00f3 en la isla de Martin\n Garcia entre Valdelirios, Gomez Freyre, y Andonaegui, Gobernador\n de Buenos Aires, se acord\u00f2 que, \u00e1 mas de los cuerpos veteranos\n de la guarnicion, se convocarian las milicias de Montevideo,\n Santa F\u00e9 y Corrientes, \u00e1 las que se reunirian 1,000 Portugueses\n y un competente n\u00f9mero de vecinos, para llevar la guerra \u00e1 los\n pueblos insurreccionados.\n En estos preparativos se invertieron algunos meses, hasta que \u00e1\n principios de Mayo del a\u00f1o de 1754 se abri\u00f2 la campa\u00f1a, al mando\n de Andonaegui, que debia ocupar el punto central de San Nicolas,\n mientras Freyre, con otro trozo de tropas que se organizaban en\n el Rio Grande, atacaria el pueblo de Santo Angel, situado en el\n borde exterior del Yguy-guaz\u00f9.\n Para agotar todos los medios de conciliacion de que podia\n hacerse uso sin menoscabo de la autoridad real, se hizo preceder\n al ataque un parlamentario, que debia hacer las \u00f9ltimas\n amonestaciones \u00e0 los rebeldes, por medio del cura de Yapey\u00f9 \u00e0\n quien fu\u00e8 dirigido.\n Pero el conductor de este oficio tuvo la desgracia de caer en\n manos de una partida de sublevados, que lo inmolaron en compa\u00f1ia\n de otros cinco hombres que lo escoltaban. Este cr\u00edmen hizo\n imposible todo avenimiento, y el ej\u00e8rcito, que habia hecho alto\n en las costas del Ygarapey, avanz\u00f2 hasta el Ibicuy, por caminos\n intransitables, y en el rigor del invierno. La falta de pastos,\n y la extenuacion que caus\u00f3 en los caballos, obligaron el\n ej\u00e8rcito espa\u00f1ol \u00e0 retroceder hasta el Salto-chico, y este\n movimiento retrogrado, al romper las hostilidades, envalenton\u00f3 \u00e0\n los indios, que le salieron al frente para hostilizarle.\n Por otra parte Gomez Freyre se habia enredado en los bosques del\n Yacu\u00ec, donde supo la retirada de Andonaegui; mientras los\n sublevados, cuyo mayor odio era contra los Portugueses, fueron \u00e0\n desafiarlos hasta el rio Pardo. Estos ataques parciales, cuya\n victoria se atribuian los gefes aliados, acabaron en un\n armisticio que no tuvo \u00e1 menos Gomez Freyre celebrar con los\n caciques en su campamento del rio Yacu\u00ed.[3]\n Irritado por tanta cobardia \u00e8 impericia, el Brigadier D. Jos\u00e8\n Joaquin de Viana, Gobernador de Montevideo, vol\u00f2 al campamento\n de Freyre \u00e1 instarle para que rompiese cuanto antes estas\n treguas vergonzosas. Las palabras de este bizarro oficial\n despertaron el valor de sus compa\u00f1eros, que, bajo su direccion y\n auspicios, derrotaron en un primer choque \u00e0 los indios cerca de\n Batov\u00ec, en donde el mismo General derrib\u00f3 de un pistoletazo al\n famoso caudillo _Sep\u00e9_.\n Sucedi\u00f3 en el mando de los sublevados el corregidor, \u00f3 cacique\n del pueblo de Concepcion, Nicolas Nanguir\u00f9, mas conocido en la\n historia de estos tumultos bajo el nombre de NICOLAS I, que se\n dijo haber tomado con el car\u00e1cter de rey.\n Viana, que despues de la accion de Batov\u00ec, marchaba al frente de\n los espa\u00f1oles y lusitanos en n\u00f9mero de 2,500, volvi\u00f2 \u00e1 arrollar\n \u00e0 los indios al pi\u00e9 del cerro de Caybat\u00e9, donde le aguardaban\n con cerca de 2,000 combatientes. Al dia siguiente ocup\u00f2 el\n pueblo de San Miguel, \u00f3 mas bien sus escombros, por haber sido\n desamparado y reducido \u00e0 cenizas; y desde este punto intim\u00f2 la\n rendicion \u00e1 los demas pueblos, que todos se sometieron, excepto\n el de San Lorenzo, que solo cedi\u00f2 \u00e1 la fuerza: confirmando con\n este \u00faltimo rasgo de obstinacion las sospechas que se tenian\n formadas sobre la cooperacion de los misioneros, siendo cura de\n este pueblo el mismo P. Tadeo Xavier Henis, autor del diario,\n cuyo aut\u00f3grafo se hall\u00f3 en su escritorio.\n De este modo termin\u00f3 una guerra que inspir\u00f2 vivas alarmas \u00e0 las\n cortes de Madrid y de Lisboa, acostumbradas \u00e1 ver obedecidas\n ciegamente sus \u00f2rdenes, y \u00e1 mirar \u00e0 los ind\u00ecgenas como \u00e1 la\n clase mas abyecta de sus subditos. Despues del gran\n levantamiento de los Araucanos al fin de la XVI.'ta centuria,\n ningun acto de insubordinacion habia turbado las colonias, cuyo\n sosiego se tenia por inalterable. Y realmente la resistencia de\n los indios _Guaran\u00eds_ no arrancaba de un esp\u00edritu de sedicion,\n sino de _un sentimiento de fidelidad_ que la hacia mas\n obstinada. As\u00ed es que el autor del diario, hablando de los\n rumores que circulaban en las Misiones durante la lucha,\n esclama: _\u00bfQuien creyera que las cosas de los indios est\u00e9n en\n tal estado, que para servir al Rey sea necesario tomar las armas\n contra \u00e9l mismo._[4]\n Si los PP. Misioneros fueron autores, \u00f2 v\u00edctimas de este enga\u00f1o,\n no es facil decidirlo; pero las c\u00e0balas que ya empezaban \u00e0\n urdirse contra la _Compa\u00f1ia_, deben inspirar desconfianzas h\u00e1cia\n todos los cargos que se le hicieron en aquella \u00e9poca. Cierto de\n que ellos conservaron hasta el \u00faltimo desenlace la esperanza de\n ver anulado el tratado, y continuaron arreglando los pueblos\n como si nunca debieran abandonarlos. Cuando las tropas del Rey\n entraron en San Luis se trabajaba en rematar los dos hermosos\n gnomones que construyeron los PP. en el corredor de su huerta, y\n en el pueblo de San Lorenzo qued\u00f3 \u00e1 medio dorar el altar de San\n Antonio.[5]\n Estos pormenores pueden servir para disculpar \u00e0 los Jesuitas de\n la complicidad que se les atribuye, y de un modo mas convincente\n que la fastidiosa repeticion que hace Funes de las alteraciones\n que not\u00f3 Muriel en la version castellana de este diario\n por Iba\u00f1ez.\n Si el concepto de la secreta oposicion del Rey al tratado no es\n bastante justificacion para los que lo atacaron, tampoco podr\u00e1n\n librarles de la nota de rebeldes las correcciones tan\n laboriosamente hacinadas por el continuador de Charlevoix para\n restablecer el texto de Henis. Por mas que se comenten estas\n _Efemerides_ nunca se llegar\u00e1 \u00e1 desmentir por este lado lo que\n tan candidamente expresa el autor en cada uno de sus p\u00e1rrafos.\n Sin embargo, no es posible negar el mal uso que hizo Iba\u00f1ez de\n este documento, en la formacion de su obra, titulada: _El reino\n jesu\u00edtico del Paraguay_.[6] Expulso del Colegio de Buenos Aires\n poco despues de la celebracion del tratado de 1750, este\n individuo se ofreci\u00f3 al Marques de Valdelirios para\n suministrarle los conocimientos adquiridos sobre el estado de\n las Misiones, y las miras de los que las administraban. En estas\n revelaciones era natural que le guiase un esp\u00edritu de rencor, y\n que acreditase, en cuanto le era posible, el plan de usurpacion\n que se atribuia \u00e1 los Jesuitas. Valdelirios, que estaba\n prevenido contra ellos, sobre todo despues de la insurreccion de\n sus pueblos, acogia con deferencia estas especies; y alentado\n Iba\u00f1ez por esta proteccion, atac\u00f2 con mas descaro \u00e1 sus antiguos\n hermanos. No contento con la ziza\u00f1a que habia sembrado en Buenos\n Aires, pas\u00f3 \u00e1 Madrid, donde las recomendaciones que llevaba, y\n los servicios que habia prestado, le pusieron en contacto con D.\n Ricardo Wall, sucesor de Carvajal, y comprometido en todos\n sus planes.\n Las circunstancias no podian ser mas \u00e0 prop\u00f2sito para favorecer\n las miras de este ex-claustrado. Sus cargos, que en cualquier\n otra \u00e9poca se hubiesen mirado con el desprecio que inspira un\n sentimiento de venganza, trillaron el camino \u00e1 otros ataques,\n que acabaron con la ruina de la Sociedad que le habia repudiado.\n Pero no se consigui\u00f2 por esto dar cumplimiento al tratado; y se\n tuvo por fin que echar mano de la fuerza para desalojar \u00e1 los\n Portugueses de la Colonia del Sacramento:[7] y del mismo\n arbitrio se valieron los Lusitanos para apoderarse muchos a\u00f1os\n despues de las Misiones Orientales.[8]\n Entre tanto estas dos campa\u00f1as, \u00e1 las que los escritores\n espa\u00f1oles dieron enfaticamente el nombre de _primera_ y _segunda\n guerra guaran\u00edtica_, como si en algo se parecieran \u00e1 las\n _p\u00fanicas_, hicieron derramar mucha sangre, y costaron \u00e0 la Corte\n de Lisboa, (segun lo asegur\u00f2 el Ministro Souza Couti\u00f1o en la\n memoria que dirigi\u00f3 al gabinete de Madrid en Enero de 1776)\n veintiseis millones de cruzados, y no creemos que fueron\n inferiores los sacrificios de Espa\u00f1a.\n Una parte de la historia de estas desavenencias se halla en la\n correspondencia oficial de los Comisarios de las dos Coronas, y\n otra en el diario que publicamos, vali\u00e8ndonos de una version\n distinta de la que emprendi\u00f3 y public\u00f2 Iba\u00f1ez. La debemos \u00e1 la\n amistad del Se\u00f1or Dr. D. Leon Vanegas, que la conservaba in\u00e8dita\n entre sus papeles.\n _Buenos-Aires, 2 de Setiembre de 1837._\n PEDRO DE ANGELIS.\n DIARIO DE HENIS.\n 1. A mediado del mes de Enero del a\u00f1o de 1754, confederados \u00e1\n los Guaranis los Guanoas gentiles, que diligentemente egercian\n el oficio de exploradores, hicieron saber \u00e1 todos los habitantes\n de los pueblos, que \u00e0 las cabeceras del Rio Negro se veia un\n numeroso escuadron de Portugueses. Con esta noticia se toc\u00f2 al\n arma por todas partes, se despacharon por los pueblos presurosos\n correos, se hicieron cabildos, se tomaron pareceres, y\n un\u00e1nimemente proclamaron que debian defenderse.\n 2. El dia 27 de dicho mes salieron armados del pueblo de San\n Miguel 200 soldados \u00e1 caballo \u00e0 recoger la demas gente de sus\n establos, \u00f2 estancias, hasta llegar al n\u00f9mero de 900. Despues\n siguieron 200 del pueblo de San Juan, y otros tantos de los\n pueblos de San Angel, San Luis y San Nicolas, con 80 de San\n Lorenzo: de suerte que todos eran 1,500, y fueron repartidos\n para defender los confines de sus tierras.\n 3. Mientras se disponian estas cosas cuidadosamente, el dia 8 de\n Febrero se avis\u00f2 de las estancias vecinas de San Juan, que estan\n \u00e1 las orillas del Rio Grande, por los indios de Santo Tom\u00e8 que \u00e0\n la saz\u00f3n en sus montes fabricaban la yerba segun acostumbran,\n que no lejos de ellos habia gran n\u00famero de gente portuguesa, y\n que amenazaba de muy cerca \u00e1 los pueblos, porque apenas distaban\n 20 leguas de ellos.\n 4. Casi al mismo tiempo avisaron de las estancias mas remotas de\n San Luis, las cuales estan \u00e0 las orillas del mismo Rio Grande,\n l\u00ecmite antiguo de division entre las tierras guaranis y\n portuguesas, que se veia un trozo de enemigos portugueses, que\n ya habian pasado el rio en algunas barcas y canoas, y que en un\n bosque vecino habian construido dos grandes galpones, y que\n tenian tambien muchos caballos y armas. Habiendo yo sido\n llamado, march\u00e9 al socorro de los estancieros de los\n circunvecinos campos y de otros pueblos, y tambien para que se\n transfiriese \u00e1 tiempo \u00e0 aquel parage el eg\u00e9rcito que habia\n salido de los pueblos contra los invasores, y estar as\u00ed\n apercibidos para resistir un\u00e1nimemente \u00e1 todos los enemigos.\n 5. Tambien se esparci\u00f3 por entonces cierta voz, que as\u00ed como\n alegr\u00f3 los \u00e0nimos de los soldados, los encendi\u00f3 y levant\u00f3 \u00e0\n esperanzas de mayores cosas. Decia esta, que doce carros con\n alguna gente, pertrechos y caballos, habian pasado el Rio\n Uruguay, en el paso que llaman _de las Gallinas_, pero que por\n los confederados b\u00e0rbaros, Charruas y Minuanes, parte habian\n sido heridos, parte dispersos y muertos: que los animales habian\n sido retirados lejos y los carros quemados. Parece que dicho\n rumorcillo no era del todo vano: porque, volviendo un alcalde de\n Santo Angel de las tierras de sus estancias, lo contaba as\u00ed como\n lo habia oido \u00e1 algunos de los confederados vencedores, que\n acab\u00e0ban de llegar.\n 6. Alegres y alentados con uno y otro aviso, se alistaron nuevos\n reclutas; y despues de haberse fortalecido con el sacramento de\n la penitencia y de la eucaristia, por espacio de tres \u00f3 cuatro\n dias, 200 del pueblo de Santo Angel, (porque \u00e1 estos amenazaba\n el peligro de mas cerca) revolvian las antiguas memorias, de que\n pocos a\u00f1os antes por este mismo camino, cierto portugues habia\n penetrado hasta su pueblo, \u00e0 quien, aunque los estancieros\n compatriotas conocian, ahora sospechaban que fuese espia.\n Tambien salieron armados casi 200 de cada uno de los otros\n pueblos, y hallaban 100 del pueblo de Santo Tom\u00e8 en el mismo\n sitio haciendo yerba, y 60 del de San Lorenzo juntos en la misma\n faena, que con los estancieros vecinos componian un ej\u00e8rcito de\n casi 1,200 hombres.\n 7. Mientras se preparaban \u00e1 esta expedicion el domingo de\n Septuag\u00e9sima, (era muy de ma\u00f1ana) uno me habl\u00f3 en nombre del\n capitan del ej\u00e9rcito, y pidi\u00f2 fuese con ellos por procurador y\n m\u00e9dico espiritual. Me escus\u00e9 de esta carga por las conocidas\n calumnias, que los Portugueses y Espa\u00f1oles acostumbran forjar,\n como poco h\u00e1 me lo habia ense\u00f1ado la experiencia: empero,\n considerando que si acaso alguno del ej\u00e9rcito adolesciese en el\n camino de alguna grave enfermedad, \u00f2 se postrase con alguna\n herida, habia de ir luego al punto \u00e1 confesarlo, si me llamasen,\n condescend\u00ed, por tener la cierta y suprema vicaria potestad de\n Christo. Juzgaron los capitanes que tenian en s\u00ed dicha\n autoridad, para que ninguna alma sea privada de los sacramentos,\n y salvacion sin culpa proporcionada, y as\u00ed disponian la\n expedicion, limpi\u00e0ndose de las manchas internas de los pecados.\n 8. Finalmente, habiendo salido de sus pueblos h\u00e1cia los montes\n de los yerbales, \u00e0 tres dias de camino los mas cercanos, otros\n llegaron de partes mas remotas: mas luego que oyeron que el\n rumor del enemigo habia sido falso, habiendo enviado\n exploradores, corrieron estos toda la tierra, y no habiendo\n hallado vest\u00ecgios algunos de enemigos, sino solamente algunos\n fogoncillos, dejados de los b\u00e0rbaros, y habiendo averiguado que\n el rumor sobredicho habia sido esparcido ma\u00f1osamente por los\n indios fugitivos de Santo Tom\u00e8 que estaban haciendo yerba, se\n restituyeron \u00e0 sus propios pueblos: aunque es de advertir que\n despues los mismos Portugueses confesaron que 200 Paulistas de\n los pueblos circunvecinos se habian acercado: pero que vista de\n las copas de los \u00e0rboles la multitud de los indios, se\n habian retirado.\n 9. La noticia de haber tomado aquellos doce carros y ca\u00f1ones no\n se confirmaba, la mentira con el tiempo se iba olvidando, y\n ninguna confirmacion venia de las estancias de San Luis.\n 10. El dia tres de Mayo por la noche lleg\u00f3 un correo que avis\u00f2,\n que los soldados de San Luis y San Juan, habian acometido \u00e1 los\n fuertes que los Portugueses tenian ya hechos de estacas en el\n Rio Grande: pero que les sali\u00f2 mal su intento, porque habiendo\n los nuestros acometido al amanecer del veinte y tres de Febrero\n el pago de los Portugueses que ya estaba fortificado, estos\n huyeron al principio, pero habiendo despues vuelto sobre los\n indios que estaban entretenidos en los despojos, mataron \u00e1\n escopetazos \u00e0 14 Juanistas y \u00e1 12 Luisistas, y los obligaron \u00e0\n huir, habiendo muerto tambien algunos de los Portugueses. Cuando\n se retiraron los indios, volvieron \u00e0 oir por otra parte los\n fusilazos, y sospecharon que los lorenzistas estaban en accion.\n Se esperaba mas estensa noticia de todo, pero despues se\n esparci\u00f2 por los pueblos un rumor lamentable.\n 11. Tambien por este tiempo se avis\u00f2 que en los campos de Yapey\n se veian 800 espa\u00f1oles, y que habiendo huido los estancieros, se\n habian apoderado de los reba\u00f1os de ovejas. Se dud\u00f3 de la verdad\n de este caso, y los capitanes de los demas pueblos se juntaron\n en consejo con el de la Concepcion (que era entonces el\n supremo): mas, lo que se acord\u00f3, qued\u00f2 ignorado.\n 12. Ya se hablaba con mas fundamento de la accion de los\n Luisistas, de cinco a\u00f1os \u00e0 esta parte, en un extremo de las\n tierras de San Luis: entre los rios Grandes, Verde, Yacu\u00ed y\n Guacacay, los Portugueses se habian establecido en un bosque, y\n habian edificado un pueblo de bastante n\u00f9mero de casas, sin\n noticia de los due\u00f1os de la tierra, que \u00e1 corta distancia\n apacentaban sus ganados: y aunque muchas veces habian sido\n enviados \u00e1 explorar tierras, nunca llegaron \u00e0 aquellos t\u00e8rminos,\n ya por lo vasto de aquel territorio, ya por su innata pereza.\n Ahora finalmente en esta variedad de cosas, habiendo descubierto\n los mas vigilantes dicha colonia enemiga, y habi\u00e8ndola\n explorado, fueron \u00e0 atacarla 110 Luisistas, y casi 200\n Juanistas. Emprendieron la expugnacion el dia 22 de Febrero; la\n noche del 23 se arrimaron \u00e0 ella, y hecha irrupcion al amanecer\n facilmente pusieron en huida \u00e0 los moradores, que estaban\n desprevenidos. Habi\u00e8ndose apoderado del pueblecito, entraron en\n las casas, y se ocuparon del botin, dejando las armas.\n Entretanto el enemigo que habia huido, volvi\u00f2 sobre los que\n estaban entretenidos en el saqueo y sin armas, y les oblig\u00f2 \u00e1\n ceder otra vez el pago, porque con el roc\u00eco de la noche, y con\n haber pasado los rios \u00e1 nado, se habian inutilizado las\n escopetas, no pudiendo tampoco manejar las lanzas por la\n espesura del bosque. Sacadas pues de las casas sus armas,\n atacaron \u00e1 los indios, y les obligaron \u00e1 cederles el paso, para\n retirarse \u00e0 sus reales. Murieron de una y otra parte algunos: de\n los indios 22, entre los cuales fu\u00e9 uno el Alferez Real de San\n Luis (capitan valeroso de los indios) que, desamparado de los\n suyos y peleando valerosamente hasta el \u00f9ltimo, fu\u00e8 aprisionado\n por la muchedumbre, y habi\u00e8ndole atado las manos, muri\u00f3 lanzeado\n por los enemigos que cargaron sobre \u00e9l. De los Portugueses\n parece que murieron 12, quedando los demas heridos levemente, y\n de los nuestros salieron heridos 26. Volvieron 16 Luisistas para\n observar el movimiento del enemigo y tambien para enterrar los\n muertos, aunque fuese por fuerza. Los demas se retiraron \u00e0 sus\n tierras y poblaciones, esperando nuevos socorros. Tambien el\n resto de los Luisistas volvi\u00f3 \u00e0 su pueblo, no s\u00e9 si de\n verguenza, si de temor, \u00f3 por alguna m\u00f9tua disencion.\n 13. Despues en el mismo pueblo se alistaron nuevas reclutas, y\n porque acaso, como los prisioneros que perecieron en la guerra,\n no fuesen desamparados de m\u00e9dico espiritual, llamaron para el\n socorro de sus almas \u00e0 aquel que por el mismo tiempo habia hecho\n la mision de Cuaresma en aquel mismo lugar. Consinti\u00f3 este \u00e1 tan\n piadosas s\u00faplicas, recargado sin duda de los remordimientos de\n su propia conciencia, y tomando \u00e1 su cuidado la vida y almas de\n aquellos indios que estaban en peligro. Luego que volvi\u00f2 \u00e0 su\n pueblo, se previno para el camino, y parti\u00f3 \u00e1 las estancias que\n estan \u00e1 la falda de la monta\u00f1a. El dia 3 de Marzo le sigui\u00f3\n despues un escuadron armado, aunque con paso lento, atendiendo \u00e0\n la debilidad y fatiga de los jumentos, y form\u00f3 el campo \u00e0 12 de\n Abril en los rios Guacacay, Grande y Chico. Pasaron el rio los\n capitanes de San Luis con los de San Juan cerca de su boca, para\n avisar \u00e0 los de San Miguel, que viniesen en su auxilio, porque\n era necesario cargar al enemigo con mucha gente, ya que por la\n situacion era superior y mas fuerte. Pero, discordando los\n confederados, redujeron su negocio \u00e9 interes comun \u00e1 contienda,\n porque estos desde su colonia de San Juan, todavia resentidos de\n los Luisistas, por un reciente esc\u00e0ndalo \u00f3 tropiezo, y por no\n haberles pedido y rogado la alianza para el asalto que se\n acababa de hacer; y ofendidos ahora por el modo en que los\n habian convocado, se arrojaban m\u00fatuamente chispas de discordias.\n Aquellos reprochaban \u00e0 los mismos due\u00f1os de las tierras el\n haberse realizado casi toda la sobredicha invasion poco\n favorablemente, por haber sido los primeros que habian huido, y\n dejado en el peligro \u00e1 sus compa\u00f1eros; y por lo mismo reusaban\n volver otra vez \u00e0 probar fortuna.\n 14. Se negoci\u00f3 con unos y otros: con estos de palabra, con\n aquellos por escrito, para que se concordasen y uniesen sus\n \u00e0nimos y las armas, casi con este c\u00famulo de razones: \"Que no era\n tiempo de civiles disenciones, estando un enemigo extrangero \u00e0\n la puerta: que los hermanos las mas veces discordan para\n deshonra suya, cuando mas urge el mal que los amaga: que se\n debian unir las fuerzas para que cada una de por s\u00ed no fuese\n otra vez desecha, y por una funesta disencion creciese al\n enemigo vencedor la audacia y soberbia: que las saetas una por\n una son f\u00e1ciles de romper, pero no siendo unidas: cuando se\n quema la casa vecina, todo ciudadano acude al socorro, y as\u00ed\n como abras\u00e1ndose una casa, toda la ciudad se volveria \u00e1 cenizas\n si los ciudadanos \u00f3 vecinos no las defendiesen, as\u00ec les sucedia\n \u00e1 ellos.\" Estas y otras cosas semejantes les fueron propuestas,\n y pareci\u00f2 que se apaciguasen los \u00e0nimos. A\u00f1adi\u00f3 no poco peso una\n carta que lleg\u00f2 del cabildo de San Juan, la que persuadia \u00e1 la\n union, y \u00e0 la obediencia \u00e1 entrambos capitanes.\n 15. Se esperaba de los Miguelistas, \u00f3 un escuadron auxiliar, \u00f3\n sus respuestas. Tambien se decia, que los Nicolasistas y\n Concepcionistas ya venian: los Lorenzistas se escusaban de no\n haber venido antes de ayer, atribuy\u00e9ndolo \u00e1 la larga distancia:\n los demas preparaban sus armas, y habiendo sido enviados algunos\n \u00e1 explorar, observaron la marcha y movimientos del enemigo, y\n con ansia pedian se juntasen prontamente todas las legiones.\n Mientras esto se decia, se avanzaban h\u00e1cia el Rio Grande, \u00e1\n quien los indios llaman _Igay_, esto es, amargo.\n 16. Estaba tranquilo el Rio Uruguay, todas las cosas estaban en\n silencio de parte de los Espa\u00f1oles, y aquel grande aparato\n b\u00e9lico se qued\u00f2 en proyecto; ni el invierno que ya habia\n empezado, permitia otra cosa. De la junta reciente que se habia\n celebrado, salieron por embajadores \u00e1 los de Yapey\u00fa, de cada uno\n de los pueblos de la otra banda del Uruguay, y tambien \u00e1 algunos\n mas remotos, los principales caciques: porque como corri\u00f3 la\n fama que los \u00e1nimos de aquellos moradores estaban discordes, y\n que unos con los pr\u00f2ceres, se inclinaban con un\u00e1nime sentir \u00e0 la\n confederacion para reprimir al enemigo, y otros con el capitan\n del pueblo, no querian tomar las armas, fueron all\u00ed para renovar\n y promover la alianza, y atraer \u00e0 su partido al capitan con todo\n el pueblo. A la verdad que estuvo oculto el eg\u00e8rcito, pero esta\n embajada llen\u00f3 de gozo \u00e1 una y otra curia \u00f3 consejo: uni\u00f2 los\n pr\u00f2ceres con el capitan, y al pueblo con los pr\u00f3ceres, y\n port\u00e0ndose \u00e1 su modo magn\u00edficamente, se volvieron \u00e0 sus propios\n lugares, formada y pactada la confederacion: y juntamente\n contaron por cierto, que no se veia enemigo alguno, y s\u00ed\n solamente algunos ladrones y espias, que habian sido muertos y\n despojados de todas sus caballerias.\n 17. Por este tiempo el cura de San Borja, habiendo sido llamado\n poco h\u00e1 por los superiores, y habiendo sido enviado al de la\n Trinidad, se decia que tambien habia bajado por el Paran\u00e0 \u00e1 las\n ciudades de los espa\u00f1oles, y que otro habia sido puesto en su\n lugar; despues que primero el cura de San Jos\u00e8 por algun tiempo\n cumpli\u00f3 all\u00ec una comision y pesquiza secreta. Estas cosas\n sucedian en la frontera de los Espa\u00f1oles.\n 18. Y volviendo \u00e1 los nuestros, y \u00e1 los Portugueses, se\n acercaban ya los Miguelistas con su capitan, que poco h\u00e1 se\n habia retirado de los otros pueblos, (este era Alejandro,\n vice-gobernador de San Miguel) y la cierta venida de aquellos la\n publicaba la fama, y la confirmaba \u00f2 testificaba Sep\u00e9, uno de\n los mas famosos centuriones.\n 19. Entretanto se celebraba en el campo la semana santa con la\n devocion posible; y cumplidas las ceremonias y ritos de la\n iglesia, que el lugar y tiempo permitian, de la Conmemoracion de\n la Pasion Sant\u00ecsima del Se\u00f1or, al tiempo que en las iglesias\n cantan solemnemente el _Alleluya_, aparecieron dos piezas de\n artilleria con sus guardas y custodias. Bajando despues de los\n collados, y formados los escuadrones debajo de seis banderas,\n presentaron mas de 200 hombres. Sali\u00e9ronles al encuentro los\n escuadrones Luisistas con sus dos banderas, y salud\u00e1ndose\n m\u00fatuamente, llevando su Santo Patron y otras im\u00e0genes de santos,\n (los que esta gente acostumbra traer siempre consigo) \u00e0 una\n capilla hecha de ramos de palma, y habiendo corrido los\n caballos, y hecho \u00e1 su usanza ejercicio de las armas, se fueron\n \u00e0 un parage cercano, y se acamparon en lugar se\u00f1alado para\n los reales.\n 20. El dia siguiente, que era el de la Resurreccion del Se\u00f1or, y\n 12 de Abril, celebrada antes la solemnidad, (es \u00e0 saber, con\n procesion y misa solemne) uno de los capitanes se fu\u00e9 \u00e0 los\n Juanistas, los que, aunque estaban vecinos, no acab\u00e0ban de\n llegar, y dijo, que vendrian al dia siguiente, esto es, el\n tercero de Pascua. Impacientes los Miguelistas de la tardanza, y\n estimulados con las antiguas disenciones, reusaban esperar, y\n estuvieron firmes en tomar solos con los Luisistas el camino\n h\u00e1cia los enemigos.\n 21. Se les exhort\u00f2 con razones ya sagradas, ya politicas: es \u00e0\n saber, ser d\u00e8biles las fuerzas que no corrobora la concordia:\n que esta nunca la habria si se buscaban nuevos motivos de\n desavenencia; que no se debia solamente confiar en las propias\n fuerzas contra un enemigo que, aunque inferior en n\u00f9mero, les\n aventajaba en el sitio, la destreza de las armas de fuego y la\n experiencia: que eran vanas tambien todas las fuerzas de los\n hombres, y vana la multitud, si el Se\u00f1or de los ej\u00e8rcitos que\n nos fortalece no las protege: que entonces no hay esperanza\n ninguna de victoria: que Dios aborrece las enemistades: que se\n ahuyenta con las discordias, y se enajena \u00f3 pone ura\u00f1o con las\n disenciones. El mismo predicador puso por egemplo su\n sufrimiento, que habia esperado por espacio de dos meses; y as\u00ed\n esperasen un dia, los que habian sido esperados por meses.\n Callaron los capitanes, y consintieron esperar hasta el dia\n postrero de Pascua.\n 22. Los Lorenzistas volvieron otra vez con sus escusas,\n esponiendo la debilidad y cansancio de sus caballos, y por tanto\n decian, que enviarian 30 soldados al socorro, que ellos se\n defenderian por sus tierras, y por otra parte pelearian con el\n enemigo. Pareci\u00f3 fr\u00edvola la escusa, porque los otros habian\n andado mas largos caminos en caballos asimismo cansados; ni\n parecia que se debia contemporizar con los animales, estando en\n peligro la tierra. Y por tanto no se admiti\u00f3 la escusa, y se les\n avis\u00f2 que si tardaban, custodiasen ellos sus casas, y mirasen \u00e1\n lo porvenir. Tampoco pareci\u00f3 oportuno esperarlos, porque como\n estuviesen los demas distantes \u00f2 retirados, habian de causar una\n tardanza perjudicial, ni tan poquita gente (eran cerca de 60)\n podia dar tanto socorro para indemnizar el da\u00f1o que se juzgaba\n causaria su tardanza.\n 23. Era ya el dia que debian llegar los Juanistas, y aun se\n habia pasado, y con todo no parecian, no obstante su campo\n apenas distaba tres \u00f2 cuatro leguas. Poco despues de mediodia,\n lleg\u00f2 del paso de San Juan el Alcalde de primer voto, que era\n enviado por el cabildo y los pueblos, para que tomase el\n gobierno en lugar del alferez real, quien mandaba su\n destacamento, y era el cabeza y caudillo de las disenciones; lo\n que ya se habia hecho saber \u00e0 aquellos que mandaban en el\n pueblo. Luego al punto fu\u00e9 despachado, y se le encomend\u00f2 diese\n priesa \u00e1 los suyos: vino finalmente con algunos de ellos despues\n de visperas, y fu\u00e9 recibido como antes de ayer, de los\n Miguelistas. Pero se traslucia en todos su mal \u00e1nimo, porque\n venian sin banderas, sin pompa, y con un triste silencio; y la\n misma alma de la guerra, que son los tambores y trompetas,\n apenas resonaban. Con eso se ajustaron despues de visperas, y\n cada uno di\u00f3 sus consejos, y pareci\u00f3 que todos conspiraban \u00e0 una\n misma cosa.\n 24. Despues al dia siguiente, que era el 17 de Abril, al salir\n el sol, invocaron el Santo Esp\u00edritu del Se\u00f1or con una misa\n solemne, y del modo que permitia el tiempo: no faltaron quienes\n se fortaleciesen con el sacramento de la penitencia y comunion.\n Despues hecha se\u00f1al, enlazaron los caballos, los ensillaron,\n quitaron las tiendas, fueron \u00e0 la capilla, y se ofrecieron al\n Se\u00f1or con las oraciones y ritos que acostumbra esta gente.\n Finalmente \u00e1 la falda del collado se formaron los escuadrones,\n pasaron revista, los numeraron, y no pareci\u00f2 estaba entero \u00f2\n cumplido el ej\u00e9rcito, porque aun no habian pasado el rio los\n escuadrones de San Juan, ni los que estaban all\u00ed salian de sus\n reales, demostrando su \u00e0nimo no aplacado bastantemente. Los que\n entonces estaban presentes, pareci\u00f2 que llegaban al n\u00f9mero de\n 200, debi\u00e9ndose aumentar \u00e1 500 mas, luego que se juntasen todos.\n Entretanto se emprendi\u00f2 el camino con alborozos, \u00e0 son de\n trompetas y cajas.\n 25. Pasado el rio Guacacay Chico, al pi\u00e9 de las mismas monta\u00f1as,\n se hizo noche siete leguas distantes de la estancia de San\n Borja: la siguiente se hizo pasados los cerros de _Araric\u00e1_.\n Habiendose llegado \u00e1 este sitio, salieron al encuentro los\n exploradores, los que all\u00ec fijaron un palo, y trajeron por\n novedad que el enemigo habia fortificado el bosque con faginas y\n garitas de tierra, y que no pasaban el n\u00famero de 50 hombres:\n empero apenas supieron decir cosa cierta. Se les mand\u00f3\n expusiesen todo lo que sabian; y habi\u00e8ndoseles pedido despues \u00e0\n los capitanes su parecer, dijeron que nada importaba, que ellos\n irian intr\u00e8pidamente confiados en el divino auxilio, en la\n justicia de su causa, en la muchedumbre de su gente, y tambien\n en la calidad de su artilleria, mayor que la del enemigo. Se\n hizo alto en el mismo lugar. Con todo eso, la sospecha que\n recientemente se tenia de algunos de los pueblos, (es \u00e0 saber\n que habia entre los Luisistas uno que tenia secreto comercio con\n el enemigo) parece que se confirmaba: porque la noticia de las\n cosas exploradas del enemigo, habiendo solo distancia de casi\n tres dias de camino; las continuas quemazones de los campos,\n hechas por los exploradores h\u00e0cia los enemigos, y la misma\n tardanza en el andar de aqu\u00ed, daban algun cr\u00e9dito \u00e0 lo que se\n decia. Pareci\u00f2 \u00e1 los capitanes que debian acreditar esta\n sospecha, lo que se egecut\u00f3. Mas los Luisistas dieron claro\n indicio de su disgusto, cuando al dia siguiente, despues que se\n hizo el camino de casi siete leguas, acampamos en las orillas\n del rio Yaqu\u00ed \u00f2 Phacito; porque entonces el capitan de aquel\n pueblo ofreci\u00f2 que \u00e8l formaria el \u00faltimo escuadron, y mas\n distante del rio, y de esta suerte mejor se cortaria \u00e0 los suyos\n cualquiera comunicacion que tuviesen con el enemigo. La\n disposicion fu\u00e8 buena, pero la razon que se di\u00f3, manifest\u00f3 el\n \u00e0nimo resentido del que la alegaba, porque \"as\u00ed (a\u00f1adi\u00f2) mejor\n se conocer\u00e0 cual sea nuestra culpa.\"\n 26. En el mismo lugar se present\u00f2 uno de los que mandaban la\n artilleria, y dijo no haber provision de p\u00f3lvora mas que para\n cuatro tiros de artilleria: y este aviso caus\u00f3 no poco cuidado,\n porque pedir ahora la p\u00f2lvora \u00e1 los pueblos, parecia imposible,\n estando distantes 100 leguas; y era verguenza, est\u00e1ndose ya\n cerca del enemigo, faltar el alma de los ca\u00f1ones, y mostrar las\n piezas mudas que no tronarian mas que una vez. Se pidi\u00f3 el\n parecer del capitan superior, mas este afirmaba que habia 17\n cargas, y para cada ca\u00f1on cuatro; y aun mas, fueron traidas:\n entonces se vi\u00f3 claramente la mentira del artillero; con todo se\n sentia la poca providencia que se habia tenido en esto.\n 27. El s\u00e0bado _in albis_ se empez\u00f3 \u00e1 pasar el rio Phacido \u00f3\n Yagu\u00ec, y fu\u00e9 hallado mayor que lo que se habia pensado: porque\n en aquel lugar es mas ancho que todos los rios que corren entre\n estos pueblos, si se exceptuan el Paran\u00e0 y el Uruguay: por tanto\n se tard\u00f2 en pasarlo, y apenas este dia lo transitaron los\n Miguelistas.\n 28. Al otro dia, por una grande lluvia, con dificultad pasaron\n los Luisistas; y los Juanistas, como todavia esperasen socorro\n de los suyos, determinaron pasar con el \u00f9ltimo escuadron, y as\u00ec\n impedidos el lunes con la misma lluvia, cerca del anochecer lo\n vadearon \u00e0 nado, llevando \u00e0 hombro sus cosas.\n 29. Por este tiempo, pasado el Domingo, nuestros exploradores, \u00e0\n quienes por seguridad se mand\u00f3 vigiar el campo, hallaron cinco\n exploradores Lorenzistas, que llegaron \u00e1 los reales despues de\n visperas. Dijeron que tambien los suyos pasaban el rio unas\n pocas leguas distantes de aqu\u00ec; y que tambien ellos habian de\n ser compa\u00f1eros del ej\u00e8rcito en el camino. Uno de estos, \u00e0 la\n primera noche, cuando todos dormian cerca del bosque, lleg\u00f2\n herido terriblemente en la cara por un tigre: cur\u00f3sele, y\n habiendo sido enviado al pueblo, los demas se fueron \u00e0 los suyos\n \u00e1 avisarles la llegada del ej\u00e9rcito.\n 30. El Martes, habi\u00e9ndose disipado el granizo y la niebla, se\n encaminaron ocho leguas, desde las orillas del Rio Yagu\u00ed hasta\n el Rio Curutuy; y all\u00ed se acamp\u00f3 \u00e1 la vista de un pe\u00f1asco del\n monte San Miguel, llamado del Lavatorio por los Ibiticaray. La\n figura de este pe\u00f1asco es del todo admirable, porque como desde\n su raiz se eleva suavemente, de repente se levanta hasta la\n cumbre, y en el remate se endereza \u00e1 manera de pared.\n 31. Miercoles 22 de Abril: aunque estuviese malo con garua y\n nubes, vistas las orillas del rio, lo hallamos crecido de tal\n suerte, que no teniendo en otras ocasiones apenas cinco pasos de\n anchura la puente que era indispensable echarle, se debia\n estenderlo \u00e1 sesenta. Se fabric\u00f3 dicho puente con palos clavados\n en el arroyo, afianzados estos p\u00e9rtigos con varas, y sobre estas\n se entretejieron otras \u00e1 lo largo: y as\u00ed dieron paso \u00e1 la gente.\n Por este puente, fabricado \u00e1 toda priesa, las cuatro piezas de\n artilleria se transportaron primeramente en hombros de los\n indios, y despues todo el tren de armas y caballos: hubieras\n visto con risa \u00e1 un muchacho indio pasar \u00e1 la otra parte su\n perro sobre los hombros. Pero la mayor dificultad y trabajo fu\u00e9\n pasar las tropas de caballos, bueyes y vacas, que eran mas de\n 3,000; porque como el arroyo era r\u00e1pido, y poblado en el medio\n de muchas malezas y arbolillos, \u00e1 los que nadaban, \u00f3 del todo\n los arrebataba, \u00f3 los enredaba, y tambien los sorbia y ahogaba.\n Se echaron pues al arroyo, por una y otra parte, veinte\n nadadores, que impelian, arrimaban y forzaban con las voces y\n manos \u00e1 los caballos, mulas y otros animales, hasta tanto, que\n todo aquel gran n\u00famero hubo pasado el rio. Al mediodia estuvo ya\n todo el eg\u00e9rcito en la otra banda, y caminadas aun el mismo dia\n dos \u00f3 tres leguas, cuando se habia ya campado, 30 Lorenzistas,\n que seguian el ej\u00e9rcito, lo aumentaron en algo, aunque menos de\n lo que se esperaba.\n 32. Segu\u00edase despues la fiesta de San Marcos, y se invoc\u00f2 el\n auxilio de todos los moradores celestiales, con la misa, y\n letanias que se acostumbran en la iglesia, dentro del toldo \u00f3\n pabellon, porque el mucho heno \u00f3 yerba, con la lluvia y\n tempestad de toda la noche, impidi\u00f3 la procesion, y porque\n todavia amenazaban las nubes un pr\u00f3ximo aguacero. Hasta el\n mediodia estuvieron separados: mas tomadas las medidas\n militares, aunque un denso rocio humedecia la tierra, se\n caminaron tres leguas, y quiz\u00e1 cuatro. Esta noche el ej\u00e9rcito se\n mantuvo en sus reales, porque los exploradores que fueron\n enviados antes de ayer no habian vuelto. El mismo supremo\n capitan habia determinado ir \u00e1 buscarlos, y habi\u00e9ndolos\n encontrado despues de entrada la noche, y pedidoles cuenta de lo\n que habian visto, ninguna cosa cierta digeron, sino que casi en\n este lugar y \u00e1 la vista estaba el enemigo. Esta noche, y en\n adelante, se puso silencio \u00e1 las trompetas y cajas, para que el\n enemigo no sintiese la venida del ej\u00e9rcito: tambien la estrella\n llamada Sirio seren\u00f3 la noche, y asimismo el dia siguiente.\n 33. Al rayar este dia se caminaron casi tres leguas, porque no\n se habia de pasar adelante, si no es que incauto el ej\u00e8rcito se\n acercase demasiadamente al enemigo, y se presentase \u00e1 su vista:\n fij\u00e1ronse los reales, no en circulo como otras veces, sino en\n dos l\u00edneas, en \u00f3rden de batalla, distante solamente dos leguas\n de los contrarios. Habiendo sido enviado por el rio Azul arriba,\n h\u00e1cia el norte, algunos que sondasen las aguas, por si acaso se\n hallase un vado mas facil, porque en verdad no convenia pasar\n por el paso nuevo, ni tampoco por el que tenian fortificado con\n centinelas los Portugueses, para que de esta suerte el enemigo\n fuese acometido mas inopinadamente, y toda la tropa vadease el\n rio sin obst\u00e1culo y repugnancia, mas facilidad y desahogo.\n Tambien algunos baqueanos fueron por espacio de una legua y\n media \u00e1 esplorar la fortaleza del enemigo, de modo que\n dist\u00e1semos solamente media legua, del otro lado de un rincon \u00f3\n ensenada de un bosque. Se conoci\u00f3, que habia dejado su primera\n situacion, y quemadas las primeras caba\u00f1as \u00f2 ranchos, se habia\n situado poco mas arriba, en un collado lleno de monte, el cual,\n por la parte que mira y toca los dos rios, Phacido y Azul,\n acabando todo en un \u00e1ngulo con el bosque, mostraba la tierra\n h\u00e1cia la llanura: pero estaba esta fortificada con una estacada\n desde una punta del bosque hasta la opuesta: en el medio se\n veian palos clavados en la tierra para los ranchos, y algunos\n galpones del todo acabados. Se oy\u00f3 tambien el tiro de una\n escopeta, al tiempo que se exploraban estas cosas, mas no se\n juzg\u00f3 fuese se\u00f1al del enemigo que estuviese vigiando. Tambien se\n vi\u00f3 en el campo, de esta parte del rio, entro una alta maciega,\n algo que corria velozmente: se sospech\u00f3 que fuese espia del\n enemigo, pero otros mas probablemente la juzgaron avestruz.\n Despues de visperas, se hall\u00f3 que ya no habia para el sustento\n del ej\u00e9rcito mas que un poco de cecina cocida, de modo que no\n habia v\u00edveres sino para un dia, por la ninguna providencia que\n acostumbran los indios. Se mand\u00f3 que al dia siguiente se\n depachase un mensagero \u00e1 traer reses, y que entretanto se\n diminuyese la racion \u00e1 la tropa. Esta disposicion, sinembargo,\n no podia ser bastante para que el ej\u00e9rcito por algunos dias no\n padeciese hambre. En el sitio de la vigia \u00f3 atalaya se mantuvo,\n con algunos soldados escogidos, el mismo capitan Sep\u00e9,\n miguelista.\n 34. Entr\u00f3 la noche con un horrible aspecto h\u00e1cia el sud: toda\n estuvo frigid\u00edsima, y tambien el dia siguiente, 27 de Abril: con\n todo volvieron los exploradores que habian ido por una y otra\n parte. Estos digeron, que no se veia en la frontera movimiento\n ninguno del enemigo. Aquellos aseguraron que el vado que se\n habia hallado no estaba muy distante de los rios, ni del sitio\n del enemigo. Al amanecer, pues, se arrim\u00f3 h\u00e1cia all\u00ed todo el\n ej\u00e8rcito, y abriendo camino con las hachas, por medio del\n bosque, que est\u00e1 de una y otra parte, se movieron al mediodia\n los reales h\u00e1cia aquel sitio, dejando atras solamente algunos\n enfermos, con el custodio de sus almas, \u00f3 sacerdote.\n 35. El dia 28 (Domingo) todo el ej\u00e9rcito se ocup\u00f3 en armar un\n puente, tal cual se hizo en el rio Lavatorio, aunque este era\n mayor, y necesit\u00f3 el trabajo de todo un dia. Entretanto,\n llevaron todos los caballos \u00e1 un valle, que con amenidad se\n estiende por las riberas del rio Verde, y tambien hicieron pasar\n all\u00ed al pastor de sus almas, con los demas, para que estuviesen\n seguros. Al ponerse la luna, en lo mas intempestivo de la noche,\n marcharon contra el pago de los Portugueses, avanzaron \u00e1 cuatro\n casas, mataron dos negros, habi\u00e8ndose escapado en el bosque\n inmediato dos portugueses con sus mugeres, los que de all\u00ed\n fueron \u00e1 la fortaleza \u00e1 dar noticia del enemigo que los\n acometia: tambien quitaron al enemigo una partida de caballos\n que pasteaban en aquel mismo lugar, quedando muerto un\n Lorenzista. Demas de esto, al amanecer se acercaron \u00e1 la\n fortaleza, haci\u00e9ndoles la niebla mas f\u00e1cil el acceso, y lo que\n era de admirar, que estando en otras partes clara sobre el\n fuerte, estuvo mas espesa para los que la miraban y asechaban\n desde el alto, lo que di\u00f3 esperanza de victoria. Mas \u00e1 la\n verdad, no s\u00e9 porque caso \u00f3 desgracia, no supo aprovechare de\n ella el pueblo. Asalt\u00f3 una y otra vez, y sufri\u00f3 por casi dos\n horas mas de mil tiros de fusil, y cien de ocho piezas, siendo\n dos de las mayores: pero sin da\u00f1o particular, porque nunca\n avanzaron del todo. Mientras el gefe principal de los indios,\n valerosamente mandaba y animaba \u00e1 los suyos, salieron tres\n negros por una oculta abertura de la tierra, y uno de ellos\n atraves\u00f3 por el pecho al supremo capitan llamado Alejandro, del\n pueblo de San Miguel: no obstante dos de ellos pagaron con la\n vida su atrevimiento. Despues, acerc\u00e1ndose mas \u00e1 la artilleria,\n y sin cautela, \u00e1 otro soldado Lorenzista lo mat\u00f3 un balazo: pero\n no murieron mas que estos tres. Fu\u00e9 herido gravemente un\n Luisista con seis Miguelistas, y su capitan levemente. Creo que\n ningun Juanista fuese herido, porque la mayor parte, mientras se\n estaba en el conflicto, se mantuvo en la otra parte del rio,\n comiendo sus ollas y asados, y el capitan de ellos, entrandose\n desde el principio en el bosque, no se sabe donde fu\u00e9 \u00e1 parar.\n Finalmente retrocedieron los nuestros, y por esto, anim\u00e1ndose el\n enemigo, sali\u00f3 de la fortaleza, en n\u00famero de 200, trayendo\n consigo dos piezas: por lo cual, aturdida la gente, comenz\u00f3 \u00e1\n desparramarse, y dej\u00f3 por despojos al enemigo el mayor ca\u00f1on\n que tenia.\n Se llegaron \u00e1 razones: primeramente dijeron: haya paz entre\n nosotros y cese la guerra, porque en nuestros corazones no\n abrigamos enemistades contra vosotros, ni poseemos\n temerariamente esta tierra, sino por mandado de vuestro Rey, y\n del Gobernador que en su lugar las gobierna, y tambien con\n consentimiento de vuestros padres, (juzgo que entendian aquel\n que de Europa vino \u00e1 este negocio) y de algunos de vuestra\n gente: dejadnos gozar de esta tierra, cuando por otra parte no\n nos esperimentais molestos (si es que se puede dar cr\u00e9dito \u00e1\n estas razones): volvednos tan solamente los caballos que nos\n habeis tomado. Sep\u00e9, aquel c\u00e9lebre capitan de los Miguelistas,\n el cual entonces mandaba la artilleria, y sabia hablar algun\n tanto espa\u00f1ol, y era un poco conocido de uno de los Portugueses,\n porque ahora poco \u00e8l estuvo en los l\u00edmites de las tierras de San\n Miguel con los demarcadores, se alleg\u00f3 mas cerca, convivado por\n ellos \u00e0 entrar en la fortaleza \u00e1 tratar de la paz y de los\n caballos que habian de volverse. H\u00e9 aqu\u00ed! (\u00a1quien lo creyera!)\n que se dej\u00f3 enga\u00f1ar de los enemigos, reclam\u00e1ndole, y\n disuadi\u00e9ndoles los capitanes amigos, y se cuenta, que fu\u00e9\n recibido honorificamente, present\u00e1ndole las armas. Despues,\n viendo que lo habian recibido con tanto honor, 14 subditos de su\n jurisdiccion, todos de \u00e1 caballo, y con el ejemplo de estos,\n seis Luisistas, un Juanista, (porque acaso no habia mas) dos\n Lorenzistas, no siendo llamados ni forzados, y mas\n probablemente, afirman algunos, que los primeros fueron\n cautivados con otros 14, \u00e1 la manera que un incauto ratoncillo\n se v\u00e1 \u00e1 la trampa, le siguieron como una manada de cabras, que\n estando ciego el chivato, que sirve de capitan al reba\u00f1o, perece\n con todas ellas.\n No bien habian entrado, cuando ya por todas partes fueron\n cercados del enemigo armado, y se hallaron cautivos. Hall\u00e1ndose\n con este hecho perpleja la demas turba, aunque alguna parte se\n mantenia constantemente \u00e1 la vista, finalmente volvi\u00f3 las\n espaldas, y se retir\u00f3 \u00e1 la tarde \u00e1 sus reales: aunque no\n enteramente, porque temerosa la fama, anunciaba la entrada del\n capitan con alguna gente, pero temia promulgar que estaba\n cautivo. Luego al punto se mand\u00f3 dos y tres veces, que volviesen\n \u00e1 pasar el rio los caballos que se habian quitado, y que no\n tardasen, por si acaso por esto tuviesen cautivos \u00e1 los soldados\n que habian de ser redimidos.\n 36. Cumplieron con lo primero, mas no pudieron ejecutar lo\n segundo, porque \u00e1 medida que los soldados pasaban su caballo, se\n lo tomaban para s\u00ed, y al amanecer, siendo los primeros aquellos\n que en allegarse eran los \u00faltimos, tomaron una gran parte de los\n caballos del enemigo, se volvieron los Juanistas, despues de\n sepultados los dos muertos. Las partidas de los demas pueblos,\n despues de haber cantado solemnemente ayer \u00e1 visperas el\n responsorio por el capitan y los soldados, en el valle en que\n estaba su pastor de almas, y est\u00e1ndose ante \u00e9l, comenzaron \u00e1\n retroceder. Habi\u00e9ndose caminado un poco, se present\u00f3 un\n explorador, y dijo, que los Portugueses pedian sus caballos, y\n prometian por su parte la libertad de los cautivos: mas aquellos\n habian ya caminado tanto, que sino despues de visperas, pero ni\n aun al dia siguiente se podian juntar: porque como los Juanistas\n tuviesen much\u00edsimos, que ya habian pasado el Rio Curutuy, muchos\n Luisistas, que tambien habian caminado mucho, no pudieron\n reunirse \u00e1 la gente esparcida, y antes bien lo reusaban.\n Llegaron \u00e1 grandes pasos, \u00f3 con precipitada marcha en el mismo\n dia cerca del Rio Curutuy, \u00f3 del Lavatorio, y se hizo en medio\n dia el camino, que \u00e1 la ida necesit\u00f3 cuatro, porque siempre la\n vuelta tiene los pies mas veloces. A la verdad, el pueblo \u00f3\n ej\u00e9rcito habia concebido tanto temor del enemigo, que de ninguna\n suerte se hallaba quien quisiese llevar \u00e1 la presencia del\n enemigo los caballos, si estuviesen \u00e1 mano. Anduvo un capitan\n dando vueltas para recogerlos, y viendo el \u00faltimo escuadron que\n estaba parado cerca de la fortaleza del enemigo, no temi\u00f3\n manifestar claramente su miedo, y hablar \u00e1 voces \u00e1 los suyos de\n esta suerte: \"Caminemos, les dice, paisanos mios, porque\n pereceremos con los otros.\" Los reales esta tarde se formaron\n escondidos en un profundo valle, sobre un arroyito distante del\n enemigo ocho leguas. Se hizo toda diligencia por redimir los\n cautivos, pero en vano, y lo que mas se sentia era la cautividad\n del capitan Sep\u00e9, comandante de la artilleria. Mas cuando estas\n cosas se trataban, h\u00e9 aqu\u00ed, corri\u00f3 un cierto rumorcillo, que el\n capitan Sep\u00e9 \u00e1 pi\u00e9 seguia el ej\u00e9rcito: despues, habiendo llegado\n un muchacho, confirm\u00f3 la venida, porque venia \u00e1 llevar vestido y\n caballo para el cautivo que se volvia, y por fin, se presenta el\n mismo capitan Sep\u00e9 apenas entr\u00f3 la noche, temblando con el frio\n y la caminata, y sin negar la verdad, cont\u00f3 su suerte; es \u00e1\n saber, que ayer, habiendo sido encerrado en el castillo enemigo,\n y llegando la tarde, fu\u00e9 mandado montar \u00e1 caballo sin armas, sin\n espuelas, pero s\u00ed vestido, y cercado de 12 soldados armados, se\n le mand\u00f3 buscase los caballos que se habian perdido. Hab\u00edase ya\n apartado un paso de la fortaleza, cuando un indiecillo, viendo\n cautivo \u00e1 su capitan, (no temiendo nada el simple) se lleg\u00f3 al\n enemigo, y le avis\u00f3 que ya los caballos habian sido llevados \u00e1\n la otra parte del rio: lo cautivaron en premio. Comenz\u00f3 otra vez\n el capitan Sep\u00e9 \u00e1 pedir licencia para pasar el rio, y solicitar\n la entrega de los caballos: mas los compa\u00f1eros negaron el poder\n hacer esto, sin saberlo el gobernador del castillo. Habiendo\n sido consultado, se le rog\u00f3 diese licencia, enviando un soldado\n que le diese parte: pero trajo la negativa. A\u00f1adi\u00f3 el cautivo\n capitan: \"vosotros que deseais poseer los caballos, dadme\n licencia para hablar con los mios, sino, aunque no querrais, me\n ir\u00e8, si me diere gana, y ayudar\u00e9 \u00e1 mis compa\u00f1eros.\" Esta audacia\n se recibi\u00f3 con risa, y le contestaron:--\"estando cerca de 12\n armados, \u00bfser\u00e1s capaz de irte?\"--Se promovi\u00f3 una controversia:\n Sep\u00e9 afirmando la huida, si la quisiese tomar, y los Portugueses\n riyendo, porque la juzgaban imposible, y tenian por vanas sus\n amenazas; pero el hecho las prob\u00f3 verdaderas: porque como una y\n otra vez le preguntaron \u00bfcomo podia hacer esto? les dijo: veis\n ah\u00ed; y asorando el caballo con la voz, con el azote y con\n alaridos, se les escap\u00f3, y llevado en el pegaso, que parecia que\n volaba, se encamin\u00f3 h\u00e1cia el rio y bosque, qued\u00e1ndose\n espantados, y no atrevi\u00e9ndose \u00e1 seguirle los soldados de \u00e1\n caballo, porque aun las balas de los 12 fusiles con sus llamas,\n parecia que no lo alcanzarian. Llegando empero Sep\u00e9 \u00e1 la orilla\n del bosque, quit\u00e1ndole el freno al caballo, se escondi\u00f3 en los\n \u00e1rboles, y pasado \u00e1 nado el rio al otro dia, siguiendo los\n reales que se retiraban, fu\u00e9 recibido en ellos con gozo\n increible. Esta misma noche se huyeron de las manos de los\n enemigos dos mozos, los demas quedaron cautivos. Se trat\u00f3 otra\n vez por medio del mismo capitan Sep\u00e9 acerca de la lista de los\n cautivos, ofreciendo los caballos y mulas de su pueblo, si los\n que los tenian negasen los suyos \u00e1 los Portugueses, y cierto es\n que persistieron en negarlos. Tambien los Miguelistas no\n asintieron en esto, antes bien no se hallaba alguno que se\n atreviese \u00e1 acompa\u00f1ar la lista, \u00f3 llevarlos \u00e1 tierra del\n enemigo, aunque estuviesen \u00e1 mano. En verdad que ellos tenian\n lastima de sus compatriotas, y especialmente de las mugeres, que\n tan infelizmente habian quedado viudas, y de sus hijos\n hu\u00e9rfanas. Mas \u00bfquien hay que crea al enemigo que una vez\n enga\u00f1\u00f3? A un amigo, si una vez minti\u00f3, no se le debe creer la\n segunda, al enemigo empero nunca. La verdad es, que se temia no\n fuese que acaso recibiese el enemigo con asechanzas, \u00f3 doblez \u00e1\n los que trataban de la redencion de los suyos; y con la\n artilleria y fusiles recobrasen los caballos y retuviesen los\n cautivos, qued\u00e1ndose con unos y otros.\n 37. En este estado pues de cosas, pareci\u00f3 conveniente fortificar\n con un presidio el residuo de tierra, que est\u00e1 entre los rios\n Verde y Phacido, y para mayor seguridad de los presidarios,\n pareci\u00f3 oponer un castillo al del enemigo. Se habl\u00f3 con los\n Luisistas sobre dejar por ahora en esta tierra un presidio con\n 60 hombres, y hacer una fortalecita, de la cual cada semana\n saliese un destacamento \u00e1 correr toda la tierra; porque no fuese\n que en algun escondrijo se estableciese el enemigo, y levantase\n fortalezas dif\u00edciles de destruir \u00e1 los indios, que no saben, ni\n sufren el sitio \u00f3 combate. Empero no asentian los soldados, y no\n se podia juntar facilmente quienes se atreviesen \u00e0 trabajar.\n Finalmente, dejando \u00e1 cada cual lidiar con su genio, se se\u00f1al\u00f3 y\n escogi\u00f3 el lugar para la fortaleza futura, por si acaso la\n quisiesen hacer.\n 38. Comenzando hoy el mes de Marzo, se pas\u00f3 con sumo trabajo el\n rio Curutuy, y cerca de visperas, tambien el Yaguy, y caminadas\n tres leguas mas, \u00e1 grandes jornadas por via recta, con camino y\n espacio de dos dias, llegamos al pi\u00e9 de la monta\u00f1a de San Lucas,\n y habiendo con realidad pasado la cercan\u00eda, aunque continuaban\n las lluvias, y los rios estaban crecid\u00edsimos, apart\u00e1ndonos de\n muchos arroyos pantanosos, \u00e1 8 de Mayo llegamos, sin ser\n esperados, al pueblo de San Miguel, en el mismo dia de su\n aparicion: y no sucedi\u00f3 en el camino otra cosa digna de memoria,\n sino es que la tristeza puso en suma consternacion al pueblo.\n Cada cual del ej\u00e9rcito, que se habia dividido, se volvia \u00e1 sus\n estancias y pueblos, muy despacio, mirando por las cabalgaduras,\n qued\u00e1ndose unos pocos por todas partes \u00e1 explorar los\n movimientos de los enemigos, sus discursos, y prohibirles sus\n invasiones.\n 39. Cuando sucedian estas cosas con menos felicidad en los\n l\u00edmites de los Portugueses, se esparcian en las ciudades de los\n Espa\u00f1oles nuevas amenazas y nuevas mentiras. En 28 de Febrero\n habia llegado el navio llamado la _Aurora_, y tom\u00f3 puerto, dando\n noticia del obstinado \u00e0nimo del secretario del Rey, el que se\n afirmaba cada vez mas en tan grandes injusticias. Tambien\n avisaba que el confesor del Monarca, aunque muy bien conocia\n aquella iniquidad, y de tal suerte era estimulado de su propia\n conciencia, que recelaba se oyese llamar ante el juez y autor\n supremo consejero de una cosa mala, con todo, desconfiando de la\n pusilanimidad del Rey, y temiendo no fuere que cayese de \u00e0nimo\n oyendo tan enorme maldad, llevado de humanos respetos, determin\u00f3\n ocultar este negocio al pr\u00edncipe; y antes bien pedir una y otra\n vez dejacion de su oficio, pero que era detenido por las\n l\u00e1grimas del Monarca: y que finalmente, con los est\u00edmulos de su\n conciencia, se habia visto obligado \u00e1 declararle cada cosa de\n por s\u00ed. As\u00ed lo dicen las cartas escritas por el mismo confesor\n del Rey, dirigidas al digno Superior de Misiones.\n 40. Que cosa dicho navio haya traido \u00e1 los gobernadores de estas\n provincias, acerca de este iniqu\u00edsimo tratado, no se sabe; pero\n es cierto haberse entonces convenido por entrambas partes en la\n isla de Martin Garcia; aunque mucho antes estaba destinada para\n esto, y haberse all\u00ed acordado, que \u00e1 15 de Julio el ej\u00e9rcito\n espa\u00f1ol hostilizase, sugetase y obligase \u00e1 obedecer los mandatos\n al pueblo de San Nicolas, y el Portugues, al de San Angel. Lleg\u00f3\n esta sentencia \u00e1 mediado de Mayo, y tambien con esta, de parte\n del Comisionado general, una nueva amenaza del \u00faltimo\n exterminio; y finalmente, por la importunidad de este, fu\u00e9\n sacada por fuerza del Provincial de la provincia la declaracion\n de estar muerta \u00f3 perdida toda esperanza. No obstante, lleg\u00f3\n tambien un secreto aviso del mismo Provincial, por segura y\n duplicada via, que se dirijia particularmente, y habia de\n intimarse \u00e1 los que fuesen capaces de secreto: que no se\n arredrasen con estas amenazas, ni aun con las suyas, aunque\n pareciese no tenian l\u00edmite, porque eran vanos y brutales todos\n estos rayos, y que no habian espirado del todo las esperanzas\n que se tenian, antes bien que estaba muy cerca el\n remedio.--A\u00f1adia \u00e1 estas cosas una carta de un cierto asesor del\n consejo, que decia: \"Que todo este aparato de la junta de la\n isla de Martin Garcia, y las amenazas hechas, eran patra\u00f1as \u00f3\n chismes.\" Fortalecidos con este aviso, los enemigos Uruguayenses\n esperaban la feral sentencia, cuando se ponian amarillos, se\n turbaban y se consumian con el miedo los del Paran\u00e1. Pero esta\n jamas vino, estando ya Junio muy avanzado. Se sospech\u00f3 entonces\n que habia sido suprimida, y que, pareciendo del todo frustranea\n \u00f3 vana su intencion, por no ser expedida del Consejo, tambien\n habia peligro que no hubiese sido pillada y extraviada por los\n indios, conmoviese sus \u00e1nimos, levantasen nuevas tropas, y las\n concitasen contra el mismo Provincial, exasperando y echando \u00e1\n perder todas las cosas.\n 41. La gente de Yapey\u00fa avisaba aun, que 160 familias del mismo\n pueblo se habian ido al Rio Negro, otras tantas al paso de las\n Gallinas, \u00f3 al rio Gu\u00e9guay, \u00e1 servir de presidio \u00e1 sus tierras y\n de impedimento al enemigo, si las infestasen. Se decia que los\n de la Cruz habian acometido las estancias de los espa\u00f1oles\n Taraguis, \u00f3 Correntinos; y habiendo hecho huir los vecinos, les\n habian quitado un gran n\u00famero de caballos y otros animales.\n Corria la voz de que los Nicolasistas tambien habian traido\n cautivas algunas mugeres del rio de Santa Lucia; y aunque ya el\n t\u00e9rmino de la transmigracion se pasaba, ni el a\u00f1o para acabarse\n distaba del 15 de Julio mas que una semana, no se sentia\n movimiento alguno del enemigo, aunque corria un falso rumorcillo\n que los Espa\u00f1oles habian esparcido, de que unos exploradores\n espa\u00f1oles habian entrado hasta los sembrados de un pueblo, y que\n habian hallado desamparados los campos, y vac\u00edo el mismo pueblo:\n que tambien los Portugueses no distaban de San Angel mas que\n veinte leguas; sin que por el mismo tiempo faltasen varias\n cartas secretas, las cuales daban indudable esperanza de que\n pasaria la tempestad. Treinta Luisistas armados, con el capitan\n del pueblo, salieron contra los Portugueses que estaban en el\n rio Verde, para mudar sus centinelas por causa del invierno, que\n con las lluvias todo lo inundaba. Cuarenta Lorenzistas asimismo\n se fueron \u00e1 los \u00faltimos t\u00e9rminos de sus tierras, \u00e1 fabricar un\n propugn\u00e1culo en el castillo del mismo rio Phacido, volvi\u00e9ndose\n otros tantos en lugar de aquellos. Fueron tambien enviados\n exploradores, rio Uruguay arriba, porque h\u00e1cia aquella parte se\n vieron estos dias humear los campos, \u00e1 ver si por ventura por\n aquella parte se quisiese explicar el enemigo. Entretanto, vino\n antes de ayer un cierto espa\u00f1ol, que decia tenia \u00f3rden para\n averiguar \u00bfporqu\u00e9 los indios eran tratados como esclavos y no\n como libres, diciendo que la corte le habia dado esta comision?\n Pero no enbalde se creia impostura \u00f3 f\u00e1bula, porque no mostraba\n nada de su potestad por escrito, como despues se vi\u00f3 claramente:\n sobre todo, porque no buscaba otra cosa que hacer trato, porque\n deseaba vender una gran cantidad de hierro por precio bastante\n bajo, y pedia \u00e1 estos pueblos muchos caballos, vacas y bueyes\n para la guerra. Pero fu\u00e8 en vano, porque los indios, azorados\n con la guerra, antes buscaban ellos caballos y mulas que\n comprar, que darlas \u00e1 vender. Cuando sucedian estas cosas, Junio\n se pasaba, y la fama descaramente mentia, \u00f3 fingia, que 3,000\n Espa\u00f1oles habian salido de Buenos Aires, y otros tantos\n Portugueses, de la Colonia del Sacramento, con los Capitanes\n Generales de las Provincias.\n 42. Finalmente, no sabi\u00e9ndose nada de cierto, lleg\u00f3 el 15 de\n Julio, aquel t\u00e9rmino fatal, como decian: y h\u00e9 aqu\u00ed que por ambas\n partes habia un profundo silencio, aunque se decia que el\n Gobernador de Buenos Aires \u00e1 5 de Mayo habia salido de aquella\n ciudad \u00e1 los reales espa\u00f1oles que estaban en el paso del\n Uruguay, que se dice de las Gallinas; que tambien Gomez Freire,\n Gobernador Portugues del Rio Janeiro, habia movido sus reales\n h\u00e1cia el Rio Grande, asegurando la voz y fama, que 60 marineros\n con ocho \u00f3 diez lanchas, cuyo capitan era Juan de Echavarria,\n subian por el Uruguay, con el fin (como se decia) y precepto,\n que poco ha se habia acordado en la isla de Martin Garcia, que \u00e1\n 15 de Julio acometiese el ej\u00e9rcito espa\u00f1ol al pueblo de San\n Nicolas, el lusitano el de San Angel, y las lanchas armadas por\n el rio, para que estas impidiesen los socorros del Paran\u00e1, y\n aquellas obligasen \u00e1 transmigrar, \u00f3 mudarse \u00e1 los habitadores de\n estos, \u00f3 los destruyesen \u00e1 fuego y hierro si se resistiesen.\n Porque decian as\u00ed:--que los indios y los Padres, luego que\n viesen que se obraba deveras, y comenzasen \u00e1 experimentar la\n guerra, habian de amedrentarse, y salir al encuentro de los\n ej\u00e9rcitos mas inmediatos, rogando \u00f3 pidiendo la paz, y con\n profunda humildad entregarian las armas, les pedirian perdon de\n la resistencia, y entonces se les concederia en nombre del\n Monarca: pero con estas condiciones; que, se permitiese \u00e1 los\n ej\u00e9rcitos ir y discurrir por donde quisiesen: luego al punto\n llevarian, \u00f3 enviarian las cosas m\u00f3vibles y semovientes, dejando\n \u00e1 los Portugueses la tierra, campos, pueblos y pagos: pero si\n hiciesen al contrario, infaliblemente todos, como si fuera uno,\n habian de ser muertos \u00e1 hierro y fuego. Estas amenazas, aunque\n siempre pareciesen locuras \u00e1 todos los de \u00e1nimo esforzado, lo\n uno por el peque\u00f1o n\u00famero de la tropa (porque ahora bajaba de\n punto la fama su mentira) no siendo ya los Portugueses mas de\n 1,600: lo segundo, porque los Espa\u00f1oles marchaban desarmados, y\n esto despues de haber pasado un desierto de 200 leguas por\n tierra, en tiempo de invierno, contra 20,000 armados, (si todos\n los varones tomasen las armas) que se les habian de oponer en\n sus tierras: con todo, temian algunos, y clamaban los\n pusil\u00e1nimes _finis venit_. Estas cosas, vuelvo \u00e1 decir, aunque\n las divulgase la fama, ya casi se tocaba al 15 de Julio, y otro\n correo trajo la noticia de que el Gobernador de Buenos Aires se\n habia vuelto \u00e1 dicha ciudad cercano \u00e1 la muerte; que much\u00edsimos\n espa\u00f1oles se habian desertado; que innumerables caballos con el\n invierno habian perecido; que toda la ciudad de Buenos Aires\n padecia una gran seca; que algunos millares de indios del sud\n (ll\u00e1manse Auc\u00e1s, Tueles y Pueles,) habian venido \u00e1 invadir la\n ciudad, y finalmente que, sabiendo esto los cristianos, estaban\n ya prevenidos \u00e1 obrar contra los indios. Que los lusitanos\n estaban consternados por 200 de los suyos que habian sido\n muertos (no s\u00e9 donde) por mano de los indios. A mas de esto,\n tambien que el Gobernador del castillo, que en el Yob\u00ed poco h\u00e1\n habia sido invadido de los indios, habia manifestado al General\n Gomez, que con dificultad el habia resistido \u00e1 esta invasion,\n con el castillo y guarnicion, porque eran audaces y temerarios\n los indios, y no temian el fuego, ni el n\u00famero de soldados: por\n tanto que viese con quien se ponia, y con quienes emprendia la\n guerra; y que el mismo Gomez Freire ya pensaba en la paz. Que el\n Provincial tambien habia pedido las mulas para venir \u00e1 estos\n pueblos, lo que no haria sino hubiera esperanza de paz, habiendo\n mantenido, y probado muy bien en Roma, que \u00e9l apenas se creia\n capaz de cargar con el peso de esta provincia, estando tan\n turbada. Y finalmente corria por entonces cierto rumor, que\n habiendo vuelto los exploradores de Yapey\u00fa, los cuales rio abajo\n vigiaban los movimientos de los espa\u00f1oles, habian dicho, sin\n asegurarlo, que aquel su perseguidor habia sido llevado \u00e1 Lima,\n _nande moangeio hare ogucrhaima Lima yape_. Se espera mas cierta\n noticia de esto.\n 43. Fenecia el mes de Julio, cuando unos correos de Yapey\u00fa,\n volando \u00f3 corriendo, avisaron que en el salto del Uruguay se\n veian 20 lanchas de espa\u00f1oles: que los exploradores cruze\u00f1os se\n habian encontrado con los exploradores espa\u00f1oles, y que les\n habian oido decir, que por mandado de los generales del ej\u00e9rcito\n se acercaban: que cuatro religiosos, de la familia del Ser\u00e1fico\n Padre San Francisco, habian de venir \u00e1 Yapey\u00fa, \u00e0 las fiestas del\n gran Padre San Ignacio, \u00e1 mover con actividad las cosas de la\n transmigracion: y habiendo llegado el teniente del corregidor de\n San Nicolas, habia traido cartas del Capitan General _D. Nicolas\n \u00d1enguir\u00fa_, corregidor de los Concepcionistas, que pedian\n socorros militares \u00f3 gente armada: se determin\u00f3 que despues de\n la fiesta de la Asumpcion de Nuestra Se\u00f1ora, partiesen las\n tropas de cada pueblo. Entretanto, la fama con tres correos\n consecutivos consolaba los tristes, porque decia que en los\n campos de Yapey\u00fa habia llegado un escuadron de espa\u00f1oles, \u00e1 un\n peque\u00f1o pago, llamado de Jesus Mar\u00eda, que est\u00e1 situado cerca de\n los saltos del Uruguay: pero habi\u00e9ndolo mandado parar el indio\n superior del pago, y que se volviese \u00e1 sus tierras, y habiendo\n afirmado que sus compatriotas de ninguna suerte se habian de\n mudar, y que ni los otros pueblos habian de permitir la\n transmigracion, ofendidos de la libertad del indio que se\n resistia, habi\u00e9ndolo amarrado, lo llevaron con los suyos al\n resto del ej\u00e9rcito. Esparcido este rumor por los vecinos\n estancieros, los excit\u00f3 \u00e1 tomar las armas, y habiendo llamado y\n convocado las tropas de Charruas, Minuanes y Guanoas gentiles,\n que andaban vagando por estos campos en lo mas intempestivo de\n la noche, acometieron \u00e1 todas las tropas de los espa\u00f1oles: \u00e1\n algunos despojaron (se dijo que fueron 50), \u00e1 otros obligaron \u00e1\n huir, quitaron toda una caballada, y pusieron en libertad \u00e1 los\n prisioneros. Estas cosas sucedian en el Uruguay.\n En el rio Phacido, los exploradores Luisistas salieron de su ya\n destruida fortaleza, y acerc\u00e1ndose \u00e1 la de los Portugueses,\n hicieron huir tres guardas de los caballos, que los apacentaban\n junto \u00e1 la misma fortaleza; y habi\u00e9ndoles tirado en vano un\n ca\u00f1onazo desde el castillo, quitaron al enemigo una tropa de\n 14 caballos.\n 44. De Europa avisaron por Lima, que el confesor del Rey,\n vencido al fin de los est\u00edmulos de su conciencia, habia\n declarado al Monarca _in totum_ el estado de las cosas de los\n indios: que se habia horrorizado su Magestad, y que luego al\n punto habia mandado juntar el Consejo de los Proceres, y que\n habia tambien convocado las Universidades \u00e1 junta, para que\n dijesen y examinasen, si los indios, que sin armas y de su\n propio _motu_, por la sola predicacion se habian sujetado, y\n rendido \u00e1 su proteccion sus tierras, y si estos, as\u00ed libremente\n sujetos, pudiesen ser l\u00edcitamente despojados de sus tierras, y\n algunos otros puntos. Todavia no se sabe el fallo de los\n consejeros, pero se espera que la justicia de la causa obligar\u00e1\n \u00e1 los jueces \u00e1 dar una justa sentencia.\n 45. Entretanto, los pueblos situados \u00e1 la otra banda del\n Uruguay, con los de San Nicolas que estan de esta, juntaron \u00e1\n toda prisa 11 partidas contra los Espa\u00f1oles que se iban\n acercando: \u00e1 saber, los Concepcionistas, las Nicolasistas, los\n Tomistas, y finalmente los de la Cruz, los de los Ap\u00f3stoles, con\n los de San Carlos y San Jos\u00e9, los de San Xavier, y tambien los\n de San Borja: pero, habiendo mudado de parecer, se apresuraban \u00e1\n unirse \u00e1 los de Yapey\u00fa. Demas de esto, los de los Martires, que\n ahora poco h\u00e1, persuadidos del cura, se habian resuelto \u00e1\n marchar, se quedaron atras: as\u00ed decian, pero falsamente, porque\n se fueron despues en canoas por el rio Uruguay. Solo un indio,\n \u00fanico del pueblo de Santa Mar\u00eda, que poco h\u00e1 habia sido depuesto\n del cargo de capitan de dicho pueblo, con algunos pocos\n compa\u00f1eros, se fu\u00e9 \u00e1 los reales de los suyos \u00e1 aumentarlos, no\n en n\u00famero sino en \u00e0nimo: se contaban 150 de cada pueblo, y no es\n bastantemente cierto si se juntaron tantos \u00f3 menos. De los demas\n pueblos de la otra banda del Uruguay, se juntaron tropas\n auxiliares de 25 hombres de \u00e1 caballo, y 60 \u00e1 pi\u00e9 del pueblo de\n San Miguel; mas un nuevo caso \u00f3 suceso, y otros nuevos avisos,\n obligaron \u00e1 quedar en sus l\u00edmites.\n 46. Era el dia de la fiesta de la Asumpcion, cuando tres\n Luisistas, que poco h\u00e1 con astucia y perfidia habian sido\n cautivados en el Rio Verde, (\u00f3 como dicen los Portugueses,\n _Pardo_, siendo por ellos mas conocido con este nombre) el dia\n antes de la fiesta se aparecieron en este puerto, cuando menos\n los esperaban. Estos contaban las siguientes cosas, es \u00e1 saber:\n que despues de haber pasado dos semanas de cautiverio en la\n fortaleza del Rio Pardo, los llevaban rio abajo en una lancha \u00e1\n otro fuerte de los Portugueses, situado en la boca del Rio\n Grande, y de aquel grande estanque, para que fuesen presentados\n al Virey y autor de todos estos males--el iniqu\u00edsimo Gomez\n Freire. Eran 50 los cautivos, custodiados por 15 \u00f3 16\n Portugueses que los acompa\u00f1aban. Por lo que, vista tan peque\u00f1a\n guardia, y incitados por algunos espa\u00f1oles que iban all\u00ed, los\n cuales dijeron que los llevaban \u00e1 matar, conspiraron en matar la\n guardia, y ponerse en libertad, y no prevalecieron los pareceres\n de algunos que no aprobaban el motin por defecto de armas y\n discordia de los \u00e1nimos. La \u00faltima deliberacion fu\u00e9 contra los\n Portugueses, y as\u00ed inopinadamente acometieron \u00e0 los guardas, que\n acaso iban gobernando los remos y velas; y habiendo muerto al\n capitan y otros dos soldados (aunque las cartas de Gomez Freire\n numeraban diez, como se ver\u00e1 despues) salieron los demas, y\n habiendo atacado con armas \u00e1 los que estaban desarmados,\n obligaron \u00e1 much\u00edsimos \u00e1 arrojarse al agua. Navegaban por medio\n del gran rio, por lo que ahogados algunos por las r\u00e1pidas olas\n de aquel, casi otros 20, que iban nadando, perecieron \u00e1\n escopetazos. Quedaron vivos solamente 16, (no s\u00e9 por que causa)\n los que fueron llevados \u00e1 la fortaleza, en donde, habiendo sido\n examinados por Gomez Freire, los mand\u00f3 volverse \u00e1 sus pueblos,\n con cartas llenas de quejas y amenazas. Los dos espa\u00f1oles que\n iban presos y encadenados, no s\u00e9 por que delito, fueron mandados\n que acompa\u00f1asen \u00e1 los indios, y llevasen las cartas, y trajesen\n las respuestas, si viviesen. Los primeros que llegaron con estas\n noticias fueron tres Luisistas, despues otros tantos\n Lorenzistas; dos Juanistas se quedaron en sus estancias, y as\u00ed\n mismo seis Miguelistas, de los cuales uno enferm\u00f3 en el castillo\n de los Portugueses, de viruelas (peste cruel\u00edsima para los\n indios): otro muri\u00f3 de la misma enfermedad en las estancias de\n San Lorenzo, en donde tambien aquellos dos espa\u00f1oles, como se\n pensaba, acabaron la vida, lanceados. Los otros cuatro, porque\n no fuese que trajesen la peste al pueblo, se les mand\u00f3 se\n estuviesen en los campos de sus estancias: y ya comenzaba \u00e1\n cundir, porque, habi\u00e9ndose muerto algunos Lorenzistas, los\n Miguelistas, tomando con ansia los vestidos, trajeron la peste.\n 47. Demas de esto, avisaron estos recien venidos, que Gomez\n Freire habia llegado al rio Verde con 30 piezas, nueve\n barquillos, 2,000 soldados y 2,000 caballos: mas parecia del\n todo increible este n\u00famero, aunque lo afirmasen los Portugueses\n con la ponderacion que acostumbran los soldados: y que otros\n 2,000 estaban listos en el Rio Grande \u00f3 en los Pinales; los que\n se componian de hombres Paulistas, (que tienen propiedad y\n costumbre de vender lo que no es suyo, \u00e1 los que en el pa\u00eds\n llaman _Gauderios_). Empero los indios, testigos oculares,\n decian que apenas llegaban los soldados al n\u00famero de 600 \u00f3 700:\n lo mismo referian otras cartas de algunos capitanes espa\u00f1oles,\n que militaban entre los Portugueses, que no pasaban del n\u00famero\n de 1,150; que muchos caballos se les habian muerto, y\n probablemente se les habian de morir todos con la seca; y que\n una embarcacion de algunos artilleros se la habia tragado el\n mar. Contaron ademas, que entre los soldados se iba entrando la\n peste, de camaras de sangre y viruelas; tambien por este tiempo\n corria el rumor, y no falso, de que seis espa\u00f1oles habian\n llegado de Buenos Aires con nueve cartas, al pago de San Pedro,\n que es de los de Yapey\u00fa; mas que los estancieros, habi\u00e9ndoles\n quitados las cartas, habian muerto tres, salv\u00e1ndose los demas\n con la huida, y estaba entre los muertos un hijo de un regidor,\n que es ahora, y en otro tiempo fu\u00e9 Teniente General de la Ciudad\n de las Corrientes, como se supo por las cartas del padre, que\n inconsideradamente pedia se le diese sepultura eclesi\u00e1stica, y\n los arreos del caballo.\n 48. Con mas lentitud que lo que convenia, tomaban las armas los\n indios, cuando el enemigo amenazaba seriamente. Junt\u00e1ronse los\n capitanes Lorenzistas y Miguelistas, eligieron otra vez otro del\n mismo pueblo en el oficio de teniente y supremo capitan, sucesor\n de Alejandro que habia sido muerto, y despues del dia de San\n Miguel recojieron las tropas. Entretanto lleg\u00f3 un aviso cierto,\n que los Portugueses se habian apoderado de las colonias del rio\n Yaguy, y que intentaban pasarlo; y que, habiendo hecho se\u00f1al con\n un ca\u00f1on de los mayores, llamaban \u00e1 los indios para que\n hablasen, se entregasen y sugetasen. Pero ellos en nada menos\n pensaban que en esto, porque, apareados todos en uno, reusaban,\n \u00f3 no querian entregar las tierras de sus antepasados en manos de\n un enemigo que les habia sido siempre pernicioso. No obstante\n habia cierto fundamento, no s\u00e9 si verdadero \u00f3 falso, que el\n teniente de San Lorenzo, quien gobernaba la partida de\n presidarios de dicho pueblo en las vecinas estancias, habia\n llevado \u00e1 los reales de Gomez Freire los dos sobredichos\n espa\u00f1oles, y que en ellos estaba detenido en rehenes. Mas\n despues se supo que habian errado en la parte segunda \u00f3\n posterior, porque el dicho teniente, habiendo hablado con los\n Portugueses, y habi\u00e9ndoles ofrecido libremente entrada \u00e1 sus\n tierras, les di\u00f3 mucho ganado para su alimento, pero con el fin\n \u00f3 estratagema, que luego que saliese el Portugues \u00e1 las campa\u00f1as\n abiertas de aquellas tierras, de entre las espesuras del bosque,\n cercados por los de San Luis, (porque los indios pueden pelear \u00e1\n caballo con increible destreza, siendo los del Brasil torpes en\n este g\u00e9nero de milicias) los atacase la caballeria de los indios\n en sus tierras, y tambien con n\u00famero incomparablemente mayor que\n los Portugueses, que venian de lejos en caballos cansados con el\n hambre y consumidos con los frios, lo que ponia \u00e1 los indios\n iguales en las armas \u00e1 los Portugueses. Esperaba pues dicho\n Lorenzista, que si los sacase \u00e1 las llanuras de aquellas sus\n tierras, los habia de acabar \u00f3 derrotar con el \u00edmpetu de su\n gente y caballos: pero como casi penetrase el intento Gomez\n Freire, se resisti\u00f3 fuertemente, y no quiso salir de entre los\n montes y bre\u00f1as. Cierto indio fugitivo, baqueano de la tierra, y\n natural de San Borja, que de muchos a\u00f1os \u00e1 esta parte se habia\n huido de su pueblo, (como suelen los indios malhallados con la\n ense\u00f1anza, y deseosos de vida mas libre) y habitaba en las\n soledades de los bosques que terminan las estancias de los\n pueblos, con no peque\u00f1a tropa de los de su mismo proceder,\n saliendo de cuando en cuando \u00e1 las vecinas estancias de San\n Miguel, arreaba gran n\u00famero de caballos y ganado, no solo para\n su alimento y de los suyos, sino para contratar con los\n Portugueses. De cinco a\u00f1os \u00e1 esta parte, poco mas \u00f3 menos,\n comenzaron los Miguelistas en las cabezas de sus tierras \u00e1\n perseguirlo como ladron; y si cierto sacerdote no hubiese\n intercedido al capitan de los estancieros, lo hubieran muerto,\n como lo tenia bien merecido. Pero dej\u00e1ndolo vivo, lo llevaron \u00e1\n su pueblo con casi 20 de sus paisanos \u00f3 compa\u00f1eros. Apenas habia\n estado en este pueblo un poco de tiempo, cuando en el silencio\n de la media noche se fu\u00e9 \u00e1 incorporar con 60 gentiles de la\n nacion Minuana, que poco ha se habia agregado al n\u00famero de los\n catecumenos, y persuadi\u00f3 \u00e1 muchos que se huyesen; hall\u00e1ndose el\n cura \u00e1 la sazon en ejercicios en el vecino pueblo de Santo Tom\u00e9.\n \"No creais, decia \u00e1 los Padres, que inmediatamente os han de\n llevar con cadenas y grillos \u00e1 las ciudades de los espa\u00f1oles,\n para que seais esclavos de ellos: \u00bfpor ventura no advertis que\n os atraen con sus halagos \u00e1 este fin?\" El cura se habia ido \u00e1 un\n pueblo vecino al rio. Habia llegado otro sacerdote, que no\n estaba bien impuesto en la lengua, con motivo de confesar \u00e1 un\n indio herido de un tigre. Habia sido enviado antes por los\n espa\u00f1oles, y era tan viejo, que desvariaba, sin poder tomar\n sue\u00f1o, con una enfermedad que habia contraido en el camino. A\n este decia el embustero, que los espa\u00f1oles venian: \"creedme,\n a\u00f1adia, que si esta noche no os escapais, acaso ma\u00f1ana estareis\n cautivos.\" Finalmente, persuadidos con estas y semejantes\n mentiras, se huyeron todos, \u00e1 excepcion cuando mas de 10 mugeres\n y ni\u00f1os, quienes estando ya bien hallados con aquel racional\n modo de vivir, compraron de sus padres \u00e1 precio de l\u00e1grimas la\n licencia para quedarse. Unos tomaron con teson la huida hasta el\n rio Ibicuy \u00f3 de Arenas, otros hasta sus orillas, otros se\n escondieron por los campos y bosques vecinos \u00e1 la vista del\n pueblo, para ver si sucedia algun mal \u00e1 los suyos que se habian\n quedado. Pero, habiendo vuelto al amanecer el cura, \u00e9 impuesto\n de lo acaecido, recoji\u00f3 \u00e1 los fugitivos y, por sentencia del\n Superior de Misiones, envi\u00f3 \u00f3 desterr\u00f3 al p\u00e9simo consejero\n embuidor al pueblo de la Trinidad, de la otra banda del gran rio\n Paran\u00e1. Con todo, no bast\u00f3 esto para que este embustero perverso\n no se huyese otra vez, y se refugiase finalmente \u00e1 los\n Portugueses, quienes por estas esclarecidas haza\u00f1as lo hicieron\n corregidor (\u00f3 principal del pueblo, como llaman los espa\u00f1oles)\n del pago que habian formado de los paisanos del dicho, y\n participantes de su suerte: y as\u00ed lo recibieron solamente para\n que diese dictamenes contra su gente y compatriotas.\n 49. Este versista embustero, pues, resisti\u00f3 audac\u00edsimamente, y\n conociendo el g\u00e9nio de los suyos, ense\u00f1\u00f3 que habia que recelar:\n mas que con ma\u00f1a y estratagema se debia abrir el camino; y \u00e9l\n mismo contuvo con gran prudencia \u00e1 los Portugueses, que deseaban\n entrar al pago de Santa Tecla, por las tierras de San Miguel,\n con un ej\u00e9rcito poderoso de valor, armas y caballos, que con su\n velocidad y arrebatada carrera los hubiera atropellado. Animaba\n tambien este Aquitofel \u00e1 los sanguinarios enemigos con sus\n sazonados y agudos chistes. Y no ignorando el odio antiguo de\n los Brasileros, que aborrecen \u00e1 los pastores de este reba\u00f1o, y\n para hartar tambien el suyo, se llamaba compa\u00f1ero de ellos, y se\n les ofrecia \u00e1 correr la tierra, y recoger las cabezas de los PP.\n que cortasen las espadas vencedoras de Gomez Freire.\n 50. Los Luisistas, que tenian tomado el paso del rio Phacido,\n vi\u00e9ndose desiguales en n\u00famero y armas al enemigo, y que este\n intentaba pasar el rio, por enga\u00f1arlo en sus esperanzas, y\n hacerle creer que se querian entregar, bajo capa de amistad, les\n dieron \u00f3 regalaron toros y vacas para que comiesen y matasen\n para su sustento, mientras volaban correos por los pueblos, y se\n juntaban los ej\u00e9rcitos. Pasaron finalmente algunas compa\u00f1\u00edas de\n Portugueses, y se decia que 20 canoas se habian ido \u00e1 pique en\n las aguas del rio Guaz\u00fa, cuando las pasaban, y se acamparon \u00e1\n sus orillas, entre un espeso monte que te\u00f1ian por una y otra\n parte las riberas: y que tambien se habian fortificado con una\n estacada que habian cortado de lo interior del bosque. Aunque\n los exploradores aguardaban \u00e0 los que despacharon h\u00e1cia afuera,\n muchos no volvieron, muriendo sacrificados por las lanzas de los\n indios. Primeramente, los Luisistas despedazaron seis: otros\n veinte, que llevando frenos iban \u00e1 juntar caballos, como\n viniesen los Miguelistas, tres de ellos quedaron v\u00edctimas de su\n furor. Por estos se supo que los Portugueses padecian hambre, y\n que la gente se desparramaba por los montes, buscando con ansia\n para comer, los cogollos de las palmas, y que luego que cazaba\n uno algun tigre \u00fa otra fiera, volaban los otros, y se mataban\n m\u00fatuamente; y que con este g\u00e9nero de muerte habian acabado 64.\n 51. En este intermedio vinieron de los campos de San Juan\n algunos gentiles y capitanes b\u00e1rbaros, y se ofrecieron \u00e1 s\u00ed y \u00e1\n los suyos por auxiliares, y volvi\u00e9ndose despues, fueron \u00e1\n recoger sus gentes. De las estancias de San Lorenzo, que estaban\n pr\u00f3ximas al enemigo, se avis\u00f3, que la peste de las viruelas se\n aumentaba demasiadamente: por lo cual el cura de este pueblo,\n despues de vencidas algunas dificultades de los suyos, y la\n resistencia de los de su pueblo, se fu\u00e9 all\u00e1 \u00e1 proveer de\n medicinas espirituales \u00e1 los enfermos, \u00e9 impedir con toda\n industria no se extendiese este achaque.\n 52. Ya habia entrado Octubre, cuando compuestas algunas\n discordias y desconfianzas que los indios tenian entre s\u00ed mismos\n se juntaron finalmente las tropas de los pueblos, y el dia 4 se\n presentaron delante del enemigo, y envi\u00e1ndole \u00e1 Gomez Freire\n unas cartas, le declararen la \u00faltima resolucion, que era\n defender valerosamente las tierras de sus antepasados, y por\n tanto que se volviese en paz \u00e1 su casa, y que tuviese para s\u00ed\n sus cosas, dej\u00e1ndoles \u00e1 ellos lo que era suyo: y que si \u00e9l\n deseaba tanto la paz (porque como habia informado por varios\n correos, queriendo enga\u00f1ar los indios, decia que \u00e9l jamas habia\n venido \u00e0 hacer la guerra; que queria ser amigo de los indios, y\n que solamente deseaba tomar posesion de las tierras que el Rey\n de Espa\u00f1a les habia dado) saliese de los montes, bosques y\n arenales, y sacase la artilleria gruesa, que ellos tambien se\n irian en paz \u00e1 sus pueblos. Habiendo expresado otra vez Gomez\n Freire esto mismo por billetes, escusaba dar respuesta \u00e1 cosa\n alguna, por ignorar \u00e9l la lengua de los indios, ni entender\n bastantemente lo que decian. Se decia que los capitanes\n espa\u00f1oles se habian escandalizado con las cartas recibidas, pero\n no constaba suficientemente que cosa en especial encendiese as\u00ed\n sus \u00e1nimos. Tambien vinieron por este tiempo algunas numerosas\n tropas de gentiles Guan\u00e1s y Minuanes al socorro: \u00e1 todos los\n cuales armaron los indios, se\u00f1ores de las tierras, con lanzas,\n saetas y caballos, y as\u00ed juntaron un ej\u00e9rcito de 2,000 poco mas\n \u00f3 menos, y se mostraban con arrojo desde lejos al enemigo. Con\n todo eso aun no parecia oportuno encolerizarse, y venir \u00e1 las\n manos, por estas causas: especialmente porque el enemigo por\n aquella parte, donde el rio se descubria, se ocultaba \u00e1 si y \u00e1\n sus tropas, en lo denso de los bosques: aunque alguna vez habia\n salido de la selva desplegando sus banderas rojas, como deseoso\n de pelear. Mas luego que veia que el numeroso ej\u00e9rcito de indios\n se preparaba para la lidia, se retiraba \u00e1 sus asperezas. Se\n sospechaba que queria solamente atraer \u00e1 los indios \u00e1 las\n asechanzas y ardides militares que tuviese preparado entre los\n montes. Por tanto los indios, ense\u00f1ados con las trampas \u00f3\n enga\u00f1os, que poco h\u00e1 les habian hecho en el castillo, se\n portaban con mas cautela en acometer \u00e1 tan cobardes enemigos,\n usando tambien del dict\u00e1men, que aunque los Portugueses en\n repetidas veces llamaban para hablar \u00e1 los principales de los\n pueblos, ellos se les negaban, excepto uno. Aquellos que estaban\n de la otra parte del rio con Gomez Freire, los capitanes y los\n bagajes, que era la mayor parte del ej\u00e9rcito, estaban defendidos\n por el rio: porque, siendo bastantemente grande, con la lluvia\n de semanas enteras habia crecido inmensamente, y por esto,\n est\u00e0ndoles impedido un vado que hace, precipit\u00e0ndose de los\n vecinos montes, el cual solo los indios lo saben, y lo ignoraba\n el enemigo, estaban seguros en la ribera opuesta.\n 53. Oportunamente, en el Salto del Uruguay \u00f3 de las Tortugas, en\n donde, como se decia, los otros reales de enemigos, \u00e1 saber, los\n Espa\u00f1oles se habian juntado con el Gobernador de la ciudad del\n Puerto, se deslizaron en partes, \u00f3 desertaron muchos. Porque\n como el ej\u00e9rcito, que poco h\u00e1 habia salido de estos pueblos del\n Uruguay, caminase \u00e1 paso lento contra el enemigo, porque no\n sucediese que estando los caballos cansados y tambien los\n soldados, no estuviese apto para acometer al enemigo, comenz\u00f3\n este \u00e1 levantar en dicho salto un fuerte. Entretanto con gran\n trabajo, \u00f3 luchando contra el torrente de las aguas que caen de\n aquellos pe\u00f1ascos, movieron las lanchas con intencion da\u00f1ada, \u00f3\n las arrastraron por el suelo con bueyes.\n 54. Por este tiempo los pastores \u00f3 curas de Yapey\u00fa, atemorizados\n de los anuncios amenazantes, se disponian \u00e1 huirse del pueblo, \u00e9\n irse \u00e1 los reales de los Espa\u00f1oles: pero fu\u00e9 en vano, porque sus\n feligreses los guardaban \u00f3 custodiaban con diligencia. Con todo,\n uno de ellos, pretestando iba \u00e1 acudir \u00e1 una fingida necesidad\n de los enfermos en el pago, \u00f3 estancia de San Pedro, (donde no\n habia enfermo alguno) se escap\u00f3 rio abajo en un botecillo: mas\n habiendo sido pillado por los soldados \u00f3 indios, como reusaba\n parar, siendo requerido, habi\u00e9ndole echado un lazo, juntamente\n con el botecillo, lo tomaron. Despues fu\u00e9 llevado \u00e1 los reales\n con el marinero, que en castigo le tuvieron atado de pies y\n manos toda la noche, \u00e1 cuatro palos h\u00e1cia diversas partes, y por\n la ma\u00f1ana fu\u00e9 azotado con riendas: mas contra el sacerdote no\n hicieron cosa indecorosa, sino algunas amenazas, ponerle miedo\n con algunos tiros al aire de escopetas, y con dicterios. Luego\n que lo supo el Capitan general de los ej\u00e9rcitos, Nicolas,\n habiendo enviado gente que lo custodiasen; lo remiti\u00f3 al pueblo\n con seguridad, pidi\u00e9ndoles en algun modo licencia \u00e1 los soldados\n para ello.\n 55. Despues de esto se iban arrimando poco \u00e0 poco los reales \u00f3\n campos de los indios \u00e1 los de los Espa\u00f1oles, que estaban en las\n riberas del dicho rio Uruguay, y habiendo enviado por una y otra\n parte exploradores, luego llegaron \u00e1 dejarse ver de tal manera,\n que se espantaron los espa\u00f1oles. Observaron los indios, que seis\n de ellos, \u00e1 vista de cuatro, huyeron \u00e1 su campo, con tal\n precipitada fuga, que dejaron una bolsa llena de sal, otra de\n bizcocho, y algunas otras cosas, por despojo de los indios que\n venian, y se retiraron \u00e1 su ej\u00e9rcito; en el cual, luego que se\n di\u00f3 parte que el ej\u00e9rcito de los indios estaba cerca, el\n Gobernador y Capitan General mand\u00f3 tocar llamada, \u00f3 \u00e0 recoger.\n Deseaba el Gobernador dejar en el sobredicho castillo algunos\n presidarios, mas no habia alguno que se atreviese \u00e1 estos\n peligros, al furor de los indios, y \u00e1 las calamidades de un\n sitio, ni quien hiciese tal haza\u00f1a, yendose al ej\u00e9rcito sin\n esperanza de socorro, y estando la ciudad distante mas de 100\n leguas. Comenzaron pues \u00e1 retirarse los Espa\u00f1oles, aun no\n habiendo visto todo el ej\u00e9rcito de los indios, y habiendo hecho\n solamente presa de algunos millares de vacas en los campos de\n Yapey\u00fa. Todos se retiraban \u00e1 sus casas. Los indios daban priesa,\n \u00f3 perseguian \u00e1 los que se retiraban: y aunque facilmente podian\n apresurarlos con hostilidades, se abstuvieron de matar, para que\n fuese manifiesto \u00e1 los Espa\u00f1oles, que solamente defendian su\n causa y justicia. Tres lanchas por falta de aguas, \u00e1 causa de\n una larga seca, no pudiendo navegar, vararon en la arena: \u00e1\n estas, por una parte algunos Guaran\u00eds, por otra los Charruas\n gentiles, les pusieron sitio, prohibi\u00e9ndoles solamente todo\n bastimento.\n 56. Se decia que del Consejo aulico, que como queda dicho poco\n h\u00e0 se habia juntado, sali\u00f3 un secreto y declaracion de te\u00f3logos,\n que los indios de ninguna suerte podian ser obligados con guerra\n \u00e1 entregar sus tierras. Y por esto el Rey habia decretado, que\n desistiesen totalmente de este negocio, si los indios no\n querian; porque ya bastantemente sabian por esperiencia los\n Espa\u00f1oles, que los Tapes de ninguna suerte querian ceder sus\n tierras; por eso tambien se juzg\u00f3 que disponian la retirada. No\n obstante, poniendose mas contumaz Gomez Frire, se mantuvo otro\n mes en la tierra agena, fortificado con los montes, aunque veia\n en su presencia todo el ej\u00e9rcito de los indios opuesto \u00e1 \u00e9l, y\n obstinado \u00e1 no ceder. Sufrian tambien no poco los Portugueses,\n de suerte que andaban de aqu\u00ed para all\u00ed buscando cogollos de\n palmas, y los despojos de los tigres, y aun por estas mismas\n cosas se mataban m\u00fatuamente los hambrientos, y se decia que de\n este modo habian perecido 69. Ni perdonaban los indios, \u00e1 los\n que andaban descarriados porque en cualquier parte que los\n encontraban, los mataban con las lanzas y alfanges: mas de 50\n murieron as\u00ed el dia 4 de Octubre. Hemos dicho que, habiendo\n sacado la bandera roja, \u00f3 estandarte de guerra, y habi\u00e9ndola\n guardado despues, seis indios, disponi\u00e9ndose de buena gana sobre\n las colinas \u00e1 la lidia, se atrevieron \u00e1 provocar al enemigo,\n formando sus escuadrones. Sali\u00f3 el Portugues de las asperezas, y\n despues mostr\u00f3 la bandera blanca, pero no se atrevi\u00f3 \u00e1 apartarse\n de la m\u00e0rgen del monte y salir al campo. Entretanto pidi\u00f3\n viniesen \u00e1 hablar algunos parlamentarios, y fueron enviados\n cinco Miguelistas: y como el Portuguez quisiese entablar una\n pl\u00e1tica larga, humana y molesta, la interrumpieron los enviados,\n y les dijeron:--\"Que una de dos, \u00f3 que se fuesen de sus tierras,\n \u00f3 que si tenian tanta ansia de ellas, que saliesen al campo,\n porque los indios estaban prontos \u00e1 concluir el negocio con la\n espada.\" Reusaron la pelea, y dijeron que ellos se volverian\n luego que tuviesen las respuestas de los espa\u00f1oles: y porque se\n recogieron \u00e1 sus montes, y tambien la mayor parte habia pasado\n el rio, dejando 30 hombrea de guardia en el paso, los Tapes se\n retiraron \u00e1 sus reales.\n 57. Pero h\u00e9 aqu\u00ed que se suscit\u00f3 entre ellos mismos una viva\n contienda. Las compa\u00f1ias de tres pueblos altercaban, que solo\n los Miguelistas habian llegado \u00e1 hablar con los Portugueses; que\n solo ellos tenian las conferencias entre s\u00ed; y los Portugueses,\n que ultimamente se gastaba el tiempo, y no se echaba \u00f3 obligaba\n al enemigo \u00e1 retirarse, con otras mil cosas de que se quejaban:\n y por tanto se disponian \u00e1 volverse, para quedarse en sus\n pueblos. Mientras as\u00ed convertian con calor su negocio en\n diferencias, lleg\u00f3 \u00e1 tiempo D. Nicolas Nenguir\u00fa, sugeto\n principal del pueblo de la Concepcion, el cual habia sido\n elegido Capitan General de comun consentimiento: este hizo nacer\n la esperanza de concordia, y parecia que tomaba fuerza. Como\n hasta el 21 estuviesen discordes, determinaron la invasion hasta\n el dia 22, lo que no habiendo puesto en egecucion, un cierto\n capitan llamado Felipe, se fu\u00e9 otra vez \u00e1 llamar \u00e0 los gentiles\n Minuanes y Guanas, para que se confederasen con ellos, y con \u00e9l\n vinieron 12 \u00e1 explorar el real del enemigo. Y despues, habiendo\n considerado el aspecto de las cosas, prometieron que habian de\n ir \u00e1 traer 260 de su gente armada, con su capitan Jos\u00e9, con tal\n que del pueblo les diesen 100, y de las estancias otros tantos\n carcases de saetas para su uso. Por horas se esperaban, y se\n alegraban \u00f3 mostraban regocijos en hacer dos caminos por medio\n de la espesura del bosque que hay entre ambas orillas del rio\n Phacido \u00f3 Yaguy; es \u00e1 saber, entre los montes, con trabajo de 10\n dias, para que mas ocultamente los indios pudiesen tomar la\n espalda del enemigo, sin que este llegase \u00e1 sentirlos.\n 58. A los de Yapey\u00fa por este tiempo les fu\u00e9 muy mal en lo que\n intentaron contra los espa\u00f1oles: porque como algunos de estos\n todavia se hallaban en el Salto del Uruguay, y habi\u00e9ndose ya\n vuelto los confederados de los otros pueblos, los de Santo Tom\u00e9\n quitaron \u00e1 los espa\u00f1oles ayer por la noche (era la de 3 de\n Octubre) 20 caballos con sus sillas, y mataron \u00e1 algunos de\n ellos: por lo cual procurando los espa\u00f1oles les sucediese mejor,\n y deseando recuperar sus caballos, siguieron al enemigo; y bien\n de ma\u00f1ana dieron sobre un escuadron de 192 Yapeyuanos, que\n estaban segregados de los demas, y confiados en s\u00ed mismos.\n Enviaron por delante tres exploradores, y habiendo estos\n llegadose \u00e1 razones, alegando cada cual la causa de su venida,\n los espa\u00f1oles, acerc\u00e1ndose \u00e0 caballo con poca sinceridad, y\n numerado el escuadron, mudaron caballos y acometieron \u00e1 los\n indios, que no sospechando tal cosa, se mantuvieron formados;\n pero viendose inferiores en n\u00famero y armas, se entraron y\n acogieron \u00e1 pi\u00e9 en el bosque, y acometieron contra todos los\n indios. Algunos espa\u00f1oles murieron, y se esperaba mas cierta\n noticia de este lance, cuando Octubre fenecia, con el cual, poco\n menos que espirando el capitan segundo, que poco h\u00e1 habia sido\n elegido teniente de San Miguel, siendo llevado en un lecho,\n lleg\u00f3 de los reales al pueblo para curarse.\n 59. Las cosas en Yapey\u00fa anduvieron muy turbadas por todo el mes\n de Noviembre: porque como los curas de este pueblo lo querian\n apartar de la confederacion, no cesaban de persuadirles, que\n concediesen \u00e1 los Espa\u00f1oles paso franco, y abandonasen de facto\n las llaves. De tal modo se atrevieron \u00e1 disponer y administrar\n las cosas \u00e1 su propio arbitrio, y habiendo sacado todas las\n telas preciosas de lino, y 62 sacos de algodon, 1,210 arrobas de\n lana en 37 sacos, 20 piezas de lienzo de algodon, 14 piezas de\n breta\u00f1a, 30 sacos de tabaco con 500 arrobas, algunas piezas de\n todo g\u00e9nero de pa\u00f1o, de angaripola y corales, 1,000 cuchillos,\n 200 frenos, 200 espuelas, 700 arrobas de yerba, las tomaron, y\n repartieron al pueblo libremente: y tratando \u00e1 sus curas con\n imperio, tambien los castigaron cuatro dias con ayunos, no\n d\u00e1ndoles sino un solo plato de carne de buey. Quit\u00f3 \u00f3 impidi\u00f3\n este g\u00e9nero de insulto \u00f3 mal obrar el teniente del capitan de la\n Concepcion, y les persuadi\u00f3 tratasen \u00e1 los PP. con mas decencia.\n Empero los individuos de este, y de los otros pueblos vecinos,\n deliraban con guerras civiles y motines, porque algunos mas\n amantes de sus pastores se dolian de lo que padecian, y los mas\n obedientes iban \u00e1 concitar en su auxilio \u00e1 los de la Cruz. Pero\n la parte contraria confederaba en su ayuda \u00e1 los b\u00e1rbaros\n gentiles Charruas. Por horas pues se temia, que de esta pavesa\n reventase un incendio: mas lleg\u00f3 \u00e1 tiempo una \u00f3rden del Padre\n Provincial, que se mudasen los curas que servian de tropiezo \u00e1\n los ofendidos. Para esto parti\u00f3 el cura de la Concepcion, como\n mediador de los pastores de aquel pueblo: \u00e1 la verdad este\n varon, Jos\u00e9 Cardiel, por amor del pueblo ha padecido mucho; y\n as\u00ed con otro compa\u00f1ero se fu\u00e9 all\u00e1. Lo recibieron con grande\n alegria, con el festivo estrepito de la artilleria, (porque no\n ignoraban cuantas cosas habia padecido por defenderlos el nuevo\n cura) y colgando las banderas de todo el ej\u00e9rcito del pueblo,\n como tambien con repique de campanas. Luego que entraron en la\n casa de los PP., pusieron de su buena voluntad, y sin ser\n reconvenidos, en las manos y \u00e1 los pies del cura las llaves, y\n todas las cosas pertenecientes al Gobierno, con los sellos del\n mando, que ya por algunos meses \u00e1 beneplacito del pueblo los\n principales y caciques habian usurpado; prometiendo obedecer en\n todo, excepto el punto de transmigracion. Logr\u00f3 esta\n pacificacion, y habi\u00e9ndose hecho tres dias de funerales por los\n muertos, visit\u00f3 los enfermos, y los regal\u00f3 con algunas cosas que\n le habian dado. Les esplic\u00f3 la manera de tratamiento, y\n reprendi\u00f3 las cabezas de la sublevacion, corrigi\u00e9ndolos\n amorosamente. No se supo en este mes otra cosa de lo acaecido en\n aquel pueblo.\n 60. No iban las cosas de mejor modo \u00e1 los indios en el rio\n Phacido, \u00f3 Yaguy, porque ya no solamente estaban discordes entre\n s\u00ed, sino tambien con el capitan Nenguir\u00fa: porque como advirtiese\n la gente de algunos pueblos que dicho capitan \u00e1 unos se\n entregaba totalmente, y \u00e1 otros nada, le perdieron tambien la\n voluntad. Tuvieron por este tiempo frecuentes pl\u00e1ticas con los\n Portugueses, provoc\u00e1ndolos siempre \u00e1 que saliesen \u00e1 la llanura:\n pero asegurados por todas partes ellos en las riberas del rio,\n con montes \u00e1speros, habiendo cortado para murallas troncos, y\n habi\u00e9ndose fortificado, se mantuvieron inmobles. No faltaban en\n los reales de los indios quienes de noche, y otras veces \u00e1\n escondidas, se fuesen \u00e1 los del enemigo, atraidos con las\n esperanzas de premios, y \u00e1 hacer negociacion, la que prometia\n abundante el enemigo: y como todos los de los pueblos fuesen \u00e1\n estas ferias, todos se fingian Miguelistas: era gente de \u00e1\n acaballo, y \u00e1 los que veian venir \u00e1 pi\u00e9, no querian de noche\n creer los Miguelistas. Estas y otras cosas fueron semilla de\n muchas discordias entre los ej\u00e9rcitos de los indios, de suerte\n que alguna vez hubieron de tener guerra civil \u00f3 interna. Y\n finalmente, cundiendo el mal, contagi\u00f3 al ej\u00e9rcito, y ya cada\n uno determinaba volverse \u00e1 su casa: aunque era obice esto, \u00e1\n saber, que se volverian, y que reclutadas por todas partes\n mayores tropas de los pueblos de la otra banda del Uruguay, y\n preparadas armas nuevas, \u00e1 principios de Enero volverian. Los\n mas prudentes no aprobaban este proyecto, porque se esponia toda\n aquella provincia, y todos los ganados, con los estancieros, \u00e0\n las invasiones del enemigo. Mas otros, estando mas obstinados en\n su parecer, de facto empezaron \u00e0 desbaratar el ej\u00e9rcito,\n yendose. Los primeros que se retiraron \u00e1 su pueblo \u00f3 casas,\n fueron los Nicolasistas; pero antes de la partida de estos,\n llegaron 200 Guanoas, con sus nobles capitanes, y entonces\n volviendo \u00e1 enviar internuncios \u00e0 los reales de los Portugueses,\n los provocaban \u00e1 pelear, y desafiaban al enemigo: pero en vano.\n Viendo pues al enemigo inmoble, un capitan de gentiles, llamado\n Moreira, se fu\u00e9 \u00e0 hablar con el enemigo, y llev\u00f3 consigo mucha\n yerba y tabaco que pidi\u00f3 \u00e1 nuestros indios, y tambien carne para\n que comiesen: porque decia este, que el hacia esto con enga\u00f1o \u00f3\n doblez. Y volviendo, persuadi\u00f3 \u00e0 los Miguelistas, con cuyos\n caballos y esperanzas habian venido dichos gentiles, que se\n retirasen un poco de los reales, porque no fuese que les\n sucediese alguna desgracia: porque \u00e9l habia mesclado veneno en\n los regalos que habia llevado, lo cual podia tambien redundar en\n da\u00f1o del ej\u00e9rcito vecino, \u00f2 de los indios: pero que era p\u00fablico\n no haber sucedido cosa alguna adversa. Sospecho que el gentil\n habia sido sobornado por los Portugueses, para que persuadiese\n la retirada al ej\u00e9rcito; porque \u00bfquien dar\u00e1 entero cr\u00e9dito \u00e0 una\n gente infiel?\n No obstante, obedecieron los Miguelistas \u00e0 la persuasion, y\n habiendo levantado los reales \u00f3 campamentos, los apartaron\n algunas leguas de la vista del enemigo. Entretanto, habiendo\n enviado un Miguelista \u00e0 desafiar \u00e1 los Portugueses, fu\u00e9 muy bien\n tratado por Gomez Freire, y habi\u00e9ndole mandado sentar, lo regal\u00f2\n con cena y cama, y fu\u00e9 rogado \u00e0 quedarse \u00e1 dormir en tanto que\n escribia al cura del pueblo. Escribi\u00f2, y bien de ma\u00f1ana entreg\u00f2\n al enviado las cartas, y lo hizo volver en paz \u00e1 los suyos.\n Mientras este venia \u00e1 donde estabamos, fueron vistas por los\n Lorenzistas en el Yaguy, por aquella parte que divide las\n tierras de San Lorenzo y San Luis, tres lanchas portuguesas, \u00f3\n talvez canoas, que navegaban rio arriba, bajaron los Lorenzistas\n \u00e0 las orillas de las riberas para impedir el tr\u00e1nsito al\n enemigo, mas porque no estaban bien proveidos de armas, que\n pudiesen ofender de lejos, llamaron algunos Juanistas fusileros.\n Vinieron estos, y trayendo consigo tres ca\u00f1ones de ca\u00f1a\n silvestre, bien retobados con cuero de buey, y llegando con\n estos el capitan de la Concepcion: D. Nicolas Nenguir\u00fa con\n algunos de los suyos, fijados los ca\u00f1oncitos en las orillas del\n rio y entre el monte, asaltaron \u00e1 las canoas, y con cuatro tiros\n atormentaron una, quebraron otras, y las obligaron \u00e1 irse\n precipitadamente por el rio, qued\u00e1ndose tres paradas. Corrieron\n del campamento, rio abajo, algunos marineros Portugueses al\n socorro, y arm\u00e1ndose entre los indios y portugueses una\n refriega, murieron algunos de estos \u00faltimos: se decia eran 26,\n pero fu\u00e9 falso, solo fueron tres. Finalmente llegaron los\n Luisistas \u00e1 su campo y con buen aguero; porque en estas\n embarcaciones venian con cuidado las cartas del Gobernador de\n Buenos Aires, en las cuales le daban noticia de su retirada, y\n lo mismo persuadia \u00e0 los Portugueses. Habiendo pues leido Gomez\n Freire las cartas, fu\u00e9 de admirar lo furioso que se puso, dando\n en rostro \u00e1 los Espa\u00f1oles su enga\u00f1o y trato doble, y \u00e1 los\n indios el haber acometido \u00e1 los suyos, lamentando tambien\n haberse frustrado el trabajo, \u00f3 proyecto de 12 a\u00f1os. Despues el\n dia 12 de Noviembre cargaron los bagajes en los campos, y\n pareci\u00f3 que se disponian \u00e1 la retirada. Mientras esto, pidi\u00f3 \u00e0\n los indios le dejasen libre el camino, ni le molestasen en la\n retirada, y para mas asegurar la cosa, habiendo llamado \u00e0\n conferenciar \u00e0 algunos caciques de San Luis, San Lorenzo y San\n Angel, los cuales estaban entonces all\u00ed, porque los otros ya\n habian caminado \u00e1 los pueblos, acord\u00e0ndose de sus mugeres y de\n sus sementeras, cuyo \u00faltimo tiempo era necesario lograr, los\n hizo jurar sobre los Santos Evangelios, y \u00e9l mismo con juramento\n firm\u00f3, \u00f3 hizo un escrito firmado con los nombres de los\n principales de los indios y portugueses, en el cual promete. I.\n Que ni la una ni la otra parte se harian da\u00f1o, hasta tanto que\n se diese la \u00faltima y definitiva sentencia por los Reyes de\n Espa\u00f1a y Portugal, acerca de las quejas dadas y perdon de los\n indios, \u00f3 hasta tanto que el ej\u00e9rcito espa\u00f1ol no volviese otra\n vez \u00e0 campa\u00f1a. II. Que ambas partes se volverian \u00e0 sus tierras,\n y que ni una ni otra nacion pasaria el Rio Grande. III. Que los\n indios serian cautivos si pasasen el rio, yendo \u00e0 las tierras de\n los Portugueses, y m\u00fatuamente los Portugueses lo serian de los\n indios, si ellos intentasen pasar \u00e0 sus tierras. IV. Pidieron\n solamente se les dejase descansar algun tiempo en el rio Yob\u00ed,\n mientras los animales recuperaban el aliento y fuerzas\n perdidas.--Firmaron estas treguas de parte de los Portugueses,\n el mismo Capitan General Gomez Freire de Andrade: Martin de\n Echauri, espa\u00f1ol, Gobernador de Montevideo: Miguel Angelo\n Velasco: Tomas Luis de Osorio: Francisco Xavier Cardoso de\n Meneses y Sousa: Tomas Clarque: Sacerdote Secular, capellan de\n Gomez, en cuyas manos se hizo juramento. De parte de los indios\n firmaron, Cristoval Acat\u00fa: Fabian Guaqui: Francisco Antonio y\n Bartolom\u00e9 Candey\u00fa: Santiago Pindo: D. Ignacio Tariguaz\u00fa: D.\n Lorenzo Mbayp\u00e9: D. Alonso Guayray\u00e9. Concluidas estas cosas \u00e1 18\n Noviembre en la media noche, los Portugueses que estaban de esta\n parte del rio lo pasaron calladito, y juntos los batallones,\n marcharon sin hacer ruido: al dia siguiente 19 se desaparecieron\n del todo. Asimismo tambien nuestros ej\u00e9rcitos, habiendo dejado\n unos pocos destacamentos por custodia y seguridad de las\n circunvecinas tierras de San Luis, San Lorenzo y San Juan, se\n retiraron \u00e0 sus pueblos, no habiendo sido muerto indio alguno\n por mano del enemigo: pero s\u00ed casi 100 Portugueses acabaron con\n las armas de los indios. Arrimadas las lanzas, se empleaban en\n la devocion de San Xavier, d\u00e0ndole gracias por haberlos librado\n de la tribulacion; y las legiones, en lugar de las armas,\n tomaron con brio los arados, porque no se pasase el tiempo que\n aun quedaba para la agricultura, recompensando siquiera algo en\n este mes, (ya empezaba Diciembre) el que se habia desperdiciado\n \u00f3 perdido en el espacio de tantos otros.\n 61. En este tiempo llegaron de Buenos Aires, \u00f2 de la ciudad del\n Puerto, mas amenazas, porque el Marques de Valdelirios con mas\n acrimonia escribi\u00f3 al Gobernador por su retirada. Tambien\n nuestro Altamirano prohibia con mas rigor se trabajasen las\n f\u00e1bricas de p\u00f2lvora que ya tenia entredichas: no se dej\u00f2 piedra\n por mover, y lo que es mas, interponi\u00e8ndose la ayuda y arte del\n P. Provincial. Estaba empe\u00f1ado dicho Altamirano en remover del\n lugar y oficio al Cura de San Juan, \u00e1 quien por falsas\n denuncias, y por su pasion, lo tenia entre ojos, porque le\n atribuia toda la resistencia de los indios. Mas sus feligreses,\n oponi\u00e8ndose otra vez, como lo habian hecho en otras ocasiones,\n decian que ellos no sufririan que se le quitasen del todo, hasta\n tanto que ellos recibiesen los preceptos de la boca del P.\n Provincial, y que le pudiesen proponer las razones que militaban\n por la parte contraria. Se frustr\u00f3, pues, por tercera vez\n el proyecto.\n 62. Se divulgaron tambien por este tiempo en los pueblos varios\n escritos y cartas, que habian sido introducidas ocultamente, y\n se les interceptaron parte \u00e0 los Portugueses, parte \u00e0 los\n Espa\u00f1oles, y mesclados \u00e1 estos los indios: las cuales todas\n manifestaban que el ej\u00e8rcito portugues estaba intimidado\n sumamente, y que no aflojaba la resistencia y obstinacion de los\n indios en defender sus tierras. Aunque se portaban amigablemente\n en los reales enemigos, y se mostraban blandos \u00f3 tratables, esto\n lo hacian con doblez \u00f2 intencion da\u00f1ada, porque cuantos salian\n de los reales con pretesto de contrato, morian\n irremediablemente, y no perdonaban \u00e1 nadie, aunque fuese\n desertor: y por esto los Espa\u00f1oles se quejaban de que el trato\n de los Portugueses era doloso, \u00f2 nada sincero; y los\n Portugueses, de haberles los indios protestado y dicho\n claramente que jamas verian sus pueblos.\n 63. Corria la voz, que habia llegado \u00e1 Montevideo un navio de\n Espa\u00f1a, y se esperaba que traeria alegres noticias: pero el _run\n run_ mezclaba una cosa bien sensible, y era que el P.\n Provincial, ac\u00e9rrimo defensor de los afligidos, habia acabado su\n trienio de gobierno, y se preparaba \u00e1 volver \u00e0 su provincia del\n Per\u00fa, de la cual habia venido. No faltaban quienes afirmasen (no\n se sabe si por sospecha \u00f3 algun rumor, \u00f3 si se fingi\u00f3\n maliciosamente) que Altamirano habia de tomar el gobierno, mas\n no se di\u00f2 cr\u00e9dito \u00e1 tan clara mentira.\n 64. En el pueblo de Santa Mar\u00eda iban las cosas de mal en peor,\n porque el cura fu\u00e8 \u00e1 la Candelaria. Concluidos algunos negocios\n del pueblo, siguieron los principales y pidieron al\n vice-Superior otro cura, mas por la penuria de quienes supiesen\n la lengua, porque casi todos los lenguaraces estaban detenidos y\n custodiados por los indios en los pueblos del Uruguay, no se les\n concedi\u00f2 lo que pedian. Acababa ya el a\u00f1o de 1754, siendo el\n tercero de la persecucion y opresion de esta provincia, y el\n primero de la guerra.\n 65. Los principios del a\u00f1o de 1755 parecieron tranquilos excepto\n que, habiendo los Yapeyuanos elegido en el motin pr\u00f2ximo \u00e1 su\n capitan por alcalde, abusando despues este de su autoridad,\n conspiraron juntamente con los de la Cruz, lo prendieron,\n d\u00e0ndole algunas heridas por haberse resistido, y lo enviaron\n desterrado h\u00e1cia el Paran\u00e0: mas al pasar por el pueblo de Santo\n Tom\u00e8, sus moradores soltaron al preso, y lo restituyeron \u00e1 su\n libertad; cuyo caso se crey\u00f2 que ocasionase algun disturbio.\n 66. Tambien llegaron de Buenos Aires algunos rumores ciertos con\n otros inciertos: que las cosas en la Corte estaban muy turbadas;\n que Carvajal, autor de estos males, el dia 2 de Abril del a\u00f1o\n pasado, con una muerte repentina habia partido al tribunal del\n recto juez, Jesu-Cristo, Se\u00f1or Nuestro, habi\u00e8ndole citado para\n aquel lugar tres dias antes un varon de conocida santidad, el\n Padre Burke, del Colegio de Escoceses. Que el lugar de este lo\n habia ocupado un Irlandes, llamado W... Que el Marques de la\n Ensenada, primer Ministro, habia sido removido y privado de su\n empleo, y otros 16 ministros con \u00e8l, y que todos habian sido\n desterrados \u00e1 diferentes ciudades. Que del primero se habian\n confiscado inmensos caudales, y que en lugar de estos, se le\n habia consignado 8,000 pesos anuales. Hasta aqu\u00ed es lo cierto\n pero las cosas inciertas que a\u00f1adia la fama, eran: que la causa\n del destierro de tantos Ministros habia sido un oculto tratado\n con el Rey de N\u00e1poles, \u00e0 quien unos dicen querian elevarlo al\n Reino, depuesto el que actualmente estaba, y otros para que,\n elevado al trono, se opusiese \u00e0 este tratado; y esta m\u00e0quina \u00f2\n traicion, muchos la atribuian \u00e0 los Jesuitas. De aqu\u00ec fingian\n unos que el confesor del Rey habia caido de la gracia, otros\n tambien que estaba preso. Por horas se esperaba de Europa algun\n navio que trajese algunas noticias. Entretanto los espa\u00f1oles\n fueron llamados por Gomez Freire \u00e0 reiterar la guerra en el\n pr\u00f3ximo Marzo, y a\u00f1adia, que si no lo hacian as\u00ec, tendria por\n sospechosa la f\u00e9 de los espa\u00f1oles, y daria de mano al negocio.\n Tambien el Marques de Valdelirios con mayor fervor movia las\n cosas de la guerra, habiendo sido llamados para unirse los\n Paraguayos: mas ellos poco \u00e0nimo mostraban para emprender esto.\n Tambien los vecinos de Santa F\u00e9 con mas eficacia negaban poder\n dar ellos otra vez tropas auxiliares, aunque el teniente de\n Gobernador se obstinaba en ello. No obstante de principiar ya\n Marzo, no se sentia movimiento alguno. La ciudad de Buenos Aires\n padecia graves males; es \u00e0 saber: hambre \u00e9 invasiones de los\n gentiles, que habitaban h\u00e0cia el sur: en una de las cuales\n perdieron 30 carretas, que iban \u00e0 las Salinas, con crecido\n n\u00f9mero de gente que fu\u00e9 muerta, ni con todo eso se arrepentian:\n y aunque claramente esperimentaban que la divina justicia estaba\n por la causa de la Compa\u00f1ia, en nada se enmendaban por eso;\n antes bien con mas dureza se empe\u00f1aban en odios contra la\n Compa\u00f1ia, y la llenaban de quejas, achacando \u00e0 los Jesuitas ser\n causa de todos los males y revoluciones.\n 67. De Lisboa se divulg\u00f2 tambien un verdadero aviso, que el\n primer Ministro de aquella Corte, y familiar del Rey, habia\n caido al mismo tiempo que en Espa\u00f1a aquel principal Ministro,\n por un caso inopinado, y habia sido enviado del mismo modo que\n el otro, y que todo el Consejo real desde entonces andaba\n vacilando, y estaba dividido en diversos dict\u00e1menes; y por esto\n ya se creia, que todo este tratado se volveria en humo. Acabado\n Marzo, los Espa\u00f1oles pedian se difiriese la expedicion para el\n est\u00edo, porque ser\u00eda entonces menos molesta \u00e1 las tropas, y mejor\n para los animales. Por tanto se suspendi\u00f2, y en todos los tres\n meses no se oia casi hablar de otra cosa que de los aprestos de\n guerra, y alistamiento de soldados, de los cuales no obstante\n venian pocos, y con tibieza.\n 68. Entretanto todos los pueblos de los indios, y tambien\n nuestros colegios en las ciudades de los espa\u00f1oles, imploraban\n con mayor confianza el patrocinio de los Santos, \u00e8 instaban con\n oraciones: y especialmente por este tiempo sobrepuj\u00f3 \u00e0 todos el\n Colegio de la ciudad de Santa F\u00e9, dedicando y ofreciendo al\n taumaturgo de Bohemia, San Juan Nepomuceno, una funcion el dia\n de su fiesta: y cumpli\u00f2 sus votos con una solemnidad, que casi\n no habr\u00e1 habido en estas tierras otra mayor: porque en la\n iglesia se erigi\u00f3 un altar hecho por mano de los indios, y con\n grande aplauso, concurso y devocion de toda la ciudad, coloc\u00f2 en\n \u00e9l una grande y elegante est\u00e0tua, que habia sido hecha en uno de\n estos afligidos pueblos, es \u00e0 saber, en \u00e9l de San Lorenzo. La\n vispera, pues, se repicaron \u00e0 mediodia las campanas de toda la\n ciudad, las cuales, de moto-propio y no siendo convidados,\n mandaron repicar los curas y prelados de las religiones.\n Resonaron de lo alto de la torre intrumentos m\u00fasicos, es \u00e1\n saber, chirimias, trompetas, cajas y otros instrumentos de este\n g\u00e9nero: ademas se dispararon los ca\u00f1ones de hierro, y los\n morteros con su gran ruido llenaron el aire. Fuera de esto, \u00e1\n las dos de la tarde toda la compa\u00f1\u00eda form\u00f2 en procesion delante\n de la casa de cierto noble varon, llamado D. Melchor Echag\u00fce, el\n cual \u00e1 uso del pais fu\u00e9 elegido mayordomo del Santo. Y\n habi\u00e9ndose reunido all\u00ec un numeroso concurso del cl\u00e9ro, y de los\n hijos de Santo Domingo, estaba sobre andas adornadamente la\n est\u00e0tua del Santo, como se dir\u00e0 despues. Se orden\u00f3 la procesion,\n cargando la est\u00e0tua del Santo el clero, mesclado con los PP. de\n la Compa\u00f1\u00eda, que alternaban con los PP. Dominicos hasta que se\n lleg\u00f3 \u00e1 la iglesia parroquial, que es la principal de la ciudad,\n resonando continuamente las armas de fuego, cohetes y la armonia\n de la m\u00fasica. Luego que se lleg\u00f3 \u00e1 la iglesia que, toda adornada\n con primor de luces y lamparas muy hermosas, relucia iluminada\n interiormente, hecha se\u00f1al con la campana para visperas, y\n colocado el Santo en el mismo presbiterio sobre una mesa, que\n para esto estaba adornada, se cantaron por punto las visperas en\n que oficiaron nuestros mejores m\u00fasicos, asistiendo \u00e1 ellas todo\n el cl\u00e8ro y los PP. Jesuitas y Dominicos: concluidas las\n ceremonias, en el mismo \u00f2rden, aparato y solemnidad, fu\u00e9 llevado\n el simulacro del Santo \u00e0 nuestra iglesia, en donde se cant\u00f3 el\n _Te-Deum_ solemnemente, resonando los ca\u00f1ones de fuego, y\n m\u00fasica, y tambien las campanas: y dicha la oracion acostumbrada,\n se termin\u00f3 por este dia la solemnidad acordada. Despues \u00e1 las\n Ave-Marias y final de la fiesta, se encendieron algunos cientos\n de l\u00e1mparas, se ilumin\u00f3 la torre parroquial, y tambien la\n nuestra tenia muchas banderas, que con hermosura batian el\n viento y se mesclaban con las l\u00e0mparas. Estando la noche mas\n oscura iluminaron el aire los cohetes voladores y se oy\u00f2 el\n estr\u00e9pito de las armas.\n 69. Al dia siguiente, desde la aurora, los sacerdotes que no\n eran de casa, digeron misa hasta las 9, y mas adelante, estando\n siempre la iglesia llena de pueblo de todo g\u00e9nero, de condicion\n y estado. Despues cant\u00f3 la misa solemne el Dr. Leiva, p\u00e1rroco de\n la ciudad, la que mucho antes habia pedido por un singular\n beneficio recibido: lo que llev\u00f2 pesadamente el Vicario. Un\n sugeto de nuestra Compa\u00f1\u00eca predic\u00f3, y muy bien. Estuvo desde\n ayer, y todo el tiempo de la misa, la im\u00e0gen del Santo sobre el\n altar mayor, en un rico trono de oro y plata, reluciendo todo el\n altar con este metal, y la efigie del Santo, y principalmente la\n mesita donde estaba, toda cubierta de piedras preciosas, perlas\n y diamantes. Y aunque todas las matronas de Santa F\u00e9 juntaron\n sus riquezas para este ornato, con todo, sobrepuj\u00f2 cierta noble\n muger, advenediza del reino de Chile, que habia venido \u00e1 esta\n ciudad: la cual, como ya no hubiese lugar en el altar, coloc\u00f2\n bajo de las gradas del presbiterio una mesita con un ni\u00f1o Jesus,\n en quien lucian cosas tan preciosas, en oro, diamantes, y\n tambien por el arte singular con que las habia dispuesto, que \u00e0\n todos arrebataba, dejando muy atras \u00e0 las demas Se\u00f1oras\n patricias. Concluida la solemnidad de la misa, que dur\u00f2 hasta el\n mediodia, se sac\u00f2 del altar mayor la efigie del Santo, y cantado\n otra vez el _Te-deum_ los Padres de Santo Domingo, fu\u00e9 colocada\n (con increible gozo y alegria de todo el pueblo y ciudad, y\n principalmente de nuestros Padres, de que fueron testigo los\n reiterados y solemnes repiques de campanas) en su altar propio,\n que le habian preparado los afligidos indios; el cual, fuera de\n su propia hermosura, estaba grandemente adornado con alhajas de\n los vecinos. Se concluy\u00f3 finalmente la solemnidad, pero no la\n devocion: porque ademas de ocurrir nuestros Jesuitas cada dia\n con mayor fervor al poderoso patronicio del Santo contra los\n murmuradores, tambien no era peque\u00f1o el concurso de los de toda\n la ciudad en las aflicciones y calumnias que por todas partes se\n suscitaban contra los indios, que han sido cometidos por Dios \u00e0\n nuestra f\u00e9 y doctrina, y por eso mismo tambien contra nosotros,\n como defensores de esta justa causa.\n 70. Cuando estas cosas sucedian por Mayo en la ciudad de Santa\n F\u00e8 en honor del taumaturgo de Bohemia, el pueblo de San Miguel,\n distingui\u00e8ndose entre todos, se preparaba \u00e1 cumplir con otro\n semejante altar (excepto las riquezas) sus promesas hechas \u00e1\n Nuestra Se\u00f1ora de Loreto, cuya descripcion omitimos, por haber\n referido la anterior: pero despues por su \u00f2rden se referir\u00e1,\n cuando hayamos hablado de lo que sucedi\u00f2 por Julio; habi\u00e9ndose\n pasado casi tranquilamente el resto de Mayo, y tambien Junio.\n 71. Dijimos casi tranquilamente, porque no hubo hostilidad\n alguna: aunque no por esto dejaron los enemigos de maquinarlas,\n pues siempre su descanso es una asechanza, y aunque no hagan\n hostilidades, las estan disponiendo y proyectando. Por esta\n causa, para privar \u00e1 la confederacion de los auxilios que debian\n dar \u00e0 los Guaranis las infieles tropas de Guanoas gentiles, (las\n que deben ser tenidas como enemigas, aun cuando son amigas, pues\n \u00e0 ninguno, ni aun \u00e0 Dios, guardan f\u00e9) llamaron \u00e1 ciertos\n caciques de ellos, y los llevaron \u00e1 un castillo que estaba mas\n inmediato, para persuadirles lo que querian:--lo que es facil de\n conseguir de una gente pobre, y deseosa de donecillos, regalos y\n vestidos de ante \u00f2 coletos. Fueron algunos \u00e0 dicho fuerte por\n las d\u00e0divas, y tambien (lo que entre cristianos es abominable y\n vedado por excomunion) casi los violentaron con las armas, y se\n dijo que tambien los habian corrompido \u00f3 sobornado. As\u00ed lo\n contaron despues \u00e1 nuestros Miguelistas otros caciques de los\n Minuanes, que habian participado de los dones \u00f3 regalos. Que\n algunos de los suyos habian sido pagados para la guerra, y\n principalmente uno llamado Moreira, para que en la siguiente\n expedicion custodiase los bagages de los Portugueses con su\n gente. Que tenian mucha ropa, armas, y se veian armados, y estar\n instruidos con alfanges para este fin. Fuera de esto que los\n Portugueses, confiados en esta esperanza, erigian un fuertecillo\n que habia de servir de oportuno presidio \u00e0 los reales que se\n habian de formar en las monta\u00f1as de San Miguel, cercanos \u00e0 las\n estancias de Santa Mar\u00eda, las que se llaman de Yacegua: pero que\n tambien otros caciques de la nacion se escusaban, y que por\n tanto avisaban con anticipacion \u00e1 los amigos lo que se habia\n tratado. Por esto fueron despues se\u00f1alados exploradores\n cat\u00f3licos \u00f2 cristianos del pueblo de San Miguel, los cuales con\n la guarnicion que estaba en los \u00faltimos t\u00e9rminos de la\n jurisdiccion, debian correr la tierra. Recorri\u00e9ronla, y avisaron\n que no parecia enemigo alguno, y reconviniendo al mismo Moreira,\n afe\u00e1ndole su hecho, confes\u00f2 que verdaderamente \u00e9l habia sido\n llamado de los Portugueses, y solicitado con dones por las cosas\n sobredichas, pero que de ninguna suerte habia consentido: por lo\n cual se habia retirado, habiendo los Lusitanos con furor,\n h\u00e8chole muchas amenazas. Esto decia \u00e8l, mas si fuese verdad lo\n que decia se esperaba lo probase el efecto, si se ofreciese la\n ocasion; mas por entonces as\u00ed se crey\u00f3.\n 72. Tambien esparcieron los Portugueses con estas cosas no pocas\n mentiras contra los indios, y principalmente que much\u00edsimos se\n habian pasado \u00e0 ellos, y que numerosas cuadrillas \u00e1 menudo se\n iban huyendo de la tirania de los PP., y que ya se contaban y\n numeraban algunos cientos de los dichos. Fingian estas cosas con\n el fin de provocar \u00e1 los Espa\u00f1oles \u00e1 volver \u00e0 emprender la\n guerra, pero despues se descubrieron reos \u00f3 autores de la\n mentira, cuando por mano del Provincial de la provincia del\n Brasil enviaron la lista de los indios que moraban entre ellos:\n de los cuales algunos estaban casados, y otros lo pedian: pero\n no contaban mas de 50, de los cuales muchos tenian apellidos del\n pueblo de San Borja, pero discrepaban en los nombres. Se hall\u00f2\n tambien que otros, que estaban insertos en dicha lista por su\n nombre y apellido, ya se habian restituido otra vez \u00e0 sus\n pueblos. Los Portugueses andaban sol\u00edcitos en persuadir \u00e1 los\n Espa\u00f1oles estas cosas, mas \u00e0 los indios les constaban otras: es\n \u00e1 saber, que el Padre R\u00e0bago, (en quien ponian los indios en lo\n humano alguna esperanza de su patrocinio) habia sido privado del\n confesionario del Rey, que habia caido de gracia, y \u00e0 mas de\n esto, que estaba preso: pero despues avisaron de Europa, que era\n impostura y mentira de los Portugueses.\n 73. Ya fenecia Julio, cuando en el puerto de Montevideo apareci\u00f2\n una embarcacion mercantil el dia 27 de Julio, la cual traia 150\n soldados presidarios para aquel castillo, y 70 Misioneros de la\n Compa\u00f1ia, 40 para la provincia de Chile, y 31 para la nuestra;\n qued\u00e0ndose en Espa\u00f1a los demas, que casi eran otros tantos, con\n el procurador que reside en la Corte, y tiene \u00e0 su cuidado los\n negocios de la Provincia y Misiones. En verdad que no caus\u00f2 \u00e0\n todos poco consuelo esta noticia, especialmente por haberse\n llenado la provincia de noticias pr\u00f3speras, y tambien de cartas\n que anunciaban todo favorablemente. Parecia que estaba el\n negocio concluido, que la Corte habia desecho el inicuo tratado,\n que se regocijaba \u00f2 deleitaba con nuestra fidelidad y\n obediencia, que habia aceptado la apelacion por parte de los\n pueblos, que mandaba se suspendiesen las cosas. As\u00ec se decia \u00e0\n los principios: mas como las noticias tristes suelen seguirse \u00e0\n las pr\u00f2speras, los Comisarios reales de este negocio divulgaron\n todo lo contrario: que estaba aprobada la guerra hecha \u00e0 los\n rebeldes, como ellos decian; que tambien se daban las gracias \u00e1\n los Ministros por el celo y gasto hecho para sugetar \u00e1 los\n contumaces; que las cosas que se habian dicho favorables, habian\n salido de charcos, y no de la fuente; que se habia de proseguir\n la guerra y se habia de hacer mas cruda. Para este fin fueron\n expedidos nuevos decretos \u00e9 intimaciones \u00e1 nuestro Prelado\n inmediato, fulminando estragos, y amenazando llevarlo todo \u00e1\n sangre y fuego, sino se rendian los pueblos.\n 74. Remiti\u00f2 estas intimaciones al Gobernador de la Concepcion,\n Nenguir\u00f9, la Curia, Consejo \u00f3 junta dom\u00e9stica, porque de otro\n modo se desconfiaba que se pudiesen publicar: para que este,\n interponiendo la autoridad que tiene entre ellos, pasando el\n rio, las intimase y promulgase \u00e0 las provincias y pueblos\n obligados \u00e0 mudarse. Mas este, no confiando del pueblo airado, y\n previendo y conociendo que no habia de hacer otra cosa que\n aumentar tropas de amotinados, volvi\u00f3 otra vez \u00e0 remitir \u00e0 la\n Curia todos los papeles, suplicando \u00e0 los Prelados no diesen\n lugar \u00e1 que la provincia, poco apaciguada, se alborotase aun\n todavia mas; ni tampoco obligasen \u00e0 su cabeza, \u00f3 Gobernador, \u00e1\n exponerse \u00e0 peligro cierto de muerte. Se aquietaron, y\n despreciadas dichas amenazas, se esperaba lo que habia\n de suceder.\n 75. Entretanto por todo Agosto, Septiembre y Octubre, se\n reclutaban soldados en las ciudades de espa\u00f1oles y portugueses:\n pero en las nuestras no habia sino paz y quietud, y se proveia\n que, en tanto que se aquietasen las cosas, se despachasen para\n todas partes exploradores como en otro tiempo, y que estuviesen\n con mas vigilancia.\n 76. A fines de Octubre, \u00f3 por mejor decir \u00e1 principios de\n Noviembre, el Gobernador de Buenos Aires, pasando el ancho \u00e1lveo\n del rio, lleg\u00f2 \u00e1 la ciudad de Montevideo, en donde debia\n juntarse todo el ej\u00e9rcito de Espa\u00f1oles. Tambien se decia que\n caminaban h\u00e1cia Montevideo 200 soldados que habian sido\n despachados de la ciudad de las Corrientes, y otros tantos de la\n de Santa F\u00e8; pero si esto es cierto \u00f3 no, el tiempo lo dir\u00e1: que\n de los 200 Correntinos no habian quedado sino 80, y que los\n demas se habian desertado. Asimismo, que entre los desertores se\n habian vuelto \u00e0 su casa algunos Abipones que el Comandante habia\n traido como exploradores, siendo muy baqueanos. Tambien en Santa\n F\u00e9, habiendo el teniente convidado para la liga \u00e1 los Mocob\u00eds,\n se neg\u00f3 el cacique b\u00e0rbaro, y no di\u00f2 respuesta de tal, porque\n dijo:--que \u00e9l no habia abrazado la ley de Cristo para hacer\n guerra contra inocentes cristianos, y que antes bien favoreceria\n \u00e0 los oprimidos, \u00e0 no ser que se lo impidiese aquel gran rio.\n 77. Que \u00e1 unos y otros, esto es, Santafecinos y Correntinos, se\n les habian disparado los caballos, y se les habian perdido por\n los inmensos campos: que por todas partes, y especialmente en\n Buenos Aires, cada dia se morian y perecian \u00e1 centenares; y por\n esta razon algunos dudaban del eficaz progreso del ej\u00e9rcito. No\n obstante, aunque es cierto que la Corte no dudaba de la\n iniquidad, y que tambien trabajaba en la disolucion \u00f2 nulidad de\n los pactos, no obstante, como no enviasen algun cierto y\n deliberado decreto sobre s\u00ec se habia de suspender \u00f3 continuar la\n guerra, los Ministros de ambas Cortes que estan aqu\u00ec, mueven con\n mayor actividad las cosas de la guerra: y como los espa\u00f1oles,\n con dificultad, y casi violentados, eran llevados \u00e0 esta\n expedicion y, como decian, eran obligados y constre\u00f1idos \u00e1 ella\n por solas unas razones pol\u00edticas, procedian con lentitud, \u00f3\n procuraban irse despacio. Por esto, estando muy adelantado\n Noviembre, aun estaban en la ciudad de Montevideo, y no sabian\n si con sinceridad \u00f2 con doblez se divulgaban ac\u00e0, donde yo\n estaba, ciertos avisos secretos, que no deseaban otra cosa los\n espa\u00f1oles sino que las fuerzas de los indios se les opusiesen, y\n quemasen los campos por donde habian de pasar, para que se les\n diese ocasion de dar por escusa el defecto de los pastos, y\n retroceder, \u00f3 \u00e1 lo menos retardarse, en tanto que llegase de la\n Corte alguna cosa cierta. Aunque sea dudando, no sin fundamento,\n de la posibilidad del expediente, porque los pastos maduros en\n estas tierras, y la paja que es apta para el fuego, no lo son\n para los animales, pero una vez quemadas, como poco despues\n vuelven y reverdecen, con ansia los comen los caballos y los\n gustan grandemente; as\u00ec se sospech\u00f3, y no vanamente, por\n algunos, que era estratagema, y que bajo el pretesto de ponerles\n miedo, se le pedia favor, y aun auxilio al enemigo:\n especialmente siendo as\u00ed que los campos y llanuras quemadas\n mostrarian mejor el camino \u00e1 los viajantes, cuando por lo\n contrario estaria embarazado \u00e8 impracticable, lleno de maleza.\n 78. Mas como ya no quedase duda alguna acerca de los\n preparativos de la expedicion, y tardasen los navios de Europa,\n se acord\u00f2 que, estando desprevenida la provincia, para evitar\n que fuese atacada de los enemigos, se preparasen aqu\u00ed las cosas,\n para su defensa, y se vigiasen con mas diligencia los caminos:\n tambien pareci\u00f3 del caso que se incendiasen \u00f3 quemasen\n los campos.\n 79. Constaba suficientemente, no como al principio por mentiras,\n que eran 1,500 Espa\u00f1oles, y con los socorros de las otras\n ciudades, casi 2,000: que los Portugueses eran 3,000; por tanto\n el total era 5,000: pero que uno y otro ej\u00e9rcito todo junto\n llegaria \u00e1 3,000, lo escribi\u00f3 el gefe de esta gente, (el\n Gobernador de Montevideo, el que, como se decia, venia en lugar\n del de Buenos Aires, y habia de tener cuidado de este negocio) \u00e1\n cierto Jesuita amigo suyo, que algunas veces le fu\u00e9 piedra de\n esc\u00e1ndalo, y que ya no est\u00e1 en aquella ciudad: en verdad que el\n testigo es id\u00f3neo, y vale por todos. Tambien se tenia por\n cierto, que el ej\u00e9rcito espa\u00f1ol habia de hacer el camino desde\n el castillo de San Felipe, via recta, \u00e1 las cabeceras del Rio\n Negro, y h\u00e1cia el pago de Santa Tecla, t\u00e9rmino y guardia de los\n Miguelistas, y que de all\u00ed habia de penetrar, con grandes\n rodeos, por provincias desiertas, hasta una fortaleza\n portuguesa, situada en el rio Yacuy; la cual poco antes no tenia\n nombre, y ahora, por la invasion que se les frustr\u00f3 \u00e1 los\n indios, la llaman (pero mal) el Fuerte de la Victoria: y que\n finalmente, unidas las fuerzas, habian de caminar al pueblo de\n San Angel. As\u00ed se determin\u00f3 en el Consejo de ambas naciones, y\n aunque estas determinaciones parecian \u00e1 los baqueanos \u00f3 peritos\n de los caminos muy violentas, y casi impracticables en la\n ejecucion, con todo se tuvo por conveniente proveer todas las\n cosas, y prevenirse contra los insensatos conatos \u00f3 esfuerzos de\n los Portugueses. No debalde se juntaron los capitanes, corriendo\n ya Enero, y aunque no se sentia movimiento alguno del enemigo,\n determinaron no obstante muy de antemano, que toda la gente de\n los pueblos vecinos se juntase y viniese al socorro. Y despues\n despacharon cartas y un correo \u00e1 los de la Concepcion y de Santo\n Tom\u00e9, las que estos debian despachar mas adelante \u00e1 los otros\n pueblos, para que se acercasen mas, y pusiesen exploradores por\n todas partes, y principalmente porque en los yerbales no s\u00e9 que\n hacian los enemigos: sospecho que los fuegos que se habian visto\n no fuese que maquinasen alguna irrupcion, \u00f3 que componian los\n caminos. Luego al punto se destinaron diez Juanistas, y casi\n otros tantos de San Angel, para que fuesen h\u00e1cia los montes,\n adonde se haria alto; y del pueblo de San Miguel, un capitan del\n campo que estaba de guardia en Santa Tecla, para que avisase \u00e1\n los suyos el estado en que estaban las cosas: porque se decia\n que por aquella parte amagaban los enemigos, y que ya habia dos\n meses que caminaban, \u00e1 saber, desde el 5 de Diciembre.\n 80. Cuando por este tiempo todo este aparato parecia se quedaba\n en pareceres \u00f3 disposiciones, y por otra parte se confirmaba la\n venida del enemigo con cuotidianos correos, y los curas se\n estaban durmiendo \u00f3 en inaccion, hubo quien empez\u00f3 \u00e1 mover el\n negocio, exponiendo que no se debia andar con negligencia, y que\n se debian juntar tropas, ponerlas listas y despacharlas \u00e1 los\n t\u00e9rminos de la jurisdiccion, para que no entrase el enemigo \u00e1\n los campos remotos de las estancias \u00f3 crias, destroz\u00e1ndolas y\n matando, sin ser castigado, y no estorb\u00e1ndoselo nadie. Con\n dificultad se consigui\u00f3 esto, despues de muchas razones que se\n expusieron: es \u00e1 saber, que llegaria tarde el ej\u00e9rcito para\n salir al encuentro desde casi 100 leguas de distancia, si\n entonces se empezaban \u00e1 juntar tropas, cuando ya el enemigo\n acometiese: que el enemigo podia andarlo todo, y los reales\n portugueses se andar\u00edan camino recto, por medio de las estancias\n que destruirian: que cerrarian la comunicacion \u00e1 los indios, y\n les quitarian la comida, cuya falta ya se empezaba \u00e1 sentir; y\n finalmente que siempre es mejor atacar primero al enemigo que no\n ser atacado de \u00e9l. Por estas razones al fin se consigui\u00f3 que se\n despachasen nueve correos \u00f3 postas, los que por todas partes\n avis\u00e1ran y movieren \u00e1 los confederados. Tambien el capitan de la\n Concepcion estaba ya con una partida de 150 hombres en sus\n estancias que confinan con las de San Miguel, y para completar\n dicha partida se enriaron otros 60 del pueblo. Pusieron en\n movimiento \u00e1 los escuadrones auxiliares, que debian venir de los\n pueblos de Santana, del de San Carlos y de los Angeles, 60, del\n de los M\u00e1rtires, 60, del de San Javier, y de Santa Mar\u00eda, 30.\n Arregladas de repente por aquella parte las cosas, repuesto el\n capitan que poco antes lo habian quitado, habi\u00e8ndose vuelto \u00e1\n sus casas sus gentes, que andaban esparcidas por diversos\n pueblos, se creia que el Consejo dom\u00e9stico habia obrado esta\n mudanza, la que luego surti\u00f3 buen efecto.\n 81. En los demas pueblos del Uruguay, como avisase el posta que\n poco antes habia enviado y ya estaba de vuelta, que no habia\n rumor, ni se sentia el enemigo, se daban prisa para esperarlo\n los escuadrones de los otros pueblos. Mas, \u00e1 20 de Enero lleg\u00f3\n un correo impensadamente, que avis\u00f3 que el dia 16 del mismo mes,\n en las cabeceras del rio Negro, por aquella parte en que hay una\n angosta entrada, entre los rios Negro y Yacuy, en las tierras de\n San Miguel, la cual entrada \u00f3 puerta de la tierra llaman los\n indios _Ibiroqu\u00e9_, habia aparecido el ej\u00e9rcito de los espa\u00f1oles\n cuando menos se pensaba: que habi\u00e9ndolo visto cinco\n exploradores, les habian confesado que venian 2,000 espa\u00f1oles \u00e1\n esperar \u00e1 los portugueses. Marchaban formados en cuatro l\u00edneas\n sencillas y no apretadas, formando un cuadro, en cuyo centro iba\n una innumerable porcion de caballos, bueyes, carretas, y los\n bagages de los Gobernadores, y tambien de los capitanes, con\n \u00f3rden. Muy cuidadosos estuvieron en preguntar \u00e1 los cinco\n exploradores, si por ventura algunos PP. Jesuitas estaban en el\n ej\u00e9rcito de los indios, y de qu\u00e9 n\u00famero se componia? Les fu\u00e9\n respondido que aun no habian venido los PP., pero que vendrian:\n que el ej\u00e9rcito por entonces no pasaba el n\u00famero de 2,000 (as\u00ed\n pareci\u00f3 \u00e1 los indios enga\u00f1ar al enemigo, siendo apenas 100, y si\n se incorporaban los Concepcionistas que estaban cerca, serian\n 300), pero que habian de llegar \u00e1 5,000, luego que se\n juntasen todos.\n 82. Apenas lleg\u00f3 esta noticia cierta al pueblo, que volaron los\n correos, y se di\u00f3 aviso \u00e1 todos los pueblos, los cuales, ya\n parecia que querian salir \u00e1 campa\u00f1a, ya que no querian: mas, se\n juzg\u00f3 no tardarian. El dia 21, habiendo hecho primeramente en la\n capilla de Loreto una procesion de penitencia, y cantada en el\n mismo lugar una misa solemne y votiva _pro gravi necessitate_,\n salieron del pueblo de San Miguel 350 soldados, todos de\n caballeria, los que pasarian del n\u00famero de 400 en uni\u00e9ndose con\n aquellos que ya estaban de guardia. El mismo dia salieron de San\n Angel 200, de San Lorenzo 50: el dia antes habian salido de San\n Luis 150, de San Nicolas 200: el dia siguiente salieron de San\n Juan 150, y de la Concepcion 200.\n 83. No obstante, todas las cartas que venian de las ciudades de\n los Espa\u00f1oles anunciaban que habia grand\u00edsima esperanza: que por\n dias se esperaba de Europa un navio de guerra que habia de\n desbaratar todo el tratado; que todo el bienestar de los indios,\n en este intermedio que se aguardaban las providencias, consistia\n en la constante oposicion \u00e1 los Ministros reales que estaban en\n estas partes, los cuales trabajaban con ahinco en la ejecucion\n del tratado, para que antes que viniese de la Corte el consuelo\n \u00e1 los pobres, las cosas estuviesen en tal estado que no\n admitiesen remedio, estando una vez tomados algunos pueblos: y\n por tanto, protestaban \u00e1 los indios que harian al Monarca un\n gran servicio, si se defendian, oponian y resistian con todas\n sus fuerzas, mientras llegaba de Europa la providencia que se\n esperaba. \u00bfQuien creyera esto? que las cosas de los indios esten\n en tal estado, y se hallen en tal situacion que para servir al\n Rey y prestarle fidelidad, sea necesario tomar contra el mismo\n Rey las armas.\n 84. Marchaban ya sobre el enemigo las sobredichas tropas, pero\n con paso tan remiso, como acostumbran para todas las cosas los\n indios, que podia el enemigo ocupar facilmente todas las tierras\n de la otra banda del Monte Grande. Pero como este tenia\n necesidad de buscar los portugueses auxiliares, \u00e9 irles al\n encuentro, march\u00f3 hasta Santa Tecla por unos largos rodeos, y\n as\u00ed di\u00f3 lugar \u00e1 los indios para que 100 Miguelistas, que iban\n con pasos mas acelerados con su capitan Jos\u00e9 Tiarar\u00fa, se les\n pusiesen \u00e1 la vista.\n 85. Los primeros \u00e1 quien este capitan acometi\u00f3 fueron 16\n espa\u00f1oles con su alferez, los cuales fueron \u00e1 reconocer las\n tierras de San Agustin. Habiendo con sus soldados atacado \u00e1\n estos, facilmente los desbarat\u00f3, y los despedaz\u00f3 todos, como si\n fuera uno solo. A otros 20 no lejos de los Cerros Calvos, que\n los indios llaman _Mbatob\u00ed_ con la misma fortuna los acab\u00f3,\n excepto uno que se escap\u00f3 huyendo: con estas dos matanzas se\n hicieron los espa\u00f1oles mas cautos, y as\u00ed despues escudrinaban \u00f3\n exploraban las tierras con tropas mas crecidas: y \u00e1 la verdad \u00e1\n fines de Enero, habiendo salido un numeroso escuadron, enviaron\n adelante cinco exploradores, \u00e1 los que, habiendo el capitan Jos\u00e9\n acometido con poquitos de los suyos, como no hicieren\n resistencia, los persigui\u00f3 y mat\u00f3 \u00e1 cuatro: mas el quinto,\n escap\u00e1ndose por la ligereza del caballo, lleg\u00f3 corriendo \u00e1 los\n espa\u00f1oles, que estaban emboscados detras de las cabeceras llenas\n de bosque del Rio Vacacay, y esto, acometiendo con un numeroso\n escuadron al sobredicho capitan, y \u00e1 pocos de los suyos, como\n por defecto del caballo cayese en una fosa que habian hecho los\n toros, le rodearon \u00f3 cercaron, y tambien \u00e1 algunos indios que\n iban corriendo al socorro del capitan; \u00e1 quien primero con una\n lanza, y despues con una pistola, mataron. Y habi\u00e9ndole muerto,\n sus subditos, aunque cercados, rompieron \u00e1 fuerza los\n escuadrones del enemigo, y se pusieron en salvo, quedando muerto\n uno, si no me enga\u00f1o, y otro herido: arrojaron el cuerpo ya\n despojado de todo, y como algunos dicen, lo quemaron con\n p\u00f3lvora, mientras aun estaba espirando, y lo martirizaron de\n otras maneras. Enterraron (con los sagrados c\u00e1nticos y himnos\n que se acostumbran en la iglesia, pero sin sacerdote) el cuerpo\n de su buen, pero muy arrojado capitan, en una vecina selva,\n habi\u00e9ndole buscado de noche los suyos con gran dolor, \u00e1 la\n medida del amor que le tenian.\n 86. Fu\u00e9 de admirar cuanto cayeron de \u00e1nimo los indios con la\n muerte tan intempestiva de su capitan, en cuyo valor, prudencia\n y arte, tenian puesta toda su esperanza: y por esto, despues de\n algunos reencuentrillos que hubo tras el rio Vacacay, desde\n visperas hasta la noche, es que cuentan los indios una cosa\n particular: que cierto portugues, hijo de Pinto, Gobernador de\n la recien construida fortaleza en el Yob\u00ed, \u00f3 sobrino de parte de\n su padre, el cual fu\u00e9 muerto por los indios con una bala para\n vengar dicha muerte, en un caballo elegante, y bien armado de\n fusil, pistolas y alfange, un Lorenzista, \u00e1 quien el mozo tiraba\n \u00e1 matar, corriendo confiado \u00e1 caballo h\u00e0cia \u00e9l, lo traspas\u00f3 por\n la espalda con un tiro de pistola, y como por fuerza del dolor\n cayese del caballo, se pusiese otra vez en pi\u00e9, y se preparase \u00e1\n pelear con el alfange, lanceado por el mismo indio, finalmente\n muri\u00f3. Despues de estas cosas, retrocedieron los indios,\n atendiendo \u00e1 su corto n\u00famero, y siguiendo el consejo de su\n finado capitan.\n 87. Siguieron los enemigos bien de ma\u00f1ana (era Domingo, despues\n de la Purificacion, 8 de Febrero) y los obligaron \u00e1 esconderse\n en un monte, que ellos llaman _Largo_: el dia siguiente pusieron\n sus reales dichos indios cerca de la laguna llamada del\n Cocodrilo, \u00f3 _Yacar\u00e9-pit\u00fa_, entre dos zanjones que las aguas\n habian hecho: y para estar all\u00ed mas seguros, y detener algun\n poco al enemigo, determinaron que cerrasen la puerta otros fosos\n hechos con arte y por sus manos. Pero como seguia el enemigo el\n rastro, de modo que ni en toda la noche podian perfeccionar \u00f3\n concluir los fosos y parapetos de tierra, habiendo acampado \u00e0 la\n vista, descans\u00f3 aquella noche. Desde muy de ma\u00f1ana, (el 10 de\n Febrero) formados en batalla los escuadrones, march\u00f3 contra los\n indios, quienes tomando las armas y saliendo fuera del foso, se\n opusieron audaces al enemigo: pero no bastantemente prevenidos,\n porque todos los mas, excepto 50, estaban \u00e1 pi\u00e8, enga\u00f1ados con\n la inmediata funcion, y juzgando que el negocio mas se habia de\n decidir con palabras y cartas que con la espada. Algunos\n persuadian que se siguiese el consejo del capitan difunto, Jos\u00e8,\n y que se debian retirar hasta las monta\u00f1as, si tardaren los\n aliados: pero prevaleci\u00f3 el dictamen del nuevo capitan Nicolas,\n que pens\u00f3 que debian pelear, si fuese necesario, y de ningun\n modo ceder. Este pues en persona, con Pascual, alferez real de\n San Miguel, saliendo de sus l\u00edneas, se acerc\u00f3 \u00e1 las del enemigo,\n y pregunt\u00f3, lo que querian? Se le respondi\u00f3, que ellos iban \u00e1\n los pueblos de los indios, y que as\u00ed se apartasen y no\n impidieren el camino. Asalari\u00f3 entonces \u00e1 un Miguelista, llamado\n Fernando, para que fuese \u00e1 los Generales enemigos y les\n preguntase la causa de su venida: con dificultad se hall\u00f3 quien\n fuera, pero finalmente march\u00f3, y siendo llevado ante el General\n espa\u00f1ol, habi\u00e8ndole expuesto las cosas que sus PP., \u00f3 los\n Jesuitas, y las que tambien sus mismos compatriotas habian\n padecido para obedecer al Rey, hasta haber muerto \u00f3 quedado en\n la demanda, le pidi\u00f3 en nombre de sus capitanes y pueblo, que\n desistiesen del intento, porque de otra suerte estaba dispuesta\n la gente \u00e1 pelear, y defender lo que era suyo. Dij\u00f3 el General\n espa\u00f1ol y Gobernador de la Provincia, que habia de ir adelante,\n aunque no quisiesen los indios, y que \u00e1 \u00e9l y \u00e1 los suyos habia\n de perseguirlos hasta sugetar todos los pueblos, segun el\n decreto del Rey: y que sabia muy bien que tres PP. estaban en un\n vecino lugarcito, Colonia de San Miguel; y que as\u00ec fuese, y les\n dijese en su nombre, que \u00e9l esperaria tres dias (porque\n preguntados los baqueanos, dijeron que eran necesario este\n tiempo para llevar el aviso, siendo as\u00ed que el pueblecito dista\n del lugar dia y medio de camino, \u00f3 casi 30 leguas) y que\n viniesen los PP. con los cabildos del suyo y de los otros\n pueblos, y al nombre del Rey diesen la obediencia al Capitan\n General. Sali\u00f3 de los reales el dicho Miguelista, Fernando, y\n refiriendo \u00e1 sus caciques que estaban esperando algunas pocas\n cosas de las que \u00e1 ellos pertenecian, tom\u00f3 el camino sin parar,\n entre los escuadrones que despues habian de pelear, h\u00e1cia el\n pueblo de San Javier, en donde dichos PP. esperaban de oficio,\n parte para precaver los da\u00f1os de sus ovejas, parte, y\n especialmente, para atender al bien de las almas de los indios,\n que se disponian al combate. Y como una multitud de soldados\n indisciplinados y libres puede acoger cualquier sospecha,\n tomando \u00e1 mal esta retirada de Fernando los soldados de otros\n pueblos, pensaron que este, los PP. y todos los Miguelistas\n maquinaban insidias y traiciones. Cuatro pues de \u00e1 caballo (no\n s\u00e9 de que pueblo) conclamaron, y unidos siguieron \u00e1 Fernando, \u00e9\n intentaron darle muerte: el que, estando para ser degollado,\n pudo librarse huyendo, y al cabo de cuatro dias con dificultad\n lleg\u00f3 \u00e1 los PP. que ya estaban \u00e1 la otra parte del Monte Grande,\n y detalladamente cont\u00f3 en la estancia de Santiago sus peligros,\n que la fama mucho antes (como suele) habia divulgado y abultado\n con los mas vivos colores.\n 88. Pero mientras Fernando padecia entre los suyos estas cosas,\n el pueblo sufri\u00f3 de los enemigos un gran estrago: porque apenas\n el enviado sali\u00f3 del campo contrario, cuando vi\u00f3 que se formaban\n en batalla, se aprontaban las armas y ponian al frente la\n artilleria. Se adelantaron cuatro capitanes, y dijeron \u00e1 voces,\n que se apartasen los indios, y diesen lugar para que pasase el\n ej\u00e9rcito espa\u00f1ol y portugues, que no querian los Generales\n matar, ni quitar las vidas, sino tomar camino libre. Enga\u00f1ada la\n plebe sencilla de los indios con este pregon tan falaz, unos se\n disponian \u00e1 retirarse, otros lo comenzaron \u00e1 hacer: pero otros\n mas esforzados y advertidos, rogaban con ardor no se rindiesen,\n que ya no era tiempo de rendirse, sino de valerse hasta lo\n \u00faltimo de las fuerzas y valor: que convenia morir peleando, y no\n huyendo. Alistados pues seis ca\u00f1ones cargados de mucha metralla,\n y hecha se\u00f1al, empezaron los espa\u00f1oles el combate con poco\n efecto: porque algunos indios \u00e1 la primera descarga se\n escondieron en los fosos que antes habian hecho, los cuales no\n defendian lo bastante \u00e1 los que se agachaban: otros persistian\n peleando, otros retrocedian. Viendo la caballeria del enemigo,\n dividido en tres partes el ej\u00e9rcito de los indios, con un\n movimiento r\u00e1pido cort\u00f3 \u00e1 la que retrocedia de la que peleaba, y\n as\u00ed un trozo, siguiendo \u00e1 los rendidos, los puso en fuga, y\n mat\u00f3: mas, la otra, unida con la infanteria por la retaguardia,\n atac\u00f3 \u00e1 los que peleaban, y con ferocidad los destroz\u00f3; y\n finalmente, con dificultad hizo cesar el General la matanza.\n Aprisionaron 150 indios de los que peleaban, y se juzga que casi\n son 600 los muertos que quedaron por los campos: los demas se\n desparramaron huyendo.\n 89. No es de admirar que los indios huyesen, y hayan sido\n vencidos, as\u00ed como no es gloriosa para los espa\u00f1oles la\n victoria: porque con 3,000 bien armados, con armas de fuego, y\n much\u00edsimos bien disciplinados, peleando contra 1,300 que no\n tienen sino arcos, flechas, hondas y lanzas, y que no sufren\n disciplina, ni conocen gefes, sino en el nombre, hubieran puesto\n un gran borron, \u00f3 deshonra al nombre espa\u00f1ol si hubiesen sido\n vencidos. No obstante, con inhumanidad usaron de esta victoria:\n porque para hacer mas cruda y feroz la guerra, dicen los indios,\n que se encarnizaron, _encendiendo de nuevo lo quemado_, y as\u00ed \u00e1\n la tarde volvieron \u00e1 reiterar los lanzazos en casi todos los\n muertos, por si acaso algunos estuviesen vivos, y sacando los\n reales un poco mas all\u00e1 del lugar de la matanza. Este dia los\n fijaron fuera de los cad\u00e1veres.\n 90. Al dia siguiente, el primero de los fugitivos que lleg\u00f3 \u00e1\n las monta\u00f1as, fu\u00e9 un noble Miguelista, llamado Bernab\u00e9 Parav\u00e9,\n el que pasando los montes con marcha violenta \u00f3 paso acelerado,\n trajo \u00e1 su pueblo la mas triste noticia, aunque de tan lejos,\n (esta en realidad ya se esperaba) la que, habi\u00e9ndola esparcido\n tambien \u00e1 la entrada de las fronteras entre los suyos, lleg\u00f3, ya\n crecido el dia, al pueblo de San Xavier, anunci\u00e1ndole que todos\n los indios habian muerto, habi\u00e9ndose escapado pocos en la huida.\n Confirmaron lo mismo otros dos nobles ciudadanos del mismo\n pueblo, que llegaron adonde est\u00e1bamos. Puestos, pues, los PP. en\n una gran consternacion, habiendo hecho junta, y determinado huir\n del enemigo que ya estaba inmediato, (porque la fama, como es\n una embustera, y crece con el miedo, divulgaba que ya en el paso\n del Ibicuy, distante de donde est\u00e1bamos seis \u00f3 siete leguas, se\n veia un escuadron enemigos, hecho formidable con dos ca\u00f1ones de\n artilleria, y que venia \u00e1 tomar por fuerza \u00e1 los PP.) se\n disponian estos \u00e1 desamparar el pueblo, y quemar todas las cosas\n que no permitia llevar el tiempo. La falta de carretas fu\u00e9 un\n gran obst\u00e1culo: los indios cargaban los carros con las alhajas\n de casa, y \u00e1 toda prisa acomodaban todos los trastes: los\n muchachos y mugeres montaron todos los caballos que habian\n quedado \u00e1 la mano, y caminaron h\u00e1cia las monta\u00f1as. En el mismo\n dia, un carro, grande del P. que moraba en dicho pueblito, y que\n por un incendio de la casa \u00e9 iglesia, que poco h\u00e1 habia\n sucedido, vivia debajo de unos cueros y pabellon, (aun el dia\n que llegaron los PP. que habian de tener cuidado de las almas de\n los soldados) camin\u00f3 por adentro y h\u00e1cia los pueblos, al cual,\n como el peso y volumen, como v.g.: dos tachos grandes de metal\n colado, siete campanas, casi treinta ca\u00f1ones de fusil, que se\n sacaron del incendio, una caja llena de instrumentos de hierro,\n y otras cosas de este g\u00e9nero, le impidiesen caminar, las\n primeras cosas las enterraron en el vecino bosque, otras en la\n huerta, y otras en el mismo relente \u00f3 canal. Finalmente,\n habiendo salido de las chacras todos los moradores, se puso\n fuego \u00e1 las casas, y todo el pueblo ardi\u00f3; y montando \u00e1 caballo\n ultimamente los PP., siguieron al pueblo.\n 91. Al ponerse el sol lleg\u00f3se \u00e1 la monta\u00f1a llena de bosque, y\n porque el temor del enemigo que se acercaba los tenia\n desasosegados, hab\u00edase intentado pasar el monte: mas, como la\n estrechez y escabrosidades del camino no permitiesen que pasasen\n todos, una parte par\u00f3 \u00e1 la entrada de la selva, y la otra \u00e1 la\n cumbre de los montes, entre las llanuras de las selvas:\n ultimamente, llegaron los PP. por medio de tigres que rugian y\n de onzas, de terrible magnitud, en el silencio de la media\n noche. Fueron despues de mediodia al pago y estancia de\n Santiago, para estarse all\u00ed, mientras llegaba una detallada y\n segura noticia de la mortandad, y se explorase el movimiento y\n intencion del enemigo.\n 92. Al dia siguiente, muy temprano, h\u00e9 aqu\u00ed que llegan 60\n hombres valerosos de San Pablo, que eran los primeros que venian\n al socorro ya tarde, y habi\u00e9ndose formado con algunos Luisistas,\n y enfurecidos algun tanto, se acercaron \u00e1 caballo \u00e1 la capilla,\n y despues, poniendose \u00e1 pi\u00e9, con audacia se presentaron delante\n de los PP., y habiendo hallado \u00e1 los tres en la puerta de la\n capilla, con un razonamiento imperioso y llenos de furor, les\n dijeron:--\"Que aquellas tierras eran totalmente suyas y de sus\n nacionales, y no de los PP.; y por tanto que no tenian cosa\n alguna de que disponer y dar \u00e1 otros, especialmente \u00e1 los\n enemigos: que de los tales sabian ellos, y esto tambien les\n constaba de una carta que habian interceptado, que los PP.\n conspiraban con los enemigos, y que les querian entregar estas\n tierras: y que as\u00ed, sin demora se volviesen \u00e1 su pueblo, que\n ellos en el campo no los necesitaban para nada.\" Cuando as\u00ed\n hablaba el teniente de San Pablo con tan impertinente discurso,\n tambien otro j\u00f3ven noble, sin barbas, empez\u00f3 \u00e1 decir otras cosas\n peores. Tres soldados Miguelistas, del mismo pueblo y asistentes\n de los PP. que se habian llegado \u00e1 la puerta de la capilla y de\n la cerca, espantados de una audacia tan desvergonzada,\n embistieron con las lanzas, y se atrevieron \u00e1 echarlos con\n entera y manifiesta temeridad. Viendo esto uno de los Padres, se\n arroj\u00f3 \u00e1 las lanzas, y asi\u00e9ndolas con las manos, detuvo el\n impetu, y con palabras graves y nerviosas contuvo la audacia, y\n hizo que se apartasen. Habiendose sosegado el tumulto, aunque\n los aguaderos, cocineros y todos los muchachos de los PP. otra\n vez anduviesen armados por la cocina, no se intent\u00f3 cosa mayor.\n Finalmente se tranquilizaron, habiendo todos los PP. reprendido\n la temeraria audacia de los del pueblo de San Pablo, y habiendo\n hecho demostracion que todas las cosas que hablaban eran falsas,\n y la acusacion infundada. Se indag\u00f3 que cosa dijese la carta,\n quien fuese el autor, quien el testigo, y en que lugar se hall\u00f3.\n Pusieron \u00f3 presentaron en medio \u00e1 cierto Luisista, el cual dijo\n delante de todos, que \u00e9l habia pillado la carta, la habia leido,\n \u00e9 interpretado, y finalmente la habia enviado \u00e1 su superior \u00f3\n cacique. Pregunt\u00e1ndoles que cosa habia comprendido de aquella\n carta, dijo, que se pedian en ella pasas, garbanzos, habas y\n otras legumbres para sustento de los capitanes de los enemigos,\n cuyos nombres, puestos en la carta, yo mismo le\u00ed. Se les\n demostr\u00f3 que habia entendido, \u00f3 interpretado mal la carta,\n porque era del cura de San Miguel, quien pedia las sobredichas\n legumbres para su cocina y la de sus compa\u00f1eros, \u00e9 insert\u00f3 en\n ella los nombres de los capitanes, para que supiesen los demas\n PP. que los Generales estaban ya aqu\u00ed con el ej\u00e9rcito: por fin\n se apacigu\u00f3 la gente amotinada. Los capitanes de San Pablo,\n habiendo pedido antes perdon \u00e1 los PP. y \u00e1 los Miguelistas que\n estaban en su compa\u00f1ia, \u00e1 los cuales tambien tenian por\n sospechosos, se retiraron \u00e1 sus reales, que desde antes de ayer\n tenian puestos en un rio que corre al pi\u00e9 de la colina del pago,\n \u00f3 estancia.\n 93. Despues de visperas, juzgando los PP. que todo estaba\n sosegado, h\u00e9 aqu\u00ed otro alboroto: que iban llegando las reliquias\n de los Luisistas, los que eran unos 20, que de la Matanza habian\n quedado vivos, y mesclados con algunos otros soldados de los\n otros pueblos; los cuales, ape\u00e1ndose de los caballos, se\n entraron \u00e1 la capilla de Santiago, y hecha oracion, cantaron\n tambien un responso por los que habian muerto en la pelea. Y\n habiendoles perorado uno de los capitanes una breve oracion\n f\u00fanebre, salieron de la capilla, pero con tan grave rostro y\n furioso semblante, que no hablaron, ni saludaron \u00e1 los PP. que\n estaban presentes: antes bien despidieron prontamente al cura\n que les hablaba, y diciendo que no tenian cosa alguna que\n tratar, se fueron \u00e1 la espalda de una huerta de duraznos, en\n donde se acamparon, y despues, habiendo entrado en la huerta, se\n hartaron de frutas, de que estaban cargados los \u00e1rboles.\n Callaron \u00e1 estas cosas los PP., porque no fuese que, entrando ya\n la noche, intentasen los amotinados ofenderles, \u00f3 hacerles algun\n da\u00f1o: y as\u00ed se mand\u00f3 estuviesen en vela, y armados \u00e1 la puerta\n de la capilla, todos los Miguelistas compa\u00f1eros de los PP.\n Pas\u00f3se toda la noche, y habiendo hecho estos una junta, pensaron\n era mejor ceder al desenfrenado furor de la gente, y retirarse \u00e1\n la seguridad del pueblo. Llegada, pues, la ma\u00f1ana, montaron \u00e1\n caballo y se fueron al pueblo, llegando este dia al pago \u00f3\n estancia de San Jos\u00e9.\n 94. Hallaron aqu\u00ed un escuadron de Miguelistas, que iba al\n socorro de los suyos, y consternados con los nuevos avisos que\n habian venido la noche pasada, que el enemigo ya habia ocupado\n el Monte Grande, no sabian determinar lo que habian de hacer. El\n capitan de este escuadron (era teniente del pueblo), habiendo\n recibido despues un aviso, se volvi\u00f3 aquella misma noche \u00e1 dicho\n pueblo, y mand\u00f3 que todos los moradores de \u00e9l, y principalmente\n los de edad y sexo mas d\u00e9bil, se presentasen para huir. De tal\n suerte arredr\u00f3 tambien con este aviso \u00e1 las partidas auxiliares\n de los otros pueblos que encontr\u00f3 en el camino, que varios de\n ellos retrocedieron y se volvieron \u00e1 sus pueblos. Mas, despues\n que se desvaneci\u00f3 este rumor falso, y reconocida la falsedad del\n caso, los capitanes determinaron que debian esperar \u00e1 los\n enemigos, de esta parte de la monta\u00f1a, y cuando estuviesen\n empe\u00f1ados en penetrar los montes \u00e1 la vista de sus pueblos,\n habian de pelear hasta dar el \u00faltimo aliento. Por lo dicho habia\n corrido en los pueblos un terror p\u00e1nico y turbacion: mas, como\n el enemigo no solamente no se acercase \u00e1 las monta\u00f1as de San\n Miguel, sino que se declinaba de las estancias de Santa Catalina\n h\u00e1cia el oriente, en las tierras de San Luis, mudaron de\n pensamiento, y siendo los primeros los Miguelistas, pasaron el\n bosque, se acamparon \u00e1 su entrada, y enviaron fieles\n exploradores, que observasen con cuidado los movimientos\n del enemigo.\n 95. Entretanto, de todas partes venian, movidos con nuevos\n avisos, nuevos escuadrones, y bastantemente numerosos, los que\n ya antes habian sido pedidos y se esperaban, y que, con el falso\n rumor del vecino enemigo y de las muestras, vacilaban y\n titubeaban. Despues de tanta tardanza, los primeros que volaron\n al lugar de la mortandad que acababa de hacerse, fueron 130\n Guanoas, gentiles confederados; quienes, viendo el destrozo \u00f3\n estrago de los suyos, y el campo sembrado de cad\u00e1veres,\n gimieron, y tambien derramaron l\u00e1grimas. Despues vinieron los\n del pueblo de Santo Tom\u00e9, y asimismo los de San Borja, y despues\n los de casi todos los demas pueblos del Uruguay, excepto los de\n San Jos\u00e9 y San Carlos: y as\u00ed habia junto cuatro ej\u00e9rcitos de\n soldados, y se esperaba que restaurarian todo el negocio, \u00e1 no\n haber sucedido que las discordias dom\u00e9sticas otra vez dividiesen\n \u00e9 hiciesen desparramar como agua \u00e1 tan numerosos ej\u00e9rcitos antes\n que se juntasen.\n 96. Los primeros que se retiraron de la reunion fueron los\n Borjistas; porque estos, despues de haber visto el lugar de la\n matanza, y los montones de muertos, acaso horrorizados con aquel\n espect\u00e1culo, \u00f3 exasperados de alguna palabrilla, (porque ahora\n era la primera vez que venian, cuando ya las cosas iban\n perdidas) se volvieron \u00e1 su pueblo, dejando dudoso el motivo.\n Los Tomistas, por la misma razon \u00f3 por alguna contienda, tambien\n se volvieron, y se decia que habian muerto \u00e1 un noble\n Miguelista, porque jamas apareci\u00f3.\n 97. Los de San Angel, desde que salieron de su pueblo, ya venian\n enfurecidos, y cuando encontraban \u00e1 los Miguelistas, los\n despojaban de los caballos y armas, en venganza, decian, de que\n en sus tierras habian perecido tantos de sus parientes: y\n habi\u00e9ndose ido al pueblo, que poco h\u00e1 se habia quemado en la\n monta\u00f1a, all\u00ed se arrancharon; y aunque repetidas veces se les\n pidi\u00f3, y convid\u00f3 \u00e1 que se uniesen con la demas gente que estaba\n en Santa Catalina, no se pudo conseguir. En este interin cuantas\n cosas encontraban, las pisoteaban \u00f3 destruian: es \u00e1 saber,\n mataron las ovejas, desbarataron el techo de la casa de los PP.,\n que por su teja y ladrillo habia quedado en pi\u00e8, y sacando las\n cosas que estaban enteras, las hacian como tributo, \u00f3 paga de\n alguna culpa. Movidos finalmente los Miguelistas con estas\n cosas, como ya tambien ellos se volviesen, habiendose\n desparramado algunos, despues de alguna contienda de palabras,\n vinieron \u00e1 las armas y los embistieron cerc\u00e1ndolos, porque\n estaban \u00e1 caballo, y aquellos \u00e1 pi\u00e9: de una y otra parte hubo\n heridas, pero no pas\u00f3 adelante la cosa.\n 98. Los Juanistas, Luisistas y Lorenzistas fueron volando \u00e1 las\n entradas de su bosque, \u00f3 \u00e1 las abras de las monta\u00f1as, por la\n parte que mira \u00e1 sus estancias, porque h\u00e1cia aquella parte como\n dijimos, el enemigo habia declinado. El capitan de la\n Concepcion, Neenguir\u00fa, habiendo enterrado los muertos, se retir\u00f2\n \u00e1 sus estancias, los de San Nicolas \u00e1 las suyas, y los otros \u00e1\n otras partes.\n 99. Cuando las cosas sucedian \u00e1 los indios tan poco favorables\n para con el enemigo, lleg\u00f3 de Europa lo mas fatal: porque ahora\n debemos tratar de cartas, escritos y edictos. Diremos\n primeramente \u00bfqu\u00e9 contenian las cartas que vinieron de los\n reales de los enemigos? Estando, pues, acampado el enemigo en\n los campos de San Luis, \u00e1 la orilla del rio Guacacay, se recogi\u00f3\n todo el ganado de este pueblo que ya estaba disminuido con la\n guerra, y se tom\u00f3 sin ningun impedimento, y una parte de \u00e9l\n envi\u00f3 \u00e1 las tierras de los Portugueses, reservando lo demas para\n su sustentacion \u00f3 mantenimiento. Despues de esto, envi\u00f3 \u00e1 sus\n casas algunos cautivos de cada uno de los pueblos, con dos\n cartas de un mismo tenor para cada pueblo: una venia en idioma\n espa\u00f1ol y otra en guaran\u00ed: en ambas exageraba su clemencia, y\n principalmente en el cuidado de los heridos, y que con su paso\n tardo queria mover la barbaridad de los indios, causa de tantos\n desastres, y que con tantas muertes de sus parientes se\n mostraban inmobles \u00e1 los llantos de tantas viudas y pupilos; que\n si no venian con sus curas y cabildos humillados, y pedian\n perdon, habian de sufrir el \u00faltimo rigor y suplicios. Estas\n cartas se enviaron con otras que trageron, y se entregaron \u00e1 los\n pueblos: no respondieron \u00e1 ellas.\n 100. Por entonces se fulmin\u00f3 de Espa\u00f1a la \u00faltima decretoria\n sentencia, la que, como se decia, trajo un navio por el mes de\n Febrero: el tenor de ella es este:--\"Que de lo alegado y probado\n en el modo posible est\u00e1 cierto el Rey, que los individuos de la\n Compa\u00f1\u00eda unicamente tenian la culpa de la resistencia de los\n indios: por tanto, que diesen corte para que el tratado real se\n ejecutase \u00e1 la letra, y el negocio se cumpliese\n indispensablemente. Ni aquella severidad, ni la del Marques de\n Valdelirios, intimada al Prelado de la Provincia, sirvi\u00f3 de\n algo, envi\u00e1ndole espuestas las cosas que estan dichas antes: y\n as\u00ed despues rigorosamente prohibia toda apelacion, \u00e8\n imperiosamente mandaba al P. Provincial, que inmediatamente\n pasase \u00e1 las Misiones \u00e1 componer las cosas: y no haci\u00e9ndolo as\u00ed,\n declaraba \u00e1 los PP. reos de lesa magestad, y prevenia que se\n aplicaria el castigo competente \u00e1 semejante cr\u00edmen, segun ambos\n derechos.\" Tambien nuestro Comisario renov\u00f3 las censuras,\n preceptos y amenazas, de que antes hemos hecho muchas veces\n memoria. Que el confesor del Rey, aunque en p\u00fablico habia sido\n despachado honor\u00edficamente, pero que en oculto, con una\n reprension severa habia sido privado, y que toda la Compa\u00f1\u00eda\n habia incurrido en la indignacion real. Que habian de venir en\n el pr\u00f3ximo Mayo 1,000 soldados veteranos, y mas, si fuesen\n necesarios, y cuantos se pidiesen para avivar la guerra. Por\n tanto, que se mandaba \u00e1 los generales que prosiguiesen la\n guerra, y que si por las dificultades de los caminos no pudiesen\n llegar, que invernasen y fortificasen los reales, mientras\n llegasen los socorros que se esperaban. Con estas cartas vino\n tambien poco despues otra semejante del P. Provincial de la\n Provincia, renovando los preceptos y mandatos. Y junto con ella\n otra del mismo que habia respondido al Marques, en la que decia:\n que habia entendido todas las cosas, y que la apelacion que se\n le habia entredicho \u00f3 negado al Rey de la tierra, la habia de\n pedir con tanta mayor confianza al Rey del cielo, de cuya\n apelacion ninguno ha de ser privado. Despues se escusaba de no\n poderse poner en camino por su poca salud, y hallarse pr\u00f3ximo \u00e1\n la muerte; y le a\u00f1adia, que renovaba todos los mandatos\n anteriores, y que imponia \u00e1 los PP. todos los preceptos que\n podia: aunque sabia que todo habia de ser vano, como que ni \u00e9l\n ni ellos tuviesen dominio sobre tantas y tan libres y tan varias\n voluntades de los indios: y que si en su voluntad de tal suerte\n estuviesen incluidas las de los indios, como en la de Adam, las\n de sus descendientes, \u00f3 \u00e1 lo menos como la de los PP.\n Misioneros, por medio de la santa obediencia, no dudaria del\n efecto: mas siendo as\u00ed, que no esperaba cosa alguna, que el\n Marques con su agudo juicio le sugiera modo con que esto con mas\n eficacia pueda ejecutarse, \u00f3 que obligue al Sr. Obispo, que\n andaba en visita en las inmediatas ciudades, se llegue \u00e1 estas\n inmediaciones, y que con su autoridad y suavidad los persuada.\n Que \u00e9l as\u00ed lo juzgaba, y tendria \u00e1 bien; y lo que es mas, que \u00e8l\n as\u00ed se lo pediria, dejando en libertad \u00e1 los afligidos pueblos,\n en que ya no habia impedimento. Aunque despues de publicadas, no\n faltaron altercaciones \u00f2 movimientos, especialmente siendo\n compelidos otra vez los PP. \u00e1 dejar los indios, y \u00e1 una retirada\n imposible.\n 101. Como estas palabras tan severas, no menos que inicuas y\n nunca esperadas, arredraban los \u00e1nimos de toda la provincia,\n sabi\u00e9ndolas los indios, algunos se obstinaron, mas otros\n avisados y exhortados de los PP., se rendian ya; porque los\n Luisistas, Lorenzistas y los de Santo Angel estaban cargando sus\n cosas, especialmente cuando por segunda vez llegaron \u00e1 los\n pueblos otras cartas del Capitan General del ej\u00e9rcito, en las\n cuales (eran dos) trataba \u00e1 los indios con blandura, llam\u00e1ndolos\n hermanos, amigos, enga\u00f1ados por los malos consejos de un \u00e1nimo\n codicioso; y por tanto que no creyesen \u00e1 otro sino \u00e1 \u00e9l; que ya\n sus PP. habian caido de la gracia del Rey, de lo que era se\u00f1al\n haber repudiado su confesor, y que el Monarca en adelante daria\n muchos argumentos de su severidad: que conociesen su buen \u00e1nimo,\n y quisiesen confiarse de \u00e9l, y que, egecutando prontos lo que\n les mandaba, mejorarian su situacion.\n 102. Con los PP. empero usaba de amenazas, y exageraba la\n matanza, ech\u00e1ndoles \u00e1 ellos la culpa; porque siendo as\u00ed, que en\n otras ocasiones conseguian de los indios todas las cosas, ahora\n que tanto interesaba \u00e1 la f\u00e9 \u00f3 palabra real, y \u00e1 sus intereses,\n se estaban remisos en mano sobre mano. Que habia la esperanza de\n conseguir la real clemencia, si persuadian \u00e1 los indios, y los\n PP. mismos en persona viniesen \u00e1 \u00e9l con los caciques y cabildos\n rendidos y humillados: porque si no lo hacian as\u00ed, luego al\n punto habia de egecutar todo lo contrario, vistas y oidas\n las cosas.\n 103. Los Luisistas fueron los primeros que enviaron nuncios con\n cartas para el Capitan general, en las cuales prometian que se\n habian de mudar como les volviesen los cautivos, y les se\u00f1alasen\n tierras \u00e1 prop\u00f3sito, las que en vano antes habian buscado. Los\n Lorenzistas reusaban semejante legacia, pero se sugetaban al\n parecer de uno. Los de Santo Angel ya habian hecho otra\n semejante carta, y enviaron 20 hombres al Monte Grande, h\u00e1cia el\n pueblo de San Javier, \u00e1 disponer el camino. Pero despues se\n perturbaron todas las cosas por la pertinacia y sugestiones de\n los demas pueblos, y porque diez caciques de la Concepcion\n vinieron ac\u00e1 donde estabamos. Hicieron arrepentirse \u00e1 los\n Luisistas de su sumision, y mucho mas el enviado que volvi\u00f3 del\n Gobernador, el que se resinti\u00f3 del semblante demasiadamente\n s\u00e8rio con que fu\u00e9 recibido, y \u00e1 mas de esto, por no haber\n conseguido se les diesen sus cautivos; y mas que todo, porque la\n carta de respuesta no se habia remitido \u00e1 los indios, sino al\n cura, y esta sobradamente seca \u00e9 insipida. \"No es esta la\n respuesta, decian, por la cual se ha de entrar \u00e1 la clemencia\n del Rey. Deb\u00edase omitir que el cura con sus feligreses saliese\n humillado, por estar esto bastantemente insinuado, envano\n esperado, y no haber otro remedio.\" Ofendidos, pues, con estas\n cosas, volvieron \u00e1 la antigua obstinacion, y as\u00ed dispusieron\n nuevas tropas contra el enemigo, en n\u00famero de 400.\n 104. Los Lorenzistas tambien, amedrentados por sus soldados que\n habian vuelto, mudaron de parecer, \u00f3 por mejor decir, lo\n suspendieron. Los de Santo Angel empero, habiendo quitado por\n fuerza las cartas al correo en el paso del Iguy, en donde los\n militares superiores estaban fabricando un fuerte, y pasando\n despues al pueblo, embistieron armados, y pidieron para deponer\n al corregidor, \u00f3 cabeza del cabildo, el que era autor de dichas\n cartas. No obstante se apaciguaron los amotinados, emprendieron\n otra cosa, sino solamente que los que estaban abriendo la selva,\n con amenazas se les mand\u00f3 cesar en el trabajo. Se recogieron\n pues en todas partes nuevas tropas, que se aprontaron despues\n contra el enemigo.\n 105. Entretanto que los indios disponian estas cosas en sus\n pueblos, el enemigo se acerc\u00f3 \u00e1 las \u00e1speras monta\u00f1as, llenas de\n bosques, en aquella parte donde est\u00e1 el camino mas \u00e1rduo, y para\n las carretas, casi imposible. No hall\u00f3 resistencia alguna,\n despues de algunos peque\u00f1os reencuentros de casi ningun momento,\n fuera de uno \u00fa otro. El uno fu\u00e9, que al paso de un monte, en\n donde los indios se habian fortificado con empalizadas, fueron\n desalojados con una numerosa porcion de tiros. El otro, que\n queriendo los enemigos entrar al bosque \u00f3 selva, un indio de \u00e1\n caballo, que era tenido por cobarde entre sus compa\u00f1eros, (era\n Lorenzista) acometi\u00f3 al cuerpo del enemigo, y dej\u00e1ndole este\n entrar corriendo por medio de los escuadrones que se habian\n abierto, y dispar\u00e1ndole todos, volvi\u00f3 \u00e1 los suyos sin lesion.\n Pero, siendo pocos los que debian defender el camino, aunque\n insuperable, ocup\u00f3 el enemigo el Monte Grande, y trepando la\n caballeria, hasta pasar las asperezas de las monta\u00f1a, se mantuvo\n en el desfiladero de la salida, y as\u00ed qued\u00f3 seguro el bosque\n para la infanteria.\n 106. Puesta ya en salvo esta, se empe\u00f1\u00f3 el enemigo en un trabajo\n improbo, de hacer volar con minas los pe\u00f1ascos dur\u00edsimos:\n dividi\u00f3 en piezas las carretas, arrastr\u00f3 las ruedas con tornos,\n y trasport\u00f3 todas las demas cosas en hombros de negros, y de los\n indios cautivos, con el trabajo de un mes, y aun quizas mas. Se\n trabaj\u00f3 tanto, que al tercer dia de Pascua todo el ej\u00e9rcito\n estuvo en el pago, \u00f3 estancia de San Martin. Estando aqu\u00ed el\n enemigo, los Miguelistas le entregaron dos cartas, en las cuales\n les protestaban que ellos de ningun modo habian de ceder sus\n tierras, sino que se habian de resistir todo lo que pudiesen.\n Las recibi\u00f3 con escarnio \u00f3 mofa, y se les respondi\u00f3, que les\n convenia obrar al ejemplo de los de San Luis. Y aunque los\n vecinos de Santa F\u00e9, y los de las demas ciudades decian, que\n ellos marchaban forzados, con todo, ambos generales, espa\u00f1ol y\n portugues, con su presencia urgian el viage.\n 107. Por esta razon, el Domingo despues de Resurreccion,\n movieron los reales, se encaminaron h\u00e1cia los pueblos, y\n llegaron \u00e1 la estancia de San Bernardo, que es del pueblo de\n Santo Angel, al Domingo siguiente, con marcha de una semana,\n siendo en otras ocasiones camino de un dia, y en las cercanias\n de esta estancia los esperaba escondidos y en silencio el\n ej\u00e9rcito de los indios, por consejo de los gentiles Guanoas\n y Minuanes.\n 108. Despues del segundo Domingo, dia 3 de Mayo, como bajasen de\n la estancia de San Bernardo \u00e1 las cabeceras del arroyo llamado\n _Ibabiy\u00fa_, que est\u00e1 \u00e1 la vista de la estancia de San Ignacio, de\n la jurisdiccion de San Miguel, salieron de repente 2,000 indios\n de los escondrijos, en donde se ocultaban, y se estendieron por\n las cumbres de los opuestos collados, y se formaron en media\n luna: los de \u00e1 pi\u00e9 se mantuvieron en las colinas; pero la\n caballeria, capitaneada por los gentiles, \u00e1 toda carrera\n acometi\u00f3 al enemigo. Este, juntando sus carros en c\u00edrculo, form\u00f3\n una fuerte trinchera, y \u00e1 la frente estendi\u00f3 sus escuadrones, y\n porque estaba defendido con artilleria y armas de fuego, la\n vanguardia se empe\u00f1\u00f3 en el combate, manteni\u00e8ndose as\u00ed hasta la\n noche. Mataron algunos espa\u00f1oles, mas no se sabe el n\u00famero:\n porque unos dicen que fueron muchos, otros doce, y otros menos.\n De los indios murieron seis de Santo Angel, un Nicolasista, un\n Miguelista, y no mas.\n 109. Al acabar la noche siguiente, se arrimaron los indios \u00e1 la\n trinchera del enemigo, y si hubieran hecho las cosas con\n silencio, les hubiera salido bien su estratagema: mas como se\n acercasen de repente con griteria, los sinti\u00f3 todo el ej\u00e9rcito:\n entonces despert\u00e1ndose el enemigo, se puso sobre las armas, y\n casi por todo el dia dur\u00f3 la guerrilla, pero sin especial\n ventaja; salvo que los de la Cruz quitaron una tropa de caballos\n al enemigo, habiendo muerto tres de los que la custodiaban: de\n parte de los indios solo muri\u00f3 un gentil.\n 110. El dia 5 de Mayo los indios debian repetir el ataque, mas\n el enemigo en el silencio de la noche, fingiendo retirarse, como\n viese que los indios habian ido \u00e1 ocupar los caminos que tenian\n por la espalda \u00f3 retaguardia, de repente se dirigi\u00f3 h\u00e1cia los\n pueblos y march\u00f3 formado en batalla. Con cuya repentina astucia,\n qued\u00e0ndose perplejos los indios, volaron por los atajos que\n ellos sabian, al paso \u00f3 vado de un riachuelo, llamado\n _Chunieb\u00ed_, el cual no dista del pueblo de San Miguel, sino\n escasamente cinco leguas. Aqu\u00ed fortificaron el vado, y orillas\n del rio con estacadas, y habiendo sacado del pueblo de San\n Miguel dos ca\u00f1ones de hierro, y fabricados \u00e1 toda priesa otros\n cinco de madera dur\u00edsima, (ll\u00e1manla _Tajibo_, y los indios\n _Tay\u00ed_) se apostaron los Miguelistas para defender el referido\n paso. Los demas insensiblemente se volvian \u00e1 sus pueblos\n vecinos, \u00e1 cuidar, como decian, de salvar \u00e1 mugeres, hijos\n \u00e9 hijas.\n 111. El enemigo entretanto estuvo detenido los cuatro dias\n siguientes en el pago \u00f3 estancia, dicha _Ibicu\u00e1_, parte por las\n lluvias, parte por otras razones. Aunque estaba ya tan vecino el\n enemigo, no se podian bastantemente persuadir los indios de\n salvar sus cosas. Finalmente por la ma\u00f1ana se juntaron los\n Miguelistas \u00e1 llevar las alhajas mas preciosas del templo hacia\n el arrojo Piratin\u00ed, \u00e1 una hermita hecha de cespedes, de un\n pueblo antiguo, y con esta ocasion se persuadi\u00f3 lo mismo \u00e1 los\n de San Lorenzo, y despues \u00e0 los Juanistas y Angelotes. Pero con\n flojedad llevaban las dichas cosas, y no \u00e1 mayor distancia que\n la de dos leguas del pueblo.\n 112. El dia 10 de Mayo se acercaron los enemigos al rio: pero\n recibidos con la artilleria que estaba oculta en la selva,\n fueron muertos, segun dicen, 64, incluyendo en este n\u00famero los\n que mataron los gentiles en los reencuentros. No obstante,\n pasaron adelante, retrocediendo los que defendian las orillas\n del riachuelo.\n 113. El dia 11, entrando algunos Nicolasistas con otros soldados\n al pueblo de San Miguel, sacaron toda la gente del sexo y edad\n mas d\u00e9bil, y as\u00ed salieron las mugeres y casi todos los ni\u00f1os,\n que se desparramaron por los campos h\u00e1cia el Piratin\u00ed.\n 114. Dia 12. Habi\u00e9ndose el enemigo acampado en las canteras del\n pueblo, distante casi tres leguas de \u00e9l, y ya \u00e1 la vista, al\n caer de la tarde, los PP. del pueblo de San Miguel se fueron\n huyendo tambien al dicho Piratin\u00ed, no salvando nada del pueblo\n de San Miguel, sino que escondidas ac\u00e1 y acull\u00e1, y enterradas\n las cosas, se fueron. Esto se hizo por falta de bueyes y de\n caballos que llevasen los trastes en carros; porque en estos\n dias, movi\u00e9ndose, como es costumbre, una disencion entre los\n indios, no s\u00e9 porque sospecha, originada de que se hubiesen dado\n caballos \u00e1 un paisano, llamado _Tary_, que se habia pasado \u00e1 los\n enemigos, que aquel los tenia bastantemente gordos, viniendo los\n demas espa\u00f1oles en flacos y exaustos, como los soldados de los\n otros pueblos, quitaron \u00e1 los pobrecitos Miguelistas casi todos\n los caballos y bueyes. De aqu\u00ed naci\u00f3 que, despues de la salida\n de los PP., los soldados de los otros pueblos, especialmente los\n de San Nicolas, los Angelotes y Tomistas, pillaron todos los\n bagages y el bastimento que se habia dejado en el pueblo,\n habiendo hecho pedazos las puertas, y aporreado al portero, se\n llevaron cuanto encontraron: y despues de saqueada la casa de\n los PP., le pegaron fuego: el que, tomando cuerpo en los techos,\n descubri\u00f3 muchas cosas que estaban escondidas en los entablados,\n dejando por presa de los indios lo que no consumia. Tambien\n pegaron fuego al pueblo, pero la gran lluvia que cay\u00f3 esta noche\n apag\u00f3 el incendio, quem\u00e1ndose toda la casa de los PP., mas no la\n iglesia, \u00e1 la que perdonaron las llamas, dud\u00e1ndose si atajado\n por el Santo Patrono San Miguel, \u00f3 por sus altos paredones\n de piedra.\n 115. Entretanto, los PP., con toda la gente del pueblo, pasaron\n la noche muy lluviosa en el campo, sin tiendas. No obstante, las\n trageron al dia siguiente, 13 de Mayo, y en el pueblo,\n habi\u00e9ndose quedado encerradas en su claustro las mugeres, que\n llaman _recogidas_, como viesen las llamas, y sospechasen lo que\n era, golpearon fuertemente las puertas, y al cabo los del lugar\n las soltaron, y los de San Angel las llevaron \u00e1 su pueblo. Los\n moradores de los demas que estaban aqu\u00ed, midiendo ya su mal por\n el ageno, empezaron con mucha actividad \u00e1 poner en salvo las\n cosas del pueblo.\n [Footnote 1: _Ensayo de la historia civil del Paraguay_, etc.,\n tom. III, p\u00e1g. 58.]\n [Footnote 2: Diario de Henis, p\u00e1g. 46.]\n [Footnote 3: El dia 14 de Noviembre de 1754.]\n [Footnote 4: P\u00e0gina 46.]\n [Footnote 5: El Marques de Valdelirios recuerda estos hechos al\n Gobernador D. Pedro de Cevallos, en un largo oficio que lo\n dirigi\u00f3, en Setiembre de 1759, desde San Nicolas: dici\u00e9ndole,\n que, \"segun le aseguraron, no se habia suspendido la obra hasta\n que hubo noticia de la funcion de Caybat\u00e9, y que entonces arroj\u00f3\n los pinceles el Coadjutor que estaba trabajando en ella.\"]\n [Footnote 6: Forma la IV parte de la _\"Coleccion general de las\n providencias hasta aqu\u00ed tomadas por el Gobierno sobre el\n estra\u00f1amiento y ocupacion de temporalidades de los Regulares de\n la Compa\u00f1ia de Jesus, de Espa\u00f1a, Indias, etc._ Madrid, 1767,\n 4to.\" Con este motivo public\u00f3 Iba\u00f1ez por primera vez el texto de\n Henis, con el t\u00edtulo de _Ephemerides belli guaranici, ab anno\n 1754_; con una version al castellano, cuya inexactitud se empe\u00f1\u00f3\n en demostrar el P. Muriel en sus Ap\u00e9ndices \u00e1 la traduccion\n latina de la _Historia del Paraguay_ del P. Charlevoix, que\n public\u00f3 en Venecia en 1779, fol.]\n [Footnote 7: D. Pedro de Cevallos atac\u00f3 dos veces la Colonia: la\n primera en 1762 siendo Gobernador de Buenos Aires; y la segunda,\n que asegur\u00f3 definitivamente \u00e1 Espa\u00f1a la posesion de esta plaza,\n [Footnote 8: En la guerra de 1802 entre Espa\u00f1a y Portugal, esta\n \u00faltima potencia se apoder\u00f3 de los siete pueblos, situados en la\n m\u00e1rgen izquierda del Uruguay.]", "source_dataset": "gutenberg", "source_dataset_detailed": "gutenberg - Diario hist\u00f3rico de la rebelion y guerra de los pueblos Guaranis situados en la costa oriental del Rio Uruguay, del a\u00f1o de 1754\n"}, {"created_timestamp": "01-01-1741", "downloaded_timestamp": "10-18-2021", "url": "https://founders.archives.gov/API/docdata/Franklin/01-02-02-0066", "content": "Title: Poor Richard, 1741\nFrom: Franklin, Benjamin\nTo: \nOf the Eclipses, 1741.\nThis Year there will be but two Eclipses, and those will be of the Sun, the first will happen June the Second Day: The other, November the 27th: Neither of which will be seen in these Parts of the World: But to the present Inhabitants of Cuba, and other Spanish Settlements in the West-Indies, these are like to appear very great Eclipses.\nXI Mon. January hath xxxi days.\nYour homely Face, Flippanta, your disguise,\nWith Patches, numerous as Argus\u2019 Eyes:\nI own that Patching\u2019s requisite for you;\nFor more we\u2019re pleas\u2019d, if less your Face we view:\nYet I advise, if my Advice you\u2019d ask,\nWear but one Patch;\u2014but be that Patch a Mask.\nEnjoy the present hour, be mindful of the past;\nAnd neither fear nor wish the Approaches of the last.\n Learn of the skilful: He that teaches himself, hath a fool for his master.\nXII Mon. February hath xxviii days.\nThe cringing Train of Pow\u2019r, survey;\nWhat Creatures are so low as they!\nWith what obsequiousness they bend!\nTo what vile actions condescend!\nTheir Rise is on their Meanness built,\nAnd Flatt\u2019ry is their smallest Guilt.\nBest is the Tongue that feels the rein;\nHe that talks much, must talk in vain;\nWe from the wordy Torrent fly:\nWho listens to the chattering Pye?\n Think Cato sees thee.\n No Wood without Bark.\nI Mon. March hath xxxi days.\nEnrag\u2019d was Buckram, when his Wife he beat,\nThat she\u2019d so often lousy Knave, repeat.\nAt length he seiz\u2019d and drag\u2019d her to the Well,\nI\u2019ll cool thy Tongue, or I\u2019ll thy Courage quell.\nDucking, thy Case, poor Buckram, little mends;\nShe had her Lesson at her Fingers Ends.\nSows\u2019d over head, her Arms she raises high;\nAnd cracking Nails the Want of Tongue supply.\nMonkeys warm with envious spite,\nTheir most obliging Friends will bite;\nAnd, fond to copy human Ways,\nPractise new Mischiefs all their days.\n Joke went out, and brought home his fellow, and they two began a quarrel.\nII Mon. April hath xxx days.\nRash Mortals, e\u2019er you take a Wife,\nContrive your Pile to last for Life:\nOn Sense and Worth your Passion found,\nBy Decency cemented round;\nLet Prudence with Good-Nature strive\nTo keep Esteem and Love alive;\nThen, come old Age when e\u2019er it will,\nYour Friendship shall continue still.\n Let thy discontents be thy Secrets; if the world knows them, \u2019twill despise thee and increase them.\nE\u2019er you remark another\u2019s Sin,\nBid your own Conscience look within.\n Anger and Folly walk cheek by jole; Repentance treads on both their Heels.\nIII Mon. May hath xxxi days.\nFair Decency, celestial Maid,\nDescend from Heav\u2019n to Beauty\u2019s Aid:\nTho\u2019 Beauty may beget Desire,\n\u2019Tis thou must fan the Lover\u2019s Fire:\nFor, Beauty, like supreme Dominion,\nIs best supported by Opinion:\nIf Decency bring no Supplies,\nOpinion falls and Beauty dies.\n Turn Turk, Tim, and renounce thy Faith in Words as well as Actions: Is it worse to follow Mahomet than the Devil?\n Don\u2019t overload Gratitude; if you do, she\u2019ll kick.\n Be always asham\u2019d to catch thy self idle.\nIV Mon. June hath xxx days.\nWhen painful Colin in his Grave was laid,\nHis mournful Wife this Lamentation made;\nI\u2019ve lost, alas! (poor Wretch, what must I do?)\nThe best of Friends, and best of Husbands too.\nThus of all Joy and Happiness bereft;\nAnd with the Charge of ten poor Children left;\nA greater Grief no Woman sure can know.\nWho (with ten Children)\u2014who will have me now?\nWhere yet was ever found the Mother,\nWho\u2019d change her booby for another?\n At 20 years of age the Will reigns; at 30 the Wit; at 40 the Judgment.\n Christianity commands us to pass by Injuries; Policy, to let them pass by us.\nV Mon. July hath xxxi days.\nNature expects Mankind should share\nThe Duties of the publick Care.\nWho\u2019s born for Sloth? To some we find\nThe Plough-share\u2019s annual Toil assign\u2019d;\nSome at the sounding Anvil glow;\nSome the swift sliding Shuttle throw;\nSome, studious of the Wind and Tide,\nFrom Pole to Pole our Commerce guide.\n Lying rides upon Debt\u2019s back.\n They who have nothing to be troubled at, will be troubled at nothing.\nWife, from thy Spouse each blemish hide\nMore than from all the World beside:\nLet Decency be all thy Pride.\nVI Mon. August hath xxxi days.\nSome (taught by Industry) impart\nWith Hands and Feet the Works of Art;\nWhile some, of Genius more refin\u2019d,\nWith Head and Tongue assist Mankind:\nEach aiming at one common End\nProves to the whole a needful Friend.\nThus, born each other\u2019s useful Aid,\nBy Turns are Obligations paid.\n Nick\u2019s Passions grow fat and hearty; his Understanding looks consumptive!\nIf evils come not, then our fears are vain:\nAnd if they do, Fear but augments the pain.\n If you would keep your Secret from an enemy, tell it not to a friend.\n Rob not for burnt offerings.\nVII Mon. September hath xxx days.\nThe Monarch, when his Table\u2019s spread,\nTo th\u2019 Farmer is oblig\u2019d for Bread;\nAnd when in all his Glory drest,\nOwes to the Loom his royal Vest:\nDo not the Mason\u2019s Toil and Care\nProtect him from th\u2019 inclement Air?\nDoes not the Cutler\u2019s Art supply\nThe Ornament that guards his Thigh?\nBess brags she \u2019as Beauty, and can prove the same;\nAs how? why thus, Sir, \u2019tis her puppy\u2019s name.\n Up, Sluggard, and waste not life; in the grave will be sleeping enough.\n Well done, is twice done.\n Clearly spoken, Mr. Fog! You explain English by Greek.\nVIII Mon. October hath xxxi days.\nAll these, in Duty, to the Throne\nTheir common Obligations own.\n\u2019Tis he (his own and People\u2019s Cause)\nProtects their Properties and Laws:\nThus they their honest Toil employ,\nAnd with Content the Fruits enjoy\nIn every Rank, or great or small,\n\u2019Tis Industry supports us all.\nFormio bewails his Sins with the same heart,\nAs Friends do Friends when they\u2019re about to part.\nBelieve it Formio will not entertain,\nOne chearful Thought till they do meet again.\n Honours change Manners.\nIX Mon. November hath xxx days.\nSyl. dreamt that bury\u2019d in his fellow Clay,\nClose by a common Beggar\u2019s Side he lay:\nAnd, as so mean a Neighbour shock\u2019d his Pride\nThus, like a Corpse of consequence, he cry\u2019d:\nScoundrel, begone; and henceforth touch me not:\nMore manners learn; and, at a distance, rot.\nHow! Scoundrel! in a haughtier Tone cry\u2019d he;\nProud Lump of Dirt, I scorn thy Words and thee;\nHere all are equal; now thy Case is mine;\nThis is my Rotting Place, and that is thine.\nJack eating rotten cheese, did say,\nLike Sampson I my thousands slay;\nI vow, quoth Roger, so you do,\nAnd with the self-same weapon too.\n There are no fools so troublesome as those that have wit.\nQuarrels never could last long,\nIf on one side only lay the wrong.\nX Mon. December hath xxxi days.\n On a Bee, stifled in Honey.\nFrom Flow\u2019r to Flow\u2019r, with eager Pains,\nSee the poor busy Lab\u2019rer fly!\nWhen all that from her Toil she gains\nIs, in the Sweets she hoards, to die.\n\u2019Tis thus, would Man the Truth believe,\nWith Life\u2019s soft Sweets, each fav\u2019rite Joy:\nIf we taste wisely, they relieve;\nBut if we plunge too deep, destroy.\n Let no Pleasure tempt thee, no Profit allure thee, no Ambition corrupt thee, no Example sway thee, no Persuasion move thee, to do any thing which thou knowest to be Evil; So shalt thou always live jollily: for a good Conscience is a continual Christmass. Adieu.\n Courts.\nHe that by Injury is griev\u2019d,\nAnd goes to Law to be reliev\u2019d,\nIs sillier than a sottish Chouse,\nWho when a Thief has robb\u2019d his House,\nApplies himself to cunning Men\nTo help him to his Goods again:\nWhen, all he can expect to gain,\nIs but to squander more in vain.\nFor Lawyers, lest the Bear Defendant,\nAnd Plaintiff Dog should make an End on\u2019t,\nDo stave and tail with Writs of Error,\nReverse of Judgment and Demurrer,\nTo let them breath a while, and then\nCry Whoop, and set them on again:\nUntil, with subtil cobweb Cheats,\nThey\u2019re catch\u2019d in knotted Law, like Nets,\nIn which, when once they are embrangl\u2019d,\nThe more they stir the more they\u2019re tangl\u2019d:\nFor while their Purses can dispute,\nThere\u2019s no End of th\u2019 immortal Suit.Hud.\n Many Persons being at a Loss to know the Plant which is the true Indian Physick, I thought it not amiss to give the Publick a distinct and plain Account of it.\n The Root hath the Appearance of the true Ipecacuana, Branching from the Centre every Way near the Top of the Ground, or about two or three Inches deep, from which riseth one Stalk, finely chaneled with redish Lines; from the Sides of which grow alternately, about the Distance of two Inches, from near the Bottom to the Top, three distinct Leaves, two Inches long, and near an Inch broad, finely toothed round the Edges, and pointed at the Ends, but joined near the Stalk; out of the Bosom of which ariseth Branches of every Side the Stalk, which are in large Plants again divided into several Branches, and three Leaves joined together accompany the Beginning of every Branch, both which diminish the nearer they are to the Top; where there is commonly, set upon Foot-Stalks half an Inch long, three white Flowers, consisting of five Leaves to each Flower: The Plant groweth from two Foot to four Foot high, in hilly Ground; in these Northern Provinces the whole Plant is bitter in Taste. This is the true Indian Physick mentioned in that valuable little Book entituled, Every Man his own Doctor, written by a learned Gentleman in Virginia, whom I had a Letter of Recommendation unto from London: I enquired of him, particularly, concerning the Ipecacuana mentioned in his Book, and he shewed me a large Quantity of it, which was gathered for his own Practice: He told me, that less than Sixty Grains was not a full Dose for a Man. This I mention because many in Pensilvania and Maryland use a Species of the Spurges, which yieldeth Milk when broken, and is a violent Medicine, instead of this which the Gentleman designed.\nJohn Bertram\nIn January next will be published,(To be continued Monthly)\n The General Magazine, and Historical Chronicle, For all the British Plantations in America:\nContaining,\nI.\nExtracts from the Votes, and Debates of the Parliament of Great Britain.\nII.\nThe Proclamations and Speeches of Governors; Addresses, Votes, Resolutions, &c. of Assemblies, in each Colony.\nIII.\nAccounts of, and Extracts from, all new Books, Pamphlets, &c. published in the Plantations.\nIV.\nEssays, controversial, humorous, philosophical, religious, moral or political.\nV.\nSelect Pieces of Poetry.\nVI.\nA concise Chronicle of the most remarkable Transactions, as well in Europe as America.\nVII.\nBirths, Marriages, Deaths, and Promotions, of eminent Persons in the several Colonies.\nVIII.\nCourse of Exchange between the several Colonies, and London; Prices of Goods, &c.\nThis Magazine, in Imitation of those in England, was long since projected; a Correspondence is settled with intelligent Men in most of the Colonies, and small Types are procured, for carrying it on in the best Manner. We shall endeavour, by executing our Plan with Care, Diligence and Impartiality; and by Printing the Work neatly and correctly, to deserve the Favour of the Publick: But we desire no Subscriptions: We shall publish the Books at our own Expence, and risque the Sale of them; which Method, we suppose, will be most agreeable to our Readers, as they will then be at Liberty to buy only what they like, and we shall be under a constant Necessity of endeavouring to make every particular Pamphlet worth their Money. Each Magazine shall contain four Sheets, of common sized Paper, in a small Character: Price Six Pence Sterling, or Nine Pence Pennsylvania Money; with considerable Allowance to Chapmen who take Quantities. To be printed and sold by B. Franklin in Philadelphia.", "culture": "English", "source_dataset": "Pile_of_Law", "source_dataset_detailed": "Pile_of_Law_founding_docs", "source_dataset_detailed_explanation": "Letters from U.S. founders.", "creation_year": 1741}, {"created_timestamp": "01-01-1741", "downloaded_timestamp": "10-18-2021", "url": "https://founders.archives.gov/API/docdata/Franklin/01-02-02-0067", "content": "Title: Introduction to The New-Year\u2019s Gift, 1741\nFrom: Franklin, Benjamin,Saunders, Richard\nTo: \nFranklin printed three almanacs for 1741 in addition to Poor Richard\u2019s and John Jerman\u2019s. One was a single sheet, another was A Pocket Almanack ... Fitted to the Use of Pennsylvania, and the neighbouring Provinces, and the third was The New-Year\u2019s Gift. A miniature about three inches by one and printed, like some of the pocket almanacs, in red and black, The New-Year\u2019s Gift contained much of the essential data of the larger pocket almanacs, as well as a characteristic introduction by the famous philomath Richard Saunders.\nCourteous Reader,\nThou hast here an Almanack so small, as that it may be carried conveniently in a Corner of thy Pocket-Book, and yet contains many useful Things, viz. All the Days observ\u2019d by the Church, Lunations, Moon\u2019s Place, Sun, Moon and Seven Stars Rising and Setting, Length of Days, Eclipses, Fairs, Courts, Births of the Royal Family, &c. The Days of the Month are set down, but the Week Days I tho\u2019t needless; the Weeks being separated by black Lines, and the Days of the Week easily discern\u2019d thereby. It needs little Explanation: \u2609 rise 7 16. signifies, The Sun rises 16 minutes after 7. the like of the Moon and Seven Stars. Day inc. 20 m. signifies, the Days are increas\u2019d in length 20 minutes; Day 9 35, means, the Days are 9 hours 35 minutes long, &c. To oblige thee the more, I have omitted all the bad Weather, being Thy Friend\nR. S.", "culture": "English", "source_dataset": "Pile_of_Law", "source_dataset_detailed": "Pile_of_Law_founding_docs", "source_dataset_detailed_explanation": "Letters from U.S. founders.", "creation_year": 1741}, {"created_timestamp": "02-16-1741", "downloaded_timestamp": "10-18-2021", "url": "https://founders.archives.gov/API/docdata/Franklin/01-02-02-0068", "content": "Title: Advertisement in the General Magazine, [16 February 1741]\nFrom: Franklin, Benjamin\nTo: \nAfter the first announcements in November, Franklin and Bradford both hurried to get their magazines into print, each promising in his paper of February 5 that his would be published \u201cnext Week.\u201d As it fell out, Bradford\u2019s American Magazine won the race, coming off the press on February 13. Franklin\u2019s General Magazine followed on February 16. It carried an \u201cAdvertisement\u201d from the publisher.\n[February 16, 1741]\nAdvertisement.\nNo Care shall be wanting, or Expence spared, to procure the best Materials for the Work, and make it as entertaining and useful as possible. The Character will generally be small, for the sake of comprising much in little Room, but it shall be good, and fairly printed.", "culture": "English", "source_dataset": "Pile_of_Law", "source_dataset_detailed": "Pile_of_Law_founding_docs", "source_dataset_detailed_explanation": "Letters from U.S. founders.", "creation_year": 1741}, {"created_timestamp": "02-16-1741", "downloaded_timestamp": "10-18-2021", "url": "https://founders.archives.gov/API/docdata/Franklin/01-02-02-0069", "content": "Title: An Account of the Export of Provisions from Philadelphia, [16 February 1741]\nFrom: Franklin, Benjamin\nTo: \nEighteenth-century periodicals contained almost nothing original, and the General Magazine was no exception. The printer extracted news from American and English papers, essays from London journals, and laws, proclamations, treaties, debates, and other documents from the proceedings of Parliament and the colonial assemblies. He included verses and excerpts from new books. These selections were, of course, made with reference to the interests of American readers. Accordingly Franklin printed extensive extracts from Robert Beverley\u2019s History and Present State of Virginia, an account of the colony of Georgia, the manual of arms and infantry evolutions, and many letters about George Whitefield\u2019s doctrine and preaching. There were several pieces on colonial economy, such as the plan of a New England manufactory and an interesting analysis of how a loan office would operate. The first number contained statistics on the provisions exported from Philadelphia in 1740, with a comment which, because of its argument and style, the editors believe to have been written by Franklin. The idea of the colonies\u2019 value to the mother country, set forth in the concluding sentences, appears in some of his writings during the controversy with Great Britain.\n[February 16, 1741]\nAn Account of the Export of Provisions from the Port of Philadelphia, in Pennsilvania, betwixt the 25th of December 1739, and the 25th of December 1740.\nWheat, 314, 570 and half, Bushels.\nBread, 49 and half, Tons; 7,980 Tierces, 9,573 Barrels, 885 half Barrels, 881 quarter Barrels, and 9 Cags.\nFlour, 100 Tierces, 53,970 Barrels, 147 half Barrels.\nBarley, 40 Bushels.\nIndian Corn, 418 Tierces, 298 Barrels, 126,418 Bushels.\nRye, 17 Barrels, and 1574 Bushels.\nPork, 7 Tierces, 2978 Barrels, 137 half Barrels, 16 Cags.\nBacon, 10 Hogsheads, 218 Tierces, 258 Barrels, 1 Hamper, 5 Boxes, and 700 lb.\nBeef, 313 Barrels, 75 half Barrels, 6 quarter Barrels.\nBeer, 497 Barrels, 26 half Barrels, 1 Hogshead.\nButter, 1 Tub, 1 Barrel, 371 Firkins, 207 Cags, 1 Box, 4 Pots, and 400 lb.\nFish, 1 Hogshead, 594 Barrels.\nCyder, 2 Hogsheads, 26 Barrels.\nApples, 1 Hogshead, 17 Barrels, 4 Half-Barrels, 2 Cags.\nDry\u2019d Tongues, 1 Barrel, 2 Boxes, 1 Cag.\nPotatoes, 2 Barrels.\nHickery Nutts, 3 Barrels.\nPickled Sturgeon, 15 Cags.\nPease, 27 Barrels.\nBeans, 4 Barrels.\nCheese, 1 Tierce, 102 single Cheeses, and 3,300 lb.\nHogs Lard, 28 Barrels, 42 half Barrels, 13 quarter Barrels, 46 Cags.\nSage, 1 Chest.\nOats, 4 Hogsheads, 3 Tierces, 370 Bushels.\nOnions, 50 Barrels, 730 Bundles, 221 Strings.\nThe above Account is a Proof of the Fertility of this Province, and of the great Plenty wherewith God has bless\u2019d the Industry of the Inhabitants; who in a few Years have made a Garden of a Wilderness, and, besides living well themselves, have so much Food to spare to other Countries. By means of this and the neighbouring Provision Colonies, the British Fleet and Forces in the West-Indies are at this Time supplied with Provisions at a moderate Price, while the Enemy is starving in Want; which shows that these Colonies give Great Britain a considerable Advantage over its Enemies in an American War, and will no doubt be an additional Inducement to our Mother Country to continue us its Protection.", "culture": "English", "source_dataset": "Pile_of_Law", "source_dataset_detailed": "Pile_of_Law_founding_docs", "source_dataset_detailed_explanation": "Letters from U.S. founders.", "creation_year": 1741}, {"created_timestamp": "02-26-1741", "downloaded_timestamp": "10-18-2021", "url": "https://founders.archives.gov/API/docdata/Franklin/01-02-02-0070", "content": "Title: Teague\u2019s Advertisement, 26 February 1741\nFrom: Franklin, Benjamin\nTo: \nBradford promised in the Mercury, February 19, that each number of his American Magazine would \u201ccontain something more than four Sheets, or an Equivalent to four of such Paper, as the American Mercury is printed on; so that there will be not less than fifty two Sheets published in one Year, which will comprehend double the Quantity of Matter (not reckoning the Advertisements) contained in a common News Paper during a like Course of Time. Price single, one Shilling; to Subscribers twelve Shillings per ann. Pennsylvania Currency. It seems unnecessary to add that every Body will be at Liberty as being a Thing of Course, to withdraw his Subscription when he pleases. As the principal Part of this Magazine is not a Transcript from printed Copy, but is a Work that requires a continual Study and Application, it cannot be afforded for less Money than is mentioned. But whether it be therefore worth that Money, the Reader only has the Right to judge. The News will be inserted in the next, which was omitted this Time, as not being thought proper to repeat, what had been so often told over in other publick Papers. Care is also promised for the Buyer\u2019s Sake, as well as from a Regard to the Reputation of the Country, to avoid reprinting any of the Rubbish or Sweepings of Printing-Houses.\u201d\nHaving failed to deter Bradford by charging him with stealing the idea of a magazine and having lost out in the race to publish first, Franklin now tried ridicule, casting Bradford\u2019s address to the public into dialect verse.\nTo the Printer of the Pennsylvania Gazette.\nYour Adversary has always been shy of us his Country-Folks, and affected to be thought of some other Nation; but the Constraint with which he appears to write, in Shoes, and the great Brogue on his Pen at other Times, demonstrates him indisputably to be a Teague. I think Nonsense in Prose is not quite so agreeable as in Verse, and therefore, in respect to my Countryman, notwithstanding his want of national Affection, I have turn\u2019d his last Performance\n See the American Weekly Mercury, Feb. 19.\n into Metre: The Reader, I hope, will excuse the want of Smoothness in my Verses, the Pegasus I ride being a hobbling Jade and a Trotter. I am your Servant,\nShelah\nTeague\u2019s Advertisement.\nArra Joy! My montly Macasheen shall contain Sheets four,\nOr an Equivalent, which is someting more;\nSo dat twelve Times four shall make fifty two,\nWhich is twice as much as fifty two Newsh-Papers do:\nPrishe shingle One Shilling: But shubscribe for a Year,\nYou shall have it sheaper,\n The Word cheaper, I own, is not express\u2019d in the Original; but it must have been intended to be understood; otherwise, what Encouragement is there to take by the Year, or where is the Inducement to subscribe?\n at de shame Prishe, Honey dear:\nAnd if you will but shubscribe to take it de Year out,\nYou may leave off when you pleashe, before, no doubt.\n\u2019Tis true, my Book is dear; but de Reashon is plain,\nThe best Parts of it ish de Work of my own Brain:\nHow can odher Men\u2019s Writings be wort so much!\nArra! if you tink so, you\u2019re no vhery good Shudge.\nDe Newsh which I left out, becaush it was old,\nAnd had been in odher Papers so often told,\nI shall put into my nexsht (do \u2019tis shince told onesh more)\nBecaush \u2019twill be newer dan it wash before.\nFor de dear Buyer\u2019s Shake, and de Land\u2019s Reputaish\u2019\nNo Shweepings, but dose of my own Shcull shall have plaish;\n And dose, you must tink, will be vhery fine:\n For do dis Advertisement my Printer does Shign,\n To tell you de Trute, de Shense is all mine.\nSignedA. Bradford", "culture": "English", "source_dataset": "Pile_of_Law", "source_dataset_detailed": "Pile_of_Law_founding_docs", "source_dataset_detailed_explanation": "Letters from U.S. founders.", "creation_year": 1741}, {"created_timestamp": "05-06-1741", "downloaded_timestamp": "10-18-2021", "url": "https://founders.archives.gov/API/docdata/Franklin/01-02-02-0071", "content": "Title: To Benjamin Franklin from James Logan, 6 May 1741\nFrom: Logan, James\nTo: Franklin, Benjamin\nMy Good friend B. Franklin,\nStenton May 6. 1741\nI return thee all thy Books with my hearty thanks for thy trouble in favouring me with a sight of them, and am highly pleased there are any in the Province who are so fond of such studies, and at the same time so well furnish\u2019d with Cash as to take them all together in their present Condition at those prices. But as I have some knowledge of the unhappy young man that most (not all) of them belonged to, I am sorry he should strain so far as to say the Homer Cost him 4 Moydores. For one of the same, most exquisitely bound was offer\u2019d to me the same year they were printed (1711) for less than one, and I never heard they were much started. I have one of the same Edition of the Herodotus, perfect with all it\u2019s maps of which this has not one that was bought of Chr. Bateman for 14 shillings for Wm. Masters, but this has been bound at least a 2d time and only in sheeps skin after it had been grossly abused &c. I therefore advise thee by all means to accept the offer tho\u2019 with some considerable abatement, but I would willingly know who the Possessor is to be of the Ovid, for I want the use of the 3d vol for about a week at most. I hope notwithstanding it suits us not to deal at present, Thou wilt still continue thy resolution to favour us with a visit. Thy real friend\nJames Logan\nCast: Test: 4s. Bats Gramr 10s. Dionys 8s. Pomey 7s. 6d. Mart. in U.D. 12s. Ovid 2 (of 3) vol. 30s. Quintil: Lond: 7s. 6d. Barnes Hom: 6s.[?]. Herod: 30s. Tully 40s. Brown of the Muscles 30s. Vossii Hist: Lat: and Gr: 15s. Epigr: Delectus 4s. Juvenal in U.D. 8s. Heb. Bible Athiae 1661 25s. Zosimus.", "culture": "English", "source_dataset": "Pile_of_Law", "source_dataset_detailed": "Pile_of_Law_founding_docs", "source_dataset_detailed_explanation": "Letters from U.S. founders.", "creation_year": 1741}, {"created_timestamp": "07-13-1741", "downloaded_timestamp": "10-18-2021", "url": "https://founders.archives.gov/API/docdata/Franklin/01-02-02-0072", "content": "Title: A Short Account of the Library, [13 July 1741]\nFrom: Franklin, Benjamin\nTo: \nThe Directors of the Library Company in 1741 instructed Franklin to print a catalogue of their collection. On July 13 he read them \u201ca Paper containing a Brief Account of the Library, which he said he wrote to fill up a Blank that happens to be at the End of the Catalogue he is printing; of which he desired the Opinion of the other Directors present, and they approved of his Design.\u201d This Franklin composition was first identified by Edwin Wolf, 2nd, in the \u201cBibliographical Note\u201d to a facsimile edition of the 1741 Catalogue, Philadelphia, 1956.\nA short Account of the Library.\nThe Library-Company was form\u2019d in 1731, by Constitutions or Articles entred into by 50 Persons, each obliging himself to pay 40s. for purchasing the first Parcel of Books, and 10s. per annum to defray Charges and encrease the Library.\nTen Directors or Managers of the Library, and a Treasurer, are chosen yearly by Vote, at a General Meeting of the Company.\nThe Number of Members are now encreased to upwards of 70. Persons enclining to be admitted, apply to any one of the Directors, who nominates them at the next monthly Meeting of Directors; and being allowed, and paying to the Treasurer the Value of a Share at the Time, and signing the Articles, they become Members.\nAny Member may borrow a Book for 2, 3, or 4 Weeks, leaving his Note for double Value, and paying a small Penalty if \u2019tis not return\u2019d at the Time agreed; which Penalties are applied to defraying Charges, or purchasing more Books.\nEvery Member has an absolute Property in his Share; may devise it in his Will, or dispose of it when he pleases to any Person the Directors approve. And Shares so sold have always hitherto yielded as much as they had cost. As Shares encrease yearly in Value 10s. so much being yearly added by each Subscriber to the Stock of Books, a Share which at first was worth but 40s. is now valued at \u00a36 10s. But for this small Sum, which, laid out in Books, would go but a little Way, every Member has the Use of a Library now worth upwards of \u00a3500, whereby Knowledge is in this City render\u2019d more cheap and easy to be come at, to the great Pleasure and Advantage of the studious Part of the Inhabitants.\nThose who are not Subscribers may notwithstanding borrow Books, leaving in the Hands of the Librarian, as a Pledge, a Sum of Money proportion\u2019d to the Value of the Book borrow\u2019d, and paying a small Acknowledgment for the Reading, which is apply\u2019d to the Use of the Library.\nThe Library is open and Attendance given every Saturday Afternoon from 4 a Clock \u2019til 8.\nBesides the Books in this Catalogue given to the Library, the Company have been favour\u2019d with several generous Donations; as, a curious Air-Pump, with its Apparatus, a large double Microscope, and other valuable Instruments, from the Hon. John Penn, Esq; A handsome Lot of Ground whereon to build a House for the Library, from the Hon. Thomas Penn, Esq; Proprietaries of the Province; and the Sum of \u00a334 Sterl. (to be laid out in Books) from Dr. Sydserfe, late of Antigua.\nAt present the Books are deposited in the West Wing of the State-House, by Favour of the General Assembly.\nIt is now Ten Years since the Company was first established; and we have the Pleasure of observing, That tho\u2019 \u2019tis compos\u2019d of so many Persons of different Sects, Parties and Ways of Thinking, yet no Differences relating to the Affairs of the Library, have arisen among us; but every Thing has been conducted with great Harmony, and to general Satisfaction. Which happy Circumstance will, we hope, always continue.\nNote, A Copy of the Articles or Constitutions is left in the Library, for the Perusal of all that desire to be more fully informed.", "culture": "English", "source_dataset": "Pile_of_Law", "source_dataset_detailed": "Pile_of_Law_founding_docs", "source_dataset_detailed_explanation": "Letters from U.S. founders.", "creation_year": 1741}, {"created_timestamp": "07-31-1741", "downloaded_timestamp": "10-18-2021", "url": "https://founders.archives.gov/API/docdata/Franklin/01-02-02-0073", "content": "Title: To Benjamin Franklin from William Coats: Deed, 31 July 1741\nFrom: Coats, William\nTo: Franklin, Benjamin\nABSTRACT: William Coats (spelled here \u201cCoates\u201d) of the Northern Liberties of Philadelphia, brickmaker, grants to Benjamin Franklin an irregularly shaped lot in the Northern Liberties (now in Franklin\u2019s possession by virtue of a bargain and sale to him, dated the day before), which lot was formerly in the possession of Thomas Todd. The property is described as follows: beginning at a corner of land lately granted to Valentine Standley, extending by the same north 38 degrees east, 24.6 perches to a post; thence by the same and Coats\u2019s meadow north 33\u00bd degrees east, 16 perches to a post; thence by the said meadow south 74 degrees east, 9 perches to a post; thence by land lately granted to William Maugridge south 58\u00bd degrees west, 42 perches to a post; thence by a 40-ft. lane or road intended to be laid out, south 64 degrees west, 13 perches to the place of beginning; containing 2 acres 90 perches. Also granted is free access with horses, carts, wagons, etc. along the lane and all rights and appurtenances belonging to the lot. Franklin is to pay Coats \u00a33 4s. rent on August 2 annually with a right to Coats of entry, distraint, and repossession in case of default. Franklin shall not dig clay for brickmaking nor sink saw pits without the grantor\u2019s consent. Coats warrants a clear title. Signed by William Coats; witnessed by Wm. Maugridge, Robert Greenway, the latter of whom appeared, February 15, 1757, before Chas. Brockden, justice of the peace, and swore to having seen Coats seal and deliver the indenture and that his own signature as witness was in his handwriting. Two notes in the margin cite decrees of extinguishment recorded \u201cNov. 14/07\u201d and \u201cFeb. 25\u201309\u201d respectively.", "culture": "English", "source_dataset": "Pile_of_Law", "source_dataset_detailed": "Pile_of_Law_founding_docs", "source_dataset_detailed_explanation": "Letters from U.S. founders.", "creation_year": 1741}, {"created_timestamp": "08-01-1741", "downloaded_timestamp": "10-18-2021", "url": "https://founders.archives.gov/API/docdata/Franklin/01-02-02-0074", "content": "Title: To Benjamin Franklin from Christopher and Mary Thompson: Deed, 1 August 1741\nFrom: Thompson, Christopher,Thompson, Mary\nTo: Franklin, Benjamin\nAugust 1, 1741\nAbstract: Christopher Thompson of Philadelphia, bricklayer, and Mary his wife grant to Benjamin Franklin a lot in Philadelphia (now in Franklin\u2019s possession by virtue of a bargain and sale, dated the day before), 22 ft. in breadth east and west and 140 ft. in length north and south, bounded north by Apple Tree Alley, west by other land of Thompson at about 62 ft. distance from Fifth Street, south by Mulberry (Arch) Street, and east by other land of Thompson, with all buildings, improvements, and appurtenances. This lot is part of a piece of land 149.5 ft. in breadth on Mulberry Street by 306 ft. in length northward therefrom, which William Penn\u2019s commissioners patented to John Willis, August 14, 1705, with 3s. quitrent. John Willis and Esther his wife granted the whole to Joan Forrest, widow, in fee on November 22, 1716, and the latter granted it to Thompson in fee on July 17, 1720. Franklin is to pay a proportionable share of the proprietary quitrent and is to pay Thompson \u00a33 17s., lawful money of Pennsylvania, rent on March 21 annually, with a right to Thompson of entry, distraint, and repossession in case of default. Thompson covenants Franklin\u2019s possession if the rents are paid as stipulated. Signed by Christopher Thompson and (by her mark) Mary Thompson; witnessed by John Knight and Joseph Breintnall. Acknowledged by Thompson before Chas. Brockden, justice of the peace, February 14, 1757. Recorded, February 16, 1757.", "culture": "English", "source_dataset": "Pile_of_Law", "source_dataset_detailed": "Pile_of_Law_founding_docs", "source_dataset_detailed_explanation": "Letters from U.S. founders.", "creation_year": 1741}, {"created_timestamp": "08-03-1741", "downloaded_timestamp": "10-18-2021", "url": "https://founders.archives.gov/API/docdata/Franklin/01-02-02-0075", "content": "Title: Directors of Library Company to John Penn, 3 August 1741\nFrom: Directors of Library Company\nTo: Penn, John\nSir,\nPhilada. Aug: 3d. 1741\nYour Present to the Library Company of a curious Microscope and Camera Obscura is received. This fresh Instance of your Generosity and Regard gives the Company a sensible Pleasure; and in their Name and Behalf we return you most hearty Thanks. We hope those Gentlemen who so generously countenanced our Undertaking may never have Occasion to think their Benefactions misplaced, but that they may perceive Learning, Virtue and Politeness advance daily under their Influence; which we are assured, will be more pleasing to them, than the most studied and elaborate Compliments.\nWe are, Sir, Your most obliged humble Servants &c.", "culture": "English", "source_dataset": "Pile_of_Law", "source_dataset_detailed": "Pile_of_Law_founding_docs", "source_dataset_detailed_explanation": "Letters from U.S. founders.", "creation_year": 1741}, {"created_timestamp": "08-10-1741", "downloaded_timestamp": "10-18-2021", "url": "https://founders.archives.gov/API/docdata/Franklin/01-02-02-0076", "content": "Title: To Benjamin Franklin from Thomas Hancock, 10 August 1741\nFrom: Hancock, Thomas\nTo: Franklin, Benjamin\nMr. Benja. Franklin\nSir\nBoston Augt. 10th. 1741\nInclosed you have Coppys of Seven note of hand from Sundry Persons who have Since Run away in my Debt, and I am Told are Gon Towards Philadelphia the Jerseys and Penciliania. I have therefore Taken the Freedom per this Opportunity to ask the Favor of you to make Inquiery after the within named Gentry, and if to be found pray Secure them, or Oblige \u2019em to pay the money. In Case you meet with any and find it necessary to have the original notes of hand write to me and they Shall be Sent you. As you are in the Post office I Thought you would be the most likely to hear off or meet with Some of them. Intreat you to pursue Such measures as you think may be necessary in finding them, and for your Trouble (if you will be So Kind as to undertake for me) I oblige myself to allow you one Quarter part of whatever Sum you obtain for me of the Inclosed notes. You\u2019l please to write me if any Success, being the needfull Concludes Sir your very humble Servant\nT H\n[On reverse:]\nJames Question is an old man much pock broken.\nThos. Thompson is a tall young man, about 21 years.\nWillm. Houston an old man of the Kingdom of I[relan]d.\nWillm. Maxwell is a Lusty man about 30 years of Age.\nValentine Downing a Little man with one hand.\nCharles Mackay an old man.\n Endorsed: To Benj. Franklin Augst. 10. 1741", "culture": "English", "source_dataset": "Pile_of_Law", "source_dataset_detailed": "Pile_of_Law_founding_docs", "source_dataset_detailed_explanation": "Letters from U.S. founders.", "creation_year": 1741}, {"created_timestamp": "10-27-1741", "downloaded_timestamp": "10-18-2021", "url": "https://founders.archives.gov/API/docdata/Franklin/01-02-02-0078", "content": "Title: Accounts with William Bradford, Jr., 1741\u201355\nFrom: Franklin, Benjamin\nTo: \nFranklin\u2019s business relations with other printers are suggested by a bill he submitted to the younger William Bradford and by Bradford\u2019s account with him. Franklin\u2019s bill covers the period from October 27, 1741, when he lent Bradford \u00a31 10s., to September 22, 1747, when the bill he submitted amounted to \u00a370 17s. 10d. Most of Bradford\u2019s purchases were of paper, lampblack, pasteboard, and other printing supplies. Fewer than a dozen other charges are recorded\u2014an occasional spelling book, two dozen Pocket Almanacks for 1747, Bradford\u2019s advertisement \u201cof his Setting up,\u201d July 8, 1742, and \u201cfor advertising Colledge in N Jersey,\u201d August 13, 1747, a charge of one pound because the advertisement was a long one. On the back of the bill are the words: \u201cThis Acct has been delivered in but was never settled. BF. Apr. 2. 1757.\u201d\nBradford\u2019s account book records his side of this business. From June 12, 1742, when Franklin was charged \u00a32 15s. for \u201c1 peice of Calico,\u201d to October 3, 1755, when he bought a copy of Isaac Watts\u2019s Reliquae Juveniles: Miscellaneous Thoughts in Prose and Verse and a copy of The Young Lady Conducted through Life, Franklin\u2019s purchases from Bradford came to \u00a374 6s. 9d., plus charges for each year of Bradford\u2019s newspaper. With the exception of the calico, rare purchases of paper, and \u201c2 Mizetinto Pictures,\u201d Franklin bought only books\u2014spellers, grammars, Latin classics, and standard devotional literature, and a few dozen of the almanacs Bradford printed: his purchase of 26 dozen of Taylor\u2019s almanac and two dozen of Birkett\u2019s for 1745 was unusually large. Only a few titles are worth noting: Lord Anson\u2019s Voyage round the World; Wollaston\u2019s Religion of Nature Delineated, The Grub-Street Journal, John Freind\u2019s Chymical Lectures, and Don Quixote. Bradford has not indicated when or whether Franklin settled the account.", "culture": "English", "source_dataset": "Pile_of_Law", "source_dataset_detailed": "Pile_of_Law_founding_docs", "source_dataset_detailed_explanation": "Letters from U.S. founders.", "creation_year": 1741}, {"created_timestamp": "01-01-1741", "downloaded_timestamp": "10-18-2021", "url": "https://founders.archives.gov/API/docdata/Franklin/01-02-02-0079", "content": "Title: Extracts from the Gazette, 1741\nFrom: Franklin, Benjamin\nTo: \n\tOur River has been fast some time, And we hear from Lewes, that \u2019tis all Ice towards the Sea as far as Eye can reach. Tuesday and Wednesday last are thought to have been the coldest Days we have had these many Years. [January 8]\n\tGreat Quantities of English Half-pence being Imported here, since the falling of our Exchange, to be pass\u2019d as Pennies, some considerable Dealers were apprehensive we should be overstock\u2019d with them, and began last Week to refuse them otherwise than at the Rate of five for four pence. Their Example being follow\u2019d by many of the Shopkeepers, while others continued to take them for pence apiece, it occasion\u2019d Considerable Confusion in small Dealings. And the Bakers refusing to make any more Bread \u2019till the Money was settled, the Mob rose on Friday Night and went round the Town breaking the Windows of several Merchants and others, and very much disturbed the City. They began to assemble again the Night following; but by the Vigilance and Resolution of some of the Magistrates, they were timely surpress\u2019d, and the City has since remain\u2019d quiet. [January 8]\n\t [Advertisement] Very good Iron Stoves to be sold by the Printer hereof. [February 5]\n\t [Advertisement] To be sold, By Anthony Morris, jun. very good Pitt and Sea Coal, at 18 pence a Bushel; at which Price \u2019tis allowed to be cheaper Fewel for Hearth Fireing than Wood at the present Rates. [February 5]\nJust Published, (To be continued Monthly) The General Magazine, and Historical Chronicle, For January, 1741. Containing\nI. Brief Historical and Chronological Notes of several Princes, States, Governments, &c.\nII. Proceedings in the Parliament of Great-Britain on the Affair of Paper-Money in the American Colonies.\nIII. Instructions thereupon sent to the Governors of the Plantations.\nIV. New-England Scheme for emitting private Notes to pass in Lieu of Money.\nV. Proclamation issued in New-York, relating to the Coin.\nVI. Proceedings in the Assembly of Pennsylvania.\nVII. Report of the Lords Commissioners for Trade and Plantations, on the last Six Pennsylvania Laws.\nVIII. Report of the King\u2019s Attorney and Sollicitor General, on one of the said Laws, viz. That relating to the Manner of Taking an Oath.\nIX. Act of Parliament for Naturalizing Foreigners in the British Colonies.\nX. Proceedings of Assembly in New-England.\nXI. Accounts of and Extracts from New Books, Pamphlets, &c. published in the Plantations, viz. Sermon to the military Men in Boston; Querists; Answer to the Querists; Lovetruth\u2019s Letters to Mr. Whitefield, &c.\nXII. Essays on various Subjects from the American News-Papers, viz. Ovid\u2019s Cure. Queries on original Sin and Predestination; Observations on those Queries. Effects of dwelling on the Doctrines of Grace in Preaching, &c.\nXIII. Poetry, viz. Address to the Deity. A Riddle. On the War. Admiral Hosier\u2019s Ghost. Letter from the Spanish Admiral Don Blas. On Mr. Wesley\u2019s Sermon on Free-Grace. To a young new-married Couple in Virginia. To the King, on Governor Gooch. Difference of Preachers. To the Author of the Poor Planter\u2019s Physician. On Hearing Mr. Whitefield.\nXIV. Historical Chronicle. Prodigious Booty taken by Kouli Kan. Compendium of the News received this Month from Turky, Russia, France, Germany, Great Britain, Ireland, Jamaica, St. Christophers, South-Carolina, Virginia, Maryland, New-England and New-York. Domestic Occurrences. Number of Troops sent on the Expedition by each Colony.\nXV. Exchange between the Colonies and London.\nXVI. Price current in Philadelphia.\nXVII. Account of the Export of Provisions from Philadelphia, Anno 1740.\nPrinted and Sold by B. Franklin. Price Nine Pence.\n[February 19]\n\t Monday last, some Guns were fired from Carpenter\u2019s Wharff, in Honour of St. David; but one of them (being overcharg\u2019d with Powder, and besides imprudently ramm\u2019d with rough Stones, which were to be shot at a Cask on the Ice) burst in Pieces, by which Accident Thomas Scot, Mate of the Ship Phenix, of Leverpoole, at 20 Yards distance, had his Scull fractur\u2019d, and died in a few Hours. [March 5]\nJust Published, (To be continued Monthly) The General Magazine, and Historical Chronicle, For February, 1741. Containing\nI. Proceedings of the Parliament of Great-Britain on the Bill for prohibiting the Exportation of Provisions, &c.\nII. Crown of England\u2019s Title to America prior to that of Spain; or an Account of the Welch Indians.\nIII. Of the Constitution of Government in Virginia.\nIV. Treaty of Peace concluded by the Governor of New-York, between the Six-Nations, and all the Southern and Western Indians.\nV. Order of Council in New-York against Exporting Wheat.\nVI. Order of Council in Philadelphia against Exporting Provisions to the Foreign Plantations.\nVII. Accounts of and Extracts from New Books, Pamphlets, &c. published in the Plantations.\nVIII. Essay on Paper-Currency, proposing a new Method for fixing its Value.\nIX. The Wandering Spirit.\nX. Dr. Colman\u2019s Character of Archbishop Tillotson.\nXI. Letter to Mr. Gilbert Tennent, enquiring into the Motives of his late Conduct.\nXII. His Answer.\nXIII. Some Account of the Effect of his Preaching.\nXIV. The new Manual Exercise for the Foot.\nXV. Manner of the Children\u2019s Spending their Time at the Orphan-House in Georgia.\nXVI. Pieces of Poetry, viz. Orphans Hymns. Answer to Riddle in the last Magazine. Elegy on Henry Brooke, Esq; Vernon\u2019s Answer to Admiral Hosier\u2019s Ghost. Geraldino\u2019s Answer to Don Blass. &c.\nXVII. Historical Chronicle.\nXVIII. The Number of his Majesty\u2019s Ships, Vessels, and Bomb-Ships, now in Pay.\nXIX. Price Current in Philadelphia.\nXX. Account of sundry Exports from Philadelphia.\nPrinted and Sold by B. Franklin. Price Nine Pence.\n[March 26]\n\t Tuesday last Mr. William Logan, eldest Son of the Honourable James Logan Esq; was married to Mrs. Hannah Emlen, a young Lady of Beauty, Merit and Fortune. [March 26]\n\t We hear from Lancaster County, that during the Continuance of the great Snow which in general was more than three Foot deep, great Numbers of the back Inhabitants suffer\u2019d much for want of Bread; that many Families of New-Settlers for some time had little else to subsist them but the Carcases of Deer they found dead or dying in the Swamps or Runns about their Houses; and although they had given all their Grain to their Cattle, many Horses and Cows are dead, and the greatest Part of the Gangs in the Woods are dead; that the Deers which could not struggle through the Snow to the Springs are believed to be all dead, and many of those which did get into the Savannahs are also dead, ten, twelve and fifteen being found in the Compass of a few Acres of Land. The Indians fear the Winter has been so fatal to the Deer, Turkeys, &c. in these Northern Parts, that they will be scarce for many Years. We also hear that a young Woman in Derry Township, attempting to get Home (about a Mile) as soon as she came within sight of her Father\u2019s House turned out the Horse which she had borrow\u2019d of her Neighbour, as he directed her; but not being able to make Way through the Snow, she threw off her Cloaths, and attempted to return on the Horses Footing; but after much struggling, as appear\u2019d by her Tracts, she froze to Death. [April 9]\nThe Subscribers to the Library in Philadelphia are hereby advertised, that Monday the fourth of May ensuing, at Two in the Afternoon, is the Time appointed for the Company\u2019s Choice of Directors and a Treasurer for the succeeding Year, and for making the Ninth Annual Payment, in the Library Room belonging to the State-House.\nJ. Breintnall, Secr.\n\t[April 16]\n\t On Sunday last died the Reverend Mr. Archibald Cummings, Commissary of the Province of Pensylvania, and the Counties of New-Castle, Kent, and Sussex on Delaware, and Minister of Christ-Church in Philadelphia. He was a zealous Assertor of the Principles of the Christian Religion, a Sincere Professor of the Doctrine of the Church of England, a faithful Pastor in his Congregation, an able and instructive Preacher, and an eminent Example of Piety and Goodness through every Step of his Life and Conversation. In short, He was a Person so Universally esteem\u2019d in this Place for his many good Qualities, but especially for his Charity and Moderation towards all Religious Societies of differing Pursuasions, that his Death is much lamented by all Sorts of People. [April 23]\n\t [Advertisement] Lent or taken by Mistake, about two Weeks ago, a Paduasoy Bonnet lin\u2019d with black Silk. This Bonnet being the Second the Owner has lately lost, she has none now to wear: The Possessor is desired to return it soon to the Printer hereof, and shall be thankfully rewarded. [April 23]\nJust Published, (To be continued Monthly) The General Magazine, and Historical Chronicle, For March, 1741. Containing\nI. Continuation of Mr. Beverley\u2019s Present State of Virginia.\nII. Remainder of the New Manual Exercise.\nIII. Evolutions of the Foot by Col. Bland.\nIV. Substance of the Bill depending in Parliment, for prohibiting the exportation of Provisions.\nV. Considerations on the Bill.\nVI. Order of Council in Boston, relating to the Exportation of Provisions.\nVII. Governor Belcher\u2019s Speech to the Assembly of New-Hampshire.\nVIII. Governor Morris\u2019s Letters to the Collectors of the Customs in New-Jersey.\nIX. Second order of Council in Philadelphia, relating to the Exportation of Provisions.\nX. New-England Manufactory- or Land-Bank Scheme.\nXI. State of the late Dispute between the Upper and Lower House of Assembly in Maryland.\nXII. Letter from D.B. to C.C.\nXIII. Letter from Theophilus, Relating to the Divine Prescience.\nXIV. Letter from Mr. Hugh Bryan, for Correcting which the Rev. Mr. Whitefield is now under Prosecution in Carolina.\nXV. New Method for making excellent Mellasses of Apples.\nXVI. Poetical Essays, viz. The Gardner\u2019s Curse. Divine Psalmody. A Ballad to Admiral Vernon. On taking Porto Bello by Admiral Vernon. To the Rev. Dr. Watts, on his Divine Poems. The Raven\u2019s colour chang\u2019d. An irregular Ode. An Epigram. The Comparison, the Choice, and the Enjoyment.\nXVII. Historical Chronicle.\nXVIII. Price of Bills of Exchange.\nXIX. Price Currant in Philadelphia.\nPrinted and Sold by B. Franklin. Price Nine Pence.\n[April 30]\n\t [Advertisement] Books &c. sold by B. Franklin, Bibles, several Sizes; Testaments, Psalters, Dyche, Owen\u2019s, and Cocker\u2019s, Spelling Books; Young Man\u2019s Companion, Grammars, Latin and English Dictionaries, Erasmus and Cordery English and Latin; Ruddiman\u2019s Rudiments, London Vocabularies, Cato, &c. Dyche and Bailey\u2019s Dictionaries; Chambers\u2019s Dictionary, Common Prayer-Books, of several Sizes and Sorts, with Companion to the Altar, Supplement, Cuts, &c. Law\u2019s serious Call, and Christian Perfection, Erskine\u2019s Sonnets, Whitefield\u2019s Works compleat 6 Vol. Every Man his own Lawyer, Every Man his own Doctor, (Note, in a short time will be published, Every Man his own Priest) Family Instructor, Cole\u2019s Dictionary, Nelson\u2019s Justice, German Grammars, Quarles\u2019s Emblems, Account Books, Paper, Inkpowder, Ink, Ivory-leav\u2019d Memorandum Books, Quills, &c. &c. &c. [May 21]\nJust Published, (To be continued Monthly) The General Magazine, and Historical Chronicle, For April, 1741. Containing\nI. Remainder of Mr. Beverly\u2019s Present State of Virginia.\nII. The Lords Protests, I. Concerning certain Clauses proposed to be Part of the Address on the King\u2019s Speech.\n2. Concerning the Resolution upon the Orders given to Admiral Vernon.\n3. On the Instructions given to Admiral Haddock.\n4. On augmenting the Army by raising Regiments, rather than additional Men to Companies.\nIII. Two Speeches in Parliament by W. P-----y, Esq; and Sir R. W-----e.\nIV. Proclamation of the Governor of New-York, enjoining a Fast.\nV. Another relating to the Fires in that City.\nVI. Speech of the Governor of New-York, to the Assembly of that Province.\nVII. Assembly\u2019s Answer.\nVIII. Speech of the Governor of North-Carolina.\nIX. Report from the Board of Trade on the Paper Currency of the Plantations.\nX. Remarkable Dedication of the History of Georgia.\nXI. Letters to the Rev. Mr. Whitefield from the Rev. Mr. Garden, with one of Mr. Whitefield\u2019s in Answer.\nXII. Remarks on Mr. Whitefield\u2019s New-England Journal.\nXIII. The Character of a Gentleman, from the Barbadoes Gazette.\nXIV. Answer to the Wandering Spirit.\nXV. Poetical Essays, viz. Solomon\u2019s Pursuit after Content. Flavia\u2019s Complaint. On the Death of a young Lady. On Universal Redemption. Verses dedicated to Mr. Gilbert Tennent. A Mathematical Question. The 23d Psalm. Translation of Prince Madoc\u2019s Epitaph.\nXVI. Historical Chronicle.\nXVII. Price of Bills of Exchange.\nXVIII. Price Currant in Philadelphia.\nPrinted and Sold by B. Franklin.\n\t On the 25th of the last Month, the Presbyterian Synod opened their Session in this City; and after several Days spent in Debates on the Rights of Presbyteries, &c. a Protestation was entred into, on the first Instant, and signed by 12 Ministers and 8 Members then present, by which the Rev. Messrs. the Tennents, and their Adherents, are excluded the Synod, and declared to have forfeited their Right of sitting, and voting as Members thereof: The excluded Brethren immediately withdrew, and met by themselves in another Place. \u2019Tis said, that the Number of the Excluded was nearly equal to that of the Synod remaining. The Protestation, containing the Reasons of their Conduct, is now published by order of the Synod. [June 11]\n\t On Sunday the 31st of last Month, the Rev. Mr. Gilbert Tennent preached five Times, to crowded Audiences: And on the Wednesday following, he baptised, at the New-Building, Eight adult Persons, who had been of the People called Quakers, one, as is said, a Preacher. Mr. Whitefield had baptised three at the same Place, when he was last in this City. [June 11]\n\t [Advertisement] Best Glaz\u2019d Press Papers Sold by the Printer hereof. [June 11]\n\t The same Day [June 24] at a Grand Lodge of Free and Accepted Masons, held for the Province of Pennsylvania, at the Indian King in this City; Mr. Philip Syng was chosen Grand Master for the Year ensuing; Mr. Thomas Boude was appointed Deputy Grand Master, and Mr. Lambert Emerson and Dr. Thomas Bond Grand Wardens. [June 25]\nSaturday next will be Published, (To be continued Monthly) The General Magazine, and Historical Chronicle, For May, 1741. Containing\nI. The Lords Protests against Sir R. Walpole.\nII. Preface to the History of Georgia.\nIII. Continuation of Mr. Garden\u2019s Letters.\nIV. Remainder of the Remarks on Mr. Whitefield\u2019s New-England Journal.\nV. The Governor of Maryland\u2019s Speech to both Houses of Assembly.\nVI. The Address of the Upper-House of Assembly to the Governor.\nVII. The Governor\u2019s Answer.\nVIII. The Address of the Lower House of Assembly to the Governor.\nIX. The Governor\u2019s Answer.\nX. Extract of the Votes of Assembly of Maryland.\nXI. Proceedings of Assembly in New-England.\nXII. Governor of New-England\u2019s Brief.\nXIII. Proceedings of Assembly in New-York.\nXIV. Governor of New-York\u2019s Speech to the Assembly.\nXV. Martha Harward\u2019s Letters, &c.\nXVI. A Dialogue against ridiculing Personal Defects.\nXVII. Answers to the Mathematical Question, &c.\nXVIII. Answer [to] the Letter from Theophilus relating to divine Prescience.\nXIX. Copy of Part of Sir John Randolph\u2019s Will.\nXX. Poetical Essays, viz. Translation of Mr. Addison\u2019s Latin Poem on the Resurrection. To the Memory of Benjamin Needler, Esq; On the Rev. Mr. Tennent\u2019s Departure from Boston.\nXXI. Historical Chronicle.\nXXII. Price of Bills of Exchange.\nXXIII. Price Currant in Philadelphia.\nPrinted and Sold by B. Franklin.\n[June 25]\n\t [Advertisement] Lost about eight Days since, a red Leather Pocket Case, gilt Constantinople on the Back, containing a Note of hand payable to Bradley and Co. for \u00a313 and about \u00a35 in Money. Whoever brings it to the Printer hereof, shall have Forty Shillings Reward. [July 2]\nJust Published, (To be continued Monthly) The General Magazine, and Historical Chronicle, For June, 1741. Containing,\nI. The King\u2019s Speech to the Parliament, on the 8th of April, 1741.\nII. The House of Lords Address to the King.\nIII. The House of Commons Address to the King.\nIV. Proceedings of Assembly in New-York.\nV. Governor of New-York\u2019s Proclamation.\nVI. Proceedings of Assembly in Pennsylvania.\nVII. Abstract of the History of Georgia.\nVIII. Continuation of Mr. Garden\u2019s Letters.\nIX. Answer to Mr. Garden\u2019s three first Letters.\nX. Answer to some particulars of the Remarks on Mr. Whitefield\u2019s New-England Journal.\nXI. Reply to the foregoing Answer.\nXII. Supplement to the History of the Wandring Spirit.\nXIII. Of Slander and Detraction, from the Barbadoes Gazette.\nXIV. On the same Subject, from the Virginia Gazette.\nXV. On Politicians.\nXVI. An infallible Receipt to make a new Kind of a Convert, being an approv\u2019d Nostrum among the Friends of our great modern Mountebank.\nXVII. A Letter from a Gentleman in Connecticut to the Rev. Mr. Gilbert Tennent.\nXVIII. Another Answer to the Mathematical Question in our Magazine for April.\nXIX. Poetical Essays, viz. Carmen Gratulatorium. A Poem to the Querists. A true Tale of a Country Squire. On Mrs. Rowe\u2019s Friendship in Death.\nXX. Historical Chronicle.\nXXI. Price of Bills of Exchange.\nXXII. Price Currant in Philadelphia. [July 30]\n On the 4th Instant, died Andrew Hamilton, Esq; and was the next Day inter\u2019d at Bush-Hill, his Country Seat. His Corps was attended to the Grave by a great Number of his Friends, deeply affected with their own, but more with their Country\u2019s Loss. He lived not without Enemies: For, as he was himself open and honest, he took pains to unmask the Hypocrite, and boldly censured the Knave, without regard to Station and Profession. Such, therefore, may exult at his Death. He steadily maintained the Cause of Liberty; and the Laws made, during the time he was Speaker of the Assembly, which was many Years, will be a lasting Monument of his Affection to the People, and of his Concern for the welfare of this Province. He was no Friend to Power, as he had observed an ill use had been frequently made of it in the Colonies; and therefore was seldom upon good Terms with Governors. This Prejudice, however, did not always determine his Conduct towards them; for where he saw they meant well, he was for supporting them honourably, and was indefatigable in endeavouring to remove the Prejudices of others. He was long at the Top of his Profession here, and had he been as griping as he was knowing and active, he might have left a much greater Fortune to his Family than he has done: But he spent more Time in hearing and reconciling Differences in Private, to the Loss of his Fees, than he did in pleading Causes at the Bar. He was just, where he sat as a Judge; and tho\u2019 he was stern and severe in his Manner, he was compassionate in his Nature, and very slow to punish. He was the Poor Man\u2019s Friend, and was never known to with-hold his Purse or Service from the Indigent or Oppressed. He was a tender Husband and a fond Parent: But\u2014these are Virtues which Fools and Knaves have sometimes in common with the Wise and the Honest. His free Manner of treating Religious Subjects, gave Offence to many, who, if a Man may judge by their Actions, were not themselves much in earnest. He feared God, loved Mercy, and did Justice: If he could not subscribe to the Creed of any particular Church, it was not for want of considering them All; for he had read much on Religious Subjects. He went through a tedious Sickness with uncommon Chearfulness, Constancy and Courage. Nothing of affected Bravery or Ostentation appeared; But such a Composure and Tranquility of Mind, as results from the Reflection of a Life spent agreeable to the best of a Man\u2019s Judgment. He preserved his Understanding and his Regard for his Friends to the last Moment. What was given as a Rule for a Poet, upon another Occasion, may be justly apply\u2019d to Him upon this,\n\u2014Servetur ad imum\nQualis ab incepto processerit, et sibi constet.\n[August 6]\n[Advertisement] Taken away from a Back-Room of David Evans, in Market-Street, Philadelphia, on Thursday last, A Case of Drawing Instruments, About four Inches and half long: It is desired the same be return\u2019d out of Hand to David Evans or the Printer hereof. The Owner having greater Occasion for it, than the Person that took it away; otherwise such a speedy return would not have been insisted upon.\n\tJuly 4. 1741. [August 6]\n\t [Advertisement] Lent about a Month or 6 Weeks ago, two Books call\u2019d Law\u2019s Christian Perfection, and his Call to devout and holy Life, the Owner\u2019s Name at length on a blank Leaf at the beginning. The Borrower is desired to return them, for the Owner has now leisure to read them. [August 6]\n[Advertisement] Lent about a Month or 6 Weeks ago, two Books, call\u2019d Law\u2019s Christian Perfection, and his Call to a devout and holy Life; the Owner\u2019s Name at Length on a blank Leaf at the Beginning. The Borrower is desired to return them to the Owner, which will be thankfully acknowledged by Your Humble Servant,\nDeborah Franklin\n[August 13]\n\t This Day the Honourable Thomas Penn, Esq; one of the Proprietors of this Province, attended by a great Number of the principal Inhabitants of this City, set out for New-York, in order to embark on Board his Majesty\u2019s Ship Squirrel, Capt. Peter Warren Commander, for Great-Britain. [August 20]\n\t Just Published, The American Almanack for the Year 1742. By John Jerman, Philomath. Printed and Sold by B. Franklin. [September 24]\n\t Tuesday last, Samuel Hasell, Esq; Mayor of this City, made the Customary Feast at the Expiration of the Mayoralty, when the Governor, Council, the Corporation, and a great Number of the Inhabitants were entertain\u2019d at the Court-House in the most handsome Manner. [October 1]\n\t Last Monday died after a lingring Illness Alexander Henry Keith, Esq; at the Seat of his Father-in-Law Anthony Palmer, Esq; He was for several Years Collector of his Majesty\u2019s Customs at New-Castle on Delaware, and Son of Sir William Keith, late Lieutenant Governor of this Province, &c. The Day following he was decently interr\u2019d. [October 8]\n\t On Tuesday last Clement Plumsted, Esq; was elected Mayor of this City for the ensuing Year: When Robert Strettell, William Parsons, William Rawle, Thomas Hopkinson, Samuel Rhodes, and Andrew Hamilton, Son of Andrew Hamilton Esq; lately deceas\u2019d, were chosen Common-Council-Men. And the following Gentlemen were promoted Aldermen, to wit, William Till, Joseph Turner, James Hamilton, and Benjamin Shoemaker. [October 8]\n\t Just Published, The New Jersey Almanack for the Year 1742. By William Ball, Philomath. Printed and Sold by B. Franklin. [October 22]\n\t [Advertisement] All Persons indebted to Doctor Phineas Bond, are desired to make their Payments to Thomas Bond, who is removed to the Sign of the Golden Mortar in Second-Street, a little below the Quakers Meeting-House. [October 29]\n[Advertisement] John Dabney, Mathematical Instrument Maker from London, In King-Street, Boston, New-England. Makes and Mends all Sorts of Mathematical Instruments, as Theodolites, Spirit Levels, Semicircles, Circumferenters, and Protractors, Horizontal and Equinoctial Sun-Dials, Azimuth and Amplitude Compasses, Eliptical and Triangular Compasses, and all sorts of common Compasses, drawing Pens and Portagratons, Pencil-Cases and parallel Rulers, Squares and Bevils, Free-Masons Jewels, with sundry other Articles too tedious to mention.\nN.B. He sets Load-Stones in Silver or Brass, after the best Manner. [November 19]\n\t Next Week WILL BE Published, Poor Richard\u2019s Almanack for the Year 1742. Printed and Sold by B. Franklin. [November 26]\n\t Sunday Night last, Count Zinzendorff arrived here from New-York, attended by some of the Moravian Brethren, who are, with a considerable Number more expected in the Spring, to be settled at Nazareth on the Forks of Delaware. [December 3]\n\t [Advertisement] To BE Sold at the Post-Office Philadelphia, The New Invented Iron Fire-Places; Where any Person may see some of them that are now in Use, and have the Nature and Advantages of them explain\u2019d. [December 3]\n\t Next Week WILL BE Published, The Pocket Almanack, For the Year 1742. Sold by the Printer hereof; Where may be had, Jerman\u2019s, Ball\u2019s, Leed\u2019s, and Poor Richard\u2019s Almanacks. [December 29]\nPhiladelphia: Printed by B. Franklin, Post-Master, at the New Printing-Office, near the Market.", "culture": "English", "source_dataset": "Pile_of_Law", "source_dataset_detailed": "Pile_of_Law_founding_docs", "source_dataset_detailed_explanation": "Letters from U.S. founders.", "creation_year": 1741} ]